sábado, 25 de febrero de 2017

BUSCAD PRIMERO EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA Y TODO LO DEMÁS SE OS DARÁ POR AÑADIDURA.

HOMILÍA, DOMINGO VII DURANTE EL AÑO, 26 DE FEBRERO DE 2017.

Proseguimos con la lectura del del Sermón de la Montaña, y lo que Jesús propone hoy nos puede parecer desconcertante.  Sí podemos comprender lo que dice Jesús: "Nadie puede servir a dos señores, porque odiará a uno y amará al otro... No podéis servir a Dios y el dinero".  Sin embargo, procede diciendo que no debemos preocuparnos por lo que vamos a comer o beber, ni po rnuetro cuerpo ni por cómo nos vamos a vestir "porque la vida vale más que la comida y el cuerpo más que el vestido". Para colmo dice: "Mirad las aves del cielo que ni siemrban ni cosechan, ni juntan el grano en graneros, y sin embargo el Padre celestial las nutre". ¿Es que Jesús está promoviendo una falsa confianza en la divina providencia sin ponernos a trabajar para asegurar no necesario para la vida? En todo caso, las aves tienen que buscan de qué comer y si no lo encentran se mueren. ¿Qué hay en juego aquí?

Parece que lo que Jesús quiere con estas afirmaciones aparentemente extremas y poco realistas es sacudirnos de nuestra excesiva preocupación por tener lo necesario para la vida del mundo presente y en el proceso olvidarnos de Dios. Si un palo está estirado excesivamente por un lado, hay que estirarlo por el otro para que se enderece. Si examinamos nuestro mundo, nuestras ciudades, encontramos que los edificios más imponentes suelen ser los de los bancos, aseguradoras y comercios. Esta es una indicación de la importancia que le damos a estas actividades y qué es lo que manda en nuestro mundo. Sí hay iglesias, pero con frecuencia están cerradas casi todo el día por miedo a que sufran robos, pues las parroquias no suelen tener presupuesto apra pagar a guardias que las cuide, y no suelen ir a rezar en las iglesias urbanas mucha gente como se hacía antes. De igual manera, las noticias principales de los diarios y telediarios suelen tratar de la política y la economía. Si hay algo sobre la Iglesia, suele ser algo negativo como abusos sexuales u otro escándalo. Pasando a nosotros mismos, ¿cuántos de nosotros dedicamos algún tiempo para orar en la mañana antes de dar inicio a nuestras actividades? Sin embargo, serán pocos los que no se duchan y se echan colonia para oler bien en la mañana antes de empezar sus actividades diarias.   Claro, declaramos que "no tenemos tiempo" y nos olvidamos de Dios.

Tenemos que preguntarnos qué en realidad y en verdad nos preocupa, nos mueve a lo largo de nuestro día. No cabe duda que para muchos es el dinero para poder comprar lo que se considera necesario o imprescindible para la vida. Dice Jesús en otro pasaje del evangelio, "donde está tu tesoro, allí está tu corazón". Preguntémonos, ¿donde está mi tesoro? Será aquello con con más frecuencia viene a nuestra mente a cualquier hora incluso cuando nos despertamos de noche, Para otros será la familia, la educación de los hijos, pero Jesús dice  que "Nadie que pone padre, madre, hijos o la misma vida delante de mí no es digno de mí". Por otro lado, el breve pasaje de Isaías en nuestra primera lectura indica la profundidad del amor de Dios para con nosotros: "¿Puede una madre olvidarse del hijo de sus entrañas? Aunque ellas se olvidare, yo no me olvido de ti". Recordemos la parábola de los invitados a la boda que no quisieron ir, uno porque se había casado, otro porque había comprado una yunta de bueyes y tenía que probarla, otro proque había comprado un campo". En pocos momentos vamos a recitar el Credo. ¿De verdad cremos todo eso que el Credo dice de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y cómo Jesucristo vino al mundo para "nosotros y nuestra salvación"?

