sábado, 31 de octubre de 2020

LA VOCACIÓN UNIVERSAL DE LA SANTIDAD

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS, DOMINGO 1 DE NOVIEMBRE DE 2020.

Desde kis primeros tiempos, la Iglesia ha mantenido el recuerdo de los mártires y también de los apóstoles. A partir de la empancipación de la Iglesia por el Edicto de Milán del Emperador Constnatino, además de construir basílicas en las ciudades, se construián también sobre las tumbas de los mártires sobre todo donde había un gran recuerdo de los mártires locales. En Roma, la Básilica de San Pedro está constuirda en lo que era el cementerio donde fue enterrado San Pedro. Esto ya está probado con estudios arqueológicos. Igualmente, la Básilica de San Pablo Fuera de las Murallas y la de San Sebastián, donde también ha catacombas. Se estableció la costumbre de parte de los fieles a acudir a estas básilicas y camposantos en la ocasión del aniversario deñ "naciemiento o dies natalis" a la vida eterna del mártir. También se realizaba un banquete en esta ocasión, actividad que a veces llegaba a excesos de manera que obispos como San Agustín se quejaban acerca de tales excesos. Con el paso del tiempo, fueron reconocidos como santos no solo mártires o confesores, los que sufrieron por la fe sin llegar a la muerte, pues ya no había persecuciones, sino también abades, vírgenes, ermitaños y obispos que habían dejado el recuerdo de una vida santa y fama de santidad. El el silgo IX, el Papa Gregorio III declaró este día del 1 de novimebre como Solemnidad de Todos los Santos. En España y en los países hispanoamericanos, como también en Francia, es una fiesta nacional. Posteriormente, por la inlfuencia del Monasterio de Cluny en Bergoña en Francia, se estableció la Fiesta de Todos los Difuntos, de manera que a nivel del pueblo llano se tiende a olvidar a los santos y vivir el día como el de los difuntos yendo a los  cementerioes etc.

Vamos a examinar la santidad y el hecho de que no solo han estádo llamados a la santidad los grandes santos conocidos como San Francisco, San Pío de Pietralicna o Santa Teresa de Calcuta, sino de hecho todos somos llamados a ser santos y si no lo logramos somos unos fracasados. En el Antiguo Testamento la palabra kabod significa santo y se refiere al hecho de que Dios está como separado de nosotros y viven en otra esfera. Todo lo relacionado con Dios es santo, como su pueblo Israel, el templo que es el lugar donde se hace prensente en medio de su pueblo, donde se ofrecen los sacrificios y se cantan salmos e himnos en su honor. Luego, Jesucristo,siendo Mesías e Hijo de Dios, ostenta el título de Santo de Dios. Así tambien, la Iglesia es Santa porque es la "morada de Dios en medio de su pueblo", es el Cuerpo de Cristo, su Esposa etc. Si la Iglesia es Santa como el mismo Jesucristo y nosotros en el bautismo hemos sido incorporados en Cristo y hechos miembros de él, obviamente nos corresponde también ser santos. De hecho, San Pablo, con frecuencia llama a los fieles a quienss dirige sus cartas santos en virtud de su bautismo. El Concilio Vaticano II inistía en el hecho de que todos los católicos somos llamados a la santidad, no solamente los religiosos y el clero, que era un poco la idea que prevalecia acerca de la santidad antes. No hay católicos de segunda división o tercera en la Iglesia. La jerarquia y los consagrados por la pobreza, la santidad y la obediencia han de ser santos cumpliendo la voluntad de Dios en el estado de vida que les corresponde, pero en realidad ellos son tan solo menos menos de .1% de los fieles católicos. Los laicos que  mayormente viven en el mundo y ejercen diversas profesiones y trabajos también tienen la vocación a la santidad. 

Ahora bien, ¿concretamente en qué consiste la santidad y cómo se alcanza?  Si Jesucristo es el Santo de Dios, es más, el  el Hijo de Dios, segunda persona de la Santísima Trinidad que vivió en medio de nosotros para ser nuestro modelo e incluso unirse a nosotros para que podamos alcanzar la meta de la santidad, pues ya hemos dicho arriba que si no la logramos somos unos fracasados, no hemos logrado el fin por el que Dios nos ha creado. El dijo que es el camino, la verdad y la vida, que es manso y humilde de corazón. Nos invitó en la Última Cena a amarnos unos a otros como él nos ha amado y San Juan dice el inicio del c. 13 de su Evangelio en la misma Última Cena: habiendo amado a los suyos que estaban en la tierra, los amó hasta el extremo.. En su agonía en Getsemani suplicaba al Padre que lo liberara del cáliz, es decir, el cúmulo de dolores que implicaba su pasión y su tremenda soledad en la cruz,  "no se haga mi voluntad sino la tuya". Por lo tanto, tenemos dos claves para comprender lo que es la sntidad: el amor y el fiel cumplimiento de la voluntad de Dios. 

