sábado, 5 de junio de 2021

LA SANGRE DE LA NUEVA ALIANZA.

 HOMILÍA PARA LA SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DEL SEÑOR, 6 DE JUNIO DE 2021. 

Nuestra primera lectura de hoy está tomada del c. 24 del LIbro del Éxodo. Moisés ha recibido las tablas de la Ley de Yahvé en el Monte Sinaí. Se trata de un pacto sagrada entre Dios y su puebloy tal pacto implica unas exigencias o estipulaciones que el pueblo ha de asumir. Luego la alianza se sella con un sacrificio, Dice nuestro  texto que "Moisé puso por escrito todas las palabras del Señor 

Nuestra primera lectura de hoy está tomada del c. 24 del Libro del Éxodo. Moisés ha recibido las tablas de la Ley de Yahvé en el Monte Sinaí. Se trata de un pacto sagrada entre Dios y su pueblo y tal pacto implica unas exigencias o estipulaciones que el pueblo ha de asumir. Luego la alianza se sella con un sacrificio, Dice nuestro  texto que "Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Puso la mitad de la sangre en vasijas y la otra mitad la derramó sobre el altar, Luego tomó el documento de la Alianza y la leyó en voz alta ante el pueblo, y éste se comprometió a cumplir todo lo mandado por el Señor. Roció la sangre de la alianza sobre el pueblo diciendo”, Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos mandatos.

Conviene que nos demos cuenta de la importancia de los sacrificios y el derramamiento de la sangre tanto sobre el altar como sobre el pueblo. En nuestro mundo actual, no estamos acostumbrado de ver animales matados y su sangre derramada. De hecho, suele haber mucha preocupación sobre el modo en el que se matan los animales. Curiosamente, un gran porcentaje de la gente, mientras se preocupa por el modo de matar los animales para luego comer su carne, no les preocupa la masacre de millones de niños no nacidos con unos métodos horrorosos. En la Biblia, la sangre simboliza la vida y la ofrenda del animal simboliza la entrega del pueblo a Dios. En el sacrificio de comunión, la parte con más grasa se quema y así se ofrece a Dios, mientras el resto es comido por los que ofrecen el sacrificio expresando su comunión con Dios.

Se sacrificaba una gran cantidad de animales en el templo y se decía que antes de llegar a ver el templo se podía oler los sacrificios. También, al parecer, el templo tenía tierras donde se criaban los animales y se piensa que existía un terreno de este tipo en Belén donde los pastores cuidaban sus ovejas y cabras cuando les apareció el ángel y el coro angélico. Esas ovejas llegaría a ser posteriormente sacrificadas en el templo.

Nuestra segunda lectura está tomada de la Carta a los Hebreos. Antes se pensaba que esta carta provenía de la mano de San Pablo, pero hoy los estudiosos consideran que es de otro que ciertamente tenía un notable conocimiento de cómo se realizaban los sacrificios en el templo, aunque cuando se escribió la carta es probable que ya no existía el templo, pues en el año 70 d C fue destruido por los romanos.

El autor presenta a Jesucristo sumo sacerdote de los bienes definitivos. Los sacrificios de la antigua alianza quedan superadas y en su lugar existe el sacrificio definitivo que se ofreció una vez para siempre en la cruz. No usa sangre de machos cabríos ni de becerros, sino la suya propia y así ha entrado en le santuario una vez para siempre consiguiendo la liberación eterna. Es que la sangre de animales, de machos cabríos y becerros no vale para alcanzar la reconciliación del pecador con Dios sino la sangre de Cristo que en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas, llevándonos al culto del Dios vivo,

