sábado, 27 de julio de 2019

EL PADRE NUESTRO

HOMILÍA DEL DOMINGO XVII DEL CICLO C, 28 DE JULIO DE 2019.

Si Jesucristo se retiraba a la montaña a orar con frecuencia, obviamente la oración tenía una gran importancia para Él. También lo tiene en el Antiguo Testamento, pues el libro de los 150 salmos es un libro de oraciones y otros libros como los de los profetas contienen oraciones. Resulta que en una ocasión que  Jesús oraba, los apóstoles le pidieron que les enseñara como orar y les enseñó el Padre Nuestro. En la liturgia de la Iglesia, tanto la Santa Misa como la Liturgia de las Horas se reza tres veces al día el Padre Nuestro y seguramente los católicos y otros cristianos lo rezan millones de veces cada día. El escritor eclesiástico del siglo III Tertuliano comentaba que el Padre Nuestro es "el evangelio en breve", y otros muchos Padres como San Cipriano y  San Agustín lo comentaron.

En primer lugar, cabe señalar que la versión de San Lucas varía un poco de la de San Mateo. Comienza con la invocación "Padre". En el Antiguo Testamento no se encuentra casi ninguna referencia a Dios como Padre. En cambio, resulta ser el modo preferido de Jesús para dirigirse a Dios. Es más, utiliza la versión Aba, que se podría traducir como Papá, el modo como un niño se dirige a su padre. Así ora Jesús en el momento de la prueba extrema o agonía en Gensemaní. Hay una discusión entre los exegetas sobre el verdadero sentido de Abba en arameo, la lengua que Jesús.  hablaba. Parece que no tiene la forma de lenguaje familiar o "tú" como distinto de la forma "usted". Lo cierto es que algo debió de haber llamado la atención de los apóstoles acerca del modo de orar de Jesús, y enseguida les enseña a dirigirse a Dios como Padre, sea cierto o no como un buen grupo de exegetas cree que corresponde a la forma familiar "Papá". Se trataría de una gran novedad para ellos sobre todo en una época en la que los judíos como manifestación de suprema reverencia hacia Dios no se atrevían a referirse a Él con el nombre que Dios reveló a Moisés "Yahvé". También el hecho que San Pablo en dos ocasiones, tanto en su carta a los Romanos como a los Gálatas mantiene la palabra aramea "Abba" cuando escribe en griego indica que consideraba que había una relación especial de identidad de los cristianos con Dios como Padre, lo mismo que sucedía con Jesús.

La primera petición de la versión reducida de la oración que nos entrega San Lucas reza "Santificado sea tu nombre". El concepto de santidad en la Biblia significa separación o todo lo relacionado con Dios que es Santo. Significa que Dios está por encima de nosotros  y vive en otra esfera, como escribe Isaías: "Tan alto está el cielo sobre la tierra, así de altos son tus caminos sobre los nuestros". A Dios se le debe reverencia y adoración y aquí pedimos que nosotros sepamos dársela. Además, siendo la primera petición, nos indica que nuestros deberes hacia Dios son los más importantes, aunque el primer mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos implica una estrecha unión entre los dos aspectos como bien indica San Juan en su primera carta cuando afirma que no podemos amar a Dios a quien no vemos si no amamos al prójimo a quien sí vemos.

Jesús prosigue: "Venga tu reino", y San Lucas no nos da la otra petición que nos da San Mateo "hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo". Primero, toda la predicación de Jesús, incluso su misma persona constituyen un esfuerzo por explicar en qué consiste el reino de Dios. Se trata de la soberanía, el poder de Dios que es Creador y Salvador. El reino de Dios se manifiesta en la misma persona de Jesús y por eso el gran teólogo del siglo III Orígenes pudo decir que el reino en Jesús es "autoreino". La petición "hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo es una excelente explicación de lo que significa el reino o reinado de Dios. Corresponde a lo que dijo María al ángel "hágase en mí según tu palabra" y a lo que dijo Jesús cuando en su agonía en Getsemaní pedía al Padre que le quitara el "cáliz" y luego prosigue diciendo "que se haga tu voluntad", Para nosotros es el secreto de la santificación.

