En la Biblia, una gran parte de los libros son los prféticos. También hay relatos de profetas en otros libros como los Históricos, como es el caso de los profetas importates Elías y Elisha en el Segundo Libro de los Reyes entre otros. En casi todos los casos, se nos da un relato de la vocación del profeta, por ejemplo en el caso de Isaías se da en el c. 6 como una experiencia que tiene de Dios e el templo y se ofrece a ir de parte de Dios a ser profeta para el pueblo. De modo semejante, en el caso de Jeremías, el relato de su vocación se encuetra en el primer capítulo donde Dios lo llama a ir a proclamaar su palabra al pueblo y le dice que lo ha escogido desde el seno materno. Jeremías, como también otros como es el caso de Moisés, se consdera incapaz por se demasiado joven. Se calcula que tenía unos 18 años. Dios insiste y acepta. La misión profética de Jeremías le resulta durísima porque ni los reyes, ni los sacerdotes, ni prácticamente nadie acepta lo que proclama. Se queja con Dios, pero resulta que la palabra esá en su interior como un fuego que lo consume y no encuentra modo de escpasre de tan dura tarea.
Hoy, pues, nos toca escuchar el relato de la misión profética de Ezequiel, que recibió su vocación profética en Babilonia en la ribera del Río Kebar. Dios manda al profeta a una "raza de rebeldes" "una casa de rebeldes". Es decir, que el pueblo, desde los reyes para abajo, no han cumplido la alsianza hecha con Dios sino que se ha rebelado en contra de Él. Hay profetas que han sido enviados a proclamar la palabra del Señor fuera de Israel, como Moisés enviado al Faraón para pedir que libere su peublo de la opresión, o Jonás que se enviado a Ninevé para proclamar la palabra de Dos y pedir a auqellos paganos arrepentirse para evitar la catastrofe de la destrucción de su ciudad. Ezequiel es enviado a los hebreos exiliados que se encontraban con él eb Babilonia.Isaías y Jeremías fuerenviados al Pueblo de Israel en Jerusalén. La misión profética a los más cercanos, al mismo pueblo al que pertenece el profeta, como también fu eel caso de Jesús en Nazaret, es una misión mucho más difícil. La gente ve al profeta como uno de ellos que conocen y son conscientes de sus defectos y limitaciones.
Podríamos pensar que toda esta historia de los profetas no tiene que ver con nosotros en el siglo XXI, pero no debenos de olvidar que en nuestro bautismo fuimos consagrados como "sacerdotes, profetas y reyes", es decir, se nos dio un aparticipación de la misión profética, sacerdotal y real de Jesús, y eso viene con unas obligaciones. Resulta que el Concilio Vaticano II proclamó que la Misa es "centro y cumbre de toda la vida cristiana", ¿y qué procentaje de los que se dicen católicos cumplen la obligación grave de participar en la Misa cada domingo? En esta zona, cuando mucho 5%, y la gran mayoría de ellos señoras de más de 65 años. En Estados Unidos, 67% de los que se dicen católicos aprueban el mal llamado "matrimonio gay", un porcentaje más o meos igual que los que se declaran ateos o agnósticos. No es que vayan a hacer campaña a favor de lo gay o salir a participar en los horrosos desfiles del así llamado orgullo gay, pero por inercia lo apoyan. En España, las estatísicas son similares y un porcentaje similar afirma que el aborto se puede permitir en ciertas circunstacias. O sea, ser católico segú la mayoría de los que dicen serlo no implica ninguna diferencia en cuanto a estos y otros temas totalmente prohibidos por la moral católica.
¿Para ser buen católico, nos parece suficiente ir a misa los domingos? Pues, no pocos de los que votarn a favor del aborto en el reciente referendum en Irlanda van a misa y algunos incluso leen las lecturas y son ministros extraordinarios de la comunión pese a aprobar la matanza de nilos no nacidos totalmente inocentes. ¿Y los que estamos convencidos que todas estas cosas son inmorales y hacen mucho daño a las personas, las familias y a la socieded, pero estamos dispuestos a defender y dar a conocer lo que la Iglesia enseña y por ello lo que es la Voluntad de Dios? Parece que no porque preferimos callar y evitar "meternos en líos". Sin embargo, la misión profética, es decir la de proclamar la Palabra de Dios incluso a los que no la qjuieren escuchar atañe no solamente al clero y a los religiosos sin a todos los bautizados.
Supongo que nosotros pensamos que si hubieramos vivido en Alemania bajo el gobierno Nazi, que hubieramos protestado o no hubieramos aceptado la desaparición de los judíos y demás desanes que cometían los Nazi. En realidad, las cosas son de otra manera, pues así como la gran mayoría de los alemanes de los años 30 y 40 se dejaron engatusar por la propaganda Nazi. Hicieorn la vista gorda a los crímenes que cometían Hitler y sus compinches. Hace unos tres años, estando yo en la parroquia de mi hermana en Irlanda, después de la misa había un joven buscando firmas en contra del aborto fuera de la Iglesia, y casi nadie le dio la firma, aunque la mayoria de los que salían de la misa eran personas mayores y suponemos devotas.
La misión profética implica exponerse a muchos sinsabores y obstáculos, pues la Palabra de Dios, que es la que el profeta está llamado a proclamar es algo que la gran mayoría incluso de los devotos no quieren escuchar. ¿Y yo qué?
No hay comentarios:
Publicar un comentario