Si Dios es amor, la santidad tiene que consistir en el amor a Dios y al prójio. El mismo San Juan en su primera carta decía que no se puede amar a Dios a quien no vemos si no amamos al prójimo a quién vemos. Rsulta que no se puede separar el amor a Dios y el amor al prójimo. Para ser santos, no basta dedicar muchas horas al día a la oración, aunque la oración es muy importante y el mismo Jesús subía a montañas a orar incluso toda la noche, o los 40 días en el desierto oraba y ayundaba. Vivimos en comunidad y la palabra prójimo signfica en latín, el más cercano. En primer lugar nuestros familiares y luego los más necesitados como podemos constarar en la Parábola del Buen Samaritano, que atacado por unos delincuentes y un sacerdote y un levita, se pasaron de largo porque daban más prioridad a las normas rituales del culto que no permitían realizar el culto en el templo por haber tocado una persona sangrentada, mientras el Samaritano que para los judíos era un hereje, hizo más de lo que se pudiera esperar a favor de la persona herida. 

La voluntad de Dios se refleja en los mandamientos de la ley de Dios e incluye nuestros deberes diarios, que no son iguales para todos, aunque algunos sí se aplican a todo mundo. También las bienaventuranzas constituyen una síntesis de lo que es la santidad y nos ha tocado leerlas en nuestro pasaje evangélilco de hoy. La palabra beato o bienaventuranza significa dichoso. Al repasarlas podríamos pensar que son contra intiutivas pues la idea que el mundo de hoy tiene de la felicidad dista mucho de los que Jesús dice en las bienaventuranza. Se trata de de sentimientos y emociones. Jesús dice "bienaventurados los misericordiososos porque ellos alcanzarán misricordia". En el Antiguo Testamento la palabra hesed traduce misericordia. En español, la palabra proviene del latín y sigifica que se conmueve el corazón por la "misteria" de otros. Sería un amor tierno que toma en cuenta los dolores y sufrimientos del otro. San Juan Pablo II decía que la misericordia es el aspecto más exquisito del amor de Dios. 

Bienventurados los limpios de corazon. El corazón en la Biblia es el centro de toda la vida psíquica del hombre e incluso tiene que ver con los pensamientos. La pureza de corazón es la actitud que nos lleva a buscar exclusivamente "al Señor y su justicia", según dice Jesús y todo lo demás se nos daró por añidadura. Viene a corresponder a la petición del Padre Nuestro hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Si practicamos esta bienaventuranza, nos fijaremos en lo fundamental que es el cumplimiento del la volutnad de Dios por amor. 

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justiicia porque ellos serán saciados. No se trata solo de la justicia comutativa de dar a cada quien lo que le corresponde sino de la rectitud y el orden que Dios ha establecido en el mundo y en nuestras vidas. 

Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados. Esta puede parecer increíble. ¿Como pueden ser dichosos o felices los que lloran? No hay nadie que se salve del dolor y las lágrimas, pero Jesucristo es nuestro espreranza, y como dice el Profeta Isaías cargará con nuestros dolores. San Pablo dice que Jescristo es nuestra esperanza. Y hacia el final del Libro del Apocalipsis se promete que "se enjugarán todas las lágrimas", y Jesús promete hacer nuevas todas las cosas. No puede ser que el dolor, las lárgirmas o el mal prevalezcan, pues de ser así el mal prevalecería sobre el bien y no se cumpliría el plan maravilloso de Dios que nos promete la vida eterna. 

Bienaventurados los pobres en el espíritu. San Lucas tiene bienaventurados los pobres sin más. Ciertamente la riqueza y sobre todo el apego a la misma es uno de los mayores obstáculos a la tarea de alcanzar la santidad. El que tiene una abundancia de bienes terrenos tiende a olvidarse de Dios. No es que el rico esté excluidos del Reino, pero la riqueza es un notable obstáculo para la santidad y nuestra pertenencia al Reino de Dios.

¿Nos es posible alcanzar la santidad o excede nuestras fuerzas? Ciertamente excede nuestras fuerza, pero no estamos solos. Jesucristo al venir a compartir esta vida con nosotros y sobre todo con su pasión, muerte y resurrección nos hace posible esta meta de manera que no necesariamente vamos a fracasar en el intento. Depende de nosotros, de nuestra colaboración con la gracia de Dios. A Santo Tomás de Aquino le preguntaron ¿cómo se alcanza la santidad? y responde QUERIENDOLA. Es decir, hacer una decisión seria y con todo el corazón, con todo el alma y con todas nuestrs fuerzas y trabajar en ello cada día desde cuando nos levantamos hasta cuando nos acostamos. ¿Qué otra cosa más importante existe? La alternativa es el fracaso completa de nuestra vida. ¿Qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo si pierde su vida?