Hay un dicho en latín que reza "omnis agens agit propter finem", todo agente actúa en vistas de un fin. Hay diversos tipos de fines, algnos inmediatos, otros a mediano o largo `plazo. Hay una jerarquí de fines. El fin último de nuestra vida ha de ser alcanzar la salvación, es decir, el premio de la vida beatífica eterna en el cielo con Jesucristo, los ángeles y los santos. Claro, ahora no tenemos una experiencia directa de esa vida que es el fin de todo que hace un cristiano. Es algo que se nos presenta pro la fe, y la fe no es evidencia inmediata, pues San Pablo afirma que la fe trata de "cosas no vistas" y la esperanza de "cosos todavía no poseídas". En nuestro mundo secularizado y olvidadizo de todo lo que es Dios y las verdades fundamentales de nuestra vida, fácílmente se nos debilita la fe y la esperanza porque no estamos enfocados en los que verdaderamente vale. La fe humana es esencial para la vida en este mundo, pues sin ella no podriamo vivir, ni saber nada del testimonio que nos han dejado las generaciones anteriores. Creemos en lo que nos dice la ciencia, la historia porque consideramos que lo que nos dicen es digno de creerse por ser hechos establecidos por otros que han hecho los experimentos, no se basan en testimonios fidedignos.

Si realmente colocamos a Dios en el centro de nuestra vida, todo lo demás caerá en su lugar, o como dice Jesús, "todo lo demás se os dará pro añadidura". Si nos equivocamos en el fin útlimo de nuestra vida, todo el resto será un desorden, que es lo que sucede hoy con la juventud. Por eso, prueban las drogas porque quieren que les den una viaje rápdo y fácil al paraíso, una experiencia de felicidad, pero es un engaño. También si tenemos en nuestra vida el orden que nos pide Jesús, sabremos qué hace con el dinero.  El dinero es un mero medio. De por sí no sirve para nada, pero puede ser instrumento de bien si se usa en busca de los fines que Dios quiere.            

sábado, 18 de febrero de 2017

LA SANTIDAD Y E AMOR AL PRÓJIMO, INCLUSO AL ENEMIGO.

HOMILÍA XVII DOMINGO DURANTE EL AÑO, CICLO C, 19 DE FEBRERO 2017.

Cuando yo era niño, la idea común que teníamos acerca de la santidad era que en primer lugar están los grandes santos canonizados como San Francisco y tantos otros, especialmente los mártires; luego parecía obvio que los sacerdotes y religiosos están llamados a la santidad. En cambio, no se le ocurría a casi nadie que todos los fieles cristianos también están llamados a la santidad, que no hay dos niveles de vida cristiana, como lo hay en el fútbol, pues allí los equipos que no se mantienen al primer nivel tienen necesariamente que pasar al segundo, "serie B" como se dice en italiano, El Concilio Vaticano II puso fin a esta concepción equivocada. Encontramos en nuestra primera lectura del libro del Levítico, el tercer libro de la Biblia, que Dios: "Sed santos, porque yo el Señor tu Dios soy santo" . El Libro  del Levítico es posiblemente el más extaño de todos los libros del Antiguo Testamento para nosotros, pues trata de las múltiples normas que tienen que cumplir los sacerdotes en el ejercicio del culto del templo. Sin embargo, contiene esta afirmación importante. La palabra santo  en hebreo kabod significa separado, es decir, Dios está en otro nivel, más allá de nuestro mundo. Además, todo lo que tiene relación con Dios es santo, como el mismo Pueblo de Dios, el Templo y los varios aspectos del culto. Sin embargo, aquí después de esta afirmación fundamental, el texto pasa a hablar de la necesidad de amar al prójimo. Sabemos que para el mundo pagano la norma era amar a los amigos y odiar a los enemigos. En el Antiguo Testamento, se pasa a ordar a todos los israelistas a amar a los deemás miembros del pueblo como  sus hermanos.

