sábado, 23 de mayo de 2020

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

HOMILÍA DE LA SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR, 24 DE MAYO DE 2020

¿Cuál es la importancia de esta Fiesta de la Ascensión?

Una lectura superficial de nuestra primera lectura de hoy pudiera dar la impresión de que Jesús subió entre las nubes y que se encuentra alguna galaxia o algo así. Sabemos que después de la resurrección Jesús apareció a los apóstoles durante un tiempo, 40 días según San Lucas, es decir un periodo no muy largo. No se trata de un traslado físico, El Papa Benedicto XVI explica que la a resurrección de Jesús inaugura una nueva dimensión de la realidad. A lo largo de este periodo entre la resurrección y la Ascensión, Jesús aparecía y desapareció sin tener que someterse a las leyes de la física. También, el Domingo de la Resurrección se llama el octavo día, es decir,  se inaugura la nueva creación, el nuevo mundo. En la Biblia, para ayudarnos a comprender las cosas, se suele pensar que el cielo está arriba y el infierno abajo, y decimos que Jesús subió al cielo, pero  el cielo no es un espacio más allá de las nubes. En el Credo decimos que se siente a la derecha del Padre. Esta es una imagen política en cuanto que en la antigüedad el Rey se sentaba en su trono y el que estaría a su derecho sería algo así como su Primer Ministro, el que comparte con él el gobierno.

La segunda lectura de la Carta a los Hebreos nos ayuda a captar una dimensión importante de este misterio. El que escribió es carta debió de ser un sacerdote, o alguno con una gran familiaridad con el templo y su liturgia. Retomando la imagen de la Fiesta de la Expiación o Yom Kippur, Jesús como el Sumo Sacerdote entra en el Santo de los Santos, pasando el velo (6,9). El templo tenía tres espacios, en primer lugar el atrio y se entraba en la sala en la que se ofrecía incienso, y el parte más santa estaba separada por un velo, que según cuentan los evangelios, este velo se rompió en dos partes. En la sala interior que era cúbica, estaba en el caso del primer templo construido por Salomón estaba el Arca de la Alianza que contenías las tablas de la ley que Moisés recibió en Sinaí y restos del maná del desierto. El Sumo Sacerdote podía entrar allí una vez al año, en esa fiesta y ofrecer incienso. Luego se  extendía la mano sobre el chivo expiatorio que simbólicamente cargaba los pecados del pueblo y el chivo se mandaba al desierto.  y como hombre, ya resucitado con las llagas en las manos y los pies y la herida de la lanza en su costado entra en el espacio divino y toma su lugar a la derecha de Dios su Padre, "para juzgar a vivos y muertos". No es que Jesús desaparece de nosotros, sino que supera los límites del tiempo y espacio y ejerce su dominio sobre el universo, como señala nuestro evangelio de hoy: "Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra". En su vida terrena durante su ministerio en Galilea y Jerusalén, solo pocas personas pudieron escucharle. Ahora, a través de la Iglesia tiene que alcanzar a todos los pueblos y reinar. Ya había prometido "yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo".

Otro aspecto importante de esta fiesta, lo encontramos en nuestra primera lectura como en el evangelio, y es que al parecer, los apóstoles seguían viendo hacia el cielo. Aparecieron dos hombre, que podemos suponer que eran ángeles y les dicen: "Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como lo habéis visto  marcharse. En el evangelio les entrega la gran misión y predicar el evangelio hasta los confines de la tierra. Igualmente podemos notar en  olas apariciones del Señor resucitado, se les encomienda una misión. Aquí los ángeles les están llamando la atención, como diciendo que no es momento de estar viendo al cielo y de nostalgia, sino que hay una misión urgente que realizar. Por tanto, Jesús no se ha ido, sino que ha pasado a la nueva dimensión que llamamos el cielo desde donde dirige la Iglesia hasta su vuelta gloriosa  y lo hace a través de la acción del Espíritu Santo. Les correspondía reunirse juntamente con María en oración en espera de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés que es el nacimiento de la Iglesia. Así como Jesús nació de María Santísima, convenía que ella, siendo también Madre de la Iglesia estuviera presente y activa en el nacimiento de la Iglesia.





sábado, 16 de mayo de 2020

DAR RAZÓN DE LA ESPERANZA QUE HAY EN NOSOTROS

HOMILÍA DEL VI DOMINGO DE PASCUA, CICLO A, 17 DE MAYO, 2020.

