sábado, 8 de enero de 2022

EL BAUTISMO DEL SEÑOR Y NUESTRO BAUTISMO.

 

EL BAUTISMO DEL SEÑOR.

Hoy, el domingo después de la Epifanía celebramos el Bautismo de Jesús por Juan el Bautista en el Jordán. Muchos ven el bautismo de Jesús, debido a que se trataba de un bautismo de arrepentimiento, como una gran manifestación de la humildad de Jesús al ponerse en fila junto a la gente que movida por la predicación de Juan querían arrepentirse y alcanzar el perdón de sus pecados. El mismo Juan se extrañó por el hecho de que Jesús quisiera ser bautizado, pues era el Mesías y Juan había alcanzado a reconocerlo como tal debido a que recibió una iluminación del Espíritu Santo También podemos ver el bautismo de Jesús como una anticipación de la muerte de Jesús en la cruz y por ende de su resurrección. San Pablo,en el sexto capítulo de su carta a los Romanos, presenta el bautismo del cristiano como una identificación con Jesucristo en primer lugar en su muerte simbolizado por la inmersión en el agua, representando la muerte. El hecho de quedarse debajo del agua sería un símbolo de la sepultura, pues el cristiano no solo muere simbólicamente en el bautismo, sino una símbolo de la sepultura de Jesús, y finalmente su resurrección quedaría simbolizado por su salida del agua sería simbólico de la resurrección de Jesús y del cristiano. Se ingresaba al al baño de regeneración desde el occidente, simbolizando la superación del pecado, de las tinieblas y la salida era hacia oriente, es decir, donde salel la luz al levantarse el sol. Nosotros en el bautismo somos injertado en Cristo y pasamos por el Ministerio Pascual de Cristo, muerte, sepultura y resurrección.


Por el bautismo hemos sido incorporados a Jesucristo de manera especial en tres aspectos fundamentales de la misión de Cristo, es decir, como Sacerdote, Profeta y Rey. Participamos en cada uno de estos tres aspectos de la misión de Jesús. En primer lugar, su sacerdocio. Un sacerdote es un mediador que representa al pueblo y ofrece sacrificios a Dios de parte de su pueblo. Por eso, en el ofertorio de la Misa, el sacerdote dice: “Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro sea agradable a Dios Padre Todopoderoso”. Existe lo que se llama el “sacerdocio común de los fieles” que tiene su fundamento en el bautismo y por el cual participamos en el sacrificio de la Misa en unión con el sacerdote que preside. Sabemos que la Santa Misa es la actualización del sacrificio de Jesucristo en la cruz, pues Jesucristo Hijo Unigénito de Dios vino al mundo para salvarnos del pecado, del mal y la muerte por toda su vida desde su nacimiento, luego su vida oculta que era una ofrenda al Padre a favor de nosotros, y sobre todo al entregarse totalmente a la voluntad del Padre en el sacrificio de la cruz. Cada uno de nosotros, no solo `como espectadores sino como partícipes ejercemos este sacerdocio como miembros de Cristo por nuestro bautismo.


Jesucristo vino a este mundo “para nuestra salvación”, “por nosotros los hombres y por nuestra salvación”. También nos toca interceder por nuestros hermanos en la fe por nuestras oraciones y sacrificios. Personas nos piden nuestras oraciones y decimos que sí ¿pero cumplimos lo que prometemos?


Un profeta es uno que habla de parte de Dios, comunica un mensaje que proviene de Dios. -Esto en nuestro caso tiene que ver con la evangelización. Jesús envió a los apóstoles y demás discípulos a proclamar el evangelio a toda la creación, llevarlo hasta los confines de la tierra en la montaña de Galilea donde se reunió con ellos poco antes de la Ascensión.¿Nosotros cumplimos esta misión profética? SE trata de una misión muy difícil. Dios llamó a Jeremías y él le puso la excusa de que era un mero muchacho, pero Dios insistió y le dijo: “No digas “soy un muchacho, pues adondequiera que te yo te envíe irás, y todo lo que te mande dirás”. Luego Dios le tocó la boca y le dijo: “No les tengas miedo que contigo estoy yo para salvarte, oráculo del Señor”. También a Isaías lo mandó después de una visión en el tiempo y el profeta se ofreció a ir. No valen las excusas cuando Dios nos envío. Posteriormente, cuando Jeremías se puso a predicar lo que Dios le comunicaba, tanto los reyes como los sacerdotes, los demás profetas lo condenaron hasta el punto de meterlo en una fosa con peligro de morir. La misión del profeta es muy difícil ¿Nosotros estamos listos para llevarla acabo?. Si tenemos miedo al qué dirán a que nos llamen beatos etc. no servimos de profetas.

Jesucristo es también rey. Lo proclamó en la presencia de Pilato y diciendo “para eso he venido al mundo” para dar a conocer la verdad. Hoy en día, casi nadie quiere aceptar la verdad y en el Evangelio de San Juan Jesús decía “yo soy la Verdad”. Hoy la gran mayoría de la gente está en lo que el Papa Benedicto XVI llamó “la dictadura del relativismo”. Proclamar la verdad es expresar las cosas como son, pero es probable que digan “eso es TÚ VERDAD”. La verdad es objetiva y coincide con la realidad de las cosas y no como nos gustare que fueran. ¿Estoy dispuesto a proclamar la verdad aunque muchos la rechacen? Los padres tienen que ejercer la misión del gobierno, de la realeza. Es más fácil dejar pasar y evitar discusiones. Gobernar es difícil tanto en la Iglesia como en el mundo secular, pero nos corresponde proclamarla cuando sea necesario pese a lo que piensan otros. Jesús dice que “la verdad os hará libres? ¿o preferimos ser esclavos de Satanás que e “el padre de la mentira”.