Pasando ahora al Evangelio de San Mateo y al pasaje que sigue en el Sermón de la Montaña, que viene siendo la proclamación de la nueva ley de Jesús, que llega a un nivel inaudito para los oyentes de Jesús, y tembién para nosotros. Incluye una de las frases más citadas de Jesús, la que manda dar la otra mequilla, y "el que quiere quiere llevarte al tribunal, y quitarte la túnica, déjale también el manto."y más adelante "amad a vuestros enemigos, orar por los que os persiguen, porque así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo"  El motivo que nos da para cumplir estos mandatos que nos pudieran parecer tan extraños es que así nos asemejaremos a  Dios que hace que el sol salga sobre buenos y malos, que la lluvia caiga sobre justos e injustos. Si no nos comportamos así, seremo como los recaudadores de impuestos, considerados odiosos por ser estafadores, o como los paganos. Luego Jesús resume toda esta enseñanza diciendo: "Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto"

¿Pero esto es posible? Ya en el Antiguo Testamento, como constatamos en nuestra primera lectura, nosotros entramos en relación con Dios, also así como entrar en su campo magnético, de manera que ya por la créación como afirma el Libro del Génesis, Dios nos a creado a su imagen y semejanza (1,23), de manera que Dios no es un ser completamente extraño apra nosotros. Nuestra misma naturaleza se asemeja a la de Dios, y por lo tanto tenemos la obligación y la capacidad de actuar como Él. Claro, es cierto que intervino el pecado, em primer lugar el Pecado Original que como un virus con el que  hemos sido contagiados y tiene como resultado el debilitamiento de nuestra naturaleza y mayor dificultad de vivir según esta naturaleza originaria que nos hace imagen y semejanza de Dios. Esta debilidad se manifiesta en un oscurecimiento de neustra mente para reconocer la verdad y una voluntad frágil que hace que sea imposible para nosotros evitar totalmente el pecado.    Sin embargo, si algo está claro en la Biblia,  es el hecho de que Dios nunca abandona a su pueblo, sino que una y otra vez le da nuevas oportunidades de arrepentirse y acoger su infinita misericordia. Este proceso culmina en la venida de Jesucristo al mundo para cargar sobre sí nuestros pecados y llegando a la cruz liberarnos de su peso, y alcanzando la victoria de la resurrección. La resurrección de Jesús ha abierto una nueva e inaudita dimensión de la realidad y de nuestra vida. Como afirma, la Primera Carta de San Juan, "no solo nos llamamos, sino que los de verdad" (1 Jn 3,1).

Esta nueva realidad a la que hemos nacido por el bautismo, es decir, la filiación divina, o el ser "hijos en el Hijo", nos da una nueva capacidad, la de vivir de verdad a un nuevo nivel en unión con Jesucristo glorificado que ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Los grandes Padres de la Iglesia Oriental llamaban esta realidad "divinización" o "deificación". También la llamamos el misterio de la gracia. Si Jesucristo nos invita a cumplir lo que aquí nos manda, como amar amar a los enemigos, es decir, querer y hacerles  el bien y perdonar a los que nos han hecho daño, no nos deja solos sino que nos da la fuerza para cumplirlo. Es lo que han hecho, siempre los mártires, perdon.

Pasando a la segnda lectura de San Pablo a los Corintios, en la que hace una pregunta retórica muy importante: "Hermanos, no sabéis que sois templos de Dios y el Espíritu Santo habita en vosotros? Si uno destruye el templo de Dios, Dios lo destruye, porque esanto es el templo de Dios que sois vosotros" El templo era el lugar de la presencia de Dios en medio de sus pueblo y donde se realizaba el auténtico culto a Dios. Resulta que San Pablo afirma que cada no de nosotros es templo  de Dios y Dios mora en él. Si Dios habita en cada uno de nosotros, eso no puede no no debería de dejarnos iguales como si no fuera así. Además, el Espíritu Santo tiene como nombre el Santificador, y hemos visto que todos hemos recibido la llamada a la santidad. Nos encontramos dentro del campo de acción de Dios a través de su Espíritu que nos comunica. También San Pablo dice a los Romanos: "El amor de Dios ha sido derramado sobre vosotros por el Espíritu Santo que habita en vosotros". Por ellos, no podemos menos de tener una gran confianza en la acción del Espíritu Santo dentro de nuestro corazón para poder cumplir en todo la voluntad de Dios, incluyendo lo que nos manda en el evangelio de hoy acerca del amor a los enemigos, el perdón, dar la otra mequilla etc. Es posible e incluso puede llegar a ser fácil, debido a que la virtud factilita las buenas obras.

