sábado, 29 de julio de 2017

LA VERDADERA SABIDURÍA.

HOMILÍA DEL DOMINGO XVII DE TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 30 DE JULIO DE 2017.

Nuestra primera lectura de este domingo está tomada del Primer Libro de los Reyes. El Rey Salamón, hijo de David, en la Biblia es el hombre sabio por antonomasia. Se demuestra su sabiduría, por ejemplo, en el episodio bien conocido de las dos mujeres que acuden al rey porque las dos habían dado a lus a hijo, y estando acosadas las dos juntamente con los bebés, una de ellas  por un error, se acostó encima del niño y quedó muerto. Ella coge al niño muerto y lo coloca al lado de la otra y coge el niños vivo de la otra y lo coloca al a lado suyo. Al desperarse la otra, se dio cuenta de que el niño muerto no era suyo y ambas acuden al rey por la otra insisitía que el niño vivo era suyo. El rey pide una espada y pretende que va a cortar al niño en dos, y con eso la que engañaba descubrió el pastel y reconoció  que el niño no era de ella.

En el episodio de hoy  el rey sabio  se enuentra  en un lugar llamado Gamboa y tiene un sueño en el que Dios le dice que le pida lo que más quiere y promete darselo. Salamón pidió sabiduria para poder goberarn el Pueblo de Dios y el mismo Dios lo felicita por no haber pedido otra cosa como la vida de sus enemigos o larga vida para él. Preguntémonos nosotros sinceramente que si Dios nos pregutara qué es lo que más queremos y qué responderíamos. Claro, podríamos prentender ser más piadosos de lo que somos, pero con toda sinceridad la pregunta se riefiere a o que más buscamos y anhelamos, auqello  acerca del cual pensamos y nos preocupa y angustia. Si decimos que es la gloria de Dios y la vida eterna, entonces pregutémonos cuántas veces al día pensamos en estas cosas y que´concretamente hacemos para alcanzarlos. Ni Dios puede daros la vida eterna y la felicidad plena y perfecta que no termina, si nosotros realmente no queremos estas cosas, si no las buscamos máñana tarde y noche. Eso no quiere decir que tenemos que estar pensando en estas cosas todo el día, sino que sean de verdad el fin o objetivo último de todo lo que hacemos. Si de verdad buscamos con todos nuestro ser la vida eterna y la gloria de Dios, nos preocupamos por tener una idea clara acerca de aquell en lo que consisten. ¿Cómo podemos decir sinceramente que buscamos el Reino de Dios y su justicia, como dice Jesús, si no nos preocupamos por conocer a Jesús, por entrar en una relación personal con Él y cumplir su voluntad. Si no lo hacemos, seremos como los que dicen !" Señor, Señor", pero no hacen la voluntad de Dios, es decir, las palabras son baratas, u abras son amores, no buenas razones, en palabras del refrán.

Pasemos ahora a nuestro pasaje evangélico de hoy en el que San Mateo presenta, como en los dos domigos anteriores, tres parábolas más que intentan dar a conocer de manera concreta y accesible a cualquiera no importa su nivel de educación, en qué consiste el Reino o reinado de Dios. Normalmente, la primera lectura, tomada del Antiguo Testamento presenta el mismo tema que el evangelio, y así es hoy. En primer lugar, tenemos el caso de un buscador de tesoros que encuentra un tesoro de inmeso valor en un campo. Va enseguida y compra el campo para poder tener ese tesoro, y el del mercader de perlas que encuentra una perla peciosa de mayor valor que todo el resto de sus perlas. Sin pensarlo dos veces se va a vender todas las perlas que tenía  para poder comprar esa perla que vale más que todas ellas. Hay que decir que en tiempos bíblicos, la perlas eran un producto muy valiosa, más que el oro, porque se tenían que traer desde lejos, desde Oriente. Con estas historietas, Jesús intenta convencer a sus oyentes que el Reino de Dos se asemaja a esta situación del tesoro escondido en el campo o la perla preciosa. Es algo tan extraordinariamente importante que para poderlo tener, hay que deshacerse de todo lo demás.

