FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA, 31 DE DICIEMBRE DE 2017
¿Por qué se trata de una familia santa?
Ciertamente sabemos que hoy en día la familia está sometida a muchas presiones de parte de la sociedad? En lo económico suele ser necesario que ambos padres salgan a trabajar fuera de la casa y se sufre también precariedad laboral, porque en muchos casos uno puede sufrir la despedida en cualquier momento. Muchas familias sufren de un exceso de materialismo y consumismo. Quieren más y más aparatos, viajes etc. movidos muchas veces por la publicidad o quieriendo seguir lo que hacen otros. Los horarios de trabajo no facilitan la vida familiar. Hay familias en las que los padres más o menos abandonan su rol de ser los primeros educadores de los hijos y dejan que los colegios y los maestros cumplan esta función. Permiten que los niños tengan acceso sin restricciones a los medios de comunicación como la televvisión. Los Estados se dedican a imponer indeologías nefastas como la así llamada LGBT, lavando el cerebro del niño en la escuela y los padres apenas protestan. Se dan no pocos conflictos en el seno de la familia, especialmente en el caso de los adolescentes que exigen más libertadad para salir de noche a fiestas y botellones.
Pese a todas las dificultades que las familias actuales encuentran, la Iglesia nos propone hoy como modelo la Sagrada Familia, como ejemplo de una familia que alcanza la santidad que Dios nos pide. Si bien es cierto que no se trata de una familia normal en cuanto que José no es el verdadero padre y tuvo que pasar unas pruebas hasta que le comunicó el ángel la verdadera situación de María, que estaba en cinta por potra del Espíritu Santo. María era virgen y según consta en el Evangelio de San Lucas dos veces, ella observaba y meditaba delante de Dios todas las cosas que se iban dando. Jesús es el Hijo de Dios. Sin embargo, a ellos les tocó vivir muchas dificultades. El hecho de salir a un viaje desde Nazaret hasta Belén, en las circunstancias en las que se viajaba en la época y sobre todo estando ya avanzado el embarazo de María. Luego vino el tremendo peligro en el que se encontraron con la amenaza de Herodes, pero una vez más a través de la intervención del ángel que le comunica a José lo que tenía que hacer, superaron esta prueba. Otra vez, estando en Egipto, tuvieorn que ponerse a viajar otra vez y al final llegar hasta Nazaret. José, según San Mateo, era "un hombre justo", es decir, fiel cumplidor de la ley de Dios y se ve cómo en cada caso cumpió enseguida lo que el ángel le comunicaba. Luego, no es difícil de imaginar la angustia que pasaron José y María cuando se perdió Jesús y tuvieron que regresar a Jerusalén y buscarlo a lo largo de tres días enteros. En esto consiste la santidad, y en la Biblia decir "justo" es lo mismo que santo.
José era carpintero o artesano, de manera que no era de la clase más desamparada que eran los jornaleros. Sin embargo, eran pobres según lo que San Lucas indica proque en el templo no ofrecer un cordero, sino un par de tórtoras o dos pichones. Vivían en un pueblo, y por lo que posteriorente nos hace saber San Lucas, la gente de Nazaret rechazó a Jesús y quisieron despeñarlo desde el barranco en el que estaba construido el pueblo. Podemos suponer que como es normal en un pueblo, la Sagrada Familia tenía que tener mucha paciencia con este tipo de gente un poco burda y no muy dados a las buenas formas.
Jesús nació y vivió como verdadero hombre, teniendo que aprender a hablar, a escribir y ejercer el oficio de carpintero de José con todo la dureza que eso implicaba en la época. No es como hoy donde hay grandes tiendas de bricolaje donde uno compra la madera y dimensionada, y las herramientas eléctricas para cortarla etc. Allí probablemente, se tenía que ir al monte a escoger un árbol para tallar y llevar al taller, y luego cortar haciendo las tablas necesarias para hacer los muebles, puestras y otras cosas que tenían que hacer. Podemos deducir de las parábolas que Jesús observaba con gran detalle y finura todos los aspectos de la vida sea la agricultura, la pesca, la artesanía de su época. Su encarnación era auténtica y no se le ahorraba nada en cuanto a ganar el pan con el sudor de la frente. Un joven al ir creciendo y madurando necesita una gran cercanía a su padre para ir a aprendiendo todo lo que es ser hobre con sus responsabilidades y sacrificios. Jesús iba aprendiendo todas estas cosas de José.
¿Cómo se santificaba la Sagrada Familia? Pues, a través de la oración y del trabajo diario. Los judíos oraban cinco veces al día y el sábado acudían a la sinagoga para escuchar una lectrua de la Sagrada Escritura y una prédica del rabino u otro miembro eminente de la comunidad. San Ignacio nos porpone el ideal de "enocontrar a Dios en todas las cosas". Así hacían José, María y Jesús a lo largo de aquelos años de oración, trabajo y silencio en Nazaret.
Recientemente he sabido del hecho de que un sacerdote irlandés, P. Patrick Peyton, que vivió la mayor parte de su vida en Estados Unidos, que dedicó su ministerio a promover una Cruzada de Oración, concretamente el rosario, va a ser beatificado. Su lema era "La Familia que ora juntos se mantiene unida". Sabemos que la Sma. Virgen tanto en sus apariciones de Fátima, que en este año 2017 se ha celebrado el centenario, recomendaba el rezo del rosario para superar tantos males que hay en el mundo. Se trata, según San Juan Pablo II, de contemplar los misteiros de Jesús desde la perspectiva de María, también como dice el Evangelio de San Lucas reflexionaba sobre cada cosa que sucedía, es decir, iba descubriendo la voluntad de Dios manifestarse en cada acontecimiento y así iba cumpliendo su respuesta al Arcángel en la Anunciación:"Hagase en mi según tu palabra"
sábado, 30 de diciembre de 2017
sábado, 23 de diciembre de 2017
Dios quiere hacer una casa para David.
HOMILÍA IV DOMINGO DE ADVIENTO, 24 DE DICIEMBRE DE 2017.
Completamos el Adviento con este cuatro domingo de Adviendo que este año cae en las mismas vísperas de la Navidad. Nuestra primera lectura recoge uno de los textos más importantes y emblemáticos de toda la Biblia en el séptimo catpítulo del segundo libro de Samuel. . El Rey David, después de haber logrado sobreponerse a todos sus enemigos, y de haber logrado la conquista de Jerusalén donde había establecido su residencia, quiere hacer una "casa de Dios", es decir un templo. En un primer momento su profeta de la cotre Natán, le dice que sí que proceda, que Dios lo ve bien. Posteriorente, el profeta tiene un sueño en el que Dios le counica que no le corresponde a David hacerle una casa para Él, sino que él mismo creará una casa y le dará un descendiente. Aquí no se trata tanto de una casa física sino de la dinastía de David. Este episodio se da alrededor del año 1000 a. C. Sabemos que el Rey de Bibilonia en el año 586 destruyó Jerusalén y el templo, llevó a la gente importante al exilio incluyendo el rey, a quién le había arrancado los ojos y matado a sus hijos en su presencia. Es decir, la dinastía de David, duró unos 400 años pero ya nunca pudo reconstituirse. Este hecho provocó una notable crisis en la mente de los israelitas, pues ¿Cómo se iba a cumplir la promesa de Dios? Aquí se trata de la providencia maravillosa de Dios que lleva los hilos de la historiia y lograr sus planes de una manera misteriorsa. Dios demoró casi 600 años en cumplir su promesa y es lo que constatamos en nuestro evangelio de hoy.
