lunes, 22 de junio de 2009

¿El embarazo es una enfermedad?

Hoy, lunes 22 de junio la Vicepresidente del Gobierno de España, mejor conocido por los aparentemente interminables fondos de armario que posee, salió en defensa del proyecto del gobierno ZP que intenta convertir el matar a un ser humano inocente en un derecho que exige una prestación sanitaria pagada por los contribuyentes. Obviamente, la ínclita Vice se estaba refiriendo sin mencionarla a la reciente Declaración de la Conferencia Episcopal que condena en términos muy duros y con argumentos contundentes. Otro punto del mismo documento episcopal provocó una reacción furibunda habitual en el gobierno que se llena la boca de diálogo, pero se muestra totalmente desprovisto de argumentos mínimamente racionales. Los obispos afirman que la Iglesia no intenta imponer ninguna moral a la sociedad y que en todo caso no es la Iglesia la que tiene el poder impositivo para imponer cualquier cosa a la sociedad, sino el Estado. La Vice se olvida voluntariamente del hecho de que el programa con el que el PSOE ganó las elecciones no llevaba el tema de la reforma de la ley del aborto. También se olvida las abundantes declaraciones vacías de contenido con las que su jefe de filas Rodríguez Zapatero llena la boca acerca del diálogo y el consenso. Descalifica de retrógradas radicales a los que no aceptan sus propias posiciones ciertamente radicales y antidemocráticas. ¿En qué consiste el tan llevado y traído diálogo y el consenso, si no que el adversario renuncie a sus convicciones y adopte la ideología progre que ellos proclaman, sin justificarlo racionalmente? El anteproyecto de ley sobre el aborto, o eufemísticamente denominado “salud reproductiva” no es más que el producto de los prejuicios ideológicos de la progresía y no tiene nada que ver con la salud. ¿Cómo puede matar a un ser humano en gestación ser una prestación sanitaria, o tener que ver con la salud?

Si el embarazo es una enfermedad, entonces el modo en el que el creador ha establecido que nazcan nuevos seres humanos es deficiente en sí mismo y necesita ser corregido por la intervención del hombre. Según el Diccionario de la Real Academia la enfermedad, refiriéndose a la salud física, no moral o espiritual es: “Alteración más o menos grave de la salud”, mientras la salud es: “Estado en que el ser orgánico ejerce normalmente todas sus funciones”. Los obispos reconocen que pueden surgir algunos ocasiones o peligros para la salud de la madre o del niño en gestación a lo largo de la gestación, pero rechazan la noción que afirma que el embarazo es una enfermedad, o que el aborto sea una prestación sanitaria. Obviamente se puede matar a una persona “sanitariamente”, es decir, acudiendo a médicos y con métodos sanitarios, pero matar jamás puede ser una prestación sanitaria. La Vice, o la “fashionaria”, como la ha llamado alguno, no es que tenga grandes deseos de presentar a la sociedad argumentos que avalen su deseo de mejorar la salud matando, sino más bien con mayor estridencia los lugares comunes o dogmas progre. El pésimo nivel de educación que existe en España gracias a la imposición de los dogmas progre debería de ayudarle a ella y a sus huestes progres no a convencer al ciudadano común de la verdad de sus proposiciones, sino más bien lograr que sea incapaz de pensar críticamente. Al contrario, lo que tiende a producir la LOGSE, la LOE y demás inventos progres es crear una plebe ignorante y desprovista de sentido común que los vote y trague acríticamente sus consignas.

viernes, 19 de junio de 2009

El Sagrado Corazón

DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN

Siendo irlandés y habiendo sido criado en el ambiente devocional que reinaba en Irlanda en los años 50 y 60 con gran énfasis en la Devoción al Sagrado Corazón, me ha extrañado un poco que aquí en el pueblo de la Sierra de Cádiz donde soy párroco importa poco esta devoción. Las pocas personas mayores, en su gran mayoría mujeres, al parecer conocen poco acerca de esta devoción. En general, puede que sean víctimas de la tendencia a eliminar las devociones populares que ha prosperado entre cierto clero a partir del Concilio Vaticano II. Desde hace tres años cuando llegué aquí intenté reavivar devociones como algunas novenas, Mes de María en mayo, el Via Crucis en tiempo de Cuaresma, pero con poco éxito. Algunos feligreses comentaban al inicio que “este cura quiere restaurar devociones que otros han eliminado”. No veo por qué la promoción de la vida litúrgica tiene que despreciar o eliminar devociones de una gran trayectoria en la Iglesia y que tantos frutos han dado. Sí hay una gran estatua del Sagrado Corazón en la Iglesia encima de sagrario en la capilla del Santísimo. También he sabido que antes existía un confesionario en el templo, pero algún predecesor iluminado lo eliminó, pues él u otros introdujeron la absolución general, contrario a todas las normas clarísimas expresadas en múltiples documentos, no el menor de ellos el Código del Derecho Canónico. En un pueblo vecino a uno de esa generación de curas iconoclastas se le ocurrió anunciar a los feligreses que iba a quemar las imágenes de los santos existentes en el templo. Afortunadamente prevaleció el buen sentido de los feligreses porque se llevaron las imágenes a sus casas para que el cura iluminado no pudiera llevar a cabo tal disparate. A Dios gracias que ya no se dan estos deslates, pero algunas de las consecuencias de ellos perduran. He ido decayendo la devoción y desapareciendo en las generaciones jóvenes y menos jóvenes, es decir de cincuenta años para abajo. Lo que ha quedado ha sido el foklore. Los mismos que no pisan el templo en todo el año, a no ser en la ocasión de alguna boda, funeral o primera comunión se quedan hasta muy entrada la noche decorando pasos en Semana Santa o en vísperas de la Fiesta de la Patrona. Es decir, les queda un ligamen muy ténue con la Iglesia que ha quedado principalmente en una tradición del pueblo, con un mínimo de verdadera devoción.

La Devoción al Sagrado Corazón es muy especial y muy característica de la Iglesia Católica y, como demuestra el Papa Pío XII, en su Carta Encíclica Haurietis Aquas 1956, tiene un sólido raigambre bíblico, patrístico y teológico. Jesús en el Evangelio invita a todos a “venir a Él que es manso y humilde de corazón”. En toda su vida, pero sobre todo en la Eucaristía y en la Cruz, manifiesta el inmenso amor de Dios a cada hombre, pues su costado fue penetrado con la lanza del soldado y salió sangre y agua, simbolizando los sacramentos del bautismo y de la Eucaristía, según la interpretación común de los Padres de la Iglesia. Entre todos los Padres, el más grande, San Agustín, es el que coloca el amor como el centro de toda su teología y su espiritualidad. En la Edad Media son muy numerosos los grandes místicos como San Bernardo, San Buenaventura en la tradición franciscana, y algunas de las más grandes santas y místicas como Santa Gertudris la Grande y Santa Catalina de Siena, por mencionar las más conocidas, profundizaron notoriamente en el misterio del amor de Dios manifestado en el Corazón de Jesús. El corazón, como es bien conocido, es el centro y lo más profundo del hombre en la mentalidad bíblica. Coinciden muchas culturas en señalar el corazón como símbolo del amor.