Ante todo, dejémonos convencer por el poder de la gracia que es la acción del Espíritu Santo para alcanzar la santidad qe consiste ante todo en el cumplimiento de la voluntad de Dios en cada momento con amor y generosidad.  Santo Tomás de Aquino afirma que "la nueva ley es el Espíirtu Snato" y dado que habita en nosotros no tenemos motivos para temer ni pensar que lo que nos propone Jesús es demasiado.                            

sábado, 11 de febrero de 2017

LA IMPORTANCIA DE LA LEY

HOMILÍA, VI DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO, CICLO A. 12 DE FEBRERO DE 2017.

El tema de la Ley llegó a ser sumamente importante, en realidad fundamental, en los últimos siglos del Antiguo Testamento. Este hecho lo constatamos  claramente en los evangelios en las múltiples conroversias de Jesús con los fariseos. La ley contiene un total  617 preceptos en la Biblia. Luego los maestros de la ley habían añadido miles de lo que llamaban tradiciones de los antiguos e interpretatciones exagreadas y curiosas de muchos de estos preceptos. Así, por ejemplo, había toda una jurisprudencia sobre cómo se tenía que cumplir el mandamiento de santificar el sábado, pero Jesús llegó a insistir que "el sábado está hecho para el hombre, no el hombe para el sábado". La palabra shabat o sábado significa cesar o dejar de trabajar, pero lo que lograban era en vez de un día de descanso,  convertirlo en un enorme peso para la gente, lo opuesto de un descanso. Ahora bien, los profetas ya habían insistido en el hecho de que no eran los sacrificios materiales los que agradaban a Dios o el cumplimiento riguroso de las normas rituales, sino una auténtica entrega del corazón a Dios. En las lecturas de hoy, constatamos cuál era la verdadera mentalidad de Jesús respecto a la Ley, o Torá, como se dice en hebreo.

En primer lugar, tenemos una lectura del hombre  sabio Sirácide, que el el autor del libro llamado Eclesiástico, o leído en la asamblea, que vivió en Jerusalén a finales del siglo II antes de Cristo. El, retomando lo que se encuentra en el libro del Deuteronomio, recuerda que Dios nos ponedelante dos caminos, el de la vida o la muerte. La Ley es un don de Dios que nos mantiene en el buen camino de la rectitud, de la sabiduría que significa el modo de vivir bien la vida, es decir, cumpliendo en todo momento la voluntad de Dios. El secreto de la buena vida es la confianza en Dios, sabiendo que Él en su providencia amorosa nos cuida y nos guía hacia la meta de la vida eterna y la plena felicidad. El autor no cae en los excesos del legalismo que conocemos como farisaismo.

También San Pablo trata mucho de la Ley, en relación con la fe y la gracia, sobre todo en su Carta a los Gálatas y a los Romanos. Resuluta que en su misión surgió una gran controversia entre él y un grupo de cristianos de tendencia farasaica que perteencía a la Iglesia de Jerusalén. Ellos querían imponer la totalidad de la ley judía a los conversos del paganismo, y de manera especial la circuncisión  que los paganos no aceptaban.  San Pablo explica que la ley era buena en sí, pues provenía de Dios a través de Moises, pero la ve como un pedagogo, cuyos servicios ya no son necesarios cuando el niño madura. Obviamente, San Pablo no era contrario a los grandes preceptos de la Ley, como los diez mandamientos que tienen un valor universal. El mismo había sido un fanático del cumplimiento de los preceptos y tradiciones mínimas. La Ley quedaba superada por la gracia en la persona de Jesucristo y el modo de superar la situación de desgracia provocada por el pecado es la fe. Algunos han considerado a San Pablo como antinomio o contrario a la Ley, pero no es cierto. De hecho, entrega muchos consejos y mandatos a sus cristianos cartas. La diferencia es que ahora hemos recibido al Espíritu Santo que es la fuerza y poder de Dios que nos hace capaces de seguir a Jesús. Santo Tomás de Aquino dice que "la nueva ley es el Espíritu Santo". En cumplimiento de la promesa de Dios hecha a través del Profeta Ezequiel, hemos recibido un nuevo corazón, y para san Pablo ·"el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazónes por el Espíritu Santo que se nos ha dado".