Vamos a reflexionar hoy sobre nuestra segunda lectura que, como los demás domingos de Pascua este año, está tomada de la Primera Carta de San Pedro. Primero escribe el apóstol: "Glorificad en vuestros corazones a Cristo Señor". Primero, Jesucristo el Señor está en nuestros corazones y eso a partir del bautismo a no ser que lo hayamos expulsado por haber cometido algún pecado mortal, El bautismo ha sido un momento absolutamente fundamental en nuestra vida cristiana, ha sido una nueva creación, se nos ha comunicado una nueva vida que es la participación a través de nuestra unión con Jesucristo de la vida divina, Por esto podemos glorificar al Señor Jesús. La palabra gloria en la Biblia se refiere a la manifestación de la bondad, de la grandeza de Dios, Tal vez estamos acostumbrados a estas ideas y no nos sorprenden ni producen asombro en nosotros.

San Pedro prosigue; "Estad siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que la pidiere". Analicemos lo que es la virtud teologal de la esperanza, El Papa Benedicto XVI en su carta Encíclica Spe Salvi escribe:  En efecto, « esperanza » es una palabra central de la fe bíblica, hasta el punto de que en muchos pasajes las palabras « fe » y « esperanza » parecen intercambiables. Así, la Carta a los Hebreos une estrechamente la « plenitud de la fe » (10,22) con la « firme confesión de la esperanza » (10,23). También cuando la Primera Carta de Pedro exhorta a los cristianos a estar siempre prontos para dar una respuesta sobre el logos –el sentido y la razón– de su esperanza (cf. 3,15), « esperanza » equivale a « fe ». El haber recibido como don una esperanza fiable fue determinante para la conciencia de los primeros cristianos, como se pone de manifiesto también cuando la existencia cristiana se compara con la vida anterior a la fe o con la situación de los seguidores de otras religiones. (2), 

Volviendo a lo que ha realizado el bautismo en nosotros, los teólogos explican que en primer lugar, la nueva creación y nueva vida a la que he aludido arriba tomando píe de lo que escribe San Pablo a los Romanos, consiste ante todo en lo que se llama la inhabitación de las tres divinas personas en nuestra alma. San Juan en su c.15 recoge el discurso de Jesús en la Última Cena y repite varias veces el verbo manein en griego que significa permanecer o hacer morada. La presencia de las tres divinas personas en nuestra alma no nos deja iguales, al contrario, nos transforma y eleva a un nuevo nivel de vida que es precisamente lo que significa una nueva creación. Es una realidad que en ningún caso podemos alcanzar nosotros. Esta transformación o elevación se llama también gracia santificante o gracia habitual. También los Padres Griegos la llamaban divinización o deificación, Esta nueva realidad se da en nuestro mismo ser, porque Dios ha creado al hombre con una apertura,  con la posibilidad de recibir este don inaudito. Ahora bien, eso no es todo. También esta nueva vida se tiene que manifestar en nuestros actos como potencia operativa que nos permite actuar y vivir según esta nueva realidad. Así también Dios nos infunde  las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad. 

Como afirma Benedicto XVI, la fe se desarrolla o se manifiesta como esperanza. La fe es el primer paso de nuestra santificación y como explica San Pablo en su Carta a los Romanos, nos justifica. Se trata de un concepto técnico en la teología que significa pasar del pecado y la enemistad con Dios a la amistad y unión con él. San Pedro nos invita a "dar razón de la esperanza" que hay en nosotros. Utiliza la palabra logos que era un concepto fundamental para los griegos y que San Juan recoge al inicio de su Evangelio cuando escribe "En el principio era el Logos, y el Logos estaba con Dios y era Dios", refiriéndose al misterio de la Encarnación de la segunda Persona de la Sma. Trinidad. Logos significa razón y orden entre otros muchos matices que tiene. La esperanza tradicionalmente se ha considerado como la virtud o hábito que nos dispone a alcanzar un bien difícil (bonum arduum) pero posible. Obviamente, la esperanza para el cristiano consiste en la promesa de Dios de la salvación que no solo es difícil para nosotros sino imposible sin la gracia de Dios. El motivo de nuestra esperanza como cristianos es la misericordia infinita de Dios que no puede fallar en sus promesas. 
San Pablo dice "en esperanza fuimos salvados" y considera que mientras la fe se refiere a las cosas no vistas o de las que no tenemos una experiencia directa, la esperanza se refiera a las cosas no poseídas plenamente. Por ello, nuestra salvación sí es real, pero no se ha alcanzado plenamente. De ahí la importancia fundamental de la esperanza del cristiano en esta vida. San Pablo pensaba también que los paganos no tienen esperanza, pues sus dioses no son más que demonios e incapaces de realizar lo que nuestra naturaleza racional anhela que es la plena felicidad que obviamente no se alcanza en este mundo. Por ello, hemos de intentar explicar a los paganos, o en nuestro caso a los neopaganos, que hoy en día son una mayoría, aunque no pocos de ellos se dicen católicos, por qué nuestra esperanza existe, cómo Jesucristo sobre todo con su resurrección es nuestra esperanza, la única esperanza que no falla. 

