lunes, 22 de junio de 2009

¿El embarazo es una enfermedad?

Hoy, lunes 22 de junio la Vicepresidente del Gobierno de España, mejor conocido por los aparentemente interminables fondos de armario que posee, salió en defensa del proyecto del gobierno ZP que intenta convertir el matar a un ser humano inocente en un derecho que exige una prestación sanitaria pagada por los contribuyentes. Obviamente, la ínclita Vice se estaba refiriendo sin mencionarla a la reciente Declaración de la Conferencia Episcopal que condena en términos muy duros y con argumentos contundentes. Otro punto del mismo documento episcopal provocó una reacción furibunda habitual en el gobierno que se llena la boca de diálogo, pero se muestra totalmente desprovisto de argumentos mínimamente racionales. Los obispos afirman que la Iglesia no intenta imponer ninguna moral a la sociedad y que en todo caso no es la Iglesia la que tiene el poder impositivo para imponer cualquier cosa a la sociedad, sino el Estado. La Vice se olvida voluntariamente del hecho de que el programa con el que el PSOE ganó las elecciones no llevaba el tema de la reforma de la ley del aborto. También se olvida las abundantes declaraciones vacías de contenido con las que su jefe de filas Rodríguez Zapatero llena la boca acerca del diálogo y el consenso. Descalifica de retrógradas radicales a los que no aceptan sus propias posiciones ciertamente radicales y antidemocráticas. ¿En qué consiste el tan llevado y traído diálogo y el consenso, si no que el adversario renuncie a sus convicciones y adopte la ideología progre que ellos proclaman, sin justificarlo racionalmente? El anteproyecto de ley sobre el aborto, o eufemísticamente denominado “salud reproductiva” no es más que el producto de los prejuicios ideológicos de la progresía y no tiene nada que ver con la salud. ¿Cómo puede matar a un ser humano en gestación ser una prestación sanitaria, o tener que ver con la salud?

Si el embarazo es una enfermedad, entonces el modo en el que el creador ha establecido que nazcan nuevos seres humanos es deficiente en sí mismo y necesita ser corregido por la intervención del hombre. Según el Diccionario de la Real Academia la enfermedad, refiriéndose a la salud física, no moral o espiritual es: “Alteración más o menos grave de la salud”, mientras la salud es: “Estado en que el ser orgánico ejerce normalmente todas sus funciones”. Los obispos reconocen que pueden surgir algunos ocasiones o peligros para la salud de la madre o del niño en gestación a lo largo de la gestación, pero rechazan la noción que afirma que el embarazo es una enfermedad, o que el aborto sea una prestación sanitaria. Obviamente se puede matar a una persona “sanitariamente”, es decir, acudiendo a médicos y con métodos sanitarios, pero matar jamás puede ser una prestación sanitaria. La Vice, o la “fashionaria”, como la ha llamado alguno, no es que tenga grandes deseos de presentar a la sociedad argumentos que avalen su deseo de mejorar la salud matando, sino más bien con mayor estridencia los lugares comunes o dogmas progre. El pésimo nivel de educación que existe en España gracias a la imposición de los dogmas progre debería de ayudarle a ella y a sus huestes progres no a convencer al ciudadano común de la verdad de sus proposiciones, sino más bien lograr que sea incapaz de pensar críticamente. Al contrario, lo que tiende a producir la LOGSE, la LOE y demás inventos progres es crear una plebe ignorante y desprovista de sentido común que los vote y trague acríticamente sus consignas.

viernes, 19 de junio de 2009

El Sagrado Corazón

DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN

Siendo irlandés y habiendo sido criado en el ambiente devocional que reinaba en Irlanda en los años 50 y 60 con gran énfasis en la Devoción al Sagrado Corazón, me ha extrañado un poco que aquí en el pueblo de la Sierra de Cádiz donde soy párroco importa poco esta devoción. Las pocas personas mayores, en su gran mayoría mujeres, al parecer conocen poco acerca de esta devoción. En general, puede que sean víctimas de la tendencia a eliminar las devociones populares que ha prosperado entre cierto clero a partir del Concilio Vaticano II. Desde hace tres años cuando llegué aquí intenté reavivar devociones como algunas novenas, Mes de María en mayo, el Via Crucis en tiempo de Cuaresma, pero con poco éxito. Algunos feligreses comentaban al inicio que “este cura quiere restaurar devociones que otros han eliminado”. No veo por qué la promoción de la vida litúrgica tiene que despreciar o eliminar devociones de una gran trayectoria en la Iglesia y que tantos frutos han dado. Sí hay una gran estatua del Sagrado Corazón en la Iglesia encima de sagrario en la capilla del Santísimo. También he sabido que antes existía un confesionario en el templo, pero algún predecesor iluminado lo eliminó, pues él u otros introdujeron la absolución general, contrario a todas las normas clarísimas expresadas en múltiples documentos, no el menor de ellos el Código del Derecho Canónico. En un pueblo vecino a uno de esa generación de curas iconoclastas se le ocurrió anunciar a los feligreses que iba a quemar las imágenes de los santos existentes en el templo. Afortunadamente prevaleció el buen sentido de los feligreses porque se llevaron las imágenes a sus casas para que el cura iluminado no pudiera llevar a cabo tal disparate. A Dios gracias que ya no se dan estos deslates, pero algunas de las consecuencias de ellos perduran. He ido decayendo la devoción y desapareciendo en las generaciones jóvenes y menos jóvenes, es decir de cincuenta años para abajo. Lo que ha quedado ha sido el foklore. Los mismos que no pisan el templo en todo el año, a no ser en la ocasión de alguna boda, funeral o primera comunión se quedan hasta muy entrada la noche decorando pasos en Semana Santa o en vísperas de la Fiesta de la Patrona. Es decir, les queda un ligamen muy ténue con la Iglesia que ha quedado principalmente en una tradición del pueblo, con un mínimo de verdadera devoción.

La Devoción al Sagrado Corazón es muy especial y muy característica de la Iglesia Católica y, como demuestra el Papa Pío XII, en su Carta Encíclica Haurietis Aquas 1956, tiene un sólido raigambre bíblico, patrístico y teológico. Jesús en el Evangelio invita a todos a “venir a Él que es manso y humilde de corazón”. En toda su vida, pero sobre todo en la Eucaristía y en la Cruz, manifiesta el inmenso amor de Dios a cada hombre, pues su costado fue penetrado con la lanza del soldado y salió sangre y agua, simbolizando los sacramentos del bautismo y de la Eucaristía, según la interpretación común de los Padres de la Iglesia. Entre todos los Padres, el más grande, San Agustín, es el que coloca el amor como el centro de toda su teología y su espiritualidad. En la Edad Media son muy numerosos los grandes místicos como San Bernardo, San Buenaventura en la tradición franciscana, y algunas de las más grandes santas y místicas como Santa Gertudris la Grande y Santa Catalina de Siena, por mencionar las más conocidas, profundizaron notoriamente en el misterio del amor de Dios manifestado en el Corazón de Jesús. El corazón, como es bien conocido, es el centro y lo más profundo del hombre en la mentalidad bíblica. Coinciden muchas culturas en señalar el corazón como símbolo del amor.

Fue a partir de la rotura de la unidad de la Iglesia en Occidente que tuvo como resultado su posterior fraccionamiento en unas 4000 denominaciones, que providencialmente surgió con nueva fuerza la Devoción al Sagrado Corazón. El P. John Hardon, jesuita muy conocido en Estados Unidos, ya fallecido, que escribió tres libros sobre el Protestantismo y que los mismos Protestantes han utilizado en sus seminarios, explica el desarrollo de esta devoción a partir de la así llamada Reforma Protestante y la introducción del Jansenismo en la Iglesia, particularmente en Francia (http://www.ewtn.com/library/CHRIST/FR90204.txt) Afirma que la Devoción al Sagrado Corazón distingue al Catolicismo de cualquier otra forma de Cristianismo. Afirma que los errores del Protestantismo tiene que ver con la naturaleza de Dios, del hombre, la moral y la espiritual, como del mismo destino del hombre. Lutero, debido a sus experiencias de tipo neurótico, como por ejemplo el terror que sentía hacia un Dios que le podían condenar ejemplificado en su reacción ante la tormenta, llegó a considerar que el hombre no puede dejar de pecar y que su situación es irremediable. Lo más que se puede esperar es que se le cubra con el manto de la justicia de Cristo, pero en realidad en su interior es una podredumbre. Desde el punto de vista de la antropología el error fundamental propulsado por los reformadores protestantes fue la negación del verdadero libre albedrío. El P. Hardon afirma (traduzco del inglés): “El error más fundamental que dividió la Iglesia Católica en el signo XVI, y desde entonces ha sido el elemento que más división ha provocado es la negación del hecho de que tenemos una verdadera libertad interior, en virtud de la cual podemos libremente servir a Dios o voluntariamente rehusar servirlo”.

Este error penetró en la Iglesia Católica de la mano en primer lugar del teólogo de Louvaina en el período posterior al Concilio de Trento, cuyo nombre latinizado es Bayo. Posteriormente los errores de Bayo fueron seguidos y desarrollados por el teólogo de origen holandés llamado Jansenio, que llegó a ser Obispo de Ypres, con el apoyo de su amigo francés que fue Abad del Monasterio de St-Cyran. Este doctrina repetidamente condenado por Roma, se denominó Jansenismo, aunque el famoso libro de Jansenio, Agustinus, fue una publicación póstuma. El mismo Jansenio se sometió ante mano y en el lecho de muerte al juicio de la Iglesia, pero se extendió a toda Francia y más allá su doctrina, hasta el punto que 50 obispos franceses adhirieron a tal doctrina.

Para Bayo, como para Jansenio, la visión de Dios es connatural al hombre, no un don sobrenatural. Por consiguiente, la gracia, incluso la visión de Dios son realidades debidas a la naturaleza humana, también la libertad de la concupiscencia de la que gozaba Adán. Además de los errores de Jansenio y sus seguidores se promovió un rigorismo que se oponía a la recepción frecuente de la Eucaristía. Como contrapartida de estos errores Dios en su Providencia hizo surgir la Devoción al Sagrado Corazón y gracias a la divulgación de las revelaciones hechas a Santa Margarita Mará de Alacoque se extendió rápidamente en toda la Iglesia. No se trata de ora devoción, sino que tiene su fundamento en los siete pilares o misterios cardinales de nuestra fe, como los denomina el P. Hardon:
-Dios creó al género humano libremente de su puro amor y lo invitó a entrar en comunión con la Santísima Trinidad a través de su incorporación en Jesucristo su Hijo, por la acción del Espíritu Santo.
-Dios envió a su Hijo al mundo para ofrecerse libremente en la cruz por amor a los hombres. La esencia del amor es la voluntad de sufrir libremente por el amado.
-Jesucristo, Hijo de Dios sufrió y murió no solamente por unos cuantos elegidos predestinados, sino por amor a todos los hombres.
-Dios ofrece a todos los hombres la gracia necesaria para salvarse, aunque no todos se salvan. Eso debido a su voluntad perversa que rechaza el amor y la gracia de Dios.
-Poseemos el don del libre albedrío. Amamos a Dios cumpliendo su voluntad, y uniendo así nuestra voluntad a su Voluntad Santísima.
-Nuestra libre voluntad puede llevarnos a amar a Dios más allá del mero deber. Podemos abrazar la cruz en comunión con el mismo Jesús.
-Jesucristo se da a sí mismo aquí y ahora en la Eucaristía. Permanece en medio de nosotros a través de la Eucaristía. Lo recibimos en nuestro corazón para fortalecer nuestra voluntad y unirnos a su amor.

La devoción al Sagrado Corazón se extendió en Francia, donde el Arzobispo de Marseilles realizó la primera consagración al Divino Corazón de Jesús en la ocasión de una peste. En el siglo XIX y principios del siglo XX, se extendieron las consagraciones de naciones y del mundo entero al Sagrado Corazón. Ésta a manos del Papa León XIII en el año 1899. En el caso de España, se hizo la consagración de la nación al Sagrado Corazón en el año 1919 con una oración proclamado por el Rey Alfonso XIII. Este domingo21 de junio se conmemora aquella consagración realizada en Cerro de los Ángeles, centro geográfico de la península, con una misa solemne presidida por el Cardenal Arzobispo de Madrid, Mons Antonio María Rouco. Además, en este día de la Solemnidad del Sagrado Corazón se da inicio al Año Sacerdotal en conmemoración del 150 aniversario de la muerte de San Juan María Vianney, el Cura de Ars. Así como en siglos pasados la Divina Providencia inspiró a una monja sencilla en un convento desconocido del sur Francia para que se propagara la Devoción al Sagrado Corazón, como antídoto de los errores de los reformadores y del jansenismo, ojalá que este año deje abundante fruto en la Iglesia y en el mundo, particularmente a través de una renovación de la vida y celo pastoral de los sacerdotes a ejemplo del Santo Cura de Ars, San Juan Vianney.