Aunque el Evangelio de San Mateo está dirigido a cristianos de procedencia judía, y por tanto criado en la devoción a la Ley, recoge la mentalidad del mismo Jesús acerca de la misma. Afiirma que no ha llegado a abolir la Ley, sino a darle cumplimiento, es decir llevarla a su plenitud, que consiste en su misma persona. Jesús invita a sus seguidores a ir más allá de los meras preceptos legales. En realidad lo jurídico es parte importante de la misma naturaleza del hombre, y por más que no queramos las restricciones de las leyes, y prefiramos la libertad, no es posible prescindir de las leyes. Esto nos llevar al caos y al desorden. Por otro lado, el legalismo o fariseismo es siempre un peligro.  Jesús da unos ejemplos de cómo se va más allá de la ley y se practica la nueva ley del amor. El mandamiento "No matarás", no se restringe a no matar físicamente al prójimo, sino en evitarle otros males como llamarle nombres como estúpido y otros. Tampoco se puede cumplir las leyes respecto al culto divino sin haberse reconciliado con un hermano con quien se ha tenido algún pleito. Igualmente, se quebranta el sexto mandamiento, "No cometarás adulterio" , no solamente físicamente, sino también con la misma mente que desea otra mujer. Asñi constatamos cómo Jesús establece un nuevo nivel que parece más allá de las posibilidades del hombre sumido en el pecado y la concupiscencia. Sin embargo, no es que lo que pide Jesús esté más allá de nuestras fuerzas, sino que Dios nos da la gracia para cumplir todo lo que nos manda. De otra manera, tendríamos que pensar que Dios nos engaña al pedirnos lo que no podemos cumplir.

Ahora bien, como llegamos al mundo con una naturaleza herida por el pecado original y el cúmulo de pecados que ha  habido en el mundo desde el inicio, no basta la buena voluntad o los buenos deseos. Como somos débiles y frágiles necesitamos una terapia eficaz. Así como la persona que sufre algún accidente necesita fisioterapia para poder reponerse plenamente. Nosotros, en primer lugar, hemos de reocnocernos como débiles y necesitados de ejerccios, es decir, la oración y la penitencia, una vida ordenada. Tenemos que  tomar la fe en serio y conocer nuestras propias debilidades, e ir esforzándonos para poder cumplir la voluntad de Dios en cada momento y cada circunstancia.



     

             

sábado, 4 de febrero de 2017

LUZ DEL MUNDO Y SAL DE LA TIERRA

HOMILÍA, DOMINGO V DE TIEMPO ORDINARIO, 5 DE FEBRERO DE 2017.

Terminadas las palabras de Jesús sobre sobre las bienaventuranzas, o la manera de llegar a la verdadera felicidad, comienza el Sermón de la Montaña, que constituye una síntesis de la doctrina de la sobre la vida, y en realidad una explicación más detallada sobe cómo el cristiano ha de vivir y alcanzar la meta de su vida, la vida eterna. En nuestro pasaje evangélico de hoy, Jesús compara el cristiano a tres realidades: la luz, la sal y una ciudad levantada sobre un monte. Intentemos desentrañar lo que estas similitudes que Jesús nos propone signfican concretamente en nuestra vida personal y social.

