sábado, 21 de abril de 2018

DOMINGO DEL BUEN PASTOR Y LA JORNADA DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES AL SACERDOCIO Y LA VIDA CONSAGRADA

HOMILÍA DEL IV DOMING DE PASCUA, 22 DE ABRIL DE 2018.

En la Biblia los pastores eran más bien mal vistos, como gente en la que se podía fiar poco. Abrahan y los demás Patriarcas, Isaac, Jacob y sus hijos eran pastores porque eran semi-nómadas. En Egipto es probable que lo fueran también, al menos en parte. Poasteriormente, el la época de la monarquía en Israel, más o menos desde el año 1000 c.C hasta el exilio de Babilonia en 597/587 los reyes era considerados pastores del pueblo, como también los reyes de otros países de  Medio Oriente. El Profeta Ezequiel, o Dios a través de él,  lamenta el hecho de que los reyes habían sido malos pastores, cosa que los demás profetas también resaltan. Por ello, Dios mismo promete ser el Pastor de su Pueblo (c. 34). Este es el cotexto en el que tenemos que comprender los que dice Jesús en el Evangleio de hoy tomado del c. 10 de San Juan. Dios prometió ser el Pastor de su Pueblo y su Dios, cosa que cumple plenamente en la persona de Jesucristo como Hijo de Dios Encarnado.

Veamos lo que dice Jesús acerca de si mismo como Buen Pastor. En primer lugar, da la vida por las ovejas. Ésta es la actitud fudamental de Jesús, como la expresa San Pablo a los cristianos de Filipo, "estando en la forma de Dios", se despojó de sí mismo, convirtiéndose en esclavo o servidor y llegado hasta la misma cruz. La de Jesús es una vida totalmente entregada a Dios su Padre a favor de nosotros sus ovejas. También la parábola de la oveja perdida nos indica qué tipo de sollicitud Dios tiene por cada uno y de manera especial al que se haya desviado. Deja las 99 ovejas en el desierto y va en busca de la perdida. En la Iglesia de nuestros días, pareciera que no es que haya una oveja de 100 perdida, sino que hay 99 perdidas.

Enn segundo lugar, el verdadero  Pastor defiende las ovejas del lobo y o lo deja atacarlas. En cambio, el mercenario cuya vida y misión no está íntimamente ligada a la de las ovejas, las abanona y permite que las dispserse el lobo. Obviamente, el lobo es del demonio, pues la vida del cristiano, seguidor de Jesús se concibe como un combate, una batalla en contra de Satanás y su reino.

En tercer lugar, el Buen Pastor conoce a sus ovejas y ellas lo conocen. Obviamente, Jesucristo resuctiado y sentado a la derecha de Dios Padre en el cielo conoce a cada uno de sus seguidores y quiere guarlos hacia la verdad y el bien y así lograr su salvación. Este hecho queda expresado por San Pedro en su discurso de nuestra primera lectura tomada de los Hechos de los Apóstoles de hoy cuando dice: ·Esta es la pieddra descartada por los constructores que es ahora la piedra angular. En ningún otro hay salvación. De hecho, no hay sobre la tierra otro nombre en el cual queda establecido que somos salvados". De ahí la importancia de llegar a conocer a Jesús tal y cómo nos lo presenta el Nuevo Testamento, sobre todo los Evangelios y en la Eucaristía. . Si esta tarea de alcanzar un conocimiento suficiente y adecaudo de Jesús es un deber primordial en nuestra vida, ¿lo estamos logrando? ¿hacemos un verdadero esfuerzo para conocerlo y seguir sus huellas? El otro día estaba en un taller de coches y escuchaba la conversación de tres hombres que estaban allí. ¿Alguno de nosotros, siquiera los consagrados a la vida religiosa y sacerdotal se nos ocurre habla de Jesús cuando nos reunimos? Esos tres hablaban del fútbol, de Bétis y qué esperanzas tenían de ganar los siguientes partidos. Claro, se consideran Católicos y cristianos, ¿pero los son de verdad? Pues para muchos su dios es el fútbol, para otros el negocio, los hijos y una larga etcétera. Si acaso, un pequeño porcentaje de los que se dicen católicos acuden a la misa dominical, lo común es que se queje de "la misa larga". Si no hay salvación en ningún otro, ¿cómo es posible que la tomamos tan poco en serio y la damos por supuesto, como si por ser bautizados de niños este tema quedara resuelto.