Para leer el texto de la Consagración de España al Sagrado Corazón en 1919, ver:
http://www.bernardo-francisco-de-hoyos.info/consagracion-sagrado-corazon-jesus/consagracion-scjesus.htm

martes, 16 de junio de 2009

LA CRISIS

Una de las palabras más usadas en los medios de comunicación en estos meses es “crisis”. Todo mundo sabe en qué consiste la crisis económica, la ralentización de la actividad económica juntamente con la quiebra de un número notable de entidades financiera debido a su imprudencia a la hora de conceder créditos. Esto a su vez se ha debido a la abundancia de dinero proporcionado por los bancos centrales a bajos tipos de interés. Ha habido un exceso de especulación, falta de controles de parte de las entidades públicas encargadas de controlar los bancos. Luego han venido los planes de rescate de parte de los gobiernos en los que han comprometido ingentes sumas de dinero público para salvar los bancos que han actuado con imprudencia. Parece que nada ha funcionado y la crisis sigue, pese a lo que algunos afirman respecto a supuestos “brotes verdes” que no acaban de aparecer. Se habla de deflación, o bajada de precios que se considera un fenómeno peligroso en cuanto provocaría un mayor espiral de desconfianza. La gente viendo que los precios bajan, dejaría de comprar porque esperarían nuevas bajadas. Mientras tanto más empresas irían a la quiebra por no poder vender sus productos. Otros no ven esto un peligro, pues indican que los precios de los ordenadores y otros objetos electrónicos constantemente bajar de precio, pero aumenta el mercado. Otros todavía temen la llegada de la hiperinflación debido a los abultados defécit que los planes de rescate y los planes de estímulo están provocando. Algunos bancos centrales deciden imprimir más dinero y comprar los bonos de tesoros que otros no quieren comprar. Es decir, un arma del estado, el Tesoro emite bonos, y otro el Banco Central los “compra”, lo que se denomina “método no convencional”, pero que tiene como resultado devaluar la moneda y posiblemente provocar la hiperinflación.

Todo esto puede parecer lejano del ciudadano de a pie, pero sí le toca muy de cerca. Aumenta el paro. Se crea un ambiente de gran desconfianza. Los ahorradores que tienen su dinero invertido en planes de pensiones por ejemplo, pierden un buen porcentaje de sus ahorros. Los que están endeudados debido a imprudencia en el momento de sacar créditos no productivos están con la soga al cuello. Aumenta la morosidad y los bancos se exponen a falta de liquidez o la insolvencia. Luego vienen más rescates y más dinero del contribuyente comprometido en ellos. Cuestiones de dinero y deudas también provocan no pocos conflictos en el seno de las familias y entre las parejas.

Recientemente vi un programa en la Televisión Católica Eternal Word (fundada por una monja de clausura en Irondale, Alabama en Estados Unidos). Se trataba de una entrevista con dos personas expertas en cuestiones de finanzas que daban consejos a las familias para poder abordar la crisis económica. Allí descubrí uno de los factores importantes que han provocado esta crisis económica y que no se menciona, y es el factor demográfico. Los que nacieron después de la Segunda Guerra Mundial (llamados en inglés “baby boomers”), ya están llegando a la edad de la jubilación. Son muchos y ellos no han tenido el mismo número de hijos. Sus nietos son menos todavía, de manera que se ha ido formando una pirámide al revés. Esta generación en Estados Unidos venden las casas grandes que ya no necesitan, pero no hay quien quiera comprar casas grandes porque la generación actual se casa más tarde y tiene menos hijos. Ya no están en la edad productiva y el sistema de la Seguridad Social, que es un esquema piramidal comienza a hacer aguas. Japón es el país con el mayor porcentaje de personas mayores de edad y ha llevado toda la década de los 90 en una crisis prolongada. La mayoría de los países europeos están involucrados en un suicidio demográfico, particularmente España e Italia. Está claro que si un país quiere tener una economía pujante, necesita abundancia de la mayor riqueza que es la persona, lo que llaman “capital humano”.

Otro factor es que en Estados Unidos muchos jóvenes se endeudan enormemente para estudiar en una universidad prestigiosa. Retrasan el matrimonio hasta que hayan logrado quitarse de encima esta deuda. Otros se endeudan con las tarjetas de crédito para concederse lujos que no pueden pagar. La crisis financiera con el consiguiente bajón de las bolsas de valores ha significado que muchos han perdido grandes cantidades en sus planes de pensión privados. Falla la Seguridad Social y fallan los planes privados de ahorro y de pensión de manera que no alcanzarán la seguridad esperada.

¿El ciudadano normal católico que cuenta con unos sólidos principios en la Biblia y en la Doctrina Social de la Iglesia puede hacer algo para evitar la angustia, las peleas y discusiones en el seno d e la familia para salir del agujero en el que se ha metido? Primero debe recordar que el dinero es un medio, no un fin en sí mismo, que debe de utilizarse con la debida prudencia. La prudencia, que debe guiar toda actividad del hombre, es una participación en la sabiduría divina con la que Dios gobierna el universo, que que se llama también la Providencia. La prudencia nos lleva a escoger los medios adecuados para alcanzar los fines que Dios nos propone en la vida, que en definitiva es la vida eterna o la salvación. Los fines intermedios deberían de llevarnos a alcanzar al final ese fin último. Jesús da unos ejemplo de este tipo de prudencia en el evangelio cuando habla del general de un ejército que sopesa sus fuerza para calcular si con 10,000 hombres puede hacer frente a otro que viene en su contra con 20,000. Si no, mandará emisarios al otro para pedir condiciones de paz. O igualmente el que desea construir una torre que se sienta y hace cálculos para ver si tiene con qué terminarla para no dejar la obra sin concluir y exponerse al ridículo de los vecinos. Se necesita un plan, en primer lugar para salir de la deuda si es que uno está endeudado debido a imprudencia pasada. Tal plan no excluye la generosidad con los más necesitados, no como algo que atendemos si nos sobra algún dinero, sino como una prioridad. San Pablo alaba a los corintios por haber contribuido a la colecta para los pobres de Jerusalén, pese a ser pobres ellos mismos. Le recuerda que “Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza”.

Estos expertos recomiendan que las parejas hablen claramente sobre las cuestiones de dinero porque un gran porcentaje de las peleas tienen su origen en el dinero. Se recomienda un gran esfuerzo por reducir y eventualmente eliminar las deudas no productivas. Éstas son las por ejemplo las de tarjetas de crédito, o créditos de consumo. El pago de la hipoteca sería una deuda productiva porque normalmente el bien raíz se revaloriza a lo largo de los años que uno la va pagando. Un examen de conciencia sobre lo que nos motivo al momento de gastar nos puede revelar que caemos con frecuencia en uno o varios de los pecados capitales como pueden ser la avaricia o la codicia, incluso la lujuria, no en lo referente a la sexualidad, sino el deseo desmedido de consumo. A muchos los mueven a gastar la impresión que quieren hacer en los vecinos o compañeros de trabajo, es decir, la vanidad. También recomiendan una actitud positiva, no hundirse ante las deudas. Poner la confianza en Dios pensando que la crisis, como toda crisis, puede ser una oportunidad para llevar una vida más humana. Al gastar menos podemos tener más tiempo para profundizar en las, relaciones familiares, ejercer la generosidad siendo voluntario, enriquecernos con la lectura, utilizando los fondos de las bibliotecas etc.

Hace uno meses el Papa Benedicto XVI, hablando de la crisis económica, decía que la economía mundial, o la macroeconomía como se le denomina tiene que regirse con las misma normas que debe aplicar una familia. Lamentablemente, los gobiernos en ninguna parte están operando con la debida prudencia, pues cuando una familia se encuentra en quiebra o con una reducción drástica de sus ingresos, inmediatamente recorta gastos. En España el gobierno está involucrado en una carrera de gastos que no deja de ser un despilfarro. Aumenta los sueldos de los funcionarios, que son más de tres veces el número que existía al final de la época franquista, mientras al aumento de población ha sido solamente un 16%, de manera que ya hay más funcionarios que empresarios. Además el nivel de absentismo de los funcionarios alcanza y supera el veinte por ciento. Aquí hay una falta de moral. Ellos cobran del erario público el dinero del contribuyente y se dan el lujo de ausentarse del trabajo un veinte por ciento es decir, un día la semana. Otra cosa es la falta de productividad entre ellos, de manera que el peso de la burocracia que cae sobre el ciudadano es increíble. También es inmoral que los gobiernos aumenten la deuda, provocando un aumento de los intereses que se tienen que pagar para financiar tal deuda y cargan eso a los hijos y nietos de la generación actual.

sábado, 13 de junio de 2009

El Curso Alpha

EL CURSO ALPHA
En septiembre del año pasado, estando buscando en Google con la intención de encontrar ideas que me pudieran ayudar en la tarea de la evangelización en una parroquia donde la práctica religiosa está cerca de mínimos, me topé con el sitio web de Alpha. Escribí un correo a una persona en Estados Unidos que amablemente me indicó la dirección de la persona que lo coordina aquí en España. Se trata de un curso orientado ante todo a personas alejadas de la fe y la práctica religiosa, o por ende ateos, o agnósticos. Se llama “alpha” porque esta es la primera letra de alfabeto griego. Es decir, es un curso que intenta ayudar a personas alejadas de la fe a encontrar en Jesucristo el sentido de su vida y a entregarse a él. Es resultado de una experiencia que ya lleva unos treinta años en la Iglesia Anglicana de La Santísima Trinidad en el barrio de Brompton en el centro de Londres. Ya se ha extendido a más de cien países y se utiliza en las más diversas denominaciones cristianas. Existe tambíén “Alpha en el contexto católico”.

El curso tiene como subtítulo “explora el sentido de la vida”. El sitio web oficial es http://uk.alpha.org/ Allí indica que dos millones de personas han completado el curso en el Reino Unido y trece millones en todo el mundo. Allí se encuentran citas de algunos de los medios de comunicación más prestigiosos del mundo como la revista Time que escribe: “Muchos afirman que Alpha ha cambiado su vida y aparecen ser genuinamente más felices después de haber hecho el curso” (traducción mía). El periódico británico The Guardian afirma: “Lo que Alpha ofrece y lo que está atrayendo a miles de personas es el permiso, raro en la cultura secularista, a discutir las grandes cuestiones, la vida y la muerte, y su sentido”.

El curso consiste en diez temas comenzando con “Quién es Jesús”. Trata de la Iglesia, la oración, la Biblia, el tema del mal, la Providencia o como Dios nos guía concretamente en la vida etc. El formato es que haya una cena, o en algunos casos un almuerzo y las personas que asisten son denominados “huéspedes”. El curso se puede llevar preferente en la casa de una persona, o también en una parroquia u otro local eclesial. Pueden participar hasta 70 o más personas. Los iniciadores de este curso, en primer lugar Nicky Gumbel, pastor de la Iglesia de la Santísima Trinidad mencionada arriba, han hecho una serie de videos que están a disposición de los que organizan los cursos para ayudarles a impartirlo. Los que imparten los cursos completan un entrenamiento que organiza el Centro Internacional de Alpha en Londres en diversos países. Utilizan con mucha facilidad los medios técnicos de comunicación modernos. Terminada la presentación del tema correspondiente el grupo se divide en pequeños grupos de discusión. Cada pequeño grupo cuenta con un líder y unos “ayudantes” y unos ocho o diez “huéspedes”. Esta parte del curso es muy importante porque se insiste en que se exprese lo que uno piensa y siente. Los líderes son entrenados en el arte de escuchar y facilitar la discusión. Se trata de que todos participen y puedan expresarse con libertad, aunque lo que tengan que decir no caiga dentro de la ortodoxia. Además, en los pequeños grupos se fomenta la amistad y la comunión entre los miembros de manera que muchas personas que viven en el anonimato de nuestra sociedad puedan encontrar amistad y apoyo, y un ambiente en el que se les estima, se les escucha, sino intentar “predicarles” ni corregir sus ideas. Se trata de un primer paso, un primer anuncio de la verdad sobre Jesucristo y una primera invitación a conocerlo y apreciar lo que ofrece como sentido de la vida.

Se organiza un fin de semana que es una convivencia y retiro que tiene como tema el Espíritu Santo. Los iniciadores del curso son moderadamente carismáticos. Creen decididamente en el poder de la oración y la acción transformadora del Espíritu Santo en la vida de las personas. Esta experiencia cuenta con toda una dinámica bien estudiada y suele dar muy buenos resultados. Los participantes en el curso, huéspedes poco a poco van entrando en la dinámica y dejando a un lado sus prejuicios contra la fe y la Iglesia. Se necesita mucha paciencia y evitar totalmente cualquier atisbo de presión, respetando siempre la libertad de las personas, y el ritmo de la acción del Espíritu Santo en cada uno. Se aconseja ofrecer tres cursos a lo largo del año. Con frecuencia los que terminan un curso desean participar en otro como ayudantes y eventualmente se entrenan para ser líderes de los pequeños grupos de discusión. Además, debido a que han tenido una experiencia muy positiva suelen invitar a sus familiares y amigos a participar en cursos posteriores. Además, se organizan actividades especiales, siempre compartiendo comida al final del año para celebrar lo que se ha logrado en la parroquia a lo largo del año con los cursos que se han hecho. También se lanza el nuevo año con una fiesta. Aunque la mejor manera de atraer a las personas a los cursos es la invitación personal de amigos, también se utiliza pegatinas y afiches.