Fue a partir de la rotura de la unidad de la Iglesia en Occidente que tuvo como resultado su posterior fraccionamiento en unas 4000 denominaciones, que providencialmente surgió con nueva fuerza la Devoción al Sagrado Corazón. El P. John Hardon, jesuita muy conocido en Estados Unidos, ya fallecido, que escribió tres libros sobre el Protestantismo y que los mismos Protestantes han utilizado en sus seminarios, explica el desarrollo de esta devoción a partir de la así llamada Reforma Protestante y la introducción del Jansenismo en la Iglesia, particularmente en Francia (http://www.ewtn.com/library/CHRIST/FR90204.txt) Afirma que la Devoción al Sagrado Corazón distingue al Catolicismo de cualquier otra forma de Cristianismo. Afirma que los errores del Protestantismo tiene que ver con la naturaleza de Dios, del hombre, la moral y la espiritual, como del mismo destino del hombre. Lutero, debido a sus experiencias de tipo neurótico, como por ejemplo el terror que sentía hacia un Dios que le podían condenar ejemplificado en su reacción ante la tormenta, llegó a considerar que el hombre no puede dejar de pecar y que su situación es irremediable. Lo más que se puede esperar es que se le cubra con el manto de la justicia de Cristo, pero en realidad en su interior es una podredumbre. Desde el punto de vista de la antropología el error fundamental propulsado por los reformadores protestantes fue la negación del verdadero libre albedrío. El P. Hardon afirma (traduzco del inglés): “El error más fundamental que dividió la Iglesia Católica en el signo XVI, y desde entonces ha sido el elemento que más división ha provocado es la negación del hecho de que tenemos una verdadera libertad interior, en virtud de la cual podemos libremente servir a Dios o voluntariamente rehusar servirlo”.

Este error penetró en la Iglesia Católica de la mano en primer lugar del teólogo de Louvaina en el período posterior al Concilio de Trento, cuyo nombre latinizado es Bayo. Posteriormente los errores de Bayo fueron seguidos y desarrollados por el teólogo de origen holandés llamado Jansenio, que llegó a ser Obispo de Ypres, con el apoyo de su amigo francés que fue Abad del Monasterio de St-Cyran. Este doctrina repetidamente condenado por Roma, se denominó Jansenismo, aunque el famoso libro de Jansenio, Agustinus, fue una publicación póstuma. El mismo Jansenio se sometió ante mano y en el lecho de muerte al juicio de la Iglesia, pero se extendió a toda Francia y más allá su doctrina, hasta el punto que 50 obispos franceses adhirieron a tal doctrina.

Para Bayo, como para Jansenio, la visión de Dios es connatural al hombre, no un don sobrenatural. Por consiguiente, la gracia, incluso la visión de Dios son realidades debidas a la naturaleza humana, también la libertad de la concupiscencia de la que gozaba Adán. Además de los errores de Jansenio y sus seguidores se promovió un rigorismo que se oponía a la recepción frecuente de la Eucaristía. Como contrapartida de estos errores Dios en su Providencia hizo surgir la Devoción al Sagrado Corazón y gracias a la divulgación de las revelaciones hechas a Santa Margarita Mará de Alacoque se extendió rápidamente en toda la Iglesia. No se trata de ora devoción, sino que tiene su fundamento en los siete pilares o misterios cardinales de nuestra fe, como los denomina el P. Hardon:
-Dios creó al género humano libremente de su puro amor y lo invitó a entrar en comunión con la Santísima Trinidad a través de su incorporación en Jesucristo su Hijo, por la acción del Espíritu Santo.
-Dios envió a su Hijo al mundo para ofrecerse libremente en la cruz por amor a los hombres. La esencia del amor es la voluntad de sufrir libremente por el amado.
-Jesucristo, Hijo de Dios sufrió y murió no solamente por unos cuantos elegidos predestinados, sino por amor a todos los hombres.
-Dios ofrece a todos los hombres la gracia necesaria para salvarse, aunque no todos se salvan. Eso debido a su voluntad perversa que rechaza el amor y la gracia de Dios.
-Poseemos el don del libre albedrío. Amamos a Dios cumpliendo su voluntad, y uniendo así nuestra voluntad a su Voluntad Santísima.
-Nuestra libre voluntad puede llevarnos a amar a Dios más allá del mero deber. Podemos abrazar la cruz en comunión con el mismo Jesús.
-Jesucristo se da a sí mismo aquí y ahora en la Eucaristía. Permanece en medio de nosotros a través de la Eucaristía. Lo recibimos en nuestro corazón para fortalecer nuestra voluntad y unirnos a su amor.

La devoción al Sagrado Corazón se extendió en Francia, donde el Arzobispo de Marseilles realizó la primera consagración al Divino Corazón de Jesús en la ocasión de una peste. En el siglo XIX y principios del siglo XX, se extendieron las consagraciones de naciones y del mundo entero al Sagrado Corazón. Ésta a manos del Papa León XIII en el año 1899. En el caso de España, se hizo la consagración de la nación al Sagrado Corazón en el año 1919 con una oración proclamado por el Rey Alfonso XIII. Este domingo21 de junio se conmemora aquella consagración realizada en Cerro de los Ángeles, centro geográfico de la península, con una misa solemne presidida por el Cardenal Arzobispo de Madrid, Mons Antonio María Rouco. Además, en este día de la Solemnidad del Sagrado Corazón se da inicio al Año Sacerdotal en conmemoración del 150 aniversario de la muerte de San Juan María Vianney, el Cura de Ars. Así como en siglos pasados la Divina Providencia inspiró a una monja sencilla en un convento desconocido del sur Francia para que se propagara la Devoción al Sagrado Corazón, como antídoto de los errores de los reformadores y del jansenismo, ojalá que este año deje abundante fruto en la Iglesia y en el mundo, particularmente a través de una renovación de la vida y celo pastoral de los sacerdotes a ejemplo del Santo Cura de Ars, San Juan Vianney.

Para leer el texto de la Consagración de España al Sagrado Corazón en 1919, ver:
http://www.bernardo-francisco-de-hoyos.info/consagracion-sagrado-corazon-jesus/consagracion-scjesus.htm

martes, 16 de junio de 2009

LA CRISIS

Una de las palabras más usadas en los medios de comunicación en estos meses es “crisis”. Todo mundo sabe en qué consiste la crisis económica, la ralentización de la actividad económica juntamente con la quiebra de un número notable de entidades financiera debido a su imprudencia a la hora de conceder créditos. Esto a su vez se ha debido a la abundancia de dinero proporcionado por los bancos centrales a bajos tipos de interés. Ha habido un exceso de especulación, falta de controles de parte de las entidades públicas encargadas de controlar los bancos. Luego han venido los planes de rescate de parte de los gobiernos en los que han comprometido ingentes sumas de dinero público para salvar los bancos que han actuado con imprudencia. Parece que nada ha funcionado y la crisis sigue, pese a lo que algunos afirman respecto a supuestos “brotes verdes” que no acaban de aparecer. Se habla de deflación, o bajada de precios que se considera un fenómeno peligroso en cuanto provocaría un mayor espiral de desconfianza. La gente viendo que los precios bajan, dejaría de comprar porque esperarían nuevas bajadas. Mientras tanto más empresas irían a la quiebra por no poder vender sus productos. Otros no ven esto un peligro, pues indican que los precios de los ordenadores y otros objetos electrónicos constantemente bajar de precio, pero aumenta el mercado. Otros todavía temen la llegada de la hiperinflación debido a los abultados defécit que los planes de rescate y los planes de estímulo están provocando. Algunos bancos centrales deciden imprimir más dinero y comprar los bonos de tesoros que otros no quieren comprar. Es decir, un arma del estado, el Tesoro emite bonos, y otro el Banco Central los “compra”, lo que se denomina “método no convencional”, pero que tiene como resultado devaluar la moneda y posiblemente provocar la hiperinflación.

Todo esto puede parecer lejano del ciudadano de a pie, pero sí le toca muy de cerca. Aumenta el paro. Se crea un ambiente de gran desconfianza. Los ahorradores que tienen su dinero invertido en planes de pensiones por ejemplo, pierden un buen porcentaje de sus ahorros. Los que están endeudados debido a imprudencia en el momento de sacar créditos no productivos están con la soga al cuello. Aumenta la morosidad y los bancos se exponen a falta de liquidez o la insolvencia. Luego vienen más rescates y más dinero del contribuyente comprometido en ellos. Cuestiones de dinero y deudas también provocan no pocos conflictos en el seno de las familias y entre las parejas.

