sábado, 18 de septiembre de 2021

LA ENVIDIA

HOMILÍA DEL DOMING XXV DE TIEMPO ORDINARIO, CICLO B, 19 DE SEPTIEMBRE DE 2021. 

En estos domingos nos toca leer la Carta de Santiago como segunda lectura. Les recomiendo tomarla y leerla, pues es preve y en mons de media hora se puede leer. Contiene muchos consejos sabios y prácticos para nuestra vida cristiana. Escribe Santiago: Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase demales. En primer lugar, reflexionemos sobre la envidia que es uno de los pecados capitales. El concepto de pecado capital se remonta al siglo IV-V. con un monje famoso que era del sur de Francia llamado Casiano y pasó mucho tiempo en Oriente, concretamente en Egipto donde el movimiento del monacato tuvo su inicio. Él mantiene que hay 8 pecados capitales. Más que pecados concretos, son inclinaciones que provienen del pecado original y el cúmulo de pecados que nos tocan a todos, porque aunque el bautismo nos libera del pecado original, quedan unos restos y tendencias al mal porque nuesto endendimiento queda oscuricido, nuestra voluntad debilitada y nuestras pasiones nos inclinan al mal. De ahí se ha sistemizado estas tendencias como los pecados capitales. Capital proviene del latín caput que significa  cabeza. Esas inclinaciones se reducen a la triple consupiscencia: de la soberbia nacen la vanagloria, la envidia y la ira: la concpiscencia de la carne es madre de la gula de la lujuria y de la pereza; por último, la concupiscencia de los oos es una misma cosa con la avaricia o no apeitto desordenado de las riquezas. (Adolphe Tanquerey, Compendio de Teología Ascéitca y Mística, no 818).  Casiano separa la soberbia y la vanagloria y por ello tiene 8 pecados capitales. Sin embargo, el Papa San Gregorio Magno (590-604) no hace esa separación y se queda con siete, por otro lado, siente es un número simbólico. Se llaman capitales porque forman como la cabeza de muchos otros vicios. Considera que todoslos pecados provienen de la soberbia empezando con el pecado original de Adán y Eva. 

La envidia "es una especiede profunda tristeza que experimentamos en la parte sensible a la vista del bine que contemplamos enotros: esta impresión va acompañada de un encogimiento del corazón que disminuye la acrividad de éste, y produce una sensación deangustia( (ibid no 845). Santa Biblia tanto en el Antiguo Testamento como en el nuevo, podemos encontrar múltiples ejemplos de envida. En primer lugar, tenemos la envidia de Caín que llega matar a su hermano Abel, Posteriormente ,en el mismo Libro del Génesis tenemos la envidia de los hermnanos de José que los llevó a contemplar matarlo, pero al final decidieron venderlo como esclavo. Otro gran ejemplo de envidia es la de Saúl hacia David que realmente parece una patología. Saúl pierde completamente la cordura en su afán de deshacerse de David. 

Santiago nos da la pauta de la maldad que implica la envidia, o la tristeza del bien ajeno. Dice que produce desorden, cosa totalmente contrario al plan de Dios, pues él creó un universo ordenado. El orden en la naturaleza existe con la ley de Dios establecida para los animales, plantas y demás seres creados por él, En cuanto al hombre, que ha recibido el extraordinario don de la libertad que es fruto de la inteligencia y la voluntad y es parte esencial del hecho de que ha creado al hombre a su imagen y semejanza. La ley moral natural expresa ese orden y todo el que rechaza este orden establecido por Dios cae en el pecao. En palabras de Santiago, el desorden produce toda clase de males. El orden se expresa de manera especial en la justicia. En general, todo pecado produce desorden y no solo afecta a los hombres sino incluso a la naturaleza. 

En contra de la envidia y el desorden, Santiago iniste en la sabiduría, pues Dios creó el universo incluyendo a los hombres con "sabiduría y amor" (IV Plegaria Eucarística) y es pura, y además, es amante de la paz, comprensiva, dócil llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Aquí tenemos materia para nuestra reflexión. Si la  sabiduría es tan importante y valiosa, como también encontramos en los libros sapienciales del Antiguo Testamento, como Proverbios, Eclesiástico y el mismo Libro de la Sabiduría, urge no solo saberlo que es la sabiduría sino paracticarla si de verdad deseamos alcanzar la felicidad en esta vida y en la futura. Santo Tomás de Aquino afirma que "es propio del sabo ordenar". Esto no significa solo meter orden en la casa y en nuestras pertinencias, sino como decía Jesús "buscar primero del Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadura". 

Pasemos ahora a nuestro pasaje del evangelio para hoy. Jesús con sus discípulos iban caminando por Galilea y podemos imaginarnos que se habían divido en varios grupos porque probablemente el camino era estrecho. Jesús les pregunta sobre lo que discutían por el camino. Reconocieron que discutían sobre cuál de ellos era el más importante. Aquí va un típico ejemplo de la soberbia y la envidia. Incluso, en el relato de San Lucas sobre la Última Cena, discutían lo mismo y quiéns tenían que ocupar los puesto más importantes, algo que ya Jesús habia condenado en los Fariseos. Demuestra también lo despistado y faltos de sabuduría que eran considerando la grandísima importancia de la Última Cena con el don ma´s grande que Jesús les dejaba, es decir, la Eucaristía y el Nuevo Mandamiento de amarse mutuamente como él los había llamado. Una cena de despedida siempre es una gran ocasión y solemos recordarlo durante mucho tiempo. 

Jesús, en vez de dar un discurso sobre el mal  de la soberbia y la envidia, realiza un gesto que probablemente dejó un impacto mucho más profundo de lo que nos dejaría en nosotros. Se siente y dice "Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el ervidor de todos". Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, y lo abrazó y les dijo..." . Los contemporáneos de Jesús no tenía una mentalidad romántica acerca de los niños. An la cultura antigua en la que vivía Jesús, el niño estaba al nive más bajo de la escalera social. Dependía totalmente de sus padres y les obedecía. Por otro lado, los niós tienen una capacidad de vivir en el momento presente cuando están ocupados en un juego. No están preocupados de lo que pasó y lo que vendrá. En cambio, nosotros damos vueltas en la cabeza sobre lo que ha pasado, sobre este o el otro que me insultó, o lo que tengo que hacer en el futuro. Todos los santos y maestros de la vida espiritual insisten en mantener nuestra atención en el momento  presente. Ma acuerdo en el primer año o segundo del seminario, me tocó leer un libro de un monje ciscersence que se titulaba AHORA. Todo el mensaje del libro era que lo único que nos ha de ocupar es hacer la voluntad de Dios AHORA. Esto nos libera de tantas preoupacones ridículas sobre el pasado, lo que otros me han hecho, o el futuro sobre lo que tengo que hacer para adelantar a otros y ser mejor o más ambicioso que ellos. La envidia y la ambición nos llevan a sufrir tanto ínútilmente. 

Pidamos a Dios el don de la sabiduría que elimina de nuestra vida tantos líos estúpidas y nos enfoca a buscar lo que verdaderamente importa que el la Voluntad de Dios, el Reinado de Jesucristo, tanto en mi porpia vida como en mi alrededor y en el mundo entero. Recordemos que San Lucas en su Evangelio de la Infance menciona dos veces que María contemplaba y meditaba en su corazón las cosas maravillosas que Dios iba realizando. Que ella sea nuestro modelo de humildad, de contemplación y de sabiduría

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