Homilía del XVI Domingo de Tiempo Ordinario, Ciclo A, 1 de octubre de 2017.
Este domingo, nos toca leer un pasaje de la Carta de San Pablo a los cristianos de Filipo, una ciudad en Grecia. Se piensa que la habría escrito alrededor del año 60, unos 30 años después de la muerte y resurrección de Jesús. Es una de las cartas llamadas "del cautiverio", que juntamente con las dirigidas a los de Colosa, de Éfeso y a Filemón, fueron escirtas desde la cárcel, aunque no sabemos a ciencia cierta desde qué ciudad, si era Roma u otra ciudad. Estamos en el c. 2 de la carta, y la liturgia nos de la opción de leer una versión corta u otra más larga. La más larga nos de el contexto que nos ayuda este texto tan extraoridnariamente importante del Apóstol, en el que nos entrega una verdadera síntesis de toda la doctrina sobre Jesucristo, y por ende nuestra salvación. Algunos, o la mayoría de los comentaristas piensan que la parte central, del v. 6 a 11, sería un himno más antiguo, o que San Pablo se hubiera basado en un himno litúrgico haciñendole algunas adaptaciones aquí. No veo que sea necesaria esta hipótesis ni hay que pensar que no es del mismo Pablo. ¿Por qué San Pablo, el primer teólogo de la Iglesia, y ciertamente brillante y profundo, no hubiera sido capaz de producir este maravilloso texto?
Primero, Pablo invita a los filipenses a confortarlo (no nos olvidemos que está en la cárcel) con sentimientos de amor y compasión, así llenando su corazón de alegría gracias a la concodia y la unanimidad. Luego les invita a evitar vicios como la rivalidad y la envidia, más bien practicando la humildad de manera que "cada uno considere a los demás superiores a sí mismo" y que cada quien no busque su propio interés sino el de los demás. Estas exhortaciones vienen a ser el prefacio de lo que se considera el himno, pues resume todos estos buenos deseos y sentiimientos en la invitación a: "tener en vosotros los mismos sentimientos que Cristo Jesús". También puede significar tener la misma mente, mentalidad o actitud.
¿Entonces, cuáles son estos sentimientos tan caracterísitcos de Jesús? A pesar de tener la forma, la condición o la naturaleza de Dios, no la consideraba como algo a la que tenía que agarrarse o que tenía que acaparrar. Esta actitud de Jesús se opone radicalmente a la actitud de Adán y Eva, que querían ser como Dios "conociendo el bien y el mal", es decir, decidiendo lo que es bueno o malo, que es una gran mentira con la que los ganó la serpiente. Todos nosotros tendemos a lo de Adán, es decir, ponernos a nosotros mismos primero, que es la esencia de la soberbia y el egoismo, y convencernos de la mentira que somos nuestro propio dios. La actitud de Jesús es totalmente contraria a esta. Aunque era igual a Dios, idéntico con Él, se rebajo, se "vació" de sí mismo, no en el sentido de haya dejado de ser Dios, sino que asumió la condición o la forma de esclavo. La gente contemporánea de San Pablo sabía perfectamente lo que significaba ser esclavo. Se hummilló a sí mismo haciéndose semejante a los hombres. Esto no es todo, pues se humilló más rebajándose a aceptar la muerte en la cruz, que era el castigo más horrorso que las autoridades romanas podían imponer a los malhechores y revoltosos.
La suerte de Jesus no termina en la cruz. La muerte no era capaz de engullirlo sino por el contario Dios lo elevó o lo exaltó, concepto que corresponde a la resurrección de Jesús y su Ascensión. "Le dio un nombre sobre todo nombre". En la Biblia, el nombre es una indicaación de quien es la persona, su identidad. La primera profesión de los cristianos, como constatamos en muchos lugares en las cartas de San Pablo, fue "Jesucisto es el Señor". Además, su dominio alcanza no sólo el cielo y la tierra, sino también el abismo. Jesús, el Hijo de Dios, es exaltado sobre toda criatura, luego de haberse rebajado hasta la condición de esclavo. Es adorado como Dios, como hizo Santo Tomás, después de haber dudado cuando expsresaba su fe en Jesús: "Señor mío y Dios mío".
Así pues, tenemos en este beve pasaje la fe en la divinidad de Jesucristo, que se encarnó, haciéndo uno de nosotros como "un hombre cualquiera" como esclavo llegando hasta la entrega total de sí mismo para liberarnos a nosotros del pecado y de la muerte, y por otro lado, ha sido exaltado en el misterio de la resurrección y la ascensión por encima de todas las criaturas, de manera que como Dios le corresponde la misma adoración que corresponde al Padre y también al Espíirtu Santo. Hay teólogos que recurren a argucias verbales para evitar decir que Jesucristo es verdaderamente Dios, y suelenn decir, que Dios se hizo presente en él, y otras fórumulas que distan de expresar la verdadera fe de la Iglesia que se hace pesente aquí en este pasaje primitivo que San Pablo nos entrega en esta su estupenda carta a los cristianos de Filipo. La Iglesia ha conservado esta fe a lo largo de los siglos, pese a los esfuerzos de diversos herejes, y nosotros hoy tenemos el gozo y la alegría de profesarla en toda su radicalidad y verdad. Es la fe de la Iglesia en la que nos salvamos y al final llegaremos a pasar de la fe a la visión en la vida eterna. En los pimeros siglos, los Padres de la Iglesia decían que "lo que no ha sido asumido no ha sido salvado", afirmando la necesidad de que Jesús como Hijo de Dios se hicera plentamente hombre. Posiblemente, la primera herejía que se dio en la historia de la Iglesia se llamaba docetismo, palabra que poviene del verbo griego "dokein", que significa aparecer. Jesús no se hubiera hecho realmente hombre, sino habría aparecido como hombre. Además, decían que si Jesucristo no era realmente Dios, como afirmaba el heseriaraca Arrio, no hemos sido salvados, pues pareceía claro que solo Dios puede arreglar la mala situación del hombre y del mundo marcados por el pecado.
sábado, 30 de septiembre de 2017
sábado, 23 de septiembre de 2017
AL SEÑOR NO LE IMPORTA LA CONTABILIDAD
HOMIALÍA, XXV DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 24 DE SEPTIEMBRE, 2017
San Pablo nos dice en su carta a los cristianos de Filipo en Grecia: "Comportaos, por tanto, de una manera digna del evangelio de Cristo". Se trata de hacer lo que más conviene para alcanzar el fin último de nuestra vida. En el contexto de este texto de San Pablo, se trata de un dilema que el apóstol siente entre si conviene que se termine ya su vida y estar con el Señor o quedarse más tiempo en este mundo para ayudar a los cristianos de Filipo. Nosotros nos dedicamos, gastamos nuestra energías en lo que nos parece más importante en cada momento. Aquí San Pablo siente el peso de la misión que recibió del Señor de predicar el Evangelio y fundar Iglesias en muchas cidudades con el fin de ayudar a a que los más posibles llegasen a conocer a Jesús y su mensaje que es buena noticia.
¿Como podemos nosotros comportarnos de manera digna del Evangelio de Cristo? Creo que nuestro pasaje evangélico de hoy nos da alguna pista porque nos revela el criterio del Señor respecto al trabajo en su viña. Con mucha frecuencia en la Biblia, el tema de la viña aparece. Una viña, tal vez más que cualquier otro tipo de cultivo requiere mucho cuidado. Si la Biblia compara su Iglesia con una viña, es que él tiene mucho cuidado y solicitud en cuidarla. En este caso se trata de contrarta a jornaleros para trabajar en la viña. La parábola nos presenta con un procedimiento que comúnmente un agricultor no seguiría. Un viñador normal, al querer llevar a jornaleros a su viña, calcularía cuántos hombres necesitaría e iría a la plaza a la pimera para llevar un cupo completo de trabajadores para toda la jornada. En cambio, este agricultor va como veces a llevar a más jornaleros, incluso ya la atardacer cuando quedaba una sola hora de trabajo antes de la puesta del sol.
El Cardenal va Thuan, vietnamiita que fue Arzobispo de Saigon cuando la ciudad cayó a los comunistas en 1975, fue detenido y preso en cárceles y campos de trabajos forzados durante ocho años. Luego de ser libeado, el Papa San Juan Pablo II lo llevó a Roma, lo hizo Cardenal y le ecnomendó una misión en el Vaticano. También lo invitó a dar un retiro a todos los clérigos que trabajan en el Vaticano. Él decía allí que Jesucristo no sabe de contabilidad. Es decir, no segue los criterios comerciales. así es con el agricultor de la parábola. Primero, a la hora de pagar a los jornaleros, llama antes que a los demás a los últimos y els paga el denario que correspondía por un día de trabajo. Al llegar los primeros, y recibir lo mismo, se quejaron. El señor de la viña responde que por qué se quejan, que no no hacía ninguan injusticia con ellos, pues les pagaba lo acordado, y por que´piensan mal porque es generoso. Muchas personas se molestan con este modo de proceder señalado por Jesús en la parábola considerando que no es justo.
