DOMINGO DE LA PASIÓN DE DE RAMOS.
Introducción
Al empezar la
Semana Santa en este domingo nos toca escuchar la versión de la
Pasión del Señor del Evangelio de San Marcos que corresponde al
ciclo B, mientras los los otros dos años se leen la Pasión según
los otros dos evangelios sinópticos y el Viernes Santo la Pasión
según San Juan. Según algún autor los evangelios son un relato de
la Pasión con una larga introducción. En cierto sentido es una
observación correcta y en general el Misterio Pascual de la muerte y
Resurrección de Jesús proyecta su sombra sobre el resto de los
evangelios. Al estar de pie para escuchar el largo relato podríamos
pensar que es algo ya bastante conocido, pero cada evangelista, pese
a manejar los mismos datos fundamentales, tiene sus matices propios.
Hoy vamos a fijarnos en cinco aspectos característicos del Evangelio
de San Marcos de la Pasión.
1. San Marcos da
inicio a su relato con una cena en la casa de Simón el Leproso. Allí
se presenta una mujer con una jarra de alabastro lleno de un perfume
muy costoso y lo vierte sobre la cabeza de Jesús. En aquella época
los perfumes eran muy caros y eran traídos de países lejanos. Por
ello, algunos de los presentes se escandalizan acerca de tal gasto,
preguntando por qué no se había dado el dinero a los pobres. Sin
embargo, Jesús defiende a la mujer y la generosidad de su gesto,
diciendo que los pobres los tienen siempre con ellos, pero a Él no,
y que los ha hecho la mujer se recordará siempre y en todas partes
del mundo donde se predicaría el Evangelio, pues se trataba de una
anticipación de la unción de su cuerpo para la sepultura. Jesús
era plenamente consciente de su destino y que en aquella fiesta de la
Pascua se cumpliría el plan de su Padre de su entrega total
simbolizada por gesto de la mujer con el perfume. De hecho, el hecho
de que acabamos de escuchar esto en el Evangelio de San Marcos
confirma que lo que dijo Jesús se está cumpliendo. No se trata,
pues, de un acto completamente razonable, sino más bien la mujer
derrocha el perfume como manifestación de un gran amor. De la misma
manera todo lo que Jesús hace en esta última semana de su vida
parece extravagante y podríamos preguntarnos si realmente era
necesario llegar a un extremo tal como morir en la cruz. Se trata no
de la lógica humana sino de la del amor de Dios.
2. Al final de la
Última Cena, en la que es fácil imaginarnos el ambiente de tristeza
y expectación, pues Jesús sabía perfectamente lo que le iba a
suceder y los apóstoles no tenían conciencia de la trascendencia de
la hora que estaban viviendo. Jesús había realizado el gesto de
tomar el pan y el vino y repartirlo entre ellos mandándoles a hacer
lo mismo siempre en memoria de Él. Judas había partido para cumplir
su pérfida traición. San Marcos escribe: “Y habiendo cantado
un himno, salieron hacia el monte de los Olivos” (14,26). No
parecería el momento oportuno para cantar considerando que Jesús
sabía perfectamente la suerte que le esperaba al cruzar la ciudad y
salir de ella hacia el Monte de los Olivos donde se encuentra
Getsemaní. ¿Por qué canta
Jesús? No podríamos imaginarnos o inventar este hecho. En la
misa cantamos a pesar del hecho de que estamos conmemorando lo que
sucedió en aquella noche tremenda y el día siguiente de Viernes
Santo. Aquí se expresa la confianza del triunfo definitivo del amor,
del bien sobre la terribles tinieblas de aquellas horas. En la misa,
después de la consagración aclamamos: “Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección, ven, Señor Jesús. La historia de
Jesús no termina con la muerte sino que pasa por la resurrección y
llega a su su segunda venida que esperamos.
3.
