Esta fiesta fue introducido a la liturgia en el años 1925, en una época del crecimiento de las dicaduras totalitarias como el Comunismo en Rusia y el Fascismo en Itala. La Iglesia en la persona del Papa Pío XI quiso señalar que hay un solo Rey y Señor del Universo y es Jesucristo Nuestro Señor. Recordemos como Jesús al final del Evangelio de San Mateo, desde una montaña en Galilea declaró "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues a proclamar el Evangelio a todas las naciones, bautizandolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".
En el Antiguo Testamento, era común que el rey se denominara Pastor de su Pueblo. Así es en nuestra primera lectura de hoy del Profeta Ezequiel, Este profeta, uno de los más grandes e importantes del Antiguo Testamento era sacerdote del Templo de Jerusalén y le tocó salir al exilio entre los primeros deportados alrededor del año 600 a. C. De hecho, cumplió su misión profética en Babilonia y no en Israel. Aquí comunica el mensaje de Dios acerca de los malos profetas. Es cierto que el Rey de Babilonia, Naboduconor era responsable de la conquista de Jerusalen, del incendio del Templo y demás destrozos cometidos, pero el profeta reconoce que los reyes que debían de ser los pastores de Israel habían fallado, algunos de ellos incluso introduciendo a dioses falsos paganos en el mismo templo. La culpa la compartían los oficiales del rey, los sacerdotes y los falsos profetas que profetizaban falsedades y la gente al hacerles caso, no cumplieron lo que Dios les pedía a través del profeta Jeremías. "Yo mismo apacentaré mis ovejas, yo mismo las haré sestear -oraáculo del Señor. Buscaré las ovejas perdidas, recogerá las descarriadas, vendaré a los heridos, curaré a los enfermos, a las gordas y fuertes las guardaré, y las apacentaré como es debido." Queda claro, que Yavhé por boca de Ezequiel se refiere a Jesús. En el Evangelio de Juan, se proclama El buen pastor que da la vida por las ovejas". Jesús predico la palabra de Dios, curó a los enfermos, les dio de comer multiplicando los panes, y luego en la Última Cena nos dio el verdadero pan de vida que nos alimenta para la vida eterna. Se entregó así mismo hasta el extremo de la muerte en cruz, resucitando luego para extender su misión, ya no solo a Israel, sino al mundo entero cuando fundó la Iglesia e envió a los apóstoles a proclamar la Buena Noticia, siendo él el Buen Pastor prometido en ya en el Antiguo Testamento.
Jesús desde el inicio de su ministerio en Galilea, proclamaba el Reino o Reinado de Dios y fue explicando en qué consistía a través de las parábolas. Es más, según dice Orígnes, el más grande de los Padres de la Iglesia de Oriente, señala el el Reino es "autoreino", es decir, el mismo Jesucristo es el Reino de Dios ya establecida en el mundo con su predicación, sus milagros, su muerte y resurrección. Jesús funda la Iglesia pescisamente para llevar adelante su obra, pues la Iglesia es cuerpo y esposa de Jesucristo. San Pablo nos da más detalles sobre el Reino de Jesucristo en nuestra segunda lectura tomada de la Primera Carta a los Corintios, Jesucristo con su resurrección es primicia o primer fruto de la obra de Dios."Cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino, una vez aniquilado todo principado, pofer y fuerza Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. El úlitmo enemigo aniquilado será la muerte". Jesucristo es la cabeza y todo le será sometido. Esto forma parte dell plan maravillosa de Dios.
Es cierto que todavía no se cumple plenamente esta promesa de Dios expresada aquí por San Pablo. Hay mucho mal en el mundo e incluso cada uno de nosotros llevamos mal en nuestro corazón. Por algo empezamos la Santa Misa confesando que "hemos pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión" .Nos corresponde colaborar con el plan de Dios de crear "cielos nuevos y tierra nueva". No olvidmeos lo que dice Jesús en el Apocalipsis: "haré nuevas todas las cosas". Eso incluye a cada uno de nosotros y este proceso empezó con nuestro bautismo, gracias al cual podemos y debemos "caminar en la novedad de vida" en palabras de San Pablo, o lo que es lo mismo, permitir que Jesucrito reine en nuestro corazón.
Pasemos a nuestro pasaje evangélico de hoy en el que vemos que Jesucristo Rey también es Juez de vivos y muertos". El reinado de Cristo exige nuestra colaboración. No basta decir "Señor, Señor" sino que es necesario cumplir la voluntad de Dios, y haciendo eso dejaremos una huella importante en el mundo, auque no la vamos a reconocer mientras vivimos en este mundo. Seguramente, estamos familiarizados con este pasaje. Jesús, habiendo reunido a todos, separa las ovejas de las cabras a su derecha y a su izquierda, y establece el criterio fundamental para la entrada en su Reino: "Tuve hambre y me diteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me visitasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitaseis, en la cárcel y vinisteis a verme".
En estos momentos en que los gobiernos de manera criminal con la excusa de un virus que ni siquiera se ha probado que existe ni han hecho invesitgaciones para descubrir qué está causando esta enfermedad, ha confinado a la gente e impuesto medidas draconianas sin fundamente cientifica alguna, dejando a millones de personas sin trabajo, otros con sus negocios en la quiebra, habrá múlitples ocasiones para colaborar en dar de comer a los hambrientos. Hay personas deprimidas, que sienten una gran soledad. Los hay ante la multidud de líos económicos y de otro tipo se les ocurre la idea de suicidaarse. Abramos nuestros ojos y démonos cuenta de quienes son para de verdad Cristo reine en neustros corazones, pues aquí dice "cuantas veces los hicisteis a estos mis pequeños, a mí no hiciseis". No basta la oración, que también tiene una gran importancia, Abramos los ojos y prestémonos sea a ayudar ahorrando dinero y entregándolo a Caritas, sea acercándonos a las personas que se sienten solas y agobiadas. Preguntémonos ¿qué haría Jescristo en esta situación, pues se identifica con cada persona que sufre?.
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