SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA, DOMINGO 6 DE ENERO DE 2019.
Uno de los episodios más importantes y que más llama la atención dentro de los dos relatos de la Navidad de parte de San Mateo y San Lucas es la llegada de los "magos" de "oriente", como llegaron a Jerusalén preguntando donde había nacido el rey de los judíos, como Herodes, el gran tirano que gobernaba de parte de los romanos los recibió. Luego el rey consultó con los expertos bíblicos que le dijeron que el Mesías tenía que nacer en Belén de Judea, es decir, el mismo pueblo donde había nacido el Rey David. Estos datos que nos entrega San Mateo en el capítulo segundo de su evangelio han dado cabida a mucha especulación e importantes tradiciones. En primer lugar, se examina diversos libros de la Biblia, de manera especial el de Isaías para descubrir algún dato más o intentar comprender mejor lo que dice San Mateo en su relato. Nuestra primera lectura de hoy tomada del Libro de Isaías, c. 60 presenta un cuadro de gran alegría en cuanto que llegan a Jerusalén. La luz de la gloria de Dios brillará sobre la ciudad santa, caminar los pueblos y los reyes hacia su resplandor. Luego habla de camellos, dromedarios y la concurrencia de gente de lejos como Medián, Efá y Saba, siendo Medián un zona al sur de Israel donde se escapó Moisés temiendo por su vida debido a que había matado a un egipcio. Efá debe de ser un lugar cerca de Medián. Sabá era un reino al sur de Arabia de donde era la reina que llegó de allí a visitar a Salomón. Isaías menciona incenso y mirra que era productos importantes de exportación de aquella zona y que con el oro forman parte de los dones entregados por los magos a Jesús nió. Ahora bien, San Mateo indica que los magos, que serían atrónomos o astrólogos llegaron de Oriente, que probablemente sería de Mespopotamia o más concretamente de Babilonia. Pudiera ser también de Persia, ahora Irán. Los hay también que piensan que llegaron de Petra que era una ciudad de gran importancia en cuanto al comercio y era de los naboteos. Ahora forma parte de Jordania, de manera que el viaje a Jerusalén sería corto. Los hay que consideran que los magos eran judíos, pues a partir de las varias deportaciones de los judíos del siglo VIII hasta el siglo VI de parte de los reyes de Asiria y Babilonia, es probable que la gran mayoría de los judíos no vivían en Tierra Santa en tiempos de Jesús sino en Oriente y también en Egipto y hasta
Basándonos en la interpretación tradicional de la liturgia, no serían judíos sino gentiles y así como los primeros judíos en llegar a conocer a Jesús al nacer en Belén represtantaban al pueblo de Israel, los magos representarían a las gentes, tomando pie de lo que indica Isaías. La observación de las estrellas y los planetas era una actividad que tenía una importancia concreta porque para viajar en el desierto era fundamental orientarse con la ayuda de las estrellas. Además, siendo "magos" o astrólogos, estos hombres se habrían dedicado de manera más intensa a la observación de las estrellas, y así pudieron descubrir la estrella del rey de los judíos recién nacido en Jerusalén.
Tomando en cuenta lo que hemos podido sacar de la primera lectura de Isaías y del evangelio, vamos ahora a examinar lo que encontramos en la segunda lectura de San Pablo a los Efesios. El apóstol habla de la "dsisribución" od "dispensación" de la gracia que se le ha dado. Se refiere a su misión de la prediación del evangelio a los gentiles que llama "misterio". Este es un tema favorita de San Pablo. Esta palabra indica que se trata de un plan secreto de Dios antes, es decir, en el periódo del Antiguo Testamento, y revelado ya con el Misterio Pasucal de Jesús, de su Ascensión y la venida del Espíritu Santo, es decir, el hecho de que la salvación alcanzada por Jesucristo en la cruz, no se restringe a los judíos, miembros del pueblo elegido de Israel, sino que se extiende a todas las naciones. Eso ya se manifesta al final del Evangelio de San Mateo, en la montaña de Galilea cuando Jesús manda a los discípulos a predicar el evangelio a todos los pueblos, hasta los confines de la tierra. Pablo, habiendo nacido judío y teniendo un conocimiento profundo de la Biblia, quedaba maravillado por el hecho de esta nueva dispensación universal de Dios. "Que también los gentiles son miembros del mismo cuerpo y partícipes de la mismo promesa del evangelio por Jesucristo.
Todos nosotros formamos parte de ese pueblo de gentiles a cuyos antepasados más tarde llegó la predicación del evangelio. Aquellos primeros de nuestros antepasado conservaron la fe como el tesoro más grande que tenían y la pasaron a sus hjios hasta llegar a nosotros. Igual que San Pablo, nosotros deberíamos de apreciar y valorar esta gran obra de la providencia de Dios y no solamente guardar la fe para nosotros sino comunicarla a cuantos están a nuestro alrededor sea com la palabra como sobre todo on el testimonio de una vida santa. En los tiempos que curren, se está dando un gran fracaso de parte de la mayoría de los católicos de Europa y de Norteamérica en cuanto al traspaso de la fe a las generaciones más jóvenes. ¿Qué podemos y debemos de hacer para contribuir a que ests generaciones jóvenes conozcan a Jesucristo, que nació en Belén y murió en la cruz, alcanzó la victoria sobre el mal y la muerte y quieren llevarnos consigo a la verdadera felicidad en el cielo?
sábado, 5 de enero de 2019
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