Saltamos 1000 años de los planes de David en Jerusalén a la Virgen María en Nazaret. El mismo Arcángel Gabriel que se había aparecido a Zaquarías en el templo, se aparece ahoa a María, no en el templo sino en su humilde casa de Nazaret. Nazaret era un pueblo insigificante que ni siquiera se mencionaba en la Biblia. El Angel Gabriel se presenta delante de María, no en el templo como a Zaquarías sino en su casa sola y le dice: "No temas, María, concebirás y darás a luuz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será grande y se llamará hijo del Altísimo. El Señor le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob por siempre y su reino no tendrá fin" Más adelante diice "Nada hay imposible para Dios". Es decir, la promesa de Dios a David se cumple casi mil años después debido a que José era de la familia de David. Aquí lo que se manifiesta claramente es la Proviencia de Dios. Dios no se había olvidado de su promesa y la cumplió de una forma supeiror que nadie pudiera sospechar. No solo se trata de un rey como David, sino del mismo Hijo de Dios que manda a reinar no sólo sobre su pueblo Israel sino sobre todo el mundo. La misión de Israel era precisamente la de ser vehíiculo de salvación para todos los pueblos. Los israelistas se cerraron en su aislamiento y legaron a despreciar a los paganos.
También San Pablo al final de su gran carta a los Romanos se refiere a este plan maravilloso de Dios con la palabra "misterio", con la que se refiere designio de Dios de salvar no sólo a Israel sino a todos los pueblos, plan que ha formulado desde el inicio de los siglos y se ha manifestado ya. Este plan trata de atraer a todos los hombres a la obediencia de la fe. La fe es el don de Dios por el cual nos fiamos de él y acogemos todo lo que nos ha enseñado para nuestra salvación. La palabra expresión "obediencia de la fe" se refiere al hecho de que la fe es la respuesta a la Palabra de Dios, pues la palabra obedecer está relacionada con "escuchar". De ahí la importancia de la proclamaciónd de la Palabra de Dios y su acogida por la escucha y la obedienicia.
Estamos a pocas horas de la celebración de la Navidad de este año 2017. Que lo que hemos escuchado y reflexionado en estas semanas de Adviento nos ayude a acoger a Jesús que se encarna, es decir, "se hace carne" y comparte con nosotros toda la vida humana, menos en pecado, con sus dolores, angustias,alegrías y esperanzas. Que María Santísima sea nuestra guía y que aprendamos de ella la lección que se expresa en sus palabras: "Hágase en mi según tu Palabra" y "Háced lo que él os diga".
Completamos el Adviento con este cuatro domingo de Adviendo que este año cae en las mismas vísperas de la Navidad. Nuestra primera lectura recoge uno de los textos más importantes y emblemáticos de toda la Biblia en el séptimo catpítulo del segundo libro de Samuel. . El Rey David, después de haber logrado sobreponerse a todos sus enemigos, y de haber logrado la conquista de Jerusalén donde había establecido su residencia, quiere hacer una "casa de Dios", es decir un templo. En un primer momento su profeta de la cotre Natán, le dice que sí que proceda, que Dios lo ve bien. Posteriorente, el profeta tiene un sueño en el que Dios le counica que no le corresponde a David hacerle una casa para Él, sino que él mismo creará una casa y le dará un descendiente. Aquí no se trata tanto de una casa física sino de la dinastía de David. Este episodio se da alrededor del año 1000 a. C. Sabemos que el Rey de Bibilonia en el año 586 destruyó Jerusalén y el templo, llevó a la gente importante al exilio incluyendo el rey, a quién le había arrancado los ojos y matado a sus hijos en su presencia. Es decir, la dinastía de David, duró unos 400 años pero ya nunca pudo reconstituirse. Este hecho provocó una notable crisis en la mente de los israelitas, pues ¿Cómo se iba a cumplir la promesa de Dios? Aquí se trata de la providencia maravillosa de Dios que lleva los hilos de la historiia y lograr sus planes de una manera misteriorsa. Dios demoró casi 600 años en cumplir su promesa y es lo que constatamos en nuestro evangelio de hoy.
Saltamos 1000 años de los planes de David en Jerusalén a la Virgen María en Nazaret. El mismo Arcángel Gabriel que se había aparecido a Zaquarías en el templo, se aparece ahoa a María, no en el templo sino en su humilde casa de Nazaret. Nazaret era un pueblo insigificante que ni siquiera se mencionaba en la Biblia. El Angel Gabriel se presenta delante de María, no en el templo como a Zaquarías sino en su casa sola y le dice: "No temas, María, concebirás y darás a luuz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será grande y se llamará hijo del Altísimo. El Señor le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob por siempre y su reino no tendrá fin" Más adelante diice "Nada hay imposible para Dios". Es decir, la promesa de Dios a David se cumple casi mil años después debido a que José era de la familia de David. Aquí lo que se manifiesta claramente es la Proviencia de Dios. Dios no se había olvidado de su promesa y la cumplió de una forma supeiror que nadie pudiera sospechar. No solo se trata de un rey como David, sino del mismo Hijo de Dios que manda a reinar no sólo sobre su pueblo Israel sino sobre todo el mundo. La misión de Israel era precisamente la de ser vehíiculo de salvación para todos los pueblos. Los israelistas se cerraron en su aislamiento y legaron a despreciar a los paganos.
También San Pablo al final de su gran carta a los Romanos se refiere a este plan maravilloso de Dios con la palabra "misterio", con la que se refiere designio de Dios de salvar no sólo a Israel sino a todos los pueblos, plan que ha formulado desde el inicio de los siglos y se ha manifestado ya. Este plan trata de atraer a todos los hombres a la obediencia de la fe. La fe es el don de Dios por el cual nos fiamos de él y acogemos todo lo que nos ha enseñado para nuestra salvación. La palabra expresión "obediencia de la fe" se refiere al hecho de que la fe es la respuesta a la Palabra de Dios, pues la palabra obedecer está relacionada con "escuchar". De ahí la importancia de la proclamaciónd de la Palabra de Dios y su acogida por la escucha y la obedienicia.
Estamos a pocas horas de la celebración de la Navidad de este año 2017. Que lo que hemos escuchado y reflexionado en estas semanas de Adviento nos ayude a acoger a Jesús que se encarna, es decir, "se hace carne" y comparte con nosotros toda la vida humana, menos en pecado, con sus dolores, angustias,alegrías y esperanzas. Que María Santísima sea nuestra guía y que aprendamos de ella la lección que se expresa en sus palabras: "Hágase en mi según tu Palabra" y "Háced lo que él os diga".
sábado, 16 de diciembre de 2017
DOMINGO DE LA ALEGRÍA
HOMILÍA, TERCER DOMINGO DE ADVIENTO, 17 DE DICIEMBRE DE 2017.
Tanto en el Adviento como en la Cuaresma, la Iglesia dedica un domingo en el que las lecturas bíblicas nos invitan a la alegría. Esta alegría se expresa en primer lugar en nuesta lectura del libro del Profeta Isaías donde afirma: "Yo regocijo plenamente en el Señor, mi alma exulta en mi Dios". En en Nuevo Testamento, sin duda San Pablo es el que más invita y exhorta a la alegría, y así es en nuestra segunda lectura de hoy de su carta a los cristianos de la ciudad griega de Tesalónica. De hecho, éste el el primer escrito cristiano que ha llegado a nosotros. Pudiera ser que Pablo les haya escrito más cartas a otras comunidades que no han llegado a nosotros. Se trata, pues, del primerísimo escrito de todos los que se han escrito desde entonces hasta nuestros días. Proviene de alrededor del año 50, unos 20 años después de la muerte y resurrección de Jesús. El Apóstol escribe: "Hermanos, estad siempre alegres, orad sin interrupción, en todas las cosas dad gracias, pues es la Voluntad de Dios en Cristo Jesús para vosotros"
Podemos constar al leer las cartas de San Pablo que suele hacer afirmaciones con mucha fuerza, pero pareciera que esta vez se ha pasado. Podríamos preguntarnos: ¿Cómo se puede estar alegres siempre? ¿Acaso podemos estar alegres y contentos en la ocasión de la muerte de un ser querido? Si se nos ha encendiado la casa y hemos perdido todas nuestras pertinencias, ¿podemos estar alegres? o ¿Si vamos al médico y nos dice que lamentablemente tenemos un cáncer? Para San Pablo, el hecho de la venida de Jesucristo, Hijo de Dios a nuestro mundo, de haber muerto en la cruz y resuctiado y por ellos logrado la victoria definitiva sobre el mal, la muerte, el pecado, todo, cambia radicalmente nuestra situación y el mismo mundo. Esta idea la desarrolla en su carta a los cristianos de Roma c. 8: "Porque estimo que los sufirimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros.... ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación? ¿La angustia?¿la persecucuón? ¿el hambre? ¿la desnudez? ¿los peligros? ¿la espada?...Pues estoy seguro que ni la muerte ni la vida ni los ángeles, ni los pricipados ni lo presente ni lo futuro ni las postestades, ni la profundidad, ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Nuestro Señor". (Rom 8, 18-38).