El coordinador en España, José Alberto Barrera, me invitó a la Conferencia Internacional que se celebra cada año en el mes de junio en Londres. Este año se celebró del lunes 8 de junio hasta el 12. Participaron alrededor de 1000 delegados de unos 100 países. Uno de los grandes valores de Alpha es el contexto ecuménico. No es que normalmente los cursos se impartan a grupos mixtos de diversas denominaciones cristianas. En el contexto católico se suele hacer en la parroquia, o también se hace en cárceles, y otras instituciones. Obviamente, se necesita la aprobación y el apoyo de los obispos y de los párrocos. De hecho el grupo más numeroso de asistentes a la Conferencia Internacional fuimos los Católicos. Asistieron una ventana de obispos, especialmente de Hispanoamérica (de México, Colombia, Costa Rica, Argentina) El CELAM mandó una delegación especial con la intención de poder integrar Alpha en la Misión Continental que se está llevando a cabo a partir de Conferencia de La Aparecida en Brazil en 2007. El movimiento ecuménico tuvo su origen en el siglo XIX, precisamente como respuesta al desafío de la misión de los cristianos ad gentes. Se veía la dificultad de presentar un testimonio convincente a los no cristianos debido a la multitud de las iglesias y comunidades cristianas. En este sentido, ver a tantas personas reunidas de todos los continentes orar juntos, cantar juntos, reflexionar sobre la tarea urgente de la evangelización y el testimonio cristiano como se dio en la Conferencia Internacional de Alpha, es un signo muy positivo.

En cuanto a España, no había un gran número de participantes, ningún obispo, si varios sacerdotes, algunos de Cataluña, y personas provenientes de Madrid, Galicia y alguna otra región. Dada la situación pastoral que existe en España y el acoso de un gobierno respecto a la manifestación púbica de la fe cristiana, juntamente con ciertas debilidades internas de la Iglesia, parece que Alpha puede ser un instrumento útil y eficaz en la Nueva Evangelización promovida por el Papa Juan Pablo II. No es una panacea, pues echarlo a andar exige una buena dosis de trabajo duro, perseverancia, de paciencia y asumir un porcentaje de fracasos. Se trata de la propuesta de Dios y la respuesta de la libertad humana. Así como en la parábola de los trabajadores de la viña en el Evangelio, algunos llegaron a la primera hora, y otros a la última hora. El curso tiene una serie de ventajas importantes, pues no se trata de un movimiento, sino que se trata de que los que completan el curso pueden seguir su formación cristiana dentro de su propia parroquia. También es común que habiendo logrado crear lazos de amistad durante el curso y en actividades posteriores bastantes desean formar parte de una pequeña comunidad cristiana, o grupo celular como también se llaman. Concretamente, suele haber muchos que no son bautizados, o no han completado su proceso de iniciación cristiana. En tal caso, se puede proceder con el Rito de Iniciación Cristiano de los Adultos (RICA). De hecho en la Conferencia, un sacerdotes canadiense presentó un DVD que arranca desde donde deja el Curso Alpha con temas específicos correspondientes a la iniciación cristiana como los sacramentos, la devoción a la Sma. Virgen, la moral católica, pero siguiendo la misma metodología, con los encuentros fraternos alrededor de una mesa, los pequeños grupos. Él llama esto Alpha 202, pues en Estados Unidos y Canadá el nivel de los cursos universitarios se indica con tales números, 101 es nivel básico, 202 sería segundo nivel, etc. Existe Alpha para estudiantes, para los sin techo, para los presos y otros grupos. También han desarrollado un curso de renovación dela vida de los matrimonios, como de preparación matrimonial con la misma metodología. Además, de las presentaciones y pequeños grupos de discusión son muy importantes la iniciación en la oración y el canto.

Los iniciadores del curso se han propuesto la meta y el reto de alcanzar que hasta 100 millones de personas en todo el mundo completen el curso. Debido a que el mayor número de participantes en la Conferencia fueron Católicos, es de esperar que el mayor porcentaje seamos católicos. Parece probado que el Curso Alpha es un instrumento eficaz para dar el primer paso en la gran tarea de la Nueva Evangelización, es decir, el kerigma. También es posible aplicar la misma metodología a la etapa catequética, como también la formación permanente de los agentes de pastoral, por ejemplo formación en la Doctrina Social de la Iglesia. Hoy en día las personas no se quedan contentas con recibir un cuerpo de doctrina de un maestro, sino que también quieren que se escuche sus inquietudes y opiniones. El Curso Alpha propicia este nuevo estilo de aprendizaje y asimilación.

jueves, 4 de junio de 2009

Escándalos y celibato

En los últimos meses se han dado dos escándalos de parte de personas consagradas al ministerio sacerdotal, uno como obispo, ahora Presidente de Paraguay, Fernando Lugo, y otro un sacerdote joven muy conocido en el mundo hispano debido a sus programas de radio y televisión, Alberto Cutié. Este último nacido en Cuba y criado en Puerto Rico, y ejercía el ministerio en Miami. La crónica es bastante conocida. Pues al ex-obispo, ahora Presidente había tenido relaciones con varias mujeres, incluso una chica de 16 años, que le han demandado para hacer que asuma sus deberes paternas. Alberto Cutié fue pillado por paparazzi en compañía de una mujer entonces desconocida en una para muchos católicos. Tales casos, como los de los sacerdotes pederastas, son muy lamentable y hacen mucho daño a la Iglesia y a la conciencia de muchas personas.

La palabra "escándalo" significa literalmente (skandalon) en el griego original "una piedra de tropiezo", o un palo que que hace caer la trampa. Se trata de un palabra, acción o omisión, real o aparentemente mala que puede ser ocasión para que otro caiga en pecado. El que da escándalo no solamente incumple su deber, sino falta al amor al prójimo que debería de llevarlo a evitar el pecado. Las palabras de Jesús al respecto son de las más duras que se puede encontrar en los evangelios. No dejan lugar a duda acerca de la importancia que da a este asunto. "Mas quien escandalizare a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, conviene que le cuelguen al cuello un rueda de molino y lo sumerjan en el fondo del mar. ¡Ay de aquel por quien viene el escándalo" ( (Mt 18,16s). San Pablo trata del tema en su Primera Carta a los Corintios en el contexto de problema surgido sobre si se permitía a los cristianos comer la carne sacrificada a los ídolos. Él mismo dice que dado que los ídolos no son en realidad nada, que sí hay libertad para hacerlo (1Cor 8,7-10,13). Sin embargo, añade que si por comer carne daba escándalo a un hermano con una conciencia más débil o menos formada, entonces no comería jamás carne. "Mejor no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada en que tu hermano tropiece o se escandalice o se haga débil" (Rom 14,13,20s). Esta actitud cristiana corresponde al amor al prójimo, la ley suprema del cristianismo. Existe lo que se llama el escándalo farisaica o fingida. Jesús mismo se encontró con esta frecuentemente. Un ejemplo claro es el del discurso del Pan de Vida (Jn 6,60-67). Dado que él proclamaba la verdad, prefería dejar marchar a un buen número de sus seguidores. En el caso de los fariseos, se trataba de mal intencionados que debían de haber conocido la Escritura y estar abiertos al anuncio del evangelio de parte de Jesús. Es es escándalo falso. Además, por caridad cristiana, la persona que da escándalo está obligada dentro de lo posible, a reparar el daño causado a través de una acción equivalentemente buena.

En una época en la que la incoherencia o la hipocresía está tan mal vista por la grandísima mayoría de la gente, aunque por otra parte abundan los escándalos políticos, los escándalos del tipo mencionado en la Iglesia son más nefastos aún si cabe. Aquí no se trata de juzgar las intenciones de las personas sino las consecuencias de sus actos. A los que ya odian a la Iglesia estos escándalos los reafirman en sus prejuicios. A los que se han distanciado aunque pueden tener algunas dudas de conciencia sobre la rectitud de su comportamiento y sus opciones los confirman en en su conciencia errónea. A los católicos fervorosos les da mucha pena por estas personas llamadas a ejercer el liderazgo de Jesucristo Buen Pastor de su Iglesia. Lamentablemente algunos en vez de evangelizar y llamar a la conversión según la misión entregada por Jesucristo cuando se ordenaron sacerdotes, se dejan “evangelizar” por la cultura dominante y aceptan sus criterios contrarios al evangelio y a la buena conciencia cristiana.

Uno de los valores que manifiestan quien es una persona es la fidelidad a la palabra empeñada. La total coherencia de Jesús entre los que predicaba y lo que practicó y que lo llevó al sacrificio supremo de su vida en la cruz es muy atrayente para cualquier época, máxime la nuestra. Igualmente impresiona la coherencia de vida de tanto y tantos miles de mártires que dieron su vida a lo largo de los siglos por defender su fe y anteponerla a cualquier otro valor. Por el contrario personas que se han consagrado a Dios a vivir en celibato a ejemplo de Jesucristo y que gracias al ministerio que les encomendó la Iglesia lograron alcanzar una notable fama e influencia en la vida de otros, precisamente por haberse dedicado a predicar la doctrina de la Iglesia y luego abandonan este camino llegan a hacer gran daño a las personas. En nuestros días con la comunicación instantánea se aumento exponencialmente este daño. Difícilmente pueden ellos defenderse con el pretexto de la ignorancia, pues para llegar a ser ordenado sacerdote uno tiene que realizar un mínimo de seis años de estudios de filosofía y teología. En la filosofía se ha de estudiar la lógica que incluye las falacias. No se trata de ignorancia. Alberto Cutié, que llevaba una vida doble durante varios años, cometiendo fornicación con la mujer divorciada con la que se enamoró, se defiende en una entrevista televisivo para la que cobró $10,000 que “debajo de la sotana lleva pantalones”. Parece que lo que quería decir que se bajó los pantalones, que no es lo mismo en lenguaje popular que “llevar pantalones”. Ganó fama y prestigio como sacerdote católico joven y guapo en el mundo de la imagen. Dice que intentó por todos los medios ser fiel a sus compromisos, pero que no pudo. Asumió los compromisos libremente después de muchos años de estudio y discernimiento. En el evangelio Jesús habla de un demonio que se echó de una persona y como quedó la casa limpia y ordenada, pero vacía. Luego el demonio fue a buscar a siete demonios más para apoderarse de esa persona, de manera que el estado último de esa persona fue peor que la primera. Parece que Cutié le abrió la puerta de su alma al demonio y se apoderó de su mente y corazón, de forma que ahora se defiende como puede con criterios extrañas al evangelio. San Pablo nos asegura que nadie es tentado más allá de sus fuerzas. Jesús les advirtió a los apóstoles en el Jardín de Getsemaní: “Vigilad y orad para no caer en tentación”. Cutié no puede decir que Dios le falló o que no tuvo más remedio que pecar o fornicar, y causar un escándalo tan grave. Además, si no lo hubiera pillado el paparazzi con su amante en la playa, obviamente hubiera seguido en su doble vida, pese a haber negado que vivía una doble vida. Pidió disculpas a la gente, pero se olvidó de la ofensa grave a Dios y el abuso de la confianza que la Iglesia puso en el.

El caso de Lugo, ahora Presidente de Paraguay es de la máxima gravedad. He reconocido haber seducido como obispo a una muchacha de 16 años y mantenido una relación sexual con ella a lo largo de unos 9 años, de la que nació un niño. Mientras tanto, de lo que posteriormente trascendió, tenía relaciones con varias mujeres. Además, en la campaña electoral se empeñó en negar los rumores que se propagaban acerca de sus actividades amatorias. No hace falta ponderar mucho la gravedad de su comportamiento.