Todos celebran su cumpleaños y otros nos felicitan, pero ¿conocemos la fecha de nuestro bautismo y lo celebramos dándole gracias a Dios por el don de la fe, por habernos incorporado, injertado en Jesucristo de manera que nuestra vida sea viva “en Cristo Jesús” como repite San Pablo en sus cartas con no poca frecuencia. Nuestro bautismo es la puerta a la nueva vida que nos ofrece Jesús logrando que seamos uno con él y con nuestros hermanos en la Iglesia que es Cuerpo de Cristo.


sábado, 18 de diciembre de 2021

HOMILÍA IV DOMINGO DE ADVIENTO, LA VISITACIÓN DE LA SMA. VIRGEN A SANTA ISABEL. 19/12/2021

 En estos últimos días del Adviento, se nos presenta el papel fundamental de María Santísima en toda la historia del nacimiento de Jesús. Hoy en concreto nos detenemos en el Misterio de la Visitación de María a su prima Isabel. Como sabemos, el Arcángel Gabriel le comentó el hecho de que Isabel que era estéril ya estaba en el su sexto mes y "nada hay imposible para Dios".  En la Biblia el hecho de no poder tener hijos era un gran dolor para cualquier mujer, pero en este caso Dios la alivia y es la madre del precursor San Juan Bautista, el úlitmo de los profetas a quien le correspondió anunciar la llegada del Mesías e incluso ser el que bautiza al mismo Jesús. San Lucas escribe que "María se puso en camino y fue aprisa a la montaña. a un pueblo de Judá:entró en lacasa de Zacarías, y saludó a Isabel". 

María se fue aprisa. Esta afirmación tiene su importancia. Sabemos que María lejos de esperar recibir el mensaje del Arcángel, se perturbó. Obviamente, ells no esperaba tan gran noticia ni se consideraba a sí mismo como digna de tal noticia. El ángel le dijo que Isabel que era estéril y llevaba seis meses de embarazo. Tanto esta noticia con la que recibió ella que iba a ser madre del mesías por obra del Espíritu Santo. Dado que Isabel había recibido una gracia tan grande de Dios, podemos comprender la prisa de María para encontrarse con su prima y poder compartir con ella el gran misterio que le había comunicado, pues ella sería la persona más adecuada para comprender tal acontecimiento debido a la gran gracia que también ella había recibido. 

Otro aspecto importante en este evangelio de la Visitación es la alegría de Isabel al encontrarse a María "la madre de mi Señor" y por otra parte la alegría de María expresada en el Magnificat. También se dice que  Juan el Bautista "empezó a dar saltos de alegría en mi seno".  Se encuentra muchos cuadros que depictan el momento del encuentro de María con Isabel (ejemplo https://www.carmenthyssenmalaga.org/obra/la-visitacion). 

Se resalta la alegría que es propia de estos días tan cercanos a la Navidad y que también es característica del Adviento. Recordemos que el Adviento nos ha presentado tres venidas de Jesucristo, la primera en la carne hace casi 2000 años. Jesús nace en humildad y probresa, pues no había lugar para María y San José en la posada. Luego el Adviento nos dispone a prepararnos a la segunda venida en la gloria al final de los tiempos cuando se manifestará a Jesús como Rey del Universo, y la tercera venida que es la que celebramos este año con alegría y esperanza. El Arcángel Gabriel explicó a María que "el Espíritu Santo vendría sobre ella y el poder del Altísimo le cubriría con su sombra". A nosotros también en esta Navidad hemos de recibir al Espíritu Santo que también nos ha de comunicar la misma alegría que tanto Santa Isabel como María experimentaron y se comunicaron. El gozo y la alegría no pueden mantenerse dentro de nosotros, sino que tiene que comunicarse. Es cierto que muchas personas sufren diversos dolores y angustias, pero deberíamos procurar hacer paréntesis de estos problemas para celebrar esta Navidad, porque se trata del mismo Dios, hecho hombre que nace para liberarnos del pecado, del y de la muerte eterna. También las tradiciones navideñas como los villancicos, el compartir la cena de Navidad y la costrumbre de expresar el deseo que todos tengamos una Feliz Navidad forman parte de la fiesta. Procuremos también abrir nuestro corazón a las personas que sufren depresiones, angustias, luto etc. pues al final Jesucristo Nuestro Señor es capaz de ayudarnos a superar todo mal.


sábado, 11 de diciembre de 2021

DOMINGO DE ALEGRÍA.

 HOMIÍA DEL TERCER DOMINGO DE ADVIENTO, 12 DE DICIEMBRE DE 2021.

