sábado, 27 de mayo de 2017

LA ASCENCIÓN DEL SEÑOR

SOLEMNIIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

San Lucas es el evangelista que nos entrega el relato de este misterio, tanto al final de su evangelio, como al inicio de su Libro de los Hechos de los Apóstoles.  Tanto San Pablo como San Juan hablan de la exaltación de Jesús. De hecho, San Juan ve la exaltación de Jesús en la cruz como una anticipación de la exaltación definitiva cuando Jesús complete definitiva  mente su misión en este mundo. Hay un peligro que tenemos que evitar y es dejarnos guiar por la imaginación. La Biblia utiliza un lenguaje simbólico con abundancia de metáforas e imágenes para ayudarnos a captar el sentido de lo  que nos propone, pero no debemos de tomar la pie de la letra estas imágenes, pues constituyen más bien unas señales en el camino que apuntan a una realidad ciertamente existente, pero esta realidad se encuentra todavía mientras estamos en este mundo como en medio de una neblina bastante densa. No es que Jesús suba a lo más alto del cielo y allí se sienta en un trono a la derecha de Dios Padre. Allá por el año 1957, cuando los soviéticos enviaron la primera cápusla con un hombre llamado Yui Gagarin al espacio, él como buen comunista ateo que era, dijo que allí no había enccontrado ningún cielo con Dios, ángeles y santos. Tenía una idea muy equivocada de lo que  dice la Biblia y de los que enseña la Iglesia. A veces, los predicadores, en su intento de impresionar a sus oyentes o convertir en algo más plástico lo que la Biblia nos dice de la vida después de la muerte, han caído en exageraciones.

Si volvemos a las primeras páginas del libro del Génesis, veremos que allí no es que el cielo y la tierra estén separados, sino que el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios,, goza de la compañia y presencia continua de Dios en el hermoso jardín, que se llama paraíso. Dios lo coloca en su creación como su mayordomo y hay una inatepenetración enre el mundo divino el humano. De hecho se dice que Dios paseaba en el jardín en la tarde. El hombre, al querer ser como Dios, no su mayordomo, rompió esta armonía que existía y que era la voluntad original de Dios. Dado que lo  Dios quiere lo realiza, pero ahora teniendo en cuenta la rebelión del hombre que libremente rechazó su plan y en cierto sentido, dañó la imagen de Dios dentro de él, Dios en todo el resto de la Biblia lleva acabo una serie de planes de rescato, empezando con  Noé y el diluvio. Luego sigue con Abrahán y toda la historia de Israel de manera especial Moisés y los profetas,, culiminando en el cumpllimiento de la promesa de la nueva alianza en Jeremías, y un nuevo corazón en Ezequiel, en la vida, el ministerio de Jesús culminando con su muerte en la cruz y su resurrección a una vida nueva. Dios no iba a permitir que la obra extraordnaria de la creación del universo y sobre todo del hombre fuera a estropearse por las fechorías de su mayordomo. Por lo tanto, el misterio de la Ascensión es el final  de una etapa fundamental de esta gran historia de amor y de misericordia de parte de Dios, que ha sido la vida terrena de Jesús, que culminó en la cruz., "La muerte no pudo ser victoriosa sobre Él. Hemos vivido este período de 40 días que van desde el Domingo de la Pascua hasta la fiesta de hoy de la Ascensión como  actualización del período en el que Jesús iba apareciendo a los apóstoles y demás discípulos. Ahora ya, es exaltado a estar con Dios su Padre, pero en su realidad humana. No es de poca importancia que Jesús manifiesta en las apariiciones después de su resurrección que no es un espíritu, o un duende, sino que tiene un cuerpo real que tiene las heridas de los clavos y de la lanza, que es capaz de comer, pero al mismo tiempo es un cuerpo verdaderamente misteriosos, no sujeto a los límites del espacio y el tiempo de nuestro mundo. Por lo tanto, no debemos de pensar en la Ascensión como una desaparición de Jesús, pues al final del Evangelio de San Mateo, dice claramente, "yo estaré con vosotros todos los días hasta el find el mundo", mientras los manda a una misión, la de predicar el Evangelio hasta los confines de la  tierra. En los discursos de despedida del Evangelio de San Juan, situados en la Última Cena, Jesús consuela a los apóstoles por su partida,  y dice que ellos van a sentir tristeza, pero que va a volver, y habrá un nuevo tipo de presencia de él en medio de ellos, es decir, de su Iglesia, por la acción del Espíritu Santo. Lo primero que hace en la aparición de Jn 20, en la tarde del Domingo de Pascua es soplar osbre ellos y comunicarles el Espiritu Santo para podoer perdonar los pecados. El pecado ha sido el motivo de la separación del cielo y la tierra, como hemos visto en Génesis, De ahí la importancia de la presencia del Espíritu Santo en mendio de la Iglesia y el perdón de los pecados, para poder recomponer la armonía perdida entre el hombre y Dios.