San Pedro va más allá, y explica cómo hemos de dar razón de nuestra esperanza a los que no tienen fe: pero con mansedumbre y respeto y en buena conciencia, para que en aquello mismo en que sois calumniados queden confundidos los que denigran vuestra buena conducta en Cristo. En el diálogo con los no católicos, hemos de ser humildes y saber escuchar lo que dicen aceptando todo lo que es positivo y no con prepotencia. La palabra católico significa según la totalidad, es decir, todo lo que es verdad y lo positivo que tienen los no católicos forma parte de la fe católica  o no está con contradicción con ella, y hay que reconocerlo. No se trata de ganar un argumento sino de llegar a la verdad.  Hay que respetar al otro, pues si están el error, no es culpa suya sino que ha nacido en el paganismo y se requiere paciencia para conducirlo hacia la verdad plena. San Pablo  normalmente relaciona la esperanza con la paciencia y la perseverancia y utiliza la palabra hipómene en este caso, que sería un verbo auxiliar de la esperanza. 

San Pedro no se está refiriendo aquí a un grupo de teólogos o apologistas profesionales, sino a cualquier fiel. ¿Me doy cuenta de que a mí me corresponde dar  a los que no tienen fe o la tienen muy débil y poco desarrollado una explicación acerca de diversos puntos de la fe. ¿Y cuál es el mayor problema de los católicos respecta a su fe? Me parece que la respuesta de esta pregunta consiste en una sola palabra LA IGNORANCIA. 
Si no, ¿cómo se explica que según una encuesta reciente hecha en EEUU, 70% de los católicos no saben no creen en el dogma de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, que el pan y el vino se transforma en el cuerpo y la sangre de Jesucristo? ¿Qué nivel de conocimiento tentemos de la Sagrada Escritura? San Jerónimo decía que "Ignorancia de la Sagrada Escritura es ignorancia de Jesucristo". Los niños y los jóvenes reciben una educación basada en el secularismo, el relativismo y no pocos de los profesores se burlan de la doctrina católica porque piensan que todo lo que no se puede demostrar con la ciencia es mito, leyenda etc. ¿Sabemos que se puede probar la existencia de Dios y que necesariamente el universo ha sido creado por él, que el hombre no es meramente un animal más evolucionado etc.? 

Si somos sinceros, no podemos decir que no tenemos tiempo para ir estudiando la fe, y descubriendo las respuestas a las dudas que podemos descubrir nosotros o en otros. Hay abundante material disponible hoy en día en Internet, por ejemplo el Catecismo de la Iglesia Católica en su versión completa o el Compendio, Videos con buenas explicaciones etc. No basta lo que recibimos en la catequesis cuando éramos niños, pues el traje del niño ya no nos sirve. ¿Y no será un pecado de omisión dejar de interesarnos por conocer la fe mejor y poder dar razón de la esperanza que hay en nosotros". 

sábado, 9 de mayo de 2020

SUPERANDO CONFLICTOS EN LA IGLESIA

HOMILÍA PARA EL V DOMINGO DE PASCUA, CICLO A, 10 10 DE MAYO DE 2020

El libro de los Hechos de los Apóstoles es de gran importancia para nosotros no solo por los múltiples datos que nos da acerca de los primeros pasos de la Iglesia en Jerusalén, las primeras persecuciones, cómo los primeros cristianos es decir, los diáconos como Felipe salieron a Samaría y  otras partes alrededor de Palestina a ser los primeros evangelizadores, la conversión de San Pablo y una multitud de datos acerca tanto su misión evangelizadora, y antes la de San Pedro, hasta terminar con la llegada de San Pablo a Roma. Recomiendo vivamente leerlo en estos días.