Sin duda, estas palabras traerían a la memoria de un judío del primer siglo la Fiesta de la Expiación o Yom Kipur que se celebra en el mes de octubre de nuestro calendario. El sumo sacerdote entraba en la parte más santa del templo, para incensarla solo aquella vez. Era la sala interior del templo llamada el Santo de los Santos y estaba separada de la otras sala por una cortina pesada. Recordemos como en el momento de la muerte de Jesús en la cruz, esta cortina se quebró significando una nueva era en el que todos nosotros entramos en la presencia Dios la sangre derramada de Jesucristo en la cruz y anticipada en la Última Cena, la compartimos. Ya en el Antiguo Testamento se habla de un nuevo tipo de culto razonable. Jesús le decía a la samaritana: “Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adrarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que lo adoren. (Jn 4, 23). Ya Dios a través del Profeta Jeremías (31,34) promete una nueva alianza escrita en el corazón del pueblo. Jesucristo es el mediador de esta nueva alianza, pues ha habido una una muerte que ha redimido de los pecados cometidos durante la primera alianza, y así los llamados pueden recibir la promesa de la herencia eterna.

Esta nueva y eterna alianza se estableció con la sangre de Jesucristo, Hijo de Dios en la cruz y se perpetúa en el sacrificio de la Eucaristía que es una actualización de la entrega de Jesucristo en la cruz, y se realiza no ya de forma cruenta, sino lo renueva el sacerdote que actúa in persona Christi y nomine Ecclesiae. En la persona de Cristo y en nombre de la Iglesia. Por el sacramento del orden el sacerdote y el obispo (éste siendo sumo sacerdote) actúan en el lugar de Cristo. No se trata de un mero ministerio, una memoria de lo que hizo Jesús, sino por el sacerdote representa a Jesucristo Cabeza de la Iglesia. La doctrina de la Eucaristía como sacramento y sacrificio se remonta a los primerísimos tiempos de la Iglesia como podemos constatar en la Primera Carta de San Pablo a los Corintios y el c. 6 del Evangelio de San. Todos los Padres de la Iglesia mantienen esta doctrina fundamental sin fisura. En la Edad Media, se dieron las primeras dudas acerca del cambio o transformación del pan y del vino en el cuerpo y la sangre de Cristo, pero fueron rechazadas. Los Protestantes introdujeron la idea de la Eucaristía como símbolo de la presencia de Jesucristo y rechazaron la doctrina del Sacrificio de la Misa. El Concilio de Trento en el siglo XVI reiteró esta doctrina que era lo que la Iglesia había creído siempre. Se introdujo el concepto de transubstanciación , mientras los Padres utilizaba la palabra transformación o metamorfosis, significando lo mismo.

En el siglo XIII, se introdujo la Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo gracias a una revelación. Abrir este enlace para más detalles sobre el origen de esta fiesta. En la Iglesia Antigua, no existía la costumbre de la adoración del Smo. Sacramento ni las procesiones que conocemos ahora, pues éstas se tratan de unos felices desarrollos de la piedad eucarística en la Edad Media. El Concilio de Trento se alegró de estas costumbres.

Hemos visto cómo hay antecedentes en el Antiguo Testamento expresados en nuestra primera lectura del Libro del Éxodo y cómo Jesucristo como sumo sacerdote de la nueva alianza inaugura la nueva alianza anunciada por el Profeta Jeremías, y también cómo la adoración en espíritu y en verdad se menciona en el Evangelio de San Juan. También hemos visto como el sacerdote representa a Jesucristo sumo sacerdote de la nueva alianza y la misa es la actualización del sacrificio de Jesucristo en la cruz anticipada por él mismo en la Última Cena. Que esta solemnidad este año sea una ocasión para renovar nuestro amor a Jesús presente en la Eucaristía. Oremos en este día por los católicos que se declaran no practicantes y no participan en el don más grande y extraordinario que Jesús no ha legado para que se despierten de su sueño espiritual y no desprecien un don tan maravilloso, pues si Jesús antes de subir al cielo dijo yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo, no podemos gozar de su presencia si no confesamos nuestros pecados y si no participamos en la Santa Misa como dijo Jesús en misma última cena Haced esto en memoria mía.




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