HOMILÍA PARA EL XXVIII DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO, CICLO B, 10 DE OCTUBRE DE 2021.
Hoy nuestra primera lectura está tomada del Libro de la Sabiduría. Hay varios libros sapienciales en el Antiguo Testamento y son atribuidos al Rey Salomón, que puede ser considerado como el Sabio por antonomasia en la Biblia. Este hecho se debe entre otras cosas porque Salomón estaba en Gabaón y tuvo un sueño en el que Dios le dijo: "Pídeme lo que quieras que te dé". y Salam´´on pidio "Concede, pues a tu siervo un corazón que entiende para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal, pues "quién será capaz de juzgar a este pueblo tuyo tan grande" (1Re 3,9) y el episodio de las dos mujeres y sus hijos y cómo Salomón solucionó el conflicto entre ellas sobre quién era la madre del niño que sobrevivió, sacando su espada y diciéndoles que al niño lo cortaría en dos, una mitad para cada una (IRe,3,27),
Conviene explicar en qué consiste la sabiduría, pues tenía una gran importancia en la Biblia. Se dice que la Sabiduría existía antes de la creación del mundo y por ella Dios creó todo. Se trata de la manera correcta de actuar y en general hacer las cosas según el proyecto de Dios. El sabio está cerca de Dios y cumple su voluntad, su ley. En el Evangelio de San Juan se dice: Al principio existía el Logos, y el Logos estaba con Dios y el Logos era Dios y todo lo que existe y se creó llegó a ser por el Logos, y unos versículos "El logos se hizo carne y habitó en medio de nosotros". Para los griegos la palabra logos tiene muchos y variados significados pero fundamentalmente significa "razón" y "orden". Es decir, Dios ha creado el universo según un plan y un orden y eso se aplica no solo al mundo físico sino también a todo lo que depende del libre albedrío del hombre. Esto corresponde también a la sabiduría. También San Pablo afirma que Jesucristo es "la sabiduría de Dios". También la prudencia (la capacidad de escoger los medios adecuados para un fin) llamada en griego phronesis, está relacionada con la sabiduría como constatamos en nuestra primera lectura de hoy: "Supliqué, y se me concedió l prudencia; invoqué, y vino a mí el espíritu de Sabiduría. Luego se explica cómo adquirió Salomón la sabiduría.
"La preferí a cetros y tronos, y, en su comparación, tuve en nada la riqueza. No se equipará la piedra más preciosa, porque todo el oro, a su lado, es un poco de arena, y, junto a ella la plata vale lo que es barro. Lo quise más que la salud y la belleza, y me propuse tenerla por luz, porque su resplandor no tiene ocaso. Con ella me vinieron todos los bienes juntos, en sus manos había riquezas incontables"
Conviene que nos acordemos cómo la Biblia nos cuenta que Salomón alcanzó tener grandes cantidades de oros, plata y otras cosas valiosas y su fama debido a sus riquezas se extendió a muchos países. Sin embargo, aquí, en boca de Salomón, se dice que el oro no vale más que la arena comparado con la sabiduría. Recordemos las palabras de Jesús: "¿Qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo si pierde su vida" o su alma,
Pasemos al pasaje evangélico de hoy que es muy conocido y llamado "El Joven Rico". Jesús anda por el camino y se presenta un joven que le pregunta "Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?". Jesús le responde que tiene que cumplir los mandamientos y menciona algunos de ellos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no estafarás, honra a tu padre y tu madre". El joven dice que todos esos mandamientos los ha cumplido desde pequeño. Jesús le dice que le falta una cosa: Vender todo lo que tiene y dar el dinero a los pobres. No era capaz de hacer esto y dice el evangelista que se fue triste porque tenía muchos bienes y seguirlo. . Es la única vez que uno al que Jesús invita a alguien a seguirlo y no responde positivamente. En los casos de Santiago, Juan, Pedro y Mateo, ellos abandonan sus quehaceres y siguen a Jesús, "inmediatamente" como suele escribir San Marcos.
La reacción de Jesús es "¡Qué difícil les es a los ricos entrar en el reino de Dios !". Los discípulos se extrañaron y reaccionaron diciendo "¿Entonces, quién puede salvarse? Jesús responde "Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo".
Es normal que los jóvenes se esfuercen para lograr un buen puesto de trabajo para que puedan contar con los bienes que hoy en día se consideran imprescindibleS como un título universitario, una casa bien amueblada, un coche etc. Luego formar una familia y educar bien a los hijos. Cuando ya ha alcanzado esas metas que son normales y necesarias, además de haber logrado ahorrar para la vejez y ojalá poder dejar algunos bienes a sus hijos, debería de preocuparse menos por el dinero. Lamentablemente, muchos no logran estas metas y no por culpa de ellos, pues en España el Estado les quita 48% de sus ingresos en impuestos que los gobiernos malgastan. Los bancos los convierten en esclavos a lo largo de 40 años para poder tener una casa etc. En parte debido a ello, suelen tener pocos hijos entre otros motivos como haberse casado tarde cuando se tiene una más baja nivel de fertilidad, sin hablar de los anticonceptivos. En el caso de los que superan estos obstáculos y logran un nivel económico bueno, tampoco cometen pecados por haber logrado eso. Tendrían que ser más generosos en la ayuda a los menos favorecidos, Deberían también de evitar .endeudarse como hacen los países, pues todos los países occidentales están hasta las cejas en deudas debido a corrupción y derroches de manera que un gran porcentaje de los impuestos pagados por las futuras generaciones irán a pagar tales deudas y derroches. Esta pregunta acerca de cómo el rico puede salvarse se daba en los primeros siglos del cristianismo. San Clemente de Alejandría, que vivió a finales del siglo II y principios del siglo III, tiene una obra que se titulo "¿Quis dives salvetur?" (¿Qué rico se salvará?) que trata de este tema. No está de acuerdo con la idea de que el rico no puede salvarse. Un rico que es empresario y ha logrado crear puestos de trabajo para otros, si actúa con responsabilidad, caridad y justicia hace buen uso de su talentos, como indica Jesús en la Parábola de los Talentos. También en cuanto a la buena administración de los bienes públicos, tenemos en la Biblia el ejemplo del Patriarca José que como mayordomo del Faraón ahorró en tiempos de vacas gordas para poder tener lo suficiente cuando llegaron las vacas flacas.
En todo caso, no nos olvidemos que"el amor al dinero es la raíz de todos los males" y que no es fácil para el rico llegar al cielo. De hecho, no es fácil para nadie. El mismo Salomón, pese a haber empezado bien, fue cayendo en pecados idolatría debido a las mujeres paganas con quienes se casó. No nos olvidemos de otra palabra de Jesús: "Vigilad y orad para que no caigáis en la tentación".
No hay comentarios:
Publicar un comentario