HOMILÍA DOMINGO 30 DE TIEMPO ORDINARIO, CICLO, 24 DE OCTUBRE DE 2021.
Este domingo nos toca un milagro de la curación de un ciego. Es uno de varios que se dan en los cuatro evangelios. San Marcos nos da el nombre del beneficiario del milagro, Bartimeo. No siempre se nos entrega el nombre de la persona curada. Algunos comentaristas consideran que se da porque la persona en cuestión vive aún. También descubrimos que estaba sentado al lado del camino pidiendo limosna. El hecho de que haya tenido que dedicarse a pedir limosna no nos extraña, pues en épocas anteriores a la nuestra no existían pensiones para discapacitados. Una vez que descubrió que Jesús pasaba por donde estaba, se puso a gritar.
No es de extrañar que los que estaban a su alrededor intentan callarlo. Le daba vergüenza y no querían llamar la atención de la multitud hacia ellos. El ciego no les hace caso y repite su petición: Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí. Obviamente, se da cuenta de que esta puede ser su única oportunidad de alcanzar una cura y le da igual lo que dicen los de alrededor. En los evangelios con frecuencia Jesús enseña a orar con perseverancia, y no desfallecer, No es que Dios no sepa lo que necesitamos, sino que Él quiere que expresemos nuestra indigencia.
Jesús lo escucha y se detiene y les manda a los demás llamarlo. Podemos imaginar la alegría porque Jesús lo llamaba. Por ello, "soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. La llamada de Jesús es importante y vemos cómo llama (en griego kalein) a los que iban a ser sus apóstoles. La palabra Iglesia en griego es "eklesiá", llamado fuera . Jesús le pregunta qué quiere hacer por él. Probablemente, Jesús no se dio cuenta de que era ciego. El responde "Maestro que pueda ver". En la Biblia todo relacionado con la luz es simbólico, Jesús es la luz del mundo y la comunica a nosotros. La ceguera es un gran obstáculo y la ceguera espiritual que nos lleva a no reconocer la verdad y obviamente a Jesús es incluso peor. Jesús responde, "anda tu fe te ha salvado". Enseguida recobró la vista y sigue a Jesús por el camino, Certamente, es un hecho que seguía a Jesús por el camino, pero el contexto indica que llegó a ser discípulo.
Obviamente, aquí hay una invitación a cada uno de nosotros a superar la ceguera espiritual que no nos permite reconocer a Jesús como el único que da sentido a nuestra vida. También, como he señalado arriba, es fácil imaginar la alegría que sentía cuando Jesús lo escuchó. . Esta alegría la siente hoy en día cuando una persona, movida por la gracia de Dios, acude a la confesión y "descarga", por así decirlo, la carga de muchos años de pecado. No olvidemos que Jesús decía que "hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte que por 99 que no tienen necesidad de arrepentimiento
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