sábado, 13 de julio de 2019

LA VOZ DE LA CONCIENCIA REFLEJA LA LEY DE DIOS

HOMILÍA, DOMINGO XV DE TIEMPO ORDINARIO, 14 DE JULIO DE 2019.

Hay personas que opinan que el ser humano no es más que un animal más desarrollado o evolucionado, que las facultades que llamamos espirituales como son la inteligencia y la voluntad no son más que expresiones de lo que sucede en el cerebro. Sin embargo, es evidente que el hombre, pese a tener mucho en común con los animales en el campo biológico,  que los supera sobre todo por su capacidad de introspección, el hecho universal de la moralidad o que siente que hay ciertas cosas que debe hacer y otras que debe evitar, y esto está relacionado con su libertad. Es más, si realiza un acto malo normalmente siente remordimiento. Se suele decir que tiene en su interior la voz de la conciencia que le dice lo que tiene que hacer y evitar y es una voz perentoria. Por otro lado, constatamos  que incluso los niños tienen un fino sentido de la justicia y la equidad. Si uno premia a un niño por haber hecho un acto bueno y no a otro pese a haber hecho lo mismo, el primero automáticamente reconoce que no se le ha tratado con equidad y protesta: "¿Por qué a él sí y a mí no? Ese niño no ha estudiado  ni filosofía ni ética. ¿De donde le viene eso que es universal. Muchas de las discusiones que se dan en la sociedad y en la política tratan de la ética o la moral, si un acto es justo, o no. Si el partido de gobierno reparte subvenciones a los simpatizantes de su ideología y no a los de los partidos de la oposición, enseguida estos protestan por ser víctimas de una injusticia.

Todo mundo reconoce que existe un orden en el universo físico. Es obvio que un universo que tiene miles de millones de galaxias y nuestra galaxia, por ejemplo, contiene miles de millones de estrellas, sin mencionar planetas etc, que no podría existir sin que hay leyes de la física que mantienen el orden. Lo mismo con nuestros cuerpos, que manifiestan un orden asombroso y en realidad la mejor manera de mantener la salud no es tomar medicinas químicas sino facilitar los procesos naturales que el cuerpo tiene para su funcionamiento, como son una alimentación adecuada, el ejercicio y reducir el estrés que tanto nos afecta hoy en día. De manera análoga, existe un orden moral establecido por Dios que existe para nuestro bien y ha sido establecido por Dios para que podamos vivir en una auténtica felicidad. Así como en el mundo de la biología existe el dolor que es un aviso que algo anda mal en nuestro cuerpo, también en el ámbito de la moral existe el "dolor moral", que es el remordimiento que sufrimos al haber cometido algún pecado, y obviamente más grave el pecado mayor el remordimiento. Un ejemplo claro es el caso de Judas, que al darse cuenta del pecado que había cometido no acudió a Jesús para pedir perdón y recibir su perdón como hizo Pedro cuando lloró amargamente, sino que se ahorcó.

Distinguimos entre lo que se llama la Ley Natural en el campo de la moral, es decir, en lo que debemos de hacer y evitar, y la conciencia que es esa voz que he mencionado arriba que también se llama la voz de Dios en nuestro interior. Según Santo Tomás de Aquino existe lo que llama la ley eterna que sería el plan providencial de Dios sobre el mundo y todos nosotros. Debido que en palabras de Aristóteles somos animales racionales la racionalidad consiste en el modo como funciona nuestra inteligencia humana a diferencia de la de los ángeles. La ley natural sería una participación en la ley eterna de Dios a través de la razón.  La razón es capaz de descubrir la existencia de Dios y algunos de sus atributos por sus propios esfuerzos y sin la necesidad de la revelación divina. No obstante, Santo Tomás señala que debido principalmente a los efectos del pecado original que oscurece  la inteligencia, debilita la voluntad y nos deja con unas pasiones e instintos que son difíciles de controlar, fue moralmente necesario que Dios revelara su inteligencia y todo lo que encontramos recogido en la Sagrada Escritura. Obviamente, si podemos descubrir la existencia de Dios por la razón, también podemos deducir nuestra dependencia de Él y lo que quiere que hagamos y evitemos.

