HOMILÍA CUARTO DOMINGO DE CUARESMA, 22 DE MARZO DE 2020.
Los domingos anteriores hemos estado siguiendo la historia de la salvación tal y como se nos presenta en las primeras lecturas de estos domingos de Cuaresma. Hemos empezado con la gran bendición de Dios en la creación, luego la caída de nuestros primeros padres en el pecado por la soberbia no queriendo someterse a lo que Dios les había mandado y dejándose engañar por el demonio. Luego nos tocó la vocación de Abraham, nuestro padre en la fe, que trata del gran plan de rescate del hombre a través en primer lugar de la vocación del pueblo de Israel siendo Abraham el primero llamado por Dios. El domingo pasado hemos visto en el Libro del Éxodo otro paso en el camino establecido por Dios para su pueblo, después de la salida del pueblo de Egipto la estadía difícil en Egipto estando todavía lejana la tierra prometida. Hoy pasamos a otra época de esta historia de la salvación y otro protagonista que es el Rey David en el Primer Libro de Samuel.
El profeta Samuel es enviado por Dios a la casa de Jesé y su familia en Belén para ungir a uno de sus hijos como futuro Rey de Israel en lugar de Saúl que había caído en desgracia. Era una época de gran peligro para el pueblo debido a los ataques del pueblo guerrero, los Filisteos. Samuel piensa que el hijo mayor de Jesé, Aliab pudiera ser el elegido por Dios, pero es rechazado. Dios le dice a Samuel: "No te fijes en las apariencias, ni su buena estatura, Lo rechazo. Porque Dios no ve como los hombres que ven la apariencia; el Señor ve el corazón". Dios no ha escogido a ninguno de los siete hijos de Jesé presentes y Samuel le pregunta si no tiene otros hijos. Él contesta que queda el más pequeño que anda cuidando las ovejas en el campo. Samuel responde: "Manda por él, que no sentaremos a la mesa mientras no llega". Samuel lo ungió con el aceite que llevaba y "invadió el espíritu del Señor a David y estuvo con él en adelante".
David, juntamente con Abraham y Moisés es una de las más grandes figuras del Antiguo Testamento. ¿Qué cualidades tenía David para poder cumplir su misión de Rey de Israel? En primer lugar la humildad. Él era el más pequeño de la familia y ni estaba presente con el resto cuando llegó Samuel, Esa humildad la manifestó en la ocasión del combate con Goliat. Este se presentó lleno de soberbia y bien armado, pero David no tenía ni espada sino unos guijarros del riachuelo. Aunque Saúl en su locura y envidia quería matarlo y tuvo que escaparse para salvar su vida, y teniendo una oportunidad de matar a su enemigo no lo hizo porque lo respetaba como el rey y ungido por Dios. Así se ve la presencia del espíritu de Dios en el. También lamentó por la muerte de Samuel y su hijo que era amigo de David, Jonathan, como también su hijo Absalón.
David era un guerrero, como era normal en la época, pero no deberíamos de ver esta cualidad solamente desde el punto de vista de la guerra física contra los enemigos, sino también simbólicamente. Cada uno de nosotros ha de llevar a cabo una guerra interior en contra de nuestros vicios, pasiones e instintos para no dejarnos llevar por ellos. Job dice que "la vida del hombre es una milicia", una lucha. También San Pablo se sirve de la metáfora del combate para describir un aspecto fundamental de la vida cristiana. En una ocasión, David ya no acompañó a sus soldados a la batalla sino que se quedó en su casa. Una tarde vio a una mujer bañarse y la deseó. Era Betsabé, esposa de Uría que si estaba en la guerra. SE dejó guiar por su lujuria y se acostó con ella. Luego, se arrepintió una vez que lo hizo ver el profeta el mal que había hecho.
David era famoso en su vida por la música y el canto. Es probable que algunos de los salmos se remontan a él., Un ejemplo, fue cuando trasladó en Arca de la Alianza a Jerusalén y danzó delante de él con gran alegría. No debemos de olvidar la importancia del canto y la música en la liturgia. Sabemos que en la ocasión del nacimiento de Jesús en Belén el coro de los ángeles cantó ante los pastores: Gloria a Dios en el cielo y paz a los hombres..." Los ángeles y los santos en el cielo se dedican precisamente a la alabanza y la acción de gracias a Dios. En la Misa, al final del Prefacio siempre unimos nuestra oración y canto al de los ángeles en el cielo.
La importancia de David en la historia de la salvación proviene también del hecho de que entre todos los reyes él era el que más agradó a Dios, a pesar de su desliz y prefigura a Jesús como Rey Universal. Él es sacerdote, profeta y rey, y a través de la descendencia de José de David, Jesús es reconocido como Rey. El mismo Jesús declaró su realeza ante Pilato y decía que su reino no es de este mundo. Nosotros por nuestro bautismo participamos en estos tres oficios de Jesús. Decía Jesús que el reino de Dios está dentro de cada uno que lo deja reinar, pero también existe el Reino Social de Jesucristo, pues él decía "me ha sido dado todo pode en el cielo y en la tierra" al mandar a los apóstoles a predicar y bautizar. Este hecho tiene implicaciones en la vida social y política porque nada se excluye del reinado de Jesucristo ya en este mundo. Toda autoridad procede de Dios, la del padre dentro de la familia, la de los gobernantes en la comunidad y han de someterse a la soberanía de Jesucristo que es Hijo de Dios. En el prólogo de su Evangelio, San Juan escribe que "todo fue creado en y por Él". Por lo tanto, un gobernante o un parlamento no puede decretar nada ni dictar leyes contrarias al orden moral establecido por Dios Padre a través de su Hijo Jesucristo cuyo reino no tendrá fin. David, en el Antiguo Testamento es el mejor ejemplo de un rey según la mente de Dios, pero como se manifiesta también tiene que someterse a la ley de Dios, y cuando no lo hace es castigado.
Jesucristo es Rey, pero también es la luz del mundo. Nosotros participamos también de esa luz que es Jesucristo, como señala San Pablo en su carta a los cristianos de Éfeso que hemos escuchado hoy: En otro tiempo eráis tinieblas. Ahora sois luz en el Señor, Caminad, pues como hijos de la luz..." También el evangelio del Ciego de Nacimiento es una manifestación de la luz que trae Jesucristo al mundo. Además, el ciego llega a ser discípulo de Jesús superando toda la persecución de las autoridades. Si hay tanto mal en el mundo de hoy, ¿no será en parte porque nosotros no hemos llegada a ser "hijos de la luz"?
sábado, 21 de marzo de 2020
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