Más o menos a la mitad del Adviento, como la Cuaresma, celebramos el Domingo de Alegría. Ahora bien, como sabemos, todos los domingos deberían de ser ocasiones de gozo y alegría, pues se trata de la celebración del triunfo de Jesucristo sobre el pecado, el mal y la muerte con su resurrección. Dado que la Cuaresma y en parte también el Adviento son períodos litúrgicos de austeridad, de pentiencia, pero al misno tiempo de esperanza, en esta ocasión la esperanza de la llegada de Jesucristo este año. En domingos anteriores, hemos visto que se trata en realidad de tres venidas o llegadas (lo que significa Adviento), la primera en Belén con el nacimiento de Jescristo el Salvador después de tantos siglos de espera, también la espera de María y de San José; en segundo lugar, la liturgia nos presenta con la segunda venida de Jesús, a diferencia de la primera que era en la sencillez y pobreza, cuando "no había lugar para ellos en la posada", la segunda venida en el final de los tiempos, como hemos visto será de gloria como podemos constatar en el Libro del Apocalípsis y otros textos del Nuevo Testamento. En el caso de la tercera venida en la gracia que nosotros celebramos cada año, es también ocasión de alegría, de ahí que se llame este domingo De Alegría. 

En primer lugar, procueremos comprender cómo es posible la alegría en la situación actual de nuestro mundo y qué entiende San Pablo en su Carta a los Filipenses cuando les manda a ser alegres y so "siempre", y la relación de la alegri con la venida de Jesucristo al mundo. 

El anuncio del nacimiento de Jesús en Belén a los pastores reza: "Os anuncio una gran alegría" (Lc 2,10) San Pablo, en nuestro lectura de hoy a los felipenses, exorta e incluso manda a sus fieles y también invita a los lectores a participar en su alegría. Uno podría preguntarse cómo es posible ordenar a mandar a otros a ser alegres. Además ¿no nos encontramos con una multitud de problemas, dolores, conflictos en nuestra vida y particularmente en estos tiempos cuando los oligarcas que controlan el mundo han querido soltar unas "bioarmas" que están matando y hiriendo un gran número de personas, y debido a sus fechorías hay un notable aumento de suicidios, depresiones y otros males. ¿No parece una tomadura de pelo para un gran número de gente escuchar esta exortación a la alegría? Por otra lado, San Pablo mismo no ahorra detalles al describir sus propios sufriemientos como la persecución de sus hermanos judíos, las falgelaciones, los naufragios, sufrimientos provocados por otros cristianos como grupos de Jerusalén que fueron a Galacia y otras partes a despresitgiarlo y declar que no predicaba el auténtico evangelio. Para más detalles de la Pasión de San Pablo, se recomiento leer los últimos capítulos del Libro de los Hechos de los Apóstles. Por lo tanto, hemos de deducir que San Pablo no se refiere a un estado emocional de "alegría", o como se suele decir, pasarla bien. 

La alegría que San Pablo nos exorta a alcanzar no es el tipo de alegría emocional que solemos entender. De hecho, en otra ocasión afirma "regocijo en mis tribulaciones".. Escribe "nada os preocupe, sino que en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios". Se refiere a la misma confianza en Dios nuestro Padre a la que se refiere Jesús en muchas ocasiones. A partir de nuestro bautismo 2stamos "en Cristo o en Cristo Jesús", pues el apóstol repite esto hasta 150 veces en sus cartas. Si Jesucristo vino a cargar con nuestro pecados, dolores y suplicios, podremos alegrarnos en él y con su presencia, máxime en las grandes fiestas de la Pascua y la Navidad. Prosigue: "La paz de Duism qye sivreoasa todo juicio, costodiará vuesros corazonesy vuestros pensamientos en Cristo Jesús". DE manera que no estamos solos sino "en Cristo" que no solo nos comnica su alegría sino que ha cargado con nuestros pecados que son en el fondo la razón última de neustra tristeza y angustia. 

Pidamos al Sñor, en este Domngo de Alegría, la gracia de compartir la alegría del mismo Jesús y comuncarla a nuestros seres queridos y a las personas que sienden depresión y otros dolores. Incluso los psicólogos y médicos recomiendan que no demos muchas vueltas sobre las cuestiones negativas que nos afectan, porque nos privaran del sueño y contribuirá a empeorar nuestra situación. Da pena saber que en muchos lugares de nuestro mundo occidental haya un aumento de suicidios en la Navidad. Dispongámonos en estos días de Adviento de experimentar la alegría del nacimiento de Jesucristo y que se contegie con nuestros seres queridos y otros,

 


sábado, 4 de diciembre de 2021

LA HISTORICIDAD DE JESUCRISTO.

 Homilía para el Segundo Domingo de Adviento 5 de diciembre de 2021.

Hace unos años se realizó una encuesta en el Reino Unido en la que preguntaron si los participantes creían que Jesucristo realmente existió. Una mayoría de ellos contestaron que no, que es una figura mítica que en realidad no existió, es decir que consideran que se trata de una figura de ficción. Sería una figura como Alicia en el País de las Maravillas o una invención basada en textos del Antiguo Testamento, aunque según la doctrina de la Iglesia los profetas nos adelantaron muchos aspectos de la vida en la misión de Jesús. Hay un sacerdote de la Orden de los Predicadores, irlandés que era profesor de ciencias bíblicas en la ciudad de Limerick en Irlanda, que escribió un libro titulado Más allá de la búsqueda del Jesús Histórico que se proponía probar la inexistencia de Jesús. Se trata de una tesis realmente fuera de lo común y extravagante, pues la casi totalidad de los biblistas en ningún caso aceptan tal opinión. Claro, si Jesucristo no existió, el cristianismo viene abajo, no tiene ningún fundamento porque es una religión  basada en hechos históricos. Por ello, creo que es importante comentar un poco lo que escribe San Lucas sobre su modo de proceder en la composición de su Evangelio. 