Estos dos acontecimientos han tenido mucho eco en los blogs y otros medios. Muchos han aprovechado para criticar a la Iglesia por mantener el celibato para los sacerdotes, o como se le suele llamar “celibato impuesto”. Primero, no se trata de ninguna imposición. Primero, el ministerio sacerdotal es una respuesta a una vocación. El mismo Jesús dijo a los apóstoles: “Vosotros no me habéis elegido a mí; yo os he elegido para vayáis y deis fruto y vuestro fruto dure”. Se trata de una vocación divina que necesita de un serio discernimiento para descubrir si de verdad Dios está llamando a una persona a servirlo en el sacerdocio. Para ellos, se precisan tres cosas: un deseo profundo o inclinación hacía ese estilo de vida, o a servir a Dios y a los hermanos en el sacerdocio siguiendo a Jesucristo como Buen Pastor; en segundo lugar, se necesita tener las necesarias cualidades para cumplir tal vocación, cualidades morales, intelectuales, psicológicas y espirituales; también se necesita una llamada de parte de la autoridad en la Iglesia. Esta autoridad es normalmente el obispo, o en el caso de los religiosos los superiores competentes. La vocación es como una semilla que el Señor planta en el alma de una persona y que a lo largo de su vida va creciendo y madurando. La Iglesia, movida por el Espíritu Santo, a lo largo de muchos siglos ha querido aunar a la vocación al ministerio sacerdotal el carisma del celibato. Existen estudios teológicos y históricos que demuestran una fuerte tendencia hacia el celibato para los ministros ordenados, es decir, obispos, presbíteros, comúnmente llamados sacerdotes, y diáconos desde los tiempos apostólicos. Esto se cumplía en parte en el caso de las personas casadas que se ordenaban para estos ministerios con la norma de la continencia. Es decir, que estos ministros casados, una vez ordenados a uno de estos tres ministerios por el sacramento del orden, seguían conviviendo con sus esposas y familias, pero sin unirse sexualmente. Este norma perduró en las Iglesias Ortodoxas hasta un concilio celebrado en Constantinopla en el año 692, llamado o bien “quinisexto” (no se llegó a formar parte de los primeros siete concilios universalmente reconocidos como ecuménicos, o “In Trullo”, refiriéndose al salón del palacio imperial donde se celebró). Allí se estableció la disciplina que rige hasta el presente el las Iglesias Ortodoxas. Permiten la ordenación de hombres casados, pero una vez ordenados sacerdotes no pueden casarse. Los que no se casan antes de la ordenación están obligados a quedarse célibes y de ese grupo se elige los obispos. Obviamente los monjes sacerdotes son célibes, de manera que con muchos de los obispos son elegidos de entre los monjes.
Por lo tanto no se trata de ninguna imposición. Este concepto no corresponde para nada a la vocación en sentido cristiano. Ésta es divina en su origen y no se puede sostener que Dios imponga algo malo o indeseable a nadie.

Aunque la tradición del celibato de los sacerdotes en la Iglesia Católica no es algo que entra dentro de los dogmas, esto no significa que sea una mera norma canónica disciplinar como por ejemplo la norma que obliga al párroco a residir en la casa parroquial o la que manda a los clérigos vestirse con un vestimenta clerical. Su intención es ayudar al sacerdote a identificarse más profundamente con Jesucristo que vivió célibe. En el contexto de una discusión con los fariseos sobre el divorcio, Jesús, a diferencia de Moisés, excluye totalmente cualquier posibilidad de divorcio. Luego los discípulos observan: “Si tal es la condición del hombre respecto de su mujer, no trae cuenta casarse.” (Mt 19, 10). Jesús prosigue: «No todos entienden este lenguaje, sino aquellos a quienes se les ha concedido. Porque hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda” (11-12). En el contexto al hablar de “eunucos que se hicieron tales” se refiere a los que escogen voluntariamente el celibato, y eso por el Reino. Es decir, que el celibato tiene una dimensión escatológica que es los que le da sentido. El gran tema de la predicación de Jesús es el Reino, que él mismo inaugura en el mundo con su predicación, con los milagros, o signos, la misma predicación de la buena noticia a los pobres, como señala en la sinagoga de Nazaret (Lc 4...) El Reino no tiene su plena realización en este mundo, de manera que los “eunucos por el Reino del los cielos”, son aquellos que se consagran a colaborar en hacer avanzar el Reino. Esto no minusvalora de ninguna manera el matrimonio, pues la discusión de Jesús sobre esto se encuentra en el contexto de su defensa del verdadero sentido de matrimonio como indisoluble según el proyecto original de Dios.

San Pablo recomienda a sus fieles de Corinto quedarse en el estado en que se encuentran, precisamente por razones escatológicas: “Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen; y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen; y los que compran, como si no poseyesen; y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa.” 1Cor 7,29-32)
La persona que viven en la virginidad o celibato tiene un valor de signo del Reino futuro que ya irrumpe en nuestro mundo desde que Jesús mismo inauguro su predicación del evangelio. Este tipo de signos o actos proféticos se dan también en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, Dios manda al profeta Oseas a casarse con una ramera, como signo de la infidelidad de su pueblo Israel a Él y a la Alianza. Manda a Jeremías a la tienda del alfarero y el profeta ve lo ve trabajar con el barro. Mientras intenta moldear la vasija con sus manos se echó a perder, y tuvo que hacer otra vasija que le pareció mejor (Jer 18). Esto simbolizaba el rechazo de Dios a su pueblo por su infidelidad y el nuevo pueblo que iba a convocar. De hecho, toda nuestra vida cristiana es lo que se llama prolepsis, o anticipación o realización anticipada pero incompleta del Reino en esto mundo, que se completará en el futuro. En este sentido el celibato es una anticipación o un irrumpirse de alguna forma de esa vida futura del Reino.

En otra ocasión Jesús tuvo una discusión con los Saduceos, que era un partido entre los judíos que negaban la resurrección, sobre el tema de la resurrección de los muertos. Ellos para ridiculizar la doctrina de la resurrección de los muertos propusieron un caso de una mujer que se hubiera casado sucesivamente con siete hermanos. Le preguntaban a Jesús de quién sería esposa en la resurrección. Jesús responde terminantemente que el Dios de Abrahán, de Isaac, de Jacob es un Dios de vivos y no de muertos, Pues, Entonces respondió Jesús y les dijo: erráis porque no conocéis las escrituras, ni tampoco el poder de Dios; porque en la Resurrección de los muertos no se casan ni se dan en casamiento, sino que son como los ángeles que están en el cielo” (Mateo 22: 29). Es decir, en el Reino futuro no habrá casamiento de manera que el celibato es una anticipación de esa vida futura en el cielo.

El sacerdocio célibe produce una fascinación no solamente entre los fieles católicos, sino entre los demás. Por esto casos como los que hemos comentado producen tanto escándalo, como los de los sacerdotes que han abusado a niños, más allá de lo absolutamente reprobable de tal comportamiento. El celibato tiende a decir que otro mundo es posible, que incluso existe y se adelanta de cierta manera en nuestro mundo. Muchos que consideran que la castidad, sea de jóvenes o de personas casadas no es posible. Se intenta negar que la Santísima Virgen fuera “siempre virgen” y que tuvo otros hijos con San José, que Jesús estuvo casado con María Magdalena y otras ideas peregrinas que no tienen fundamento en el Nuevo Testamento o en la tradición primitiva de la Iglesia. Dado que ellos se han rendido a la mentalidad y comportamiento predominante del mundo secularizado actual, consideran que estas cosas no son posibles. Atacan a la Iglesia por “imponer!” a los sacerdotes algo inhumano. Afirman que el “amor” es totalmente natural. Coloco entre paréntesis la palabra “amor”, porque lo entienden en un sentido restringido a meros sentimientos y emociones. Muchos de ellos, por no decir la casi totalidad, desconocer tanto la Sagrada Escritura como la Tradición de la Iglesia, las vidas de tantos santos, y la doctrina de la Iglesia. Sin embargo, se permite pontificar sobre lo que debería enseñar la Iglesia. Claro, todo mundo tiene una opinión y hoy día tiene más posibilidades de expresarla en Internet. Sin embargo, tales opiniones en la gran mayoría de los casos no tienen ningún valor, pues no pasan de ser meros sentimientos o impresiones sin conocimiento de causa. Eso sí, sería bueno que nosotros los sacerdotes diéramos a conocer mejor los motivos que la Iglesia tiene para mantener esta tradición del celibato. También podríamos preguntarnos si se está dando una suficiente formación en el celibato en los seminarios, considerando el mundo tan hostil en el que tendrán que desempeñar su ministerio los futuros sacerdotes que en ellos se forman.

martes, 2 de junio de 2009

¿Tenemos demasiada tecnología?

Después del episodio del diluvio del que se salvó Noé y sus sietes familiares, juntamente con los animales, la Biblia cuenta la historia de la Torre de Babel. Según relata el libro del Génesis , el mundo fue destruido precisamente como castigo de los pecados de los hombres. El hombre no hacía más que pecar en el mundo de la mañana hasta la noche. Los hombres se multiplicaron otra vez, pero todos hablaban la misma lengua, según nos cuenta el relato bíblico. Decidieron construir una torre que llegara hasta el cielo. Pusieron manos a la obra y la torre la estaban haciendo de ladrillos y alquitrán, es decir con la tecnología del mundo antiguo, no con elementos tomados directamente de la naturaleza, piedras y cemento Si la Biblia menciona este detalle, no le falta significado. La torre es símbolo de la arrogancia del hombre que deseaba ya en el caso de Adán y Eva, “ser como Dios, conociendo el bien y el mal”. Por lo tanto, el mal uso de la tecnología puede verse como otro modo de realizar el sueño del hombre malvado de tomar el lugar de Dios, pues en el fondo en eso consiste el pecado. Quería levantar un monumento a su egoísmo y demostrar que no necesitaba de Dios para realizar sus sueños de felicidad y de dominio sobre el mundo y sus semejantes. No es el uso de su ingenio para inventar objetos que no se encuentran en la naturaleza lo que condena al hombre, sino su mal uso de él.

Hay otros momentos en la Biblia cuando la prepotencia del hombre que pone su confianza en los medios como ejércitos poderosos es desbaratada. Por ejemplo, los carros del Faraón quedan destruidos ante las aguas del Mar Rojo al intentar perseguir a los israelitas bajo el mando de Moisés al escaparse de Egipto. Goliat, con toda su fuerza y armadura, no es nadie ante David que se defiende con unas cuantas piedras, pero cuenta con el apoyo del Señor. En el libro de los Jueces en varias ocasiones Dios libera a su pueblo de graves peligros a mano de sus enemigos por unos cuantos. Es el caso del Juez Gedeón a quien Dios le manda reducir su ejército hasta quedarse con trescientos hombres contra un gran ejército. Sansón es invencible mientras sigue fiel a su voto nazareno expresado en el hecho de lo haber cortado su pelo. Al final, ya ciego, el Espíritu le da fuerza para derrumbar el templo de los filisteos. En estas y otros episodios se pone de manifiesto el poder de Dios y la futilidad de los medios humanos producto del ingenio del hombre a través de la tecnología.

Con esto no se quiere condenar el progreso de la ciencia ni sus aplicaciones en las tecnologías cada vez más sofisticadas. Sin embargo, cabe preguntarnos si se puede tener demasiada tecnología, si la tecnología en vez de ser una gran ayuda al servicio del hombre, puede llegarlo a un nuevo tipo de esclavitud. En este mundo no existe ni el bien ni el mal absoluto. Debido a las consecuencias del pecado original que obnula la mente del hombre, debilita su voluntad y hace que sus pasiones lo lleven a hacer el mal con más facilidad que el bien, también se puede hacer un mal uso de la tecnología, como de hecho ha sido el caso en la historia. Muchos de los progresos tecnológícos de la humanidad han sido propulsado por las guerras. No el menor de ellos es la aplicación de los grandes avances en la física de la mano de Einstein y otros genios de la ciencia en el siglo XX llevaron a las armas nucleares. Es verdad también que muchos de los descubrimientos que en un primer momento encuentran su aplicación en el campo militar llegan luego a ser de gran utilidad en el campo civil, como fue el caso del descubrimiento del radar y otros a mediados del siglo pasado.

No me refiero a tales casos donde queda claro que el mal uso de la tecnologia ha tenido consecuencias tan nefastas como la de la bomba de Hiroshima, ni tampoco los daños ecológicos que la industrialización ha producido y sigue produciendo. Se trata de aplicaciones más comunes y diarias de la tecnología, como es el caso del coche o el Internet. El coche ha llegado a ser algo tan común para el transporte que no pensamos en los aspectos negativos que tiene, más allá de la contaminación atmosférica. Se nota una gran falta de cortesía entre los conductores en la carretera. Puede que se dé más entre los que cuentan con coches más potentes, lujosos o los así llamados todo terreno. Sus choferes tienden a circular con mucha prepotencia. Si uno deja pasar a otro coche por cortesía, no es raro que piten los demás. Tampoco es común dejar pasar a otro cuando indica que desea alcanzar una salida de una autopista. Muchos, que tal vez si se topan con otro en la calle, piden disculpas, cuando entran en un coche y se ponen al volante se convierten en unos energúmenos mal educados. Luego, si acaso otro provoca un pequeño accidente pierden la calma y gritan al culpable. El que ha provocado el accidente debido a algún despiste, cosa completamente humana, pues es humano errar, ya lo está pasando mal aunque tenga el seguro para pagar los daños. Diversos tipos de vehículos tienden a hacer mucho ruido, pero los que los llevan, con frecuencia jóvenes no se dan cuenta de la molestia que le causan a los vecinos.