Recientemente ha habido unos hurracanas tremendas en Estados Unidos y países carrabeños, y dos grandes terremotos en México. Pongamos el caso de que luego del terremoto, los vecinos al salir a la calle descubren que otro vecinos están atrapados en sus casas. Llegan bomberos y la Policía y entre todos, también los vecinos, ponen manos a la obra para despejar los edificois y sacar los escombros para librar a los damnificados. Pongamos, que otros vecinos llegan más tarde cuando ya se había quitado casi todos los escombros y estaban casi a punto de sacar a algunas personas de los escombros también con la ayuda de los recién llegados. ¿Cuando ya lograr sacar a las personas de debajo de los escombros, acaso alguno va a quejarse porque él ha estado trabajando el día entero y los otros solo una hora? Más bien, todos, llenos de alegría por haber podido salvar a unas personas, ni piensan en eso.
En la Iglesia y en el mundo estamos sufriendo los efectos de un terremoto espiritual. Tantas estructuras de la vida moral y espiritual han sido derrumbado como si de un terremoto se tratara. Ya hay tanto odio, intolerancia, desenfreno, ataques a la familia etc. En Estados Unidos, hace casi un año ha habido unas elecciones democráticas y la perdedora juntamente con muchos de sus adeptos no quieren reconocer que el ganador ganó limpiamente según la ley. Entonces, salen a la calle, a hacer destrozos, atacar a los que no están de acuerdo con ellos. Pasa algo semejante aqui en España con el intento de separarse de parte de la región de Cataluña. Los políticos andan a remover a las chusmas anti-sistema para que también ellos hagan destrozos en la calle. Luego, los ataques a la familia son interminables, ahora con lo que se llama LGTB, que se convierte en una pseuedo-religión con protección del Estado que intenta imponer su ideología al resto de la población y lavar el coco de los ñiños. Además de todo esto, tenemos el terrorismo yihadista que no se combate porque se prefiere la dictadura de lo políticamente correcto que la vida de los ciudadanos.
¿Qué hacemo sen la Iglesia? Con no poca frecuencia estamos peocupados por nimiedades, por adquirir protagonismo, supuestos derechos, por no quedar mal, porque al otro lo tratan mejor que yo etc, cuando la casa está ardiendo y ni nos damos cuenta y lo que nos preocupa es algo muy secundario como quedar bien etc.
Si decía el cardenal vietnamita que "el Señor no sabe de contabilidad" es porque actúa con una lógica superior. Quiere que cada quien se ponga a trabajar como puede en su viña. ¿Pero qué podemos hacer ante una situación tan dramática que vemos cada día en las noticias? El bien es como una onda expansiva. En nuestras familias, entre los vecinos, sea con nuestra palabras u obras podemos dejar una huella en la vida de los demás con nuesta actuación. Si realmente, estamos convencidos de lo que dice el Señor en su parábola sobre el juicio final (Mt 25,31-46) "Tuve hambre y me distís de comer, etcétera., nos daremos cuenta que podemos contribuir al bien de los demás con la palabra o las obras. Si venimos a participar en una misa por un difunto familiar o conocido, ¿por qué no aprovechar esta ocasión del fallecimiento de un ser querido o conocido para reflexionar sobre cómo estoy viviendo mi vida? Jesús pone una vara muy alta cuando nos manda perdonar a los enemigos, hacer el bien a los que nos odian, o San Pablo cuando describe la caridad empezando con la paciencia, "la caridad es paciente, servicial, no es envidiosa ni jactanciosa, no se engríe; es decorosa y no busca su interés; no toma en cuenta el mal; no se alegra con la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree. . Todo lo espeera. Todo lo soporta". Aquí tenemos lo que son las prioridades del Señor y debería de ser las nuestras.
San Pablo nos dice en su carta a los cristianos de Filipo en Grecia: "Comportaos, por tanto, de una manera digna del evangelio de Cristo". Se trata de hacer lo que más conviene para alcanzar el fin último de nuestra vida. En el contexto de este texto de San Pablo, se trata de un dilema que el apóstol siente entre si conviene que se termine ya su vida y estar con el Señor o quedarse más tiempo en este mundo para ayudar a los cristianos de Filipo. Nosotros nos dedicamos, gastamos nuestra energías en lo que nos parece más importante en cada momento. Aquí San Pablo siente el peso de la misión que recibió del Señor de predicar el Evangelio y fundar Iglesias en muchas cidudades con el fin de ayudar a a que los más posibles llegasen a conocer a Jesús y su mensaje que es buena noticia.
¿Como podemos nosotros comportarnos de manera digna del Evangelio de Cristo? Creo que nuestro pasaje evangélico de hoy nos da alguna pista porque nos revela el criterio del Señor respecto al trabajo en su viña. Con mucha frecuencia en la Biblia, el tema de la viña aparece. Una viña, tal vez más que cualquier otro tipo de cultivo requiere mucho cuidado. Si la Biblia compara su Iglesia con una viña, es que él tiene mucho cuidado y solicitud en cuidarla. En este caso se trata de contrarta a jornaleros para trabajar en la viña. La parábola nos presenta con un procedimiento que comúnmente un agricultor no seguiría. Un viñador normal, al querer llevar a jornaleros a su viña, calcularía cuántos hombres necesitaría e iría a la plaza a la pimera para llevar un cupo completo de trabajadores para toda la jornada. En cambio, este agricultor va como veces a llevar a más jornaleros, incluso ya la atardacer cuando quedaba una sola hora de trabajo antes de la puesta del sol.
El Cardenal va Thuan, vietnamiita que fue Arzobispo de Saigon cuando la ciudad cayó a los comunistas en 1975, fue detenido y preso en cárceles y campos de trabajos forzados durante ocho años. Luego de ser libeado, el Papa San Juan Pablo II lo llevó a Roma, lo hizo Cardenal y le ecnomendó una misión en el Vaticano. También lo invitó a dar un retiro a todos los clérigos que trabajan en el Vaticano. Él decía allí que Jesucristo no sabe de contabilidad. Es decir, no segue los criterios comerciales. así es con el agricultor de la parábola. Primero, a la hora de pagar a los jornaleros, llama antes que a los demás a los últimos y els paga el denario que correspondía por un día de trabajo. Al llegar los primeros, y recibir lo mismo, se quejaron. El señor de la viña responde que por qué se quejan, que no no hacía ninguan injusticia con ellos, pues les pagaba lo acordado, y por que´piensan mal porque es generoso. Muchas personas se molestan con este modo de proceder señalado por Jesús en la parábola considerando que no es justo.
Recientemente ha habido unos hurracanas tremendas en Estados Unidos y países carrabeños, y dos grandes terremotos en México. Pongamos el caso de que luego del terremoto, los vecinos al salir a la calle descubren que otro vecinos están atrapados en sus casas. Llegan bomberos y la Policía y entre todos, también los vecinos, ponen manos a la obra para despejar los edificois y sacar los escombros para librar a los damnificados. Pongamos, que otros vecinos llegan más tarde cuando ya se había quitado casi todos los escombros y estaban casi a punto de sacar a algunas personas de los escombros también con la ayuda de los recién llegados. ¿Cuando ya lograr sacar a las personas de debajo de los escombros, acaso alguno va a quejarse porque él ha estado trabajando el día entero y los otros solo una hora? Más bien, todos, llenos de alegría por haber podido salvar a unas personas, ni piensan en eso.
En la Iglesia y en el mundo estamos sufriendo los efectos de un terremoto espiritual. Tantas estructuras de la vida moral y espiritual han sido derrumbado como si de un terremoto se tratara. Ya hay tanto odio, intolerancia, desenfreno, ataques a la familia etc. En Estados Unidos, hace casi un año ha habido unas elecciones democráticas y la perdedora juntamente con muchos de sus adeptos no quieren reconocer que el ganador ganó limpiamente según la ley. Entonces, salen a la calle, a hacer destrozos, atacar a los que no están de acuerdo con ellos. Pasa algo semejante aqui en España con el intento de separarse de parte de la región de Cataluña. Los políticos andan a remover a las chusmas anti-sistema para que también ellos hagan destrozos en la calle. Luego, los ataques a la familia son interminables, ahora con lo que se llama LGTB, que se convierte en una pseuedo-religión con protección del Estado que intenta imponer su ideología al resto de la población y lavar el coco de los ñiños. Además de todo esto, tenemos el terrorismo yihadista que no se combate porque se prefiere la dictadura de lo políticamente correcto que la vida de los ciudadanos.