La siguiente petición; perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación”  sigue lógicamente de la anterior porque el mayor obstáculo a la llegada del reino de Dios es precisamente el pecado, que es un intento de establecer nuestra propia ley y ser como Dios, como nos dice el libro del Génesis. Hoy en día reconocerse como pecadores es algo muy difícil de lograr para muchos católicos influenciados por la cultura dominante. Es uno de los motivos por los que casi nadie se confiesa, pues si se considera "buena persona" o "buena gente" ¿cómo puede considerarse pecador. Entonces, según muchos, el mal está en otros, en los políticos, los terroristas, delincuentes...  pero no en ellos. La realidad es que si no nos reconocemos como pecadores y colaboramos con la gracia para arrepentirnos no tenemos ninguna posibilidad de salvarnos, pues pensamos que no necesitamos salvación que son otros los que la necesitan. Es más, no podemos tener nada que ver con Jesucristo que según el Credo vino al mundo "por nosotros y por nuestra salvación".  Además, Jesucristo, según constatamos en el Evangelio de San Marcos dio inicio a su predicación con estas palabras: "El Reino de Dios está cerca, arrepentíos y creed el Evangelio".

Antes de la comunión vamos a recitar el Padre Nuestro, les invito a todos a fijarse en las palabras que vamos a repetir, que son las mismas que nos entregó Jesús de manera que su oración se convierte en nuestra. Si tomamos en serio la fe, tenemos que no solo repetir las palabras de Jesús sino todos los días y toda vez que rezamos esta oración procurar poner en práctica lo que las palabras significan:  recordar lo que significa la intimidad de poder dirigirnos a Dios como Padre al igual que el mismo Jesús, reconocer  la grandeza y el poder de Dios como Creador y Salvador, procurar que el reino de Dios no sea unas palabras sino esforzarnos a que reine en nuestra vida cumpliendo su voluntad, y finalmente no solo reconociendo nuestro pecados sino perdonando las ofensas que nos hacen otros como hizo Jesús en la cruz cuando dijo "Padre, perdonalos porque no saben lo que hace"




sábado, 20 de julio de 2019

ESCUCHAR A JESÚS

HOMILÍA PARA EL DOMINGO XVI DE TIEMPO ORDINARIO CICLO C, 21 DE JULIO DE 2019,
Nuestra primera lectura de hoy del Libro del Génesis como también el pasaje del Evangelio de San Lucas sobre la visita de Jesús a la casa de Marta, María y Lázaro nos presenta la importancia de la hospitalidad. Con no poca frecuencia los evangelios nos presentan a Jesús como huesped en la casa incluso de fariseos, en bodas, en la casa del publicado Mateo luego de haber acogido la invitación de Jesús de seguirlo, y de  manera especial en la casa de Marta, María y Lázaro que estaban entre sus mejores amigos. En la cultura de entonces, el hecho de compartir la mesa de parte de Jesús con personas consideradas pecadores públicos como Mateo y Zaqueo era fuente de escándalo para los bien pensantes como era el caso de los fariseos. Implicaba un notable nivel de intimidad con esas personas y no nos ha de extrañar que luego en la Última Cena, queriendo Jesús quedarse con nosotros y que hiciéramos memoria perpetua de Él y sobre todo lo que hizo en la misma cena y en la cruz. Entramos en comunión íntima con Jesús en cada Misa sobre todo con la escucha de la Palabra de Dios y la realización del sacrificio de la Misa juntamente con compartir su cuerpo y sus sangre que ofreció en la cruz. Examinemos, pues el episodio de la cena de Jesús en la casa de Marta y las lecciones que nos deja hoy.

Marta, que suponemos era la ama de casa o la mayor de las hermanas, se ocupaba con los menesteres de la cocina, mientras Jesús charlaba con sus discípulos. Ellos estarían sentados a sus pies que era el modo como los discípulos de un rabino escuchaban sus enseñanzas. Las mujeres se encargaban de la preparación de la cena. Lo curioso era que María no colaboraba con ella en esas tareas y por el contrario estaría sentada a los pies de Jesús con los hombres escuchándole. La molestia de Marta no se reduce al hecho de que María no prestaba ayuda en la cocina, sino también por la rareza de su actitud como mujer, es decir, estar sentada con los discípulos escuchando a Jesús, cosa inaudita para una mujer de la época.

A lo largo de lo siglos, de manera especial en la Edad Media, se interpretaba este pasaje como una afirmación de la superioridad de la vida contemplativa sobre la vida activa, Aquellos que se retiraban a los monasterios, tanto mujeres como hombres, para dedicarse principalmente a la oración lejos de sla bulla del mundo. Los monasterios solían estar en lugares retirados en el campo, y aunque realizaban labores con las manos, no estaban metidos en los asuntos del mundo y se consagraban a Dios con el voto de la castidad. San Pablo había manifestado su preferencia por este tipo de vida consagrada a Dios y con la renuncia al matrimonio y la formación de una familia.