No debemos de confundir la alegría a la que se refiere San Pablo con el mero placer. El placer lo provoca la satisfacción de nuestros institntos y pasiones. Existe un placer al comer y beber, en las relaciones sexuales, en la caída del agua caliente sobre el cuerpo en la ducha,etc. Aquí la alegría proviene de nuestra unión con Jesús, Hijo de Dios que siendo la segunda persona de la Sma. Trinidad, comparte desde toda la eternidad el amor del Padre que es el Espíritu Santo. Al encarnarse, o hacerse hombre, la fiesta que celebramos en la Naivdad, ha tomado sobre sí toda nuestra condición humana, excepto el pecado, nuestras alegrías y dolores, esperanzas e ilusiones. Todo lo auténticamente humana lo ha asumido y hecho suyo, llegando hasta el extremo de la cruz. En la resurrección, ha alcanzado una victoria y un triunfo tan grande que como se dice en el penúltimo capítulo del Libro del Apocalipsis, tabién el final de la Biblia: "Y enjugará las lágrimas de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos, ni fatigas porque el mundo viejo ha pasado... Mira que hago un mundo nuevo. Y añadió: Éstas son palabras ciertas y verdaderas" (Ap 21, 1ss). Cada uno de nosotros heos sido introducido a este mundo nuevo producido por la victoria de Jesús resucitado por nuestro bautismo, de manera todos los dolores y angustias que nos tocan en este mundo son pasajeros y estamos en el camino de alcanzar plenamente la participación en este mundo nuevo que es toda alegría y paz.
San Pablo prosigue: "Orad sin interrupción". Aquí repite algo que el mismo Jesús dice en el Evangelio de San Lucas, pero ¿cómo podemos cumplir este mandato? En los primeros siglos, los Padres de la Iglesia y en el siglo IV, los cristianos que se retiraban al desierto de Egipto tomaban muy en serio estas palabras. Los del desierto procuraban evitar toda distracción y se dedicaban a trabajos que no necesitaban mucha concentración mental como la fabricación de canastas para dejar la mente libre para poder elevarla al Señor. Incluso pensaban que a lo largo de la noche la misma respiración sería una suerte de oración. Los Padres de la Iglesia que han escrito tratados sobre la oración tratan este tema, de manera especial Orígenes de Alejandría del siglo III y San Augstín. Ellos, considerando que a partir del bautismo toda nuestra vida está unida a Jesús resucitado, todo lo que hacemos en cumplimiento de la voluntad de Dios a lo largo del día se convierte en oración. Claro, también sabían que la Iglesia oraba siete veces al día, la que llamamos La Liturgia de las Horas, y se invita al cristiano a dedicar tiempo a la oración para reforzar esta unión. San Agustín ve la oración como la expresión de un deseo de la unión con Dios y de estar en su casa o su morada, pero debido a nuestra flaqueza este deseo puede debilitarse, de manera que también es necesario dedicar tiempos específicos a la oración para fortalecer este deseo. También San Pablo invita a los cristianos de Roma a ofrecer sus cuerpos como sacrificio agradable a Dios (Rom 12,1ss).
También Pablo nos exhorta a dar gracias en todas las cosas. En realidad, nosotros por nuestras propias fuerzas somos incapaces de dar gracias debidamente a Dios por los inmensos beneficios que nos ha dado y nos sigue dando cada día. La misma palabra "eucaristía" significa "dar gracias bien". Teneos la tentación de dar por supuesto que vamos a recibir lo que Dios y los demás nos dan y nos olvidamos de dar gracias. En tiempos bíblicos, cuando el pueblo de Israel vivía al lado del desierto y sabía que cualquier año podría fallar la cosecha debido a la sequía, las plagas o la guerra. Por ello, existía ellos se daban cuenta de que si tenían de qué comer era por la gracia y la bondad de Dios. ¿Y nosotros oraos antes y después de comer? En la Nochebuena, vamos a reunirnos con los familiares, ¿y nos olvidaremos de dar gracias a Dios por todo lo que ha hecho, por la vida, por habernos reunido en tan señalada ocasión, por habernos dado todo lo que tenemos y somos? Recordemos el episodio de la curación de los diez leprosos por Jesús y que solo uno volvió a dar gracias y era un samaritano.
San Pablo prosigue: "esta es la voluntad de Dios hacia vosotros". Dios quiere que tengamos la íntima convicción que tenía el Apóstol sobre la victoria de Jesús sobre todo mal, el demonio y la muerte, y del hecho de que con Él nuestro mund, nuestra historia ha cambiado radicalmente, que "ha hecho nuevas todas las cosas". Este proeceso va adelante y nosotros formamos parte de él. Nos toca también colaborar a que de verdad se manifieste en nuestra vida y a nuestro alrededor esta novedad de vida que también se llama el Reino de Dios. Tal colaboración se concreta en el criterio que Jeús nos entrega para el juicio final: "Tuve hambre y me distéis de comer, tuve sed y me disteis de beber, estuve desnudo y me vestistéis, en la cárcel y me visitaseis...." También en esta Navidad podríamos privarnos de algunas cosas y ofrecer una limosna para las personas más necesitadas recordando de manera especial a los cristianos perseguidos de Siria e Irak que todo lo han perdido a manos de los terroristas islámicos.
Tanto en el Adviento como en la Cuaresma, la Iglesia dedica un domingo en el que las lecturas bíblicas nos invitan a la alegría. Esta alegría se expresa en primer lugar en nuesta lectura del libro del Profeta Isaías donde afirma: "Yo regocijo plenamente en el Señor, mi alma exulta en mi Dios". En en Nuevo Testamento, sin duda San Pablo es el que más invita y exhorta a la alegría, y así es en nuestra segunda lectura de hoy de su carta a los cristianos de la ciudad griega de Tesalónica. De hecho, éste el el primer escrito cristiano que ha llegado a nosotros. Pudiera ser que Pablo les haya escrito más cartas a otras comunidades que no han llegado a nosotros. Se trata, pues, del primerísimo escrito de todos los que se han escrito desde entonces hasta nuestros días. Proviene de alrededor del año 50, unos 20 años después de la muerte y resurrección de Jesús. El Apóstol escribe: "Hermanos, estad siempre alegres, orad sin interrupción, en todas las cosas dad gracias, pues es la Voluntad de Dios en Cristo Jesús para vosotros"
Podemos constar al leer las cartas de San Pablo que suele hacer afirmaciones con mucha fuerza, pero pareciera que esta vez se ha pasado. Podríamos preguntarnos: ¿Cómo se puede estar alegres siempre? ¿Acaso podemos estar alegres y contentos en la ocasión de la muerte de un ser querido? Si se nos ha encendiado la casa y hemos perdido todas nuestras pertinencias, ¿podemos estar alegres? o ¿Si vamos al médico y nos dice que lamentablemente tenemos un cáncer? Para San Pablo, el hecho de la venida de Jesucristo, Hijo de Dios a nuestro mundo, de haber muerto en la cruz y resuctiado y por ellos logrado la victoria definitiva sobre el mal, la muerte, el pecado, todo, cambia radicalmente nuestra situación y el mismo mundo. Esta idea la desarrolla en su carta a los cristianos de Roma c. 8: "Porque estimo que los sufirimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros.... ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación? ¿La angustia?¿la persecucuón? ¿el hambre? ¿la desnudez? ¿los peligros? ¿la espada?...Pues estoy seguro que ni la muerte ni la vida ni los ángeles, ni los pricipados ni lo presente ni lo futuro ni las postestades, ni la profundidad, ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Nuestro Señor". (Rom 8, 18-38).
