sábado, 27 de marzo de 2021

DOMIGO DE RAMOS O LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.

 HOMIÍA PARA DOMINGO DE RAMOS, 28 DE MARZO DE 2021.

Como es sabido la Semana Santa o Grande comienza con la conmemoración de la Entrada Solemne de Jesús en Jerusalén, acompañada por una gran multitud que cantaba Hosana al hijo de David. En los primeros siglos del cristianismo, no se celebraba la Semana Santa sino en el siglo II, existía una sola gran celebración del Misterio Pascual que era la Vigilia, que luego San Agustín conisderaba la madfre de todas las vigilia de todas las vigilias. Fuera del domingo, que también es la celebración del Misterio Pascual, no existía ninguna otra gran fiesta a lo largo del año. Existen grandes homilías de los Padres de la Iglesia de aquellos siglos que expresan la gran alegría de la comunidad cristiana en la celebración de aquella solemnidad. La vivíian como una prolepsis o adelanto de lo que sería la vuelta del Señor glorioso al final de los tiempos, Era una sola fiesta que recordaba y actualizaba tanto la Pasión como la muerte de Jesucristo en la cruz y sobre todo su maravillosa victoria sobre el demonio, el mal,el pecado y la muerte en la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. La Iglesia seguía la pauta presentada por San Juan que considera la cruz como gloria. San León Magno, Papa del 440 a 461 declaraba: Todos los misterios de Jescristo son gloria, pero gloria de las glorias es la cruz de Nuestro Señor Jesucristo. Ya en el silgo IV comenzando en Jersualén, prcisamente en los mismos lugares donde Jesús vivió los grandes misterios se extendieron las celebraciones a lo largo de toda la Semana Santa, empezando en la tarde del Sábado anterior a Domingo de Ramos con una procesión desde Betania, donde se encontraba Jesús en la casa de Lázaro, Marta y María, y así el resto de las celebraciones a lo largo de la semana en los lugares correspondientes. Caba señalar que era la época cuando se encontró la verdadera cruz.

En el segundo milenio, se dio un cambio en la vivencia de los misterios de manera que el énfasis pasó de la "gloria de la cruz" a los misterios de la Pasión. Este cambio coinicidió con la espiritualidad franciscano y también por la formación de la Hermandades que realizaban las diversas procesiones a lo largo de la Semana Santa y también en el Domingo de la Resurrección. En parte, este cambio se debio a que poco a poco la liturgia llegó a ser algo propio del clero. En cambio, los fieles laicos podían expresar su devoción a través de las procesiones por las calles, cosa que perdura en España y algunos países Hispanoamericanos, sobre todo en Andalucía y de manera especial en Sevilla. 

En el Domingo de Ramos, también llamado Domingo de la Pasión, toca la lectura de los relatos de la Pasión y muerte de Jesús según los evangelios sinópticos de San Mateo, Marcos y Lucas, mientras la Pasión según San Juan se lee el Viernes Santo. Este año nos toca la Pasión según San Marcos. Sabemos que los cuatro evangelios coiniciden en gran medida en sus relatos, pero cada evangelista resalta algunos aspectos y entrega datos que los otros no tienen. Quiero señalar algunos episodios que San Marcos resalta. Conviene señalar también que la Tradición conisdera que San Marcos acompañó a San Pedro en su predicación en Roma y dicen que era el íntérpete de Pedro. Recoge, pues el testimonio de San Pedro. 

El relato comienza una cena en casa de Simón el Leproso en Betania que era el pueblo de Lázaro, Marta y María. Vino una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, e mucho precio; quebró el frasco y lo derramó osbre su cabeza. Había algunos que se decían entre sí idignados "Para que´este des`pilfarro de perfume? Se podía haber vendido este perfume por más de trescientos denarios y habérse dado alos pobres". Jesús defendió el acto de la mujer diciendo que que hbía hecho una obra buena en él. Los pobres tebdréis siempre con vosotros y podreís hacerles bien cuanto queráis, pero a mí no me tendréis siempre. Dijo también que dondequiera que se predicara el Evangelio , se le reconocería este gesto, cosa que ciertamente se ha dado, pues lo estamos reconociendo ahora unos dos mil años más tarde. Sería un adelanto de la unción de la sepultura de Jesús. Parecía un derroche, pero podemos pensar en la infinita generosidad de Dios Padre al entregar a su Hijo Unigénito hasta el extremos de la muerte en la cruz para salvarnos a nosotros de las consecuencias del pecado, es decir, de la muerte eterna en el infierno. También es una invitación a entregar nuestra vida entera a Jesús y no con cuentagotas sino con semejante generosidad. El gesto indica el gran amor de esta mujer para Jesús, y se piensa que se trataría de Maria Magdalena que en otra parte del Evangelio se dice que Jesús la liberó de siete demonios. 