Estando hoy en día en un mundo que no priva el silencio ni la contemplación sino el activismo, no es de extrañar que muchas personas aprecian la actitud de Marta al quejarse con Jesús acerca del comportamiento de María y el hecho de que no le ayudaba. Les resulta difícil de aceptar la respuesta de Jesús a Marta: "Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas. María ha escogido la

¿Qué lecciones podemos sacar de este episodio de la vida de Jesús? La interpretación tradicional a la que me he referido arriba tiene su valor. La unión con Jesús, lo que llamamos la vida de gracia se tiene que desarrollar para poder cumplir el mandamiento de Jesús del amor y servicio al prójimo. Antes, necesitamos una gran familiaridad con Jesús y con su palabra y haber asimilado sus actitudes. Deberíamos evitar la impaciencia y la molestia que vemos en el caso de Marta.

¿Por qué dice Jesús que una sola cosa es necesaria? Obviamente, con frecuencia nos dejamos agobiar por el estrés y la angustia porque pensamos que tenemos tantas cosas que hacer. Jesús nos está pidiendo tener claras nuestras prioridades. Lo primero es seguir el camino marcado por Jesús para alcanzar la salvación eterna, y si tenemos eso claro lo demás caerá por su peso.

¿Basta que nos presentemos en la Iglesia cada domingo para más o menos escuchar las lecturas y la homilía? A la persona que le toca leer la lectura le corresponde prepararla antes para poder familiarizarse con ella y darle sentido. Si San Jerónimo decía que "ignorancia de la Sagrada Escritura es ignorancia de Cristo", cómo nos va en eso? ¿Si de verdad creo que lo que contiene la Biblia es la Palabra de Dios, con qué frecuencia la leo? ¿Desde el domingo pasado, he abierto la Biblia siquiera una sola vez? ¿Cuánto tiempo he dedicado a ver la televisión o escuchar la radio? ¿Me doy la excusa de que no tengo tiempo? Resulta que tengo tiempo para todo lo que realmente considero importante. ¿Llegar al cielo, a la vida eterna que depende de como vivo en este mundo lo considera lo más importante?

sábado, 13 de julio de 2019

LA VOZ DE LA CONCIENCIA REFLEJA LA LEY DE DIOS

HOMILÍA, DOMINGO XV DE TIEMPO ORDINARIO, 14 DE JULIO DE 2019.

Hay personas que opinan que el ser humano no es más que un animal más desarrollado o evolucionado, que las facultades que llamamos espirituales como son la inteligencia y la voluntad no son más que expresiones de lo que sucede en el cerebro. Sin embargo, es evidente que el hombre, pese a tener mucho en común con los animales en el campo biológico,  que los supera sobre todo por su capacidad de introspección, el hecho universal de la moralidad o que siente que hay ciertas cosas que debe hacer y otras que debe evitar, y esto está relacionado con su libertad. Es más, si realiza un acto malo normalmente siente remordimiento. Se suele decir que tiene en su interior la voz de la conciencia que le dice lo que tiene que hacer y evitar y es una voz perentoria. Por otro lado, constatamos  que incluso los niños tienen un fino sentido de la justicia y la equidad. Si uno premia a un niño por haber hecho un acto bueno y no a otro pese a haber hecho lo mismo, el primero automáticamente reconoce que no se le ha tratado con equidad y protesta: "¿Por qué a él sí y a mí no? Ese niño no ha estudiado  ni filosofía ni ética. ¿De donde le viene eso que es universal. Muchas de las discusiones que se dan en la sociedad y en la política tratan de la ética o la moral, si un acto es justo, o no. Si el partido de gobierno reparte subvenciones a los simpatizantes de su ideología y no a los de los partidos de la oposición, enseguida estos protestan por ser víctimas de una injusticia.