También nuestra lectura de hoy de los Hechos de los Apóstoles llama nuesta atención sobre la misma realidad. El mismo Señor les dice que  el Espíritu Santo bajará sobre ellos y que tendrán que ser "sus testigos en Jerusalen, en toda Galilea, en Samaría y hasta los confines de la tierra". Esto es precisamente lo que San Lucas va a contar en el resto de su libro, terminando con la llegada de Pablo a Roma, centro del mundo civilizado de la época.  Una vez que Jesús ha desaparecido de la vista de los discípulos, aparecen dos hombres vestidos de blanco (que suponemos serían ángeles)  que les dice "Hombres de Galilea, ¿por qué estáis viendo hacia el cielo? Este Jesús, que habéis visto ascender al cielo, vendrá de la misma manera que lo habéis visto ir al cielo". Aquí se trata de una advertencia a los discípulos, que significa que ya no es hora de estar viendo hacia el cielo, sino que tienen una misión que cumplir.

En el siglo XVII, había un grupo de filósofos entre elos ingleses, escoses y franceses, que pensaban que Dios había establecido las leyes del funcionamiento del mundo, como que le había dado cuerda al reloj y se había desprocupado de él. Estos se llamaban deistas. Nada más lejos de la visión bíblica y cristiana del mundo y de la vida del hombre. Este así llamado "dios ocioso" es un dios falso y basado en unos conceptos completamente equivocados del verdadero Dios que se hizo hombre en la persona de su Hijo Jesús y se entregó a sí mismo hasta el extrremo de la cruz, y ahora promete guiarnos por la acción del Espíritu Santo y volverá otra vez al fina del los tiempos  "a juzgar a vivos y muertos" como nos dice el Credo de Nicea. Por lo tanto, la obra de Jesús, como Profeta, Sacerdote y Rey prosigue en el mundo, ahora através de su Iglesia por la acción del Espíritu Santo. La misión profética consiste en la proclamaicón del Evangelio, la buena y alegre noticia que ha de llegar a los confines de la tierra. La misión sacerdotal, que también se realiza a través de la Iglesia, ya no en templo de Jesusalén, sino en la liturgia de la Iglesia, sobre todo la Eucaristía, que es la perpetuación del sacrificio de Jesús en la cruz, la ofrenda del verdadero sacrifico que agrada a Dios, que también se completa con nuestra propia entrega, también de nuestro cuerpo, como sacrificio agradable a Dios como señala San Pablo en el c. 12 de su Carta a los Romanos, y también la Primera Carta de San Pedro. La misión real de Jesús se refiere al domonio total que ha alcanzado sobre todo, cielo y tierra, su victoria definitiva sobre el mal y la muerte, que según San Pablo, será el úlitmo enemigo a ser sometido. No es casualidad  que Jesús haya proclamado el reino o reinado de Dios en su predicación, y que en el Padre Nuestro nos haya enseñado a pedir "venga tu reino". El Reinado de Dios, que se hizo presente en la predicación y los milagros de Jesús, se tiene que extender a todo el universo, también el mundo social y político, de manera que no haya nada que se escape de este dominio. Esto no se refiere a una teocracia, ni excluye la accón de la razón humana iluminada por la fe el el mundo político y social. No se asemeja en nada a la idea del islam de una ley (la sharia) que se deriva directamente de la revelación de Alá expresada, según los musulmanes en el Corán, de anea que las leyes humanas no valen. La ley natural, que es la que descubre la razón humana, como enseña Santo Tomás de Aquino, es también ley divina. De ella, se puede y se debe derivar la ley positiva, sea la de la Iglesia o canónica o la de los Estados, pero no puede estar en contradicción con la ley natural ni la Revelación de Dios. Nada se escapa del domino de Jesucristo,como señala San Pablo en su Carta a los Cristianos de Filipo, 2, 9-10: "Dios lo exaltó y le dio un nombre que está sobre todo nombre en el cielo y en la tierra y en los abismos y toda lengua confiese que Jesús es el Señor para gloria del Padre". La expresiónn "Jesucristo es el Señor" fue la primera profesión de los cristianos. Su señoría no tiene límites como vemos en este texto.            