Hace unos días ví en la Televisión una entrevista a un señor en Estados Unidos que acaba de publicar un libro sobre el tema del exceso de tecnología. Cuenta que su padre es médico y se dedicaba a escribir muchos artículos. Cuando salieron los primeros procesadores de palabras y él era un chico de catorce años, se dio cuenta de que debido a ese cambio veía muy poco a su padre y se redujo mucho el tiempo que pasaban juntos. Era un chico normal al que le fascinaba la tecnología. Este hecho lo provocó a reflexionar sobre la utilidad de tanta tecnología. Fue a estudiar en MIT, una universidad tecnológíca en Boston, la Mecca de los centros de la tecnología en Estados Unidos. Se propuso escribir una tesis sobre estos aspectos oscuros y cuestionables del progreso tecnólogico. Obviamente no encontró mucho apoyo entre los profesores de tal universidad. Prosiguíó en su intento. Después de graduarse se casó con su novia que trabajaba en un ente financiero en Boston. Se le ocurrió que enseguida después de la luna de miel ir a vivir en una comunidad de protestantes que hay en Estados Unidos que llegaron allí de Europa en el siglo XVII y han rehusado aceptar la tecnología moderna. Algunos se llaman Mennonitas, otros Amish. Son descendientes de los anabaptistas que se remontan al tiempo de Lutero. Algunos son más estrictos que otros. Unos utilizar coches y máquinas, pero otros no utilizan máquinas ni fontanería en las casas. Viven en lugares rurales en Pennsilvania y algunos otros estados. Convenció a su novia que lo acompañara y que arrendaran una granja en una comunidad de este tipo durante un año y medio.

También cuenta que antes se había convertido al catolicismo. Un amigo suyo católico lo introdujo a la Iglesia. Le llamó la atención la doctrina de la Iglesia que rechaza el uso de los anticonceptivos, mientras sí permite el uso de los medios naturales de planificación familiar. Leyó la encíclíca Humanae Vitae Papa Pablo VI y convencieron los argumentos propuestos por el Papa a favor de la vida y la naturaleza y en contra de las píldoras y otros dispositivos. También le conocieron lo que el Papa afirma acerca de los peligros que se darían,, y hoy día constatamos que se han dado debido a la separación del sentido unitivo y el procreativo de la sexualidad humana: “Los hombres rectos podrán convencerse todavía de la consistencia de la doctrina de la Iglesia en este campo si reflexionan sobre las consecuencias de los métodos de la regulación artificial de la natalidad. Consideren, antes que nada, el camino fácil y amplio que se abriría a la infidelidad conyugal y a la degradación general de la moralidad. No se necesita mucha experiencia para conocer la debilidad humana y para comprender que los hombres, especialmente los jóvenes, tan vulnerables en este punto tienen necesidad de aliento para ser fieles a la ley moral y no se les debe ofrecer cualquier medio fácil para burlar su observancia”.

Podría también temerse que el hombre, habituándose al uso de las prácticas anticonceptivas, acabase por perder el respeto a la mujer y, sin preocuparse más de su equilibrio físico y psicológico, llegase a considerarla como simple instrumento de goce egoístico y no como a compañera, respetada y amada. 

Reflexiónese también sobre el arma peligrosa que de este modo se llegaría a poner en las manos de autoridades públicas despreocupadas de las exigencias morales. ¿Quién podría reprochar a un gobierno el aplicar a la solución de los problemas de la colectividad lo que hubiera sido reconocido lícito a los cónyuges para la solución de un problema familiar? ¿Quién impediría a los gobernantes favorecer y hasta imponer a sus pueblos, si lo consideraran necesario, el método anticonceptivo que ellos juzgaren más eficaz? En tal modo los hombres, queriendo evitar las
dificultades individuales, familiares o sociales que se encuentran en el cumplimiento de la ley divina, llegarían a dejar a merced de la intervención de las autoridades públicas el sector más personal y más reservado de la intimidad conyugal.” (HV 17). Le parecía que el respeto por la naturaleza y sus ritmos era una posición católica.

En el último momento cuando se disponía a hacer el viaje al lugar donde vivía esa comunidad, -su esposa ya estaba de acuerdo con el experimento y dispuesta a hacerlo- le entró mucho miedo al considerar que iba a renunciar a tantas comodidades como la luz eléctrica etc. Cuenta que aprendió muchas lecciones. Por ejemplo, tenía que cortar el pasto de su jardín con una máquina segadora mecánica, lo cual le exigía esfuerzo física. No se utiliza la motosierra para cortar la madera. Con éstas y otras labores necesariamente tenía que hacer mucho ejercicio. No tenía que ir a ningún gimnasio porque se ejercitaba cada día en los trabajos. No tenía que preocuparse por la comida sana sin conservantes, la tenía totalmente natural producida en la propia granja. Se liberó de la televisión y del océano de noticias y frivolidades que proporciona cada día a los que dedican varias horas a verla. Curiosamente descubrió que tenía mucho tiempo libre y podía relacionarse con los vecinos. Ellos se ayudan mutuamente, se prestan herramientas, viven comunitariamente. Concluyó que ellos habían mantenido muchos aspectos de vida comunitaria característicamente católicas que nosotros los católicos hemos perdido, debido al individualismo y el consumismo. Al final del período del año y medio pactado con su esposa volvieron a la ciudad porque ella es alérgica a los caballos. Sin embargo, decidieron vivir de forma nueva y sencilla, con el mínimo de tecnología en la ciudad. Compraron una casa grande y ellos mismos la restauraron. Lograron hacer buenas relaciones con los vecinos. Educan a sus hijos en casa. No tienen coche, pues viviendo cerca del centro de la ciudad, tampoco lo necesitan. Caminan y utilizan la bicicleta. Él trabaja como taxista, pero con un carrito de ruedas que él mismo lleva. Ofrece ese servicio en un estadio cerca de su casa.

No gasta en gasolina, ni en arreglo de coche, ni pasa horas en retenciones para llegar a su casa como hacen una mayoría de los norteamericanos. No gasta en gimnasios ni mucho en luz, pues tiene un mínimo de aparatos. Ya en la granja utilizaban una lavadora mecánica. Pensábamos que los electrodomésticos iban a liberar a las mujeres del trabajo en las casa, facilitar la cocina. Las comidas preparadas facilitarían el trabajo de cocinar. Así también los hornos microondas. Sin embargo, lo que constatamos que hoy en día todo mundo se queja del estrés y que no tiene tiempo para nada. El pretexto de no tener tiempo es el más común de todos. ¿Cómo es que con tanto aparato que supuestamente iba a aligerar las tareas diarias, cada vez más personas se encuentran más ocupadas, no tienen tiempo para nada? ¿Será verdad que la tecnología no nos ayuda tanto como pensábamos?

Uno de los factores que mueven a las personas a endeudarse para comprar lo último en inventos es la publicidad. Aunque la mayoría de las personas nos aseguran que ellos no se dejan convencer por la publicidad, pero no es cierto. Mucha de la publicidad está dirigida a los níños y a través de la manipulación de ellos, llegan a los padres. En buena medida la publicidad mueve la economía del consumo y ya desde el principio del siglo XX, cuando empezó su auge, ha echado mano de los principios psicológicos más refinados para lograr vender sus productos. ^Promueve las marcas, gana la confianza de la gente, utiliza descaradamente el sexo o lo que se denomina en inglés “sex appeal”, a los famosos como futbolistas, tenistas, cantantes para aprovecharse de la su fama y vender productos. Juntamente con la potencia de la publicidad, que financia los medios de comunicación, está la vanidad de las personas que frecuentemente se sienten obligados a comprar lo que está de moda, o que lo tienen los vecinos. Pocas personas se dan cuenta de las sofisticadas estrategias que utiliza la publicidad para atraer al posible comprador. Juntamente con eso está la facilidad del crédito que hasta la reciente crisis económica y financiera. El resultado ha sido que muchos se han ahogado con los pagos aplazados por productos, incluso por vacaciones, viajes de fin de semana, o cirugía estética y otros lujos.

Otro problema con el exceso de tecnología es que nos aleja de la naturaleza, y con frecuencia muchos niños, adolescentes y jóvenes, por no decir también adultos, viven principalmente en un mundo virtual. El Papa Benedicto XVI, en su reciente mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, titulado Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de diálogo y amistad, auguraba una nueva era de respeto, diálogo y amistad. También advierte del peligro de que el deseo de lograr nuevas amistades en línea sea en detrimento de la disponibilidad para la familia, los vecinos y aquellos que forman parte de nuestra realidad cotidiana. Pone en guardia contra un uso obsesivo de este tipo de comunicación y relaciones virtuales. No se trata de asumir la actitud idólatra de la naturaleza que algunos ambientistas manifiestan, sino una actitud católica de respeto por los ritmos de la creación y el orden establecido por Dios en ella.

La tecnología está aquí para quedarse y nadie duda de que ha aportado múltiples beneficios a la humanidad desde los tiempos de la permanencia de la humanidad en las cuevas. Parece que es o era esencial para la supervivencia de la especie humana, tan pobre en dotes naturales y fortaleza física. El problema no es la tecnología en sí sino la falta de sabiduría, prudencia o discernimiento en su utilización. La Biblia repite con frecuencia que “el principio de la sabiduría es el temor de Dios”. El temor de Dios no es un miedo angustioso o atroz de un dios caprichoso, inpredecible y castigador. Se trata de un Dios providente, amoroso que siempre busca el bien del hombre. Temerlo en el sentido bíblico significa reverenciarlo, practicar la humildad dándose cuenta de la pequeñez del hombre y su fragilidad. St. Tomás de Aquino repite en diversos lugares que “sapientis est ordinare” (es propio del sabio poner orden). Dios es el supremo ordenador que ha creado el universo con sabiduría y amor. El orden significa ante todo reconocerlo, alabarlo, servirle a Él como fin último y ordenar todo lo demás con el debido discernimiento y según su proyecto que nuestra razón es capaz de descubrir. Este orden de denomina la ley natural. Para este discernimiento el hombre cuenta con la conciencia. El pecado es el principio del desorden que apareció en el mundo desde el principio con el pecado original. La sabiduría lleva a distinguir en entre fines y medios. No es infrecuente hoy en día rendir culto a la democracia, que no pasa de ser un medio o modo de organizar la vida social y política de forma que se pueda salvaguardar los derechos y la dignidad del ser humano. Esta lucha entre el bien y el mal, entre el orden y racionalidad proveniente de un Dios creador providente, y el desorden que tiene su origen en el demonio, mentiroso desde el principio, se tiene que llevar a cabo en cada uno y en toda la sociedad. La educación no consiste en una mera instrucción, en proporcionar información, que hoy día abunda. Tiene que educar en la sabiduría que escasea tanto en nuestros días. “ El temor del Señor es el comienzo de la sabiduría, los necios desprecian la sabiduría y la instrucción”. (Proverbios 1,7).
La Sabiduría no entra en un alma que hace el mal, ni habita en un cuerpo sometido al pecado.
1:5 Porque el santo espíritu, el educador, huye de la falsedad, se aparta de los razonamientos insensatos, y se siente rechazado cuando sobreviene la injusticia”. ( Sabiduría 1,4)

sábado, 30 de mayo de 2009

Pentecostés

HOMILÍA DOMING DE PENTECÓSTÉS 2009, 31 DE MAYO

Dentro de unos momentos en el Credo Profesaremos: “Creo en el Espíritu Santo, Señor y Dador de Vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe nuestra adoración y gloria”. Aunque todo lo que hay en Dios es divino y muy por encima de todo lo que nosotros podemos captar o comprender con nuestra limitada inteligencia, podemos entender de alguna manera que Dios es Padre, y que es Hijo, particularmente cuando leemos los evangelios, sobre todo el de San Juan. Nos ayuda, aunque de forma muy remota e incompleta, nuestra experiencia y conocimiento de la familia. Sin embargo, no se ve muy claro donde entra el Espíritu Santo. Nuestro evangelio de hoy nos da una primer pista. Jesús resucitado se aparece a los apóstoles en la tarde del Domingo de la Resurrección y respira sobre los apóstoles. La respiración es absolutamente fundamental para que podamos seguir viviendo. La tomamos por supuesto, pero si el Espíritu Santo tiene que ver con la respiración en el sentido de que de alguna forma nos indica que se comunica a los apóstoles el mismo Espíritu que movía a Jesús en toda su vida. De hecho el ángel, al anunciar la concepción de Jesús en el seno de María, indica que “el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el que va a nacer de ti se llamará Hijo de Dios”. Los Padres de la Iglesia decían que Jesús fue ungido invisiblemente con el Espíritu Santo en su concepción, y luego visiblemente en el bautismo con la bajada del Espíritu en forma de paloma. La palabra "cristós" en griego significa ungido. En el Antiguo Testamento se ungía a los grandes personajes como los sacerdotes, profetas y reyes. Es decir, que Jesús entrega a los apóstoles el mismo principio de su vida al respirar sobre ellos y decir “recibid el Espíritu Santo”. La unción de Jesús no se realizó con un ungüento, sino con el mismo Espíritu Santo cuando fue concebido en el seno de la Santísima Virgen.