¿Qué hacemo sen la Iglesia? Con no poca frecuencia estamos peocupados por nimiedades, por adquirir protagonismo, supuestos derechos, por no quedar mal, porque al otro lo tratan mejor que yo etc, cuando la casa está ardiendo y ni nos damos cuenta y lo que nos preocupa es algo muy secundario como quedar bien etc.
Si decía el cardenal vietnamita que "el Señor no sabe de contabilidad" es porque actúa con una lógica superior. Quiere que cada quien se ponga a trabajar como puede en su viña. ¿Pero qué podemos hacer ante una situación tan dramática que vemos cada día en las noticias? El bien es como una onda expansiva. En nuestras familias, entre los vecinos, sea con nuestra palabras u obras podemos dejar una huella en la vida de los demás con nuesta actuación. Si realmente, estamos convencidos de lo que dice el Señor en su parábola sobre el juicio final (Mt 25,31-46) "Tuve hambre y me distís de comer, etcétera., nos daremos cuenta que podemos contribuir al bien de los demás con la palabra o las obras. Si venimos a participar en una misa por un difunto familiar o conocido, ¿por qué no aprovechar esta ocasión del fallecimiento de un ser querido o conocido para reflexionar sobre cómo estoy viviendo mi vida? Jesús pone una vara muy alta cuando nos manda perdonar a los enemigos, hacer el bien a los que nos odian, o San Pablo cuando describe la caridad empezando con la paciencia, "la caridad es paciente, servicial, no es envidiosa ni jactanciosa, no se engríe; es decorosa y no busca su interés; no toma en cuenta el mal; no se alegra con la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree. . Todo lo espeera. Todo lo soporta". Aquí tenemos lo que son las prioridades del Señor y debería de ser las nuestras.
sábado, 16 de septiembre de 2017
NUESTRA VIDA NO ES NUESTRA, ES DEL SEÑOR
HOMILÍA, DOMINGO XXIV, CICLO A, 17 DE SEPTIEMBRE DE 2017.
San Pablo, en el breve pasaje de su Carta a los Romanos afirma que ningono o de nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para sí mismo, porque si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos , morimos para el Señor". Esta idea la repite San Pablo varias veces en sus cartas. Al inicio, suele enviar saludos a los remitentes, afirmando quién es, su propia identidad: "Pablo, esclavo de Cristo Jesús", y en otra ocasión dice: "Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí". Los fieles cristianos a quienes Pablo se dirigía sabían perfectamente lo que significa ser esclavo. Se trata de ser propiedad de otro y de tener que obedecerlo en todo sin poder quejarse ni hacer nada que desaprobara el dueño. También Pablo consideraba que si uno no es esclavo de Cristo, es esclavo del pecado o del demoncio. O sirve a uno u otro y no hay más. En esto estaría de acuerdo en mismo Jesús que dijo: El que no está conmigo, está contra mi. El que no recoge conmigo, desparrama".
Decir que "nadie vive para sí" les parecería a muchos de nuestros contemporáneos una afirmación completamente falsa. Hoy en día es un dogma casi universalmente la creencia según la cual cada uno es libre y autónomo y deber de poder hacer lo que le viene en gana con la única salvedad de que no haga daño a otros. Muchos de los que se casan, lo hacen porque piensan que la pareja les tiene que proporcionar felicidad. En cunto descubre que no le da felicidad, entonces van a buscar a otro que les ayuden a sentirse "felices", pues la felicidad consistiría en unos sentimientos positivos. Si "nadie vive para sí", es que ninguno de nosotros nos dimos la vida, ni pudimos sobrevivir en este mundo, sin que nuestros padres, profesores y otros nos hubieran cuidado dado que llegamos a esta mundo totalmente incapaces de valernos por nosotros mismos. Por lo tanto, la vida es un don de Dios y hemos de suponer que Dios es infinitamente inteligente y sabio y además de crear el universo con toda su complejidad, ha creado a cada uno de nosotros con un fin, un plan determinado. ¿Este plan establece que tenemos que vivir para nosotros mismos y sentirnos bien? Pues, no. si no es que queremos quedarnos con la mentalidad de un niño o un adolescente, cosa bastante común en nuestra época.
Es normal que el niño piense que es el centro del mundo, y si no le toca vivir en una familia disfuncional o no sufre las consecuencias de un divorcio de los padres, que el mundo es de su agrado, y no concibe que se va a morir. Además, encuentra que los adultos están constantemente atentos a él, le dan besos, y si se pone a chillar porque no tiene lo que quiere, se lo dan para evitar que está llorando y chillando. Antes la ley establecía que a los 21 años se alcanzaba la adultez, y se celebraba una ftesta familiar. Ya a esa edad, era considerado adulto y podía votar, valerse por sí mismo, ponerse a trabajar, encontrar su propia vivienda y en pocos años más casarse y formar una familia. Hoy en día existe lo que se llama el Síndrome de Peter Pan, es decir, una inmdurez prolungada que se manifiesta en no querer asumir las repsonsablidades que corresponden a un adulto. Se habla de la "generación yo" que viven en el narcicismo, que se resite a luchar por aclanzar ser una persona verdaderamente libre y responsable. En España se habla de los "ni ni", los que "ni trabajan ni estudian". Viven en la casa de sus padres y se dedican a navegar por Internet, sin preocuparse de buscar un trabaojo o de capacitarse para poder ser úitl y empleable. Otra caracterísitca de estas personas que alargan la adolescencia hasta los 30 o más años es la de considerar que sus problemas provienen de otros, de sus padres, de la sociedad, del gobierno etc. Esto es normal en un niño, pero no en un adulto. Cad a quien ha de luchar en la vida para alcanzar unas metas razonables y alcansables con esfuerzo y trabajo.
Si Dios nos ha creado y es de verdad Padre, si ha enviado a su Hijo el mundo para ser el camino, la verdad y la vida, para que nosotros podamos alcanzar cumplir el plan el proyecto de Dios sosbre nuestras vidas, es que Él es el Señor y lo que nos correpsonde es buscar lo que Dios quiere de nosotros, Si San Pablo dice también que "en la vida como en la muerte, somos del Señor", es decir, que nuestra vida no consiste en alcanzar satisfacer nuestros gustos y caprichos. Por eso, en el LIbro de los Hechos de los Apóstoles, hay un dicho de Jesús que no se encuentran en los Evangelios, que reza: "es más dichos dar que recibir". El niño obviamente, tiene que recibir todo, pero la verdadera felicidad no consiste en ricibir regalo, o que otros resuelvan nuestros problemas, sino en el amor. Amar significa queren y buscar el bien del otro. Uno de los motivos del fracaso de tantos matrimonios es que los que entran en ellos no se dan cuenta de el matrimonio es como la construcción de una casa, y requiere esfuerzo, sacrifico y dolor.
En las culturas primitivas era común realizar ritos de paso de manera que los muchachos tuiveran que abandonar la comodidad de la casa paterna e ingresar en el mundo de los hombres y para ello pasar varias pruebas. Estos ritos de iniciación tenían que enseñar al adolescente en primer lugar que la vida es dura, segundo, "tú no eres tan importante como piensas", tercero, "tu no tienes control de tu vida y tu realidad, cuarto, "tú te vas a morir", y finalmente, "tu vida no tiene como fin a ti mismo". Con esto el niño o adolescente es presentado con un baño de realidad, que él no es el centro del mundo. Hoy en día, la psicoología pop habla hasta la saciedad de la "autoestima", pero curiosamente o tal vez no, no hay nada acerca de la autoestima en la Biblia. Es un concepto que Jesús no maneja nunca, pues en realidad se trata de un concepto falso que no corresponde a nada real e importante para la vida. ¿De qué le sirve a un alumno mucha autoestima al enfrentarse con un examen si no ha estudiado la materia? Enn cambio, el alumno que se ha esforzado estudiando bien la materia tiene confianza y logra buenos resultados. Ahora bien, una persona pudiera tener éxito en una carrera o otra actividad pero ser espirtualmente inmaduro e infantil. Una persona que no sabe controlar sus instintos, su rabia, no ha aprendido a tener paciencia con los demás, es altanero e intolerante, es una persona inmadura por más títulos universiatarios que tenga.
Hoy en día, mucha gente se preoucpa en encntrar SU camino en el mundo, como realizarse etc., todo esto típico de la cultura actual. Pero Jesús dice lo contario "el que quiere salvar su vida, la perderá, y el que pierda su vida por mí y por el evangelio la salvará". Se buscar "lugares seguros", se tiene miedo a la crítica o a ideas que no coinciden con las propias. Pero la realidad es que la vida es cualquie cosa menos segura. Nos presenta con un sin fin de desafíos. A fortunadamente, no todos de la generaicón joven están imbuidos por estas ideas falsas. Recientemente en Estados Unidos en la ocasión de lss dos grandes hurracanes que pegar a los Estados de Tejas y la Florida, de dieron bastantes caso de jévenes que se metieron en las aguas para salvar a mujeres y niños sin pensar en los peligros que puidera signifar para su "seguridad". Hicieron lo que un hombre normal debería de hacer. Lo que corresponde no es encontrar el propio camino en el mundo, sino descubrir el camino que Dios tiene preparado para cada uno.