La luz y la sal coinicden en que no nos sirven por sí mismas, sino tienen una influencia importante por lo que se puede lograr con ellas. No vemos la luz misma, más bien el un memdio gracias al cual podemos ver lo que está a nuestro alrededor. La luz brilla sobre los objetos visible en nuestro mundo y podemos conocerlas y convertirlas en útiles y provechosas. Carentes de luz, nos tropezamos y nos hacemos daño al caer o chochar contra objetos que no vemos. Nosotros nfluenciados por los medios de comunicación que nos dicen que la sal es mala para la salud sobre todo que provoca o aumenta la hipertensión, no captamos bien lo que quiere decir Jesús con esta similitud. En su tiempo, la sal servía para conservar y condimentar los alimentos y también para lograr que no crezcan plantas en un terreno. Por ejemplo, si un ejército conquistaba una ciudad, podía destruirla, quemar todas los y tumbar la muralla, como hicieron en Jerusalén los babilónicos al conquistarla en el año 568 a. C. Además de esto, podían esarcir sal en la tierra donde se encontraba la cidad como los romanos hicieron cuando conquistaron Cartago en el año 146 a. C. Con frecuencia, las ciudades se construían sobre una colina o un monte, con el fin de facilitar la defensa. También una ciudad sobre un monte servía a los viajeros comoorientación en su camino.

¿Si nuestro mundo es caracterizado por tantos males, violencia, robos, atracos, terrorismo, hambre, persecucuón religiosa etc, entonces podemos concluir que nosotros los cristianos no estamos cumpliendo lo que manda Jesús cuando  quiere que seamos luz del mundo y sal de la tierra? Pongamos el caso del siglo XX, el siglo más violento que se conoce en cuanto a masacres, guerras de todo tipo, hasta bombas atómicas. ¿Si en los años 30 y 40 de ese siglo hubiera habido un porcentaje mucho mayor de la población dispuestos a  vivir con valentía los principios cristianos que profesan, se hubieira podido evitar o al menos reducir la masa enorme de mal que se provocó en aquellas décadas y posteriores? Sabemos que Hitler masacró unos 6 millones de judíos, y otros varios millones en los 12 años de gobierno. No pocos cristianos lo apoyaron o se desentendieron de ese tremendo drama. Sí hubo algunos grandes héroes, pero comparado con la gran mayoría de la gente que se decía cristiana en Alemania, eran muy pocos. Stalin y Mao fueron los asesinos en masa más grandes de la historia. Ciertamente, estos fenómenos tienen múltiples causas, pero no cabe duda de que una de ellas es el hecho de que la gran mayoría de los cristianos consideraba y sigue considerando la religión como una cuestión privada que no ha de incidir en la vida social y política, o simplemente no les interesaba ni siquiera saber acerca de lo que sucedía.

Otro ejemplo, es el hecho de que de 196 países que forman parte de las Naciones Unidas, solamente 6 tienen leyes que prohiben el aborto. La misma ONU es no de los más poderorosos promotoeres del aborto en todo el mundo. Las estatísitcas recogidas por el pestigioso Instituto de Investigación Pew de Wanshington revelan una situación preocupante  acerca de la normalización de conductas inmorales en la mente de la mayoría de la gente. Aquí van unos datos acerca del caso de España: Sólo el 26% de las personas encuestadas en España considera el aborto como inaceptable, o tres de cada cuatro lo consideran aceptable. ¿En 1985, cuando el gobierno de Felipe González introdujo la ley que permitía el aborto existía este nivel de aprobación del mismo? Parece que no, pero se ha ido debilitándose la fe y como dijo Chesterton, una vez que se deja de creer en Dios, se comienza a creer en caulquier cosa. Lo que peor, un 28% de los españoles, según este estudio, considera que el  aborto no es una cuestión moral. Es decir, que matar a un niño antes de nacer no tiene nada que ver con la moral, indicación clara del hehco de que no entienden lo que es la moral o intentan engañarse sobre el tema.

Sin querer atiborrar con estatísticas, presento algunas más que nos deberían de hacer reflexionar: Tan sólo 8% de los españoles encuestados consideran que el sexo prematrimonial es inaceptable. Un 55% lo considera aceptable y un 39% considera que no tiene nada que ver con la moral. Sólo 2% considera inaceptable el uso de los anticonceptivos.