En el relato de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, la primera de las cinco veces en las que el Espíritu Santo baja sobre los creyentes en el libro de los Hechos, se sacude la casa y hay un viento fuerte y lenguas de fuego. Desde el inicio de la Biblia en el relato de la creación el Espíritu de Dios es la fuerza y el poder de Dios que todo lo transforma. Se apodera de los profetas y les comunica lo que tienen que hablar y hacer. Viento fuerte, terremotos y lenguas de fuego simbolizan la presencia y la acción de Dios en la Biblia. El fuego que quema simboliza el amor de Dios. “Jesús había dicho: “he venido a traer fuego a la tierra y como me siento anhelante hasta que se cumpla”. Es un fuego que quema y transforma no para destruir sino para comunicar a los apóstoles algo de ese amor eterno de Dios que se manifestó en la persona de Jesús, sobre todo en el Misterio Pascual de su muerte y resurrección.

En el evangelio de hoy Jesús pasa enseguida a comunicarles a los apóstoles el poder de perdonar los pecados. Sabemos como ese poder que Jesús ejercía provocó bastantes disputas con los fariseos y los escribas que decían “¿quien puede perdonar pecados si no Dios?” También San Pedro en su predicación pone como condición para acoger la acción de Dios por el Espíritu Santo, cuya respuesta es la fe, la conversión. Igualmente Jesús mismo había iniciado su predicación, según nos indica San Marcos el primer capítulo de su evangelio.

El pecado es un poder, un dominio en el mundo desde que se dio el primer pecado de Adán, que consistía, más en desobediencia a una prohibición que podría parecer insignificante, en intentar ser como Dios, establecerse como su propio dueño y señor, cuando era una mera criatura totalmente dependiente de Dios. En libro del Génesis 1, 23 nos dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Lo estableció como vicegerente, su vicario para regir y gobernar toda su creación. El pecado tuvo unas consecuencias nefastas para el hombre y para la creación entera. Creó la división, la desarmonía entre el hombre y sus semejantes y con toda la creación. EL libro de los Hechos nos cuenta como los peregrinos de diversas procedencias podían comprender la predicación de Pedro y los demás apóstoles en su propia lengua. Este episodio trae a la memoria el episodio de la torre de Babel, y sin duda San Lucas tiene en mente esta escena en el libro del Génesis. Se trata de la arrogancia, de la prepotencia de aquellos hombres que con ladrillos y alquitrán querían construir una torre que llegara al cielo, de manera que ellos no necesitarían a Dios para alcanzar su plena realización. La misma palabra Babel proviene de Babilonia, la ciudad que en la Biblia simboliza la guerra, la disensión, la angustia, el desorden, el Reino de Satanás. Los hombres no hicieron más que multiplicar los pecados hasta que Dios decidió acabar con ellos en el diluvio. El episodio de la torre de Babel, que viene después del diluvio, significa que los hombres se habían empeñado una vez más en construir ellos una ciudad, y una torre que llegara al cielo, es decir, intentar lo que había intentado Adán, ser como Dios. Además lo hacian con ladrillos y alquitrán, es decir, productos de la tecnología o del ingenio del hombre, no piedra y cemento que provienen de la naturaleza. Además, la palabra Babel está relacionada con Babilonia, la gran ciudad donde fueron exiliados los judíos. En la Biblia Babilonia simboliza la ciudad perversa producto de la prepotencia del demonio y de los hombres que intentan construir una ciudad en contra de Dios. Dios interviene para confundir o dispersarlos de manera que ya no pueden comprenderse, pues ya no hablarían la misma lengua. Ahora en el día de Pentecostés San Lucas presenta a todos los peregrinos que estaban en Jerusalén para la fiesta y da una lista de los lugares, escuchando a los apóstoles y entendiéndolos en su propia lengua. El pecado había provocado confusión, alejamiento y incomprensión entre las personas. Ahora se cumple lo que se había profetizado acerca del Mesías, que reuniría a los dispersos en Sión, es decir, en Jerusalén, crea una nueva comunidad basada en la fe en Jesús resucitado y el testimonio de su vida de total entrega a los más necesitados.

El Concilio Vaticano II en su Constitución sobre la Iglesia declara que la Iglesia es como sacramento, o signo del amor de Dios y de la unión de todo el género humano. Hoy celebramos el nacimiento de la Iglesia. San Lucas quiere que nos demos cuenta de la importancia de ese momento en el que por obra del Espíritu Santo la Iglesia, Cuerpo de Cristo nació y se lanzó al mundo. En aquel primer grupo de los apóstoles, María y las mujeres y los otros discípulo estaba presente toda la esperanza de la salvación del mundo de todos los tiempos, el anhelo de unidad y de paz. Se trataba de la superación de la dispersión, la confusión, el distanciamiento de los hombres unos de otros provocado por el pecado. Esto queda simbolizado por la superación de la distinción de la las lenguas en Babel, y ahora todos pueden entender el mismo lenguaje. Se trata del lenguaje del amor que es universal, de la unidad, de la paz. Era el primer acto de la historia de la Iglesia, que es la historia de la acción del Espíritu de Jesús para llamar a todos a la conversión, al perdón de los pecados. Es verdad que eso no convirtió a los primeros discípulos en una especie de ángeles. No estaban exentos de problemas y dificultades. El fuerte impacto de la acción del Espíritu Santo que hacía presenta a Jesús en medio de ellos y los impulsaba a proclamar la buena noticia que les había encomendado Jesús los llevó a ser fieles a su misión.

¿Qué pasa con nosotros? ¿Qué pensamos de nuestra Iglesia? ¿me doy cuenta de lo que significa ser católico, haber recibido la gracia del Espíritu Santo en el bautismo y la confirmación? ¿Me doy cuenta de la urgencia del mensaje de Jesús de la conversión, del perdón de los pecados, que para ello tengo que reconocer mis pecados y arrepentirme de ellos? ¿Acaso la acción del Espíritu Santo la percatamos un poco como la respiración, no recordando su importancia? El P. Raniero Cantalamessa, sacerdote Capuchino que es el Predicador de la Casa Pontificia, cuenta una anécdota interesante. Una familia italiana de pobres inmigrantes que iban en un barco del sur de Italia a Estados Unidos, llevaban pan y queso para alimentarse a lo largo del viaje de más de una semana a Nueva York en el barco. Hacia el final, el hijo se quejó con los padres de lo aburrido que estaba de comer el pan y el queso, el pan ya duro y el queso enmohecido. Les suplicó que le permitieran ir, por lo menos una vez a comer en el restaurante del barco. Le dieron las pocas monedas que tenían y fue a comer en el restaurante. Después de un buen rato volvió llorando. Los padres, extrañados, le preguntaron por qué lloraba si había logrado lo que quería. Le contestó que se había enterado de que la comida en el restaurante no costaba nada extra, que estaba incluido en el billete. ¿No nos pasa algo así a nosotros? Hemos sido bautizados, confirmados y convocados al gran banquete del Reino que es la Santa Misa en la que se nos da el alimento del Cuerpo y la Sangre de Jesús. ¿No hemos pasado la mayor parte de nuestra vida comiendo pan duro y queso enmohecido en vez de responder a la invitación de Jesús a vivir de verdad en comunión con Él a través de la acción del Espíritu Santo, como hizo María Santísima? No posterguemos hasta el final de nuestra vida esta nueva vida a la que nos invita Jesús, y que se hace posible por la acción maravillosa del Espíritu Santo.

miércoles, 27 de mayo de 2009

¿La homosexualidad es una enfermedad?

En estos días de campaña electoral en los que los partidos políticos, algunos más que otros, tiran de la demagogia para llamar la atención de los posibles votantes ha salido un video del PSOE que ha levantado una polvoreda de controversia. En él aparece una serie de personas de diversas países europeos, incluyendo un cura, que hacen unas afirmaciones que demuestran según el mismo partido que son de la ultra derecha. Eso para indicar a los huestes socialistas que les conviene votar para que esos descerebrados derechistas no ganen las elecciones. Entre las supuestas barbaridades que aparecen reprobables según los Socialistas es la afirmación de que la homosexualidad es una enfermedad. ¿Esta afirmación es de verdad una barbaridad? De hecho en las últimas décadas el concepto de enfermedad se ha ido ampliando para incluir adicciones como el alcoholismo, la drogadicción, la ludopatía, y ahora más reciente la adicción a navegar en Internet y otras muchas conductas. Hay cada vez más conciencia de que las enfermedades no son realidades meramente físicas, como por ejemplo una gripe que uno coge porque el virus está en el ambiente. También influyen otros muchos aspectos que pueden debilitar el sistema inmune y disponer a uno a caer víctima de la gripe, y otro no. Entre tales factores cuenta mucho el famoso estrés. En cambio, en lo que se refiere a la homosexualidad, que hasta el año 1973 fue considerada un trastorno psicológico e incluido en el Manual Diagnostico que utilizan los psiquiatras. ¿Y por qué fue excluido a partir de esa fecha? Pues la Asociación Americana de Psiquiatría por una voto de una mayoría decidió que ya no iba a considerar la homosexualidad un trastorno psiquiatra, sino una “condición” y luego popularmente se ha llegado a denominarlo un “estilo alternativo de vida”. Fue la primera vez que una cuestión científica fue dirimida por voto de una mayoría, quedando una minoría bastante abultada en desacuerdo, y eso debido a presiones de lo políticamente correcto. Posteriormente y sin tales presiones un 70% de los miembros de dicha asociación manifestó su desacuerdo con esta decisión. En este tema es casi imposible lograr un debate serio en los medios abiertos debido a las pasiones que provoca y a la campaña de tipo político que han llevado a cabo los defensores de la cultura “gay” y la homosexualidad como un estilo de vida alternativa. Sin embargo, Robert Spitzer, uno de los psiquiatras que más promovieron este cambio en 1973, ha concluido que algunas personas sí pueden cambiar. En 2000 declaró en una entrevista que como muchos psiquiatras creía que se puede resistir el comportamiento homosexual, pero que era imposible cambiar la orientación. Después de entrevistar a 200 hombres y mujeres que afirmaban que habían dejado atrás la orientación homosexual, no tuvo más remedio que aceptar que sí algunos muy motivados han logrado lo que llama “un buen funcionamiento heterosexual”. Éstos lo logran no solamente con la ayuda de una terapia adecuada, sino también con una sólida motivación religiosa en muchos casos. Incluso algunos lo logran sin la ayuda de un terapeuta, exclusivamente a través de la religión. Cabe señalar que algunos comentaristas se resisten a creer la evidencia de los que han logrado cambiar, pero no pueden ignorar el cúmulo de evidencias que existen.

Dado que no he encontrado mucho material en español sobre la posición, por ahora minoritaria, que sostiene que la homosexualidad es un trastorno que tiene que ver con la identidad sexual, provocado por experiencias negativas en la infancia y la niñez y preadolescencia, me parece oportuno comentar con un libro publicado en español en 2004, y otros materiales que se pueden encontrar sobe el tema en Internet. El libro es de Richard Cohen, Comprender y sanar la homosexualidad, publicado por Libros Libres. Se puede encontrar información útil en Internet sobre el tema de la posible cura o superación de homosexualidad. Un antiguo adagio latino reza: “contra factum non valet argumentum”, es decir, contra los hechos no valen los argumentos. En nuestro caso, si de hecho de puede cambiar la tendencia homosexual a la heterosexualidad, no valen todos los argumentos del mundo en contra. Por otra parte, si de verdad fuera un estilo de vida alternativa, ¿por qué las personas con esta tendencia son una exigua minoría de 1-3% de la población? ¿Por que no son más o menos el 50% de la población, como es el caso de los hombres y mujeres?

En Estados Unidos existe una asociación de alto nivel que se llama National Association for Research and Therapy of Homosexuality (NARTH): www.narth.com “A continuación traduzco su declaración de principios: Respetamos el derecho de todas las personas a escoger su propio destino. NARTH es una asociación profesional y científica que ofrece esperanza a todos los que luchan contra la homosexualidad no deseada. Como organización difundimos información educativa, llevamos a cabo y recogemos investigación científica, promovemos tratamiento terapeútico, proponemos referencias a los que piden nuestra asistencia. NARTH apoya el derecho de las personas con atracción homosexual no querida a recibir tratamiento psicológico eficaz, y el derecho de los profesionales a ofrecer tal tratamiento.” En este sitio se encuentra abundantes artículos sobre el tema de la posibilidad de superar la homosexualidad, algunos de los cuales están traducidos a otros idiomas como el español. Entre los autores se encuentra Joseph Nicolosi que practica la terapia reparativa. Allí se encuentran referencias a estudios que demuestran la poca incidencia de factores genéticos en los que se denomina “atracción al mismo sexo” (SSA en inglés, “same sex attrraction”, basados en gemelos idénticos. Otro que trata de lo que llama “agency”: Douglas Abbot, On the role of free agency in sexualidentity”(http://www.narth.com/docs/030207Abbot.pdf). Afirma (traduzco): “El concepto de “agency implica libre albedrío, autodetermnación, la posibilidad de hacer decisiones independientes de elecciones o circunstancias pasadas”. Defiende la existencia del libre albedrío en el ser humano, aunque limitado por diversos factores. La libertad humana puede existir solamente en un universo en el que hay cosas que son buenas y otras malas. Compara la atracción al mismo sexo con la adicción al alcohol o a los narcóticos, o al juego. Es posible que una persona tenga una tendencia innata al abuso del alcohol, o al juego. Antes de caer en la compulsión y eventualmente en la adicción la persona sí tenía libertad y capacidad de escoger ese camino o no. De manera similar en el caso de la atracción al mismo sexo. La misma actividad puede producir cambios en el cerebro. Este proceso reduce notablemente la libertad de la persona en cuestión una vez que ha progresado, de manera que la persona lo tiene muy difícil abandonar esa conducta. El cerebro es mucho más flexible de lo que comúnmente se piensa , y la experiencia de la persona puede crear notables cambios en él. Si la libre elección fue uno de los factores que llevaron a personas con atracción al mismo sexo, también puede emplearse para cambiar ese estado de cosas.