En la Biblia, a muchos de los que Dios encomendó una misión especial les cambió de nombre: así Abram llegó a ser Abraham, Jacob Israel, Saulo llegó a ser Pablo y Cefas Pedro. Ellos al recibir la misión divina descubrieron quiénes eran de verdad. Incluso si ya somos mayores de edad, o pertenecemos a loq ue llaman la Tercera Edad, esto nos toca también. Si nos examinamos sinceramente, descubriremos que en muchos aspectos de nuestra vida hemos fallado, Por lo tanto, podemos reflexionar preguntarnos cómo podemos vivir este último período de nuestra vida con mayor provecho. ¿Qué más podemos hacer para bien de otros, de la Iglesia...?
Pablo nos dice: "en la vida y en la muerte somos del Señor". Ahora se está introduciendo leyes acerca de lo que se llama "la muerte con dignidad". En otras palabras lo que es la eutanasia o matar por misericordi, más bien falsa misericordia. Los estados no quieren gastar en mantener viva a gente mayor con enfermedade terminales, entonces hablan de dignidad. Así como nuestra vida es un don de Dios, y no es nuestra, tampoco lo es nuestra muerte, pues somos del Señor, sea en la vida que en la muerte. La muerte del cristiano, que ha vivido su vida en unión con el Señor, no es una desgracia, sino una gracia. En su carta a los cristianos de Filipo, San Pablo, estando en la cárcel, reflexiona sobre la muerte y si va a morir pronto o le tocará esperar más en esta vida. Dice que morir ya serían una ventaja, ciertamente lo mejor. Hablando de la meta que el Señor le tiene preparada dice : No que lo tenga ya coseguido o que sea ya perfecto sino que continúa mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús." .
San Pablo, en el breve pasaje de su Carta a los Romanos afirma que ningono o de nosotros vive para sí mismo, y ninguno muere para sí mismo, porque si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos , morimos para el Señor". Esta idea la repite San Pablo varias veces en sus cartas. Al inicio, suele enviar saludos a los remitentes, afirmando quién es, su propia identidad: "Pablo, esclavo de Cristo Jesús", y en otra ocasión dice: "Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí". Los fieles cristianos a quienes Pablo se dirigía sabían perfectamente lo que significa ser esclavo. Se trata de ser propiedad de otro y de tener que obedecerlo en todo sin poder quejarse ni hacer nada que desaprobara el dueño. También Pablo consideraba que si uno no es esclavo de Cristo, es esclavo del pecado o del demoncio. O sirve a uno u otro y no hay más. En esto estaría de acuerdo en mismo Jesús que dijo: El que no está conmigo, está contra mi. El que no recoge conmigo, desparrama".
Decir que "nadie vive para sí" les parecería a muchos de nuestros contemporáneos una afirmación completamente falsa. Hoy en día es un dogma casi universalmente la creencia según la cual cada uno es libre y autónomo y deber de poder hacer lo que le viene en gana con la única salvedad de que no haga daño a otros. Muchos de los que se casan, lo hacen porque piensan que la pareja les tiene que proporcionar felicidad. En cunto descubre que no le da felicidad, entonces van a buscar a otro que les ayuden a sentirse "felices", pues la felicidad consistiría en unos sentimientos positivos. Si "nadie vive para sí", es que ninguno de nosotros nos dimos la vida, ni pudimos sobrevivir en este mundo, sin que nuestros padres, profesores y otros nos hubieran cuidado dado que llegamos a esta mundo totalmente incapaces de valernos por nosotros mismos. Por lo tanto, la vida es un don de Dios y hemos de suponer que Dios es infinitamente inteligente y sabio y además de crear el universo con toda su complejidad, ha creado a cada uno de nosotros con un fin, un plan determinado. ¿Este plan establece que tenemos que vivir para nosotros mismos y sentirnos bien? Pues, no. si no es que queremos quedarnos con la mentalidad de un niño o un adolescente, cosa bastante común en nuestra época.
Es normal que el niño piense que es el centro del mundo, y si no le toca vivir en una familia disfuncional o no sufre las consecuencias de un divorcio de los padres, que el mundo es de su agrado, y no concibe que se va a morir. Además, encuentra que los adultos están constantemente atentos a él, le dan besos, y si se pone a chillar porque no tiene lo que quiere, se lo dan para evitar que está llorando y chillando. Antes la ley establecía que a los 21 años se alcanzaba la adultez, y se celebraba una ftesta familiar. Ya a esa edad, era considerado adulto y podía votar, valerse por sí mismo, ponerse a trabajar, encontrar su propia vivienda y en pocos años más casarse y formar una familia. Hoy en día existe lo que se llama el Síndrome de Peter Pan, es decir, una inmdurez prolungada que se manifiesta en no querer asumir las repsonsablidades que corresponden a un adulto. Se habla de la "generación yo" que viven en el narcicismo, que se resite a luchar por aclanzar ser una persona verdaderamente libre y responsable. En España se habla de los "ni ni", los que "ni trabajan ni estudian". Viven en la casa de sus padres y se dedican a navegar por Internet, sin preocuparse de buscar un trabaojo o de capacitarse para poder ser úitl y empleable. Otra caracterísitca de estas personas que alargan la adolescencia hasta los 30 o más años es la de considerar que sus problemas provienen de otros, de sus padres, de la sociedad, del gobierno etc. Esto es normal en un niño, pero no en un adulto. Cad a quien ha de luchar en la vida para alcanzar unas metas razonables y alcansables con esfuerzo y trabajo.
Si Dios nos ha creado y es de verdad Padre, si ha enviado a su Hijo el mundo para ser el camino, la verdad y la vida, para que nosotros podamos alcanzar cumplir el plan el proyecto de Dios sosbre nuestras vidas, es que Él es el Señor y lo que nos correpsonde es buscar lo que Dios quiere de nosotros, Si San Pablo dice también que "en la vida como en la muerte, somos del Señor", es decir, que nuestra vida no consiste en alcanzar satisfacer nuestros gustos y caprichos. Por eso, en el LIbro de los Hechos de los Apóstoles, hay un dicho de Jesús que no se encuentran en los Evangelios, que reza: "es más dichos dar que recibir". El niño obviamente, tiene que recibir todo, pero la verdadera felicidad no consiste en ricibir regalo, o que otros resuelvan nuestros problemas, sino en el amor. Amar significa queren y buscar el bien del otro. Uno de los motivos del fracaso de tantos matrimonios es que los que entran en ellos no se dan cuenta de el matrimonio es como la construcción de una casa, y requiere esfuerzo, sacrifico y dolor.
En las culturas primitivas era común realizar ritos de paso de manera que los muchachos tuiveran que abandonar la comodidad de la casa paterna e ingresar en el mundo de los hombres y para ello pasar varias pruebas. Estos ritos de iniciación tenían que enseñar al adolescente en primer lugar que la vida es dura, segundo, "tú no eres tan importante como piensas", tercero, "tu no tienes control de tu vida y tu realidad, cuarto, "tú te vas a morir", y finalmente, "tu vida no tiene como fin a ti mismo". Con esto el niño o adolescente es presentado con un baño de realidad, que él no es el centro del mundo. Hoy en día, la psicoología pop habla hasta la saciedad de la "autoestima", pero curiosamente o tal vez no, no hay nada acerca de la autoestima en la Biblia. Es un concepto que Jesús no maneja nunca, pues en realidad se trata de un concepto falso que no corresponde a nada real e importante para la vida. ¿De qué le sirve a un alumno mucha autoestima al enfrentarse con un examen si no ha estudiado la materia? Enn cambio, el alumno que se ha esforzado estudiando bien la materia tiene confianza y logra buenos resultados. Ahora bien, una persona pudiera tener éxito en una carrera o otra actividad pero ser espirtualmente inmaduro e infantil. Una persona que no sabe controlar sus instintos, su rabia, no ha aprendido a tener paciencia con los demás, es altanero e intolerante, es una persona inmadura por más títulos universiatarios que tenga.
