sábado, 23 de enero de 2021

EL LIBRO DE JONÁS Y LA MISIÓN QUE DIOS LE ENTREGA.

 HOMILÍA DEL DOMINGO III DE TIEMPO ORDINARIO, CICLO II, 23 DE ENERO DE 2021.

Se trata de un libro muy breve, no más de cuatro páginas en la Biblia de Jerusalén, pero nos entrega un mensaje importante sobre Dios, cosa que descubrimos también en el Nuevo Testamento. Uno no tiene que tomar como históricos los datos que entrega acerca de Nineve y la conversión del Rey y toda la ciudad. Todo tiene un fin didáctico. Les invito a tomar la Biblia y leer el libro completo, que como digo, es muy breve. Sin embargo lo cita Jesús en el Evangelio para hacer ver como los ninevitas se convirtieron gracias a la predicación de Jonás, mientras rechazaron la predicación de Jesús que es obviamente mucho mayor que Jonas

Vamos a dar un poco de contexto de lo que relata el libro. Nineve era la capital del gran imperio que dominó todo el Medio Oriente incluso Egipto en los siglos VIII y VI. En el año 722 a.C conquistaron el Reino del Norte de Tierra Santa o Israel. También, como cuenta el libro de Isaías y el segundo libro de los Reyes cc. 18-19, el Rey de Asiria Senaquerib llevó un gran ejército a atacar a Jerusalén cuando reinaba allí Ezequías.  La Biblia cuenta que un ángel del Señor bajó del cielo e hirió a todo el ejército de Senaquerib de manera que tuvo que levantar su campamento y regresar a su país donde murió asesinado por sus hijos. 

En cuanto a cuando se escribió el Libro de Jonás, se considera que sería después de la vuelta del exilio posiblemente el siglo IV a. C. o III. A continuación doy a resumen de lo que cuenta para luego intentar descubrir su importancia para nosotros hoy en día. Jonás es presentado como profeta, pero no es que actúe como los otros profetas. No entrega oráculos sino lo que hay es un relato sobre, sus peripecias. Recibe una llamada de Dios para que vaya a predicar en Nineve : "Levántate y -vete a Nineve  que su maldad ha subido hasta mí" Suponemos que estaba en Jerusalén y en vez de ponerse en marcha hacia oriente donde que quedaba Nineve, se dirige a Occidente hacia Tarsis, que sería Tartesio en el sur de España, considerado por los israelitas como la zona más lejana cerca de lo que se llamaba "Las columnas de Hércules" o sea el fin del mundo para los contemporáneos. Jonás se dirige al puerto de Joppe en la costa de Israel y suba a un barco que dirigía a aquella región con una tripulación de hombres oriundos de varios lugares. 

Sube al barco, pero a poco rato surgió  una gran tormenta y cada uno de los marineros se dirige a su dios para que lo salve. Mientras tanto Jonás estaba en el fondo del barco. Lo llamaron y declaró que la tormenta se debió a que él desobedecía a su Dios y que la solución sería echarlo por el borde y llegaría la calma, cosa que hicieron y así sucedió. Para el hombre bíblico, el mar con su grande oleaje, con los animales marinos etc. era un lugar de caos controlado por el demonio. Jonás se habría dado cuenta de que Dios no iba a dejarse vencer por la poca obediencia de su profeta, pero Dios no se olvida de él. Manda un gran pez que lo traga y se queda en el vientre del pez durante tres días. Estando allí, Jonás dirige una oración a Dios pidiendo que lo salve. El pez se acerca a la playa y echa a Jonás allí, de manera que no tiene más opción que cumplir la misión que Dios lo había entregado. Se dirige a Nineve y llegando, se pone a predicar anunciando que si los ninivitas no se arrepentían de sus pecados, la ciudad sería destruida. Toda la gente, desde el rey y sus cortesanos e incluso los se vistieron de sayal y ayunaron. Se arrepintieron de sus pecados y fueron salvados. Pese a todo, Jonás no quedó satisfecho. Se puso a las afueras de la ciudad esperando ver la humarada de la destrucción y como no se dio, se quejó contra Dios. 

¿Qué podemos aprender de este breve libro que el mismo Jesús mencionó y que no pasaba olvidado por los cristianos de los primeros siglos? Vieron el episodio como una imagen de la muerte de Jesús y su sepultura durante tres días para luego resucitar. Se ve esta imagen en muchos de los sarcófagos por ejemplo en los Mueseos Vaticanos. Esto se llama  "Signum Ionae", o el siglo de Jonás. También se puede constatar una importante lección para los judíos de la época posterior a la vuelta de Babilonia. Eran muy cerrados y tenían la idea que Dios cuida a los judíos y los paganos no merecen más que desprecio porque no conocen la ley y son impuros, cosa que se constata en la mentalidad de los fariseos en los evangelios. Aquí la lección es que Dios es el creador del universo, también de los paganos y su Providencia los cuida. Para un judío sería absolutamente increíble que el Rey de Asiria y su corte juntamente con toda la población harían penitencia y se convertirían al verdadero Dios. Esto se dio con los cristianos, pues como con tanto dolor constató San Pablo, los conversos del judaísmo eran más bien pocos y la mayoría eran del mundo pagano. Dios es infinitamente misericordioso y quiere la salvación de todos los hombres. Aunque en el libro de Isaías en la tercera parte hay unos indicios de universalismo en cuanto que se habla de la reunión de los pueblos en Jerusalén donde adorarían el verdadero Dios en el templo. Con Jesús, eso cambió radicalmente, después de expulsar a los vendedores del templo dio a conocer el hecho de que el verdadero templo es él mismo, su cuerpo. De hecho, 40 años después fue destruido el templo por el ejército romano y nunca se ha construido. Ya cumplió su función y el nuevo culto es "en espíritu y verdad" y no necesita un templo hecho de piedras sino los seguidores de Jesús, o sea la Iglesia y cada creyente.  

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