Si el Reino o reinado de Dios vale tanto, y hay que deshacerse de lo más valioso que tenemos para poderlo tener o entrar en é, conviene preguntarnos, qué quiere decir Jesús con este concepto que es el gran tema de su pedicación. Cuando Pilato preguntó a Jesús si es Rey, respondió que sí pero su rieno no es de este mundo, y además dijo que para eso había venido al mundo, de manera que el Reino es la razón de de la vida y la misión de Jesús, y para conquistarlo tuvo que entregarse a la muerte en la cruz. ¿Entonces, en qué consiste? Si volvemos a los primeros capítulos del Libro del Génesis, vemos cómo Dios creó el mundo de la nada, separando cada cosa de las demás  y colocando al hombre en la cúspide de todo lo que que había creado. Había un orden perfecto en el universo, simbolizado por la imagen del Jardín de Edén, la armonía y la comunión del hombre con Dios, entre sí y con la misma natualeza. Además, se dice que estaban desnudos y eso no presentaba ningún problema para ellos, y como despuñes de dejarse engatusar por la serpiente que representaba el demonio, descubrieron la lujuría y se taparon con hojas de higuera. Ese orden maravilloso se perdió por el deseo del hombre de ser como Dios y poder decidir para sí mismo que es bueno y qué es malo, rechazando así su condición de criatura totalmente dependiente de Dios y creando un desosrden el el universo. Enntonces, Dios quiso reestablecer ese orden entre Él y el hombre, y en todo el universo. Lo hizo a través de la vida, la misión, a muerte de Jesús en la cruz y su resurrección, que es lo que quier decir Jesús con las dos peticiones del Padre Nuestro: "venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.  El -Reino de Dios trata del orden que Dios ha establecido en el universo, con Jesucristo como el Rey, el que como escribe San Pablo a los Filipenses: "Para que al nombre de Jesús, toda rodilla se dobe en los cielos y en la tiera y en los abismos,  toda lengua confiese que Cristo Jesús es el Señor para gloria de Dios Padre" (2,10-11). También, al final del Evangelio de San Mateo, Jesús resucitado dice: "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizádolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Sato, y enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado.. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mund? (28,18-20). Por tanto, nada se escapa del dominio de Jesús como Señor y Rey, también el mundo económico y político, aunque este mandato nada tiene que ver con una teocracia, al estilo de Islam.

Como hemos visto en la primera lectura, Dios le concedió a Salamón el don de la sabiduría para poder gobernar al pueblo de Israel. E Libro de los Proverbios, uno de los libros bíblicos llamados sapienciales, comienza con la afirmación: "El principio de la sabiduría es el temor de Dios" (1,7) y Santo Tomás de Aquino afirma que "es propio del sabio ordenar" (sapientis est ordenare). Por lo tanto, se  puede ver aquí dos aspectos importantes de la sabiduría, el temor de Dios, como también Santo Tomás distingue, se trata del temor filial, el el termor servil, el propio del esclavo, sino del hijo. Hemos visto cómo el Reino de Dios o de Jesucristo, que en el Padre Nuestro pedimos a Dios que venga, es el nuevo orden que vino a establecer Jesús, debido a que en el principio el hombre había roto tal orden por el Pecado Original y posteriormente por todos los demás pecados. Por eso, se dice también que Jesús "reina desde la cruz" y cómo dice la letra de una canción que se puede cantar en la misa: "Tu reino es vida; tu reino es verdad; tu reino es justicia: tu reino es  paz. !Venga tu Reino, Señor" ,

sábado, 22 de julio de 2017

EL. TRIGO Y A CIZAÑA, EL GRANO DE MOSTAZA, Y LA LEVADURA EN LA MASA

HOMILÍA XVI DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO, 23 DE JULIO DE 2017.

Estamos todavía en el c. 13 del Evangelio de San Mateo en el que recoge siete parábolas de Jesús cuado enseñaba en la ribera del lago de Tiberiades en Galilea. Primero está la parábola del trigo y la cizaña. ¿Por qué Jesús el dueño del campo o quiere que se arranca la cizaña? En primero lugar, tenemos que reflexionar sobre el hecho de que un enemigo fuera a sembrar cizaña en el camo de otro. Forma  parte del misterio del mal y sin duda existen personas malvadas que hacen daño a otros, pero aquí podemos intuir que se trata del demonio. Desde Adán y Eva él ha hecho lo mismo. No debemos de ser ilusos y olvidarnos del poder del demonio, que al parecer hoy en día se manifiesta tal vez con mayor fuerza que en otras épocas. Si pensamos en lo que nos cuenta  el Libro del Génesis acerca de la maldad de Sodoma y Gomorra, donde ni siquiera se pudo encontrar a diez hombres justos para que Dios fuera a salvar esas ciudades. Obviamette, eran pueblos no muy grandes. ¿Por qué entonces Dios los destruyó de manera tan tremenda? Se trata del pecado al que se le ha dado precisamente el nombre de la sodomía. Hace apenas 30 o 40 años, nadie hubiera pensado que se fueran a dar las barbaridades que en estos momentos se están dando en todo el mundo respecto precisamente a este pecado contra naturam, uno de los más graves. Ahora hay toda una campaña política apoyada por leyes nefastas para imponer no solo la homosexualidad como normal, como un estilo alternativa de vida, sino que incluso se está persiguiendo, también judicialmente a personas que se oponen a esta capaña. Han inventado leyes en contra de lo que se llama en ingés hate speech (lenguaje de odio) para callar a los que se oponen a esta ideología, e incluso se ha intentado llevar a tribunales a un cardenal y a sacerdotes por enseñar lo que tanto la misma Biblia como la Iglesia enseñan sobre el tema, y los tachan de homófobos. Si Dios destruyó Sodoma y Gomorra, unos pueblos pequeños debido a este pecado, ¿que va a hacer ahora o en el futuro prójimo ante tanta barbaridad que ha traído la así llamada evolución sexual.  En estos días se ha hecho famoso un vídeo de Youtube en el que unas mades solteras enseñaban a sus hijos e hijas a masturbarse. Todos los niños y niñas en el vídeo manifiestan su rechazo a estos intentos tanto con sus palabras como su lenguaje corporal. Estas señoras están practicando abuso sexual de menores, un delito que debiera llevarlas a la cárcel si vivieramos en una sociedad normal.

