HOMILÍA DEL DOMINGO XXIV, CICLO B, 12 DE SEPTIEMBRE 2021.
Nuestra primera lectura de hoy está tomada de Libro de Isaías. Los biblistas suelen dividir el libro en tres partes, los primeros 39 capítulos sería del Isaías histórico que vivió en el siglo VIII a. C. Luego los capítulos 40 a 55 serían de otro profeta que llaman Deutero-Isaías y hay una tercera parte que va del c. 56 a 66. Nuestra lectura proviene de la segunda parte que se escribió alrededor del año 500 a. C. cuando el Rey Ciro de Persia permitió a los judíos a volver a su tierra y reconstruir la ciudad de Jerusalén y el Templo, destruidos por el Rey de Babilonia en el año 586 cuando se dio el exilio a Babilonia. el episodio más doloroso de toda la historia de Israel. Este profeta era un gran poeta y se nota la gran alegría que manifiesta porque el exilio había terminado y Dios se manifiesta con el verdadero y único Dios poderoso y compasivo, Esta profecía comienza con estas palabras de alegría y aliento: Consolad, consolad a mi pueblo -dice vuestro Dios.Hablad al corazón de Jerusalén y decidle bien alto que ha ha cumplido su milicia, ya ha satisfecho por su culpa, pues ya ha recibido de la mano del Señor castigo doble por todos tus pecados (40,1-2),
Esta parte del libro de Isaías contien cuatro poemas o cantos llamados del Siervo de Yahvé, el primero se encuentra en el c. 42: "He aquí mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma, He puesto mi espíritu sobre él: dictará la ley a las naciones. No vociferará ni alzará el tono, y no hará oir en la calle su voz. Caña quebrada no partirá, y marcha mortecina no partirá", Este Siervo misterioso abrirá lo ojos de los ciegos, para sacar del calabozo al preso , de la cárcel a los que viven en tinieblas".
En el tercer canto (50, 5-9stro pasaje de hoy) hay un cambio porque ya no aparece el triunfo, la alegría y el gozo. El Siervo: Ofrecí mis espaldas alos que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba. Mi rostoro no urté a los insultos y salvicazos. Ciertamente, no actúa como un gran rey sino el humilde Siervo de Yahvé. Esto se denomina sufrimiento vicario. Un gran ejemplo sería San Maximilano Kolbe que se ofreció a morir en lugar de otro, diciendo a los Nazi que era sacerdote católico. Otros ejemplos más cotidianos pudieran ser la de la madre que se priva del sueño para ayudar y estar al lado de su hijo enfermo y otros más heroicos como meterse en un río para salvar la vida de uno que se está ahogando etc.
Nuestro evangelio de hoy está tomada del mero centro del de San Marco. Jesús y sus discípulos sale det territorio de Israel a Cesarea de Filipo y Jesús les pregunta "¿quien dice que es el Hijo del hombre? refiriéndose a sí mismo y hay varias respuestas y pregunta directamente a los doce apóstoles ¿Y vosotros, quién decís que soy yo? Como de costumbre, Pedro toma la palabra y responde: ¿Tú eres el Mesías? A lo largo de los capítulos tanto la predicación como los milagros de Jesús hicieron un gran impacto sobre sus oyentes y planteaban la pregunta ¿Quién es? Ya sabemos que la palabra Mesías o Maschal en hebreo significa ungido implicando elegido de Dios para salvar y liberar el Pueblo de Israel. En la mente de la gente surgía la imagen del Rey David que conquistó Jerusalén y una buena cantidad de territorio alrededor. Era el rey más querido por Dios. Sí Jesús era el Mesías que la gente esperaba, pero no iba a ser un rey conquistador sino que sería el pleno cumplimiento de las profecías de Isaías, el verdadero Siervo que cargaría sobre sus espaldas los pecados del pueblo y de toda la humanidad para salvar y liberarlos. Los siguientes capítulos contienen tres predicciones de la Pasión, pero no parece que los apóstoles se hayan dado por enterados y más bien en el Jardín de Getsemaní cuando prendieron a Jesús, prácticamente todos ellos se escaparon por miedo.
La salvación no iba venir de la mano de un nuevo Rey David montado sobre su caballo para expulsar a los romanos y cumplir las profecías. Ya desde los primerísimos tiempos de la Iglesia, los cristianos reflexionaban sobre estos pasajes de los cuatro Cantos del Siervo de Yahvé y conociendo todo lo que tuvo que sufrir Jesús en su pasióny crucifixión. Se trataba de cargar sobre sí no solo nuestro dolores sino nuestros pecados. Era algo que no eran capaces de entender hasta después de la resurrección. San Pablo decía que Jesús se hizo pecado a favor nuestro.
Como vamos a leer el resto del Evangelio de San Marcos hasta la Pasión en estos meses hasta el final del Año Litúrgico que es la Solemnidad de Cristo Rey, les invito a tomar el resto del Evangelio de San Marcos, incluyendo la Pasión y ver cómo Jesús fue preparando a los discípulos para el culmen de su misión. O se podría leer atentamente los cc. 40 a 55 del Libro de Isaias y finarnos especialmente en los cuatro Cantos del Sierve de Yahvé viendo como se cumpieron en Jesús.
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