Abbot cita a Nicolosi que compara el proceso que lleva a la atracción al mismo sexo al proceso que lleva a la obesidad: (traduzco) “Tu hijo Juanito nació con un gene que hace probable que gane peso. Te encanta cocinar para él. Crece amando los postres y las frituras. En el colegio se burlan de él, es excluido le colocan un sambenito, de manera que vuelve a su casa y se consuela del único modo que conoce -comiendo-. “Tal vez tengan razón”, Juanito decide “Tal vez eso es lo que soy”. Dentro de poco Juanito tiene sobrepeso y el médico le da un permiso para que pueda evitar la clase de educación física. “¿Es que su identidad está en ser gordo? Llegó a tal estado por una combinación de factores biológicos, influencia de los padres y factores sociales.”. Estos expertos concluyen que la atracción al mismo sexo proviene de una serie de factores contribuyentes sea biológicos, familiares y sociales. En cuanto a esto últimos varios estudios demuestran que la homosexualidad es más frecuente en personas criadas en zonas urbanas que en zonas rurales. Tales factores incluyen la influencia de las campañas pro gay que llevan a cabo no solo medios de comunicación, sino también leyes de los estados como los del supuesto “matrimonio gay”, la promoción de la promiscuidad entre la juventud etc.

Richard Cohen cuenta en su libro su propia experiencia de atracción al propio sexo y como logró “volver a ser normal” En el prefacio del libro expone sus principios básicos acerca de la homosexualidad. Primero, que nadie nace homosexual. Nadie elige tener la atracción al mismo sexo. Los autores arriba citados sostienen que también hay o puede haber un factor voluntario en ella. Afirma claramente que la persona puede cambiar, pues si se trata de una conducta aprendido en un momento o en una época de la vida, se puede “desaprender”. También tiene claro que es un desorden o un trastorno que lleva a ciertas personas a sentirse sexualmente atraídas a personas del propio sexo. “No hay nada gay (alegre) en el estilo de vida homosexual. Está lleno de tristeza y, muy a menudo, consiste en una búsqueda interminable de amor a través de relaciones de co-dependencia” (p13). Cuenta como de adolescente, siguiendo la sugerencia de una señora que sufría esclerosis múltiple, se puso a aprender piano. Le fascinaba la Sonata Clara de Luna de Bethoven. Le pidió a su profesor que le enseñara a tocarla. El profesor se negó terminantemente, pues todavía era principiante. Sin embargo, el fue a una tienda y compró la partitura y se puso a aprender a tocar esa pieza en su casa. Luego de un mes, o un poco más, se puso a tocarla delante del profesor, cuyo asombro fue mayúsculo. Así después de dos años de práctica intensiva pudo ingresar en la universidad habiendo terminado la carrera de piano. Esto le enseñó que se puede lograr grandes cosas si uno se lo propone y se empeña a fondo a cumplir lo que se ha propuesto. Luego, en su vida aplicó el mismo tesón a superar la homosexualidad. Eso sí, no se logra sin la ayuda y acompañamiento de otros. Después de superar la homosexualidad estudio psicoterapia y se dedicó a ayudar a otros a lograr lo que él había logrado. Su libro no expone una teoría sobre la etología de la atracción al mismo sexo, sino es un vademecum para ayudar a los que desean salir de este estado.

Se críó en una familia con un padre violento y abusivo. El primer capítulo comienza con esta afirmación: “Durante mi infancia y adolescencia, recuerdo a mi padre gritándonos y a mi madre agarrándose a mí. Yo me sentía muy distante respecto a él y demasiado próximo a ella” (p 23). Sus recuerdos de la infancia y la adolescencia son de peleas constantes en su casa entre los padres y entres los niños, mientras él intentaba a crear un mínimo de paz en la casa. También fue abusado sexualmente por un amigo de la familia cuando tenía seis años, algo que considera que influyó mucho en que llegar a tener la atracción al mismo sexo. En la universidad acudía a psicoanálisis que le ayudó muy poco. En toda la primera parte del libro cuenta sus experiencias y esfuerzos por liberarse de la homosexualidad. También cuenta como llegó a conocer a Jesucristo leyendo el Nuevo Testamento a instancias de un amigo en la universidad, pues era de una familia judía. Eventualmente se convirtió al cristianismo, y le da notable importancia a la fe y la relación con Dios en el proceso de recuperación.

En la segunda parte entra en detalle acerca las herramientas concretas que a él le sirvieron para superar su estado y que ahora le ayudan en la terapia como psicólogo para ayudar a otros a lograr el mismo éxito que él. El libro también contiene varias historias de casos concretos de pacientes suyos que han realizado el viaje desde la atracción al mismo sexo a la normalidad. Distingue cuatro etapas en el proceso de curación: Primera, transición en la que el paciente tiene que abandonar el mundo gay y hacer una decisión firme de buscar superar la homosexualidad. En este etapa aplica la terapia de conducta, tendente a ayudar a cambiar las actuaciones. La segunda la llama arraigo, en la que aplica la terapia cognitiva y se propone la curación del niño interior. Al hablar del “niño interior” se refiere a que parte del desarrollo emotivo de la persona ha quedado loqueado al nivel de un niño y se tiene que facilitar su desarrollo hasta llegar a la madurez. En la tercera etapa se propone la curación de las heridas “homo emocionales”, es decir de lo que ha dejado la mala relación con el padre y/o otros del mismo sexo. La cuarta etapa la llama “curación de las heridas hetero emocionales, es decir en relación con el otro sexo, y aplica una terapia psicodinámica. Su método no solo incluye la psicoterapia, sino también el concurso de otra persona que llama “mentor”, y también de un grupo de apoyo. El mentor es una persona con clara identidad sexual y madurez afectiva que se compromete a acompañar a la persona en recuperación y puede hacer las veces de verdadero padre, por ejemplo, en el proceso de lograr el desarrollo del “niño interior”. Es muy importante que la persona en recuperación logre unas amistades profundas, sin ningún componente de fantasías sexuales con personas de su propio sexo. En esto le ayuda el monitor y el grupo de apoyo. El libro contiene abundante bibliografía con la que se puede profundizar en cada una de las etapas. Además de libros ofrece grabaciones y rige una fundación que tiene su sitio web www.comingoutstraight.com Todo este material está en inglés. En la tercera parte el autor entrega pautas para los padres, cónyuges, amigos y aborda el tema de la así llamada “homofobia”.

Lamentablemente no todos pueden tener acceso a los apoyos necesarios para poner en práctica la hoja de ruta que propone Richard Cohen en su libro. No es fácil encontrar a un terapeuta que que haya tragado la propaganda políticamente correcta sobre la homosexualidad. Luego encontrar a un mentor que coopere con el terapeuta y el grupo de apoyo significaría un reto insuperable para muchos. Más para los que desconocen el inglés, lengua en la que están publicados los varios materiales de apoyo. Existe un grupo de apoyo de católicos que tienen el problema de atracción al mismo sexo y que desean vivir la vida cristiana según el evangelio. Se llama Courage y otro grupo para familiares y amigos de los mismos llamado Encourage (que significa “alentar”). Fue fundado por el P. John Hardon a instancias del entonces Arzobispo de Nueva York en los años 80, Cardenal Cooke. El P. Harvey tiene casi medio siglo de experiencia en la pastoral de estas personas. Courage no se propone necesariamente el cambio o curación de este estado. Esto por razones de prudencia pastoral. No todos puede tener a mano los necesarios apoyos para poderlo lograr y en el caso de fracasar, podrían caer en el desaliento. Lo que sí propone es el seguimiento de Jesucristo en una vida cristiana fervorosa. Para ello ofrece apoyo espiritual de algún sacerdote que suele ser Director Espiritual de los grupos de Courage, el apoyo del grupo, y cuando sea posible apoyo psicólogico. Esto no es posible siempre debido a la ideología que imbuye muchos terapeutas profesionales. Courage ya existe en México: http://www.courage-latino.org/index.php?option=com_content&task=view&id=179&Itemid=78 Se llama Courage Latino y se encuentran detalles acerca de donde ya tiene grupos. Me he puesto en contacto con ellos para preguntar si tienen planes de establecer Courage en España, pero de momento no tienen.

Las personas que no lograran aplicar el método que propone Richard Cohen por las razones arriba indicadas no deben desanimarse. Hay otro gran experto en el tema, el psicólogo holandés Gerard J,M, Van Den Aardweg. El propone unos factores que contribuyen a la homosexualidad que incluyen factores, que sí menciona Cohen, aunque los desarrolla menos, debido probablemente a su propia experiencia. El Dr. Aardeg está de acuerdo con la importancia de tener un padre inoperante, psciológicamente distante, o crítico y una madre superpotente, unos hermanos o compañeros de colegio que ridiculizan a un niño sensible o poco hábil para el deporte.

“En términos psicológicos, padre significa protección, apoyo, valoración, interés; pero también fortaleza, dirección, atreverse a corregir, exigir. Los homosexuales, tanto mujeres como hombres, necesitan una figura de padre, de la que a menudo carecieron en su juventud. No un padre para seguir siendo niño dependiente, sino un padre que les ayude a seguir su camino, a mantener la lucha. Otro problema de esta gente es su soledad interior y social. Necesitan una figura paterna para perseverar en una lucha nada fácil. Hay que animarles a ser abiertos, a salir de su yo, a no buscar interés y atención sólo para si mismos.

La familia es importante, pero a menudo lo son todavía más los contactos con compañeros del mismo sexo. La mayoría de los homosexuales dicen haberse sentido excluidos en su niñez o juventud por sus compañeros, a la hora de jugar o de realizar actividades. Al menos, así lo sienten: es un complejo de marginación, de no haber sido aceptados”. (http://biblio.upmx.mx/download/cebidoc/Dossiers/homosexualidad049.asp

El Dr. Aardeg tiene un libro publicado en español: Homosexualidad y Esperanza, Ediciones Palabra, 2004. No lo he leído, peor sí conozco un libro suyo editado en inglés que se titula: The Battle for Normalcy, A Guide for (Self) Therapy for Homosexuality. Constructive Help and Support for Men and Women troubled by unwanted homosexual feelings and/or behavior. San Francisco, Ignatius Press1997. Es un vademecum para las personas afligidas con este problema. En una primera parte expone de forma clara y didáctica la naturaleza del trastorno de la homosexualidad, y de paso desenmascara muchos de los mitos promovidos por los medios de comunicación y gobiernos occidentales. Obviamente tener unas ideas claras acerca de la naturaleza del problema ha de ayudar enormemente para poner manos a la obra e intentar superarlo. La segunda parte propone un método para que la persona, con el acompañamiento, no necesariamente de un psicólogo u otro profesional, sino de un acompañante que puede ser un amigo o director espiritual. Eso sí, no se puede hacer el camino solo, pero un profesional imbuido con los mitos que pululan en la cultura actual no será ninguna ayuda. Proporciona una serie de autoexámenes detallados sobre la niñez, la adolescencia y el presente. Tales exámenes incluyen también aspectos morales. Luego propone una serie de virtudes que hay que cultivar como son: la esperanza, la autodisciplina, la sinceridad, la paciencia, la humildad. También hay escollos que hay que evitar como son lastimarse de sí mismo, y cultivar el buen humor. Al igual que Cohen, propone la necesidad de luchar contra el ego infantil o niño interior. Otros aspectos son el recomponer el auténtico rol sexual de uno y finalmente, las relaciones con los demás. No cabe duda, con la ayuda de este vademecum y con el apoyo de algún amigo, o un sacerdote por ejemplo, y con el mismo espíritu con el que Cohen se propuso aprender a tocar Bethoven se puede triunfar, o al menos caminar un gran trecho en salir de la atracción al mismo sexo.

