sábado, 12 de junio de 2021

LA VIDA PRESENTE Y LA FUTURA.

HOMILÍA PARA EL DOMINGO XI,13 DE JUNIO DE 2021 Hoy voy a partir de la segunda carta de San Pablo a los Corintios. En primer lugar, conviene señalar que, contrariamente a lo que podemos imaginar, en los primeros tiempos de la Iglesia, no todo iba viento en popa. Según los estudiosos de la Biblia, en realidad San Pablo habría escrito hasta cuatro cartas a los corintios. Una habría sido anterior a la primera y esta sería una combinación de dos. Corinto era un puerto y con mucho ir y venir, y el apóstol tuvo que enfrentarse con muchos problemas en la comunidad. De hecho, le enviaron, antes de escribir la primera carta, unas preguntas cuyas respuestas forman el grueso de la carta. Las cartas de San Pablo se distribuían entre las comunidades y se leían en la comunidad y en la celebración de la Eucaristía además de pasajes del Antiguo Testamento. Nuestro pasaje de hoy toca un tema muy querido por el apóstol que tiene que ver con el retorno del Señor. Trata el mismo tema en sus cartas a los cristianos de la ciudad griega de Tesalónica, donde algunos mal entendieron a San Pablo pensando que si la vuelta del Señor se iba a dar cualquier día no tenía sentido ponerse a trabajar para poder comer. San Pablo escribe a los corintios que "mientras sea el cuerpo nuestro domicilio, estamos desterrados lejos del Señor". No es que San Pablo comparta el poco aprecio del cuerpo que caracterizaba la filosofía de Platón y sus seguidores. Para él, el cielo consiste "estar con el Señor". En este mundo, estamos " desterrados y lejos del Señor". Y "caminamos sin verlo, guiados por la fe". Tampoco podemos concluir que San Pablo no le dé gran importancia a la fe, pues tanto en su carta a los Gálatas como la dirigida a los Romanos, explicar largamente la importancia de la fe, para nuestra salvación o "justificación", que significa haber superado el pecado que no nos deja andar rectamente en presencia del Señor. La vida nueva, que es una participación en la vida de Jesús resucitado la alcanzamos gracias al bautismo. Sin embargo, la fe no es la meta final, pues como dice aquí el apóstol "caminamos sin verlo guiados por la fe". Así estamos en camino y peregrinos todavía lejos de la patria. De hecho, una de las características de la fe es la oscuridad. Es cierto que existe lo que se llama "la luz de la fe", pero  es una luz tenue y provisoria. Obviamente, la visión es un modo de conocer más perfecto que la fe. La fe depende del testimonio de los apóstoles en nuestro caso, y no es un encuentro perfecto, cara a cara con el Señor. La fe la completa en primer lugar la esperanza, o como dice aquí San Pablo "Y es tal nuestra confianza que preferimos desterrarnos del cuerpo y vivir junto al Señor". La esperanza es la virtud que nos dispone a alcanzar un bien futuro y difícil o ardua. La confianza proviene del hecho de que es Dios el que nos promete ese bien que sería imposible de alcanzar para nosotros. Desterrarnos implica pasar por el trance de la muerte, que a partir del pecado original es doloroso porque implica una cierta oscuridad, Sin embargo, el apóstol dice que tal exilio o separación de esta vida que conocemos es mejor y conviene anhelarla precisamente porque es lo que nos va a acercarnos al Señor, la meta de nuestra peregrinación. Además, ya sabemos que el destierro del cuerpo no es definitivo, como San Pablo explica largamente en su primera carta a los corintios. Nuestra unión actual con Cristo por la fe está destinada a llegar a su plenitud con nuestra participación en la resurrección del Señor. Si no hubiera esa esperanza y esa realidad, San Pablo dice que seríamos las personas más miserables, y que su misión de anunciar esa gran noticia que es el Evangelio sería una estafa, un fraude. Por eso, lo que nos corresponde en esta vida es "agradar al Señor"., es decir, cumplir su voluntad, alcanzar una relación personal de amor y de entrega a Dios Padre, por Jesucristo Nuestro Señor por la acción del Espíritu Santo y nuestra propia colaboración, pues, como decía San Agustín "Dios nos creó  sin nuestra colaboración, pero no nos salvará sin que colaboremos con. Antes de alcanzar la meta de "estar con el Señor" tendremos que  comparecer ante el tribunal de Cristo para recibir el premio o castigo por lo que hayamos hecho mientras teníamos este cuerpo. Hoy en día, entre muchos católicos existe lo que se llama el pecado de la presunción que consiste en la esperanza necia de alcanzar la salvación sin cumplir los requisitos establecidos para ello por el Señor. Sí, hoy en día existen muchos necios. Ciertamente Dios es misericordioso pero se necesita nuestra colaboración. El hijo pródigo tuvo que arrepentirse, ponerse en camino y pedir perdón a su padre por todo lo malo que había hecho. San Pedro dice en su primera carta que el preció de nuestra redención no fue ni oro ni plata sino la sangre preciosa de Nuestro Señor Jesucristo. Si realmente queremos algo, nos ponemos a trabajar seriamente en alcanzarlo. Preguntémonos hoy ¿qué es lo que más quiero? Si lo quiero de verdad me pondré a buscarlo con gran ahínco y sacrificio. Si lo que uno quiere es tener dinero y lo que puede comprar, tendrá que ver cómo lo va a juntar y tiene que darle prioridad. Algunos dicen que lo más importante para ellos es la familia, para otros la buena fama y el aprecio de los demás. Para otros es el poder, el dominio sobre los demás. Hemos visto como los políticos, que se supone son servidores públicos se han convertido en dictadores e impusieron cargas pesadas sobre todo a las personas más pobres o la clase media provocando la quiebra de cententares de miles de pequeños negocios y el paro para millones de personas mientras ellos se aumentaron sus propios sueldos. ¿Si Jesucristo es de verdad lo más importante  en mi vida, cómo se manifiesta eso cada día? ¿Se manifiesta a través de la oración y la caridad cristiana, realmente saliendo de mi egoísmo para ayudar a los más necesitados? ¿Me pongo  a controlar la lengua para no hacer daño al prójimo con ella? En fin, hagamos un examen de conciencia y no seamos unos necios que piensan que la salvación es fácil de alncazar. 2

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