sábado, 17 de noviembre de 2018

DANIEL Y EL REINO DE DIOS

HOMILÍA, DOMINGO XXXIII DE TIEMPO ORDINARIO, CICLO B, 17 DE NOVIEMBRE DE 2018.
El Libro de Daniel es uno de los libros del Antiguo Testamento que más influye en el Nuevo Testamento y sobre el que más reflexionaban los primeros cristianos. Los católicos de nuestros días, poco conocedores de la Biblia en general, probablemente tienen poca o casi ninguna familiaridad con este libro. Ciertamente, no es de fácil lectura, pero con una Biblia moderna que tiene notas explicativas se puede sacar mucho provecho de su lectura, por lo cual invito a mis oyentes a sacarlo y leerlo en estos días.

Nuestra primera lectura de hoy es un breve pasaje  sacado del final del libro. Me propongo hacer una explicación general del libro y su relación con el tema del Reino de Dios que es la síntesis de la predicación de Jesús, pues gran número de sus parábolas intentan explicarnos lo que es el Reino de Dios. Algunas partes del libro de Daniel se reconocen fácilmente, por ejemplo, el Cántico de las Criaturas que nos toca leer en las laudes de muchos domingos y fiestas. También se conoce el relato de la violación de Susana que es una historia realmente interesante e iluminativa. Se trata de un libro apocalíptico. Con este término, hoy en día nos viene a la mente inmediatamente la idea del fin de los tiempos, pero la palabra apocalipsis que proviene del griego significa recorrer el velo, por lo cual su traducción al latín es revelación. Se trata de un género literario que comienza con el Profeta Ezequiel que se caracteriza por muchas visiones y sueños, animanles raros con muchos cuernos y otras cosas por el estilo. . Ya en el siglo III antes de Cristo, se había terminado la era de los profetas y le sucedió la apocalíptica, siendo Daniel el ejemplo más claro en el Antiguo Testamento, y en el Nuevo Testamento el Apocalípsis de San Juan toma bastantes elementos del libro de Daniel.   Hay dichos del lenguaje común como "la escritura está sobre la pared" o "pies de barro", provienen de este libro, como veremos. En cuanto a la época en la que se escribió, sería alrededor del año 165 a. C., o sea es un libro tardío del Antiguo Testamento.

En toda la historia de Israel, el episodio más dramático y catastrófico que dejó una huella muy profundo en el pueblo, un poco como pasó en el año 1898 en España cuando Estados Unidos le declaró la guerra  y conquistó lo que quedaba del gran Imperio Español, y se llama el desastre. También existe la expresión "mas se perdió en Cuba". O más recientemente, se podría comparar con el efecto producidos en los estadounidenses por el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York del 11 de septiembre de 2001, per mil veces más. El pueblo de Israel, pueblo escogido por Dios que les entregó esa tierra  encontró que el Rey de Babilonia Nabococonosodor destruyó la ciudad de Jerusalén, el teimplo y llevó al exilio en Babilonia todo el liderazgo del puebo, rey, nobles y sacerdotes. Daniel habria sido uno de esos exiliados. Él y otros jóvenes capaces e inteligentes habían sido escogidos para ser cortesanos del rey. Daniel tenía una gran capacidad para intepretar los sueños, así como José en el Libro del Genesis. Recordemos que en el Nuevo Testamento, San José recibió varios mensajes del Dios a través de un ángel en suelos. Otros episodios conocidos de este libro son el de los tres jóvenes en la cámara de fuego y Daniel en en el foso de los leones.

El rey tiene una visión de una estatua enorme que tiene la cabeza de oro, el pecho y los barzos de plata, el abdomen de bronce y  los pies de barro. Además,  Los sabios de Babilonia no son capaces de interpretar el sueño, pero Daniel sí lo puede hacer. Explica al rey que se trata de cuatro reinos, el primero de oro, que sería su propio reino de Babilonia, el segundo de plata, que sería en reino de los medos, y el tercero de bronce, que sería el de los persas, y el caurto de los griegos bajo Antioco Epífanes IV que era el tritano  que profanó el templo de la época en el que se escribió el libro de Daniel. Un pedazo de un monte sin ninguna intervención humana se despsrende y destruye la gran estatua conviertiéndolo en polvo. Tengamos en cuenta que Jesús proclama el Reino de Dios y volveremos a esto.

