sábado, 7 de abril de 2018

LA DIVINA MISERICORDIA Y EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA

DIMINGO II DE TIEMPO DE PASCUA, 8 DE ABRIL DE 2018.

Con este domingo se termina la Octava de Pascua y tradicionalmente se le ha llamado "Domenica in albis" (Domingo en Blanco) porque antíguamente los cristianos que se iniciaban en la fe cristiana e la Vigilia Pascual llevaban el vestido blanco toda la semana y terminada la octava iban a la iglesia por última vez vestidos de blanco. También a lo largo de la semana, el obispo les daba istrucciones que se llaman mistagógicas que versaban sobre la Eucaristía, pues antes no se daba una catequesis completa sobre este gran sacramento, debido a lo que se llamaba la disciplina del arcano. un recurso pedagógico por el que se reservaba la catequesis sobre la Eucariistía hasta después de bautizados, y se mantenía discreción sobre el tema.

En el año 1905, nación en Polonia Santa Faustina Kowalska. Desde los siete años tuvo experiencias místicas y le aparecía Jesús. El Señor le comunicó su vocaciónd e relgiosa y se fue a Vaarsovia con la intención buscar un convento. Después de muchas peripecias y sufrimientos ingresó en un convento de una cogregación dedicada a la divina misericordia. Su nombre de pila era Elena. Ya de postulante la enviaron a Cracovia debido a su frágil salud donde hizo el noviciado, los primeros votos y votos perpetuos, no sin haber hecho ya un voto privado al Señor de vivir e la castidad. Allí recibió muchas revelaciones del Señor y sobre todo pidió que se pintara una imagen de Él como el Sagrado Corazón con rayos blancos y rojos de luz saliendo de sus manos, la misma imagen que ahora se encuentra en tantas iglesias. Esta es la imagen de la divina misericordia y le pidió que se promulgara la devooción ala Divina Misericordia. Ella murió a los 33 años en el año 1938,  debido a su estado débil de salud.

No lejos del convento donde la santa vivía y un poco más adelante, al joven Karol Wojytila le tocaba trabajar en una cantera mientras también se preparaba para el sacerdocio. Conoció la devoción a la Divina Misericordia. Siendo ya papa, dedicó su segunda encíclica Dives in misericordia al tema. Promovió la devoción, de manera que ahora millones de católicos en todo el mundo rezan cada día la coronilla de la Divina Misericordia expresando su confianza en el Señor, según lo revelado por Él a Santa Faustina. La beatificó y posteriormente la canonizó, y pocos años antes de su muerte designó este domingo segundo de Pascua como Fiesta de la Divina Misericordia de acuerdo con lo que el Señor le había pedido a la santa.

¿Qué significa la palabra misericordia? En español la palabra proviene del latín y significa conmoerse ante la miseria de otro. En la Bibla hebrea se utiliza mucho la palabra hesed que expresa la misma idea. Corresponde también a la palabra compasión que también proviene del latín cum patior, sufrir con. La misericordia es el aspecto más exquisito del amor de Dios. En el Nuevo Testamento también se recalca mucho la misericordia de Dios y en general su amor, pues nuestra primera lectura de hoy de la Primera Carta de San Juan sería donde más se resalta el tema del amor a Dios, su amor hacia nosotros llegando a decir que Dios es amor. La vida interna de la Sma. Trinidad consiste en el amor, del Padre hacia el Hijo, que como enseña San Agustín es el mismo Espíritu Santo. San Pablo expresa esta verdad en su Carta a los Romanos: El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se os ha dado (5,5). Debido a que desde el inicio de la historia humana, con Adán y Eva la humanidad se rebeló contra Dios, en toda la Biblia lo que más caracteriza a Dios es su misericordia. Si no se hubiera dado este hecho, posiblemente no hubieramos conocido tanto el amor de Dios bajo este vertiente de misericordia, proque el hombre o hubiera pecado y nunca hubiera perdido la intimidad con Dios que tenía antes de ese primer pecado.

A veces a algunos les cuesta comprender cómo se puede compaginar la misericordia de Dios con su justicia. Les parecen dos cualidades que nos se pueden armonizar. Dios es totalmente simple y aunque nosotros necesariamente debido a las limintaciones de nuestra mente que entiende, según explica Santo Tomás de Aquino, dividiendo y componiendo, o analizando y sitetizando, nos cuesta comprender que todo lo que hay en Dios es Dios, de manera que su justicia se identifica con su misericordia, y de igual manera su sabiduría, su bondad etc. Todo es uno en Él.

Veamos ahora cómo la misericordia de Dios  se manifiesta de manera especial en el Sacramento de la Penitencia. Jesús se aparece a los 11 apóstoles en la tarde del Domingo de la Resurrección y los saludo con la palabra shalom o "la paz con vosotros". La paz en la Biblia es la suma de todos los bienes mesiánicos que obviamente iba a traer Jesús como  Mesías e Hijo de Dios. Se trata de la superación de la división, y todas las consecuencias de la caída del hombre en el pecado que se expresan en la armonía con Dios, con los hermanos y con la misma creación que se produjo con el primer pecado de Adán y Eva, y tuvo como resultado su expulsión del Edén. Este saludo lo repite tres veces en nuestro pasaje evangélico de hoy. Jesús prosigue: ""Como el Padre me ha enviado, asi lo envío yo. A quienes perdonéis los pecados quedarán perdonado, a quienes los retengáis les será retenidos". Este es el texto fudamental que avala la instituciónd del Sacramento de la Penitencia, que es algo tan importante en nuestra vida y una manifestación extraordinaria de la misericordia de Dios manifestada en Jesús. Los Padres de la Iglesia la veían como un segundo bautismo y la imaginaban como una segunda tabla de salvación vista como un naufragio en el que uno anda en peligro de hundimiento en el mar y el Señor le pasa una tabla para sacarlo de inminente peligro.

Una de las más grandes desgracias que se han dado en este período de uos 50 años desde la celebración del Concilio Vaticano II ha sido el hecho de que los católicos en muchos países han abandondado la práctica de este sacramento. Hay una desviación grave en la formación de la conciencia de los fieles, de manera que lo que forma sus conciencias ya no es la Palabra de Dios y la doctrina de la Iglesia que queda expresada en el Catecismo, sino lo que les dicen los medios de comunicación qu tienden a lavarle el cerebro a la gente. Incluso algunas personas que acuden al sacrameto después de muchos años le dicen al sacerdote que no tienen ningún pecado, pese a que San Juan en su Primera Carta escribe: "El que dice que no tiene pecado es un mentiroso y Dios no está en Él".

Pidamos, pues, al Señor en esta fiesta de la Divina Misericordia que los católicos que han abandonado el Sacramento de la Penitencia lleguen a experimentar la misericordia de Dios y la tranquilidad de conciencia que nos da. Dios es amor, y nosotros debido a que como consecuencia del pecado original se nos ha quedado lo que que se llama la concupiscencia. Esto quiere decir que nuestra mente queda en parte en tinieblas y no reconocemos la verdad, nuestra voluntad queda debilitada y nos falta la fuerza para hacer el bien que sabemos que deberíamos de hacer, y nuestras pasiones nos inclinan al mal. Lo que es peor hoy en día, es el hecho de que la mayoría intenta engañarse y convencerse de que lo que es malo es bueno. Que el Señor en su misericordia nos ilumine la mente con la verdad y refuerza nuestra  voluntad para hacer siempre el bien, pues en esto consiste la santidad a la que todos estamos llamados.






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