  

sábado, 24 de octubre de 2020

ABANDONAR LOS ÍDOLOS PARA SERVIR A DIOS,

 HOMILÍA DEL DOMINGO XXX, CICLO A, 25 DE OCTUBRE 2020.

Hoy me voy a fijar en la segunda lectura. Normalmente, la segunda lectura de los domingos está tomada de las cartas de San Pablo. Hoy nos toca leer un pasaje de la Primera Carta a los Tesolonicenses. Se trata de una ciudad en Grecia que todavía existe y es de las más importantes. Se trata de una de las primeras ciudades en Europa a las que llegó San Pablo a evangelizar. Este es un aspecto muy importante, es decir, el hecho de que se trate de Grecia y de Europa, Se trata del encuentro del Evangelio con Europa y Grecia, que obviamente estaba dentro de los planes de la Divina Providencia, cosa que podemos constatar a lo largo de los siglos, Nada se escapa de la providenica de Dios. En primer lugar, el hecho de que Jesucristo, Hijo de Dios naciera del Pueblo de Israel que en la época formaba parte del Imperio Romano. San Pablo mismo era hijo de las dos culturas, la hebrea y la griega, habiendo nacido en Tarso, una ciudad de cultura grega al susr oeste de lo que es ahora Turquía. Él se había especializado en el estudio de la Biblia bajo la tutela de Gamaliel, probable el rabino más prestigiosos de la época en Jerusalén. Es obvio que su vocación, empezando con su conversión en el camino a Damasco era una manifestación extraordinaria de la providencia de Dios. El desarrollo de la filosofía griega a lo largo de los 500 años antes de Cristo habia sido una muy importante preparación para el evangelio, y San Pablo era un persona muy bien preparada para la misión de llevar el evangelio a los griegos,

La Carta a los Tesalonicenses es la primera de San Pablo y el primer escrito del Nuevo Testamento y se remonta a alredor del aó 50 d C. Estamos en el primer capítulo de la carta donde el Apóstol suele expresar sus saludos y la  alegría de poder comunicarse con esta pequeña comunidad formada por él en un viaje anterior. Escribe; "Vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiend la palabre enrtre tanta lucha con la alegría del Espíritu Santo". No se trata de una falta de modestia de parte de San Pablo, pues aquí y en otros pasajes de sus cartas invita a los cristianos a imitarle a él como él imita a Jesucristo. El cristianismo no es una teoría filosófica que se puede aprender y asimilar estudiando unos libros.Todo se concentra en la Persona de Jesucristo Nuestro Señor y de ahí la importancia de su ejemplo y su testimonio. Por eso pudo escribir el Apóstol a lod cristianos de Gálata (2,20) "ya no vivo yo, Cristo vive en mí". Cada cristiano ha de tener los mismos pensamientos, mentalidad y actitudes y sentimientos de Jesucristo y así ser su auténtico testigo. El Apóstol quiere que los tesalonicenses sean como él imitadores de Jescristo y así atraer a otros a la fe y al encuentro con el Señor.

La mayoria de los conversos ganados por Cristo de parte de San Pablo provenían del paganismo y el mismo apóstol reconoce la dificultad y la lucha que eso implicaba. Ellos vivían en una culura pagana con sus templos, fiestas paganas, los vicios comunes al paganismo de la época. Acoger la buena noticia del cristianismo implicaba el rechazo de tantos aspectos de la vida pagana incluyendo en no pocas ocasiones el rechazo de sus propias famiias. En el primer capítulo de su carta a los Romanos, San Pablo indica algunos aspectos del paganismo que había que rechazar como el desenfreno sexual y la homosexualidad, algo que se manifiesta en nuestros tiempos también. Por otro lado, San Pablo expresa su dolor por el rechazo de Jesús como Mesías de parte de sus hermanos judíos. Los cristianos de Tesalonica había abandaonado muchas cosas, sobre todo la idolatría que en la Biblia es el pecado por antonomasia, y vivían en la alegría del Espíritu Santo. 

San Pablo los felicita y manifiesta que ello.s habían llegado a ser dignos de inmitación. Desde vuestra Iglesia, la palabra del señor ha resonadono solo en Macedonia y en Acaya, sino en todas partes. Simplemente viviendo su fe con alegría según la moción del Espíritu Santo, ellos había logrado extender la fe por otras regiones, algo que todo católico debería de considerar un deber y parte importante de su misión en el mundo. Si Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, urge comuncar la fe a otros con nuestra palabra y nuestro testimonio de vida. Vuestra fe en Dios había corrido de noca en boca, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismo  cuentan los detalles de la acogida que nos hicisteis.