Luego de ser preso Jesús y que los apóstoles se escaparan
San Marcos comenta lacónicamente “se escaparon todos” y relata
un episodio curioso. Había allí en la zona un joven que
seguía a Jesús cubierto tan
solo con una sábana, en griego sindona, que
es la misma palabra que se utilizaba para el vestido que se colocaba
sobre el cuerpo de los bautizados. Los guardias cogen el vestido y se
escapa desnudo. Algunos exegetas opinan que se trataba del mismo San Marcos, pues la tradición nos indica que su madre fue la dueña de la casa donde Jesús celebró la Última Cena. Sea esto así o no, podemos ver aquí que seguir a Jesús es peligroso,
porque su camino llega a la cruz. En la Iglesia antigua luego de un
largo período de preparación el candidato para el bautismo era
inmerso en el agua, lavándose simbólicamente todos sus pecados y
luego era ungido, como símbolo de su participación en la triple
misión de Jesús como Profeta, Sacerdote y Rey. El joven se escapa
desnudo, lo cual significaría en el caso del bautismo la entrada del neófito en la nueva vida, así
como Adán y Eva antes de su caída en el pecado original en el
paraíso. Gracias a nuestro bautismo también nosotros ingresamos
simbólicamente en el nuevo Edén, el nuevo paraíso.
4.
Enseguida después de la
muerte de Jesús, Marcos nos informa que la cortina que dividía la
parte interior del templo de Jerusalén, el Santo de los Santos,
donde sólo una vez al año en la ocasión de la Fiesta de la
Expiación el Sumo Sacerdote podía entrar para ofrecer el incienso.
Ahora en cambio, con la muerte de Jesús, se abren las puertas de los
más íntimo de Dios para que podamos entrar en pleno comunión con
Él a través de Jesús.
5.
El quinto episodio que quiero
comentar en el relato de la Pasión según San Marco, es que después
de la muerte de Jesús en la cruz, el centurión, es decir, el
capitán del pelotón de los soldados que habían realizado el
trabajo de la crucifixión de Jesús y los otros dos que fueron
ajusticiados con Él, exclama: “Verdaderamente este hombre era Hijo
de Dios”. Antes de ese momento San Marco presenta a las autoridades
judías y a los mismos soldados “blasfemando” y burlándose de
Jesús, diciendo que había salvado a otros,pero no puede salvarse a
si mismo. Ahora de manera inesperada aparecen estas palabras de un
oficial del ejército de los Romanos que expresan una verdad
fundamental. Luego de haber asistido todo el drama de la muerte de
Jesús y de haber contemplado la actitud de Jesús, este hombre
pagano expresa esta verdad fundamental acerca de la identidad de
Jesús. De hecho, en el mismo primer versículo del Evangelio de San
Marcos, el evangelista expresa su objetivo fundamental al escribir:
“La Buena Noticia (euangelion)
de Jesús (nombre que significa Yahvé salva),
hijo de Dios”. En
el centro del evangelio, en el c. 8,29, tenemos la confesión de fe
de San Pedro, el momento culminante y primera profesión de fe en
quien es de verdad Jesús. A partir de ese momento siguen tres
predicciones de la Pasión, muerte y resurrección de Jesús, y ahora
en el momento de la muerte de Jesús este oficial militar romano
proclama la misma verdad que San Pedro. Es más, San Marcos había
planteado constantemente a lo largo de su evangelio la pregunta que
afloraba en la mente de la gente al contemplar las obras maravillosas que
realizaba Jesús y escuchar su mensaje, “¿quién es Jesús?”.
La respuesta viene tanto de San Pedro, representando al Pueblo de
Israel como de este soldado pagano representando a los gentiles, es
decir todos nosotros.
Conclusión
Ojalá que estos cinco episodios que hemos recogido de San Marcos nos
acompañen a lo largo de estos días de Semana Santa y también
nosotros demos un paso nuevo en el conocimiento de Jesús y todo lo
que significa para nuestras vidas.
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