sábado, 16 de abril de 2022

CRISTO HA MUERTO, CRISTO HA RESUCITADO, CRISTO VOLVERÁ A VENIR EN SU GLORIA

HOMILÍA DE DOMINGO DE LA RESURRECCIÓN 17 DE ABRIL DE 2022.


“Cristo ha muerto. Cristo ha resucitado. Cristo volverá”. Sabemos que todo lo que existe en nuestro mundo termina, llega a su fin. Las plantas, incluso los árboles majestuosos al final terminan mueren. Es verdad que no nos gusta pensar en la muerte. Hoy en día es un tema que no se debe mencionar. La muerte de un niño nos impresiona y pensamos que algo ha fallado, el niño no ha podido completar el tiempo que según la Biblia es el normal para el hombre “setenta años y ochenta para los que son fuertes”. No obstante el horror que nos provoca la muerte, el Papa San Juan Pablo II declaró que vivimos en “la cultura de la muerte”. Se refería en primer lugar al hecho de que millones de niños no nacidos son masacrados cada año sin siquiera tener la posibilidad de nacer. “Cristo ha muerto”. Sí murió de la manera más horrorosa a apenas 33 años. Todos los discípulos que estuvieron presentes cerca de la cruz, en su sepultura como María de Magdalena, José de Arimatea y Nicodemo y constataron el hecho de su muerta en la cruz y su sepultura obviamente pensaban que todo lo maravilloso que Jesús había logrado con su Palabra, con sus milagros extraordinarios había acamado. Como todo lo demás que existe en este mundo, había muerto y por eso sufrieron tanto. Como dijeron los dos discípulos de Emaús “nosotros pensábamos que él fuera a liberar a Israel”, pero pese a la gran esperanza que tenían, se acabó. Murió y fue sepultado. Hay biblistas y teólogos que han propuesto la teoría según la cual, los discípulos mantuvieron el gran recuerdo de Jesús y todo lo que hizo y de esa manera “resucitó”,pero esto es una falsedad que no tiene fundamento en el Nuevo Testamento.


“Cristo ha resucitado”. Ni María Magdalena, ni las otras mujeres, ni San Pedro, ni San Juan ni nadie esperaba que al llegar al sepulcro el domingo en la mañana el tercer día desde la muerte de Jesús que Jesus “ha resucitado”. Llegaron al sepulcro y descubrieron que su cuerpo no se encontraba en el sepulcro. Lo primero que se le ocurrió a María Magdalena era que habían robado el cuerpo, y cuando vio un hombre en el huerto, suponiendo que se trataba del hortelano, y quería saber donde lo habían llevado para que ella fuera a recuperarlo. Ciertamente, el hecho de haber descubierto que la tumba estaba vacía de parte de María Magdalena no es un prueba de la resurrección pero sin este hecho los apóstoles no hubieran proclamado que Jesús había resucitado. Es cierto que algunos judíos, particularmente los fariseos, esperaban una resurrección de los justos al final de los tiempos, pero nadie esperaba que tal hecho pudiera adelantarse y darse en el caso de Jesús.


La importancia de la resurrección de Jesús de entre los muertos no se puede exagerar, San Pablo dice claramente a los Corintios, que si Cristo no ha resucitado nuestra predicación es vana, no tiene ningún sentido. El misterio de la resurrección es el centro de toda la fe cristiana. Si no resucitó San Pablo afirma que somos las personas más miserables. San Pedro afirma en su discurso en le Día de Pentecostés: Israelitas, escuchad estas palabras: A Jesús, el Nazoreno, hombre acreditado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales que Dios hizo por su medio entre vosotros, como vosotros mismos sabéis, a éste, que fue entregado según el determinado designio y previo conocimiento de Dios, vosotros le matasteis clavándole en la cruz por mano de los impíos; 24 a éste, pues, Dios le resucitó librándole de los dolores del Hades, pues no era posible que quedase bajo su dominio”. SE trata del primer discurso público en el mismo día de Pentecostés.


San Pablo afirma que él recibió el mensaje de la resurrección de Jesús “os transmití ,en primer lugara mi vez recibí, que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras, que fue sepultado y que resucitó al tercer dia...Y se no resucitó Cristo, vacía es nuestra fe, vacía es también vuestra fe”. Más clara el agua, es decir, la fe en la resurrección es la piedra angular de nuestra fe cristiana. A lo largo de lo siglos, los cristianos se saludaban con gran alegría en este día “Cristo ha resucitado. Verdaderamente ha resucitado”.


Este hecho es la prueba definitiva de que lo que hay en nuestro mundo, todo lo que experimentamos en este mundo pasajero no es todo lo que existe. Con la resurrección de Jesucristo, afirma el Papa Benedicto XVI, se ha descubierto una nueva dimensión de la realidad. Nuestra existencia no termina en este mundo. Por eso, al descubrir el hecho de que Jesús había resucitado de entre los muertos, los apóstoles y discípulos que tuvieron la gracia de experimentar sus apariciones se llenaban de alegría. También nosotros podemos experimentar esta misma alegría y tener una gran esperanza de encontrarnos con el Señor Resucitado, como escribe San Pedro en su primera carta: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien por su gran misericordia, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible , reservada en los cielos para vosotros”


 

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