¿Y cómo lograron los tesolonicences esta tarea? En primer lugar, abandonando los ídolos. Hoy en día, al menos en Occidente, no es que se adora a ídolos físicos. La idolatría que se practica es más sofisticada. Si Dios Nuestro Señor y Jesucristo no son el valor absoluto en nuestra vida y eso queda manifiesto, pues adoramos algún tipo de ídolo. La idolatría que se practica hoy en día se puede dividir en tres tipos: el poder, el placer y el dinero lo que que puede comprar. Podríamos pensar que no tenemos poder porque no somos políticos y grandes magnates, pero todo ser humano maneja algún tipo de poder. A veces se practica el abuso del poder en la famiia o en el lugar de trabajo actuando como déspotas. El placer incluye el abuso del don de la sexualidad haciendo caso omiso de la voluntad de Dios expresado en el sexto mandamiento o en otros placeres como la vida cómoda, exquisitez en los alimentos como era el caso de Rico Epulón y el Pobre Lázaro en la parábola de Jesús en el Evangelio (Lc 16, 23-31). Para otros su ídolo es el dinero, aunque el dinero en sí mismo no sirve para nada sino para comprar cosas. 

El modo de superar estos vicios es haberse vuelto a Dios para serir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo. Si la soberbía y el egoísmo y demás vicios tienen prioridad en nuestra vida, no hay lugar para Dios en ella. Aunque no somos conversos del paganismo como estos cristianos a lo que el Apóstol dirige su carta, tenemos los mismo defectos y tenemos que luchar para abandonar los apegos desordinados a todo lo que no es Dios y su voluntad. Así viviremos una vida feliz y en paz con Dios y con nuestros hermanos, practicando el primer mandamiento de la ley de Dios: Amarás tu Dios con todo el corazón, con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas y al projimo como a nosotros mismos.





sábado, 17 de octubre de 2020

DIOS ES ELÚNICO DIOS Y QUIERE SALVAR A TODA LA HUMANIDAD

HOMILÍA DEL DOMINGO XIX CICLO A DE TIEMPO ORDINARIO, 19 DE OCTUBRE DE 2020.

 Este domingo, nuestra primera lectura está tomada del libro del Profeta Isaías, c. 45. Los estudiosos de la Biblia suelen dividir el libro de Isaías en tres partes, la primera la llaman Proto-Isaias o el primer Isaías y abarca los capítulos 1 a 39 que proviene del siglo VIII antes de Cristo y es de gran importancia, también desde el punto de vista literario. Siguen los capítulos 40 a 55 que proviene de otra época que sería la época del exilio de Babilonia cuando el rey de Babilonia destruyó Jerusalén y el templo y en tres ocasones se llevó a Babilonia gran parte de la gente importante e influyente de Jerusalén y alrededores que era el Reino de Judea. Este episodio es considerado con el desastre más grande de la historia de Israel.  La nación quedó destruida, la capital Jersusalén en ruinas como también el templo. Quedaron tan solo unas cuantas personas pobres. Los hay que llaman los cc. 56 s 66 Trito- Isaías,  pero dejaremos eso para los expertos.  La mentalidad de la época era que una derrota de este tipo significa una victoria para el dios de Babilonia, Marduk. Los profetas, especialmente Jeremías, consideraban que se trataba de un castigo para Israel, para sus reyes, sacerdotes y más oficiales que habían caído en la adolatría incluso introduciendo dioses paganso en el templo para placar a las grandes potencias de la época como era Babilonia y antes Asiria. En la mente de los israelistas todavía no quedaba clara la idea de que los dioses paganos no eran nada, que el único Dios verdadero que gobierna todo el universo era Yavhé, el Dios de Israel.

Como sabemos, Israel era el pueblo escogido por Dios y eso comienza con la vocación de Abrahán que constata en el c. 12 del Libro del Génesis. Dios también hizo un pacto o alianza con Abrahán y prometió que le daría una prole numerosa y una tierra, que es Israel. Sin embargo, la historia de la salvación no comienza con Abrahán.  Vemos que desde el primer capítulo del Génesis Dios da inicio a su plan con la misma creación del universo y la creación de Adán y Eva. Siguen luego otros episodios importantes, pues debido a que el hombre no hacía más que pecar y echar a perder todo el plan de Dios en vez de cumplir su orden de multipliacarse y dominar la tierra. Pues, debido al pecado original, el hombre no cumpió las ordenes de Dios. Luego, Dios destruyó la tierra con sus habitantes salvando tan solo a Noé y su familia juntamente con los animales. Noé es como el segundo Adán y el Arca y el diluvio como el primer plan de rescate que Dios realiza a favor de los hombres. La primera alianza de Dios con el hombre no es la que hizo con Abrahán sino la de Noé. Prometió que no volvería a destrur la tierra con otro diluvio y estableció al arco iris como señal de su promesa. Es decir, la solicitud de Dios a favor del hombre no empezó con la elección de Israel como su pueblo escogido, sino se extiende a toda la humanidad. 

