sábado, 9 de mayo de 2020

SUPERANDO CONFLICTOS EN LA IGLESIA

HOMILÍA PARA EL V DOMINGO DE PASCUA, CICLO A, 10 10 DE MAYO DE 2020

El libro de los Hechos de los Apóstoles es de gran importancia para nosotros no solo por los múltiples datos que nos da acerca de los primeros pasos de la Iglesia en Jerusalén, las primeras persecuciones, cómo los primeros cristianos es decir, los diáconos como Felipe salieron a Samaría y  otras partes alrededor de Palestina a ser los primeros evangelizadores, la conversión de San Pablo y una multitud de datos acerca tanto su misión evangelizadora, y antes la de San Pedro, hasta terminar con la llegada de San Pablo a Roma. Recomiendo vivamente leerlo en estos días.

Nuestra primera lectura de hoy nos presenta las circunstancias de la creación del ministerio del diaconado. También nos presenta con una realidad que es común a cualquier grupo o comunidad humana incluyendo las familias, es decir, el hecho de que existen conflictos y que son inevitables, pero en este caso nos deja una pautas importantes para ir superando tales conflictos. La comunidad contenía dos grupos, uno oriundo de Palestina de habla aramea, la misma lengua que hablaba Jesús, pero en Jerusalén había sinagogas de judíos de la Diáspora y había en la Iglesia primitiva representantes de ambos grupos. Surgió un problema con las quejas de los de lengua griega porque en la atención a sus viudas consideraban que no se les daba suficiente atención o servicio.

Cabe señalar que los apóstoles, por ejemplo, San Pedro como Cabeza, no dictaron una solución, sino que convocaron una reunión de la comunidad para resolver el problema. También dijeron que no convenía que ellos se pusieran a la administración, sino ante todo tenían que dedicarse a la oración y a la Palabra de Dios. De hecho, todavía, los obispos, como sucesores de los apóstoles deberían de tener la misma prioridad. Tanto el Concilio Vaticano II como todos los papas posteriores han puesto hincapié en que la prioridad de la Iglesia es la evangelización que implica la predicación de la Palabra. En todo caso, antes de poder predicar hay que orar. Según el dicho de Santo Domingo repetido por Santo Tomás de Aquino, el apostolado consiste en "contemplata aliis tradere", "entregar a otros lo que uno ha contemplado, la Palabra de Dios que los invita a la conversión y el seguimiento del Señor.

Tampoco los apóstoles desestimaron la petición. Encomendaron a la comunidad a buscar entre la misma a siete hombres  "de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría" para atender los menesteres de la administración, y ellos les encomendarían ese ministerio. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo y todos los miembros tienen que ser activos y contribuir a que todo funcione bien, y no esperar que las autoridades dicten las soluciones. Escogieron a los siete de acuerdo con los criterios mencionados- Cabe señalar que todos ellos tienen nombres griegos, pues eso convenía porque el problema surgió en esa parte de la comunidad. Se trata del tercer grado del Sacramento del Orden y por tanto les impusieron las manos significando el establecimiento del diaconado "de servicio". Ellos fueron los primeros en sufrir persecución, como sabemos por el caso de San Esteban, y tuvieron que irse de Jerusalén, lo cual fue la primera experiencia de evangelización.

De aquí podemos deducir que la Iglesia, aunque es de naturaleza jerárquica, no es una dictadura sino los miembros tienen que ser vivos y están llamados a la comunión y participación en la vida de la Iglesia según sus dones o carisma, como señala San Pablo en el c. 12 de su Primera Carta a los Corintios. Es así hoy en día también Los obispos, aunque están llamados a gobernar y santificar una Iglesia Particular, también colaboran con el Papa en el gobierno y la predicación de la Palabra en toda la Iglesia. Les corresponde también mantener la unidad de la Iglesia. Por ello, se han dado los concilios o sínodos  sea diocesanos, nacionales y ecuménicos. Cuentan también con la colaboración imprescindible de los sacerdotes en su propia diócesis. Igualmente, las comunidades religiosas suelen tener capítulos, a nivel local, provincial o general con el mismo fin de lograr que todos los miembros participen en el gobierno y la solución de los problemas que van surgiendo. Existen también consejos a nivel parroquial, diocesano etc.

Uno de los principios fundamentales de la Doctrina Social de la Iglesia,  que es la aplicación de la doctrina de la Iglesia a la vivencia de la comunidad humana, teniendo en cuenta los aspectos principales de la vida de la sociedad  como la familia, la política, el trabajo etc. Todo lo que se puede resolver a nivel local debe de resolverse a ese  nivel, siendo las capas superiores de gobierno como el regional o nacional, el Principio de la Subsidiaridad, También el Derecho Canónico indica que los fieles cristianos deberían de comunicar a los Pastores de la Iglesia sus preocupaciones o inquietudes acerca de la vida de la Iglesia. Por ello, los Pastores obviamente no deberían de ignorar tales comunicaciones sino responder oportunamente. El Espíritu Santo no reduce su acción a los jefes o autoridades sino que inspira y mueve a todos los miembros de la comunidad.

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