HOMILÍA DEL III DOMINGO DE TEIMPO ORDINARIO, CICLO B, 21 DE DICIEMBRE DE 2018.
¿Qué quiere decir San Pablo cuando dice a los cristianos de Corinto que "el tiempo es breve" y qae nuestro mundo pasa. ¿Exagera, pues ya hace más de 1900 años que escribió esta palabras y el mundo sigue. En teoría sabemos que nuestra vida es breve, y aunque vivamos más de 90 años, al final todos moriremos aunque preferimos olvidarnos de esta verdad ineludible y dedicarno sa los asuntos mundanos como si fueran los únicos. Prosigue, "de ahora en adelante, los que tengan mujer, que vivan como si no la tuvieran; los que lloran como si no lloraran: los que se alegran como si no se alegrasen; los que ompran como si no poseyeran; etc. Aquí el Apóstol quiere comunicar un mensaje de gran importancia y urgencia.
La primera lectura tomada del Profeta Jonás, profeta que ni siquera quiso cumplir el mandato que le dio Dios, y se escapó hasta darse cuenta de que no tenía más remedio, cuenta como los habitantes de Ninevé, ahora parte de Irak, hicieron caso al mensaje tremendo y urgente de este profeta renuente. El mensaje les decía que si no se arrepentían, todos ellos se morirían y desde el rey para abajo, toda la gente se puso saco y se echó encima cenizas como señal de penitencia y arrepentimiento. Aquí también hay una gran urgencia. Tenían tres días para arrepentirse o enfrentarse con la destrucción de su cidudad, como sucedió con Sodoma y Gomorra por no arrepentirse y seguir en sus pecados. ¿A quienes nos asemajamos nosotros, a los de Ninevé, o a los de Sodoma y Gomorra?. Vivimos en una cultura que hace caso omiso de la gravedad del pecado, sobre todo los pecados en contra del sexto mandamiento, pero también otros mandamientos como el tercero que nos manda santificar el sábado, que para nosotros es el domingo, día en el que Jesús resucitó de los muertos y alcanzó la victoria sobre el mal, el pecado y la muerte.
Pasemos ahora a explicar por qué San Pablo hace las afirmaciones que nos podrían parecer exageradas y por qué tenemos que hacerles caso. Al final de cada lectura de nuestra liturgia se dice "Palabra de Dios", pero ¿tomamos en serio eso? San Pablo, como los demás escritores bíblicos nos coumunican lo que Dios el Espíritu les ha inspirado y movido a escribir para nuestra salvación, es decir, para poder vivir según la voluntad de Dios en esta vida y así llegar a la vida eterna o al cielo como solemos decir. Para San Pablo, con la resurrección de Jesucristo se ha inaugurado un nuevo mundo, se ha abierto una nueva dimensión de la realidad que relativiza todo lo demás. Se trata de un trastorno de los valores que tenemos, o de lo que consideramos impoortante y tanto nos preocupa en este mundo. Estas realidades que menciona como estar casado o no, estar triste o no, alegrarse o no, comprar y poseer bienes materiales o no no forman parte de los auténticos valores que Jesucristo revela y manifiesta con su resurrrección porque, como dice el Libro del Apocalipsis, "hago nuevas todas las cosas ".
Dice Jesús "buscad el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añandidura". San Pablo dice "la figura de este mundo pasa", pero nosotros nos damos cuenta de que nuestra permanencia en este mundo no es eterna y sus valores son pasajeros y no eternos. ¿Qué considera valioso la gente hoy en día? El así llamado bienestar, tener seguridad, tener trabajo, casa y lo necesario para vivir etc. Para otros la más valioso es la salud. Ciertamente, estas cosas tienen su importancia pero no consituyen el valor supremo, aquello que hemos de buscar todo todo nuestro empeño. Como dice Jesús en otra ocasión "hay que hacer esto sin omitir aquello". "¿Qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo si pierde su vida", es decir la vida eterna, la verdadera vida, la felicidad que no termina. Dice San Agustín: "Nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto si no descansa en tí".
Si como San Pablo estuviéramos convencidos de que "la figura de este mundo pasa" y que Dios nos llama a una felicidad plena que no acaba, nos declararíamos cristianos católicos sin tomar en serio los compromisos que eso implica?
El otro día estuve viendo una película sobre el hundiiento del Titanic. ¿Por qué se hundió ese barco hecho con la más moderna teconología de la época en su primer viaje transatlánico? Porque en parte estaban convencidos de que era inhundible. Probablemente por esta falsa confianza ni siquiera llevaba la mitad de los botes salvavidas para que pudieran salvarse todos los pasajeros. Murieron 1500 y se salvaron 713. Cuando les avisaban que se iba a hundir el barco algunos no querían creerlo. Se hundió debido a la arrogancia de la naivera, que además, escondió el hecho de que se había dado un incendio en el cuarto de los motores unos días antes de la partida, cosa que debilitó el acero y probablemente fue lo determinó el hundimiento del barco. Es una imagen de cómo vive mucha gente en nuestro mundo. Dice Jesús sobre la gente que vivía antes del diluvio, contteporáneso de Noe, que comían y bebían, se casaban hasta el día que Noé ingresó en el Arca. Llegó el diluvio y se los llevó. "Así será en el dñia dle Hijo del Hombre" (Mt 24,38 cfr. Gen 7,23). No podemos decir que no hemos recibido advertencias.
El nombre Jesús significa "Yahvé salva" o El Señor salva. ¿De qué nos salva Jesús? Pues de la muerte eterna que es el infierno? No seamos necios y tomemos en serio las advertencias que nos da la Palabra de Dios. En nuestro pasaje evangélico de San Marcos hoy, hemos escuchado el relato de la vocación de los primeros apóstoles en la ribera del lago de Galilea, pues eran pesadores. Jesús los llamó enseguida y ellos dejaron las redes y lo siguieron. Cuando Jesús llama, hay urgencia y no quiere que se anteponga otros consideraciones.
sábado, 20 de enero de 2018
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