En toda la Biblia está claro que los priveligios que Dios otorgó a Israel no son solo para ese pequeño pueblo, sino que iba a ser el instrumento escogido para que a través de él se manifieste la solicitud del Dios por toda la humanidad e incluso por toda la creación. Dios gobierna el universo con su Divina Providencia. El mismo Jesús decía que "hasta los cabellos de nuestra cabeza estan contados", que nada, ni lo que parece insignifcante se escapa de su gobierno que se extiende al bien de la creación entera. La misión de Israel como mediador de la salvación para la humanidad llegó a su culmen en Jescristo y su Iglesia, pues la Iglesia es en palabras de San Pablo "el Israel de Dios" o el nuevo Israel.

En tode este gran plan de Dios, el c. 45 de Isaías es de notable  importancia. Nuestra primera lectura de hoy está tomada de este capítulo. Comienza: "Así dice Yahveh a su Ungido Ciro, a quien he tomado de la diestra para someter ante él a las naciones y desceñir las cinturas de los reyes, para abrir ante él los batientes de modo que no queden cerradas las puertas." Aquí Dios se dirige a Ciro, rey de Persia. En el año 538 a. C.había conquistado Babilonia y establecido un imperio enorme en todo Medo Oriente. Se le llama ungido que es lo mismo que Mesías, t´tulo reservado para el Rey David en la historia de Israel y en nuestro caso Jesús. Era pagando y no conocía a Yahvé el verdadero Dios, pero sin saberlo cumplía los planes de Dios, Hizo algo realmente extraordinario, permitiendo a los judíos a volver a su tierra e incluso les proveyó con dinero para la reconstrucción del Templo y de la muralla. 

Este profeta, llamado Deutero-Isaías o segundo Isaías es el primero en claramente declara que Yavhé, Dios de Israel es el único Dios y los demás dioses no son nada: "Yo soy Yahveh, no hay ningún otro; fuera de mí ningún dios existe. Yo te he ceñido, sin que tú me conozcas, 6.para que se sepa desde el sol levante hasta el poniente, que todo es nada fuera de mí. Yo soy Yahveh, no ningún otro;"

Creo que queda claro que "Dios quiere que todo mundo se salve y llegue al conocimieto de la verdad", según dice San Pablo, pero no podrá salvarno si no colaboramos con su plan de salvación. No basta un reconomcimiento teórico de la existencia de Dios, del hecho de que ha creado todo el universo y tiene un plan no solo para todos los seres humanos para que lleguen a conocerlo y alcancen la verdadera felicidad que anhelan, pero su plan incluye el universo entero, es decir, plantas y animales. Dice en el Libro del Apocalipsis "hago nuevas todas las cosas". El mal sera eliminado y no habrá muerte ni llanto, enjugará las lágrimas de nuestros ojos. 

¿Como es que con tanta facilidad nos olvidamos de Dios, de su plan para nosotros y nos dedicamos a poner el primer lugar en nuestra vida cosas como el dinero, el placer, el poder y la opinión de otros acerca de nosotros, o el "qué dirán", que es vanidad? Invito a todos a tomar este c. 45 de Isaías, leerlo y reflexonar sobre él para que alcancemos la verdadera sabiduria y no seamos necios "cazando el viento". Hoy en día, gracias a la tecnología, es más fácil que nunca leer la Biblia. Lo único que tenemos que hacer es descargar la Biblia Cátolica al móvil, por ejemplo la Biblia de Jerusalén y empezar a leer. Se trata de uno solo capítulo que es uno de los más importantes de todo el Antiguo Testamento. No olvidemos las palabras de San Jerónimo" Ignorancia de la Sagrada Escritura es ignorancia de Cristo. No hay excusa, pues si tenemos interés siempre hay momentos perdidos que podemos aprovechar con la ayuda del móvil no solo para ir conocimiendo la Biblia, sino también para encontrar oraciones que nos ayudarán a llevar la mente y el corazón a Dios. 

Isaías, 45 - Bíblia Católica Online

Leia mais em: https://www.bibliacatolica.com.br/es/la-biblia-de-jerusalen/isaias/45/


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sábado, 10 de octubre de 2020

¿La Biblia nos dice algo sobre cómo es el cielo?

HOMILÍA PARA EL DOMINGO XVIII DE TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 11 DE OCTUBRE 2020.