Hoy en día, mucha gente se preoucpa en encntrar SU camino en el mundo, como realizarse etc., todo esto típico de la cultura actual. Pero Jesús dice lo contario "el que quiere salvar su vida, la perderá, y el que pierda su vida por mí y por el evangelio la salvará". Se buscar "lugares seguros", se tiene miedo a la crítica o a ideas que no coinciden con las propias. Pero la realidad es que la vida es cualquie cosa menos segura. Nos presenta con un sin fin de desafíos. A fortunadamente, no todos de la generaicón joven están imbuidos por estas ideas falsas. Recientemente en Estados Unidos en la ocasión de lss dos grandes hurracanes que pegar a los Estados de Tejas y la Florida, de dieron bastantes caso de jévenes que se metieron en las aguas para salvar a mujeres y niños sin pensar en los peligros que puidera signifar para su "seguridad". Hicieron lo que un hombre normal debería de hacer. Lo que corresponde no es encontrar el propio camino en el mundo, sino descubrir el camino que Dios tiene preparado para cada uno.
En la Biblia, a muchos de los que Dios encomendó una misión especial les cambió de nombre: así Abram llegó a ser Abraham, Jacob Israel, Saulo llegó a ser Pablo y Cefas Pedro. Ellos al recibir la misión divina descubrieron quiénes eran de verdad. Incluso si ya somos mayores de edad, o pertenecemos a loq ue llaman la Tercera Edad, esto nos toca también. Si nos examinamos sinceramente, descubriremos que en muchos aspectos de nuestra vida hemos fallado, Por lo tanto, podemos reflexionar preguntarnos cómo podemos vivir este último período de nuestra vida con mayor provecho. ¿Qué más podemos hacer para bien de otros, de la Iglesia...?
Pablo nos dice: "en la vida y en la muerte somos del Señor". Ahora se está introduciendo leyes acerca de lo que se llama "la muerte con dignidad". En otras palabras lo que es la eutanasia o matar por misericordi, más bien falsa misericordia. Los estados no quieren gastar en mantener viva a gente mayor con enfermedade terminales, entonces hablan de dignidad. Así como nuestra vida es un don de Dios, y no es nuestra, tampoco lo es nuestra muerte, pues somos del Señor, sea en la vida que en la muerte. La muerte del cristiano, que ha vivido su vida en unión con el Señor, no es una desgracia, sino una gracia. En su carta a los cristianos de Filipo, San Pablo, estando en la cárcel, reflexiona sobre la muerte y si va a morir pronto o le tocará esperar más en esta vida. Dice que morir ya serían una ventaja, ciertamente lo mejor. Hablando de la meta que el Señor le tiene preparada dice : No que lo tenga ya coseguido o que sea ya perfecto sino que continúa mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús." .
sábado, 9 de septiembre de 2017
LA CORRECCIÓN FRATERNA
HOMILÍA, XXIII DOMING DE TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 10 DE SEPTIEMBRE DE 2017.
En las lecturas dominicales, suele haber una conexión entre la primera lectura tomada del Antiguo Testamento y el pasaje evangélico. Veamos cómo se da este hecho hoy. La primera lectura está tomada del libro del Profeta Ezequiel, uno de los cuatro llamados grandes profetas que nos han dejado escritos. Ezequiel era de una familia sacerdotal ´de Jerusalén y fue exiliado en la primera de las tres deportaciones que se dieron de parte del Rey de Babylonia, cuando se destruyó Jerusalén y el templo. Esto se dio en el año 593 a.C. Por lo tanto, es el único de los profetas que ejerció su ministero fuera de Israel. Su libro es muy interesante y dramático y contiene muchas visiones y actos simbólicos. Recomiendo tomarlo y leerlo entero, pues así podemos captar mucho mejor el contexto, especialmente si nos ayudamos de una intorducción y algún comentario.
El pasaje de hoy tiene una notable importancia porque trata de la culpabilidad personal que todos tenemos psor nuestros pecados. Resulta que lo que para nosotros parece una obviedad, no lo fue para el pueblo de Israel en el momento en el que escribió Ezequiel. Se tenía una notable conciencia de la solidariedad del pueblo sea en las buenas acciones como en las malas. El pueblo pecaba por no obedecer a Yahvé su Dios o por preferir otros dioses. Ellos eran bastante pragmáticos acerca de la religión. Si después de orar a Dios para pedirle lluvia y buenas cosechas y no se las daba, entonces acudían a Baal, el dios pagano de los cananeos, originales habitantes de la tierra que llegó a ser Israel. Este pasaje es un progreso en la revelación de parte de Dios de sí mismo a su pueblo, pues se trata de afirmar la responsabilidad personal de cada uno, y según sus obras será salvado o condenado.Vemos a ver, sin embargo, que la solidariedad del pueblo en los pecados comunes es un aspecto que es importante que no hay que descartar. Así es cómo se explica en parte la doctrina del Pecado Original. Además, los estudios psicilógicos acerca del delito nos indican que un niño criado en un ambiente de delincuencia y mal ejemplo, difícilmente se salvará de involucrarse en el crimen una vez que llega a la adolescencia.
El pasaje evangélico se sitúa en un discurso que en el que San Mateo junta diversos dichos (llamados en griego logoi) acerca de la vida de la comunidad. Todos nosotros tenemos una red de relaciones y nuestros actos y palabras influyen en otros, positiva o negitavmente en nuestro entorno, entre nuestros familiares, amigos compañeros de trabajo. Si sabemos escuchar al otro, si estamos dispuestos a hacerle favores al otro, a perdonar, si les manifestamos paciencia, si evitamos habar mal de ellos, entonces tendremos una influencia positiva sobre ellos. En cambio, si somos impacientes y rápidos en caer en la ira, la intolerancia, si levantamos la voz, si no somos capaces de perdonar sino más bien guardamos rencor etc. entonces tendremos un efecto negativo sobre los demás creando un ambiente negativo y de intolerancia.
En la vida comunitaria, es inevitable que haya roces, conflictos y mal entendidos. Rcordemos que Jesús proclama una de las Bienaventuranzas afiirmando que los pacíficos serán bienaventurados. Jesús pone el caso de uno que es ofendido por otro, obviamente en algo suficientemente grave o importante para quere solucionar el problema. Pone tres opciones, primero intentar arrglar el problema a solas con el hermano, y si reconoce el mal que ha hecho, aunque haya sido sin querer, y pide disculpas, el probema queda solucionado. El siguiente paso trata de lo que hay que hacer cuando el otro no acepta o no reconoce el mal que ha hecho. Jesús propone entonces, que acudan a la comunidad. No es necesario que sea una venitalción del problema en una reunión comunitaria. En las parroquias, a veces se dan conflictos entre varios agentes de pastoral o miembros de un grupo y otro por malos entendidos, por por diversas prioridades etc. En tal caso, los que tienen el conflicto deberían de acudir al párroco como respresentante del Señor en la comunidad parroquial para habiendo escuchado los dos puntos de vista dé una solución. Pudiera también, por ejemplo, pedir una consulta con otra otra persona prudente. Si uno de los dos no acepta el juicio del párroco y eventualmente de otro de juicio objetivo y prudente, entonces habría proceder a una amonestación, o de ser grave la cosa, suspenderlo del grupo por un tiempo para que reflexione. Jesús habla de tratarlo como un publicano, es decir, una excomunión. Obviamente, esto tendría que darse sólo en ocasiones raras y graves.
Aquí volvemos a la importancia de la comunidad y la necesidad de mantener la armonía y buenas relaciones entre sus miembros, y también la necesidad de evitar en cuanto posible el escándalo. No debemos de olvidar los efectos positivos que pueden tener nuestras buenas acciones en los demás, y por otro lado, los efectos negativos que tendrán nuestras malas acciones. No vivimos ne un vacío. Además, no debemos seguir el mal ejemplo de Caín que dijo "¿Acaso soy yo guardían de mi hermano?" No podemos prescindir de la comunidad, recordando que Dios ha creado la comunidad humana, con su primer fundamento la familia. Lo mismo, al escoger a Abrahán y los Patriarcas, a Moise´s y los Profetas, quiso formar un pueblo propio suyo. Luego lo mismo con la Iglesia fundada sobre la roca de los apóstoles es una comunidad y no podemos ser indifernetes a la suerte de los demás. Ante todo lo demás, sea la salud, o el bienestar de los demás, lo que más nos ha de preocupar y estimular es el intento de colabor con nuestro buen ejemplo y nuwstras palabras en la obra de la salvación de los demás, especialmente los más cercanos, que es lo que significa la palabra "prójimo". Aquí entra también la corrección fraterna.