No debemos de confundir la alegría a la que se refiere San Pablo con el mero placer. El placer lo provoca la satisfacción de nuestros institntos y pasiones. Existe un placer al comer y beber, en las relaciones sexuales, en la caída del agua caliente sobre el cuerpo en la ducha,etc. Aquí la alegría proviene de nuestra unión con Jesús, Hijo de Dios que siendo la segunda persona de la Sma. Trinidad, comparte desde toda la eternidad el amor del Padre que es el Espíritu Santo. Al encarnarse, o hacerse hombre, la fiesta que celebramos en la Naivdad, ha tomado sobre sí toda nuestra condición humana, excepto el pecado, nuestras alegrías y dolores, esperanzas e ilusiones. Todo lo auténticamente humana lo ha asumido y hecho suyo, llegando hasta el extremo de la cruz. En la resurrección, ha alcanzado una victoria y un triunfo tan grande que como se dice en el penúltimo capítulo del Libro del Apocalipsis, tabién el final de la Biblia: "Y enjugará las lágrimas de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos, ni fatigas porque el mundo viejo ha pasado... Mira que hago un mundo nuevo. Y añadió: Éstas son palabras ciertas y verdaderas" (Ap 21, 1ss). Cada uno de nosotros heos sido introducido a este mundo nuevo producido por la victoria de Jesús resucitado por nuestro bautismo, de manera todos los dolores y angustias que nos tocan en este mundo son pasajeros y estamos en el camino de alcanzar plenamente la participación en este mundo nuevo que es toda alegría y paz.
San Pablo prosigue: "Orad sin interrupción". Aquí repite algo que el mismo Jesús dice en el Evangelio de San Lucas, pero ¿cómo podemos cumplir este mandato? En los primeros siglos, los Padres de la Iglesia y en el siglo IV, los cristianos que se retiraban al desierto de Egipto tomaban muy en serio estas palabras. Los del desierto procuraban evitar toda distracción y se dedicaban a trabajos que no necesitaban mucha concentración mental como la fabricación de canastas para dejar la mente libre para poder elevarla al Señor. Incluso pensaban que a lo largo de la noche la misma respiración sería una suerte de oración. Los Padres de la Iglesia que han escrito tratados sobre la oración tratan este tema, de manera especial Orígenes de Alejandría del siglo III y San Augstín. Ellos, considerando que a partir del bautismo toda nuestra vida está unida a Jesús resucitado, todo lo que hacemos en cumplimiento de la voluntad de Dios a lo largo del día se convierte en oración. Claro, también sabían que la Iglesia oraba siete veces al día, la que llamamos La Liturgia de las Horas, y se invita al cristiano a dedicar tiempo a la oración para reforzar esta unión. San Agustín ve la oración como la expresión de un deseo de la unión con Dios y de estar en su casa o su morada, pero debido a nuestra flaqueza este deseo puede debilitarse, de manera que también es necesario dedicar tiempos específicos a la oración para fortalecer este deseo. También San Pablo invita a los cristianos de Roma a ofrecer sus cuerpos como sacrificio agradable a Dios (Rom 12,1ss).
También Pablo nos exhorta a dar gracias en todas las cosas. En realidad, nosotros por nuestras propias fuerzas somos incapaces de dar gracias debidamente a Dios por los inmensos beneficios que nos ha dado y nos sigue dando cada día. La misma palabra "eucaristía" significa "dar gracias bien". Teneos la tentación de dar por supuesto que vamos a recibir lo que Dios y los demás nos dan y nos olvidamos de dar gracias. En tiempos bíblicos, cuando el pueblo de Israel vivía al lado del desierto y sabía que cualquier año podría fallar la cosecha debido a la sequía, las plagas o la guerra. Por ello, existía ellos se daban cuenta de que si tenían de qué comer era por la gracia y la bondad de Dios. ¿Y nosotros oraos antes y después de comer? En la Nochebuena, vamos a reunirnos con los familiares, ¿y nos olvidaremos de dar gracias a Dios por todo lo que ha hecho, por la vida, por habernos reunido en tan señalada ocasión, por habernos dado todo lo que tenemos y somos? Recordemos el episodio de la curación de los diez leprosos por Jesús y que solo uno volvió a dar gracias y era un samaritano.
San Pablo prosigue: "esta es la voluntad de Dios hacia vosotros". Dios quiere que tengamos la íntima convicción que tenía el Apóstol sobre la victoria de Jesús sobre todo mal, el demonio y la muerte, y del hecho de que con Él nuestro mund, nuestra historia ha cambiado radicalmente, que "ha hecho nuevas todas las cosas". Este proeceso va adelante y nosotros formamos parte de él. Nos toca también colaborar a que de verdad se manifieste en nuestra vida y a nuestro alrededor esta novedad de vida que también se llama el Reino de Dios. Tal colaboración se concreta en el criterio que Jeús nos entrega para el juicio final: "Tuve hambre y me distéis de comer, tuve sed y me disteis de beber, estuve desnudo y me vestistéis, en la cárcel y me visitaseis...." También en esta Navidad podríamos privarnos de algunas cosas y ofrecer una limosna para las personas más necesitadas recordando de manera especial a los cristianos perseguidos de Siria e Irak que todo lo han perdido a manos de los terroristas islámicos.
sábado, 9 de diciembre de 2017
ALLANAR EL CAMINO DEL SEÑOR
SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO, 10 DE DICIEMBRE DE 2017.
El día 14 de este mes de diciembre, celebrmos la Fiesta de San Juan de la Cruz, uno de los más grandes místicos de la historia de la Iglesia. Él y Santa Teresa de Jesús colaboraron en la reforma de la Orden del Carmelo en el siglo XVI. Además, es uno de los más grndes poetas de la lengua española. Curiosamente, él mismo hace un comentario a sus propias poesías. Lo que más restalta en todos sus escritos es la necesidad del despego, de dominar el deseo de cualquier otra cosa que no sea Dios. Esta idea está en perfecta concordancia con lo que dice Jesús: ·El que ama a su padre, madre, hijos ... más que a mí, no es digno de mí" o lo que Jesús expplcó como la síntesis de todos los mandamientos de la ley de Dios: "Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y al prójimo como a ti mismo". ¿Cuáles son estos apegos o deseos que obstaculizan el camino de la entrada de Dios en nuestra alma? Se trata del apego a todo lo mundano, al placer, al dinero y lo que puede comprar, al poder y al dominio sobre otros, el apego la fama y el miedo al qué dirán. Ahora en el Adviento y en la Navidad nos encontramos con muchos obstáculos que nos impiden a abrir nuestro corazón al Señor y llanar el camino para que entre en él. Ya hace tiempo que comenzó "la Navidad comercial", pues los comerciantes esperan poder vender la mitad de todos los productos que venden a lo largo del año en ests fechas. Nos preocupamos de dar y recibir regalos, muchas veces inútiles, de hacer muchas compras. Las empresas suelen hacer cenas de Navidad. En fin, todo menos recordar lo que verdaderamente se celebra en la Navidad para qué es el Adviento. Nos preocupamos de lo material y de lo social y nos olvidamos de lo que dijo Jesús: "Buscad primero el Reinado de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura".