Nuestra primera lectura de hoy nos presenta las circunstancias de la creación del ministerio del diaconado. También nos presenta con una realidad que es común a cualquier grupo o comunidad humana incluyendo las familias, es decir, el hecho de que existen conflictos y que son inevitables, pero en este caso nos deja una pautas importantes para ir superando tales conflictos. La comunidad contenía dos grupos, uno oriundo de Palestina de habla aramea, la misma lengua que hablaba Jesús, pero en Jerusalén había sinagogas de judíos de la Diáspora y había en la Iglesia primitiva representantes de ambos grupos. Surgió un problema con las quejas de los de lengua griega porque en la atención a sus viudas consideraban que no se les daba suficiente atención o servicio.

Cabe señalar que los apóstoles, por ejemplo, San Pedro como Cabeza, no dictaron una solución, sino que convocaron una reunión de la comunidad para resolver el problema. También dijeron que no convenía que ellos se pusieran a la administración, sino ante todo tenían que dedicarse a la oración y a la Palabra de Dios. De hecho, todavía, los obispos, como sucesores de los apóstoles deberían de tener la misma prioridad. Tanto el Concilio Vaticano II como todos los papas posteriores han puesto hincapié en que la prioridad de la Iglesia es la evangelización que implica la predicación de la Palabra. En todo caso, antes de poder predicar hay que orar. Según el dicho de Santo Domingo repetido por Santo Tomás de Aquino, el apostolado consiste en "contemplata aliis tradere", "entregar a otros lo que uno ha contemplado, la Palabra de Dios que los invita a la conversión y el seguimiento del Señor.

Tampoco los apóstoles desestimaron la petición. Encomendaron a la comunidad a buscar entre la misma a siete hombres  "de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría" para atender los menesteres de la administración, y ellos les encomendarían ese ministerio. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo y todos los miembros tienen que ser activos y contribuir a que todo funcione bien, y no esperar que las autoridades dicten las soluciones. Escogieron a los siete de acuerdo con los criterios mencionados- Cabe señalar que todos ellos tienen nombres griegos, pues eso convenía porque el problema surgió en esa parte de la comunidad. Se trata del tercer grado del Sacramento del Orden y por tanto les impusieron las manos significando el establecimiento del diaconado "de servicio". Ellos fueron los primeros en sufrir persecución, como sabemos por el caso de San Esteban, y tuvieron que irse de Jerusalén, lo cual fue la primera experiencia de evangelización.

De aquí podemos deducir que la Iglesia, aunque es de naturaleza jerárquica, no es una dictadura sino los miembros tienen que ser vivos y están llamados a la comunión y participación en la vida de la Iglesia según sus dones o carisma, como señala San Pablo en el c. 12 de su Primera Carta a los Corintios. Es así hoy en día también Los obispos, aunque están llamados a gobernar y santificar una Iglesia Particular, también colaboran con el Papa en el gobierno y la predicación de la Palabra en toda la Iglesia. Les corresponde también mantener la unidad de la Iglesia. Por ello, se han dado los concilios o sínodos  sea diocesanos, nacionales y ecuménicos. Cuentan también con la colaboración imprescindible de los sacerdotes en su propia diócesis. Igualmente, las comunidades religiosas suelen tener capítulos, a nivel local, provincial o general con el mismo fin de lograr que todos los miembros participen en el gobierno y la solución de los problemas que van surgiendo. Existen también consejos a nivel parroquial, diocesano etc.

Uno de los principios fundamentales de la Doctrina Social de la Iglesia,  que es la aplicación de la doctrina de la Iglesia a la vivencia de la comunidad humana, teniendo en cuenta los aspectos principales de la vida de la sociedad  como la familia, la política, el trabajo etc. Todo lo que se puede resolver a nivel local debe de resolverse a ese  nivel, siendo las capas superiores de gobierno como el regional o nacional, el Principio de la Subsidiaridad, También el Derecho Canónico indica que los fieles cristianos deberían de comunicar a los Pastores de la Iglesia sus preocupaciones o inquietudes acerca de la vida de la Iglesia. Por ello, los Pastores obviamente no deberían de ignorar tales comunicaciones sino responder oportunamente. El Espíritu Santo no reduce su acción a los jefes o autoridades sino que inspira y mueve a todos los miembros de la comunidad.

sábado, 2 de mayo de 2020

SUFRIENDO CON PACIENCIA

HOMILÍA DEL IV DOMINGO PASCUA, CILCO A, 3 DE MAYO DE 2020.