Recientemente vi un programa en la Televisión Católica Eternal Word (fundada por una monja de clausura en Irondale, Alabama en Estados Unidos). Se trataba de una entrevista con dos personas expertas en cuestiones de finanzas que daban consejos a las familias para poder abordar la crisis económica. Allí descubrí uno de los factores importantes que han provocado esta crisis económica y que no se menciona, y es el factor demográfico. Los que nacieron después de la Segunda Guerra Mundial (llamados en inglés “baby boomers”), ya están llegando a la edad de la jubilación. Son muchos y ellos no han tenido el mismo número de hijos. Sus nietos son menos todavía, de manera que se ha ido formando una pirámide al revés. Esta generación en Estados Unidos venden las casas grandes que ya no necesitan, pero no hay quien quiera comprar casas grandes porque la generación actual se casa más tarde y tiene menos hijos. Ya no están en la edad productiva y el sistema de la Seguridad Social, que es un esquema piramidal comienza a hacer aguas. Japón es el país con el mayor porcentaje de personas mayores de edad y ha llevado toda la década de los 90 en una crisis prolongada. La mayoría de los países europeos están involucrados en un suicidio demográfico, particularmente España e Italia. Está claro que si un país quiere tener una economía pujante, necesita abundancia de la mayor riqueza que es la persona, lo que llaman “capital humano”.

Otro factor es que en Estados Unidos muchos jóvenes se endeudan enormemente para estudiar en una universidad prestigiosa. Retrasan el matrimonio hasta que hayan logrado quitarse de encima esta deuda. Otros se endeudan con las tarjetas de crédito para concederse lujos que no pueden pagar. La crisis financiera con el consiguiente bajón de las bolsas de valores ha significado que muchos han perdido grandes cantidades en sus planes de pensión privados. Falla la Seguridad Social y fallan los planes privados de ahorro y de pensión de manera que no alcanzarán la seguridad esperada.

¿El ciudadano normal católico que cuenta con unos sólidos principios en la Biblia y en la Doctrina Social de la Iglesia puede hacer algo para evitar la angustia, las peleas y discusiones en el seno d e la familia para salir del agujero en el que se ha metido? Primero debe recordar que el dinero es un medio, no un fin en sí mismo, que debe de utilizarse con la debida prudencia. La prudencia, que debe guiar toda actividad del hombre, es una participación en la sabiduría divina con la que Dios gobierna el universo, que que se llama también la Providencia. La prudencia nos lleva a escoger los medios adecuados para alcanzar los fines que Dios nos propone en la vida, que en definitiva es la vida eterna o la salvación. Los fines intermedios deberían de llevarnos a alcanzar al final ese fin último. Jesús da unos ejemplo de este tipo de prudencia en el evangelio cuando habla del general de un ejército que sopesa sus fuerza para calcular si con 10,000 hombres puede hacer frente a otro que viene en su contra con 20,000. Si no, mandará emisarios al otro para pedir condiciones de paz. O igualmente el que desea construir una torre que se sienta y hace cálculos para ver si tiene con qué terminarla para no dejar la obra sin concluir y exponerse al ridículo de los vecinos. Se necesita un plan, en primer lugar para salir de la deuda si es que uno está endeudado debido a imprudencia pasada. Tal plan no excluye la generosidad con los más necesitados, no como algo que atendemos si nos sobra algún dinero, sino como una prioridad. San Pablo alaba a los corintios por haber contribuido a la colecta para los pobres de Jerusalén, pese a ser pobres ellos mismos. Le recuerda que “Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza”.

Estos expertos recomiendan que las parejas hablen claramente sobre las cuestiones de dinero porque un gran porcentaje de las peleas tienen su origen en el dinero. Se recomienda un gran esfuerzo por reducir y eventualmente eliminar las deudas no productivas. Éstas son las por ejemplo las de tarjetas de crédito, o créditos de consumo. El pago de la hipoteca sería una deuda productiva porque normalmente el bien raíz se revaloriza a lo largo de los años que uno la va pagando. Un examen de conciencia sobre lo que nos motivo al momento de gastar nos puede revelar que caemos con frecuencia en uno o varios de los pecados capitales como pueden ser la avaricia o la codicia, incluso la lujuria, no en lo referente a la sexualidad, sino el deseo desmedido de consumo. A muchos los mueven a gastar la impresión que quieren hacer en los vecinos o compañeros de trabajo, es decir, la vanidad. También recomiendan una actitud positiva, no hundirse ante las deudas. Poner la confianza en Dios pensando que la crisis, como toda crisis, puede ser una oportunidad para llevar una vida más humana. Al gastar menos podemos tener más tiempo para profundizar en las, relaciones familiares, ejercer la generosidad siendo voluntario, enriquecernos con la lectura, utilizando los fondos de las bibliotecas etc.

Hace uno meses el Papa Benedicto XVI, hablando de la crisis económica, decía que la economía mundial, o la macroeconomía como se le denomina tiene que regirse con las misma normas que debe aplicar una familia. Lamentablemente, los gobiernos en ninguna parte están operando con la debida prudencia, pues cuando una familia se encuentra en quiebra o con una reducción drástica de sus ingresos, inmediatamente recorta gastos. En España el gobierno está involucrado en una carrera de gastos que no deja de ser un despilfarro. Aumenta los sueldos de los funcionarios, que son más de tres veces el número que existía al final de la época franquista, mientras al aumento de población ha sido solamente un 16%, de manera que ya hay más funcionarios que empresarios. Además el nivel de absentismo de los funcionarios alcanza y supera el veinte por ciento. Aquí hay una falta de moral. Ellos cobran del erario público el dinero del contribuyente y se dan el lujo de ausentarse del trabajo un veinte por ciento es decir, un día la semana. Otra cosa es la falta de productividad entre ellos, de manera que el peso de la burocracia que cae sobre el ciudadano es increíble. También es inmoral que los gobiernos aumenten la deuda, provocando un aumento de los intereses que se tienen que pagar para financiar tal deuda y cargan eso a los hijos y nietos de la generación actual.

sábado, 13 de junio de 2009

El Curso Alpha

EL CURSO ALPHA
En septiembre del año pasado, estando buscando en Google con la intención de encontrar ideas que me pudieran ayudar en la tarea de la evangelización en una parroquia donde la práctica religiosa está cerca de mínimos, me topé con el sitio web de Alpha. Escribí un correo a una persona en Estados Unidos que amablemente me indicó la dirección de la persona que lo coordina aquí en España. Se trata de un curso orientado ante todo a personas alejadas de la fe y la práctica religiosa, o por ende ateos, o agnósticos. Se llama “alpha” porque esta es la primera letra de alfabeto griego. Es decir, es un curso que intenta ayudar a personas alejadas de la fe a encontrar en Jesucristo el sentido de su vida y a entregarse a él. Es resultado de una experiencia que ya lleva unos treinta años en la Iglesia Anglicana de La Santísima Trinidad en el barrio de Brompton en el centro de Londres. Ya se ha extendido a más de cien países y se utiliza en las más diversas denominaciones cristianas. Existe tambíén “Alpha en el contexto católico”.

El curso tiene como subtítulo “explora el sentido de la vida”. El sitio web oficial es http://uk.alpha.org/ Allí indica que dos millones de personas han completado el curso en el Reino Unido y trece millones en todo el mundo. Allí se encuentran citas de algunos de los medios de comunicación más prestigiosos del mundo como la revista Time que escribe: “Muchos afirman que Alpha ha cambiado su vida y aparecen ser genuinamente más felices después de haber hecho el curso” (traducción mía). El periódico británico The Guardian afirma: “Lo que Alpha ofrece y lo que está atrayendo a miles de personas es el permiso, raro en la cultura secularista, a discutir las grandes cuestiones, la vida y la muerte, y su sentido”.