Hay maestros espirituales y otros que escriben libros de autoayuda que presentan recetas para ayudarnos a alcanzar la práctica de la virtud y la felicidad con unos métodos que requieren grandes esfuerzos de parte nuestra. Existe la metáfora de la subida del monte santo. De hecho, una de las obras de San Juan de la Cruz se titula "La subida al Monte Carmelo". Lo más importante no es nuestro esfuerzo generoso dependiente de nosotros, sino el poder de la gracia de Dios. Ciertamente, tenemos que formar nuestra voluntad y hacer un esfuerzo, pero no es que primero nosotros tengamos que salir buscar a Dios, sino que él ha salido ya a nuestro encuentro. "Dios nos amó primero", escribe San Juan en su Primera Carta.
Empecemos con la lectura del Libro de Isaías, que en realidad no es del mismo Profeta Isaías que vivió en el siglo VIII en Jerusalén, sino un profeta anónimo que vivió en Babylonia precisamente en el momento en el que cayó el Imperio de Babilonia a manos del Rey Ciro de Persia alrededor del año 538 a. C. Este rey permitó a los judíos a volver a su tierra. Nuestro pasaje de hoy es el inicio de la profecía del que se suele llamar Deuteroisaías. Es un mensaje de consolación y de esperanza, de vuelta a la tierra ancestral de parte de los judios que ya llevan más de dos generciones en el exilio en Babilonia. Se trtaa de preparar un camino para que pueda llegar el Señor y eliminar los obstáculos. El camino de Babiloni a Jerusalén no pasa por una llanur sino por colinas y valles. Hoy en día, como los ingenieros hacen maravillas al construir las autovías, removiendo tierra, dinamitando rocas etc. es fácil viajar en una autovía y no nos damos cuenta de todo el trabajo que implicaba l construcción de tal carretera.
Un comentador de la obra de San Juan de la Cruz, que como he señalado arriba, insiste en eliminar los apegos, los deseos de cosas no permitidas o que no nos llevan a la meta de nuestro camino, lo compara con un helicóptero que en una acción bélica tiene que aterrizar y rescatar a unos soldados. Ante todo se necesita que el helicóptero encuentre un mínimo de espacio llano, y no de rocs y abrojos para poder aterrizar, de manera a los soldados en tierra les toca allanar un espacio para facilitar el aterrizaje. No seamos en esta Navidad como unos invitados a un cumpleaños de un niño y todos llegan a la casa, toman bebids, vinos, tapas etc, y se ponen a charlar entre sí,, sin siquiera preocuparse de felicitar al niño, de darle un beso y un abrazo. ¿Quién haría eso? Pues es lo que muchos hacen en la Navidad.
Así como hemos escuchado el inicio de la profecía de este profet anónio que llaman Deuteroisías, hoy hemos escuchado el incio del Evangelio de San Marcos que es el primero de los cuatro evangelios en ser escrito. La primera palabra es precisamente "evangelio" que significa "buena o alegre noticia". ¿Me parece a mí buena noticia o me da alegríia? o ¿Me quejo del cura que hace la "misa larga"? Hay 168 horas en una semana, y Jesús les dijo a los apóstoles en el momento de su agonía en el huerto, "Vigilad y esperad", pero como se durieron mientras él pasaba una tremenda angustia hasta sudar sangre: "¿no habéis podido vela una hora conmigo". Si nos encontramos con un amigo, ¿acaso nos quejamos de que nos quita tiempo porque nos cuenta cómo le va, como está su vida? El Domingo es el Día del Señor, un día especial dedicado a él, y tenemos tanta impaciencia que queremos marcharnos de la iglesia lo antes posible. He observado que la gente que va a un partido de fútbol llega varis horas antes y se pone a esperar tranquilamente. ¿Lo que pasa es que no nos hemos preocupado de eliminar los obstáculos que hay en nuestra vida para que realmente la misa sea un encuentro con el Señor, sea en su Palabra que en la comunión, palabra que significa "unión con", pero con Jesús Hijo de Dios que ha entregado su vida hasta el extremo de la cruz para nosotros.
La palabra "Jesús" significa "Yahvé salva", y sabemos que Yahvé es el nombre que Dios mismo reveló a Moisés en la zarza ardiente. Luego dice que es Hijo de Dios. A continuación el evangelista cita a Isaías .aplicando la llamada del profeta de allanar el camino a la llegada de San Juan Bautista cuya misión era precisamente preparar el camino para la llegada de Jesús como Mesías através de una conversión simbolizada por el bautismo, es decir, un lavado en el Río Jordán, como manifestación de arrepentimiento para el perdón de los pecados.
El profeta nos indica en las primeras palabras de su libro que lo que Dios quiere es consolarnos. Dios no es que quiera fastidarnos o que seamos infelices y poco contentos. En otra parte del libro de Isaías se dice que "así de altos están los cielos sobre la tierra, así están mis caminos". Como hemos visto, necesitamos de una preparación, de allanar el camino, de eliminr los obstáculos como las rocas y los valles en el camino, para poder que el Señor llegue a nuestra alma en esta Navidad. Se trata de elminiar los apegos o deseso equivocdo o mal orientados hacia las cosas perecederas y no hacia el verdadero tesoro que es Jesucristo Nuestro Señor. Juan el Bautista invita a una conversión, que significa por una parte un cambio de mentalidad, y por otra un cambio de rumbo, como cuando en la carretera nos damos cuenta de que nos hemos equivocado y nos vemos obligdos a dar una vuelta en U y volver para atrás hasta encontrar el camino correcto.
El día 14 de este mes de diciembre, celebrmos la Fiesta de San Juan de la Cruz, uno de los más grandes místicos de la historia de la Iglesia. Él y Santa Teresa de Jesús colaboraron en la reforma de la Orden del Carmelo en el siglo XVI. Además, es uno de los más grndes poetas de la lengua española. Curiosamente, él mismo hace un comentario a sus propias poesías. Lo que más restalta en todos sus escritos es la necesidad del despego, de dominar el deseo de cualquier otra cosa que no sea Dios. Esta idea está en perfecta concordancia con lo que dice Jesús: ·El que ama a su padre, madre, hijos ... más que a mí, no es digno de mí" o lo que Jesús expplcó como la síntesis de todos los mandamientos de la ley de Dios: "Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y al prójimo como a ti mismo". ¿Cuáles son estos apegos o deseos que obstaculizan el camino de la entrada de Dios en nuestra alma? Se trata del apego a todo lo mundano, al placer, al dinero y lo que puede comprar, al poder y al dominio sobre otros, el apego la fama y el miedo al qué dirán. Ahora en el Adviento y en la Navidad nos encontramos con muchos obstáculos que nos impiden a abrir nuestro corazón al Señor y llanar el camino para que entre en él. Ya hace tiempo que comenzó "la Navidad comercial", pues los comerciantes esperan poder vender la mitad de todos los productos que venden a lo largo del año en ests fechas. Nos preocupamos de dar y recibir regalos, muchas veces inútiles, de hacer muchas compras. Las empresas suelen hacer cenas de Navidad. En fin, todo menos recordar lo que verdaderamente se celebra en la Navidad para qué es el Adviento. Nos preocupamos de lo material y de lo social y nos olvidamos de lo que dijo Jesús: "Buscad primero el Reinado de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura".