Muchas personas podrían extrañarse de la solución de la parábola de no arrancar la cizaña.Tenemos que darnos cuenta de que en este mundo hay una mezcla de bien y mal y esta situación no se va aarreglar definitivamete hasta la vida futura en el Reino de Dios. Por otra parte, la existencia del mal con frecuencia provoca mucho bien como reacción. Es algo muy claro en el caso de los mártires y de la misma crucifixión de Jesús. Sin duda, la muerte horrorosa de Jesús en la cruz, condenado por causas totalmente falsas Dios la convirtió en el camino de la salvación del género humano. Luego, desde el primer mártir San Estéban, todos los mártires se han inspirado en el ejemplo de Jesús considerando que era mucho mejor sufrir tremendos sufrimientos que negar la fe que es el valor más grande que podemos tener. El escritor eclesiástico del siglo III, Tertuliano,  afirmaba que La sangre de los mártires es la semilla de los cristianos. Por poner un ejemplo, el caso de San Maximiliano Kolbe, que se ofreció a tomar el lugar de un padre de familia cuando los Nazi querían castigar ejemplarmente  a los presos en el campamento de concentración porque algunos se habían escapado. El,como, todos los mártires,  se inspiró en el ejemplo de Jesús que dio su vida para rescatar a toda la humanidad de la muerte eterna que es el infiieron. Es el caso del joven español que recientemente en la ocasión de un atentado yihadista en Londres, intentó defender a una mujer que estaba siendo atacado por un yihadista y en el proceso perdió la vida. Su ejemplo de heroismo  ha sido inspirado a muchas personas, y le van a conceder póstumamente un premio importante,, además de ponerle su nombre en una calle de su ciudad.

Tanbién en otras circunstancias se da algo semejante. Cuando los padres llevan a un niño al colegio por primera vez, el niño suele llorar por todo lo extraño que es, pues se separa del mundo de su familia y se encuentra con una nueva situación que lo hace sufrir. Nadie piensa que se deberia de evitarle tal sufrimiento al niño. Más bien superar esta situación lo hace más fuerte y poco a poco a ser capaz de enfrentarse con otras dificultades inevitables en su vida. Lo mismo sucede cuando una persona comienza su vida laboral y entra en una empresa donde no conoce a nadie ni sabe exactamente cómo tiene que proceder. Ciertamente, como se dice, está de nervios, pero es algo inevitable y también al final beneficioso.

Pasamos a la parábola de la semilla de mostaza. Es como una ley universal que toda obra grande comienza muy pequeña. Me viene a la memoria el caso de a Madre Teresa de Calcuta. Ella dejó su comunidad religiosa para ir a los barrios más miserables de la ciudad  para recoger a los moribundos de la calle y ayudarles a moriir bien. Nunca había hecho eso antes y se sentía muy sola, pero poco a poco su obra se iba afianzando, llegando ella a recibr el Premio Novel de la Paz y  su obra se extiende a todo el mundo en la actualidad. Igualmente, el caso de San Francisco, que empezó con la idea de reconstruir una iglesia. Luego se juntaron otros a él. Fueron a Roma y lograron ser aprobados. En pocos años la orden tenía miles de miembros y se extendíó a toda Europa, dejando una huella extrarordinaria no solo en la Iglesia sino en la historia del mundo.