Este cuarto domingo de Pascua la lectura del Evangelio está tomada del c. 10 de San Juan que trata del Buen Pastor. Ya desde los años 60 del siglo pasado, el Papa Pablo  VI estableció ese domingo como Jornada de Oración por las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada. Podríamos preguntarnos por qué el papa sintió la necesidad de hacer eso, más allá del hecho de que considerara que escaseaban las vocaciones. En España, el promedio de la edad de los sacerdotes es mayor que los 60 año. Ha habido más de 900 conventos de clausura y poco a poco mucho se están cerrando dado que las monjas se van muriendo y no hay nuevas entradas. Algo está fallando en la Iglesia. El Papa Juan Pablo II decía que la comunidad católico tiene la obligación de asegurar a la Iglesia un número suficiente de sacerdotes y sin la vida religiosa la Iglesia no sería lo que debería de ser. Como todos los males que hay en nuestra Iglesia actual, se debe al debilitamiento de la fe en las familias y las comunidades debido a la secularización rampante de nuestros países. ¿Acaso la gente es más feliz prescindiendo de Jesucristo Nuestro Señor y del amor infinito que manifestó tanto con su doctrina como el ejemplo de entrega de su vida por amor hasta la cruz? Mientras pedimos al Señor que mueva a los jóvenes a considerar la grandeza de la vocación de la consagración a Él por el bien de la Iglesia y de las almas, pensemos también en cómo nosotros podríamos aumentar nuestra fe y propagarla a otros.

Me voy a fijar en la lectura de la Primera Carta de San Pedro que hemos escuchado hoy. El apóstol se dirigía a una comunidad o varias comunidades de cristianos "dispersos" que seguramente sufrían persecución y la carta intenta animarles para que  vivan esa situación con alegría y esperanza. Es un mensaje muy apropiado en este tiempo de Pascua y especialmente este año que no es como otros. "Si, obrando bien, soportáis el sufrimiento, hacéis cosa hermosa ante Dios". Cuando nos atacan o insultan ¿cuál es la actitud que comúnmente asumimos? Pues, no normal sería insular o atacar al que nos ha hecho ese daño. ¿Y se practicamos paciencia y no devolvemos mal por mal?   También si hemos hecho un favor a otra persona, o le hemos dado algún dinero para que pudiera atender algún apuro  y resulta que ni siquiera lo reconoce o da las gracias, obviamente no cae mal y si no decimos nada a otros, tendemos a pensar mal de esa persona. ¿Cuál es la actitud de Jesús en tales circunstancias? En el Sermón de la Montaña dice Jesús: "Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, orad por los que os persiguen" También dice"si amáis a los que os aman, "¿qué mérito tenéis? Incluso los paganos lo hacen". Manda que si nos piden prestado no exigir que devuelvan el bien prestado, etc. El motivo que da Jesús para este tipo de comportamiento es que seremos como nuestro Padre en el cielo que "hacen llover sobre malos y buenos". San Pedro recuerda a los cristianos de sus días que así hacen algo hermoso ante Dios. Eso porque Dios es amor y el amor consiste en querer y hacer el bien al otro en cuanto otro, no esperando algún beneficio por las obras de caridad que hacemos.

"Pues para esto habéis sido llamados, ya que también Cristo padeció su pasión por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas."  Es decir, que Jesús cumplió en su vida lo que predicó. No podemos llamarnos de verdad cristianos si no seguimos en nuestra vida lo que Jesús predicó y practicó.  San Pedro recuerda a aquellos a quienes dirigía su carta el tipo de vida que llevaban antes de su conversión al cristianismo: "Andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas. Jesús es el Buen Pastor que guía a sus ovejas por el camino que lleva a su padre y es guardián de las ovejas. 

Además de pedir al Señor con gran confianza que envíe a buenos pastores a su Iglesia, que nosotros aprendamos a no ser ovejas descarriadas porque nos dejamos guiar por nuestros vicios y malas costumbres. Eso lo realizaremos solo si tenemos en mente el ejemplo y la palabra de Jesús. No seamos de los que dicen "Señor, Señor", sin hacer la voluntad del Señor.