Este pasaje del Evangelio de San Mateo, como varios más forma parte de las polémicas de Jesús con los fariseos, escribas o expertos den la ley, En esta ocasión hay también adeptos de Herodes, que los había entre los ljudíos. Plantean una pregunta tampa a Jesús. Se trata de un dilema. Si dice que no se pague los impuestos a los romanos, se le podría acusar de revoltoso y revoluiconario. Si dice que se paguen, entonces se le podría llamar filoromano, y poco solidaiio con su pueblo que estaba bajo el dominio de lso romanos.
También hay que notar que los que se oponen a Jesús aun siendo personas religiosas y conocedores de la la revelación divina contenido en el Antiguo Testamento, no tienen escúpulos en su esfuerzo de destruir a Jesús a través de la preguna capsiosa. Una cosa es el debate teólógico, pues pueden caber varias opiniones acerca de un punto en discusión pero existe el peligro del ataque personal, el de poner en duda la sinceridad del que se opone a la posición propia llegando a demonizarlo y a destruir su reputación. Los mediaevales hablaban de lo que llamaban odium theologicum que superar en vehemenica otos tipos de odio. Con no poca frecuncia, cuando se dan desacuerdos entre grupos de católicos algunos se dedican a descalficar a los otros. Esto suele ser señal de que no tienen agrumentos váildos con los que pueden legítimamente defender su tesis.
Jesús va más alla de la pregunta concreta que le hacen. Entiende que Diios ha dado a los hombres una cierta autonomía para gobenarse según ciertos principios de justicia que puede descubrir. Existía una autonomía de los asuntos humanos sociales y no se tiene que esperar que existe una revelación divina gracias a la cual deberíamos de deducir todas las normas de convivencia social y política. Dios ha creado al hombre a su imagen y semeanza, y parte de esta imagen es precisamente trata de cómo se ha de gobernar según una serie de leyes. No obstante, tal poder de gobernar y formular leyes no está sin sus límites.
Según nuestra primera lectura del Libro de Isaías, aparece la figura del Rey Ciro de Persia, y se le denomina ungido o mesías, que también el poder soberano de Dio sosbre todos los aspctos de nuestro mndo y de nosotros mismos así como la sociedad. Si bien es cierto que existe una legítima autonomía de los asuntos temporales, también hay que afirmar a otro nivel la soberanían de Dios y la universalidad del reinado de Jesucristo, como él mismo afirma al enviar a los discípulos a evangelizar y bautizar: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra" (Mt 28,16-20).
Por una parte, podemos admirar la habilidiad de Jesús y su inteligencia al salir al paso de una situación complicada y por otra, aprender la lección de evitar caer en la trampa de demonizar a los que no están de acuerdo con nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario