sábado, 26 de noviembre de 2016
VIGILAD, PORQUE A LA HORA MENOS PENSÉIS, VIENE EL HIJO DEL HOMBRE
La palabra Adviento signfica venida o llegada. En el Imperio Romano, el Emperador iba viajando a las diversas ciudades y su llegada se llamaba Adventus. Los ciudadanos preparaban la ciudad para su llegada y esperaban probablemente que haría algún favor para la ciudad, como por ejemplo ayudarles a construir algún edificio público para el bien de ellos. Hoy la Iglesia da inicio a su Año Litúrgico o al Año Cristiano. A lo largo del año, nuestra celebraciones no sólo hacen memoria de los grandes eventos con los que el Señor se hizo presente en nuestro mundo, sino que son misterios, es decir, que nosotros de alguna manera entramos a formar parte de estos grandes acontecimientos. Los misterios de Cristo se hacen nuestros, pues por el bautismo hemos sido incorporados en Cristo, es decir, hechos un solo cuerpo con Él. Su misma venida al mundo, como nos recuerdo el Credo, fue "por nosotros y por nuestra salvación". nos atañe íntimamente. Nos disponemos a celebrar la venida del Señor y la Iglesia a lo largo del Adviento nos presenta tres venidas: su primera venida en la carne cuando nació de la Sma. Virgen en Belén, la esperanza de su segunda y definitiva venida al final de los tiempos, que nuestro pasaje evangélico hoy nos invita a considerar, y una tercera vendida, es decir, la llegada o venida del Señor Jesús al corazón de cada uno de nostros, pues queire ser de verdad "el primero y el último, el prinicpio y el fin, alfa y omega" para nosotros. Si hemos llegado a este momento en nuestra vida, la Iglesia nos invita a hacer una pausa y reflexionar acerca del verdadero sentido de nuestra vida y adonde vamos.
El pasaje del evangelio que hemos escuchado forma parte de lo que se llama el discurso escatológico en el Evangelio de San Mateo, y nos pone el ejemplo de lo que sucedió en tiempos de Noé. Todo mundo iba viviendo su vida diaria con sus asuntos y negocios y de reptente llegó el diluvio cuando menos pensaban y se los llevó a todos. En Estados Unidos, hay mucha gente que anda preparándose para algún tipo de desastre mayúsculo y acumulan alimentos no perecibles, el modo de generar energía cuando vay a fallar el suministro elécrtrico, como calentar sus casas y en general sobrevivir sea un desastre natural o una hecatombe financiera en la que los cajeros bancarios no den dinero y los supermercados se vacíen de productos. Se les llama "preparadores". Ellos quieren prevenir contra algo que sí pudiera darse, pero en el caso de al advertencia de Jesús se trata de algo que ciertamente se va a dar, sea nuestra muerte personal o el fin del mundo y la vuelta del Señor al final de la historia.
El profeta Isaías, en la primera lectura, habla del monte del Señor que es más alto de las demas colinas y se trata del Monte Sión donde se encontraba el templo en Jerusalén. En el salmo responsorial, se trata de una peregrinación del pueblo cantando con alegría hacia el monte del Señor, hacia el templo. El templo es el lugar donde se realiza el verdadero culto, la alabanza, la acción de gracias, la súplica a Dios, en una palabra se afirma que Dios es de verdad nuestro Dios, el ùnico necesario, el principio ordenador de toda nuestra vida. Si Él es el creador, como recitaremos en unos momentos en el Credo,y más encima ha ingresado en nuestro mundo enviando a su único hijo para abrirnos el camino a la verdadera felicidad, la verdadera paz, alegría y felicidad que anhelamos, ¿nos acordamos de Él? ¿En qué pensamos a lo largo del día? El gran escritor ruso y Premio Nobel Alexander Solzhetisyn decía que el gran problema del hombre es el olvido de Dios. ¿Me he olvidado de Dios o me acuerdo de él cuando estoy en algún apuro? ¿Para mí es el dios fontanero o el dios tapa agujero? Una definición clásica de la oración es "elevar la mente y el corazón a Dios". Si no pienso nunca en Dios a lo largo del día, qué llena mi mente? ¿Dios el el fin último de mi voluntad? ¿Qué es lo que realmente quiero y busco ardientemente en la vida? ¿Qué me apasiona? ¿El fútbol o alguna otra aficción? ¿La familia, la amistad? ¿Me doy cuenta de que dijo Jesús que si amamos a padre, madre o hijos más que a él, no somos dignos de él?
San Pablo, en la segunda lectura de su Carta a los Romanos, a ser consciente del momento y que ya es hora, de despertar del sueño. Cuántos de nosotros vivimos nuestra vida en la somnolencia, es decir, pensando en frivolidades y olvidándonos de lo más importante de la vida. ¿Cómo es que tan sólo 5% o menos de los que se católicos participan en la Eucaristía, que es el don más grande que Jesús nos ha dejado? Jesús cuenta una parábola sobre un rey que celebraba la boda de su hijo y envió las invitaciones a tiempo a los convidados (Mt 22,1-14), pero ellos no quisieron ir y cada uno encontró una excusa, uno que se había casado, otro que había comprado una yunta de bueyes y tenía que ir a probarla, otro que tenía que ir a su campo. Es lo que sucede con los 95% de los que se dicen católicos cuando el Señor los conoca a su banquete que es la Eucaristía. El que no quiere hacer algo, encuentra cualquier pretexto para justificar su comportamiento. ¿Se puede imaginar un mayor desaire hacia un rey que celebra la boda de su hijo? Claro, estos católicos dicen que lo son "a su manera". ¿Cada quien puede ser católico a su manera? Un médico no puede decir que va a ser médico a su manera, sino que tiene que estudiar la ciencia médica y estar al día con las novedades que salen para poder ser médico. Si le propone al paciente un disparate en vez de una verdadera cura, es probable que acabe ante algún tribunal. Un abogado tiene que conocer las leyes y asesorar a sus clientes conforme a ellas. Si les dice cualquier ocurrencia y pierden su dinero debido al disparate que les dijo, pues buscarán a otro abogado. Nosotros cuando estamos enfermos y vamos al médico intentamos seguir las indicaciones que nos da para poder curarnos. Sin embargo, cuando se trata de algo más importante, la cosa más importante de la vida, que es cómo alcanzar la vida eterna y evitar acabar eternamente el el infierno, consideramos que podemos hacerlo "a nuestra manera"? Es posible una mayor necedad que ésta.
En este tiempo de Adviento, constatamos cómo proceden los comerciantes. Hacen un esfuerzo tremendo para convencer al público a comprar sus productos. Los supermercados colocan los productos así llamados navideños en lugares preferentes de sus superficies, el turrón, los aljafores, chocolates, cava y demás productos típicos de la Navidad. Para muchos la Navidad es fundamental para su negocio. Si hemos llevado nuestra vida cristiana un poco a la deriva, en la somnolencia, como nos dice San Pablo hoy, tenemos la oportunidad de corregir nuestro rumbo. No podemos prometernos otro día. ¿Cuántas personas que se levantaron hoy con total normalidad, han fallecido, algunos por un infarto, otros por algún accidente. Mi hermanos falleció ahogado en mayo de este año. Cada jueves en la mañan iba al club de golf a practicar sólo. No sabemos cómo pero se cayó a un lago artificial que hay en el campo. Estaba en perfecto estado de salud. Salió con total normalidad de su casa y en pocas horas se le había acabado la vida de una manera muy extraña y de ninguna manera esperada. ¿No es este tiempo de Adviento un momento oportuno para despertarnos de la somnolencia acerca del verdadero sentido de la vida, a examinarnos para ver si de verdad amamos a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas nuestras fuerzas antes de que sea demasiado tarde? ¿No es hora de descubrir qué es lo más importante en nuestra vida, qué ocupa nuestros pensamientos, nuestra voluntad, o que de verdad queremos, y nuestras pasiones, qué me apasiona? Pues, si no es el verdadero Dios, Jesucristo Nuestro Señor, sino otra cosa, esa cosa es nuestro falso dios, un ídolo. Recordemos las plabras de Jesús acerca de la gente en tiempos de Noé y las palabras que nos dirige San Pablo hoy: "Como en pleno día, procedamos con decoro: nada de comilonas y borracheras; nada de lujurías y desenfrenos; nada de rivalidades y envidias"
El pasaje del evangelio que hemos escuchado forma parte de lo que se llama el discurso escatológico en el Evangelio de San Mateo, y nos pone el ejemplo de lo que sucedió en tiempos de Noé. Todo mundo iba viviendo su vida diaria con sus asuntos y negocios y de reptente llegó el diluvio cuando menos pensaban y se los llevó a todos. En Estados Unidos, hay mucha gente que anda preparándose para algún tipo de desastre mayúsculo y acumulan alimentos no perecibles, el modo de generar energía cuando vay a fallar el suministro elécrtrico, como calentar sus casas y en general sobrevivir sea un desastre natural o una hecatombe financiera en la que los cajeros bancarios no den dinero y los supermercados se vacíen de productos. Se les llama "preparadores". Ellos quieren prevenir contra algo que sí pudiera darse, pero en el caso de al advertencia de Jesús se trata de algo que ciertamente se va a dar, sea nuestra muerte personal o el fin del mundo y la vuelta del Señor al final de la historia.
