viernes, 23 de febrero de 2018

LA TRANSFIGURACIÓN

HOMILÍA, DOMINGO 25 DE FEBRERO, 2018, SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA, CICLO B.

Como es habitual en este segundo domingo de Cuaresma, nos toca reflexionar sobre el misterio de la Transfiguración de Jesús. Sí la Iglesia no recuerda en la Cuaresma la necesidad de la penitencia, del ayuno, y la misericordia o la limosna y de igual manera la oración. Pero estas prácticas cuaresmales no constituyen el fin de nuestra accción sin  unos medios para alcanzar el fin. Ese fin consiste en la unión con Jesús recusitado y atrvés de él con Dios Padre y el Espíritu Santo en la vida eterna. La Transfiguración se dio a la mitad de la vida pública de Jesís, según lo que podemos averiguar del relato de San Marco que hoy nos toca estudiar, San Marcos la coloca después de la profesión de San Pedro en Cearea Filipo, que constituye el centro de us evangelio a partir del cual Jesús comienza a preparar a los apóstoles para la culminaciónd de su ministerio en la pasión, muerte y resurrcción, cosa que pese a los esfuerzos del Señor, no captaron. El episodio de la Transfiguración intenta darles un vistazo, aunque fugaz de la verdadera identidad de Jesús, y de alentar su esperanza en la victoria final que se daría  en la resurrección. Los tres evangelios de San Marcos, Lucas y Mateo nos dan su versión que varía ligeramente. San Lucas, a diferencaai de los otros dos tiene a Jesús hablando con Moisés y Elías, precisamente sobre su "éxodo" que se iba a dar en Jerusalén, es decir, su paso o Pascua a través del dolor, de la angusta y la muerte en la cruz a la gloria de la resurrrección. Examinemos algunos detalles que nos podrán iluminar en nuestro propio camino hacia la Pascua de este año y por ende a la Pascua Eterna.

En primer lugar vemos que este gran acontecimiento se da en la cumbre de una montaña. Esto coincide con varios episodios del Antiguo Testamento, como la subida de Moisés al Monte Sinaí parar recibir las atablas de la Ley y establecer la alianza del pueblo con Dios. Unos siglos más tarde, también Elías se retira a ese mismo montaña llamada también Horeb, en un momento de gran zozobra en su vida. Se había enfrentado cn los 300 profetas y los había matado. Jezabel, la Reina andaba queriendo deshacerse de él, y se retira desnimado al desierto dispuesto a morir allí, hasta que Dios manda a su ángel a animarle a seguir el camino hacia la Montaña de Dios y le da pan para el camino. Jesús proclama su nueva ley en el Evangelio de San Mateo en , en el Sermòn de la Montaña. Recordemos que también nuestra primera lectura de hoy del Libro del Génesis nos presenta el sacrificoi de Isaac, en la Montaña de Moria, tradicionalmente identificada como el mismo lugar done se encuentra el Templo, o el Monte Sión. Dios es Santo, y así todo lo relacionado con Él, y en primer lugar Jesús que es el Santo de Dios. Al subir una montaña uno se retrae de los asuntos de la vida y desde la cima tiene una visión clara y nítida de toda la comarca, sea ríos, valles, montañas. Allí se facilita el encuentro con Dios.

San Marcos procede a decir que Jesús fue transfigurado (metamorphein) que significa ir más allá de su forma. En el c. 3 de la Carta a los Filipenses, San Pablo utiliza la misma palabra cuando dice que Jesús "teniendo la forma de dios, se despojó de su rango, tomando la forma de esclavo. En este caso, por unos momentos, Jesús se dejó ver en su verdadera forma, la que había dejado en la encarnación cuando se hizo como uno cualquiera de nosotros menos en el pecado.

A continuación, Marcos indica que los vestidos de Jesús se veían blanquísimas, e incluso proporcion el detalle de que esta blacura era mayor de la que pudiera producir cualquier batanero. Produce una gran luminosidad dese su persona. La luz es un símbolo común en la Biblia cuando se habla de Dios, mientras las tinieblas se reiferien al demonio y al pecado, lo opuesto de Dios. Desde el inicio de su Evangelio, San Marcos ha estado planteando la pregunta sobre la identidad de Jesús: "quién es? o ¿cómo es que puede hacer cosas tan maravillosas como los milagros y la expulsión de los demonios. Aquí se de la respuesta de su verdadera identidad, como un adelante de lo que luego en las aparición del Señor resucitado.

Como en el caso de las experiencias místicas que dan los santos e incluso otros que las han experimentado, los videntes encuentran muchas dificultades en expresar lo que han visto y experiemntado. Aquí también. Se trata de algo maravilloso que los llena de alegría y captan de alguna manera, aunque en esta vida todavía con la fe, a Dios y a Jesús.

Con frecuencia los predicadores han criticado a Pedro por sus palabras cuando dice "hagamos tres tiendas ..." Lo de las tiendas recuerda el período del pueblo en el desierto cuando el santuario era movil y el Arca de la Alianza se llevaba de una parte a otra en un tienda, para ser finalmente colocado en el Templo de Solomón cuando fue construido. Este tipo de experiencia suele durar pocos momentos y provoca una gran alegría de manera que la reacción de Pedro es bastante normal.

La presencia de una nube es típica de las teofanías del Antiguo Testamento, y al igual que en el Bautismo del Señor, se da la voz del Padre que dice: "Este es mi hijo, el amado, escuchadle", confirmando como he señalado más arriba la verdadera identidad de Jesús.

¿Qué podemos aprender de este misterio para nuestra vivencia de la Cuaresma y para nuestra vida. En primer lugar, no basta el esfuerzo de la racionalidad y la lógica para conocer de verdad a Jesús. Se trata de una manifestación sobrenatural. A los tres apòstoles se les abren los ojos a un gran misterio que en manera alguna habían vislumbrado en su trato con Jesús. Tampoco nos basta a nosotros saber datos acerca de Jesús y ni siquiera sus palabras, sus parábolas etc, sino hay que ir más allá y entrar en unión íntma con Él.. Si la Iglesia nos invita a ejercernos en la oración en al Cuaresma, no nos ha de basta una repetición tutinaria de oraciones aprendidas de memoria, si como dice Santa Teresa de Jesús, "la oración es uaa conversación con quien sabemosnos ama". ¿Realmente estamos convencidos que Dios nos ama con una amor tierno e infinito? Estamos llamados a un encuentro personal con Jesús y una entrega a Él. Este tipo de oración es una gracia y nos conviene perdirla, pues el esfuerzo por más laudable que sea, no basta. Pidamos, pues,  el Señor que nos conceda la gracia de entrar en una relación personal con él. No es un mero personaje histórico, sino debido a su resurrección y ascensión está con Dios en el cielo, pero ha prometido quedarse con nostros todos los días hasta el final de los tiempos. Si ponemos atención al los evangelios, este encuentro con Jesús no nos dejará iguales. El dijo: "El que me ama guardará mis palabras, y el Padre lo amará y haremos morada en él. 

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