El curso consiste en diez temas comenzando con “Quién es Jesús”. Trata de la Iglesia, la oración, la Biblia, el tema del mal, la Providencia o como Dios nos guía concretamente en la vida etc. El formato es que haya una cena, o en algunos casos un almuerzo y las personas que asisten son denominados “huéspedes”. El curso se puede llevar preferente en la casa de una persona, o también en una parroquia u otro local eclesial. Pueden participar hasta 70 o más personas. Los iniciadores de este curso, en primer lugar Nicky Gumbel, pastor de la Iglesia de la Santísima Trinidad mencionada arriba, han hecho una serie de videos que están a disposición de los que organizan los cursos para ayudarles a impartirlo. Los que imparten los cursos completan un entrenamiento que organiza el Centro Internacional de Alpha en Londres en diversos países. Utilizan con mucha facilidad los medios técnicos de comunicación modernos. Terminada la presentación del tema correspondiente el grupo se divide en pequeños grupos de discusión. Cada pequeño grupo cuenta con un líder y unos “ayudantes” y unos ocho o diez “huéspedes”. Esta parte del curso es muy importante porque se insiste en que se exprese lo que uno piensa y siente. Los líderes son entrenados en el arte de escuchar y facilitar la discusión. Se trata de que todos participen y puedan expresarse con libertad, aunque lo que tengan que decir no caiga dentro de la ortodoxia. Además, en los pequeños grupos se fomenta la amistad y la comunión entre los miembros de manera que muchas personas que viven en el anonimato de nuestra sociedad puedan encontrar amistad y apoyo, y un ambiente en el que se les estima, se les escucha, sino intentar “predicarles” ni corregir sus ideas. Se trata de un primer paso, un primer anuncio de la verdad sobre Jesucristo y una primera invitación a conocerlo y apreciar lo que ofrece como sentido de la vida.

Se organiza un fin de semana que es una convivencia y retiro que tiene como tema el Espíritu Santo. Los iniciadores del curso son moderadamente carismáticos. Creen decididamente en el poder de la oración y la acción transformadora del Espíritu Santo en la vida de las personas. Esta experiencia cuenta con toda una dinámica bien estudiada y suele dar muy buenos resultados. Los participantes en el curso, huéspedes poco a poco van entrando en la dinámica y dejando a un lado sus prejuicios contra la fe y la Iglesia. Se necesita mucha paciencia y evitar totalmente cualquier atisbo de presión, respetando siempre la libertad de las personas, y el ritmo de la acción del Espíritu Santo en cada uno. Se aconseja ofrecer tres cursos a lo largo del año. Con frecuencia los que terminan un curso desean participar en otro como ayudantes y eventualmente se entrenan para ser líderes de los pequeños grupos de discusión. Además, debido a que han tenido una experiencia muy positiva suelen invitar a sus familiares y amigos a participar en cursos posteriores. Además, se organizan actividades especiales, siempre compartiendo comida al final del año para celebrar lo que se ha logrado en la parroquia a lo largo del año con los cursos que se han hecho. También se lanza el nuevo año con una fiesta. Aunque la mejor manera de atraer a las personas a los cursos es la invitación personal de amigos, también se utiliza pegatinas y afiches.

El coordinador en España, José Alberto Barrera, me invitó a la Conferencia Internacional que se celebra cada año en el mes de junio en Londres. Este año se celebró del lunes 8 de junio hasta el 12. Participaron alrededor de 1000 delegados de unos 100 países. Uno de los grandes valores de Alpha es el contexto ecuménico. No es que normalmente los cursos se impartan a grupos mixtos de diversas denominaciones cristianas. En el contexto católico se suele hacer en la parroquia, o también se hace en cárceles, y otras instituciones. Obviamente, se necesita la aprobación y el apoyo de los obispos y de los párrocos. De hecho el grupo más numeroso de asistentes a la Conferencia Internacional fuimos los Católicos. Asistieron una ventana de obispos, especialmente de Hispanoamérica (de México, Colombia, Costa Rica, Argentina) El CELAM mandó una delegación especial con la intención de poder integrar Alpha en la Misión Continental que se está llevando a cabo a partir de Conferencia de La Aparecida en Brazil en 2007. El movimiento ecuménico tuvo su origen en el siglo XIX, precisamente como respuesta al desafío de la misión de los cristianos ad gentes. Se veía la dificultad de presentar un testimonio convincente a los no cristianos debido a la multitud de las iglesias y comunidades cristianas. En este sentido, ver a tantas personas reunidas de todos los continentes orar juntos, cantar juntos, reflexionar sobre la tarea urgente de la evangelización y el testimonio cristiano como se dio en la Conferencia Internacional de Alpha, es un signo muy positivo.

En cuanto a España, no había un gran número de participantes, ningún obispo, si varios sacerdotes, algunos de Cataluña, y personas provenientes de Madrid, Galicia y alguna otra región. Dada la situación pastoral que existe en España y el acoso de un gobierno respecto a la manifestación púbica de la fe cristiana, juntamente con ciertas debilidades internas de la Iglesia, parece que Alpha puede ser un instrumento útil y eficaz en la Nueva Evangelización promovida por el Papa Juan Pablo II. No es una panacea, pues echarlo a andar exige una buena dosis de trabajo duro, perseverancia, de paciencia y asumir un porcentaje de fracasos. Se trata de la propuesta de Dios y la respuesta de la libertad humana. Así como en la parábola de los trabajadores de la viña en el Evangelio, algunos llegaron a la primera hora, y otros a la última hora. El curso tiene una serie de ventajas importantes, pues no se trata de un movimiento, sino que se trata de que los que completan el curso pueden seguir su formación cristiana dentro de su propia parroquia. También es común que habiendo logrado crear lazos de amistad durante el curso y en actividades posteriores bastantes desean formar parte de una pequeña comunidad cristiana, o grupo celular como también se llaman. Concretamente, suele haber muchos que no son bautizados, o no han completado su proceso de iniciación cristiana. En tal caso, se puede proceder con el Rito de Iniciación Cristiano de los Adultos (RICA). De hecho en la Conferencia, un sacerdotes canadiense presentó un DVD que arranca desde donde deja el Curso Alpha con temas específicos correspondientes a la iniciación cristiana como los sacramentos, la devoción a la Sma. Virgen, la moral católica, pero siguiendo la misma metodología, con los encuentros fraternos alrededor de una mesa, los pequeños grupos. Él llama esto Alpha 202, pues en Estados Unidos y Canadá el nivel de los cursos universitarios se indica con tales números, 101 es nivel básico, 202 sería segundo nivel, etc. Existe Alpha para estudiantes, para los sin techo, para los presos y otros grupos. También han desarrollado un curso de renovación dela vida de los matrimonios, como de preparación matrimonial con la misma metodología. Además, de las presentaciones y pequeños grupos de discusión son muy importantes la iniciación en la oración y el canto.

Los iniciadores del curso se han propuesto la meta y el reto de alcanzar que hasta 100 millones de personas en todo el mundo completen el curso. Debido a que el mayor número de participantes en la Conferencia fueron Católicos, es de esperar que el mayor porcentaje seamos católicos. Parece probado que el Curso Alpha es un instrumento eficaz para dar el primer paso en la gran tarea de la Nueva Evangelización, es decir, el kerigma. También es posible aplicar la misma metodología a la etapa catequética, como también la formación permanente de los agentes de pastoral, por ejemplo formación en la Doctrina Social de la Iglesia. Hoy en día las personas no se quedan contentas con recibir un cuerpo de doctrina de un maestro, sino que también quieren que se escuche sus inquietudes y opiniones. El Curso Alpha propicia este nuevo estilo de aprendizaje y asimilación.

jueves, 4 de junio de 2009

Escándalos y celibato

En los últimos meses se han dado dos escándalos de parte de personas consagradas al ministerio sacerdotal, uno como obispo, ahora Presidente de Paraguay, Fernando Lugo, y otro un sacerdote joven muy conocido en el mundo hispano debido a sus programas de radio y televisión, Alberto Cutié. Este último nacido en Cuba y criado en Puerto Rico, y ejercía el ministerio en Miami. La crónica es bastante conocida. Pues al ex-obispo, ahora Presidente había tenido relaciones con varias mujeres, incluso una chica de 16 años, que le han demandado para hacer que asuma sus deberes paternas. Alberto Cutié fue pillado por paparazzi en compañía de una mujer entonces desconocida en una para muchos católicos. Tales casos, como los de los sacerdotes pederastas, son muy lamentable y hacen mucho daño a la Iglesia y a la conciencia de muchas personas.

