sábado, 15 de julio de 2017

EL SEMBRADOR

HOMILÍA DOMING XV DE TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 16 DE JULIO DE 2017.

En nuestra lectura continua del Evangelio de San Mateo, llegamos a una serie de parábolas. Pordríamos preguntar por qué Jesús habla en parábolas. ¿No sería mejor y más claro hablar en lenguaje directo? Ciertamente, el lenguaje claro y contundente le conviene a un discuros filosófico o científico, per tal vez menos en el caso de un discurso religioso. De las realidades de la fe no tenemos un conocimiento directo e inmediato de manera que con no poca frecuenica conviene un tipo de lenguaje poético y simbólico que más que afirmar con condundencia, sugiere, llama la atención de la mente de una manera más adecuada a los misterios que trata la fe. Pongamos como ejemplo la parábola que el Profeta Natán le contó a David después de que éste hubiera cometido adulterio con Batsheba y de haber mandado matar a su esposo (II Sam 12) . El profeta le cuenta a David  una parábola sobre dos hombres que viviían en un pueblo, uno rico con gran númeor de animales, y otro pobre que loúnico que tenía era una oveja . Llega un amigo a la casa del rico a cenar, y lo único que se le ocurrió fue de ir a la casa del pobre y llevarse la oveja para darle de comer a su huesped. Dice la Biblia que David se levantó en cólera en contra de aquel rico y dijo: "Vive Dios, que merece la muerte el hombre que tal hizo". El profeta responde: "Tú eres ese hombre". De manera dramática, el Rey David se condena a sí mismo por el mal que ha hecho". Esto es posible gracias a la parábola y tiene un gran efecto drámatico.

Ahora pasamos a la Parábola del Sembrador. En primer lugar conviene destacar que en aquella época la semilla no era barata. Vemos al sembrador sembrarla generosamente de manera que cae al borde del camino,  sosbre tierra pedregosa, entre espinas. Si la semilla es la Palabra de Dios, como explica el mismo Jesús, el hecho de que se siembra tan generosamente y caiga sobre todo tipo de terreno nos ayuda a comprender cómo funciona la Palabra de Dios. Si el hombre está a la cúspide de la creación y todo las demás cosas que Dios ha creado en el universo las ha hecho para que puedan dar gloria a Dios a través del hombre. Nuestro ser está hecho para que podamos escuchar y acoger la Palabra de Dios. Con no poca frecuencia, la Biblia nos recuerda la importancia de abrir los oídos a la Palabra y que el hombre tiene dentro de sí una seda que sólo Dios puede colmar. "Como el ciervo busca corrientes de agua, así mi alma busca a tí, Dios mío". (S. 42,1), y la Biblia con frecuencia habla de la necesidad de buscar el rostro del Señor.  También el Salmo 94 dice: "Ojalá escuchéis la voz del Señór" No endurescáis el corazón...". De una u otra manera la Palabra de Dios se comunica a los hombres. El problema es la respuesta o la falta de ella que le dan.

Conviene reflexionar sobe la imagen de la semilla como la Palabra de Dios, pues tiene una gran potencialidad. En la parábola probablemente el Señor tiene en mente la semilla de trigo, que al final produce más trigo. En el caso de la bellota, se ve más claro cómo una semilla puede producir, dadas las condiciones adecuadas un gran árbol, la encina. Por un lado, Dios no ha dado la luz de la razón, pero la sola razón no basta porque no nos ha dado solamente una vocación terrena, una suerte de naturaleza pura, sino que nos ha llamado a la comunión íntima y eterna con él a través de nuestra unión con Jesucristto su Hijo que se ha hecho hombre para que nostoros los hombres podamos participar en la naturaleza divina, llegar a ser hijos de Dios en el Hijo. Nuestra vocación va más allá de nuestra mera naturaleza humana, pues este misterio se llama el de la gracia o la divinización, como la llaman los Padres Griegos. Además, nuestra naturaleza ya tiene como un enganche o una apertura para que pueda acoger la Palabra de Dios y esta capacidad superior se debe a que nos ha creado a su imagen y semejanza.

La semilla cae al borde del camino y vinieron los pájaros y se la comieron. Hoy en día, hay muchos que  dedican todo su empeño a custiones secundarias como puede ser el fútbol, los negocios. Ellos están al tanto de los movimientos de la Bolsa y otros temas humanos pasajeros, pero no se preocupan del destino eterno que los espera. ¿De qué conversamos con los demás? Hablamos de tantas cosas, pero ¿algunas vez tocamos algún tema profundo que realmente interesa? Muchos tachan de "beatos" o "beatas" a los que toman en serio su vida cristiana, acuden a la Santa Misa con frecuencia, dedican tiempo a la oración, a la caridad, leen libros y otras publicaciones católicas,. Eso lo hacen porque en el fondo ellos viven con superficialidad y a lo mejor se dedican a seguir la farándula de los famosos y cosas de este tipo. Dice Jesús que en este caso, el domonio llega y se lleva la semilla.  El demonio no podrñia hacer eso si no fueran superficiales y no eliminan los obstáclos que no permiten el desarrollo de la semilla y no da fruto.  
Otras semillas cayeron sobre tierra pedregoso. Se trata de personas que  sí han escuchado la Palabra y sí logró echar raíces pero con el paso del tiempo y los afanes de la vida no la han cultivado y se secó. Hay personas que sí han tendio unas  experiencias espirituales, por ejemplo, participaron en un retiro y los movió alugna lectura o una prédica o una conferencia. Decidieror poner remedio a los viciios que practicaban en su vida, pero con el paso del tiempo volvieron a sus hábitos antiguos y no perservararon. Dice Jesús: "El que pesevera hasta el final se salvará".  

Otra parte de la semilla cayó entre zarzas y la ahogaron. Jesús explica que se trata de los deseos mundano y las riquezas. Dado que nosotros vivimos en esta vida por la fe, y la fe trata de lo que no se ve, es fácil dejar la fe y buscar seguir los placeres inmediatos. y lo que el dinero puede comprar. Podemos imaginaros una planta de trigo en medio de zarzas. Las zarzas crecen con mucho más rapidez y para que pueda sobrvivir el trigo, hay que cortar y eliminar las zarzas. Así en la vida espitual, hay que tener una vigilance constante para evitar dejarnos llevar por los bienes que nos propone este mundo. Preguntémonos en qué realimente pensamos a lo largo del día, si se trata de dinero, y "pasarlo bien", de ser famoso etc. Todo esto ahoga la Palabra de Dios y la relación con El.

Al incio, hemos visto como la parábola, como pasó en el caso de David, had de interpelarnos y sacurdir nuestra conciencia. De esa manera podremos alcanzar un mejor conocimiento de nosotros mismos y de lo que realmente mueve nuestra vida. Hay tantos que viven al día sin pensar en qué tiene su vida o a qué sirve para llegar a la vida eterna. En esto coniste la  sabiduría, saber sopesar todo aquello que está a nuestro alrededor y escoger lo que verdaderamente vale y perdur hasta la vida eterna.´          

 

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