Hay maestros espirituales y otros que escriben libros de autoayuda que presentan recetas para ayudarnos a alcanzar la práctica de la virtud y la felicidad con unos métodos que requieren grandes esfuerzos de parte nuestra. Existe la metáfora de la subida del monte santo. De hecho, una de las obras de San Juan de la Cruz se titula "La subida al Monte Carmelo". Lo más importante no es nuestro esfuerzo generoso dependiente de nosotros, sino el poder de la gracia de Dios. Ciertamente, tenemos que formar nuestra voluntad y hacer un esfuerzo, pero no es que primero nosotros tengamos que salir buscar a Dios, sino que él ha salido ya a nuestro encuentro. "Dios nos amó primero", escribe San Juan en su Primera Carta.
Empecemos con la lectura del Libro de Isaías, que en realidad no es del mismo Profeta Isaías que vivió en el siglo VIII en Jerusalén, sino un profeta anónimo que vivió en Babylonia precisamente en el momento en el que cayó el Imperio de Babilonia a manos del Rey Ciro de Persia alrededor del año 538 a. C. Este rey permitó a los judíos a volver a su tierra. Nuestro pasaje de hoy es el inicio de la profecía del que se suele llamar Deuteroisaías. Es un mensaje de consolación y de esperanza, de vuelta a la tierra ancestral de parte de los judios que ya llevan más de dos generciones en el exilio en Babilonia. Se trtaa de preparar un camino para que pueda llegar el Señor y eliminar los obstáculos. El camino de Babiloni a Jerusalén no pasa por una llanur sino por colinas y valles. Hoy en día, como los ingenieros hacen maravillas al construir las autovías, removiendo tierra, dinamitando rocas etc. es fácil viajar en una autovía y no nos damos cuenta de todo el trabajo que implicaba l construcción de tal carretera.
Un comentador de la obra de San Juan de la Cruz, que como he señalado arriba, insiste en eliminar los apegos, los deseos de cosas no permitidas o que no nos llevan a la meta de nuestro camino, lo compara con un helicóptero que en una acción bélica tiene que aterrizar y rescatar a unos soldados. Ante todo se necesita que el helicóptero encuentre un mínimo de espacio llano, y no de rocs y abrojos para poder aterrizar, de manera a los soldados en tierra les toca allanar un espacio para facilitar el aterrizaje. No seamos en esta Navidad como unos invitados a un cumpleaños de un niño y todos llegan a la casa, toman bebids, vinos, tapas etc, y se ponen a charlar entre sí,, sin siquiera preocuparse de felicitar al niño, de darle un beso y un abrazo. ¿Quién haría eso? Pues es lo que muchos hacen en la Navidad.
Así como hemos escuchado el inicio de la profecía de este profet anónio que llaman Deuteroisías, hoy hemos escuchado el incio del Evangelio de San Marcos que es el primero de los cuatro evangelios en ser escrito. La primera palabra es precisamente "evangelio" que significa "buena o alegre noticia". ¿Me parece a mí buena noticia o me da alegríia? o ¿Me quejo del cura que hace la "misa larga"? Hay 168 horas en una semana, y Jesús les dijo a los apóstoles en el momento de su agonía en el huerto, "Vigilad y esperad", pero como se durieron mientras él pasaba una tremenda angustia hasta sudar sangre: "¿no habéis podido vela una hora conmigo". Si nos encontramos con un amigo, ¿acaso nos quejamos de que nos quita tiempo porque nos cuenta cómo le va, como está su vida? El Domingo es el Día del Señor, un día especial dedicado a él, y tenemos tanta impaciencia que queremos marcharnos de la iglesia lo antes posible. He observado que la gente que va a un partido de fútbol llega varis horas antes y se pone a esperar tranquilamente. ¿Lo que pasa es que no nos hemos preocupado de eliminar los obstáculos que hay en nuestra vida para que realmente la misa sea un encuentro con el Señor, sea en su Palabra que en la comunión, palabra que significa "unión con", pero con Jesús Hijo de Dios que ha entregado su vida hasta el extremo de la cruz para nosotros.
La palabra "Jesús" significa "Yahvé salva", y sabemos que Yahvé es el nombre que Dios mismo reveló a Moisés en la zarza ardiente. Luego dice que es Hijo de Dios. A continuación el evangelista cita a Isaías .aplicando la llamada del profeta de allanar el camino a la llegada de San Juan Bautista cuya misión era precisamente preparar el camino para la llegada de Jesús como Mesías através de una conversión simbolizada por el bautismo, es decir, un lavado en el Río Jordán, como manifestación de arrepentimiento para el perdón de los pecados.
El profeta nos indica en las primeras palabras de su libro que lo que Dios quiere es consolarnos. Dios no es que quiera fastidarnos o que seamos infelices y poco contentos. En otra parte del libro de Isaías se dice que "así de altos están los cielos sobre la tierra, así están mis caminos". Como hemos visto, necesitamos de una preparación, de allanar el camino, de eliminr los obstáculos como las rocas y los valles en el camino, para poder que el Señor llegue a nuestra alma en esta Navidad. Se trata de elminiar los apegos o deseso equivocdo o mal orientados hacia las cosas perecederas y no hacia el verdadero tesoro que es Jesucristo Nuestro Señor. Juan el Bautista invita a una conversión, que significa por una parte un cambio de mentalidad, y por otra un cambio de rumbo, como cuando en la carretera nos damos cuenta de que nos hemos equivocado y nos vemos obligdos a dar una vuelta en U y volver para atrás hasta encontrar el camino correcto.
sábado, 2 de diciembre de 2017
ADVIENTO
HOMIÍA, PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO DEL CICLO C, 3 DE DICIEMBRE DE 2017.
Damos inicio hoy a un nuevo año litúrgico. Sabemos que la gente suele tirar la casa por la ventana al llegar el año nuevo civil. En realidad, le dan una importancia excesesiva a tal eferímedes, pues fue Julio César que estableció el calendario que puso el inicio del año en el 1 de enero. Antes era el 25 de marzo, o al llegar la primavera. La Iglesia, a lo largo del año, empezando hoy, nos propone un recuerdo o memorial de los grandes acontecimientos de nuestra salvación.. El Adviento fue introducido en la primera parte de la Edad Media, como un reflejo para la celebraciónd e la Navidad de lo que ya desde hacía siglos había sido la Cuaresma y también era de 40 días, empezando a partir del 11 de noviembre, la Fiesta de San Martín de Tours. En nuestra liturgia actual, comienza a finales de noviembre o principios de diciembre, la diferencia de fecha proviene del hecho de que la celebración de la Pascua, como sabemos, varía de año en año.
Aunque el Adviento tiene algunas semejanzas con la Cuaresma, e implica una cierta austeridad en la Liturgia, por ejemplo la omisión del himno Gloria in excelsis. También se ha introducido la bendición de la Corona de Adviento en este domingo con sus cuatro cirios representando el aumento de la luz y la cercanía de la llegada de Jesucristo, luz del mundo. Esta costumbre tiene su orgen en los pueblos del norte de Europa antes de su conversión al cristianismo. Recogían ramas verdes y encendían fuegos en la oscuridad del mes de diciembre como expresión de la esperanza de la llegada de la primavera. En el siglo XVI, tanto católicos como protestantes colocaban una corona con cuatro velas en sus casas, simbolizando las cuatro etapas de la espera de la llegada de Jesucristo, Sol de Justicia y luz del mundo (Mal 3,20; Lc 1,78).