Resumiendo, podemos afirmar con un sólido fundamento no solamente en la fe, sino también en la buena ciencia y en el sentido común que hay esperanza para las personas que padecen esta aflicción. San Pablo nos asegura que Dios no permite que seamos tentados más allá de nuestras fuerzas. Jesús dice: “Sin mí no podéis hacer nada”. Más allá de la dictadura de lo políticamente correcto, existe un cuerpo notable de estudios científicos que avalan la verdad sobre la atracción al mismo sexo. La verdad es que se trata de un trastorno al que han contribuido varios factores en la niñez y la adolescencia, y que se puede curar. Si no se logra desterrar totalmente las fantasías homosexuales, sí se puede vivir una vida plena y feliz, habiendo dejado atrás el submundo gay. Van Aardeg nos asegura que los mismo activistas gay en fondo de su alma saben que lo que están promoviendo no es normal ni les da la verdadera felicidad que todo hombre busca ardientemente. De manera que, manos a la obra con la ayuda del Señor y echando mano de la verdad que nos hace libres, hay esperanza para estas personas. Concluyo recordando las palabras de Santa Teresa que tengo como título del blog: SOLO DIOS BASTA.

martes, 26 de mayo de 2009

Niños mal educados

Recientemente en un par de ocasiones he tenido la experiencia de estar hablando con la madre de un niño o una niña unos minutos al salir de la Misa. En ambas ocasiones las madres estaban acompañadas por un hijo o una hija de unos diez años. En ambos casos, la niña y el niño interrumpieron la breve conversación y empezaron a tirarle a la madre por el brazo, pedir y protestar para que se fuera. No es infrecuente estar hablando con una persona, por ejemplo una catequista, y se presenta un niño e interrumpe la conversación para pedir algo. Aquí en la parroquia a veces tengo ocasión de escuchar las sesiones de catequesis. Parece que en ningún momento los niños se callan y escuchan a la catequista. Las sesiones parecen un jaleo constante. En ocasiones cuando he asistido a alguna celebración con ocasión de un bautizo, por ejemplo, noto que hay muy pocos niños y los niños pequeños tienen la atención casi constante de un adulto u otro. Pareciera que hoy día con menos niños, los padres y demás adultos involucrados en su educación lograría un nivel más alto que en épocas pasados cuando era común la familia numerosa. Sin embargo, es difícil no concluir que el caso es el contrario.

Está claro que los anunciantes de productos dirigen buena parte de la publicidad a los niños para que ellos persuadan a los padres a comprarles tal o cual producto. Ya desde los tres años al niño se le coloca en una guardaría. Allí se encuentra con un nutrido grupo de sus coetáneos. Observa las cosas que tienen los demás niños, el tipo de mochila, la ropa de marca, las zapatillas etcetera. El niño de tres años comienza a compararse con los compañeros y a sentir la presión de ser “popular” y aceptado entre ellos. Siente el deseo de tener lo que tienen sus nuevos amigos. Lo normal es que los padres sucumban a los deseos y peticiones del niño y le compran lo que les pide. Según un reciente estudio hecho en Francia, los niños gastan personalmente 3,800 euros anuales e influyen poderosamente en la mitad de los gastos de la familia. Sus gustos son determinantes en 72% de los gastos de los de ocio y en 43 % de las decisiones sobre el destino de las vacaciones. Si es hijo único, y un buen porcentaje de los niños en España lo son, o si el primogénito, los padres harán lo que haga falta para satisfacer los caprichos del niños mimado en la compra de ropa, juguetes, ocio y viajes. Que la mayoría sean hijos únicos, no hace falta hacer un estudio de las estatísticas. Lo constato yo cada mañana cerca de un convento donde voy a celebrar la Misa, y donde hay un colegio de niños. Se ve a las madres, y algunos padres, llevar al niño al colegio. ¡Cuánto han cambiado las cosas desde cuando yo era niño! Ningún niño deseaba que el padre o la madre lo llevara de la mano al colegio, pues eso sería motivo de burlas de parte de los demás niños. Íbamos a la escuela con nuestros hermanos y vecinos. Obviamente había menos peligro de atropellos porque había menos coches. Sin embargo, nos enseñaban como cruzar la calle. Incluso venía un polícía a realizar esa tarea.

Otro problema son los teléfonos móviles de los niños, cada vez más sofisticados. Hace un par de años se dio un fenómeno en Gran Bretaña que se se extendió a otros países, denominado “happy slapping”. Significa que un niño agrediría a otro mientras otros lo filmaba con el móvil para luego subir la grabación a Internet. Además de este tipo de problemática, está el del gasto del niño en llamadas y la presión de cambiar el aparato por uno más moderno porque los amigos lo tienen.

Luego los padres, dado que todos ellos padecen de la patología de no “no tener tiempo” o de estar “ocupados”, o no son capaces de educar a los niños en la cortesía y las buenas formas. El pretexto más común que escucho cuando propongo cualquier actividad es que no “no tengo tiempo”. Los varones que vienen a escuchar las charlas que se imparten para el bautismo de un hijo, casi universalmente dicen que “no tienen tiempo” para participar en la parroquia. Algunos han dicho: “yo no tengo tiempo para ir a la Iglesia todos los días”. ¿Pero quién les dice que tienen que ir a la Iglesia todos los días? El pueblo, que tiene unos 1200 habitantes, muchos de ellos personas jubiladas, tiene 16 bares. Parece que todos tienen sus clientes, algunos tienen proyectores para proyectar los grandes partidos de fútbol, y concurren muchos clientes. Bastantes de las madres no trabajan y se ve muchas personas mayores sentadas aquí y allá en el pueblo sin que tengan nada en que ocuparse. Pero, ninguno tiene tiempo cuando se trata de organizar Caritas en la parroquia. Hice una pequeña encuesta sobre el particular e hice muchos intentos de reunir a un grupo de ellos para formar la directiva y echar a andar Caritas. La conclusión era que sí sería bueno que existiera Caritas en el pueblo, pero “que lo hagan otros”, que ellos no tienen tiempo. No parece que tengan tiempo o energía para controlar a los niños. Hace un par de años unos niños irrumpieron en la Iglesia durante la Misa de gallo de Nochebuena. A lo largo del verano es común ver a niños corriendo en la plaza y calles hasta la 1.00 de la madrugada.

Si los niños son descorteses y mal educados, no es solamente porque los padres “no tienen tiempo”, que en parte es una excusa barata. Tampoco ellos lo son y “nadie da lo que no tiene”. Es de sentido común que la persona que no tiene autocontrol poco o nada puede lograr en la vida. Atistóteles consideraba que el autocontrol no es virtud, pero sin él no hay virtud posible. Cuando celebramos alguna fiesta como Primeras Comuniones, en la que participa mucha gente que casi nunca acude a la Iglesia, es casi imposible lograr que se callen y atiendan. Claro, una Iglesia o templo es un lugar dedicado al culto divino. Bastantes de ellos acuden principalmente para ver el niño bien vestido y guapo en la ocasión de la Primera Comunión, y menos o nada para rendir culto a Dios. Se siente un murmullo entre las personas que están dentro del templo, que no termina cuando se da inicio a la ceremonia o cuando el cura está predicando. Otros entran y salen en cualquier momento, como si de un mercado se tratase. Si los adultos son incapaces de respetar el lugar y la ceremonia que se está realizando, ¿cómo se puede esperar que ellos enseñen a sus hijos tal respeto y autocontrol? Ya el Apóstol Santiago en su carta escribe: “el que controla la lengua es un varón perfecto”. También las personas que acuden regularmente a la Iglesia se ponen a hablar y crear barullo enseguida después de terminada la liturgia, sin respetar a los que desean quedarse a prolongar su oración. Me pregunto ¿si llegaran a entrar en una mesquita, respetarían el lugar? ¿se quitarían los zapatos? Supongo que sí, por que de lo contrario podrían enfrentarse con consecuencias. La ubicuidad de los móviles hace que con cierta frecuencia suenen en la Iglesia, de manera que muchas Iglesias tienen avisos que van como: “Favor de apagar el móvil. Dios no necesita de móvil”. Pese a ello, no es raro que se retiren del templo para contestar la llamada.

Parte del fondo de este problema es la gratificación inmediata y el deseo de los padres de tener contento al niño. En la vida real nadie puede realizar sus sueños o deseos inmediatamente. El que quiere llegar a ser un buen deportista, o tocar bien un instrumento musical, o aprender una lengua, necesariamente tiene que armarse de paciencia y empeñarse con gran esfuerzo y sacrificio hasta llegar a la meta deseada. Parte esencial de la educación de cualquier persona humana es la experiencia de la necesidad de mucha paciencia para lograr cualquier cosa en la vida. Esta verdad corresponde a nuestra naturaleza. Vivimos inmersos en el tiempo y nuestra maduración tanto física como emocional y espiritual es un proceso largo y con frecuencia, por no decir siempre, doloroso. El intento de muchos padres de convertir a los niños en miniadultos es un disparate absoluto. No se puede saltar las etapas. Ni siquiera conviene intentar abreviar las etapas de la niñez y privar al niño de las experiencias correspondientes a cada etapa. Dado que con frecuencia los padres no vuelven a casa del trabajo hasta varias horas después de que el niño termina el colegio, lo inscriben en una serie de cursos, o lo mandan a un tutor particular porque no es capaz de sacar buenas notas, a karate y otras actividades. Si de niño lo ha criado el Ayuntamiento u otra entidad que llevar guardarías, no es de extrañar que los padres lo conozcan poco, o él a ellos. Si el padre llega tarde del trabajo, es probable que el niño ya estará acostado. Tampoco el padre tendrá tiempo ni energía para interesarse en los asuntos del hijo o ayudarle en sus tareas.

También el deseo de satisfacer los caprichos del niños es producto del hecho de no tener más que uno o dos hijos. Todos los que llegan a la parroquia a pedir el matrimonio están convencidos, como si fuera un dogma de fe, que no es posible tener una familia numerosa. Eso que hoy en día en España una familia de tres se considera numerosa. La mayoría se casan a más de treinta años, edad en la que la fertilidad de la mujer comienza a disminuir. Debido al estrés producido por el trabajo, aunque no utilicen medios anticonceptivos es menos probable que se conciban más hijos. Se han metido en un ciclo de consumismo tal que consideran muchos productos, que antes eran un lujo, ahora una necesidad. La burbuja inmobiliaria que se ha dado un muchos países ha aumentado el precio de las viviendas, en parte debido a la corrupción urbanística, hace que para muchos sea imprescindible que los dos trabajen a tiempo completo. Dado que este sistema se ha instalado casi universalmente en la sociedad, ellos no conciben otra posibilidad. Más de alguno me ha preguntado: “cuánto cuesta criar a un hijo”. Para ellos criar a un hijo es un algo verdaderamente heroico.

Hay muchos expertos que dan buenos consejos a los padres, consejos que no pasan de ser lo que se llamaban sentido común. Si fuera tan común, los expertos no estarían apareciendo en programas de televisión o escribiendo libros para delucidarlo. Si el sentido común no es tan común como pensábamos, tal vez leer algunos de los libros de autoayuda sobre como educar a los hijos, y de paso educarse a a uno mismo, puede ayudar, o la asistencia a conferencias sobre el tema. Los padres enseñarán mucho con el ejemplo. No deben de pensar que los colegios sólos educarán a los hijos. Entre las muchas cosas que tienen que aprender, según todos los expertos, es a decir no. Los padres tienen la patria potestad y autoridad que proviene de Dios, en cuanto que son ellos los responsables de la vida y bienestar de sus hijos. Ejercer esa autoridad no es fácil, pero bien vale la pena aguantar los berinches de un niño mal educado y manipulador. Poder decir no no está reñido con ser razonable e intentar que el niño comprenda los motivos por los que uno le está prohibiendo cierto comportamiento. Que se aburran los niños no es ninguna tragedia. Es una oportunidad de ejercer su creatividad y de encontrar unas actividades útiles y provechosas para pasar bien un rato. Es obvio que la prudencia indica que se controle el acceso del niño a Internet y los programas que puede ver en la televisión. Se dirá que el niño irá a la casa de vecinos o primos y no habrá más remedio que ser más permisivo con él. Aunque los vecinos o familiares consideren que uno es rígido, hay que hacer valer los proprios principios, tal vez no permitiéndole ir a tal o cual casa. La vocación de ser padres no es algo para el cual uno está habilitado por el mero hecho de estar casado o tener hijos. Los padres tienen que darse cuenta de que ellos tienen mucho que aprender y madurar ellos mismos. Lamentablemente hay muchos padres que no han pasado de la mentalidad de adolescentes y quieren ser “amigos” de sus hijos, o pero esclavos de ellos. El control de las chucherías que comen los niños a cualquier hora puede ser una buena manera de formar su carácter. Lo que comen influyen en su comportamiento. La así llamada “comida chatarra” y los muchos chupetes, así como las horas sentadas en frente de un televisor, un playstation o un ordenador lo hace más irritables y hiperactivos. En cambio la lectura puede tener un efecto contrario, además del desarrollo de su imaginación y otras facultades, como el aumento de su dominio del lenguaje. ¿Cuántos padres leer cuentos a los niños al acostarlos? De paso, la Biblia contiene muchos relatos interesantes que están disponibles en varias ediciones de “La Biblia para niños”. No es tiempo de cruzarse los brazos y pensar que no hay nada que hacer. Se puede y se debe hacer mucho para formar los buenos hábitos en los niños y no permitir que lleguen a ser unos diablillos insoportables.