Hay un refrán que reza: "El que calla otroga", por lo tanto, si otro amigo o persona cercana está poniendo su salvación eterna en peligro, deberíamos de intervenir como acto de caridad para intentar el mal camino. Es algo muy delicado y exige de la persona que intenta corregir a otro una buena dosis de humildad, de buenas formas, en una palabra de prudencia, para que su intervención surja efecto y no sea rechazada. Por nuestra parate, deberíamos de evitar el exceso de sensibilidad y las ganas de defendernos con demasiada prontitud. Por parte del que desea realizar la corrección fraterna, ha de buscar un momento adecuada, hacerla con humildad y verdaderas ganas de ayudar caritativamente al otro. Hay quienes tienen la obligación de corregir a otros por oficio, en primer lugar los padres. Flaco favor se hace a un niño si se le deja hacer lo que le da la gana. Hay que tener en cuenta que los años claves de la vida del niños son de unos 2 a 4 años. Si el niño no quiere obedecer y echa un berinche, pues que darle tiempo para que se calme. Una vez que se haya calmado y se ve que ha superado el berinche, darle a entender que uno está contento con él. Así va a ir aprendiendo que la mejor estrategia es colaborar, obedecer y controlar sus instintos, y de esa manera los padres estarán más contentos con él y le manifestarán cariño.
Hoy en día en una época de extrema individualidad, muchos piensan que sus actos son personales y no afectan a otros. El que se dedica a ver pornografía o a matsurbarse podrá pensar que se trata de vicios solitarios que no afectan sus relaciones con los demás, pero eso es un error grave. Dios ha dispuesto que el hombre tenga unos instintos fuertes, que a veces le dan una buena batalla, pero quiere quiere, en el caso del instinto sexual, que aprenda a dominarlo y que sepa que su ejercicio está restiirngido por Dios a los que están legítimamente casados, pues su fnalidad primordial es la procreación de hijos y no solo darles placer a los que lo practican. Si un joven o un adulto se dedica a estos vicios así llamados solitarios, se está haciendo daño, y privando a la comunidad de su contribución de amor, de bien, y de solidariedad, y la práctica de tales vicios lo hacen una persona más miserable que no es capaz de superar estos vicios y entregarse a las buenas obras a favor de sus hermanos. La persona se perfecciona ante todo con la práctica del amor a Dios y al prójimo, y ese amor le exige una lucha y unos grandes esfuerzos para superar el egoismo que lo disminuye como persona y les priva a los demás del bien que debería de hacerles. De esa manera podemos ver que en parte la actitud de los israelitas antiguos acerca de la dimensión social del pecado era correcto, pero con el profeta Ezequiel Dios les insitía en la dimensión personal de la culpa, pues ambos apsectos tienen su importancia.
En las lecturas dominicales, suele haber una conexión entre la primera lectura tomada del Antiguo Testamento y el pasaje evangélico. Veamos cómo se da este hecho hoy. La primera lectura está tomada del libro del Profeta Ezequiel, uno de los cuatro llamados grandes profetas que nos han dejado escritos. Ezequiel era de una familia sacerdotal ´de Jerusalén y fue exiliado en la primera de las tres deportaciones que se dieron de parte del Rey de Babylonia, cuando se destruyó Jerusalén y el templo. Esto se dio en el año 593 a.C. Por lo tanto, es el único de los profetas que ejerció su ministero fuera de Israel. Su libro es muy interesante y dramático y contiene muchas visiones y actos simbólicos. Recomiendo tomarlo y leerlo entero, pues así podemos captar mucho mejor el contexto, especialmente si nos ayudamos de una intorducción y algún comentario.
El pasaje de hoy tiene una notable importancia porque trata de la culpabilidad personal que todos tenemos psor nuestros pecados. Resulta que lo que para nosotros parece una obviedad, no lo fue para el pueblo de Israel en el momento en el que escribió Ezequiel. Se tenía una notable conciencia de la solidariedad del pueblo sea en las buenas acciones como en las malas. El pueblo pecaba por no obedecer a Yahvé su Dios o por preferir otros dioses. Ellos eran bastante pragmáticos acerca de la religión. Si después de orar a Dios para pedirle lluvia y buenas cosechas y no se las daba, entonces acudían a Baal, el dios pagano de los cananeos, originales habitantes de la tierra que llegó a ser Israel. Este pasaje es un progreso en la revelación de parte de Dios de sí mismo a su pueblo, pues se trata de afirmar la responsabilidad personal de cada uno, y según sus obras será salvado o condenado.Vemos a ver, sin embargo, que la solidariedad del pueblo en los pecados comunes es un aspecto que es importante que no hay que descartar. Así es cómo se explica en parte la doctrina del Pecado Original. Además, los estudios psicilógicos acerca del delito nos indican que un niño criado en un ambiente de delincuencia y mal ejemplo, difícilmente se salvará de involucrarse en el crimen una vez que llega a la adolescencia.
El pasaje evangélico se sitúa en un discurso que en el que San Mateo junta diversos dichos (llamados en griego logoi) acerca de la vida de la comunidad. Todos nosotros tenemos una red de relaciones y nuestros actos y palabras influyen en otros, positiva o negitavmente en nuestro entorno, entre nuestros familiares, amigos compañeros de trabajo. Si sabemos escuchar al otro, si estamos dispuestos a hacerle favores al otro, a perdonar, si les manifestamos paciencia, si evitamos habar mal de ellos, entonces tendremos una influencia positiva sobre ellos. En cambio, si somos impacientes y rápidos en caer en la ira, la intolerancia, si levantamos la voz, si no somos capaces de perdonar sino más bien guardamos rencor etc. entonces tendremos un efecto negativo sobre los demás creando un ambiente negativo y de intolerancia.
En la vida comunitaria, es inevitable que haya roces, conflictos y mal entendidos. Rcordemos que Jesús proclama una de las Bienaventuranzas afiirmando que los pacíficos serán bienaventurados. Jesús pone el caso de uno que es ofendido por otro, obviamente en algo suficientemente grave o importante para quere solucionar el problema. Pone tres opciones, primero intentar arrglar el problema a solas con el hermano, y si reconoce el mal que ha hecho, aunque haya sido sin querer, y pide disculpas, el probema queda solucionado. El siguiente paso trata de lo que hay que hacer cuando el otro no acepta o no reconoce el mal que ha hecho. Jesús propone entonces, que acudan a la comunidad. No es necesario que sea una venitalción del problema en una reunión comunitaria. En las parroquias, a veces se dan conflictos entre varios agentes de pastoral o miembros de un grupo y otro por malos entendidos, por por diversas prioridades etc. En tal caso, los que tienen el conflicto deberían de acudir al párroco como respresentante del Señor en la comunidad parroquial para habiendo escuchado los dos puntos de vista dé una solución. Pudiera también, por ejemplo, pedir una consulta con otra otra persona prudente. Si uno de los dos no acepta el juicio del párroco y eventualmente de otro de juicio objetivo y prudente, entonces habría proceder a una amonestación, o de ser grave la cosa, suspenderlo del grupo por un tiempo para que reflexione. Jesús habla de tratarlo como un publicano, es decir, una excomunión. Obviamente, esto tendría que darse sólo en ocasiones raras y graves.
Aquí volvemos a la importancia de la comunidad y la necesidad de mantener la armonía y buenas relaciones entre sus miembros, y también la necesidad de evitar en cuanto posible el escándalo. No debemos de olvidar los efectos positivos que pueden tener nuestras buenas acciones en los demás, y por otro lado, los efectos negativos que tendrán nuestras malas acciones. No vivimos ne un vacío. Además, no debemos seguir el mal ejemplo de Caín que dijo "¿Acaso soy yo guardían de mi hermano?" No podemos prescindir de la comunidad, recordando que Dios ha creado la comunidad humana, con su primer fundamento la familia. Lo mismo, al escoger a Abrahán y los Patriarcas, a Moise´s y los Profetas, quiso formar un pueblo propio suyo. Luego lo mismo con la Iglesia fundada sobre la roca de los apóstoles es una comunidad y no podemos ser indifernetes a la suerte de los demás. Ante todo lo demás, sea la salud, o el bienestar de los demás, lo que más nos ha de preocupar y estimular es el intento de colabor con nuestro buen ejemplo y nuwstras palabras en la obra de la salvación de los demás, especialmente los más cercanos, que es lo que significa la palabra "prójimo". Aquí entra también la corrección fraterna.
Hay un refrán que reza: "El que calla otroga", por lo tanto, si otro amigo o persona cercana está poniendo su salvación eterna en peligro, deberíamos de intervenir como acto de caridad para intentar el mal camino. Es algo muy delicado y exige de la persona que intenta corregir a otro una buena dosis de humildad, de buenas formas, en una palabra de prudencia, para que su intervención surja efecto y no sea rechazada. Por nuestra parate, deberíamos de evitar el exceso de sensibilidad y las ganas de defendernos con demasiada prontitud. Por parte del que desea realizar la corrección fraterna, ha de buscar un momento adecuada, hacerla con humildad y verdaderas ganas de ayudar caritativamente al otro. Hay quienes tienen la obligación de corregir a otros por oficio, en primer lugar los padres. Flaco favor se hace a un niño si se le deja hacer lo que le da la gana. Hay que tener en cuenta que los años claves de la vida del niños son de unos 2 a 4 años. Si el niño no quiere obedecer y echa un berinche, pues que darle tiempo para que se calme. Una vez que se haya calmado y se ve que ha superado el berinche, darle a entender que uno está contento con él. Así va a ir aprendiendo que la mejor estrategia es colaborar, obedecer y controlar sus instintos, y de esa manera los padres estarán más contentos con él y le manifestarán cariño.
