EL BAUTISMO DEL SEÑOR.
Hoy, el domingo después de la Epifanía celebramos el Bautismo de Jesús por Juan el Bautista en el Jordán. Muchos ven el bautismo de Jesús, debido a que se trataba de un bautismo de arrepentimiento, como una gran manifestación de la humildad de Jesús al ponerse en fila junto a la gente que movida por la predicación de Juan querían arrepentirse y alcanzar el perdón de sus pecados. El mismo Juan se extrañó por el hecho de que Jesús quisiera ser bautizado, pues era el Mesías y Juan había alcanzado a reconocerlo como tal debido a que recibió una iluminación del Espíritu Santo También podemos ver el bautismo de Jesús como una anticipación de la muerte de Jesús en la cruz y por ende de su resurrección. San Pablo,en el sexto capítulo de su carta a los Romanos, presenta el bautismo del cristiano como una identificación con Jesucristo en primer lugar en su muerte simbolizado por la inmersión en el agua, representando la muerte. El hecho de quedarse debajo del agua sería un símbolo de la sepultura, pues el cristiano no solo muere simbólicamente en el bautismo, sino una símbolo de la sepultura de Jesús, y finalmente su resurrección quedaría simbolizado por su salida del agua sería simbólico de la resurrección de Jesús y del cristiano. Se ingresaba al al baño de regeneración desde el occidente, simbolizando la superación del pecado, de las tinieblas y la salida era hacia oriente, es decir, donde salel la luz al levantarse el sol. Nosotros en el bautismo somos injertado en Cristo y pasamos por el Ministerio Pascual de Cristo, muerte, sepultura y resurrección.
Por el bautismo hemos sido incorporados a Jesucristo de manera especial en tres aspectos fundamentales de la misión de Cristo, es decir, como Sacerdote, Profeta y Rey. Participamos en cada uno de estos tres aspectos de la misión de Jesús. En primer lugar, su sacerdocio. Un sacerdote es un mediador que representa al pueblo y ofrece sacrificios a Dios de parte de su pueblo. Por eso, en el ofertorio de la Misa, el sacerdote dice: “Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro sea agradable a Dios Padre Todopoderoso”. Existe lo que se llama el “sacerdocio común de los fieles” que tiene su fundamento en el bautismo y por el cual participamos en el sacrificio de la Misa en unión con el sacerdote que preside. Sabemos que la Santa Misa es la actualización del sacrificio de Jesucristo en la cruz, pues Jesucristo Hijo Unigénito de Dios vino al mundo para salvarnos del pecado, del mal y la muerte por toda su vida desde su nacimiento, luego su vida oculta que era una ofrenda al Padre a favor de nosotros, y sobre todo al entregarse totalmente a la voluntad del Padre en el sacrificio de la cruz. Cada uno de nosotros, no solo `como espectadores sino como partícipes ejercemos este sacerdocio como miembros de Cristo por nuestro bautismo.
Jesucristo vino a este mundo “para nuestra salvación”, “por nosotros los hombres y por nuestra salvación”. También nos toca interceder por nuestros hermanos en la fe por nuestras oraciones y sacrificios. Personas nos piden nuestras oraciones y decimos que sí ¿pero cumplimos lo que prometemos?
Un profeta es uno que habla de parte de Dios, comunica un mensaje que proviene de Dios. -Esto en nuestro caso tiene que ver con la evangelización. Jesús envió a los apóstoles y demás discípulos a proclamar el evangelio a toda la creación, llevarlo hasta los confines de la tierra en la montaña de Galilea donde se reunió con ellos poco antes de la Ascensión.¿Nosotros cumplimos esta misión profética? SE trata de una misión muy difícil. Dios llamó a Jeremías y él le puso la excusa de que era un mero muchacho, pero Dios insistió y le dijo: “No digas “soy un muchacho, pues adondequiera que te yo te envíe irás, y todo lo que te mande dirás”. Luego Dios le tocó la boca y le dijo: “No les tengas miedo que contigo estoy yo para salvarte, oráculo del Señor”. También a Isaías lo mandó después de una visión en el tiempo y el profeta se ofreció a ir. No valen las excusas cuando Dios nos envío. Posteriormente, cuando Jeremías se puso a predicar lo que Dios le comunicaba, tanto los reyes como los sacerdotes, los demás profetas lo condenaron hasta el punto de meterlo en una fosa con peligro de morir. La misión del profeta es muy difícil ¿Nosotros estamos listos para llevarla acabo?. Si tenemos miedo al qué dirán a que nos llamen beatos etc. no servimos de profetas.
Jesucristo es también rey. Lo proclamó en la presencia de Pilato y diciendo “para eso he venido al mundo” para dar a conocer la verdad. Hoy en día, casi nadie quiere aceptar la verdad y en el Evangelio de San Juan Jesús decía “yo soy la Verdad”. Hoy la gran mayoría de la gente está en lo que el Papa Benedicto XVI llamó “la dictadura del relativismo”. Proclamar la verdad es expresar las cosas como son, pero es probable que digan “eso es TÚ VERDAD”. La verdad es objetiva y coincide con la realidad de las cosas y no como nos gustare que fueran. ¿Estoy dispuesto a proclamar la verdad aunque muchos la rechacen? Los padres tienen que ejercer la misión del gobierno, de la realeza. Es más fácil dejar pasar y evitar discusiones. Gobernar es difícil tanto en la Iglesia como en el mundo secular, pero nos corresponde proclamarla cuando sea necesario pese a lo que piensan otros. Jesús dice que “la verdad os hará libres? ¿o preferimos ser esclavos de Satanás que e “el padre de la mentira”.
Todos celebran su cumpleaños y otros nos felicitan, pero ¿conocemos la fecha de nuestro bautismo y lo celebramos dándole gracias a Dios por el don de la fe, por habernos incorporado, injertado en Jesucristo de manera que nuestra vida sea viva “en Cristo Jesús” como repite San Pablo en sus cartas con no poca frecuencia. Nuestro bautismo es la puerta a la nueva vida que nos ofrece Jesús logrando que seamos uno con él y con nuestros hermanos en la Iglesia que es Cuerpo de Cristo.
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