sábado, 10 de diciembre de 2016

DOMINGO DE ALEGRIA

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO

Este tercer domingo de Adviento tradicionalmente se denomina Domingo de alegría. La antífona de entrada, tomada de la Carta de San Pablo a los Filipenses, reza: Alegraos siempre en el Señor. Vuelvo a decir, alegraos. El Señor está cerca.. Desde luego que el Señor siempre esta cerca de los que   están en comunión con Él por la gracia y la fe, esperanza y caridad. Sin embargo, el contexto de Adviento implica una cercanía especial gracias a nuestra próxima celebración de la Navidad, Los misterios de Jesús  son también nuestros debido a nuestra pertenencia a su Cuerpo que es la Iglesia, a partir de nuestro bautismo. La alegría no es algo que se puede fingir. Es fruto del amor y en el caso del cristiano de la certeza de la victoria del Señor en su resurrección sobre el mal y la muerte y la seguridad de nuestra espeanza del encento definitivo con Él en el paraíso. Nuestra alegria en esta vida es producto de la esperanza, que es na virtud infundida por Dios, pues se basa en la seguridad plena de que Dios cumple sus promesas, que las ha cumplido siempre y las complirá en el futuro. En cambio, alegria y la felicidad que son lo caracteriza el cielo, ya no trata de la esperanza sino de la plena posesión del grandísmo bien que el Señor entrega a todos aquelos que le son fieles y alcanzan ese premio de la vida eterna.

El profeta Isaías, que es uno de los grandes poetas de la Biblia, intenta ayudar nuestra imaginación acerca de lo que Dios nos promete. Primero, dice que el  desierto y la tierra árida florecen. Me acuerdo cando vivía en el Norte de Chile, a un par de horas de uno de los desiertos más secos del mndo, el Atacama, se daba el fenómeno del desierto florido. A los pocos dias de la caída de la lluvia  se daba este fenómeno de una inmensa multitud de flores en el desierto con una enorme variedad de colores. Se organizan viajes turísticos para contemplar el fenómeno. Recordemos que en el libro del Génesis, se presenta el Eden como un jardín con todo tipo de árboles y flores. Tambien en esa parte del mundo, en todas las tierras bíblicas, el desierto está muy cerca y se aprecia enormemente los oasis. Luego, se menciona unos montañas y Líbano, famoso por sus bosques de cedro. El profeta insiste que Nuestro Dios viene a salvarnos. Los rescatados volverán a Sión, es decir, a Jerusalén, pues se trataria de la vueltade los exiliados, pero también se pensaba que todos los pueblos acudirían a Jersalén al llegar el Mesías.

La Carta de Santiago, que da consejos prácticos, nos invita a la paciencia en la espera como es el caso del agricultor que siembra y espera la llegada de las lluvias. Invita también a la constancia o la perseverancia porqe "el Señor llega pronto. ¿Y nosotros vivimos esta esperanza gosoza de la llegada del Señor, o nos distraemos con las cosas menudas y tal vez urgentes, pero no las verdaderamente importantes?

En el evangelio de hoy, volvemos a encontrar a San Juan Bautista, pero ya en la cárcel por dennciar al Rey Herodes que se habia unido en matrimonio  con la esposa de su hermano. Al parece, a Juan le han entrado dudas acerca de si Jesus era "el que tenia ue venir," o si se tenia que esperar a otro. Jesus responde con unas señales que según el Antiguo Testamento asegurarían de la presencia del Mesias, que esperana Israel. Los ciego recobran la visa, los cojos caminan,los leprosos son purificados, los sordos oyen, los muertoes resucitan. Ciertamente, Jesús   se refería a las curaciones que realizaba y que eran señales de su acción como Mesías, pero en la Biblia normalmente hay un significado más profundo. Es cierto que el ciego no puedo moverse sin ayuda, se pierde y no llega a ninguna parte. Pero existe la ceguera espiritual que es una realidad que afecta probablemente la mayor parte de nuestros contemporáneos. Hay grandes cientificos que estidian el cosmos y se declaran ateos. Van apendiendo mucho o o poco sobre las estrellas y las galaxias, su fncionamiento, pero se niegan a conocer el origen de toda esa maravilla que es el universo. Se limitan a decir que todo proviene de la casualaidad, pero no plantean la pregunta fndamental que es "¿por qué existe algo y no nada? No digo  que ésta sea una pregunta que la ciencia pueda resolver, pero sí ha de ayudar al hombre a ir más allá de los fenomenos observables hacia esta pregunta fundamental, que puede tener na sola respuesta razonable, y es que Dios en su infinita sabiduría  ha creado el universo y con sus leyes la mantiene en existencia.   Lo mismo digase del oído, que puede estar sordo a la llamada de Dios y a su Palabra.

Si hoy es Domingo de Alegría, pidamos al Señor la gracia de una alegría profunda que pueda contagiarse. Que nuestra esperanza en el cumplimiento de las promesas de Dios sea tan grande que nos provoque esa alegría de la que habla San Pablo y tambien Santiago.                     .  

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