La puerta al cristianismo es la fe divina, pero ¿cómo podemos describir la fe? Primero, hay que afirmar que la existe la fe humana y la fe divina o la respuesta a la revelación divina. La fe humana es esencial para que podamos vivir en una sociedad con un nivel básico de armonía, paz y seguridad. Si cada mañana al comprar el pan, tuviéramos que preocuparnos si está envenenado. Si bien es cierto que en nuestro mundo moderno hay muchas toxinas, sea en el aire, en los fertilizantes que luego se pasan a los alimentos etc. ya conviene mejorar esta situación, pero si no tuviéramos un mínimo de confianza sobre tales cuestiones, nos volveríamos locos. La palabra fe en español proviene del latín fides que significa confianza. La fe divina es la respuesta a la revelación de Dios sobre sí mismo y su plan de salvación para todos los hombres y está recogida en primer lugar en la Sagrada Escritura, luego en los Credos, como el Niceno que recitamos en cada Misa o el Apostólico. Es razonable creer lo que Dios nos ha comunicado porque, por un lado, es posible probar con argumentos filosóficos y razonables la existencia de Dios y algunos de sus atributos como por ejemplo su omnipotencia, que es creador del universo etc. Es razonable creer lo que el Creo contiene y los dogmas de fe propuestos por la Iglesia. Se dice también que la fe es obsequium rationale, una renuncia racional o razonable. Renunciamos a la evidencia que en otros casos erigiríamos, debido a que hay argumentos suficientes para que sea razonable creer en lo que Dios ha revelado,  El Credo dice creemos en la vida eterna, es decir el cielo, pero nuestra curiosidad desearía saber algo sobre la naturaleza de esa vida plena y perfecta que no termina que llamamos la vida eterna o el cielo. No sería posible proporcionar unas pruebas evidentes sobre la naturaleza del cielo porque una de las características de la fe es la oscuridad, pero también la certeza. La fe nos da una cierta luz sobre la naturaleza de Dios y todo lo que nos ha revelado y la esperanza que nos propone, pero se trata no de  una luz comparable con el pleno día sino algo así como la aurora, que es una luz que va creciendo y en nuestro caso, llegaremos a la plena luz al pasar de este mundo a la vida eterna.

San Pablo escribe a los cristianos de Corinto que ojo no ha visto ni oído ha escuchado las cosas que Dios ha preparado para aquellos que lo aman (1 Cor 2,9). Esto se deba a que en este mundo no poseemos la capacidad o la luz que se necesita para captar lo que es el cielo y qué exactamente podemos esperar. Santo Tomás de Aquino afirma que recibiremos otra luz que llama lumen gloriae. En este mundo, se nos comunica una vida nueva, una participación en la naturaleza divina como afirma San Pedro en su Segunda Carta 1,3). Esta nueva realidad se llama también la vida de gracia que a su vez se concreta en la vivencia de la fe, la esperanza y la caridad. Un poco como la bellota y la encina, en esta vida tenemos como semilla esta nueva vida y llega a su plenitud en el cielo. Esto no quiere decir que la Sagrada Escritura no nos da algunas pistas aunque sea a través de símbolos acerca de lo que podemos esperar. Pues, si no tuviéramos ninguna noción sobre el objeto de nuestra esperanza, sería bastante más difícil mantener tal esperanza. Veamos, pues cómo nuestra lectura del Profeta Isaías 25.6-10a) de hoy  nos ayuda en este sentido. 

En primer lugar, se trata de una montaña, una imagen recurrente en la Biblia cuando se trata del encuentro de los grandes personajes bíblicos con Dios. Hay que subir a una montaña y Dios baja de su trono en el cielo. Se da en el caso de Moisés en el Monte Sinaí donde recibió las tablas con los diez mandamientos y se selló la alianza de Dios con su pueblo. De igual manera, Elías sube a la misma montaña también llamada Horeb par su encuentro con Dios luego de haber realizado un largo viaje por el desierto (1Re 19). También en el Nuevo Testamento, la montaña es un lugar privilegiado para la manifestación y el encuentro con Dios. Jesús, además de entregar su Sermón de la Montaña, también iba a orar toda la noche en montañas. Pasó su agonía en el Monte de Getsemaní y una de sus últimas aparición como resucitado fue en una montaña en Galilea (Mt 28). Al subir una montaña abandonamos la vida ordinaria de cada día y entramos un espació hermoso que nos facilita el encuentro con Dios. Además, Jerusalén está construida sobre un monte, y más en concreto el templo estaba en el Monte Sión. A este monte, Isaías se refiere en nuestro pasaje de hoy. Un aspecto de la misión del Mesías era reunir a los dispersos precisamente en el Templo o Sión.