Igualmente importante es la parábola de la levadura en la masa. La levadura se hacía dejando fermentar un poco de la masa de la vez anterior. Esta reacción quíimica la habilitaba para luego elevar la siguiente masa y que el pan no quedar duro como el pan ázimo. Lamentablemente en el mundo, las masas son más bien pasivas y amórfas. De este hecho se enteró muy bien Lenin cuando la revolución bolchevique cuando decía que el Partido Comunista constuía la vanguardia de la revolución. En realidad, los comunistas nunca llegaron a ser mayoría en Rusia. Una parroquia la lleva el párrco y unas cuantas personas activas que colaboran eficazmente en los diversos aspectos de la vida de la parroquia. Hay otro grupo bastante más numeroso que sí va a Misa, igual contribuye un poquito de dinero pero no están dispuesos a sacrificarse y hacer más. En inglés los llamamos "sacos de papas en el banco". En tercer lugar, existen los que se dicen no practicantes, que aparecen tres o cuatro veces al año, en entieros, Primeras Comuniones y Misas de difuntos. Se dicen católicos, pero muchos de ellos ni saben recitar el Padre Nuestro. Incluso piensan que ser católico no implica ninguna obligación, pero al mismo tiempo son bien exigentes con el párroco. Actúan como si la parroquia fuera un negocio como el Corte Iglés, o un proveedor de servicios, , y si  no se quedan contentos con el servicio, se quejan. No dan ni un centavo para que la parroquia exista, y pague sus facturas de luz, agua, etc. El gran problema es cómo convertir a esas personas que son masa en levadura, que sean miembros vivos de la Iglesia Es algo que se está haciendo cada vez más difícil.Hoy en día,  cada.quien tiene su idea de cómo debería de ser la Iglesia, pese a desconocer la Palabra de Dios, la doctrina de la Iglesia,. piensan que la Iglesia debería de eliminar el celibato de los sacerdotes, que deberia de permitir los anticoncptivos, aceprar la homosexualidad etc. Se sienten con el derecho de pontificar sobre lo que la Iglesia debería de enseñar, mientras tienen un desconocmiento casi total del contendio de la Biblia, y se han queado en su formación cristiana al nivel de la Primera Comunión. Su conciencia la forman en base a lo que ven en la televisión o leen en períódicos o en el Intenret. Cada uno de nosotros debería de tomar en serio la urgente invitación del Papa Juan Pablo II  a la  nueva evangelización. Empecemos con los miembros de nuestra propia familia, con los compañeros de trabajo, no solo con la palabra sino también con gestos de interés por ellos y de caridad fraterna. ¿Nuestras conversaciones pasan de cuestiones superficiales?

Si nos interesamos por el bien del otro, por amor al Señor, poco a poco ellos se van a dar cuenta y podremos invitarles a una relación personal con el Señor, a alguna actividad de la parroquia  a favor de católicos no activos y de esa manera podremos poco a poco ser levadura en la masa. No seamos como Caín que preguntó: ¿Acaso soy yo guardián  de mi hermano?   ¿Qué caridad más grande puede haber que ayudar a otro a dejar la vida superficial y de pecado y lograr al final salvar su propia alma? Recordemos la palabra de Jesús: ¿Qué aprovecha al hbombre ganar todo el mundo si pierde su vida?      


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sábado, 15 de julio de 2017

EL SEMBRADOR

HOMILÍA DOMING XV DE TIEMPO ORDINARIO, CICLO A, 16 DE JULIO DE 2017.

En nuestra lectura continua del Evangelio de San Mateo, llegamos a una serie de parábolas. Pordríamos preguntar por qué Jesús habla en parábolas. ¿No sería mejor y más claro hablar en lenguaje directo? Ciertamente, el lenguaje claro y contundente le conviene a un discuros filosófico o científico, per tal vez menos en el caso de un discurso religioso. De las realidades de la fe no tenemos un conocimiento directo e inmediato de manera que con no poca frecuenica conviene un tipo de lenguaje poético y simbólico que más que afirmar con condundencia, sugiere, llama la atención de la mente de una manera más adecuada a los misterios que trata la fe. Pongamos como ejemplo la parábola que el Profeta Natán le contó a David después de que éste hubiera cometido adulterio con Batsheba y de haber mandado matar a su esposo (II Sam 12) . El profeta le cuenta a David  una parábola sobre dos hombres que viviían en un pueblo, uno rico con gran númeor de animales, y otro pobre que loúnico que tenía era una oveja . Llega un amigo a la casa del rico a cenar, y lo único que se le ocurrió fue de ir a la casa del pobre y llevarse la oveja para darle de comer a su huesped. Dice la Biblia que David se levantó en cólera en contra de aquel rico y dijo: "Vive Dios, que merece la muerte el hombre que tal hizo". El profeta responde: "Tú eres ese hombre". De manera dramática, el Rey David se condena a sí mismo por el mal que ha hecho". Esto es posible gracias a la parábola y tiene un gran efecto drámatico.

Ahora pasamos a la Parábola del Sembrador. En primer lugar conviene destacar que en aquella época la semilla no era barata. Vemos al sembrador sembrarla generosamente de manera que cae al borde del camino,  sosbre tierra pedregosa, entre espinas. Si la semilla es la Palabra de Dios, como explica el mismo Jesús, el hecho de que se siembra tan generosamente y caiga sobre todo tipo de terreno nos ayuda a comprender cómo funciona la Palabra de Dios. Si el hombre está a la cúspide de la creación y todo las demás cosas que Dios ha creado en el universo las ha hecho para que puedan dar gloria a Dios a través del hombre. Nuestro ser está hecho para que podamos escuchar y acoger la Palabra de Dios. Con no poca frecuencia, la Biblia nos recuerda la importancia de abrir los oídos a la Palabra y que el hombre tiene dentro de sí una seda que sólo Dios puede colmar. "Como el ciervo busca corrientes de agua, así mi alma busca a tí, Dios mío". (S. 42,1), y la Biblia con frecuencia habla de la necesidad de buscar el rostro del Señor.  También el Salmo 94 dice: "Ojalá escuchéis la voz del Señór" No endurescáis el corazón...". De una u otra manera la Palabra de Dios se comunica a los hombres. El problema es la respuesta o la falta de ella que le dan.