Su evangelio comienza con una breve prólogo, que no aparece en ninguna lectura de la liturgia: "Muchos han tratado de relatar ordenadamente los acontecimientos que se cumplieron entre nosotros, 2 tal como nos fueron transmitidos por aquellos que han sido desde el comienzo testigos oculares y servidores de la Palabra. 3 Por eso, después de informarme cuidadosamente de todo desde los orígenes, yo también he decidido escribir para ti, excelentísimo Teófilo, un relato ordenado, 4 a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido. 

El evangelista sigue el modo de presentar una obra histórica como era común entre los escritores griegos. Obviamente, la historia no es una ciencia exacta como puede ser la física y la química, aunque hoy en día existe lo que se podría llamar pseudo ciencia, que no sigue el método científico. La historia se basa principalmente de testimonio fidedigno de testigos oculares, de documentos que se refieren al personaje que se estudia, de restos arqueológicos que quedan acerca de su vida etc. En todo caso, no es que los datos fidedignos lleven a negar la existencia de Jesús. Por un lado, no habría modo de explicar la existencia del cristianismo que ha cambiado radicalmente el mundo desde su resurrección y la fundación de la Iglesia. Existen muchísimos más códigos de los evangelios y del resto del Nuevo Testamento que los de las obras de cualquier otra figura, sea filósofo como Platón, sea literario como Homero o Sófocles etc. Es más, el espacio de tiempo entre cuando se escribieron los primeros escritos acerca de Jesús es muchísimo más breve que en el caso de cualquier otra figura del mundo antiguo. Se considera que el primer escrito del Nuevo Testamento es la Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses que según los expertos en la Biblia se data alrededor del año 50, y la mayoría de las demás cartas paulinas en la misma década. Los evangelios se escribieron más tarde, y el de San Marcos se considera el primero que se habría escrito en la segunda mitad de la década, ciertamente antes del año 70, cuando Jerusalén y el Templo fueron destruidos por el ejército romano bajo Tito que posteriormente fue Emperador, 

San Lucas propone presentar un relato ordenado de los hechos de la vida, ministerio, muerte y resurrección de Jesús, Muy importante es el hecho de que esta información fue presentado por testigos oculares, de mitos nada, sino hechos reales constatados por personas dignas de creencia, Se dirige a un tal Teófilo, un personaje desconocido para nosotros, a fin de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido. No podemos pensar que los antiguos eran adeptos a creer cualquier cuento que se les presentara, sino que deseaban contar con bases sólidas para aquello que creían y que formaba la base de su entrega persona a Jesús. 

De manera similar San Lucas, al presentar el relato del nacimiento de Jesús en Belén, ofrece una serie de datos de lo que sucedía sea en el mundo romano como en Palestina: En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. 2 Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. 3 Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. 4 José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, 5 para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. 6 Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; 7 y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en el albergue.  Lc 2), Se trataba del gobierno de César Augusto que ordenó realizar un censo y da también Quirino el nombre del gobernador de Siría, del cual dependía el territorio de Israel. Estos datos que todos conocemos colocan el nacimiento de Jesús en un lugar y en unas circunstancias concretas que cualquiera que quisiera investigar los datos lo podía hacerlo. Constatamos en el Evangelio de San Mateo que el Mesías tenía que nacer en Belén y los escribas lo sabía y pudieron decirlo al Rey Herodes. 

Igualmente, al introducir el ministerio de Juan que había estado en el desierto y se trasladó al Jordán para dar inicio al bautismo en el mismo río, también un lugar concreto que cualquiera pudiera conocer si lo quisiera.  El año decimoquinto del reinado del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba la Judea, siendo Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, 2 bajo el pontificado de Anás y Caifás, Dios dirigió su palabra a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. 3 Este comenzó entonces a recorrer toda la región del río Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados, 4 como está escrito en el libro del profeta Isaías.

Es cierto que los historiadores antiguos no necesariamente presentaban tantos detalles como quisiéramos, pero están lejos de una historia fantástica o un mito en el que no se menciona ni el tiempo ni el lugar donde se habrían dado los hechos relatados. 

Como hemos visto arriba, incluso un sacerdote y otros varios sean católicos o protestantes en nuestra época intentan negar la realidad de la existencia histórica de Jesús y como también he señalado sin establecer este hecho absolutamente fundamental, ninguno de los dogmas acerca de Jesús se puede sustentar. San Pedro en su primer a carta nos invita a "dar razón a la esperanza que hay en nosotros" (1Pe 3,15). Esta tarea forma parte de la apologética que es un deber de la Iglesia y de todos los fieles. Al acercarnos en este Adviento a la celebración del Nacimiento de Jesús cuando muchos se refieren a la Navidad como "fiestas" "Felices Fiestas" y la ven como una celebración de las familias con costumbres como de dar regalos a los niños, colgar luces de colores etc. Este tipo de celebración tiene su sentido, pero sin la realidad del verdadero nacimiento de Jesús en Belén y demás detalles que nos entregan los evangelios, no pasaría de ser una suerte de focklore. 



sábado, 27 de noviembre de 2021

ADVIENTO. TRES LLEGADAS DEL SEÑOR.