Existe otro tipo de argumento a favor de la existencia de Dios y se basta en la moralidad. Si el hombre se siente responsable de sus actos libres y si se goza en hacer el bien y le duele haber hecho el mal, tiene que existir un ser superior que ha creado este orden en el universo y el orden moral que el hombre descubre con su conciencia. El Cardenal Newman, que próximamente será canonizado, declaró que "la conciencia es el original vicario de Cristo" dentro de cada uno de nosotros. San Pablo les escribe a los romanos: "En efecto, cuando los gentiles, que no tienen ley, cumplen naturalmente las prescripciones de la ley, sin tener ley, para sí mismos son ley; como quienes muestran tener la realidad de esa ley escrita en su corazón, atestiguándolo su conciencia, y los juicios contrapuestos de condenación o alabanza...". Es decir, que aunque los paganos no recibieron la revelación de la ley por medio de Moisés, la tienen escrita en su corazón y si no la cumplen pagarán las consecuencias de su rebeldía (2,14-15. 

Pasemos ahora a nuestra primera lectura de hoy tomada del Libro del Deuteronomio: "El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca. Cúmplelo. Aquí Moisés se está refiriendo a la ley revelada, pero también contiene preceptos que se pueden descubrir por la razón sin la intervención de la revelación. De hecho, la totalidad de los diez mandamientos, con la excepción del tercero que se refiere a santificar el sábado, provienen de la ley natural y la conciencia los puede descubrir. 

Si bien es cierto que todo esto es verdad y posible, hemos de observar que una cultura desviada como la que tenemos ahora tiende a entenebrecer la mente y debido a la fuerza de la presión social, en diferentes épocas se ha caído a un nivel muy bajo en cuanto a la moral. A veces, no se aprecia la maldad de un precepto fundamental como el es quinto mandamiento que prohíbe matar a un ser inocente y los preceptos negativos son absolutos, es decir, no tienen excepciones. Es el caso, de la aceptación del aborto como algo justificado por una gran mayoría de la población, en España llega al  76%. Se trata de una moral desviada por los sentimientos. Los hay que se molestan enormemente cuando se descubre un caso de corrupción político cuando un partido o unos políticos se han llevado caudales públicos. Si bien es cierto que la corrupción política es grave, pero comparado con la masacre de unos 100,000 nonacidos obviamente completamente inocentes es de una gravedad mucho menor.  El aborto claramente revela una cultura de la muerte, cosa que ya empezó en los años 60 con las campañas a favor de los anticonceptivos que a su vez abrieron el camino al "sexo casual o recreacional", y también anti vida.  Por otra parte, existe hoy en día una conciencia más fina acerca de la maldad de la esclavitud comparado con siglos pasados. Algo similar sucede con la moral sexual. Resulta que la pornografía, la masturbación, la fornicación, el adulterio, la sodomía e incluso el sadomasoquismo están a la orden del día hoy, según la falacia de que si se dan entre adultos que consienten son aceptables. A este extremo se ha llegado poco a poco a lo largo de estas últimas décadas debido a las campañas de los medios de comunicación y de otras élites. Todavía no se ha llegado a la aceptación de la pederastia, pero no faltan grupos que la promueven.  A la par con esto, está la práctica desaparición de la modestia que la Iglesia siempre ha considerado como el guardián de la caridad. Las chicas y también mujeres de edad andan por la calle exhibiendo sus cuerpos vestidas como si estuvieran en la playa. Si una persona que era adulta hace 50 años regresara a ver como se viste y se porta la gente hoy en día, es escandalizaría. Andan ahora como antes las prostitutas. Claro, si los hombres interpretan su exhibición como una invitación, luego los denuncian. Las manifestaciones del feminismo por las calles protestando contra fallos judiciales etc. con todo lo demás demuestran que vivimos en una cultura basura que deshumaniza a los hombres y a las mujeres. 

Como cristianos católicos nos urge formar nuestras conciencias de acuerdo con la ley de Dios, que se manifiesta en la misma conciencia. Debido a esta situación de una cultura poco favorable, hemos de vigilar y no acoger el criterio de si todos lo hacen, debería de ser bueno. Como hay una invasión del sexualismo y del homosexualismo a través de los medios, hemos de vigilar para no dejarnos engañar. Nos toca ayudar a los jóvenes a formar sus conciencias, pues fácilmente se dejan guiar por lo que hacen los demás. Los padres han de vigilar sobre lo que les están enseñando en los colegios, pues éstos se han convertido en medios de lavado del cerebro de los niños y jóvenes. Recordemos que Jesús con mucha frecuencia invita a sus oyentes a "vigilar", como el caso de la Parábola de las Diez Vírgenes, y en Getsemaní a "vigilar y orar". Si nunca ha sido fácil ser fiel servidor de Jesucristo y formar nuestra conciencia según lo que Él nos enseña a través de la Iglesia, hoy en día es mucho más difícil. 




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