 



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sábado, 20 de mayo de 2017

LA PORMESA DEL ESPÍRITU SANTO

HOMILÍA DEL VI DOMINGO DE PASCUA, 21 DE MAYO DE 2017.

Este domingo nos estamos acercando al final del períódo de Pascua que se extiende a lo largo de 50 días desde el Domingo de Pascua hasta Pentecostés. Por lo tanto, la Iglesia nos propone en el evangelio de hoy un pasaje tomado del discurso de despedida de Jesús en la Última Cena que se encuentra en los c. 13-17 del Evangelio de San Juan. También a lo largo de estdos días de Pascua, hemos estado siguiendo  los Hechos de los Apóstoles, que es la segunda parte de la obra de San Lucas,  y tradiconalmente se le ha llamado "El Evangelio del Espíritu Santo". Así como el mnisterio de Jesús que comenzó con su bautismo en el Jordán, fue la ocasión de la manifestación del Espíritu Santo en la forma de paloma, Espíritu que ha había venido sobre María en la ocasión dela Anunciación del Angel Gabriel que sería la madre del Mesías, ahora es el que viene sobre los apótsoles y los guiía en toda la obra de evanglezación.

Por lo tanto, hoy escuchamos la  historia de la evangelización hecha por Felipe en Samaria. Felip era uno de los siete diáconos que fueron escogidos para colaborar con los apóstoles para que ellos puideran dedicarse más intensamente a la oración y la predicación. A partir del martirio de San Estéban, se produjo una fuerta persecución de aquellos primeros cristianos en Jerusalén, y de manera especial los diáconos que eran de lengua griega. Por ello, ellos se escaparon de Jerusalén y el primer lugar donde predicaron el Evangleio que Samaría, ciertamente no habria sido fácil porque   bien sabemos de otros textos del Nuevo Testamento, había un gran odio entre los judíos y los samaritanos, pues los judñios los consideraban herejes y el odio aumentó cuando hicieron su propio templo en el Monte Gerezín. Debido precisamente al poder del Espíritu Santo que apoyaba a Felipe, pudo lograr un buen número de conversiones. La predicación de la verdad del Evangelio de parte de Felipe fue acompañada por signos, es decir, milagros que, como los de Jesús eran tanto curaciones, gracias a las cuales se alejaba la amenaza de la muerte, y expulsión de demonios, que también manifestaba la presencia de Jesús y la acción del Espíritu Santo, pues ¨Jesús es el más fuerte que derrota al demonio que es el gran enemigo que está bien armado. El resultado fue una gran alegría, que superaba el odio tradiconal  entre judios que y samaritanos. Luego de haberse enterado los apóstoles de esta gran obra realizada en Samaría, se fueron allí y como un sellos a lo sucedido, impusieron las manos sobre los nuevos cristianos y ´se les comunicó el Espíritu Santo.