Homilía para el Primer Domingo de Adviento, 28 de noviembre de 2021.

La historia de la liturgia nos enseña que se emepezó  con una sola fiesta a lo lagro del año, obviamente no contanto los domingos que nos llevan a hacer memoria y actualizar el misterio central de la liturgia que es el Pascual. Era como la luna mientras a lo largo de los siglos se ha ido aumentando las fiestas un poco como las estrellas, aunque no sean tan numerosas las fiestas que las estrellas, pues el año no da para tanto. Se trataba de la Gran Vigilia Pascual y el Domingo de la Resurrección. La Pascua se vivía ya en el siglo II con grandísima devoción y esperanza de la segunda venida del Señor y su victoria sobre el mal y la muerte que ya en el siglo III se introdujo la Cuaresma en primer lugar como un recuerdo de los cuarenta días del  SEñor en el desierto como también una ocasión de intensa preparación de los catecúmenos para su bautismo, confirmación y su primera recepción de la Sagrada Eucaristía en la gran Vigilia de la Pascua que se celebrabra desde la medionoche hasta la madrugada del Domingo de Pascual. Dada su importancia fundamental en la historia de la salvación y en la vida de los fieles, San Agustín la llamó "La madre de todas las vigilias". A partir del siglo IV, se fue exendiendo las fiestas a los aniversarios de los mártires llamados "dies natalis" o día de su nacimiento, pero no a esta vida sino al cielo. En la misma época un poco antes, fue alcanzando mayor importancia la celebración de la Natividad del Señor en Belén, especialmente debido a las peregrinaciónes que se hicieron más comunes. Para saber más podemos ver la historia de la peregrinación de Egeria, una virgen de Acuitania o posiblemente Galicia. Alrededor del siglo VII, se introdujo el Adviento como un período e preparación de la fiesta de la Natividad del Señor, tomando como modelo la Cuaresma. Solía empezar el día 11 de noviemrbe, Fiesta de San Martín, que a lo largo de los siglos ha tenido un gran arraigo no solo en Francia. Tiene un aspecto de penitencia y ayuno pero menos que la Cuaresma, pues se trata de disponernos para acoger con alegría al Señor que nace en Belén y ciertamente el nacimiento de un niño es una gran alegría para una familia y todos los amigos y familiares,

La palabra Adviento, en griego parousía significa llegada o venida, Los emperadores romanos iban visitando las provincias y su visita se llamaba adventus.Obviamente, la venida de Jesucristo Nuestro Señor merecía más importancia que una visita de un emperador.  Ya en el siglo IV, San Cirilo de Jerusalén, y otros Padres como San Ambrosio y San Juan Crisóstomo nos dejaron unas catequesis de preparacón de los catecúmenos para su bautismo. San Cirilo menciona dos venidas (Advientos), la primera en la carne en Belén y la segunda gloriosa al final de los tiempos. En el sigloo XII, San Bernardo, Abad y el santo más influyente del siglo XII, se refiere a tres venidas, la segunda sería su nacimiento en nuestro corazónes en la ocasión de la celebración anual de la Navidad. Vamos a comentar un poco este hecho con la ayuda de nuestras lecturas de la Misa de hoy. 

La primera lectura está tomada del Libro del Profeta Jeremías. Se trata de la promesa hecha por Dios a la casa de Israel y Judá. Promete la venida de un vástago de David que hará justicia y derecho en la tierra. Sabemos que el Antiguo Testamento es PROMESA, que solo se cumple con la venido de Jesucristo Nuestro Señor a la tierra.  Además, en el c. 7 del Segundo Libro de Samuel, Dios promete a David por el profeta Natán que su "casa", o dinastía perduraría. De ahí la importancia de que Jesús sea de la Casa de David y que sea el cumplimento de todas las promesas hechas a Israel. Solo éll trae la paza y la justicia a la tierra. Se trata, pues de la primera venida o llegada de Jesús como el Mesías esperada a lo largo de tantos siglos por Israel. El relato del nacimeinto de Juan el Bautista, el Precursor demuestra que entre el resto fiel de Israel existía una esperanza de que algo grande iba a suceder. Igualmente, al dar inicio a su ministerio público con la declaración de Juan "he aquí el Cordero de Dios" y todo el movimiento que provocó el bautismo de Juan, se esperaba algo grande, aunque no necesariamente reconocieron los signos de la venida del Mesías al inaugurar Jesús su ministerio. Aquí nos conviene  traer a la memoria todos los episodios que encontramos en los Evangelios de Mateo y Lucas que presentan demuestran que se trata del cumplimiento de lo predicho por los profetas. De hecho, ningún fundador de una religión con la excepción de Jesús contaba con una gran número de profecías como se da en el Antiguo Testamento y reconocido por los cuatro evangelios y en general toda la Iglesia primitiva. Esta primera venida trata del cumplimiento de todas las promesas y esperanzas de Israel. 