Conviene reflexionar sobe la imagen de la semilla como la Palabra de Dios, pues tiene una gran potencialidad. En la parábola probablemente el Señor tiene en mente la semilla de trigo, que al final produce más trigo. En el caso de la bellota, se ve más claro cómo una semilla puede producir, dadas las condiciones adecuadas un gran árbol, la encina. Por un lado, Dios no ha dado la luz de la razón, pero la sola razón no basta porque no nos ha dado solamente una vocación terrena, una suerte de naturaleza pura, sino que nos ha llamado a la comunión íntima y eterna con él a través de nuestra unión con Jesucristto su Hijo que se ha hecho hombre para que nostoros los hombres podamos participar en la naturaleza divina, llegar a ser hijos de Dios en el Hijo. Nuestra vocación va más allá de nuestra mera naturaleza humana, pues este misterio se llama el de la gracia o la divinización, como la llaman los Padres Griegos. Además, nuestra naturaleza ya tiene como un enganche o una apertura para que pueda acoger la Palabra de Dios y esta capacidad superior se debe a que nos ha creado a su imagen y semejanza.

La semilla cae al borde del camino y vinieron los pájaros y se la comieron. Hoy en día, hay muchos que  dedican todo su empeño a custiones secundarias como puede ser el fútbol, los negocios. Ellos están al tanto de los movimientos de la Bolsa y otros temas humanos pasajeros, pero no se preocupan del destino eterno que los espera. ¿De qué conversamos con los demás? Hablamos de tantas cosas, pero ¿algunas vez tocamos algún tema profundo que realmente interesa? Muchos tachan de "beatos" o "beatas" a los que toman en serio su vida cristiana, acuden a la Santa Misa con frecuencia, dedican tiempo a la oración, a la caridad, leen libros y otras publicaciones católicas,. Eso lo hacen porque en el fondo ellos viven con superficialidad y a lo mejor se dedican a seguir la farándula de los famosos y cosas de este tipo. Dice Jesús que en este caso, el domonio llega y se lleva la semilla.  El demonio no podrñia hacer eso si no fueran superficiales y no eliminan los obstáclos que no permiten el desarrollo de la semilla y no da fruto.  
Otras semillas cayeron sobre tierra pedregoso. Se trata de personas que  sí han escuchado la Palabra y sí logró echar raíces pero con el paso del tiempo y los afanes de la vida no la han cultivado y se secó. Hay personas que sí han tendio unas  experiencias espirituales, por ejemplo, participaron en un retiro y los movió alugna lectura o una prédica o una conferencia. Decidieror poner remedio a los viciios que practicaban en su vida, pero con el paso del tiempo volvieron a sus hábitos antiguos y no perservararon. Dice Jesús: "El que pesevera hasta el final se salvará".  

Otra parte de la semilla cayó entre zarzas y la ahogaron. Jesús explica que se trata de los deseos mundano y las riquezas. Dado que nosotros vivimos en esta vida por la fe, y la fe trata de lo que no se ve, es fácil dejar la fe y buscar seguir los placeres inmediatos. y lo que el dinero puede comprar. Podemos imaginaros una planta de trigo en medio de zarzas. Las zarzas crecen con mucho más rapidez y para que pueda sobrvivir el trigo, hay que cortar y eliminar las zarzas. Así en la vida espitual, hay que tener una vigilance constante para evitar dejarnos llevar por los bienes que nos propone este mundo. Preguntémonos en qué realimente pensamos a lo largo del día, si se trata de dinero, y "pasarlo bien", de ser famoso etc. Todo esto ahoga la Palabra de Dios y la relación con El.

Al incio, hemos visto como la parábola, como pasó en el caso de David, had de interpelarnos y sacurdir nuestra conciencia. De esa manera podremos alcanzar un mejor conocimiento de nosotros mismos y de lo que realmente mueve nuestra vida. Hay tantos que viven al día sin pensar en qué tiene su vida o a qué sirve para llegar a la vida eterna. En esto coniste la  sabiduría, saber sopesar todo aquello que está a nuestro alrededor y escoger lo que verdaderamente vale y perdur hasta la vida eterna.´          

 

sábado, 8 de julio de 2017

JESÚS EL REY DE LA PAZ.

HOMILÍA, DOMINGO XIV DE TIEMPO DURANTE EL AÑO, 9 DE JULIO DE 2017.

En nuestro evangelio de hoy, Jesús dice: Todo me ha sido dado por mi Padre", es decir, Jesús es el Rey del Universo, pero como podemos constatar en la primera lectura del libro de Zaquerías, es Rey de la Paz. San Agustín define la paz como "la tranquilidad en el orden". Lamentblemente,  en nuestro mundo podemos constatar todos los días que no hay mucha paz, y hay poco orden. Jesús proclamó el Reino o reinado de Dios en el mundo en su predicación y tanto todo lo que hizo como su misma persona son claras manifestaciónes de la llegada de este reino. De momento, se parece a una semilla de mostaza que todavía no ha alcanzado su pleno desarrollo, y como que sufre de plagas que perjudican su crecimiento. Aunque el Reino de Jesús no se manifiesta plenamente todavía, sí hay motivos de alegría y esperanza, como el mismo Jesús siente cuando da gracias a su Padre: "Te doy gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a los sabio y los doctos, se los has revelado a los más pequeños". Éstos últimos tienen su fe y su esperanza puesta en Jesús y su Padre y por ello son dichosos Dios les ha revelado los secretos  del reino a los más pequeños, es decir, a los humildes y sencillos.

Pasamos a la primera lectura de hoy del Libro del Profeta Zacarías, de unos 450 años antes de Cristo. Se trata de uno de los libros proféticos más citados en el Nuevo Testamento. El profeta se dirige a Jerusalén, frecuentemente llamada "Hija de Sión", ésta, siendo la colina en la que estaba construido el tiemplo, y la invita a exultarse porque el Rey viene. En el c. 7 del segundo Libro de Samuel, Dios a través del profeta Natán le comunica a David que su dinastía perduraría. Sin embargo, en el año 587/586, Jerusalén fue destruido juntamente con el temmplo, el rey y gran parte de la gente pudiente exiliado a Babilonia, de manera que la profecía de Natán no se cumplió, al menos en el modo en que esperaban. Sin embargo, los judíos de tiempo de Zacarías no habían perdido la esperanza del cumplimiento de la promesa de Dios, aunque fuera de un modo desconocido para ellos. El profeta habla de un rey que  que es justo y victorioso, pero que cabalga sobre un asno. El rey, en el caso de ir a la guerra, iría montado un un caballo con toda su armadura. En el caso de llegar montado en un asno, significa que viene en plan de paz. Jesús es "Rex Pacificus", El fin del un gobierno es mantener el orden, que en el fondo signfica establecer y manatener la armonía que Dios ha querido desde el inicio de su creación, Por eso,a  Adán y Eva los coloca en un jardín, que es un lugar perfectamente ordenado y hermoso. Cuando se rebelaron y no cumplieron el plan de Dios para ellos de ser su Virrey, los expulsó del jardín. Todo el resto de la historia de la salvación es un gran esfuerzo de parte de Dios de reestablecer ese orden, en primer lugar, con la elección de Israel como su Pueblo y la entrega de la ley con Moisés. En el Padre Nuestro, Jesús nos propone pedir "venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo". Así es como se estabalece el orden que Dios ha querido y cómo Él va reinando sobre todo a través de la misión de Jesús culminando en su entrega total a la voluntad del Padre en la cruz y su victoria en la resurrección. Este orden incluye la restauración del culto verdadero "en espíritu y en verdad" y el nuevo mandamiento de Jesús de amarnos mutuamente como Él nos ha amado.

El Reino de paz, de amor y de libertad que vino a establecer Jesús en el mundo encuentra un gran obstáculo en el interior  de cada hombre. Si bien es cierto que el bautismo supera el Pecado Original, es decir la situación de la pérdida de la amistad con Dios, de la ausencia de la gracia santificante con la que nacemos, no elimina lo que se llama la concupiscencia. Este concepto teológico es muy importante y significa que el hombre, se encuentra con una debilidad innata de manera que resulta difícil, e imposible sin la gracia de Dios, integrar las fuerzas pasionales e instintivas dentro del proyecto de Dios en el que tiene que dominar en nuestra vida la voluntad guiada por la fe y la gracia. Sin la ayuda de la gracia, invetablemente, tarde o temprano vamos a caer en el pecado. Por eso nos ayuda lo que dice San Pablo en la segunda lectura.