En el evangelio de San Juan e la misma Última Cena, Jesús les había indicado a los apóstoles cuál era su mandamiento nuevo. Ya en los otros evangelios, Jesús, completando  lo que ya está en el Antiguo Testamento, había dado la síntesis de todos los mandamientos, en el amor a Dios sobre todas las cosas y al prójmo como a uno mismo. Aquí lo hace con más fuerza cuando establece una nueva medida de este amor, "como yo os he amado". Através de la unión con él, como el sarmiento en la vid, podremos llegar a mara de esta manera y también por la acción del Espíritu Santo, que es precisamente el vínculo de  amor entre el Padre y el Hijo.

En seguida, Jesús promete el Espíritu Santo y lo llama Paraklitos. Esta palabra comunmente se traduce como consolador o abogado. Literalmente tanto en griego como en latín (advocatus) sería "hablar a". en los juicios antiguos, el papel de abogado en los juicios penales no era el mismo que hoy en día. El acusado tenía que defenderse a sí mismo, pero pudiera haber alguno a su lado que por su misma presencia lo avalaría y le soplaría al oído en caso de necesidad para que el acusado puidera responder a las preguntas o defenderse de la acusación.

Jesús prometió estar con su Iglesia todos los días hasta el final de los tiempos, pero esta presencia es "en el Espíritu" que actúa ante todo en la Iglesia. En otra ocasión Jesús decía que sus seguidores no tenían que peocuparse sobre cómo defenderse en el caso de la persecución,, que el Espíritu Santo les sugeriría todo lo que tendrían que decir. Jesús cumplió su promesa en Pentecostés, y también en los Hechos de los Apóstoles, especialmente en la casa de Cornelio se manifestó el Espíritu Santo cuando se convietieron los primeros paganos. San Pablo también habla de la predicación con la fuerza y una manifestación del Espíritu. Sin duda, en aquellss primeros momentos el Espíritu Santo actuaba con mayor fuerza, aunque lo hace todavía hoy. San Estában, el protomártir dio testimonio de Jesús ante el Sanhedrin también con la fuerza del Espíritu Santo e iguamente tantos mártires a lo largo de los siglos y hoy en día llegan a dar el supremo testimonio afirmando sin temor su fe ante sus perseguidores. Es el Espíritu del Padre y el Espíritu de Jesús que habla en y por ellos.

Abramos, pues nuestro corazón en este domingo de Pascua a la acciónd el Espíritu Santo, que es el amor entre el Padre y el Hijo. De esa manera podremos participar nosotros en ese amor y cumplir el mandamiento nuevo que Jesús nos ha dejado. El amor es entrega, es generosidad, no querer acaparar todo para nosotros mismos sino compartir y dar alegría. El Espíritu Santo nos da alegría y paz. Pidamosle ese don y compartamoslo con lo sue viven cerca de nostoros en este día. .        

sábado, 13 de mayo de 2017

JESÚS, EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA.

DESPEDIDA DE JESÚ: HOMILIA DOMINGO V DE PASCUA, CICLO A, 14 DE MAYO DE 2017.


Este domingo nos toca escucha run pasaje del largo discurso de despedida de Jesús dirigido a los apóstoles en la Úlitma Cena que va desde el c. 13 hasta el 17 del Evangelio de San Juan.  Las palabras de despedida o las últimas palabras de personaje históricos  han tenido un cierto interés. Pongámonos en el  contexto en el que se encontraba Jesús en la Última Cena. Acaba de marcharse Judas para realizar su obra de traición. Según el Evangelio de San Lucas, los apóstoles al inicio de la cena discutían sobe quién de ellos era el más importante y quien tenía que ocupar el puesto de mayor dignidad. Por lo tanto, pese a haber acompañado a Jesús unos tres años, no se habían enterado de casi nada. Jesús había dejado clarísimo que El no había llegado al mundo para ser servido sino para servir y dar su vida en rescate por muchos. Ellos estaban en las antípodas del verdadero mensjae de Jesús y de su ejemplo, pues también acaba de lavarles los pies como gesto simbólico de la importancia del serivcio al prójimo.  