Dado que los obispos, empezando con el papa, y luego los sacerdotes, especialmente los párrocos son pastores, pasemos al otro tema de hoy, es decir, la Jornada de Oración por las Vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada. En ninguna época de los dos mil años de la historia de Iglesia hasta hace unos 50 años en el Pontificado del Papa Pablo VI, la Iglesia ha tenido que hacer una campaña o declarar una Jornada de Oración por las Vocaciones hasta la época contemporánea. ¿A qué se debe este hecho y quiénes son los responsables de este fenómeno de la escasez de vocaciones?  Claro, hay muchos factores en una esta homilía no se puede entrar con detalle en ellos. Ante todo, se debe al debilitamiento de la fe en las comunidades católicas, y en conreto en las familias.  Claro, una vida consagrada a Dios y a la misión de la Iglesia exige el celibato y por ello sacrificar el camino normal del desarrollo del hombre a través del matrimonio y la formación de una familia.   Otro factor, puede ser una falta de celo y entrega de los sacerdotes y consagrados actualmente. En este mismo período se ha dado el fenómeno de la defección de decenas de miles de sacerdotes y religosos de su vocación. Otro factor importante, es la crisis de la familia juntamente con la drástica reducción del número de hijos, de manera que las sociedades europeas están en un suicidio demográfico. Esto hecho pudo darse debido a la casi universal utilizaicón de los anticonceptivos para controlar el número de nacimientos y obviamente, una manera de vivir el matrimonio no en armonía con el proyecto de Dios.

¿Qué se puede hacer ante esta situación drámatica? Obviamente, no hay una fórumula mágica ni de corto plazo para remediar esta escasez vocacional, pero ante todo se necesita un cambio radical de actitud tanto de los pastores como de los fieles laicos para pasar de hablar de la evangelización a llevar a la prácticas verdaderas estrategias para que los católicos pasen de ser agentes pasivos s ser realmente discípulos y misioneros e incluso apóstoles, tomando en serio la Gran Comisión de Jesús: "Id y haced discípulos de todos los pueblo...". No hay que ir lejos porque en cada familia hay muchos no creyentes y mediocres, pero ante todo tenemos que empezar con nostros mismos, de manera especial los que somos sacerdotes y consagrdos. ¿Cómo se van a entusiasmar los jóvenes a seguir esta vocacións i no ven el ejemplo y el testimonio los que ya llevan años en ella? Ciertamente, empecemos hoy acogiendo la invitacón de la Iglesia a orar por las vocaciones. También, puede ser que podamos animar a algún jóven o alguna joven a considerar y reflexionar si el Señor no los está llamando a este vocación de mayor entrega y generosidad a favor de la salvación de nuestros hermanos. No olvidmeos que la misión del sacerdotes es la de ayudar a los fieles laicos a salvarse. Y salvarse significa en palabras sencillas evitar por todos los medios la condena al infierno y llegar al cielo. Para eso vino Jesús, y para eso fundó su Iglesia que tiene que llevar adelante su misión hasta el fin del mundo.

Si Jesús es el único Salvador y el Buen Pastor, y ha establecido la Iglesia para alcanzar esta meta de la salvación de todos los hombres, también esta misión la ejerce de manera especial gracias a la misión de los obispos y sacerdotes y de los consagrados que se dedican sea a la vida contemplativa o la vida activa siempre con el fin de colaborar a que se cumpla la misión por la que Jesucristo, Hijo de Dios vino al mundo, predicó, murió en la cruz, resucitó y envió al Espíritu Santo que guía a su Igllesia hasta el fin de los tiempos. .


sábado, 14 de abril de 2018

¿POR QUÉ JESUCRISTO NOS SALVA POR EL SUFRIMIENTO HASTA EL EXTREMO DE LA CRUZ?

HOMILÍA III DOMINGO DE PASCUA, 15 DE ABRIL DE 2018. 

En nuestro pasaje evangélico de hoy, Jesús resucitado afirma que según el plan de Dios, Jesús, el Mesías, tenía que padecer y resucitar al tercer día y eso es lo que se encuentra en la Sagrada Escritura. Vamos a fijarnos en la necesidad del sufrimiento para poder llegar a la gloria de la resurrección. En primer lugar, ¿por qué tenemos que sufrir nosotros? y luego ¿cómo es que Dios Padre hubiera querido someter a su Hijo predilecto a tant dolor y sufrimiento que pareciera exagerado y ¿cómo puede beneficiarnos a nosotros tanto dolor? 