El Apóstol nos dice que no estamos bajo el dominio de la carne, sino del Espíritu que habita en nosotros. Cuando san Pablo habla de la carne, normalmente se refiere a la misma realidad que hemos llamado concupiscencia, es decir, esa debilidad innata que sentimos que hace que nos sea muy dificil hacer el bien y bastante fáicil no hacerlo o hacer el mal. Está escribiendo a personas bautizadas, cristianas que llama santos. El bautismo es una consagración, es decir una separación y superación del poder del mal y del demonio al que hemos renunciado y también juntamente con la Confirmación nos da la inhabitación del Espíritu Santo en nuestra alma. Para que podamos ver la fuerza y el poder que tiene el Espíritu Santo, Pablo nos recuerda que esto fue precisamente lo que provcó la resurrección de Jesús de entre los muertos  y también nosotros participamos en esta victoria. No sólo nos dará la fuerza de vivir según la ley de Dios, que no es una imposición externa sino el mismo Espíritu Santo que habita en nosotros, sino que también resucitará nuestros cuerpos mortales y los converitrá en gloriosos como el de Jesús. Además, dce que si vivimos según la carne, es decir, según nuestros caprichos y dejándonos guiar por el demonio, moriremos. Aquí no se trata de la muerte biológica a la que todos estamos sometidos, sino la muerte eterna o la segunda muerte que llamamos el infierro. Si colaboramos activamente con la acción del Espíritu Santo que habita en nuestro interior si no hemos perdido la amistad con Dios por el pecado grave, entonces Jesucristo  reinará en nuestro interior manteniendo ese orden justo que Dios ha establecido desde el inicio, pero que se había perdido por el pecado, y alcanzaremos la paz.

Así pues, pidamos a Dios con esta petición que forma parte  una de las fórmulas de bendición que se puede hacer en la despedida a la Misa, que nos dé su paz y que Jesucristo, el Rey de la Paz, domine en nuestros corazones y en el mundo entero:

La paz de Dios,
que supera todo lo que podemos pensar,
custodie sus corazones y sus pensamientos,
en el conocimiento y en el amor de Dios
y de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.          
            

sábado, 1 de julio de 2017

LA MUERTE, LA VIDA Y EL BAUTISMO

HOMILÍA, DOMINGO XIII DEL TIEMPO DURNTE EL AÑO, 2 DE JULIO DE 2017.

Probablemente todos nos hemos dado cuenta ya que el cristianismo implica una serie de paradojas fascinantes. En el evangelio de hoy dice Jesús: "el que pierde la propia vida por mí  la volverá a encontrará".¿ Cómo es posible perder la vida para luego ganarla? También nos preguntamos ¿cómo es que Dios haya escogido el camino de una muerte tan horrosa, uno de los suplicios más tremendos que haya inventado el hombre en toda la historia para su Hijo Jesucristo como medio para slavarnos a nosotros de la muerte eterna que es la condena  eterna que llamamos el infierno? ¿No pudo haberlo hecho de una manera menos horrible, más aceptable? Algunos, al ver la Película de Mel Gibson sobsre la pasión y muerte de Jesús salen pensando que es exagerado, que no puede ser que un Dios bueno y misericordioso someta a tan suplicio a su querido Hijo. Hemos anestitesiado la cruz. La tenemos en cada Iglesia y en nuestras casas, la llevamos  en una cadena en nuestro cuello, pero no nos paramos a pensar en qué realmente significa. Hoy en nuestra segunda lectura, San Pablo viene a nuestro auxilio. Se trata de un breve pasaje tomada de su carta a los cristianos de Roma escrita en la segunda mitad de los años 50 del silgo primero a menos de 30 años del hech de la crucifixión de Jesús. La Carta a los Romanos en la primera de San Pablo que se encuentra en nuestra Biblia. Se trata del primer tratado teológico del cristianismo y la direge a la pequeña comunidad cristiana ya existente en Roma, antes de que él mismo haya llegado a la Ciudad Eterna. Les invito a tomarla y leerla pausadamente porque en ella encontramos una síntesis del evangelio que enseñaba San Pablo a aquellos. primeros cristianos.

El Evangelio, según lo entiende San Pablo está centrado en el misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo. Escribe a los corintios: "Pues la predicación de la cruz es necedad para los que se pierden; mas para los que se salvan -para nosotros- es fuerza de Dios" (1Co 2,9). Y más adelante dice: ""nosotros predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos, necedad para los gentiles ; mas para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios" (1,23-24). Podría dar la impresión de que San Pablo tiene una obsesión con la cruz y la muerte. En la cultura actual se quieire evitar el tema de la muerte por cualquier medio. Aquí en el pueblo donde vivo, cuando hay un Eucaristía en exequias, se toca la campana de modo especial de manera que se seabe que hay un funeral. Se llama "la angustia". Hace poco una señora me dijo que varios vecinos le dijo que el toque de la campana es demasiado, que se hace durante una hora antes del inicio de la Misa, que les provoca "angustia", sobre todo a las personas mayores. Es decir, les recuerda demasiado el hecho de la muerte, aunque siendo mayores de edad, uno pensaría que tal pensamiento pudiera ser saludable, una ayuda a que se preparen mejor para la llegada de este momento que infaliblemente llegará. No se quiere ni pensar en la muerte, y al parecer se tiende a pensar que de alguna manera no pensando en ella desaparecerá. Por otro lado, curiosamente, en las películas llamadas "de acción", gran parte de la acción consitse en balaceras. Por un lado, el hombre contemporáneo no quiere pensar en la muerte y por otro la trivializa.