La segunda venida se da ahora en esta Navidad que se acerca. Nuestra celebración litúrgica de la Navidad no es una mera memoria de un episodio pasado que en el fondo muy pocos, José y María y los pastores constataron, sino que marca el culmen de la historia humana. Por algo, contemos los años como antes y después del Nacimiento de Jesucristo Nuestro Señor. También se escribe A.D. (Anno Domino) en el año del Señor. En inglés he visto que se está introduciendo la frase "de la edad común" de parte de los secularistas que no son capaces de pronunciar el nombre de Jesús. ¿Qué quieren decir con "edad común"?, Pues se trata de no querer reconocer que  la historia tiene un principio, se culmina en el hecho de que el Hijo de Dios nació de la Sma. Virgen, "la plenitud de los tiempos" en palabras de San Pablo, y la hisotria va a completarse con la venida del Señor que todavía anhelamos y  esperamos. Los mismos historiadores secularistas tienden a querer afirmar que el siglo XVIII, cuando se introujo el ´época o el Mundo Moderno, o tal vez la Revolución Francesa es el centro de la historia. Los revolucionarios intentaron acabar con la semana de siete días e introducir una de 10 días, pero fracasaron. El Evangelio de la Misa de la Noche de Navidad repite lo que se encuentra en el Evangelio de San Luchas. "Hoy ha nacido el Salvador y es Cristo el Señor". Hoy se refiere también a nuestro mundo actual y nuestra misma vida. El Señor, através de la Iglesia quiere reforzar su presencia en nuestro mundo y en nuestras almas, pues si su venida cambió radicalmente el mundo y la historia, podrá cambiar también nuestra propia historia de manera en Él y con Él podremos alcanzar la verdadera alegría, la verdadera paz  y felicidad y nuestra Navidad podrá ser una anticipación de lo que se va a dar en su tercera venida.

Nosotros siempre proyectamos nuestra vida hacia el futuro. Es cierto que sabemos que nuestra vida en este mundo va a acabar, pero como cristianos tenemos la convicción de que este mundo no es todo lo que Dios nos tiene preparado. Como dice San Pablo, "ojo no ha visto, ni oído escuchado las cosas que Dios tiene preparadas para aquellos que lo aman". La liturgia habla de una gozosa esperanza de la venida final del Señor. No es posible pensar que Dios nos ha creado a su imagen y semejanza, que pese al Pecado Original de Adán y Eva y los demás pecados y barbaridades realizados por el hombre a lo largo de lo siglos que no hay un final feliz y que pese a todo el mal debido a la voluntad perversa de muchos, que Dios y su plan maravilloso no van a prevalecer. San Pablo dice que Jesucristo es "nuestra esperanza". Es nuestra única esperanza. 

Así pues, en nuestra celbración de la Navidad, echamos una mirada para atraás para descubrir las obras maravillosas que Dios ha realizado con la creación del universo y cada uno de nosotros. Nos paramos en esta Navidad para acoger a Jesús como niño en nuestro corazón y proyectamos nuestra esperanza cierta y segura hacia su venida gloriosa al final de los tiempo. No nos quedemos com las meras fiestas, aunque tienen su lugar, sino aprovechemos estos días de Adviento para orientar nuestra vida a su verdadero fin.





 

sábado, 20 de noviembre de 2021

JESU.CRISTO, REY DEL UNIVERSO

HOMILÍA PARA LA SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO 21 DE NOVIEMBRE 2021.

Con este domingo llegamos al final de nuestro Año Litúrgico y celebramos la Solemnnidad de Jesucristo Rey del Universo.  Podríamos preguntarnos cómo podemos nosotros influir en el universo o colaborar para que de verdad Jesucristo reine. Obviamente, hemos de empezar con nuestra propia vida. No nos olvidemos que Jesús dijo "No el que dice Señor, Señor va a entrar en el Reino sino el que hace la voluntad de mi Padre.¿Queremos que Jesucristo reine en nuestra vida y en todos sus aspectos? Vamos a sugerir algunas maneras de lograr esto.

    Jesucristo ha de reinar en mi cuerpo, ¿pero cómo? Recordemos que la mayoría de los milagros de Jesús tenían que ver con la salud. Hemos de cuidar nuestro cuerpo con prudencia y esto puede exigir de nosotros ciertos sacrificios. Deberíamos de hacer ejercicio para ayudarnos a evitar enfermedades. Igual esto no nos gusta o nos exige un orden en nuestra vida. Tampoco hemos de exagerar porque Dios ha hecho todo con orden y demasiado poco o mucho de algo nos perjuudica. La comida es otro aspecto que tiene que ver con nuestro cuerpo. ¿Cómo vamos a lograr que Jesucristo reine en este aspecto? Podríamos proponernos algo de ayuna, que es algo que siempre va unida a la oración en la Biblia. La comida provoca placer, pero no en exceso y comer "comida chatarra"..Se trata de la práctica de la prudencia y tener  control de nuestros instinctos es algo que ayuda a lograr que Jesús riene en nuestra vida. 