La palabra "escándalo" significa literalmente (skandalon) en el griego original "una piedra de tropiezo", o un palo que que hace caer la trampa. Se trata de un palabra, acción o omisión, real o aparentemente mala que puede ser ocasión para que otro caiga en pecado. El que da escándalo no solamente incumple su deber, sino falta al amor al prójimo que debería de llevarlo a evitar el pecado. Las palabras de Jesús al respecto son de las más duras que se puede encontrar en los evangelios. No dejan lugar a duda acerca de la importancia que da a este asunto. "Mas quien escandalizare a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, conviene que le cuelguen al cuello un rueda de molino y lo sumerjan en el fondo del mar. ¡Ay de aquel por quien viene el escándalo" ( (Mt 18,16s). San Pablo trata del tema en su Primera Carta a los Corintios en el contexto de problema surgido sobre si se permitía a los cristianos comer la carne sacrificada a los ídolos. Él mismo dice que dado que los ídolos no son en realidad nada, que sí hay libertad para hacerlo (1Cor 8,7-10,13). Sin embargo, añade que si por comer carne daba escándalo a un hermano con una conciencia más débil o menos formada, entonces no comería jamás carne. "Mejor no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada en que tu hermano tropiece o se escandalice o se haga débil" (Rom 14,13,20s). Esta actitud cristiana corresponde al amor al prójimo, la ley suprema del cristianismo. Existe lo que se llama el escándalo farisaica o fingida. Jesús mismo se encontró con esta frecuentemente. Un ejemplo claro es el del discurso del Pan de Vida (Jn 6,60-67). Dado que él proclamaba la verdad, prefería dejar marchar a un buen número de sus seguidores. En el caso de los fariseos, se trataba de mal intencionados que debían de haber conocido la Escritura y estar abiertos al anuncio del evangelio de parte de Jesús. Es es escándalo falso. Además, por caridad cristiana, la persona que da escándalo está obligada dentro de lo posible, a reparar el daño causado a través de una acción equivalentemente buena.

En una época en la que la incoherencia o la hipocresía está tan mal vista por la grandísima mayoría de la gente, aunque por otra parte abundan los escándalos políticos, los escándalos del tipo mencionado en la Iglesia son más nefastos aún si cabe. Aquí no se trata de juzgar las intenciones de las personas sino las consecuencias de sus actos. A los que ya odian a la Iglesia estos escándalos los reafirman en sus prejuicios. A los que se han distanciado aunque pueden tener algunas dudas de conciencia sobre la rectitud de su comportamiento y sus opciones los confirman en en su conciencia errónea. A los católicos fervorosos les da mucha pena por estas personas llamadas a ejercer el liderazgo de Jesucristo Buen Pastor de su Iglesia. Lamentablemente algunos en vez de evangelizar y llamar a la conversión según la misión entregada por Jesucristo cuando se ordenaron sacerdotes, se dejan “evangelizar” por la cultura dominante y aceptan sus criterios contrarios al evangelio y a la buena conciencia cristiana.

Uno de los valores que manifiestan quien es una persona es la fidelidad a la palabra empeñada. La total coherencia de Jesús entre los que predicaba y lo que practicó y que lo llevó al sacrificio supremo de su vida en la cruz es muy atrayente para cualquier época, máxime la nuestra. Igualmente impresiona la coherencia de vida de tanto y tantos miles de mártires que dieron su vida a lo largo de los siglos por defender su fe y anteponerla a cualquier otro valor. Por el contrario personas que se han consagrado a Dios a vivir en celibato a ejemplo de Jesucristo y que gracias al ministerio que les encomendó la Iglesia lograron alcanzar una notable fama e influencia en la vida de otros, precisamente por haberse dedicado a predicar la doctrina de la Iglesia y luego abandonan este camino llegan a hacer gran daño a las personas. En nuestros días con la comunicación instantánea se aumento exponencialmente este daño. Difícilmente pueden ellos defenderse con el pretexto de la ignorancia, pues para llegar a ser ordenado sacerdote uno tiene que realizar un mínimo de seis años de estudios de filosofía y teología. En la filosofía se ha de estudiar la lógica que incluye las falacias. No se trata de ignorancia. Alberto Cutié, que llevaba una vida doble durante varios años, cometiendo fornicación con la mujer divorciada con la que se enamoró, se defiende en una entrevista televisivo para la que cobró $10,000 que “debajo de la sotana lleva pantalones”. Parece que lo que quería decir que se bajó los pantalones, que no es lo mismo en lenguaje popular que “llevar pantalones”. Ganó fama y prestigio como sacerdote católico joven y guapo en el mundo de la imagen. Dice que intentó por todos los medios ser fiel a sus compromisos, pero que no pudo. Asumió los compromisos libremente después de muchos años de estudio y discernimiento. En el evangelio Jesús habla de un demonio que se echó de una persona y como quedó la casa limpia y ordenada, pero vacía. Luego el demonio fue a buscar a siete demonios más para apoderarse de esa persona, de manera que el estado último de esa persona fue peor que la primera. Parece que Cutié le abrió la puerta de su alma al demonio y se apoderó de su mente y corazón, de forma que ahora se defiende como puede con criterios extrañas al evangelio. San Pablo nos asegura que nadie es tentado más allá de sus fuerzas. Jesús les advirtió a los apóstoles en el Jardín de Getsemaní: “Vigilad y orad para no caer en tentación”. Cutié no puede decir que Dios le falló o que no tuvo más remedio que pecar o fornicar, y causar un escándalo tan grave. Además, si no lo hubiera pillado el paparazzi con su amante en la playa, obviamente hubiera seguido en su doble vida, pese a haber negado que vivía una doble vida. Pidió disculpas a la gente, pero se olvidó de la ofensa grave a Dios y el abuso de la confianza que la Iglesia puso en el.

El caso de Lugo, ahora Presidente de Paraguay es de la máxima gravedad. He reconocido haber seducido como obispo a una muchacha de 16 años y mantenido una relación sexual con ella a lo largo de unos 9 años, de la que nació un niño. Mientras tanto, de lo que posteriormente trascendió, tenía relaciones con varias mujeres. Además, en la campaña electoral se empeñó en negar los rumores que se propagaban acerca de sus actividades amatorias. No hace falta ponderar mucho la gravedad de su comportamiento.

