lunes, 18 de mayo de 2009

Preguntas frecuentes sobre la fe cristiana (FAQ)

PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE LA FE CRISTIANA (FAQ)
¿Yo soy católica no practicante, por qué tengo que asistir a la Iglesia?
En primer lugar vamos a examinar la noción de católico practicante y no practicante. La fe católica es más que una mera práctica. Uno practica deporte o practica el piano. Se trata de un ejercicio saludable o realizar alguna actividad que a uno le gusta y le produce placer. El que practica deporte o montañismo u otra actividad saludable percibe un beneficio por el hecho de realizar esta práctica. Puede tratarse de un beneficio para la salud, o una ayuda para la formación de la voluntad, o puede darnos una ocasión para unos encuentros provechosos con amigos, todo lo cual es muy bueno, pero no es estrictamente necesario practicar esa u otra actividad. Se trata de una actividad saludable y recomendable, pero se trata de algo prescrito o de vida o muerte. No tiene que ver con el sentido último de nuestra vida.
En cambio, ser católico no es una actividad opcional que se puede o no practicar. Se trata de una serie de postulados que uno acepta como verdad, pero no unas verdades especulativas que poco o nada tienen que ver con la vida real. Uno es católico porque considera que la fe que enseña la Iglesia Católica es la verdad que da sentido a nuestra vida y a todo el universo. Esto no quiere decir que todas las verdades que podemos conocer proceden de la fe. Hay también verdades científicas, que no son producto de la fe y otras. Pero la fe católica asume también esas verdades, pues no puede haber contradicción entre una verdad y otra, o sea una verdad de fe y una descubierta por la ciencia.
Ahora nos conviene resumir el contenido de la fe católica, que no es algo fácil de hacer en pocas líneas. El contenido de la fe queda resumido en el Credo, que todos los domingos recitamos en la Misa después de la homilía. También queda ampliamente expuesto en el Catecismo de la Iglesia Católica, publicado en las diversas lenguas en 1992. Posteriormente en el año 2005 se publicó un resumen o Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica. El hombre es un ser autoconsciente y libre, con una libertad no absoluta sino relativa. Es un sr abierto y no completamente hecho que buscar perfeccionarse y alcanzar la felicidad a través de hacer el bien y evitar el mal. No se ha dado a sí miso la naturaleza que tiene, es decir, que es una criatura. Tiene un alma espiritual y por ello inmortal, a diferencia de los animales. Está en la cúspide del mundo material y tiene un destino eterno. La fe considera que el hombre tiene un destino eterno con Dios, pero que en los inicios de la historia cayó en el pecado con el que rechaza el proyecto de Dios sobre él, esto se denomina pecado original. Como consecuencia tiene tendencias tanto al bien como al mal, y por sí mismo no es capaz de alcanzar la tan deseada felicidad y vida plena. La fe cristiana cree que Dios ha intervenido en la historia del hombre para revelarle su plan de salvación. Esto lo hizo primero al escoger a Abrahán y formar su pueblo elegido a través de él y de su descendencia, que es el pueblo de Dios o el Pueblo de Israel. Selló su alianza con ese pueblo a través de Moisés. La Biblia en el Antiguo Testamento relata toda la historia de ese pueblo entre la infidelidad y las renovadas promesas de Dios de la futura venida del Mesías. Creemos que ese Mesías llegó al mundo en la persona de Jesucristo, nacido virginalmente de María Santísima, en tiempos del Emperador Augusto. Además que ese Jesús, hijo de María, es el Hijo mismo de Dios, que compartió en todo nuestra condición humana menos el pecado, que predicó el mensaje del reinado de Dios, que hizo muchos milagros y al final fue crucificado bajo el gobernador Poncio Pilato. Luego, resucitó de entre los muertos y se hizo presente en medio de sus discípulos, que de haber perdido toda esperanza en Él se hicieron heraldos de Él y de su mensaje, fundando su Iglesia y llevándola a las principales ciudades del Imperio Romano del siglo I de nuestra era. La fe cristiana está centrada en la persona de Jesucristo, como Hijo de Dios y Salvador que nos revela a Dios como Padre y actúa en la Iglesia y el mundo por medio del Espíritu Santo, que también es Dios con el Padre y el Hijo. Así forma la familia de Dios que es la Iglesia, nuevo Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo al que se llega a formar parte por medio de la fe y el bautismo. Nosotros llegamos a ser hijos de Dios por el bautismo y esta vida nueva se desarrolla a lo largo de la vida con la ayuda de los demás sacramentos, las virtudes teologales de la fe, la esperanza, la caridad y las virtudes morales, la vida comunitaria basada en el amor fraterno. El cristiano espera el cumplimiento de su unión con Cristo y su Iglesia en la vida futura o escatológico, o en la Iglesia celestial también en unión con los ángeles y los santos. Para alcanzar esta meta tiene que vivir según el nuevo modelo de vida que encarna Jesús, y esto le exige la conversión continua. Eso dependerá del juicio que realizará Jesucristo, juez de vivos y muertos al final de nuestra vida y al final de la historia.
