sábado, 30 de junio de 2018

LA MUERTE

HOMILÍA PARA EL DOMINGO XIII DE TIEMPO ORDINARIO, CICLO B, 1 DE JULIO DE 2018.

Nuestra primera lectura de hoy está tomada del Libro de la Sabidúría, que es el úlitmo libro del Antiguo Testamento y escrito en griego, no en Israel, sino en Alejandría en Egipto donde había un gran número de judíos desde hacía varios siglos. Allí se hizo la traducción de la Biblia del hebreo al griego más conocida y utilizada por los apósotles en su predicación, la versión llamada de los LXX. El autor de este libro dice en nuestro pasaje de hoy: ""Dios no ha creado la muerte ni se regocija en la muerte de los vivientes"Luego dice que la muerte fue introducida por "envidia del demonio".  ¿Cómo se puede entender estas afirmaciones, pues constatamos que todo ser viviente está destinado a morir y eso incluye al hombre. Todos sabemos que eventualmente vamos a morir, aunque hoy en día se tiende a pasar por encima del problema que eso nos provoca con un intento de no pensar en ello, que ciertamente no es ninguna solución a este problema fundamental y radical que no hay modo de escapar. 

En el evangelio de hoy San Marcos nos presenta dos milagros, y uno de ellos tiene que ver con la muerte de una niña de doce años,la hija de Jario, Jefe de la Siagoga. Mienstras Jesús va de camino a la casa de Jairo, se le presenta la mujer extranjera que sufre durante doce años de un flujo de sangre y ningún médico ha podido ayudarle. En un acto d compasión, Jesús la cura. Llega a la casa de Jairo y le dicen que su llegada es inútil, que lamentablemente la niña ha muerta. Incluso están las plañideras a la mano para llorra y expresar de alguna manera el dolor de la familia. Jesús responde que la niña no está muerte sino que "duerme". Jesús invita a los de alrededor a tener fe.

Volviendo  al gran problema que nos ha quedado sin resolver de la primera lectura, de cómo puede ser que Dios no haya creado la muerte siendo una ley universal de todo ser viviente, incluyendo alhombre. La muerte tal y cómo la experimentamos ahora tiene que ver con el pecado, pues por el pecado entró la muerte en el mundo. Resulta que el Papa Pío XII, al definir el dogma de la Asunción de María al cielo, dice que "pasada su vida terrena" fue llevada al cielo. Ese mismo texto está recogido en el Catecismo. De hecho, no se suele hablar de la muerte de María sio de su "dormición" o "tránsito".Ella, habiendo sido concebida sin Pecado Original, y no habiendo cometido ningún pecado personal, habría pasado de esta vida a la futura coo una suerte de dormirse. Recordemos cómo nos dormimos. Nos quedamos tranquilos y serenos y sin darnos cuenta ya no estamos despiertos, aunque obviamente antes de dorimir pensamos que vamos a despertar en la mañana siguiente. Ella habría llegado al final de su vida y miseriosamente habría sido traslado de esta vida a la eterna sin pasar por el dolor la angustia de la muerte. Así habría sido si nuestro primeros padres no hubieran caído en el pecado.


Entonces, podemos deducir que la Biblia al hablar aquí de la muerte no se esta´refiriendo a la muerte como realidad física o biológica sino la muerte como un trauma, como fuente de dolor, de angustia que nos llena de horror y a no quererla. E cambio, en le caso de María que estaba "llena de gracia" no hay esta angustia ni miedo a la muerte sin fe y plena confianza en las promesas de Dios. Por eso, también Jesús invita a la genta a tener fe antes de devolver a la niña la vida. Nosotros, como somos "hombres de poca fe" experimentamos todas esta negatividad respecto a la muerte y no alcanzamos valorar plenamente las promesas del Señor de llevarnos consigo a la verdadera vida. 

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