Hoy en día en una época de extrema individualidad, muchos piensan que sus actos son personales y no afectan a otros. El que se dedica a ver pornografía o a matsurbarse podrá pensar que se trata de vicios solitarios que no afectan sus relaciones con los demás, pero eso es un error grave. Dios ha dispuesto que el hombre tenga unos instintos fuertes, que a veces le dan una buena batalla, pero quiere quiere, en el caso del instinto sexual, que aprenda a dominarlo y que sepa que su ejercicio está restiirngido por Dios a los que están legítimamente casados, pues su fnalidad primordial es la procreación de hijos y no solo darles placer a los que lo practican. Si un joven o un adulto se dedica a estos vicios así llamados solitarios, se está haciendo daño, y privando a la comunidad de su contribución de amor, de bien, y de solidariedad, y la práctica de tales vicios lo hacen una persona más miserable que no es capaz de superar estos vicios y entregarse a las buenas obras a favor de sus hermanos. La persona se perfecciona ante todo con la práctica del amor a Dios y al prójimo, y ese amor le exige una lucha y unos grandes esfuerzos para superar el egoismo que lo disminuye como persona y les priva a los demás del bien que debería de hacerles. De esa manera podemos ver que en parte la actitud de los israelitas antiguos acerca de la dimensión social del pecado era correcto, pero con el profeta Ezequiel Dios les insitía en la dimensión personal de la culpa, pues ambos apsectos tienen su importancia.
sábado, 2 de septiembre de 2017
LA PALABRA DE DIOS COMO UN FUEGO QUE ARDE EN EL CORAZÓN
HOMILÍA,, XXII DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 3 DE SEPTIEMBRE DE 2017.
Los libros proféticos del Antiguo Testamento son 16, cuantro llamados mayores, Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel, aunque hoy en día los exegetas consideran que Daniel es más bien apocalíptico, y 12 llmados menore, debido a que son libros más breves. De todos los profetas, no cabe duda de que Jeremías es el profeta más cercano, más humano y atrayente. Primero, se cuenta su vocación profética, que Dios lo llamó cuando era un mero muchacho, posiblemente de unos 17 años. Él responde a Dios diciendo que es demasiado joven, pero Dios insiste y lo manda ir a proclama su palabra que Ël estará con su profeta "Ah, Señor, Yahveh! Mira que no sé expesarme, que soy un muchacho. Ya me dijo Yahveh: No digas: "Soy un muchacho", pues adondequiera que yo te envie irás, y todo lo que mande dirás. No les tengas miedo, que contigo estoy yo para salvarte" (Jer 1,6-10). Luego Dios le tocó la boca de Jeremáis y colocó sus palabras en su boca.
A Jeremías le tocaba pedicar un mensaje durísima en un periódo de grandes desastres para el pueblo de Israel. Tanto los reyes, como los sacerdotes, la aristocracia y los falsos profetas habían puesto su confianza en una profecía hecha a David por el profeta Natán (2 Sam 7,1-12) en la que Dios prometía que la dinastía de David perduaría, pero los contemporáneos de Jeremías interpretaban esa profecía como un cheque en blanco, de manera que no les importaba lo que sucediera, que Dios los iba a salvar. Los reyes habían introducido imágnes de dioies paganos en el mismo templo y algunos de ellos habían ofrecido a sus hijos, pasándolos por le fuego al dios Moloc y otras barbaridades. A Jeremáis le tocaba comunicarles un mensaje durísima de parte de Dios: Que iba a venir el Rey de Babilonia, que ellos deberían de someterse a su dominio, que si no, destruiría Jerusalén y el mismo templo. Esto les parecía a los reyes, a a atrstocracia y a los sacerdotes como una traición de parte de Jeremías, pero él le comunicaba exactamente lo que Dios le mandaba decir. Por ello, se suele llamara Jeremáis "el profeta lloricón".
Así llegamos a nuestro pasaje de hoy en el que Jeremías expresa ante Dios toda la frustración que sentía. Nadie le hacía caso. Al contario se burlaban de él y por más que proclamara la verdad y lo que iba a suceder no les interesaba. Ellos no le hacían ningún caso. Incluso, dictó sus profecías a su secertario Baruc y se las llevaron al rey en su palacio. Éste las iba leyendo y quemaba cada una de las hojas en un brasero que tenía para calentar el ambiente. Entonces, Jeremías se lamenta ante Dios con las palabras que hemos escuchado: "Me has seducido y yo me dejé seducir. Me has agarrado y me has podido. Pues cada vez que hablo es para clamar: Atropello, y para gritar Expolio!".
En nuestro mundo contemporáneo que ha rechazado terminantemente a Dios, a la relgión, ha apostatado de la fe cistiana se da una situación análaga a la que encontró Jeremías. Simplemente se rechaza totalmente la fe, considerándola una especie de necedad en la que se refugian gente incapaz de enfentarse con la realidad y que se refugia en un dios falso como explicación del mundo. El que desea evangelizar, o proclamar la verdad sobre el hombe y el mundo es ridiuclizado y se convierte en el hazmereír de un gran porcentaje de la población. Nuestro mundo actual proclama las teorías del postmodernismo. Primerro, rechaza la posibilidad de la verdad objetiva. Se rechaza lo que se llama un macrorelato, es decir una filosofía que explique la existencia y el sentido de lo que existe. Obviamante, esto va en ocntra del cristianismo. No hay verdad universal y objetiva. Puede haber "tu verdad y mi verdad". Esto es lo que Benedicto XVI llamaba "la dictadura del relativismo". En segundo lugar, se ataca el sentido de un texto de manera que la intepretación subjetiva del mismo es más importante que lo que afirma el texto y lo que el autor quiso comunicar. Las palabras nunca tienen refernecia al mundo real y objetivo."o con él, entonces, para él, la luna está hecha de queso verde. De nuevo, la realidad no es lo que existe objetivamente; la realidad es producida por nuestro acuerdo de lo que es. Nosotros no descubrimos hechos verdaderos acerca del mundo reallo creamos." (http://www.allaboutworldview.org/spanish/filosofia-postmodernista.htm
La reacción natural y humana del profeta es: "No pensaré más de él. No hablaré más en su nombre", pero esta no es una verdadera solución al problema. La experiencia del encuentro de Jeremias con Dios su Señor es tan fuerte e irreprimible que no puede simplemente callar y no cumplir lo que el Señor le manda y le dice. "Pero habia en mi corazón algo asi como un fuego ardiente prendido en mis huesos, y aunque yo trabajaba por ahogarlo, no podía". La vida de Jeremías se identifica con su misión profétíca proveniente de Dios, su Señor y simplemente no puede dejar de cumplir lo que Dios le manda. Es lo que también sentía San Pablo cuando escribía: "Ay de mí si no evangelizo". Él que había sufrido palos, había siedo apedreado, recibido latigazos, naufragios y todo tipo de maltrato por el Evangelio y no podía hacer otra cosa que anunciar el Evangleio a tiempo y destiempo en el intento de salvar al menos a algunos.
Hoy en día, tantos tienen miedo de anunciar el evangelio, ni se interesan en conocer la fe, la Palabra de Dios para poder ordenar su vida según el proyecto de Dios, y menos comunicarla a otros porque temen "el qué dirán" No quieren ofender a nadie. He visto una noticia en una web en el Internet según la cual un colegió católico en Estados Unidos removió una estatua de la Sma. Virgen para evitar que se ofendieran los musulmanes. En cambio ellos andan por la calle a proclamar lo que manda su falso profeta Mahoma. Una encuesta en EEUU preguntaba a los miembros de diversas religiones y denominaciones sobre si están dispuestos a comunicar su fe a otros. ¿Quiénes era los menos dispuestos a evangelizar? LOS CATÓLICOS. Uno tiene que preguntarse qué tipo de fe tiene la mayoría de lso bautizados católicos si ni se preocupan en comunicarla siquiera a sus hijos, y menos a amigos y compañeros de trabajo etc. Muchos tienen una fe mortecina que se basa en unas normas que tradiconalmente han cumplido sin examniarse acerca de las exigencias de esa fe. Otros se han inventado su propio dios falso, y aunque son catolicos bautizados que al menos han recibido la Primera Comunión y tal vez la Confirmacion pero dicen que creen en Dios a su manera. No se les ocurre peguntarse si esa dios pagano y falso que se han inventado es el verdadero Dios de Jesucristo. No quieren saber que ser católico significa algo, que Jesucisto dijo: "El que no está comigo, está contra mí. El que no recoge conmigo desparrama" (Mt 12,20). Creer en jun dios cómodo hecho a su medida es paganismo puro y duro, y peor que el paganismo antiguo.