Jesucristo ha de reinar en nuestra mente. San Pablo dice que hemos de tener en nosotros la mente de Jesucristo. Podríamos preguntarnos cómo era la mente de Jesús. Constatamos que Jesús era una persona con una mente ágil y capaz de  presentar argumentos que callaban a los fariseos. Tenía un conocimiento acabado de la Biblia y la citaba en sus discursos. Deberíamos superar la pereza mental, que significa no tragarnos cualquier cosa que escuchamos en la televisión sino analizar y aprender. Si Dios nos ha creado a su imagen y semejanza, la inteligencia es una parte esencial de esta semejanza. ¿Nos esforzamos en conocer la Palabra de Dios en la Biblia, de buscar algunos subsidios para conocerla) ¿O nos quedamos satisfechos con lo que hemos aprendido en la catequesis de la Primera Comunión como si lo que aprendimos a los 10 años nos ha de ser suficiente para el resto de nuestra vida, como si el traje de la Primera Comunión no valiera para la vida entera. San  Pedro escribe en su Primera Carta que hemos de dar razón de la esperanza que hay en nosotros. Si nuestra esperanza es alcanzar la felicidad plena y perfecta en la vida eterna, ¿pensamos que vamos a alcanzarla sin hacer nada o que vamos a poder ayudar a otros a alcanzar esa esperanza. 

¿Jesucristo reina en mi voluntad? Gracias a la voluntad bien formada no solo deseamos alcanzar una meta, sino de verdad cumplirla. No basta dejarnos llevar por nuestros sentimientos y emociones sin querer y hacer el bien, cosa que con no poca frecuencia no nos gusta o no nos da ganas de hacerla. Mucha gente hace resoluciones en el año nuevo y a los pocos días se olvidan de sus buenas intenciones. Se dice que el camino hacia el infierno está pavimentado de buenas intenciones. Los que que se dan cuenta que deberían de reducir su peso o que el médico se lo recomendó y les entrego una hoja con una dieta y luego de pocos días se olvidan de las buenas intenciones. ¿Acasp dejarnps llevar por nuestros caprichos es el modo de lograr que Jesucristo reine en mi vida? 

Jesús ha de reinar en nuestra oración? ¿Me basta dedicar un breve tiempo el domingo cuando asisto a Misa y a veces con bastantes distracciones para conocer a Jesús y lograr que Él reine en mi vida? Procuro buscar algún libro espiritual para que leyéndolo y estudiándolo podré avanzar en el amor a Dios y al prójimo en mi vida? Muchos santos llegaron ser santos con la gran ayuda de la lectura y estudio de la Biblia y libros de los santos. La oración me exige un notable esfuerzo para superar las distracciones y "elevar la mente y el corazón a Dios" o "converar con aquel que sabeLa mos nos ama".

La Primera Carta de San Juan nos inidca que Dios es amor. Debido a nuestra debilidad y tendencia hacia el egoismo que es lo opuesto del amor a Dios y al prójimo, hemos de hacer un gran esfuerzo en este campo. ¿De verdad nos damos cuenta de lo difícil es "amar al prójimo como a uno mismo". Amar es querer y hacer el bien al otro en cuanto otro.  Jesucristo no reinará en mí si no hago un verdadero esfuerzo por superar el egoismo, llegando a practicar la humildad en cosas como perdir perdón, ayudar a otro y sobre todo amar al enemigo. Todo esto implica un cambio radical de nuestro corazón y lograr imitar a Jesús se se entregó a sí mismo hasta el extremo de la cruz.

No por nada toda la predicación de Jesús se puede  resumir en la proclamación del Reino o el Reinado de Dios. Jesús dijo que "ma ha sido dado todo poder en el cielo y el la tierra", de manera que para ingresar en su reino hemos de poner toda nuestra confianza con la seguridad que solo él es capaz de concdernos la salvación eterna y todo lo que anhelamos como la felicidad, la paz, la alegría y el gozo. No dejemos pasar esta fiesta sin dar unos paso en adelante para dejar que Jesucristo reine en nuestro cuerpo, en nuestra mente, en nuestro corazón, pues sin Él nada podremos hacer,




sábado, 13 de noviembre de 2021

NUEVOS CIELOS Y NUEVA TIERRA

 HOMILÍA XXXIII DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO, CICLO B, 14 DE NOVIEMBRE DE 2021

Estamos a punto de llegar al final de nuestro anó litúrgico y las lecturas nos presentan los discursos de Jesús llamados escatológicos o del fin de los tiempos, en este año del Evangelio de San Marcos. Jesús y sus apóstoles han llegado a Jerusalén y como es lógico quedan profundamente impresionados por el templo y toda su majestuosidad, Más de 900 años antes, el Rey Salomón construyó el primer tiempo que fue destruido por rel Rey de Babilonia en al años 587 a.C. Aunque al parecer, era hermoso e impresionante, no se puede comparar con el templo restaurado por el Rey Herodes y en tiempo de Jesús no se había a terminado todavía pese a 46 años de obras. Era una de las grandes maravillas del mundo anatiguo. Además, es dificil para nosotros concebir la importancia del templo para el pueblo de Israel, era el lugar donde Dios moraba en medio del pueblo. Además, era el único templo que tenían los judíos, a diferencia de los griegos o romanos que contaban con muchos templos dedicados a los diversos dioses. Judíos de todas partes del Imperio Romano hacían sus peregrinaciones al templo cada año. Jesús, pese a toda la grandeza del tiemplo, Jesús dice que ni una piedra quedará encima de otra, sino que todo quedará destriuido. Podemos imaginarnos la impresión que aquellas palaabras dejaron en la mente y el corazónd de los apóstoles. 