Todo mundo reconoce que existe un orden en el universo físico. Es obvio que un universo que tiene miles de millones de galaxias y nuestra galaxia, por ejemplo, contiene miles de millones de estrellas, sin mencionar planetas etc, que no podría existir sin que hay leyes de la física que mantienen el orden. Lo mismo con nuestros cuerpos, que manifiestan un orden asombroso y en realidad la mejor manera de mantener la salud no es tomar medicinas químicas sino facilitar los procesos naturales que el cuerpo tiene para su funcionamiento, como son una alimentación adecuada, el ejercicio y reducir el estrés que tanto nos afecta hoy en día. De manera análoga, existe un orden moral establecido por Dios que existe para nuestro bien y ha sido establecido por Dios para que podamos vivir en una auténtica felicidad. Así como en el mundo de la biología existe el dolor que es un aviso que algo anda mal en nuestro cuerpo, también en el ámbito de la moral existe el "dolor moral", que es el remordimiento que sufrimos al haber cometido algún pecado, y obviamente más grave el pecado mayor el remordimiento. Un ejemplo claro es el caso de Judas, que al darse cuenta del pecado que había cometido no acudió a Jesús para pedir perdón y recibir su perdón como hizo Pedro cuando lloró amargamente, sino que se ahorcó.

Distinguimos entre lo que se llama la Ley Natural en el campo de la moral, es decir, en lo que debemos de hacer y evitar, y la conciencia que es esa voz que he mencionado arriba que también se llama la voz de Dios en nuestro interior. Según Santo Tomás de Aquino existe lo que llama la ley eterna que sería el plan providencial de Dios sobre el mundo y todos nosotros. Debido que en palabras de Aristóteles somos animales racionales la racionalidad consiste en el modo como funciona nuestra inteligencia humana a diferencia de la de los ángeles. La ley natural sería una participación en la ley eterna de Dios a través de la razón.  La razón es capaz de descubrir la existencia de Dios y algunos de sus atributos por sus propios esfuerzos y sin la necesidad de la revelación divina. No obstante, Santo Tomás señala que debido principalmente a los efectos del pecado original que oscurece  la inteligencia, debilita la voluntad y nos deja con unas pasiones e instintos que son difíciles de controlar, fue moralmente necesario que Dios revelara su inteligencia y todo lo que encontramos recogido en la Sagrada Escritura. Obviamente, si podemos descubrir la existencia de Dios por la razón, también podemos deducir nuestra dependencia de Él y lo que quiere que hagamos y evitemos.

Existe otro tipo de argumento a favor de la existencia de Dios y se basta en la moralidad. Si el hombre se siente responsable de sus actos libres y si se goza en hacer el bien y le duele haber hecho el mal, tiene que existir un ser superior que ha creado este orden en el universo y el orden moral que el hombre descubre con su conciencia. El Cardenal Newman, que próximamente será canonizado, declaró que "la conciencia es el original vicario de Cristo" dentro de cada uno de nosotros. San Pablo les escribe a los romanos: "En efecto, cuando los gentiles, que no tienen ley, cumplen naturalmente las prescripciones de la ley, sin tener ley, para sí mismos son ley; como quienes muestran tener la realidad de esa ley escrita en su corazón, atestiguándolo su conciencia, y los juicios contrapuestos de condenación o alabanza...". Es decir, que aunque los paganos no recibieron la revelación de la ley por medio de Moisés, la tienen escrita en su corazón y si no la cumplen pagarán las consecuencias de su rebeldía (2,14-15. 

Pasemos ahora a nuestra primera lectura de hoy tomada del Libro del Deuteronomio: "El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca. Cúmplelo. Aquí Moisés se está refiriendo a la ley revelada, pero también contiene preceptos que se pueden descubrir por la razón sin la intervención de la revelación. De hecho, la totalidad de los diez mandamientos, con la excepción del tercero que se refiere a santificar el sábado, provienen de la ley natural y la conciencia los puede descubrir. 