Estos dos acontecimientos han tenido mucho eco en los blogs y otros medios. Muchos han aprovechado para criticar a la Iglesia por mantener el celibato para los sacerdotes, o como se le suele llamar “celibato impuesto”. Primero, no se trata de ninguna imposición. Primero, el ministerio sacerdotal es una respuesta a una vocación. El mismo Jesús dijo a los apóstoles: “Vosotros no me habéis elegido a mí; yo os he elegido para vayáis y deis fruto y vuestro fruto dure”. Se trata de una vocación divina que necesita de un serio discernimiento para descubrir si de verdad Dios está llamando a una persona a servirlo en el sacerdocio. Para ellos, se precisan tres cosas: un deseo profundo o inclinación hacía ese estilo de vida, o a servir a Dios y a los hermanos en el sacerdocio siguiendo a Jesucristo como Buen Pastor; en segundo lugar, se necesita tener las necesarias cualidades para cumplir tal vocación, cualidades morales, intelectuales, psicológicas y espirituales; también se necesita una llamada de parte de la autoridad en la Iglesia. Esta autoridad es normalmente el obispo, o en el caso de los religiosos los superiores competentes. La vocación es como una semilla que el Señor planta en el alma de una persona y que a lo largo de su vida va creciendo y madurando. La Iglesia, movida por el Espíritu Santo, a lo largo de muchos siglos ha querido aunar a la vocación al ministerio sacerdotal el carisma del celibato. Existen estudios teológicos y históricos que demuestran una fuerte tendencia hacia el celibato para los ministros ordenados, es decir, obispos, presbíteros, comúnmente llamados sacerdotes, y diáconos desde los tiempos apostólicos. Esto se cumplía en parte en el caso de las personas casadas que se ordenaban para estos ministerios con la norma de la continencia. Es decir, que estos ministros casados, una vez ordenados a uno de estos tres ministerios por el sacramento del orden, seguían conviviendo con sus esposas y familias, pero sin unirse sexualmente. Este norma perduró en las Iglesias Ortodoxas hasta un concilio celebrado en Constantinopla en el año 692, llamado o bien “quinisexto” (no se llegó a formar parte de los primeros siete concilios universalmente reconocidos como ecuménicos, o “In Trullo”, refiriéndose al salón del palacio imperial donde se celebró). Allí se estableció la disciplina que rige hasta el presente el las Iglesias Ortodoxas. Permiten la ordenación de hombres casados, pero una vez ordenados sacerdotes no pueden casarse. Los que no se casan antes de la ordenación están obligados a quedarse célibes y de ese grupo se elige los obispos. Obviamente los monjes sacerdotes son célibes, de manera que con muchos de los obispos son elegidos de entre los monjes.
Por lo tanto no se trata de ninguna imposición. Este concepto no corresponde para nada a la vocación en sentido cristiano. Ésta es divina en su origen y no se puede sostener que Dios imponga algo malo o indeseable a nadie.

Aunque la tradición del celibato de los sacerdotes en la Iglesia Católica no es algo que entra dentro de los dogmas, esto no significa que sea una mera norma canónica disciplinar como por ejemplo la norma que obliga al párroco a residir en la casa parroquial o la que manda a los clérigos vestirse con un vestimenta clerical. Su intención es ayudar al sacerdote a identificarse más profundamente con Jesucristo que vivió célibe. En el contexto de una discusión con los fariseos sobre el divorcio, Jesús, a diferencia de Moisés, excluye totalmente cualquier posibilidad de divorcio. Luego los discípulos observan: “Si tal es la condición del hombre respecto de su mujer, no trae cuenta casarse.” (Mt 19, 10). Jesús prosigue: «No todos entienden este lenguaje, sino aquellos a quienes se les ha concedido. Porque hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda” (11-12). En el contexto al hablar de “eunucos que se hicieron tales” se refiere a los que escogen voluntariamente el celibato, y eso por el Reino. Es decir, que el celibato tiene una dimensión escatológica que es los que le da sentido. El gran tema de la predicación de Jesús es el Reino, que él mismo inaugura en el mundo con su predicación, con los milagros, o signos, la misma predicación de la buena noticia a los pobres, como señala en la sinagoga de Nazaret (Lc 4...) El Reino no tiene su plena realización en este mundo, de manera que los “eunucos por el Reino del los cielos”, son aquellos que se consagran a colaborar en hacer avanzar el Reino. Esto no minusvalora de ninguna manera el matrimonio, pues la discusión de Jesús sobre esto se encuentra en el contexto de su defensa del verdadero sentido de matrimonio como indisoluble según el proyecto original de Dios.

San Pablo recomienda a sus fieles de Corinto quedarse en el estado en que se encuentran, precisamente por razones escatológicas: “Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen; y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen; y los que compran, como si no poseyesen; y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa.” 1Cor 7,29-32)
La persona que viven en la virginidad o celibato tiene un valor de signo del Reino futuro que ya irrumpe en nuestro mundo desde que Jesús mismo inauguro su predicación del evangelio. Este tipo de signos o actos proféticos se dan también en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, Dios manda al profeta Oseas a casarse con una ramera, como signo de la infidelidad de su pueblo Israel a Él y a la Alianza. Manda a Jeremías a la tienda del alfarero y el profeta ve lo ve trabajar con el barro. Mientras intenta moldear la vasija con sus manos se echó a perder, y tuvo que hacer otra vasija que le pareció mejor (Jer 18). Esto simbolizaba el rechazo de Dios a su pueblo por su infidelidad y el nuevo pueblo que iba a convocar. De hecho, toda nuestra vida cristiana es lo que se llama prolepsis, o anticipación o realización anticipada pero incompleta del Reino en esto mundo, que se completará en el futuro. En este sentido el celibato es una anticipación o un irrumpirse de alguna forma de esa vida futura del Reino.

En otra ocasión Jesús tuvo una discusión con los Saduceos, que era un partido entre los judíos que negaban la resurrección, sobre el tema de la resurrección de los muertos. Ellos para ridiculizar la doctrina de la resurrección de los muertos propusieron un caso de una mujer que se hubiera casado sucesivamente con siete hermanos. Le preguntaban a Jesús de quién sería esposa en la resurrección. Jesús responde terminantemente que el Dios de Abrahán, de Isaac, de Jacob es un Dios de vivos y no de muertos, Pues, Entonces respondió Jesús y les dijo: erráis porque no conocéis las escrituras, ni tampoco el poder de Dios; porque en la Resurrección de los muertos no se casan ni se dan en casamiento, sino que son como los ángeles que están en el cielo” (Mateo 22: 29). Es decir, en el Reino futuro no habrá casamiento de manera que el celibato es una anticipación de esa vida futura en el cielo.

El sacerdocio célibe produce una fascinación no solamente entre los fieles católicos, sino entre los demás. Por esto casos como los que hemos comentado producen tanto escándalo, como los de los sacerdotes que han abusado a niños, más allá de lo absolutamente reprobable de tal comportamiento. El celibato tiende a decir que otro mundo es posible, que incluso existe y se adelanta de cierta manera en nuestro mundo. Muchos que consideran que la castidad, sea de jóvenes o de personas casadas no es posible. Se intenta negar que la Santísima Virgen fuera “siempre virgen” y que tuvo otros hijos con San José, que Jesús estuvo casado con María Magdalena y otras ideas peregrinas que no tienen fundamento en el Nuevo Testamento o en la tradición primitiva de la Iglesia. Dado que ellos se han rendido a la mentalidad y comportamiento predominante del mundo secularizado actual, consideran que estas cosas no son posibles. Atacan a la Iglesia por “imponer!” a los sacerdotes algo inhumano. Afirman que el “amor” es totalmente natural. Coloco entre paréntesis la palabra “amor”, porque lo entienden en un sentido restringido a meros sentimientos y emociones. Muchos de ellos, por no decir la casi totalidad, desconocer tanto la Sagrada Escritura como la Tradición de la Iglesia, las vidas de tantos santos, y la doctrina de la Iglesia. Sin embargo, se permite pontificar sobre lo que debería enseñar la Iglesia. Claro, todo mundo tiene una opinión y hoy día tiene más posibilidades de expresarla en Internet. Sin embargo, tales opiniones en la gran mayoría de los casos no tienen ningún valor, pues no pasan de ser meros sentimientos o impresiones sin conocimiento de causa. Eso sí, sería bueno que nosotros los sacerdotes diéramos a conocer mejor los motivos que la Iglesia tiene para mantener esta tradición del celibato. También podríamos preguntarnos si se está dando una suficiente formación en el celibato en los seminarios, considerando el mundo tan hostil en el que tendrán que desempeñar su ministerio los futuros sacerdotes que en ellos se forman.

martes, 2 de junio de 2009

¿Tenemos demasiada tecnología?

