sábado, 25 de abril de 2015

EL BUEN PASTOR

IV DOMINGO DE PASCUA. EL BUEN PASTOR

En este domingo es tradicional la lectura del Evangelio de San Juan c. 10, en la que Jesús se proclama EL BUEN PASTOR. La imagen de un Jesús joven que lleva una oveja sobre los hombros es una de las más antiguas que se encuentran en la Roma de las catacumbas, de manera que para los cristianos de los primeros siglos era la imagen de Jesús más querida por aquellos cristianos.

 Desde el tiempo del Papa Beato Pablo VI, se celebra también en este domingo, el Día de Oraciones por las Vocaciones Sacerdotales y a la Vida Consagrada. Ya el mismo Jesús dijo que "la mies es mucha y los operarios pocos", pero no hace muchos años o décadas no había una escasez tan apremiante de vocaciones. En el pueblo donde yo me crié en Irlanda, que tenía en aquel entonces unos 3000 habitantes, cada año salían 3 o cuatro vocaciones al sacerdocio, sin mencionar religiosas. Ahora estamos en la época de secularismo, relativismos, consumismo y otros varios "ismos", sin olvidar la revolución sexual,  y en esta época posmoderna al joven o la joven le cuesta mucho lanzarse con generosidad a consagrar su vida a la vocación del seguimiento de Jesucristo consagrándose a la misión evangelizadora de la Iglesia. Además, en la vieja Europa, (poblada ya por más y más ancianos y menos jóvenes) hay menos posibles vocaciones porque hay menos generosidad ente los padres para traer hijos al mundo, gracias en gran medida al uso de los anticonceptivos y la mentalidad anti-vida y pro-consumo, juntamente con el sistema económico y el gran número de parados. Algunos, incluso obispos,  proponen convertir la tradición bimilenial de la Iglesia de tener un clero célibe o en la Iglesia antigua continente, es decir, se ordenaba a personas casadas pero tenían que comprometerse ellos y sus esposas a seguir la "lex continentiae". Si la Iglesia logra impulsar la misión evangelizadora, si logra tener un número suficiente de sacerdotes celosos y santos que inspiren a los jóvenes a seguir al Señor, si logra  atender pastoralmente mejor a las familias, además de la oración creo que va a tener las vocaciones que necesita, aunque no siempre en suficiente número. Tengamos muy presente esta intención en este IV Domingo de Pascua. 

El tema de Dios  como Pastor de su Pueblo, y de los reyes llamados a ser pastores es muy frecuente en todo el Antiguo Testamento. Tenemos el conocido Salmo 23, "El Señor es mi Pastor, nada me falta", en el c. 37 del libro de Ezequiel, el Señor promete a través de las palabras del profeta, que dado el fracaso de los reyes y su infidelidad, él mismo sería el Pastor de su Pueblo, Israel. Obviamente este sería el contexto de la declaración de Jesús que Él es el Buen Pastor. Lo que Dios había prometido a través de Ezequiel se cumple en Jesús. Esta afirmación sería también una clara afirmación de su divinidad, como lo son las palabras del Prólogo del mismo Evangelio de San Juan, "El Verbo era Dios".

Estamos tan acostumbrados a esta noción de Jesús como Buen Pastor y  la pastoral, que casi no nos damos cuenta de lo que implica que Jesús sea el Buen Pastor que da la vida por las ovejas. Sin duda nos parece bien que un pastor cuide sus ovejas, que las guíe a buenos pastos, que haga todo lo posible para defenderlas cuando aparece un lobo o una jauría de lobos. Pero también nos parece normal que en el caso de haber hecho todo los posible para defender su rebaño de los lobos, y los lobos comiencen a atacarlo a él, que se dé a la fuga para salvar su propia vida, pues la vida de una persona no tiene ninguna comparación con la de unas ovejas. Sin embargo, ésta no es la lógica que sigue Jesús. Él como Buen Pastor está llamado a entregar su vida por sus ovejas, es decir todos nosotros y lo hizo en la cruz. ¿No parece exagerado esto también en cuanto que gran parte del Antiguo Testamento nos cuenta la infidelidad del pueblo, la multiplicación de los pecados, sobre todo la idolatría, pues todo pecado grave es una idolatría en cuanto que a través de él colocamos a otra cosa en el lugar de Dios, lo convertimos en ídolo y le rendimos culto? La lógica de Dios no es la nuestra. Recordemos la parábola de los viñadores malvados y cómo el dueño de la viña les arrendó su viña para que produjeran su fruto, El dueño de marchó de viaje y cuando mandó a sus servidores a cobrar luego de la cosecha, no quisieron pagar, los  atacaron  incluso mataron a uno de ellos. Luego mandó más, y les pasó lo mismo. Luego decide enviar a su hijo con la esperanza de que lo fueran a respetar, pero se dijeron ente sí, que es el heredero y lo mataron "fuera de la viña". ¿Pero qué dueño de una viña arrendada cuyos inquilinos no pagaran lo debido. Ningún pastor dejaría abandonadas 99 ovejas en el desierto para buscar a una y luego hacer fiesta por haberla encontrado. Cualquiera lo consideraría irresponsable incluso loco.

Otro aspecto del cuidado del Pastor por sus ovejas es que ellas conocen su voz y que los llama por su nombre. "Yo soy el Buen Pastor. Conozco a mis ovejas y  mis ovejas me conocen a  mí, como el Padre me conoce y yo conozco al Padre y daré mi vida por estas ovejas".  Jesús afirma que conoce a cada uno personalmente y por su nombre y que las ovejas reconocen su voz. Esto nos puede parecer exagerado también porque posiblemente tenemos una noción de Dios como uno que no se involucra mucho en nuestras vidas y lo más que alcanza es conocernos por mediadores, pero no es así. Ya el salmo 139 expresa cómo nos conoce Dios: "Señor, tú me escrutas y conoces: sabes cuando me siento y cuando me levanto, mi pensamiento calas desde lejos: esté yo en camino o acostado, tú lo adviertes, familiares te son todas mis sendas" (S 139,1-2). Es más, las ovejas reconocen la voz del pastor y la siguen, cosa que no hacen con otro que no es el pastor.

Dios quiere que este aspecto de la misión de Jesús, el de ser Buen Pastor perdure en su Iglesia a través de nuestro obispos y sacerdotes. Promete en el libro de Jeremías que dará pastores a su pueblo. Por eso, estamos pidiendo al Señor que cumple para nosotros esta promesa. Pero podemos suponer que el Señor siempre cumple sus promesas, debido a que una de sus principales cualidades, según la experiencia de su pueblo Israel, es la de la fidelidad. Es constante y "eterna es su misericordia". Los pastores humanos, que han sido elegidos para representar al Señor no siempre han cumplido su misión con fidelidad, y debido a sus falencias han hecho mucho daño a la Iglesia, dificultado su testimonio en el mundo. En décadas recientes esta realidad se hizo más patente con la crisis de la pederastia de un cierto número de sacerdotes y el mal manejo del tema de parte de no pocos obispos. Además de pedir al Señor que mande operarios a su mies  en este Domingo de Oración por las Vocaciones, pidamos por la fidelidad y perseverancia de los que ya obran en la viña del Señor.

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