Si bien es cierto que todo esto es verdad y posible, hemos de observar que una cultura desviada como la que tenemos ahora tiende a entenebrecer la mente y debido a la fuerza de la presión social, en diferentes épocas se ha caído a un nivel muy bajo en cuanto a la moral. A veces, no se aprecia la maldad de un precepto fundamental como el es quinto mandamiento que prohíbe matar a un ser inocente y los preceptos negativos son absolutos, es decir, no tienen excepciones. Es el caso, de la aceptación del aborto como algo justificado por una gran mayoría de la población, en España llega al  76%. Se trata de una moral desviada por los sentimientos. Los hay que se molestan enormemente cuando se descubre un caso de corrupción político cuando un partido o unos políticos se han llevado caudales públicos. Si bien es cierto que la corrupción política es grave, pero comparado con la masacre de unos 100,000 nonacidos obviamente completamente inocentes es de una gravedad mucho menor.  El aborto claramente revela una cultura de la muerte, cosa que ya empezó en los años 60 con las campañas a favor de los anticonceptivos que a su vez abrieron el camino al "sexo casual o recreacional", y también anti vida.  Por otra parte, existe hoy en día una conciencia más fina acerca de la maldad de la esclavitud comparado con siglos pasados. Algo similar sucede con la moral sexual. Resulta que la pornografía, la masturbación, la fornicación, el adulterio, la sodomía e incluso el sadomasoquismo están a la orden del día hoy, según la falacia de que si se dan entre adultos que consienten son aceptables. A este extremo se ha llegado poco a poco a lo largo de estas últimas décadas debido a las campañas de los medios de comunicación y de otras élites. Todavía no se ha llegado a la aceptación de la pederastia, pero no faltan grupos que la promueven.  A la par con esto, está la práctica desaparición de la modestia que la Iglesia siempre ha considerado como el guardián de la caridad. Las chicas y también mujeres de edad andan por la calle exhibiendo sus cuerpos vestidas como si estuvieran en la playa. Si una persona que era adulta hace 50 años regresara a ver como se viste y se porta la gente hoy en día, es escandalizaría. Andan ahora como antes las prostitutas. Claro, si los hombres interpretan su exhibición como una invitación, luego los denuncian. Las manifestaciones del feminismo por las calles protestando contra fallos judiciales etc. con todo lo demás demuestran que vivimos en una cultura basura que deshumaniza a los hombres y a las mujeres. 

Como cristianos católicos nos urge formar nuestras conciencias de acuerdo con la ley de Dios, que se manifiesta en la misma conciencia. Debido a esta situación de una cultura poco favorable, hemos de vigilar y no acoger el criterio de si todos lo hacen, debería de ser bueno. Como hay una invasión del sexualismo y del homosexualismo a través de los medios, hemos de vigilar para no dejarnos engañar. Nos toca ayudar a los jóvenes a formar sus conciencias, pues fácilmente se dejan guiar por lo que hacen los demás. Los padres han de vigilar sobre lo que les están enseñando en los colegios, pues éstos se han convertido en medios de lavado del cerebro de los niños y jóvenes. Recordemos que Jesús con mucha frecuencia invita a sus oyentes a "vigilar", como el caso de la Parábola de las Diez Vírgenes, y en Getsemaní a "vigilar y orar". Si nunca ha sido fácil ser fiel servidor de Jesucristo y formar nuestra conciencia según lo que Él nos enseña a través de la Iglesia, hoy en día es mucho más difícil. 




sábado, 6 de julio de 2019

SAN PABLO Y LA CRUZ

HOMILÍA PARA EL DOMINGO XIV, CICLO C, 7 DE JULIO DE 2019.

Normalmente, la segunda lectura de cada domingo está tomada de una de las cartas de San Pablo y se trata de una lectura continuada. No es muy común que se haga la homilía sobre la segunda lectura. San Pablo no es fácil de entender y para captarlo en toda su profundidad sería necesario realizar un estudio de su vida y de las cartas divididas en varios grupos. Por ello, es más difícil captar el mensaje de un pasaje breve como el que nos toca hoy.  Una de las dificultades es que nos cuesta colocarnos en la situación de Pablo y la época. Pablo es el primer teólogo de la historia de la Iglesia. Esto quiere decir que es el primero en pensar y reflexionar sobre el sentido profundo de la vida de Jesús, Hijo de Dios y sobre todo se fija en el Misterio Pascual de la cruz y la resurrección. Afortunadamente, contamos con una buena cantidad de datos tanto de las cartas como de los Hechos de Apóstoles sobre la vida y la misión de San Pablo. En primer lugar, su encuentro con Jesús resucitado en el cielo en el camino a Damasco transformó radicalmente su vida y toda su mentalidad.  San Pablo ama mucho el uso de la paradoja, pues el cristianismo está lleno de paradojas.

Pasemos ahora a comentar nuestra breve lectura de hoy tomada de su Carta a los Cristianos de Galacia, que se encuentra ahora en Turquía. Comienza: "Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo".  Esta frase nos puede parecer normal a nosotros que estamos acostumbrados a tener crucifijos en las Iglesias y en nuestras casas, pero para los contemporáneos de Pablo, resultaría ser una auténtica locura. Pensemos en lo que era la cruz, el instrumento más cruel que jamás el hombre había inventado para castigar a malhechores, un medio increíble de tortura. El gran orador y filósofo romano Cicerón declaró ni se debería de mencionar en compañía respetable. Provocaba horror. Igualmente para los judíos, pues el libro del Deuteronomio había declarado que el que colgaba de una cruz era maldito. Imaginémonos hoy en día el caso de una familia que tiene un hijo encarcelado por ser traficante de drogas y otras fechorías. Los amigos de tal familia, lo último que harían sería traer a la conversación el caso de ese hijo en presencia del resto de la familia, pues provocaría mucho dolor y mejor sería no mencionarlo. Algo así sucedía con la cruz y uno condenado a muerte en ella.