Después del episodio del diluvio del que se salvó Noé y sus sietes familiares, juntamente con los animales, la Biblia cuenta la historia de la Torre de Babel. Según relata el libro del Génesis , el mundo fue destruido precisamente como castigo de los pecados de los hombres. El hombre no hacía más que pecar en el mundo de la mañana hasta la noche. Los hombres se multiplicaron otra vez, pero todos hablaban la misma lengua, según nos cuenta el relato bíblico. Decidieron construir una torre que llegara hasta el cielo. Pusieron manos a la obra y la torre la estaban haciendo de ladrillos y alquitrán, es decir con la tecnología del mundo antiguo, no con elementos tomados directamente de la naturaleza, piedras y cemento Si la Biblia menciona este detalle, no le falta significado. La torre es símbolo de la arrogancia del hombre que deseaba ya en el caso de Adán y Eva, “ser como Dios, conociendo el bien y el mal”. Por lo tanto, el mal uso de la tecnología puede verse como otro modo de realizar el sueño del hombre malvado de tomar el lugar de Dios, pues en el fondo en eso consiste el pecado. Quería levantar un monumento a su egoísmo y demostrar que no necesitaba de Dios para realizar sus sueños de felicidad y de dominio sobre el mundo y sus semejantes. No es el uso de su ingenio para inventar objetos que no se encuentran en la naturaleza lo que condena al hombre, sino su mal uso de él.

Hay otros momentos en la Biblia cuando la prepotencia del hombre que pone su confianza en los medios como ejércitos poderosos es desbaratada. Por ejemplo, los carros del Faraón quedan destruidos ante las aguas del Mar Rojo al intentar perseguir a los israelitas bajo el mando de Moisés al escaparse de Egipto. Goliat, con toda su fuerza y armadura, no es nadie ante David que se defiende con unas cuantas piedras, pero cuenta con el apoyo del Señor. En el libro de los Jueces en varias ocasiones Dios libera a su pueblo de graves peligros a mano de sus enemigos por unos cuantos. Es el caso del Juez Gedeón a quien Dios le manda reducir su ejército hasta quedarse con trescientos hombres contra un gran ejército. Sansón es invencible mientras sigue fiel a su voto nazareno expresado en el hecho de lo haber cortado su pelo. Al final, ya ciego, el Espíritu le da fuerza para derrumbar el templo de los filisteos. En estas y otros episodios se pone de manifiesto el poder de Dios y la futilidad de los medios humanos producto del ingenio del hombre a través de la tecnología.

Con esto no se quiere condenar el progreso de la ciencia ni sus aplicaciones en las tecnologías cada vez más sofisticadas. Sin embargo, cabe preguntarnos si se puede tener demasiada tecnología, si la tecnología en vez de ser una gran ayuda al servicio del hombre, puede llegarlo a un nuevo tipo de esclavitud. En este mundo no existe ni el bien ni el mal absoluto. Debido a las consecuencias del pecado original que obnula la mente del hombre, debilita su voluntad y hace que sus pasiones lo lleven a hacer el mal con más facilidad que el bien, también se puede hacer un mal uso de la tecnología, como de hecho ha sido el caso en la historia. Muchos de los progresos tecnológícos de la humanidad han sido propulsado por las guerras. No el menor de ellos es la aplicación de los grandes avances en la física de la mano de Einstein y otros genios de la ciencia en el siglo XX llevaron a las armas nucleares. Es verdad también que muchos de los descubrimientos que en un primer momento encuentran su aplicación en el campo militar llegan luego a ser de gran utilidad en el campo civil, como fue el caso del descubrimiento del radar y otros a mediados del siglo pasado.

No me refiero a tales casos donde queda claro que el mal uso de la tecnologia ha tenido consecuencias tan nefastas como la de la bomba de Hiroshima, ni tampoco los daños ecológicos que la industrialización ha producido y sigue produciendo. Se trata de aplicaciones más comunes y diarias de la tecnología, como es el caso del coche o el Internet. El coche ha llegado a ser algo tan común para el transporte que no pensamos en los aspectos negativos que tiene, más allá de la contaminación atmosférica. Se nota una gran falta de cortesía entre los conductores en la carretera. Puede que se dé más entre los que cuentan con coches más potentes, lujosos o los así llamados todo terreno. Sus choferes tienden a circular con mucha prepotencia. Si uno deja pasar a otro coche por cortesía, no es raro que piten los demás. Tampoco es común dejar pasar a otro cuando indica que desea alcanzar una salida de una autopista. Muchos, que tal vez si se topan con otro en la calle, piden disculpas, cuando entran en un coche y se ponen al volante se convierten en unos energúmenos mal educados. Luego, si acaso otro provoca un pequeño accidente pierden la calma y gritan al culpable. El que ha provocado el accidente debido a algún despiste, cosa completamente humana, pues es humano errar, ya lo está pasando mal aunque tenga el seguro para pagar los daños. Diversos tipos de vehículos tienden a hacer mucho ruido, pero los que los llevan, con frecuencia jóvenes no se dan cuenta de la molestia que le causan a los vecinos.

Hace unos días ví en la Televisión una entrevista a un señor en Estados Unidos que acaba de publicar un libro sobre el tema del exceso de tecnología. Cuenta que su padre es médico y se dedicaba a escribir muchos artículos. Cuando salieron los primeros procesadores de palabras y él era un chico de catorce años, se dio cuenta de que debido a ese cambio veía muy poco a su padre y se redujo mucho el tiempo que pasaban juntos. Era un chico normal al que le fascinaba la tecnología. Este hecho lo provocó a reflexionar sobre la utilidad de tanta tecnología. Fue a estudiar en MIT, una universidad tecnológíca en Boston, la Mecca de los centros de la tecnología en Estados Unidos. Se propuso escribir una tesis sobre estos aspectos oscuros y cuestionables del progreso tecnólogico. Obviamente no encontró mucho apoyo entre los profesores de tal universidad. Prosiguíó en su intento. Después de graduarse se casó con su novia que trabajaba en un ente financiero en Boston. Se le ocurrió que enseguida después de la luna de miel ir a vivir en una comunidad de protestantes que hay en Estados Unidos que llegaron allí de Europa en el siglo XVII y han rehusado aceptar la tecnología moderna. Algunos se llaman Mennonitas, otros Amish. Son descendientes de los anabaptistas que se remontan al tiempo de Lutero. Algunos son más estrictos que otros. Unos utilizar coches y máquinas, pero otros no utilizan máquinas ni fontanería en las casas. Viven en lugares rurales en Pennsilvania y algunos otros estados. Convenció a su novia que lo acompañara y que arrendaran una granja en una comunidad de este tipo durante un año y medio.

También cuenta que antes se había convertido al catolicismo. Un amigo suyo católico lo introdujo a la Iglesia. Le llamó la atención la doctrina de la Iglesia que rechaza el uso de los anticonceptivos, mientras sí permite el uso de los medios naturales de planificación familiar. Leyó la encíclíca Humanae Vitae Papa Pablo VI y convencieron los argumentos propuestos por el Papa a favor de la vida y la naturaleza y en contra de las píldoras y otros dispositivos. También le conocieron lo que el Papa afirma acerca de los peligros que se darían,, y hoy día constatamos que se han dado debido a la separación del sentido unitivo y el procreativo de la sexualidad humana: “Los hombres rectos podrán convencerse todavía de la consistencia de la doctrina de la Iglesia en este campo si reflexionan sobre las consecuencias de los métodos de la regulación artificial de la natalidad. Consideren, antes que nada, el camino fácil y amplio que se abriría a la infidelidad conyugal y a la degradación general de la moralidad. No se necesita mucha experiencia para conocer la debilidad humana y para comprender que los hombres, especialmente los jóvenes, tan vulnerables en este punto tienen necesidad de aliento para ser fieles a la ley moral y no se les debe ofrecer cualquier medio fácil para burlar su observancia”.

Podría también temerse que el hombre, habituándose al uso de las prácticas anticonceptivas, acabase por perder el respeto a la mujer y, sin preocuparse más de su equilibrio físico y psicológico, llegase a considerarla como simple instrumento de goce egoístico y no como a compañera, respetada y amada. 