Nuestra fe cristiana constantemente nos quiere enfrentar con la muerte, ya desde el inicio de la vida con el Sacrametno del Bautismo. San Pablo nos dice hoy: ¿Es que ignoráis que los que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte? Este simbolismo se comprende mejor en el caso del bautismo por inmersión, como era el caso en la antiguedad. La persona que se iba a buatizar era sumergido unos momentos debajo del agua, simbolizando estar muerto con Cristo y seupulatado con él. Eso mismo dice San Pablo: "Fuimos sepultados con por el bautismo en la muerte, a fin de que al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, asñi también nosotros vivamos una vida nueva". Este es el Misterio Pascual, en primer lugar, el paso de Jesús por el trance tremendo de la muerte en la cruz, pero no todo acabó en la cruz. Al contario, por la gloria y el poder de Dios, la muerte no pudo tenerlo sujeto sino que resucitó a una vida nueva.
Eso mismo celebramos no sólo en el bautismo, sino cada día en la Eucarístía: "Muriendo destruyó nuestra muerte, resucitando nos dio nueva vida" Y "Ven, Señor Jesús" . Este proceso se asemeja a lo que sucede con las vacunas. Se nos inyecta un poquito del virus para que el sistema inmune crea anticuerpos contra ese virus. Jesús, sinedo Dios, asume nuestra condición humana herida por el pecado para sanarla y liberarnos del pecado y sus consecuencias.   En su resurrección, Jesucristo nos ha abierto toda una vida nueva más allá de todo lo que podríamos esperar o imaginarnos. Por eso dice San Pablo a los corintios, citando al Profeta Isaías: "Ojo no ha visto, ni oído escuchado las cosas que Dios ha peparado para aquellos que lo aman". Esta novedad de vida se ha revelado en Jesús resucitado y en nosotros por el bautismo, aunque todavía tenemos que esperar su realización definitiva y completa. Por eso decimos "Ven, Señor, Jesús".

Por ello, Pablo habla de "caminar en una vida nueva". Se trata de un proceso en el que hemos sido iniciados, pero que todavía no termina en esta vida. ¿En  que consiste esta vida nueva? Hace unos días al estar hablando con una persona que no participa casi nunca en la misa y ya es mayor de edad, le preguntaba que para ella qué significa la vida o ser católica. Decía que se trata de "no hacer daño a nadie" y lo que espera después de la muerte es encontrarse con los seres queridos ya fallecidos. Aquí no hay nada de la vida nueva de la que habla Pablo, sino más bien algo que pudiera esperar un pagano, y de hecho en muchas culturas se conmemora a los antepasados. Este persona se considera católica, pero Jesucristo y la vida nueva en la que introduce por el bautismo no entra en sus cálculos. San Pablo también utiliza la figura del "hombre viejo". El hombre viejo es el hombre sumido por lo vicios, el egoismo, el deseo del placer, del sexo, del dinero y lo que le puede adquirir. Es el pagano que para San Pablo no tiene esperanza, porque la única verdadera esperanza es la que nos da Jescristo en su resurrección en la que empezamos a participar por el bautismo. También la Eucaristía  y nuestra celebración cristiana del domingo constituyen un adelanto, ana anticipación de esta nueva vida que ya poseemos aunque todavía no plenamente.

Además, a través de la viviencia del amor cristiano, la virtud infusa de la caridad, como la describe San Pablo a los Corintios (1Co 134ss) vamos caminando en la novedad de vida que se ha producido en nuestro bautismo para la que recibimos fuerza y alimento en la Eucaristía: "La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra dela injsuticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo los soporta".

Como hemos podido constatar, el dinamismo de la muerte que tiene que dar paso a la vida nueva empezando  con el bautiismo y haciéndose presente cada vez que celebramos la Eucaristía es esencial en nuestra vida cristiana. De nada nos sirve intentar no pensar en la muerte  sino más bien darnos cuenta de que el aguijón de la muerte ya no existe debido a nuestra unión con Jesucristo. Lo que realimente nos ha de dar miedo no es la muerte, sino la posibilidad real y con frecuencia cercana de separarnos de Jesús por el pecado y caer en la peor desgracia que se pueda imaginar. Mientras estamos de peregrinación en este mundo y todavía lejos de la meta de la plena unión con Él, tenemos que vigilar, como las vírgenes prudentes de la parábola que sí llevabamo aceite para las lámparas. Con no poca frecuencia, Jesús invita a orar y vigilar y no ser como el servidor descuidado y holgazán que no cumple sus deberes y maltrata a sus compañeros cuando su señor se ha ido de viaje. Dice Jesús que no sabe a qué horas llegar el Señor para pemiar o castigar a los servidores.