Teniendo esto en cuenta, podríamos preguntarnos cómo es que Pablo afirma con tanta rotundidad que él no puede gloriarse en otra cosa sino en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo. Es más, el cristiano ha sido bautizado y en el rito simbólicamente ha muerto con Jesús, ha sido sepultado y ha resucitado con él, La explicación es que Dios en su infinita sabiduría ha escogido ese instrumento de tortura para primero someter a su propio Hijo a él y morir así, pero la cosa no termina así porque si Jesucristo hubiera muerto como cualquier otro ajusticiado, se habría acabado el gran sueño de los discípulos, cosa que los dos viandantes camino a Emaús expresan cuando dicen que ellos "esperaban que Él fuera a liberar a Israel", pero no fue así. Ellos todavía no habían recibido la buena noticia de la resurrección de Jesús.

Pablo había reflexionado profundamente en este misterio de la muerte y resurrección de Jesús y para él se trataba del fulcro sobre el que pende el mensaje cristiano. Lo expresa en el c. 15 de su carta primera a los Corintios. Sin este misterio central no hay salvación, no hay redención y por ello no hemos sido liberados de nuestros pecados y sus consecuencias. Por esto, Pablo puede hasta "gloriarse" o "jactarse" de la cruz de Nuestro Señor Jesucristo. Solo Dios pudo haber hecho algo tan desconcertante, es decir, someter a su Hijo a esta condena horrorosa para luego manifestar su victoria en la resurrección que es una realidad absolutamente nueva e inaudita. Como escribe el Papa Benedicto XVI en su libro Jesús de Nazaret, se trata del descubrimiento de una nueva dimensión de la misma realidad antes totalmente desconocido. Nadie ni judío ni pagano se había imaginado algo similar. Sobre este misterio, cae o se levanta todo el edificio del cristianismo y gracias a él el mundo ha sido radicalmente transformado.

El Apóstol prosigue diciendo que "el mundo está crucificado para él y el para el mundo". En la Biblia el concepto de mundo tiene un doble significado. Por una parte, se trata de la creación maravillosa de Dios que como se dice en el Libro del Génesis, es bueno y hermoso. Por otro lado, se refiere al mundo concreto que el hombre ha creado fundamentándolo en el pecado y sus nefastos consecuencias, ese mundo cuyo único salvador es Jesucristo y que tiene que ser transformado, regenerado, como dice San Pedro en su primera carta: Jesucristo resucitado "nos ha regenerado a una esperanza viva". Pablo dice que "la figura de este mundo pasa". Hay una nueva creación que se inauguró en la resurrección de Jesucristo de entre los muertos y nosotros participamos en ella gracias a nuestro bautismo. Para San Pablo, TODO, la vida, la muerte, el ser judío o circuncidado o no, ser hombre o mujer, esclavo o libre, todo eso es secundario. "Y más aún: juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo,"  Para un judío la circuncisión era la marta de su pertenencia al Dios de la Alianza y signo de gran orgullo, pero Pablo dice que no sirve, que no es nada comparado con pertenecer a Cristo que significa ser una nueva criatura. 

Se trata de una realidad que no solo pertenece a él sino a todos los miembros de la Iglesia, que llama el "Israel de Dios". Ya el tiempo de la antigua alianza se ha acabado y ahora está la Iglesia que lleva a su plenitud la misión de Israel: "La paz y la misericordia de Dios vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma; también sobre el Israel de Dios. Luego dice que lleva en su cuerpo las marcas de Jesús, Sabemos que varios santos, empezando con San Francisco de Asís y hasta recientemente con el P. Pío de Pietralcina entre otros han recibido los estigmas. No sabemos si Pablo se refería a este fenómeno o más bien la larga lista de sus sufrimientos padecidos por Jesús lo había identificado con Él de manera que no solo está su alma identificada con Jesús sino también su cuerpo. 

¿Qué lección podemos aprender de este breve pasaje que nos ha tocado leer en este domingo? Que nosotros hemos de darnos cuenta de la centralidad del misterio pascual de la muerte y resurrección de Jesús y que se renueva cada vez que celebramos la Santa Misa, no ninguna otra cosa puede tener más importancia en nuestra vida.