Se plantea la pregunta: ¿Si Dios es amor y nos ama tanto, por qué permite tanto sufrimiento en nuestro mundo? Hay que empezar afirmando una verdad fundamental y es que DIOS NO HA QUERIDO CREAR UN MUNDO PERFECTO, NI CREAR AL HOMBRE PERFECTO. La palabra perfecto o perfecta, en griego telaios, significa completamente hecho of haber alcanzado la meta. Con la teoría del big bang o la explosión primitiva la ciencia entiende que el universo empezó como una especie de bola sumamete concentrada que al explotarse comenzó su desarrollo de eso que era casi nada lo que es ahora con sus miles de millones de galaxias y trillones de estrellas, además, tendendentes a volver a concentrarse y deshacerce. El universo no es perfecto ni Dios lo ha querido tal. Igualmente, el hombre, que es concebido a traves de la colaboración de los padres cada uno aportando su semilla para que poco a poco se desarrolle y alcance las varias etapas de la vida a apartir de ser un ente pequeñísimo como cigote a ser hombre o mujer pleamente desarrolados. 

La siguiente pregunta es ¿por qué Dios quiso crear un mundo y un hombre imperfectos? ¿No hubiera sido mejor que todos saliera de sus manos perfecto y así se evitaría tanto mal que hay en el mundo? El Libro del Géesis nos dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Esto significa que el hombre tiene la dignidad de persona, tiene entendimiento capaz de conocer el universo y una voluntad libre que puede escoger el bien y también el mal.  Si el hombre no fuera imperfecto y el mundo imperfecto, no podríamos ir conociendo la obra maravillosa de Dios paulatinamente, ni ir superándonos. No podríamos practicar la valentía, realizar obras heroicas. El otro día,, leí en un periódico que dos Guardias Civiles se lanzaorn al mar para salvar la vida de dos inmigrantes. Si el mundo ya fuera perfecto, no podríamos crear ninguna obra de arte. En una palabra, si Dios ha querido que fuéramos su imagen y semejanza, tenía que darnos el libre albedrío y la posibilidad de hacer el bien o el mal dado que no poseemos en este mundo la visión beatífica. Más bien nuestro conocimiento es muy limitado porque si bien la razón es espiritual, depende de los sentidos para conocer y se necesita un esfuerzo trabajoso para conocer siquiera el mundo, mucho más para conocer algo de Dios.  

Cualquiera que se esfuerza para practicar deporte, tocar un instrumento musuical o hacer cualquier obra que vale la pena, necesariamente tiene que empeñarse a fondo, imponerse una disciplina y hacer muchas cosas aunque no le da la gana de hacerlas, porque si no, no alcanzará la meta que se ha propuesto. También, hay mucho dolor y sufrimiento que nos viene debido a nuestros propios pecados y defectos. Si hemos cometido algún pecado grave haciendo daño al prójimo, lo normal es que sintamos culpabilidad y nos duela porque hemos traicionado a otro o a Dios que tanto han hecho por nosotros. Podríamos llegar hacer lo que hizo Judas cuando se dio cuenta de la gravedad de su traición de Jesús, o San Pedro que lloró amargamente. De igual manera el universo no es perfecto y surgen desastres naturales como terremotos, maremotos, tifónes y otros muchos. 

Si nuestros primeros padres desobedicieron a Dios y pagaron las consecuencias, Dios o los abandonó a su suerte sino que prometió un remedio al mal. Toda la Bibla a partir del Libro del Genesis es la historia de este rescate del hombre de parte de Dios. San Juan resume esta historia de amor de Dios cuadno escribe en su Evangelio "tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único" para que el mundo se salve por Él. Por tanto, hay una relación íntima entre el amor y el sufimiento. En el evagelio de hoy dice Jesús: "Así está escrito: El Cristo teía que sufrir y al tercer día resuctiar..."  Si el camino de la salvación del género humano después de su caida en el Pecado Original y la multitud de pecados a partir de ese primero, tal y cómo constatamos en toda la Biblia, tenía que ser el del dolor y sufrimiento hasta la muerte en la cruz del mismo Hijo de Dios, entonces deberíamos de encontrar un valor en el sufrimiento. Si, por otro lado, como indica San Juan en su Primera Carta, Dios es amor, tiene que haber un vínculo muy estrecho entre el sufrimiento y el amor. 

