sábado, 26 de agosto de 2017

!Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios!

HOMILÍA XXI DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO CICLO A, 27 DE AGOSTO DE 2017.

 Romanos 11, 33-36
¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos!
¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva?
Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén. 

Hoy proseguimos con la lectura de la Carta de San Pablo a los Romanos, su obra maestra teólogica. Llegamos al final de los tres capítulos 9-11 que tratan de la misión de Israel y el hecho doloroso para San Pablo de que la mayoría de los judíos no reconocieron a Jesús como el verdadero Mesías esperado cuyo camino había quedado preparado por los profetas. San Pablo intenta comprender este misterio. Afirma que los dones de Dios son irevocables, de manera que Dios no revoca su alianza con Israel y todavía quiere llevarle la salvación por Jesucristo, y eso se dará antes del final de los tiempos. ciertamente de manera misterioso, Al llegar al final de esta parte de su carta, San Pablo irrumpe en un himno a la generosidad, la sabiduría y el conocimiento de Dios .. No le queda más que decir que sus decisiones son insondable, y sus caminos irrastreables.

 El teólogo se enfrenta con muchos misterios, pero no puede rendirse y decir que se trata de un misterio, sino que tiene que ir lo más lejos posible en su búsqueda de una explicación .. Por ejemplo, está el problema de que Dios quiere que todos se salven, pero no parece que se vaya a cumplir. No podemos descartar que algunos o muchos se perderán e irán al infierno. Otro tema espinoso es el de la predestinación. No podemos pensar que Dios ha crado a algunos para  condenarlos, pero si quiere salvarlos, ¿por qué no lo hace? Si Dios es eterno y vive en un presente eterno, sin pasado y futuro, ya sabe todo lo que vamos a hacer y decidir en lo que es futuro para nosotros. ¿Entonces cómo funciona la libertad? Luego hay problemas más existentenciales para nosotros. ¿Por que Dios creó un mundo imperfecto sujeto a desastres naturales que tanto sufimiento causan? ¿Cómo es que Dios permite que nazcan niños con problemas de salud congénitos que a veces los llevan a la muerte en poco tiempo, como el caso reciente del niños inglés que trascendió tanto en los medios de comunicación? Otro problema que se maneja en la misma Biblia, por ejemplo de manera dramática en el Libro de Job: ¿por qué algunos que son malos aparentemente prosperan en este mundo, mientras muchos buenos sufren persecuciones y desgracias una detrás de otras, como Job?

Después de hacer un gran intento comprender la situación de los judíos en relación con su rechazo de Jesús como Mesías, a San Pablo no le queda más que irrumpir en un cántico de alabanza de la sabidúria misteriosa de Dios, como queda citado arriba. Sí, hay que hacer un esfuerzo por comprender los caminos de Dios pero al final, tenemos que ser humildes y reconocer que la sabiduría de Dios es infinita y sus caminos insondables. A nosotros no nos toca colocar a Dios en el banquillo y cuesitonar el por qué de lo que hace. Somos como personas que intentamos ver por una rendija lo que pasa en un Teatro. Podemos captar algunos detalles y elementos pero no podemos captar la trama entera de la obra . Pongamos el caso de un niño de cuatro años que no entiende por qué sus padres no le permiten hacer ciertas cosas. Aunque se rebele y echa un berrinche, al final tiene que aceptar que los padres saben más que él y confiar en ellos y obedecer. Es imposible que el niños con su corta edad capte los peligros que pueden venir si los padres le dejan hacer lo que le da la gana. Así nosotros, nuestra mente humana limitada no alcanza comprender los planes de Dios y por qué, por ejemplo, hizo un mundo impertecto. Los teólogos pueden ayudar al dar algunas explicaciones, pero no llegan al fondo del asunto proque los caminos de Dios son insondables. Así es cómo San Pablo, después de esfuerzo por comprender la suerte de los judíos en el plan de Dios en Jesucristo y cómo al final podrán salvarse, se rinde y lo único que le queda es maravillarse ante las obras extraordinarias de Dios.          

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