Otra imagen que la Biblia utiliza para ayudar a nuestra imaginación al hablar del cielo es la del banquete: Dios preparará un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera, manjares enjundiosos, vinos generosos. Una de las experiencias más gozosas que experimentamos en esta vida es un banquete de bodas, una cena de Navidad y en general la posibilidad de compartir la comida en una gran ocasión. De hecho, no hay verdadera celebración sin compartir comida. Me acuerdo haber leído sobre una encuesta que hicieron en Australia sobre aquello que más alegría le da la gente, y resulta que era la de compartir un almuerzo o una cena en una ocasión importante y memorable. Hay otras experiencias como ganar un partido que lleva a la gente por unos momentos a salirse de sí mismos y expresar su alegría. Los místicos describen sus experiencias extraordinarias que solemos llamar éxtasis  como unos momentos de cielo. La diferencia de este tipo de experiencia en esta vida es que se trata de algo breve y pasajero, mientras el cielo es eterno. 

Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones. El paño y el velo pudiera significar la tristeza que siempre está cerca de nosotros mientras estamos en esta vida. Luego se dice que Dios aniquilará la muerte y enjugará las lágrimas de todos los rostros.  Se dice lo mismo en el libro del Apocalipsis, precisamente al final. La muerte está íntimamente relacionada con el pecado, pues no se trata de algo querido por Dios sino odiado por él y el mayor mal que existe. Por otro lado, no puede ser que el plan de Dios para la eterna felicidad del hombre que ha costado la sangre de su Hijo Jesucristo Nuestro Señor fracase. La Biblia termina con un gran mensaje de esperanza, adelantada aquí en el Libro de Isaías. 

En el Monte Sión donde se encontraba el Templo, se realizaba los sacrificios, la alabanza y acción de gracias a Dios por todo lo que había hecho. Sin embargo, el culto del Templo estaba destinado a terminar una vez que Jesucristo ofreció el verdadero y eterno sacrificio como Sumo Sacerdote en la cruz. Este culto consistiendo en sacrificios, acción de gracia, petición y alabanza a Dios al terminar, abre el camino para el verdadero "en Espíritu y en verdad", de paso a la Eucaristía que también es un banquete en el que recibimos a Cristo como alimento y fuerza, pan para el camino, fármaco de inmortalidad. ¿Y nosotros llegamos a nuestra celebración de la Eucaristía cada domingo llenos de alegría y con ganas de encontrarnos con el Señor  para alcanzar la alegría y el gozo eternos?  







sábado, 3 de octubre de 2020

LA VIÑA DEL SEÑOR

 HOMILÍA DEL XVII DOMINGO DEL CICLO A, 4 DE OCTUBRE DE 2020.

Probablemente el Libro del Profeta Isaías es el del Antiguo Testamento que más leemos a lo largo del año en la liturgia. San Jerónimo lo llamaba el quinto evangelio. Hoy nos toca una lectura tomada del quinto capítulo de Isaías. Desde mi tiempo en el seminario, haca ya 50 años, me ha gustado este episodio del Canto de la Viña. Como en otros domingos hay una notable coincidencia del tema de la primera lectura del Antiguo Testamento y en Evangelio de este domingo. En el evangelio, nos toca la parábola de los viñadores malvados que había hecho un contrato con el dueño de una viña, pero rehusaron entregar la parte de la cosecha que le correspondía al dueño. 

Analicemos nuestra primera lectura. Parece que se trataba de un canto tal vez ajustado al mensaje que el Profeta quiso comunicar a sus contemporáneos en Jerusalén. Se trata de un canto de amor a su viña. En el siglo octavo antes de Cristo, como hoy también, el cultivo de una viña para que dé fruto bueno y eventualmente buen vino exige mucho esfuerzo y atención de parte del viñador. Primero, la ubicación de la viña tiene mucha importancia. En este caso la viña se encontraba en un fértil collado. Esto lo vemos todavía hoy. Supongo que por estar en una loma, está más expuesta al sol y crecerán mejor las vides. La entrecavó y la descantó y plantó buenas cepas. Obviamente, la preparación de la tierra es una parte importante del eventual éxito de la vendimia y del vino que se espera. Construyó en ella una atalaya y cavó un lagar. Esto para evitar a través de la vigilancia se pudiera evitar que delincuentes pudieran entran en la viña y hacer de las suyas. En un país como Israel, donde hay mucha sequedad corresponde asegurarse de un suministro suficiente de agua. Habiendo hecho todo lo necesario para que la viña produjera buenas uvas, dio agrazones. Se pregunta el viñador ¿Qué más hubiera hecho para mi viña que no haya hecho?