¿Dios pudo habernos salvado de otra manera o sin llegar al extremo de la cruz? No podemos decir que no, pero debemos de pensar que era el camino más adecuado para lograr su propósito. En nuestro caso, ningún ser humano puede evitar el sufrimiento, y como hemos señalado, sin sufrir no conoceríamos tantos aspectos de la vida humana como la valentía, el coraje, el heroiismo, la creatividad manifestada en el arte y en general las grandes obras que a lo largo de los siglos han enrequicido la humanidad. Además, debido a la existencia del mal en el mundo, queda claro que es necesario luchar denonadamente para que venza el bien sobre el mal, y esta lucha implica dolor y mucho sufrimiento, como no deja de indicar San Pablo en varias de sus cartas:

Realmente, mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco. Y, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo con la Ley en que es buena; en realidad, ya no soy yo quien obra, sino el pecado que habita en mí.Pues bien sé yo que nada bueno habita en mí, es decir, en mi carne; en efecto, querer el bien lo tengo a mi alcance, mas no el realizarlo,puesto que no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero. Y, si hago lo que no quiero, no soy yo quien lo obra, sino el pecado que habita en mí. Descubro, pues, esta ley: aun queriendo hacer el bien, es el mal el que se me presenta.)Rom 7,14-20)


sábado, 7 de abril de 2018

LA DIVINA MISERICORDIA Y EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA

DIMINGO II DE TIEMPO DE PASCUA, 8 DE ABRIL DE 2018.

Con este domingo se termina la Octava de Pascua y tradicionalmente se le ha llamado "Domenica in albis" (Domingo en Blanco) porque antíguamente los cristianos que se iniciaban en la fe cristiana e la Vigilia Pascual llevaban el vestido blanco toda la semana y terminada la octava iban a la iglesia por última vez vestidos de blanco. También a lo largo de la semana, el obispo les daba istrucciones que se llaman mistagógicas que versaban sobre la Eucaristía, pues antes no se daba una catequesis completa sobre este gran sacramento, debido a lo que se llamaba la disciplina del arcano. un recurso pedagógico por el que se reservaba la catequesis sobre la Eucariistía hasta después de bautizados, y se mantenía discreción sobre el tema.

En el año 1905, nación en Polonia Santa Faustina Kowalska. Desde los siete años tuvo experiencias místicas y le aparecía Jesús. El Señor le comunicó su vocaciónd e relgiosa y se fue a Vaarsovia con la intención buscar un convento. Después de muchas peripecias y sufrimientos ingresó en un convento de una cogregación dedicada a la divina misericordia. Su nombre de pila era Elena. Ya de postulante la enviaron a Cracovia debido a su frágil salud donde hizo el noviciado, los primeros votos y votos perpetuos, no sin haber hecho ya un voto privado al Señor de vivir e la castidad. Allí recibió muchas revelaciones del Señor y sobre todo pidió que se pintara una imagen de Él como el Sagrado Corazón con rayos blancos y rojos de luz saliendo de sus manos, la misma imagen que ahora se encuentra en tantas iglesias. Esta es la imagen de la divina misericordia y le pidió que se promulgara la devooción ala Divina Misericordia. Ella murió a los 33 años en el año 1938,  debido a su estado débil de salud.

No lejos del convento donde la santa vivía y un poco más adelante, al joven Karol Wojytila le tocaba trabajar en una cantera mientras también se preparaba para el sacerdocio. Conoció la devoción a la Divina Misericordia. Siendo ya papa, dedicó su segunda encíclica Dives in misericordia al tema. Promovió la devoción, de manera que ahora millones de católicos en todo el mundo rezan cada día la coronilla de la Divina Misericordia expresando su confianza en el Señor, según lo revelado por Él a Santa Faustina. La beatificó y posteriormente la canonizó, y pocos años antes de su muerte designó este domingo segundo de Pascua como Fiesta de la Divina Misericordia de acuerdo con lo que el Señor le había pedido a la santa.