Pasando a las lecturas de hoy, la primera del Libro de Isaías, comienza con: "Tú, Señor, eres nuestro padre,tu nombre de siempre es «Nuestro redentor". La palabra "redentor" forma parte del lenguaje cristiano y casi damos por supuesto lo que significa que Jesucristo es Nuestro Redentor. En la angtiguedad y en la Edad Media, incluso en los primeros siglos de la edad moderna, no era poco común que alguno fuera secuestrado al ir de viaje o en otra cirucunstancia. En el Antiguo Testamento, existe la figura de "go'el" o redentor, que tenía la obligación de organizar el rescate de un miembro de la familia que había caído en tal desgracia o simplemente había sido vendido como esclavo por no poder pagar sus deudas. Más adelante, no era poco común el secuerstro de personas, con más frecuencia de nobles o personas de familias acaudaladas, que tendrían medios para pagar el rescate. También los moros se dedicaban a esclavizar a gente, llegando a millones en el mediterráneo. Los llevaban a África a realizar trabajos forzados, un poco como los gulag en tiempos de la Unión Soviética, y les deban casi nada de comer. A veces, los piratas moros llegan a atacar un pueblode la costa de Italia o de España y si el pueblo no tenía modo de defenderse, podían llevarse toda la gente, incluyendo al sacerdote. De ahí en la Edad Media, se fundaron Órdenes Religiosas como los Trinitarios o la de la Sma. Virgen de la Merced, que en próximo año celebra los 800 años de su fundación de parte de San Pedro de Nolasco, un comerciante de Barcelona que renunció a sus negocios para dedicarse a esta importante misión. Fueron los Trinitarios los que rescataron a Cervantes, que al pasar de Italia a España el barco en el que viajaba fue secuestrado por moros.
Pongámnos en el caso de estas personas que se encontraban en una mazmorra en África como esclavos, la angustía que sentirían, y las familias que en una época en la que no había el tipo de comunicación hay hoy en día, y pasaba el tiempo y no recibían ninguna noticia de sus seres queridos. Nuestro texto de Isaías expresa el tipo de angustia y dolor que debían de sentir estas personas cuando el profeta expresa su súplica a Dios de liberar a su pueblo: Aquí no se trata de un secuestro del tipo realizado por los moros, sino el resutlado del pecado que ha enajenado al pueblo de Dios. "Vuélvete, por amor a tus siervos y a las tribus de tu heredad. ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases,derritiendo los montes con tu presencia! Bajaste, y los montes se derritieron con tu presencia..El pueblo se da perfecta cuenta de sus pecados y de su gravedad: "Todos éramos impuros,nuestra justicia era un paño manchado;todos nos marchitábamos como follaje, nuestras culpas nos arrebataban como el viento.
¿Cómo se llega a pedir a Dios la liberación con tanta sinceridad si no es que nos damos perfecta cuenta de nuestra situación. Pongámonos en la situación de una que sufre una adicción, sea al alcohol, a los narcóticos, al juego, al sexo en sus diversas manifestaciónes? Uno se propone que ya no va a dejarse esclavizar por esta adicción, pero al dia siguente, está en las mismas. Recordemos los primeros pasos propuestos por Alcohólicos Anóminos, que comienzan con la convicción de que el adicto es simplente incapaz de superar su situación, que lo único que puede hacer es recurrir a Dios cada día y renovar su propósito de no volver a beber para un sólo día, haciendo lo mismo mañana. Los Padres de la Iglesia, como, por ejemplo, San Atanasio en el siglo IV estban convencidos de que la situación del hombre sumido en el pecado, y eso incluye todos nosotros, no tiene otro remedio que el hecho de que Dios mismo en la Persona de su Hijo viniera a rescatarnos.
Si nuestra fe es débil, encontraremos cualquier excusa para pensar que somos buena gente, que otros sí son malos, que hay un montón de pecado en el mundo, pero que "yo no hago daño a nadie". etc. De las cosas más importantes que debemos de aprender de la Biblia, la Palabra de Dios, es que desde el inicio de la historia, el hombre no hace más que pecar, que si no es por el amor y la paciencia de Dios, no tenemos remedio. La Biblia en gran medida es un relato por una parte del amor y al fidelidad de Dios y de la infidelidad y epecado del hombre, y que como el profeta hoy, que acude a Dios porque es nuestro padre, "nosotros la arcilla y tú el alfarero. Somos todos obra de tus manos".
San Pablo, al incio de su Primera Carta a los Corintios, escribe "La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros". Con este saludo hemos dado inico a nuestra celebración de la Eucaristía de hoy. La palabra gracia es una de las favoritas de San Pablo, y en la teología tiene un lugar fundamental. La gracias es el amor gratuito, benecolente de Dios que pese a todo el mal que hace el hombre se le ofrece. Con su gracia Dios nos cambia radicalente, convirtiéndonos de enemigos a amigos, hijos suyos en unión con Jesucrito su Hijo Unigénito. Prosigue el Apóstol: "De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo". Aquí encontramos el sentido de nuestro Adviento. La misma palabra significa venida o llegada. El Dios que viene se manifiesta, palabra que en griego es epifanía. Podemos estar seguros de la manifestación de Jesucristo Nuestro Señor, pero no basta que se manifieste. Hace falta que nosotros nos abramos para poder reconocerlo. El Adivento es tiempo de esperanza, de confianza porque las promesas de Dios, que se concentran en la persona de Jesús se nos va a manifestar si nos abrimos a Él, si no nos engañamos acerca de nuestra situación. No seamos como un enfermo que no que no quere reconocer que está mal ni acude al médico, o como el adicto, el alcohólico que jamás reconoce que tiene un problema con el trago.
Antes de concluir, pasemos ahora a lo que dice nuestro Evangelio de este año, el de San Marcos en el pasaje que nos corresponde hoy. "Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. La vigilancia es una actitud eminentente evangélica. ¿Por qué tanta insistencia de Jesús sobre la vigilancia. Aquí Jesús lo repite dos veces. Una de las caracerísticas más consantes del hombre es la gran capacidad que tiene del autoengaño, de dejar e incluso olivdar se lo que es lo más importante de la vida, que es alcanza la salvación eterna, o en otras palabaras, llegar a la felicidad plena y perfecta que Dios nos promete en el cielo, y no acabar en la frustración, la angustia más terrible y horroso que es el infierno. ¿Cómo es que somos tan necios?.
Ahora en estos días de Adviento, tenemos una oportunidad, de alcanzar la cordura que necesitamos y no dedicarnos solamente a gastar, andar a centros comerciales, que son los templos de falso dios consumo, a las fiestas de oficina etc. ¿Nos vaos a hartar de comida y bebida sin recordar a nuestros heranos más necesitados? A mi parecer, entre ellos hemos de contar a los cristianos de Medio Oriente, especialmente de Irak y Siria, que hace un par de años fueron expulsados por los de l Estado Islámico de sus casas y estos salvajes han destrozado no sólo las Iglesias, sino las casas. Ahora les toca volver a sus pueblos después de la derrota de loa yihadista y encontrar una situación desoladora.¿¡Podríamos hacer algo por ellos privándonos de algunos elementos o gastos supéfluos en este tiempo de Adviendo y Navidad?
Damos inicio hoy a un nuevo año litúrgico. Sabemos que la gente suele tirar la casa por la ventana al llegar el año nuevo civil. En realidad, le dan una importancia excesesiva a tal eferímedes, pues fue Julio César que estableció el calendario que puso el inicio del año en el 1 de enero. Antes era el 25 de marzo, o al llegar la primavera. La Iglesia, a lo largo del año, empezando hoy, nos propone un recuerdo o memorial de los grandes acontecimientos de nuestra salvación.. El Adviento fue introducido en la primera parte de la Edad Media, como un reflejo para la celebraciónd e la Navidad de lo que ya desde hacía siglos había sido la Cuaresma y también era de 40 días, empezando a partir del 11 de noviembre, la Fiesta de San Martín de Tours. En nuestra liturgia actual, comienza a finales de noviembre o principios de diciembre, la diferencia de fecha proviene del hecho de que la celebración de la Pascua, como sabemos, varía de año en año.