Si tuviéramos una masa crítica de cristianos que realmente fueran luz del mundo, sal de la tierra y como una ciudad colocada sobre un monte, tendrías que contemplar esta situación? Parece que la Iglesia ha fallado en presentar y explicar lo que claramente Jesús enseña en el evangelio. Los fieles le han hecho más caso a lo que ve en la televisión y demás medios de comunicación a lo que enseña Jesús en los evangelios y la Iglesia en su  Catecismo.  Unas mayorías aplastantes rechazan o hacen caso omiso de lo que enseña Jesucristo y la  Iglesia y quieren establacer su propia moral, sobre todo en lo relacionado con la sexualidad, el matirmonio  y la famillia.

Gracias a la revolución sexual que se extendió a todo el mundo occidental desde los años 70, con el uso casi universal de los anticonceptivos que permitieron a las mujeres incorporarse en el mundo del trabajo de una manera que si éstos no hubiera sido posible. A la par con este fenómeno se dieroon varios tipos de feminismo cada vez más radicales. Las mujeres se casan más tarde, pero no se privan del sexo, luego el nivel de crianza de los hijos ha bajado radicalmente, de manera que hay una serie de graves problemas sociales que provienen de este fenómeno. La utlización de los anticonceptivos, que son ante todo esterilizantes, que no son infaliblemente eficaces en producir sus fines estrilizadoras, lleva luego al aborto. Se calcula que ha habido en las últimas décadas mil millones de aborto, que se dice pronto. ¿Todo este desastre se hubiera dado si hubiera habido cristianos que realmente fueran luz del mundo y sal de la tierra y una ciudad sobre una montaña que propagara la luz de Cirsto al mundo?

Muchos o la gran mayoría de los bautizados en la Iglesia se declaran católicos "no practicantes". La realidad es que si uno hace huelga de hambre, todo mundo sabe que si no desiste se va a morir. Pues ser "católico no practicante" es una suerte de "huegla de hambre espiritual" y tiene unos efectos nefastos. Todavía un cierto porcentaje de estos católicos llegan  a la parroquia paa pedir el bautismo para sus hijos, pero o no son se dan por enterado que pedir el bautismo para los hijos implica unos compromisos de comunicarles la fe. Nadie puede comunicar lo que lo conoce ni practica, así cómo yo no puedo enseñar el ruso o el mandarin porque los desconozco ni puedo por lo tanto comunicarlos a otros. No es de extrañar, pues que un 95% o más de los católicos "no practicantes" son en la práctica paganos, en la siguiente generación va a ser idiferente o atea.

                  ¿Qué hacer, pues? Para ser buen cristiano, no basta ser devoto  practicar largos rezos,como hacían los fariseos. HAY QUE PRACTICAR, y se ha de notar. Practicar no sólo incluye participar en la   Eucarístía, que ciertamente es muy importante. Hay que convertir toda nuestra vida en ofrenda, sacrifico presentado a Dios con amor y acción de gracias. Nuestra fe ha de influir en cada una de nuestras decisiones diarias, y nuestro modo de tratar a los demás, en nuestro compromisos sociales y políticos. No basta lamentarnos de la situación que existe en cuanto a la política, cuando ningún partido representado en el Parlamento defiende los principios de la ley natural o la ley reveado por Dios y un católico no puede votar por ellos con buena conciencia. Se está imponiendo unas ideologías a los niños que son pseudo religiones y los padres no suelen decir nada, sino todo lo aceptan. Nuestra acción tiene que ser no solamente individual y personas sino eminentemente social. Los grandes movimientos comienzan muy pequeños y normalmente no convencen a la mayoría. El boschivimso ruso nunca tuvo el apoyo de la mayorái de los rusos, pero Lenin lo consideraba "la vanguardia del proletariado". Hemos llegado a esta situación en parte no porque haya una mayoría de malos, sino porque los que se consideran buenos no han hecho nada para oponerse a la propagación del mal.