Otro episodio que se da sólo en San Marcos en el momento del arresto de Jesús: Estando Jesús preso, todos se escapan, incluyendo San Pedro que había dicho en la cena que aunque todos lo abandonara, él no. Hay un joven envuelto en un manto de lino y los soldados inatentan cogerlo por el manto, pero él los deja con el manto y se escapa desnudo. El joven tenía que haber sentido mucho miedo para escaparse así desnudo en el frío de la noche. Algunos comentaristas especulan sobre la identidad del joven. Tradicionalmente se pensaba que la Última Cena se celebró en la casa de la madre de San Marco y que él mismo sería el joven. Se llega a esta conclusión considerando que es un detalle que difícilmente otro recordaría. En todo caso, podemos descubrir los efectos del miedo en una situación como ésta. San Marcos no intenta encubrir el miedo que se apoderó sobre los apóstoles y posiblemente otros discipulos que estaban con Jesús en aquel momento. ¿Y qué haríamos nosotros en circunstancias similares? Lo del Covid nos revela el poder del miedo. Los gobienros y medios de comunicación con evidentes exageraciones sobre la supuesta y falsa gravedad de la "pandemia" que no lo era, pues la OMS cambió radicalmente su definición de lo que es una pandemia y la declaró cuando habia apenas 200 enfermos. Ya Goebbels, uno de los más estrechos colaboradores de Hitler y Ministro ode Propaganda observaba que una vez que se mete miedo en la gente, se puede manipularla de cualquier manera. Por otro lado, los mártires no solo no tenían miedo de entregar sus vidas por su fe en Jesucristo, sino algunos de ellos lo hicieorn cantando. Hay una hermosa película  que se titula Dios prohibido sobre la martirio de un grupo de seminaristas españoles en Barbastro, que tiene una escena del traslado de los seminaristas en un camión al lugar de sus suplicio cantando himnos. Igualmente, en la famosa película, de la época de la Revolución Francesa, con el martirio de todas las monas carmelitas de un monasterio, ambas episodios reales, cantaban el Veni Creator Spiritus mientras hacían cola para ser sometidas a la guillatina. La novela y la pelñicula se llaman Diálogos de los Carmelitas.  ¿Y nosotros, qué haríamos? 

Finalmente, quiero recordar otro episodio que se dio al pie de la cruz. Mientras Jesús estaba colgado dela cruz, gente incluyendo los sacerdotes se burlaban de él diciendo que bajara de la cruz si era el Hijo de Dios. Una vez muerto Jesús, el centurión, un oficial romano con cien soldados bajo su mando, que estaba frente a él que había expirado de esa manera, dijo "Verdaderamente este hombre era hijo de Dios". La comparación entre la actitud de miserable de los judíos y sacerdotes con este noble soldado pagano es impresionante. Los sacerdotes y fariseos conocían a la perfección la Sagrada Escritura pero su ceguera espiritual no les permetía descubrir el verdadero sentido de la misma. No tenían la pureza de corazón necesaria para ver a Dios. 

Les invito a buscar un tiempo tranquilo y sereno en estos días, particularmente en el Triduo Pascual y volver a leer pausadamente, con un espíritu de oración y contemplación esta versión de la Pasión y Muerte de Jesús de San Marcos, que seguramente recoge los recuerdos de San Pedro, o el de San Juan que hace lo mismo. La Palabra de Dios tiene de por sí una gran eficacia si nosotros nos acercamos con fe y con la convicción de que Jesús sufrió todo ese suplicio por nosotros, en lugar nuestro y para liberarnos del pecado, el mal y la muerte.


 

 


 


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