La viña del Señor es la casa de Israel. Todos los detalles mencionados antes se explica con esta frase. Se trata de una alegoría de todo el amor, el cariño, la generosidad de Dios para con su pueblo Israel a lo largo de su historia. Dios lo había escogido como su propio pueblo y se había empañado en preparar todo para que se diera fruto que no se dio. Israel se había olivado de todo el amor y la entrega de Dios para él. Sobre todo los había liberado de la esclavitud del Faraón en Egipto, había hecho su alianza con Moisés en el Monte Sinaí, les había dado el maná en el desierto y los había protegido de los enemigos a lo largo de los 40 años vagando en el desierto para luego introducirlo en la Tierra Prometido y otras muchas cosas, como el envío de los profetas para que no se desviaran del camino recto, pero se habían rebelado. Dios no tenía más remedio que abandonar y  destruir la viña. Pues ahora os voy a decir qué voy a hacer con mi viña, quitar su valla para que sirva de pasto, derribar su tapia para que la pisoteen. La dejará arrasada, no la podarán ni la escardarán, crecerán zarzas y cardo, prohibiré las nubes que  llueven sobre ella". 

Este mensaje del profeta no está dirigida exclusivamente al Israel de su tiempo, es decir, el siglo VIII antes de Cristo, sino a la Iglesia de hoy que es el nuevo Israel o el Israel de Dios según nos dice San Pablo. Reflexionemos sobre todo lo que Dios ha hecho a favor nuestro; la vida, la fe, la gracia, es decir todo lo que Dios nos ha entregado gratuitamente que es él mismo, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, lo necesario para la vida diaria etc. ¿Lo alabamos, le damos gracias o simplemente nos olvidamos de Dios y somos como gente ciega que no sabe de donde vienen o a donde van? En España, tan solo  10% de los bautizados participan en la misa dominical, cuando Jesús decía "el que come mi  carne y bebe mi sangre tiene vida en sí y yo lo resucitaré en último día". Existe una generación de jóvenes mal criados y mimados que buscan "pasarlo bien", fiestas, botellones, sexo, pornografía. Otros son lo que se denominan "nini", ni trabajan ni estudian y pasan los días en la casa de sus padres conectados a Internet. No tienen ni oficio ni beneficio. Piensan que el Papá Estado los va a cuidar. ¿Qué hará el Papá Estado? Pues, como no pocos padres están por la labor de hacer los sacrificios inherentes en la crianza de sus hijos, el Papa Estado manipula  a los niños enseñándoles cómo masturbarse a una tierna edad. Ya el Papá Estado ha dejado morir decenas de miles de ancianos en las residencias, encerrándoles allí y privándoles del tratamiento médico básico, ahora acaba de introducir un proyecto de ley de la eutanasia. No ha habido protesta en contra de lo que han hecho con los abuelos, ahora van por los niños. Y cómo la gente no quiere tener hijos, a futuro el país es inviable y se convierte en un país fallido. Igual Italia y el resto de Europa. Los estudios psicológicos demuestran que el abandono de la fe, va de la mano de la crisis demográfica. 

 En Estados Unidos, donde hacen muchas encuestas, han descubierto según una de ellas que solo el 30% de los católicos creen en el hecho de que el pan y el vino en la misa se transforma en el cuerpo y la sangre de Cristo. Ahora que las iglesias han estado cerradas durante varios meses, muchos ni han regresado. He visto un reportaje en un periódico que informaba que como la mitad de los que iban a misa y no han regresado. Lo curioso es que la mayor preocupación de los párrocos entrevistados parecía ser la falta de ingresos y la imposibilidad de llevar a cabo los proyectos de mejoría en la parroquia. 

Los gobiernos están arruinando sus países con medidas completamente despropiados, pero nadie protesta. En Andalucía, hay políticos que proponen imponer el uso de la mascarilla dentro de casa. La gente cumple estos decretos irracionales pero no cumplen la ley de Dios. En la alegoría de la viña, Dios la abandona y se echa a perder cubierta de zarzas y  cardos. 

¿Dios es cruel al abandonar su "viña"? No, porque a cada uno le dio libre albedrío y si han decidido rechazar su camino que ciertamente no es un camino fácil, pero lo que vale cuesta, no podemos echar la culpa si al final acabamos en el infierno. Ciertamente, Dios es misericordioso y quiere que todos se salven y nadie acabe en el infierno, pero dado que nos ha hecho libres, va a respetar lo que hemos escogido. En el día de Miércoles de Ceniza, se nos dice "conviértete y cree en el Evangelio", cosa que Jesús dice al iniciar su predicación en le primer capítulo de evangelio de San Marcos. San Pablo nos recomienda la necesidad de "trabajar por nuestra salvación con temor y temblor". Claro, si lo hacemos habiendo puesto toda nuestra confianza en el Señor, desaparecerán el temor y el temblor.