sábado, 23 de diciembre de 2017

Dios quiere hacer una casa para David.

HOMILÍA IV DOMINGO DE ADVIENTO, 24 DE DICIEMBRE DE 2017.

Completamos el Adviento con este cuatro domingo de Adviendo que este año cae en las mismas vísperas de la Navidad. Nuestra primera lectura recoge uno de los textos más importantes y emblemáticos de toda la Biblia en el séptimo catpítulo del segundo libro de Samuel. . El Rey David, después de haber logrado sobreponerse a todos sus enemigos, y de haber logrado la conquista de Jerusalén donde había establecido su residencia, quiere hacer una "casa de Dios", es decir un templo. En un primer momento su profeta de la cotre Natán, le dice que sí que proceda, que Dios lo ve bien. Posteriorente, el profeta tiene un sueño en el que Dios le counica que no le corresponde a David hacerle una casa para Él, sino que él mismo creará una casa y le dará un descendiente. Aquí no se trata tanto de una casa física sino de la dinastía de David. Este episodio se da alrededor del año 1000 a. C. Sabemos que el Rey de Bibilonia en el año 586 destruyó Jerusalén y el templo,  llevó a la gente importante al exilio  incluyendo el rey, a quién le había arrancado los ojos y matado a sus hijos en su presencia. Es decir, la dinastía de David, duró unos 400 años pero ya nunca pudo reconstituirse. Este hecho provocó una notable crisis en la mente de los israelitas, pues ¿Cómo se iba a cumplir la promesa de Dios? Aquí se trata de la providencia maravillosa de Dios que lleva los hilos de la historiia y lograr sus planes de una manera misteriorsa. Dios demoró casi 600 años en cumplir su promesa  y es lo que constatamos en nuestro evangelio de hoy.

Saltamos 1000 años de los planes de David en Jerusalén a la Virgen María en Nazaret. El mismo Arcángel Gabriel que se había aparecido a Zaquarías en el templo, se aparece ahoa a María, no en el templo sino en su humilde casa de Nazaret. Nazaret era un pueblo insigificante que ni siquiera se mencionaba en la Biblia. El Angel Gabriel se presenta delante de María, no en el templo como a Zaquarías sino en su casa sola y le dice: "No temas, María, concebirás y darás a luuz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será grande y se llamará hijo del Altísimo. El Señor le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob por siempre y su reino no tendrá fin" Más adelante diice "Nada hay imposible para Dios". Es decir, la promesa de Dios a David se cumple casi mil años después debido a que José era de la familia de David. Aquí lo que se manifiesta claramente es la Proviencia de Dios.   Dios no se había olvidado de su promesa y la cumplió de una forma supeiror que nadie pudiera sospechar. No solo se trata de un rey como David, sino del mismo Hijo de Dios que manda a reinar  no sólo sobre su pueblo Israel sino sobre todo el mundo. La misión de Israel era precisamente la de ser vehíiculo de salvación para todos los pueblos. Los israelistas se cerraron en su aislamiento y legaron a despreciar a los paganos.

También San Pablo al final de su gran carta a los Romanos se refiere a este plan maravilloso de Dios con la palabra "misterio", con la que se refiere designio de Dios de salvar no sólo a Israel sino a todos los pueblos, plan que ha formulado desde el inicio de los siglos y se ha manifestado ya. Este plan trata de atraer a todos los hombres a la obediencia de la fe. La fe es el don de Dios por el cual nos fiamos de él y acogemos todo lo que nos ha enseñado para nuestra salvación. La palabra expresión "obediencia de la fe" se refiere al hecho de que la fe es la respuesta a la Palabra de Dios, pues la palabra obedecer está relacionada con "escuchar". De ahí la importancia de la proclamaciónd de la Palabra de Dios y su acogida por la escucha y la obedienicia.

Estamos a pocas horas de la celebración de la Navidad de este año 2017. Que lo que hemos escuchado y reflexionado en estas semanas de Adviento nos ayude a acoger a Jesús que se encarna, es decir, "se hace carne" y comparte con nosotros toda la vida humana, menos en pecado, con sus dolores, angustias,alegrías y esperanzas. Que María Santísima sea nuestra guía y que aprendamos de ella la lección que se expresa en sus palabras: "Hágase en mi según tu Palabra" y "Háced lo que él os diga".


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