¿Qué significa la palabra misericordia? En español la palabra proviene del latín y significa conmoerse ante la miseria de otro. En la Bibla hebrea se utiliza mucho la palabra hesed que expresa la misma idea. Corresponde también a la palabra compasión que también proviene del latín cum patior, sufrir con. La misericordia es el aspecto más exquisito del amor de Dios. En el Nuevo Testamento también se recalca mucho la misericordia de Dios y en general su amor, pues nuestra primera lectura de hoy de la Primera Carta de San Juan sería donde más se resalta el tema del amor a Dios, su amor hacia nosotros llegando a decir que Dios es amor. La vida interna de la Sma. Trinidad consiste en el amor, del Padre hacia el Hijo, que como enseña San Agustín es el mismo Espíritu Santo. San Pablo expresa esta verdad en su Carta a los Romanos: El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se os ha dado (5,5). Debido a que desde el inicio de la historia humana, con Adán y Eva la humanidad se rebeló contra Dios, en toda la Biblia lo que más caracteriza a Dios es su misericordia. Si no se hubiera dado este hecho, posiblemente no hubieramos conocido tanto el amor de Dios bajo este vertiente de misericordia, proque el hombre o hubiera pecado y nunca hubiera perdido la intimidad con Dios que tenía antes de ese primer pecado.

A veces a algunos les cuesta comprender cómo se puede compaginar la misericordia de Dios con su justicia. Les parecen dos cualidades que nos se pueden armonizar. Dios es totalmente simple y aunque nosotros necesariamente debido a las limintaciones de nuestra mente que entiende, según explica Santo Tomás de Aquino, dividiendo y componiendo, o analizando y sitetizando, nos cuesta comprender que todo lo que hay en Dios es Dios, de manera que su justicia se identifica con su misericordia, y de igual manera su sabiduría, su bondad etc. Todo es uno en Él.

Veamos ahora cómo la misericordia de Dios  se manifiesta de manera especial en el Sacramento de la Penitencia. Jesús se aparece a los 11 apóstoles en la tarde del Domingo de la Resurrección y los saludo con la palabra shalom o "la paz con vosotros". La paz en la Biblia es la suma de todos los bienes mesiánicos que obviamente iba a traer Jesús como  Mesías e Hijo de Dios. Se trata de la superación de la división, y todas las consecuencias de la caída del hombre en el pecado que se expresan en la armonía con Dios, con los hermanos y con la misma creación que se produjo con el primer pecado de Adán y Eva, y tuvo como resultado su expulsión del Edén. Este saludo lo repite tres veces en nuestro pasaje evangélico de hoy. Jesús prosigue: ""Como el Padre me ha enviado, asi lo envío yo. A quienes perdonéis los pecados quedarán perdonado, a quienes los retengáis les será retenidos". Este es el texto fudamental que avala la instituciónd del Sacramento de la Penitencia, que es algo tan importante en nuestra vida y una manifestación extraordinaria de la misericordia de Dios manifestada en Jesús. Los Padres de la Iglesia la veían como un segundo bautismo y la imaginaban como una segunda tabla de salvación vista como un naufragio en el que uno anda en peligro de hundimiento en el mar y el Señor le pasa una tabla para sacarlo de inminente peligro.

Una de las más grandes desgracias que se han dado en este período de uos 50 años desde la celebración del Concilio Vaticano II ha sido el hecho de que los católicos en muchos países han abandondado la práctica de este sacramento. Hay una desviación grave en la formación de la conciencia de los fieles, de manera que lo que forma sus conciencias ya no es la Palabra de Dios y la doctrina de la Iglesia que queda expresada en el Catecismo, sino lo que les dicen los medios de comunicación qu tienden a lavarle el cerebro a la gente. Incluso algunas personas que acuden al sacrameto después de muchos años le dicen al sacerdote que no tienen ningún pecado, pese a que San Juan en su Primera Carta escribe: "El que dice que no tiene pecado es un mentiroso y Dios no está en Él".

Pidamos, pues, al Señor en esta fiesta de la Divina Misericordia que los católicos que han abandonado el Sacramento de la Penitencia lleguen a experimentar la misericordia de Dios y la tranquilidad de conciencia que nos da. Dios es amor, y nosotros debido a que como consecuencia del pecado original se nos ha quedado lo que que se llama la concupiscencia. Esto quiere decir que nuestra mente queda en parte en tinieblas y no reconocemos la verdad, nuestra voluntad queda debilitada y nos falta la fuerza para hacer el bien que sabemos que deberíamos de hacer, y nuestras pasiones nos inclinan al mal. Lo que es peor hoy en día, es el hecho de que la mayoría intenta engañarse y convencerse de que lo que es malo es bueno. Que el Señor en su misericordia nos ilumine la mente con la verdad y refuerza nuestra  voluntad para hacer siempre el bien, pues en esto consiste la santidad a la que todos estamos llamados.