¿Entonces, qué significa ser católico practicante o no practicante? Se entiende que el practicante es uno que toma en serio el compromiso asumido en el bautismo, que vive con conciencia su vida cristiana, que se da cuenta de que la Iglesia es una comunidad de fe en la que encontrará a Jesucristo su Señor, amigo y hermano. Forma parte de esa comunidad y asume las obligaciones que van anejas a esta condición. Intenta conocer la Palabra de Dios en la Biblia y así conocer a Jesucristo, pues sabe que “ignorancia de la Sagrada Escritura es ignorancia de Jesucristo”. Participa en la asamblea litúrgica dominical y se alienta de la Palabra de Dios y de la Eucaristía como Pan de Vida. Se da cuenta de que sin amar al prójimo y en particular a los más necesitados no puede ser verdadero discípulo de Jesucristo, de manera que intenta ser solidario con los pobres y necesitados, a través de Caritas u otros organismos de la Iglesia. Se da cuenta de que su fe es el gran tesoro que da sentido a su vida y siente la necesidad de ser testigo de ella en su entrono, tanto familiar, como laboral y social. Se compromete en la acción evangelizadora de la Iglesia, además de interesarse por el bien de su comunidad y de todo el género humano.
¿Entonces, el así llamado “católico no practicante” qué será? Se le puede denominar uno que es “culturalmente católico”, es decir, que ha nacido y vive en un país de tradición católica, como España o Italia. Es uno que en general que vive con una gran superficialidad, que no ha recibido una buena catequesis y desconoce los fundamentos de la fe cristiana. Tampoco se interesa por conocerlos y se escuda en que “no tiene tiempo”, que tiene que trabajar, que los curas son hipócritas y otros muchos pretextos como decir que los que participan en la parroquia son malos, que tienden a tranquilizar su mala conciencia cuando llega a pensar seriamente en lo que verdadera importa en la vida, que es muy raramente. Es una persona sumida en la vorágine del consumismo, en esclavitud del trabajo para alcanzar la tan deseada calidad de vida, es decir, abundancia de bienes materiales. En muchos aspectos, aunque se profesa católico, difiere poco de un Masón, o de un ateo. Su información acerca del cristianismo y la Iglesia proviene de los medios de comunicación que generalmente son muy contrarios a la Iglesia y tergiversan las informaciones acerca de la misma, por ser incapaces de presentar reportajes objetivas acerca de la Iglesia. Asumirá muchos de los prejuicios que pululan en estos medios acerca de la Iglesia, de su supuesta riqueza etc. Desconoce la doctrina de la Iglesia, pero se siente autorizado para rechazar su moral sexual por ejemplo.
En esto puede haber más o menos. Bastantes que se denominan católicos no practicantes, puede que no acepten el aborto o la eutanasia, o al menos no el aborto de fetos viables de siete o más meses, pero sí rechaza la doctrina de la Iglesia acerca de cuestiones como las relaciones sexuales prematrimoniales o el uso de los anticonceptivos. Por lo tanto, podemos concluir que el que se denomina católica no practicante es una persona superficial que no plantea las cuestiones verdaderamente importantes en su vida como el sentido mismo de la vida. Se considera demasiado ocupado para eso. Sí desea hacer el bien para sus hijos y ser buen ciudadano, pero la cuestión del sentido de la vida o de Dios está muy lejos de sus preocupaciones diarias. Puede que en algún momento de dificultad o angustia recurra a Dios para pedirle algo, pero se trata de un dios falso tapagujeros, o un dios fontanero. Acude a la Iglesia en la ocasión de funerales, y posiblemente no entra, sino se queda fuera en la plaza. Se casa en la Iglesia, tal vez por ser tradicional, una ceremonia más solemne o para complacer a los padres.
Creo que con la descripción que he hecho de así llamado católico no practicante, podemos comprender su pregunta ¿por qué tengo que ir a la Iglesia? Ve su pertenencia a la Iglesia como una obligación de asistir a unas ceremonias cuyo sentido desconoce ni hace intento alguno por captar. Le parece un pérdida de tiempo, pues se considera muy ocupado y no ve que lo que sucede en su parroquia tenga nada que ver con sus preocupaciones concretas de cada día. Si es varón, puede considerar que se trata de cosa de mujeres. Por otra parte, en algunos casos puede que sus amigos, que tampoco participan en la parroquia, lo ridiculicen. El miedo de quedar en el ridículo es un factor muy potente en nuestra sociedad. Pese a que se consideran personas libres, muchos son esclavos del “qué dirán”.

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