Aunque el Adviento tiene algunas semejanzas con la Cuaresma, e implica una cierta austeridad en la Liturgia, por ejemplo la omisión del himno Gloria in excelsis. También se ha introducido la bendición de la Corona de Adviento en este domingo con sus cuatro cirios representando el aumento de la luz y la cercanía de la llegada de Jesucristo, luz del mundo. Esta costumbre tiene su orgen en los pueblos del norte de Europa antes de su conversión al cristianismo. Recogían ramas verdes y encendían fuegos en la oscuridad del mes de diciembre como expresión de la esperanza de la llegada de la primavera. En el siglo XVI, tanto católicos como protestantes colocaban una corona con cuatro velas en sus casas, simbolizando las cuatro etapas de la espera de la llegada de Jesucristo, Sol de Justicia y luz del mundo (Mal 3,20; Lc 1,78).
Pasando a las lecturas de hoy, la primera del Libro de Isaías, comienza con: "Tú, Señor, eres nuestro padre,tu nombre de siempre es «Nuestro redentor". La palabra "redentor" forma parte del lenguaje cristiano y casi damos por supuesto lo que significa que Jesucristo es Nuestro Redentor. En la angtiguedad y en la Edad Media, incluso en los primeros siglos de la edad moderna, no era poco común que alguno fuera secuestrado al ir de viaje o en otra cirucunstancia. En el Antiguo Testamento, existe la figura de "go'el" o redentor, que tenía la obligación de organizar el rescate de un miembro de la familia que había caído en tal desgracia o simplemente había sido vendido como esclavo por no poder pagar sus deudas. Más adelante, no era poco común el secuerstro de personas, con más frecuencia de nobles o personas de familias acaudaladas, que tendrían medios para pagar el rescate. También los moros se dedicaban a esclavizar a gente, llegando a millones en el mediterráneo. Los llevaban a África a realizar trabajos forzados, un poco como los gulag en tiempos de la Unión Soviética, y les deban casi nada de comer. A veces, los piratas moros llegan a atacar un pueblode la costa de Italia o de España y si el pueblo no tenía modo de defenderse, podían llevarse toda la gente, incluyendo al sacerdote. De ahí en la Edad Media, se fundaron Órdenes Religiosas como los Trinitarios o la de la Sma. Virgen de la Merced, que en próximo año celebra los 800 años de su fundación de parte de San Pedro de Nolasco, un comerciante de Barcelona que renunció a sus negocios para dedicarse a esta importante misión. Fueron los Trinitarios los que rescataron a Cervantes, que al pasar de Italia a España el barco en el que viajaba fue secuestrado por moros.
Pongámnos en el caso de estas personas que se encontraban en una mazmorra en África como esclavos, la angustía que sentirían, y las familias que en una época en la que no había el tipo de comunicación hay hoy en día, y pasaba el tiempo y no recibían ninguna noticia de sus seres queridos. Nuestro texto de Isaías expresa el tipo de angustia y dolor que debían de sentir estas personas cuando el profeta expresa su súplica a Dios de liberar a su pueblo: Aquí no se trata de un secuestro del tipo realizado por los moros, sino el resutlado del pecado que ha enajenado al pueblo de Dios. "Vuélvete, por amor a tus siervos y a las tribus de tu heredad. ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases,derritiendo los montes con tu presencia! Bajaste, y los montes se derritieron con tu presencia..El pueblo se da perfecta cuenta de sus pecados y de su gravedad: "Todos éramos impuros,nuestra justicia era un paño manchado;todos nos marchitábamos como follaje, nuestras culpas nos arrebataban como el viento.
¿Cómo se llega a pedir a Dios la liberación con tanta sinceridad si no es que nos damos perfecta cuenta de nuestra situación. Pongámonos en la situación de una que sufre una adicción, sea al alcohol, a los narcóticos, al juego, al sexo en sus diversas manifestaciónes? Uno se propone que ya no va a dejarse esclavizar por esta adicción, pero al dia siguente, está en las mismas. Recordemos los primeros pasos propuestos por Alcohólicos Anóminos, que comienzan con la convicción de que el adicto es simplente incapaz de superar su situación, que lo único que puede hacer es recurrir a Dios cada día y renovar su propósito de no volver a beber para un sólo día, haciendo lo mismo mañana. Los Padres de la Iglesia, como, por ejemplo, San Atanasio en el siglo IV estban convencidos de que la situación del hombre sumido en el pecado, y eso incluye todos nosotros, no tiene otro remedio que el hecho de que Dios mismo en la Persona de su Hijo viniera a rescatarnos.
Si nuestra fe es débil, encontraremos cualquier excusa para pensar que somos buena gente, que otros sí son malos, que hay un montón de pecado en el mundo, pero que "yo no hago daño a nadie". etc. De las cosas más importantes que debemos de aprender de la Biblia, la Palabra de Dios, es que desde el inicio de la historia, el hombre no hace más que pecar, que si no es por el amor y la paciencia de Dios, no tenemos remedio. La Biblia en gran medida es un relato por una parte del amor y al fidelidad de Dios y de la infidelidad y epecado del hombre, y que como el profeta hoy, que acude a Dios porque es nuestro padre, "nosotros la arcilla y tú el alfarero. Somos todos obra de tus manos".
San Pablo, al incio de su Primera Carta a los Corintios, escribe "La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros". Con este saludo hemos dado inico a nuestra celebración de la Eucaristía de hoy. La palabra gracia es una de las favoritas de San Pablo, y en la teología tiene un lugar fundamental. La gracias es el amor gratuito, benecolente de Dios que pese a todo el mal que hace el hombre se le ofrece. Con su gracia Dios nos cambia radicalente, convirtiéndonos de enemigos a amigos, hijos suyos en unión con Jesucrito su Hijo Unigénito. Prosigue el Apóstol: "De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo". Aquí encontramos el sentido de nuestro Adviento. La misma palabra significa venida o llegada. El Dios que viene se manifiesta, palabra que en griego es epifanía. Podemos estar seguros de la manifestación de Jesucristo Nuestro Señor, pero no basta que se manifieste. Hace falta que nosotros nos abramos para poder reconocerlo. El Adivento es tiempo de esperanza, de confianza porque las promesas de Dios, que se concentran en la persona de Jesús se nos va a manifestar si nos abrimos a Él, si no nos engañamos acerca de nuestra situación. No seamos como un enfermo que no que no quere reconocer que está mal ni acude al médico, o como el adicto, el alcohólico que jamás reconoce que tiene un problema con el trago.
Antes de concluir, pasemos ahora a lo que dice nuestro Evangelio de este año, el de San Marcos en el pasaje que nos corresponde hoy. "Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. La vigilancia es una actitud eminentente evangélica. ¿Por qué tanta insistencia de Jesús sobre la vigilancia. Aquí Jesús lo repite dos veces. Una de las caracerísticas más consantes del hombre es la gran capacidad que tiene del autoengaño, de dejar e incluso olivdar se lo que es lo más importante de la vida, que es alcanza la salvación eterna, o en otras palabaras, llegar a la felicidad plena y perfecta que Dios nos promete en el cielo, y no acabar en la frustración, la angustia más terrible y horroso que es el infierno. ¿Cómo es que somos tan necios?.
Ahora en estos días de Adviento, tenemos una oportunidad, de alcanzar la cordura que necesitamos y no dedicarnos solamente a gastar, andar a centros comerciales, que son los templos de falso dios consumo, a las fiestas de oficina etc. ¿Nos vaos a hartar de comida y bebida sin recordar a nuestros heranos más necesitados? A mi parecer, entre ellos hemos de contar a los cristianos de Medio Oriente, especialmente de Irak y Siria, que hace un par de años fueron expulsados por los de l Estado Islámico de sus casas y estos salvajes han destrozado no sólo las Iglesias, sino las casas. Ahora les toca volver a sus pueblos después de la derrota de loa yihadista y encontrar una situación desoladora.¿¡Podríamos hacer algo por ellos privándonos de algunos elementos o gastos supéfluos en este tiempo de Adviendo y Navidad?
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