sábado, 23 de junio de 2018

SAN JUAN BAUTISTA

DOMINGO 24 DE JUNIO DE 2018, SOLEMNIDAD LA NATIVIDAD DEDE SAN JUAN BAUTISTA.

Este domingo 24 de junio de este año, la Iglesia interrmpe el ritmo normal de los domingos para celebrar la Solemnidad de La Natividad de San Juan Bautista. Este hecho nos demuestra la importancia de este gran santo del Nuevo Testamento en la vida de la Iglesia. En realidad, es el único santo cuyo nacimiento y martirio (el 29 de agosto) se celebra. Normalmente la fiesta de un santo se celebra el día de su muerte, llamada su nacimiento a la vida eterna. En el siglo IV cuando Constatino permitió a la Iglesia la libertad se empezó a celebrar las fiestas de los mártires y adquirió mucha importancia la devoción a la Sma.Virgen María sobre todo alrededor del Concilio de Éfeso celebrado en el año 431. Ya San Agustín a finales del siglo IV y comienzos del siglo V celebraba la fiesta del Naciemineto de San Juan Bautista, como la del Martirio de San Pedro y San Pablo. También en la época o anteriormente se empezó a celebrar la Natividad de Nuestro Señor el 24 de diciembre. Resulta que San Lucas al introducir su relato de la Anunciación de Arcágel Gabriel a María indica que fue seis meses después de la anunciación de la concepción de Juan a su padre Zaquarías en el templo. Por lo tanto, esta fiesta se celebra seis meses antes de la Navidad. Es más, Juan claramente indicaba que él no era la luz sino tesitgo de la luz, pues Jesucristo es la luz del mundo. En estos días se da el solisticio de verano a partir del cual el sol va menguando en el cielo y los días se van acortando, mientras a partir del 21 de diciembre viene al aumento de la luz debido a que ese solistico es el día más corto del año.

Veamos la importancia de San Juan Bautista en el Nuevo Testamento en cuanto que con él llega a su cumplimiento la historia de Israel y abre el camino para la llegada de Jesucristo, el Mesías, Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. El mismo Jesús reconoce la grandeza de Juan cuando  dice que ningún hijo de mujer lo supera. A lo largo de varios siglos el pueblo de Israel esperaba "al profeta", es decir, el que prometió Moises, es decir, un profeta con una misión de importancia similar a la del mismo Moisés. Esta expectación se manifiesta en nuestro evangelio de hoy cuando la circuncisión de Juan la gente preguntaba  "¿Qué será de este niño, pues la mano de Dios estaba sobre él? Luego dice que el niño se fortaleció en el espíritu y andaba en el desierto.

El desierto es un lugar privilegiado para el encuentro con  Dios en la Biblia. Ya varios profetas como Elías, Oseas anduvieron en el desierto y fueron tocados por Dios. Ahora bien, Juan, siendo hijo de un sacerdote que oficiaba el en templo no necesariamente con mucha frecuencia, pero uno supondría que su hjo seguiría sus huellas y también ejercería el sacerdocio como era costumbre y que Juan hubiera tenido mucho que ver ocn el templo. El templo era una instituciónd de enorme importancia para el pueblo de Israel,  a lo largo de su historia. Existía una secta de judíos llamados los Esenios, que se retiraron al desierto y se dedicaron a vivir una suerte de vida monástica allí y rechazaban el culto del tiempo como corrupto. Podemos suponer que Juan, si no era miembro de esta secta, al menos compartía sus ideas y por ello no ejerció su ministerio profético en el templo que sería lo más normal y tradicional. Los grandes profetas como Isaías y Jeremías predicaron en el templo. Sin embargo, Juan se puso a ofrecer un bautismo simbolizando el arrepentimiento  de los pecados y la penitencia al otro laldo del Jordán.

Recordemos que el período de cuartenta años en el desierto de parte del pueblo de Israel era visto como una necesaria purificación e incluso Dios había prometido que ninguno de los que salieron de Egipto con Moisés, ni el mismo Moisés, entraría en la tierra prometida. Al final, cruzaron el Jordán y ingresaron el la Tierra Prometida. Se puede ver un paralelismo ente este gran acontecimiento histórico y el bautismo de Juan en el Jordán. Pese a todo, la gente iba a recibir el bautiismo de Juan y a arrepentirse de sus pecados en el Jordán. Juan como el último de los profetas representa en su persona toda la historia maravillosa de Dios con su pueblo a lo largo de los siglos, representado de manera especial por por profetas. Es más, su eventual martirio debido a su valetía al denunciar los pecados del poderoso Herodes Atipas, anticipa la suerte de Jesús al ser rechazado por las autoridades y acabar en la cruz.

Esta fiesta nos pone delante la maravillosa providencia de Dios que a lo largo de los siglos va llevando adelante sus planes para la salvación de los hombres. Lo que promete a través de los profetas antiguos lo cumple ante todo en Jesús, pero también en Juan que en su misma persona resume todo las cosas buenas que Dios había hecho con su pueblo y le toca indicar a los que luego iban a ser los apóstoles de Jesús quièn era él, "el Cordero de Dios". Tal vez a nosotros nos llama poco la atención esdta expresión, ·"cordero de Dios", pero a un judío del siglo I no se le pasaba el significaod de esta expresión. Le recordaría de la inmolación de los corderos pascuales en Egipto y la celebraicón anual de la Pascua. Así que como el Pueblo de Israel pudo escaparse de la opresión del Faraón en Egipto, ahora Jesús es el verdadero Cordero de Dios inmolado para quitar el pecado del mundo entero.

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