¿Cómo podemos llegar a tener esta verdadera fe que nos lleve a conocer y anunciar la Palabra de Dios pese a lo difícil que es y siempre ha sido? Creo que el samo responsorial de hoy, S. 62, nos da unas pautas. "Dios mío, Dios mío, yyo te busco, sed de ti tiene mi alma, en poz de ti languiduece mi carne, cual tierra seca y agotada, sin agua". No hace falta mandar a nadiea buscar la felicidad, pero la mayoría piensa que se encuentra en el goce de los biens materiales, del sexo, del poder y de la vanidad. Primero, tenemos que convnecerno de que Dios ha colocado esta sed en nuestra alma, y como dice San Agustín, sólo él la puede colmar , ´
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Los libros proféticos del Antiguo Testamento son 16, cuantro llamados mayores, Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel, aunque hoy en día los exegetas consideran que Daniel es más bien apocalíptico, y 12 llmados menore, debido a que son libros más breves. De todos los profetas, no cabe duda de que Jeremías es el profeta más cercano, más humano y atrayente. Primero, se cuenta su vocación profética, que Dios lo llamó cuando era un mero muchacho, posiblemente de unos 17 años. Él responde a Dios diciendo que es demasiado joven, pero Dios insiste y lo manda ir a proclama su palabra que Ël estará con su profeta "Ah, Señor, Yahveh! Mira que no sé expesarme, que soy un muchacho. Ya me dijo Yahveh: No digas: "Soy un muchacho", pues adondequiera que yo te envie irás, y todo lo que mande dirás. No les tengas miedo, que contigo estoy yo para salvarte" (Jer 1,6-10). Luego Dios le tocó la boca de Jeremáis y colocó sus palabras en su boca.
A Jeremías le tocaba pedicar un mensaje durísima en un periódo de grandes desastres para el pueblo de Israel. Tanto los reyes, como los sacerdotes, la aristocracia y los falsos profetas habían puesto su confianza en una profecía hecha a David por el profeta Natán (2 Sam 7,1-12) en la que Dios prometía que la dinastía de David perduaría, pero los contemporáneos de Jeremías interpretaban esa profecía como un cheque en blanco, de manera que no les importaba lo que sucediera, que Dios los iba a salvar. Los reyes habían introducido imágnes de dioies paganos en el mismo templo y algunos de ellos habían ofrecido a sus hijos, pasándolos por le fuego al dios Moloc y otras barbaridades. A Jeremáis le tocaba comunicarles un mensaje durísima de parte de Dios: Que iba a venir el Rey de Babilonia, que ellos deberían de someterse a su dominio, que si no, destruiría Jerusalén y el mismo templo. Esto les parecía a los reyes, a a atrstocracia y a los sacerdotes como una traición de parte de Jeremías, pero él le comunicaba exactamente lo que Dios le mandaba decir. Por ello, se suele llamara Jeremáis "el profeta lloricón".
Así llegamos a nuestro pasaje de hoy en el que Jeremías expresa ante Dios toda la frustración que sentía. Nadie le hacía caso. Al contario se burlaban de él y por más que proclamara la verdad y lo que iba a suceder no les interesaba. Ellos no le hacían ningún caso. Incluso, dictó sus profecías a su secertario Baruc y se las llevaron al rey en su palacio. Éste las iba leyendo y quemaba cada una de las hojas en un brasero que tenía para calentar el ambiente. Entonces, Jeremías se lamenta ante Dios con las palabras que hemos escuchado: "Me has seducido y yo me dejé seducir. Me has agarrado y me has podido. Pues cada vez que hablo es para clamar: Atropello, y para gritar Expolio!".
En nuestro mundo contemporáneo que ha rechazado terminantemente a Dios, a la relgión, ha apostatado de la fe cistiana se da una situación análaga a la que encontró Jeremías. Simplemente se rechaza totalmente la fe, considerándola una especie de necedad en la que se refugian gente incapaz de enfentarse con la realidad y que se refugia en un dios falso como explicación del mundo. El que desea evangelizar, o proclamar la verdad sobre el hombe y el mundo es ridiuclizado y se convierte en el hazmereír de un gran porcentaje de la población. Nuestro mundo actual proclama las teorías del postmodernismo. Primerro, rechaza la posibilidad de la verdad objetiva. Se rechaza lo que se llama un macrorelato, es decir una filosofía que explique la existencia y el sentido de lo que existe. Obviamante, esto va en ocntra del cristianismo. No hay verdad universal y objetiva. Puede haber "tu verdad y mi verdad". Esto es lo que Benedicto XVI llamaba "la dictadura del relativismo". En segundo lugar, se ataca el sentido de un texto de manera que la intepretación subjetiva del mismo es más importante que lo que afirma el texto y lo que el autor quiso comunicar. Las palabras nunca tienen refernecia al mundo real y objetivo."o con él, entonces, para él, la luna está hecha de queso verde. De nuevo, la realidad no es lo que existe objetivamente; la realidad es producida por nuestro acuerdo de lo que es. Nosotros no descubrimos hechos verdaderos acerca del mundo reallo creamos." (http://www.allaboutworldview.org/spanish/filosofia-postmodernista.htm
La reacción natural y humana del profeta es: "No pensaré más de él. No hablaré más en su nombre", pero esta no es una verdadera solución al problema. La experiencia del encuentro de Jeremias con Dios su Señor es tan fuerte e irreprimible que no puede simplemente callar y no cumplir lo que el Señor le manda y le dice. "Pero habia en mi corazón algo asi como un fuego ardiente prendido en mis huesos, y aunque yo trabajaba por ahogarlo, no podía". La vida de Jeremías se identifica con su misión profétíca proveniente de Dios, su Señor y simplemente no puede dejar de cumplir lo que Dios le manda. Es lo que también sentía San Pablo cuando escribía: "Ay de mí si no evangelizo". Él que había sufrido palos, había siedo apedreado, recibido latigazos, naufragios y todo tipo de maltrato por el Evangelio y no podía hacer otra cosa que anunciar el Evangleio a tiempo y destiempo en el intento de salvar al menos a algunos.
Hoy en día, tantos tienen miedo de anunciar el evangelio, ni se interesan en conocer la fe, la Palabra de Dios para poder ordenar su vida según el proyecto de Dios, y menos comunicarla a otros porque temen "el qué dirán" No quieren ofender a nadie. He visto una noticia en una web en el Internet según la cual un colegió católico en Estados Unidos removió una estatua de la Sma. Virgen para evitar que se ofendieran los musulmanes. En cambio ellos andan por la calle a proclamar lo que manda su falso profeta Mahoma. Una encuesta en EEUU preguntaba a los miembros de diversas religiones y denominaciones sobre si están dispuestos a comunicar su fe a otros. ¿Quiénes era los menos dispuestos a evangelizar? LOS CATÓLICOS. Uno tiene que preguntarse qué tipo de fe tiene la mayoría de lso bautizados católicos si ni se preocupan en comunicarla siquiera a sus hijos, y menos a amigos y compañeros de trabajo etc. Muchos tienen una fe mortecina que se basa en unas normas que tradiconalmente han cumplido sin examniarse acerca de las exigencias de esa fe. Otros se han inventado su propio dios falso, y aunque son catolicos bautizados que al menos han recibido la Primera Comunión y tal vez la Confirmacion pero dicen que creen en Dios a su manera. No se les ocurre peguntarse si esa dios pagano y falso que se han inventado es el verdadero Dios de Jesucristo. No quieren saber que ser católico significa algo, que Jesucisto dijo: "El que no está comigo, está contra mí. El que no recoge conmigo desparrama" (Mt 12,20). Creer en jun dios cómodo hecho a su medida es paganismo puro y duro, y peor que el paganismo antiguo.
¿Cómo podemos llegar a tener esta verdadera fe que nos lleve a conocer y anunciar la Palabra de Dios pese a lo difícil que es y siempre ha sido? Creo que el samo responsorial de hoy, S. 62, nos da unas pautas. "Dios mío, Dios mío, yyo te busco, sed de ti tiene mi alma, en poz de ti languiduece mi carne, cual tierra seca y agotada, sin agua". No hace falta mandar a nadiea buscar la felicidad, pero la mayoría piensa que se encuentra en el goce de los biens materiales, del sexo, del poder y de la vanidad. Primero, tenemos que convnecerno de que Dios ha colocado esta sed en nuestra alma, y como dice San Agustín, sólo él la puede colmar , ´
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