Otro rey, Baltasar, estaba celebrando un gran banquete con los grandes del reino. Decidieron llevar los vasos de otro que el Rey Nabocodonosor había llevado del templo de Jerusalén,  y de repente aparece una mano que escribe en la pared. El temor se apoderó del rey y esta vez también llamó a los astrólogos, magos y demás sabios de Babilonia, pero no fueron capaces de interpretar las palabras que la mano escribió en la pared del palacio. Otra vez, llaman a Daniel y el rey le ofreció abundantes regalos si era capaz de interpretar el mensaje. Daniel rebusó los regalos. "La escritura trazada es: Mene. Mené, Tequely Parsin. Las palabras misterioriosas se refieren a pesas utilizadas en Medio Orinete en la época. "Y esta es la intepretación de las palabras: Mené, Dios ha medido tu reino y le ha puesto fin Tequel, has sido pesado en la balanza y encontrado falto de peso. Parsin,tu reino ha sido dividido y entregado a los medos y los persas". Otra vez, se trata de reinos.

Pasemos al c. 7 que es el más importante para nuestro tema y la importancia del libro en el Nuevo Testmento y para los primeros cristianos. Esta vez, es el mismo Daniel que tiene el sueño. Se trata de cuatro bestias, la primera como un león con alas de águila, la segunda como un oso, la tercera como un leopardo con cuatro alas de ave en su dorso, y la cuarta bestia es horrosa con diez cuernos. Otra vez, se trata de los cuatro garndes reinos ya mencionados arriba. Enseguida viene la visión más importante del libro. Aparece el Anciano de los  días vestido de blanco y los cabellos puros como la lana y se sienta en un trono rodeado de llamaradas. Un río de fuego lo precede y es seguido y servido por miles de millares. Se sienta sobre el trono y se presentan los libros, pues se trata de los libros donde están apuntados todos los actos de los hombres. "Yo seguía contemplando en las visiones de la noche: Y he aqui que en las nubes del cielo venía como un Hijo de hombre. Se dirigió hacia el Anciando y fue llevado en su prsencia. A Él se le dio imperio , honor y rieno, y todos los puebos, naciones y lenguas le servieron" (vv. 13-14). 

Seguramente, los lectores del Antiguo Testamento veían a esta figura como el Mesias. Cuando Jesús es llevado ante el Sanhedrín, el Sumo Sacerdote le pregunta "¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito" ? y Jesús responde: "Sí, yo soy. Y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder y venir entre las nubes del cielo", una cita directa del Libro de Daniel. El Sumo Sacerdote se rasga las vestiduras y acusa a Jesús de blasfemia. Recordemos que Jesús normalmente se refería a sí mismo como el Hijo del Hombre, que al mismo tiempo se refiere a esta pasaje de Daniel y a us condición humilde de serviente.

Cuando Juan el Bautista salió al desierto a predicar la penitencia y bautizar, las autoridades de Jerusalén enviaron a mensajeros para preguntarle quién era, si era el Mesías, Elías  el Profeta, cosa que también indica la gran expecatación mesiánica que existía en el pueblo en el tiempo de Jesús. Luego Jesús empezó a predicar la llegada del Reino de Dios y confirmar su proclamación con milagros extraordinarios y la expulsión de demonios, la gente pensaba que de verdad sería el inicio del estblecimiento de otro reino como el de David. De hecho, lo llamaban "hijo de David". No debemos de pensar que el Reino era algo meramente interior y espiritual. Si bien es cierto que Jesús tuvo mucha precaucación para evitar que se proclamara la idea de que iba a establecer el Reino como el de David, es decir, político y militar, pero eso no quita del hecho de que el reino tenía que ser concreto, cambiar radicalmente la mentalidad, el comportamiento, las actitudes de la gente, y tambiién que fuera un Reino Social, es decir, que las estructuras políticas y sociales tenían que estar inspirados en los principios del Reino, aunque Jesús afirmó que había que "dar al César lo que es del Céar y a Dios lo que es de Dios". Jesús, no vino con un plan político o económico o social, pero la aplicación de sus principios han de favorecer su dominio sobre todos los sectores de nuestra vida. "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra", dijo al enviar a los discípulos a predicar y llevar su mensaje hasta los confines de la tierra al final del Evangelio de San Mateo.

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