sábado, 1 de febrero de 2020

PRESENTACIÓN DEL SEÑOR EN EL TEMPLO, JORNADA DE LA VIDA CONSAGRADA Y LA CANDELARIA

PRESENTACÓN DEL SEÑOR EN EL TEMPLO.

La fiesta de hoy es de notable importancia, pues el evangelio nos relata cómo Jesús llega por primera vez al templo llevado por María. Se trata de la celebración de la consagración de Jesús, como todo niño primogénito hebreo al Señor. Antes de la reforma litúrgica promovida por el Concilio Vaticano II, se solía llamar la Purificación de la Santísima Virgen María. No es que se haya olvidado del papel de María en todos los misterios de Jesús ya desde la Anunciación del Ángel. Tiene que ver también con la consagración de Jesús y el aspecto de la luz se recoge con las palabras del anciano Simeón "luz para ilumnar a las naciones y gloria del pueblo Israel.

La primera lectura es del Profesta Malaquías que es el último de los profetas del Antiguo Testamento. Eñ entrará en el santuario del Selir el que el pueblo busca "el mensajero de la alianza que vosotros deseáisl". Ya con el profeta Ezequiel la gloria del Señor se levanta y abandona el templo encima de la puerta de oriente y posteriormente regresa. Esto sucede debido a la infidelidad de los reyes, sacerdotes y del pueblo. Ahora, refiriéndose al futuro el profeta describe como regresa el Señor utilizando las imágenes de un fundidor de la plata que con el fuego purifica la plata y el que blanquea la tela blanca con lejía, cosa que se realizaba fuera de los muros de la ciudad debido al olor desagradable que producía. El encuentro con el Señor pide una purificación del hombre, pues no es digno de entrar en la presencia del Señor o en su templo que era el lugar en el que se hacía presente Dios en medio de su pueblo.

El Salmo 23 es un canto de alabanza dirigido al Señor como Rey de la Gloria que entra en su templo "¿Quien es ese Rey de la GloriaEs Señor. Dios de los Ejércitos. Él es el Rey de la Gloria". Jesús niño, que entra en el templo por primera vez, es el Rey de la Gloria y podemos ver cómo toma posesión de su templo.

"Todo primogéntio varón será consagrdo al Señor". De ahí la celebración de la Vida Consagrada como la establecía el Papa San Juan Pablo II. Es cierto que desde los primeros tiempos de la Iglesia, existían tanto hombres como mujeres que, siguiendo los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, se dedicaban exclusivamente al Señor, yendo más allá de los mandamientos para hacerle presente en el mundo de manera más cercana a como El vivió. En los primeros siglos vivían en las comunidades y se dedicaban, además de la oración, al servicio de las personas más necesitadas en la comunidad. De ahí que los Santo Padres, casi sin excepción alababan esta vocación y la veían como un adelanto o traer a este mundo los bienes que todos estamos llamados a alcanzar en el cielo, según lo que el mismo Jesús había dicho. La Iglesia no podría prescindir de la vida religiosa en sus diversas formas porque faltaría algo fundamental de lo que el mismo Jesús quiso dejar en este mundo después de su Ascensión. También la Sma. Virgen María, además de ser Madre de Jesús es la siemrpre virgen consagrada de esa misma manera a las cosas del Señor. Luego cuando terminaron las persecuciones con el Emperador Constantino, surgió el movimiento de hombre y mujeres llamadas a vivir los mismos consejos evengélicos primero como ermitaños en el desierto, para posteriormente unirse en comunidades en conventos o monasterios. En el siglo XIII con las órdenes mendicantes, especialmente los Franciscanos  y Domínicos se pasó ya a no querer vivir lejos de las ciudades sin dentro de ellas y dediándo de manera especial a la predicación y la enseñanza. En el caso de la Orden de la Merced se trataba de la liberación o redención de los cautivos que los moros raptaban y llevaban a África, una gran obra de misericordia. A partir del siglo XVI con la fundación de la Compañia de Jesús se dio inicio a otro tipo de orden religiosa que se dedicaba a las misiones, a la enseñanza y otros tipos de obras. En el siglo XX,se introdujo otro tipo de vida consagrada, ahora más dentro del mundo sin necesidad de vivir en un convento o llevar hábito, pero todos tienen en común la consagración al Señor a través de los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia. Todos están llamados a ser luz en medio de un mundo cada vez más oscuro y que no solo se aleja de los  la invitación de Jesús de servirle en los consejos evangéicos sino rechazando los mandamientos, de los principios de la ley natural. De ahí la costumbre de una procesión con candelas en este día.

Encomendemos al Señor y a la Sma. Virgen María a todos los religiosos y religiosas de la Iglesia para que sean fieles a su vocación y su testimonio vaya a atraer a muchas vocaciones renunciando los que presenta el mundo y encontrando la verdadera felicidad en el seguimiento del Señor y el servicio a los hermanos, pues los consejos evangélicos constituyen una manera particularmente eficaz de amar a Dios con todo el corazón, con toda la mente y con todas nuestras fuerza y al prójimo como nosotros mismos.

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