Reflexiónese también sobre el arma peligrosa que de este modo se llegaría a poner en las manos de autoridades públicas despreocupadas de las exigencias morales. ¿Quién podría reprochar a un gobierno el aplicar a la solución de los problemas de la colectividad lo que hubiera sido reconocido lícito a los cónyuges para la solución de un problema familiar? ¿Quién impediría a los gobernantes favorecer y hasta imponer a sus pueblos, si lo consideraran necesario, el método anticonceptivo que ellos juzgaren más eficaz? En tal modo los hombres, queriendo evitar las
dificultades individuales, familiares o sociales que se encuentran en el cumplimiento de la ley divina, llegarían a dejar a merced de la intervención de las autoridades públicas el sector más personal y más reservado de la intimidad conyugal.” (HV 17). Le parecía que el respeto por la naturaleza y sus ritmos era una posición católica.

En el último momento cuando se disponía a hacer el viaje al lugar donde vivía esa comunidad, -su esposa ya estaba de acuerdo con el experimento y dispuesta a hacerlo- le entró mucho miedo al considerar que iba a renunciar a tantas comodidades como la luz eléctrica etc. Cuenta que aprendió muchas lecciones. Por ejemplo, tenía que cortar el pasto de su jardín con una máquina segadora mecánica, lo cual le exigía esfuerzo física. No se utiliza la motosierra para cortar la madera. Con éstas y otras labores necesariamente tenía que hacer mucho ejercicio. No tenía que ir a ningún gimnasio porque se ejercitaba cada día en los trabajos. No tenía que preocuparse por la comida sana sin conservantes, la tenía totalmente natural producida en la propia granja. Se liberó de la televisión y del océano de noticias y frivolidades que proporciona cada día a los que dedican varias horas a verla. Curiosamente descubrió que tenía mucho tiempo libre y podía relacionarse con los vecinos. Ellos se ayudan mutuamente, se prestan herramientas, viven comunitariamente. Concluyó que ellos habían mantenido muchos aspectos de vida comunitaria característicamente católicas que nosotros los católicos hemos perdido, debido al individualismo y el consumismo. Al final del período del año y medio pactado con su esposa volvieron a la ciudad porque ella es alérgica a los caballos. Sin embargo, decidieron vivir de forma nueva y sencilla, con el mínimo de tecnología en la ciudad. Compraron una casa grande y ellos mismos la restauraron. Lograron hacer buenas relaciones con los vecinos. Educan a sus hijos en casa. No tienen coche, pues viviendo cerca del centro de la ciudad, tampoco lo necesitan. Caminan y utilizan la bicicleta. Él trabaja como taxista, pero con un carrito de ruedas que él mismo lleva. Ofrece ese servicio en un estadio cerca de su casa.

No gasta en gasolina, ni en arreglo de coche, ni pasa horas en retenciones para llegar a su casa como hacen una mayoría de los norteamericanos. No gasta en gimnasios ni mucho en luz, pues tiene un mínimo de aparatos. Ya en la granja utilizaban una lavadora mecánica. Pensábamos que los electrodomésticos iban a liberar a las mujeres del trabajo en las casa, facilitar la cocina. Las comidas preparadas facilitarían el trabajo de cocinar. Así también los hornos microondas. Sin embargo, lo que constatamos que hoy en día todo mundo se queja del estrés y que no tiene tiempo para nada. El pretexto de no tener tiempo es el más común de todos. ¿Cómo es que con tanto aparato que supuestamente iba a aligerar las tareas diarias, cada vez más personas se encuentran más ocupadas, no tienen tiempo para nada? ¿Será verdad que la tecnología no nos ayuda tanto como pensábamos?

Uno de los factores que mueven a las personas a endeudarse para comprar lo último en inventos es la publicidad. Aunque la mayoría de las personas nos aseguran que ellos no se dejan convencer por la publicidad, pero no es cierto. Mucha de la publicidad está dirigida a los níños y a través de la manipulación de ellos, llegan a los padres. En buena medida la publicidad mueve la economía del consumo y ya desde el principio del siglo XX, cuando empezó su auge, ha echado mano de los principios psicológicos más refinados para lograr vender sus productos. ^Promueve las marcas, gana la confianza de la gente, utiliza descaradamente el sexo o lo que se denomina en inglés “sex appeal”, a los famosos como futbolistas, tenistas, cantantes para aprovecharse de la su fama y vender productos. Juntamente con la potencia de la publicidad, que financia los medios de comunicación, está la vanidad de las personas que frecuentemente se sienten obligados a comprar lo que está de moda, o que lo tienen los vecinos. Pocas personas se dan cuenta de las sofisticadas estrategias que utiliza la publicidad para atraer al posible comprador. Juntamente con eso está la facilidad del crédito que hasta la reciente crisis económica y financiera. El resultado ha sido que muchos se han ahogado con los pagos aplazados por productos, incluso por vacaciones, viajes de fin de semana, o cirugía estética y otros lujos.

Otro problema con el exceso de tecnología es que nos aleja de la naturaleza, y con frecuencia muchos niños, adolescentes y jóvenes, por no decir también adultos, viven principalmente en un mundo virtual. El Papa Benedicto XVI, en su reciente mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, titulado Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de diálogo y amistad, auguraba una nueva era de respeto, diálogo y amistad. También advierte del peligro de que el deseo de lograr nuevas amistades en línea sea en detrimento de la disponibilidad para la familia, los vecinos y aquellos que forman parte de nuestra realidad cotidiana. Pone en guardia contra un uso obsesivo de este tipo de comunicación y relaciones virtuales. No se trata de asumir la actitud idólatra de la naturaleza que algunos ambientistas manifiestan, sino una actitud católica de respeto por los ritmos de la creación y el orden establecido por Dios en ella.

La tecnología está aquí para quedarse y nadie duda de que ha aportado múltiples beneficios a la humanidad desde los tiempos de la permanencia de la humanidad en las cuevas. Parece que es o era esencial para la supervivencia de la especie humana, tan pobre en dotes naturales y fortaleza física. El problema no es la tecnología en sí sino la falta de sabiduría, prudencia o discernimiento en su utilización. La Biblia repite con frecuencia que “el principio de la sabiduría es el temor de Dios”. El temor de Dios no es un miedo angustioso o atroz de un dios caprichoso, inpredecible y castigador. Se trata de un Dios providente, amoroso que siempre busca el bien del hombre. Temerlo en el sentido bíblico significa reverenciarlo, practicar la humildad dándose cuenta de la pequeñez del hombre y su fragilidad. St. Tomás de Aquino repite en diversos lugares que “sapientis est ordinare” (es propio del sabio poner orden). Dios es el supremo ordenador que ha creado el universo con sabiduría y amor. El orden significa ante todo reconocerlo, alabarlo, servirle a Él como fin último y ordenar todo lo demás con el debido discernimiento y según su proyecto que nuestra razón es capaz de descubrir. Este orden de denomina la ley natural. Para este discernimiento el hombre cuenta con la conciencia. El pecado es el principio del desorden que apareció en el mundo desde el principio con el pecado original. La sabiduría lleva a distinguir en entre fines y medios. No es infrecuente hoy en día rendir culto a la democracia, que no pasa de ser un medio o modo de organizar la vida social y política de forma que se pueda salvaguardar los derechos y la dignidad del ser humano. Esta lucha entre el bien y el mal, entre el orden y racionalidad proveniente de un Dios creador providente, y el desorden que tiene su origen en el demonio, mentiroso desde el principio, se tiene que llevar a cabo en cada uno y en toda la sociedad. La educación no consiste en una mera instrucción, en proporcionar información, que hoy día abunda. Tiene que educar en la sabiduría que escasea tanto en nuestros días. “ El temor del Señor es el comienzo de la sabiduría, los necios desprecian la sabiduría y la instrucción”. (Proverbios 1,7).
La Sabiduría no entra en un alma que hace el mal, ni habita en un cuerpo sometido al pecado.
1:5 Porque el santo espíritu, el educador, huye de la falsedad, se aparta de los razonamientos insensatos, y se siente rechazado cuando sobreviene la injusticia”. ( Sabiduría 1,4)