Pero lo que profetiza Jesús no solo afecta al templo: "En aquellos dias, después de esa gran angustia, el sol se harña tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del clielo, los astros se tambalearán". ¿Es posible tomar este tipo de afirmaciñon al pie de la letra? Pues no.  Ciertamente, Jesús se riefiere a algo real, pero como es común en la Biblia, hay que ir más allá de lo meramente literal. Además, dice que no habrá pasado la presente generación sin que se den los tremendos cambios que menciona. Nosotros estamos acostumbrados de las coordinadas de nuestro mundo, la luna, el sol y los astros. En la antiguedad el sol, la luna y las estrellas eran esenciales para guiar a los viandantes y peregrinos. Nosotros también si estamos desorientados en un desierto, lo primero que hacemos es buscar el sol para discernir donde se encuentra el este, oeste, norte y sur. Antes de la invención de la brújula las estrellas eran un auxilio esencial para que los barcos pudieran orientarse. en día contamos con instrumentos técnicos como los GPS para orientarnos. Todo aquello que consideramos seguro, las coordinadas, la cultura. Además, Jesús dice que esos grandes cambios se darán durante la misma generación en la que vivían los apóstoles.

Este cambio radical se dio con la muerte y resurrección de Jesucristo, pues con ella se inauguró el nuevo mundo, los nuevos cielos y la nueva tierra. Por eso, se habla del octavo día, es decir, los siete días de la semana representan el mundo actual que conocemos, y con la resurrección de Jesús se inaugura el nuevo mundo. Se nos descubre una nueva dimensión de la realidad«Si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación carece de sentido y vuestra fe lo mismo. Además, como testigos de Dios, resultamos unos embusteros, porque en nuestro testimonio le atribuimos falsamente haber resucitado a Cristo» (1 Co 15,14s). San Pablo resalta con estas palabras de manera tajante la importancia que tiene la fe en la resurrección de Jesucristo para el mensaje cristiano en su conjunto: es su fundamento. La fe cristiana se mantiene o cae con la verdad del testimonio de que Cristo ha resucitado de entre los muertos. (Benedicto XVI, sobre la Resurrección). La resurrección de Jesús ha consistido en un romper las cadenas para ir hacia un tipo de vida totalmente nuevo, a una vida que ya no está sujeta a la ley del devenir y de la muerte, sino que está más allá de eso; una vida que ha inaugurado una nueva dimensión de ser hombre. Por eso, la resurrección de Jesús no es un acontecimiento aislado que podríamos pasar por alto y que pertenecería únicamente al pasado, sino que es una especie de «mutación decisiva» (por usar analógicamente esta palabra, aunque sea equívoca), un salto cualitativo. En la resurrección de Jesús se ha alcanzado una nueva posibilidad de ser hombre, una posibilidad que interesa a todos y que abre un futuro, un tipo nuevo de futuro para la humanidad. (Ibid). 

Para nosotros es muy difícil expresar o captar lo que eso significa y obviamente, lo era para los apóstoles. Existe un tipo de lenguaje que se encuentra en la Biblia en libros como Ezequiel y Daniel (ver nuestra primera lectura de hoy que está tomada de Daniel). Daniel presenta una situación nueva, jamás experimentada. Probablemente, los apóstoles con su experiencia de escuchar las lecturas del Antiguo Testamento en las sinagogas pudieron haber captado este lenguaje mejor que nosotros. Benedcto XVI habla de una nueva dimensión de la realidad que se inaugura con la resurrección de Jesús. 

¿Nosotros somos capaces de imaginar un nuevo mundo, no meramente físico sino moral y espiritual? Un mundo donde no exista el pecado, cosas como la mentira, la violencia, la miseria, todos lso vicios que consideramos parte de la vida del hombre? Difícil, pero en eso consiste el Reino o Reinado de Dios que proclamó Jesús. Jesús con su Pasión y muerte cargó sobre sí todos esos males que consideramos parte de la vida y ha inaugurado un nuevo mundo, un nuevo hombre libre del pecado, del mal y la muerte. Nosotros pensamos que la muerte es el fin de todo, pero en caso de Jesús y el nuestro no es el fin sino el inicio de la nueva vida, la hueva humanidad, los "cielos nuevos y la tierra nueva". Resulta que esta novedad ya ha sido inaugurado con nuestro bautismo y nuestra vida de gracia, en la fe, la esperanza y la caridad. No pensemos que todo esto es como se dice en inglés "una tarta en el cielo". Ha empezado ya. Todos anhelamos la paz, la felicidad, la alegría, la justicia, un mundo justo que de momento no alcanzamos a reconocer. Pidamos a la Srma. Virgen María y todos los santos que nos despierten de nuestro letargo y que nos vayamos preperando para la revelación de este nuevo mundo. La palabra apocalipsis significa en griego recorrer el velo y traducida al latín revelación. Todavia estamos bajo un velo pero ese velo se va recorriendo `para que podamos descubir lo que "ojo no ha visto ni oido escuchado sobre las cosas que Dios ha preparado para aquellos que ama".