sábado, 13 de marzo de 2021

ENCUENTRO DE JESÚS CON NICODEMO E N LA NOCHE.

 HOMILÍA DEL IV DOMINGO DE CUARESMA, 14 DE MARZO 2021.

Este domingo nuestro evangelio es del tercer capítulo de San Juan. SE trata de un evangelio en el que el simbolismo es muy importante. Comienza: Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado de los judíos. Fue a visitar a Jesús de noche. Además de expresar el hecho de que en realidad fue de noche, indica también que estaba en las tinieblas, pues el simbolismo de la luz y las tinieblas se resalta en este evangelio. En el primero  capítulo leemos v. 4-5: En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no lo vencieron. Se trata del logos, normalmente traducida como la Palabra o el Verbo, pero tiene un significado más amplio incluyendo orden y racionalidad. Jesús es el logos que estaba en el cielo junto con el Padre y era Dios. EL concepto de logos se relaciona con otro concepto favorito de Juan que es la vida. Ambas son características de Dios. Entre nuestros cinco sentidos el de la vista es la más fuerte e influyente. Si nos encontramos en la oscuridad, chocamos con las paredes y no podemos conocer lo que hay a nuestro alrededor. También, hay varios tipos de luz (no me refiero a los colores de la luz que se encuentran en el espectro), Existe la luz de la razón, es decir, el modo específico de conocer del hombre que es por raciocinio. Tiene dos aspectos, uno siendo la deducción, de un principio general podemos sacar conclusiones. SE procede con la ayuda de los silogismos. También, está la inducción con la que observando diversas incidencias podemos establecer una ley general. Se trata de un modo de conocer con la razón que es laborioso. Santo Tomás de Aquino explica que en el cielo adquiriremos  un nuevo modo de conocer que llama lumen gloriae, o luz de la gloria. San Juan también afirma que Dios es luz y no hay en él tiniebla ninguna. También tenemos la luz de la fe (lumen fidei) gracias a la cual podemos conocer lo que Dios ha revelado o sea lo que se expresa en el Creo, que no somos capaces de deducir con nuestra razón. 

Para San Juan y la Biblia en general, la vida es característica  de Dios y nos la comparte, pero obviamente no plenamente, con nosotros. Es la participación en la naturaleza divina, como expresa San Pedro en su segunda carta, o la gracia como la llama San Pablo. Se nos da en el bautismo. En todo caso, queda claro que Nicodemo no tenía una idea clara sobre la verdadera identidad de Jesús y por eso estaba en la tiniebla y fue de noche a ver a Jesús. Su ida de la noche indicaría también miedo de ser descubierto por sus compañeros fariseos que, como sabemos, intentaban cuestionar a Jesús y su misión. Nicodemo tenía una buena disposición queriendo resolver sus dudas y no sacar conclusiones falsas. Se daba cuenta de que Jesús venía de Dios porque nadie puede realizar las obras que tú realizas si Dios no está con él, refiriéndose la los milagros de Jesús. 

Jesús responde a Nicodemos: En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios. Aquí Jesús se refiere al bautismo que es un nuevo nacimiento proviene de lo alto, es decir, del cielo desde donde Jesús ha bajado para que participemos en la vida divina. Nicodemo no entiende cómo se puede dar tal nuevo nacimiento y expresa la imposibilidad de volver a entrar en el vientre materno y volver a nacer. Es común en el evangelio de San Juan que los interlocutores de Jesús no entiendan lo que dice y les tiene que dar una explicación más completa que es el caso aquí. Se trata de un nuevo nacimiento del agua y del Espíritu Santo. Dado que estamos en la Cuaresma que desde los primeros siglos de la Iglesia era un periodo de intensa preparación para el bautismo que se impartía en la Vigilia Pascual, juntamente con la Confirmación y la Eucaristía.  Además, el bautismo se llamaba en griego photismós o iluminación.

Nuestro pasaje de hoy comienza con el episodio que se dio con que según constatamos en el  Libro de los Números, cuando se presentaron unas serpientes en el desierto y Moisés mandó que se hiciera una serpiente de bronce  y se levantara de manera que cuando la gente levantaban los ojos para verla quedaban curadas de las mordidas de la serpiente. Jesús procede: Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, Jesús, tomando píe de la visión del cielo del c. 7 del Libro de Daniel, se refiere a sí mismo como Hijo del hombre, título más común en los demás que en San Juan. Se trata, pues del hecho de que Jesús fue levantado en la cruz y así para que todo el que crea tenga por él vida eterna. 

A continuación viene una de las frases más importantes de toda la Biblia: Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único para que todo él que crea en él no perezca sino que tenga vida eterna. Así Dios realizaría su plan de salvación para el hombre que se había desviado desde el inicio de la historia con el pecado de Adán y Eva. Esto se da debido a la fe que es una opción radical por Jesucristo Hijo de Dios que vino al mundo para salvarnos. El que hace tal opción no es juzgado .es decir, condenado y el que no cree es juzgado porque no ha creído en el Nombre del Hijo de Dios. Creer no es una mera recitación del Credo sino un cambio de vida y del propio comportamiento. Como Jesucristo es la luz que vino al mundo, nadie puede excusarse diciendo que no la ve, pues es evidente, como la luz física. El que no opta por Jesús se condena a sí mismo y ha amado "las tinieblas más que la luz, porque sus obras eran malas. No bastan las buenas intenciones, sino que tienen que manifestarse en las obras, 

Se trata, pues de un mensaje muy oportuno para estos días de la Cuaresma. Ante todo, examinarnos seriamente para salir de las tinieblas, pues somos expertos en racionalizar y encontrar excusas para nuestra mediocridad y tibieza. Jesús no vino a hacernos buena gente, sino hacer un cambio radical en nuestra vida o como dice San Pablo caminar en la novedad de vida.


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