Jesús se manifesta preocupado porque los apóstoles van a sufrir y perturbarse debido a su suerte. No es de extrañar, porque nadie podía imaginarse que el Mesías iba a terminar crucificado, víctima de una extrarodinaria injusticia. De verdad, se ve como los caminos de Dios son misteriorsos y nadie podría imaginarse que el Mesías, el Hijo de Dios fuera a acabar de esta manera. Jesús intenta asegurarlos. Ellos no se van a quedar solos, o huerfanos. Afirma que en la casa de su Padre hay muchas estancias y que va a preparar un lugar para ellos y luego volverá y los llevará consigo.     

Jesús dice: "Si me habeís conocido a mí, conocéis también mi Padre. Desde ahora lo conocéis y lo habéi visto".  A lo largo de  los cuatro evangelios se está planteando continuamente la pregunta acerca de quién es Jesús. De manera particular en el de San Juan no queda ninguna duda acerca de la identidad de Jesús. El es el que revela al Padre y en este pasaje se puede decir que el Padre se hace visible y cercano en él. Al conocer a Jesús, se conoce también al Padre. Es decir, Él es "de la misma naturaleza del Padre" como señala el Credo de Nicea.   

Ningún profeta del Antiguo Testamento pudo decir nada semejante, ni Moisés, ni Isaías ni Jeremías. Aunque la misión profética era sumamente importante, Jesús no es un mero profeta que habla de parte de Dios. Es Dios mismo que se hace presente como verdadero hombre. Ellos anunciaron los oráculos, la Palabra que Dios les comunicaba pero no asumieron ninguna responsablidad por sí mismos. Es cierto que el primer capítulo del Libro del Génesis afirma que Dios creó al hombre a su imagen y semajanza. Basándose en esto, San Agustín pudo orar: "Que me conozca a mí, que te conozca a ti". Sin embargo, la imagan del Padre por antonomasia es Jesucristo  mismo y todo lo demás, todos nosotros que hemos sido creado a imagen y semajanza de Dios, hemos sido creado en y por Él. En todo caso, esta expresión de Jesús dejó desconcertados a los apóstoles. Por ello, Felipe le pregunta: Señor, muestranos al Padre y nos basta. Ya antes en muchas ocasiones Jesús había hablado de su Padre y de su relación íntima con él.

Luego interviene Tomás, con su sentido práctico al responder a lo que dice Jesús: que ya conocen el camino para llegar al Padre. Tomás dice que no saben adonde va ,y por lo tanto obviamente desconocen el camino. Jesús responde con la frase lapidaria que nos debería hacer reflexionar: "Yo soy el camino, la verdad y la vida". Si el fin de toda nuestra vida es llegar a la comunión con el Padre, no puede haber otro camino si no el mismo Jesús. El, a diferencia de cualquier otro maestro que suele indicar el camino, pero no decir que  él es el camino. En otro momento, Jesús dice "sin mi no podéis hacer nada", nada en relación con la salvación, con encontrar el sentido de la vida y el proyecto maravilloso de Dios para nosotros. No hay otro Salvador. No hay otro camino. Los profetas. filósofos y otros maestros  han intentado con grandes esfuerzos encontrar la verdad, es decir, la realidad última de las cosas y de nuestra vida. Jesús simplemente declara que EL ES LA VERDAD. La Biblia no cansa de decirnos que  en Dios está la vida. Obviamente no se refiere a la mera vida biológica ni la psíquica sino lo que llamamos la vida espiritual, o en definitiva la vida que consiste en nuestra relación de amor, de amistad con Dios Padre a través de Jesús por la acción del Espíritu Santo.

Este evangelio nos ha de llenar de alegría porque manifiesta la ternura del amor de Jesús, a Él como el único camino que nos lleva a la verdadera felicidad, la verdad que nos hace libres y la vida que es comunnión con las divinas personas y con nuestros hermanos que a su vez son hjos de Dios Padre y hermanos de Cristo, y esta vida se nos comunica en primer lugar en el bautismo por la acción del Espíritu Santo que es, como diremos en el  Credo "Señor y dador de vida".