El profeta Isaías, en la primera lectura, habla del monte del Señor que es más alto de las demas colinas y se trata del Monte Sión donde se encontraba el templo en Jerusalén. En el salmo responsorial, se trata de una peregrinación del pueblo cantando con alegría hacia el monte del Señor, hacia el templo. El templo es el lugar donde se realiza el verdadero culto, la alabanza, la acción de gracias, la súplica a Dios, en una palabra se afirma que Dios es de verdad nuestro Dios, el ùnico necesario, el principio ordenador de toda nuestra vida. Si Él es el creador, como recitaremos en unos momentos en el Credo,y más encima ha ingresado en nuestro mundo enviando a su único hijo para abrirnos el camino a la verdadera felicidad, la verdadera paz, alegría y felicidad que anhelamos, ¿nos acordamos de Él? ¿En qué pensamos a lo largo del día? El gran escritor ruso y Premio Nobel Alexander Solzhetisyn decía que el gran problema del hombre es el olvido de Dios. ¿Me he olvidado de Dios o me acuerdo de él cuando estoy en algún apuro? ¿Para mí es el dios fontanero o el dios tapa agujero? Una definición clásica de la oración es "elevar la mente y el corazón a Dios". Si no pienso nunca en Dios a lo largo del día, qué llena mi mente? ¿Dios el el fin último de mi voluntad? ¿Qué es lo que realmente quiero y busco ardientemente en la vida? ¿Qué me apasiona? ¿El fútbol o alguna otra aficción? ¿La familia, la amistad? ¿Me doy cuenta de que dijo Jesús que si amamos a padre, madre o hijos más que a él, no somos dignos de él?
San Pablo, en la segunda lectura de su Carta a los Romanos, a ser consciente del momento y que ya es hora, de despertar del sueño. Cuántos de nosotros vivimos nuestra vida en la somnolencia, es decir, pensando en frivolidades y olvidándonos de lo más importante de la vida. ¿Cómo es que tan sólo 5% o menos de los que se católicos participan en la Eucaristía, que es el don más grande que Jesús nos ha dejado? Jesús cuenta una parábola sobre un rey que celebraba la boda de su hijo y envió las invitaciones a tiempo a los convidados (Mt 22,1-14), pero ellos no quisieron ir y cada uno encontró una excusa, uno que se había casado, otro que había comprado una yunta de bueyes y tenía que ir a probarla, otro que tenía que ir a su campo. Es lo que sucede con los 95% de los que se dicen católicos cuando el Señor los conoca a su banquete que es la Eucaristía. El que no quiere hacer algo, encuentra cualquier pretexto para justificar su comportamiento. ¿Se puede imaginar un mayor desaire hacia un rey que celebra la boda de su hijo? Claro, estos católicos dicen que lo son "a su manera". ¿Cada quien puede ser católico a su manera? Un médico no puede decir que va a ser médico a su manera, sino que tiene que estudiar la ciencia médica y estar al día con las novedades que salen para poder ser médico. Si le propone al paciente un disparate en vez de una verdadera cura, es probable que acabe ante algún tribunal. Un abogado tiene que conocer las leyes y asesorar a sus clientes conforme a ellas. Si les dice cualquier ocurrencia y pierden su dinero debido al disparate que les dijo, pues buscarán a otro abogado. Nosotros cuando estamos enfermos y vamos al médico intentamos seguir las indicaciones que nos da para poder curarnos. Sin embargo, cuando se trata de algo más importante, la cosa más importante de la vida, que es cómo alcanzar la vida eterna y evitar acabar eternamente el el infierno, consideramos que podemos hacerlo "a nuestra manera"? Es posible una mayor necedad que ésta.
En este tiempo de Adviento, constatamos cómo proceden los comerciantes. Hacen un esfuerzo tremendo para convencer al público a comprar sus productos. Los supermercados colocan los productos así llamados navideños en lugares preferentes de sus superficies, el turrón, los aljafores, chocolates, cava y demás productos típicos de la Navidad. Para muchos la Navidad es fundamental para su negocio. Si hemos llevado nuestra vida cristiana un poco a la deriva, en la somnolencia, como nos dice San Pablo hoy, tenemos la oportunidad de corregir nuestro rumbo. No podemos prometernos otro día. ¿Cuántas personas que se levantaron hoy con total normalidad, han fallecido, algunos por un infarto, otros por algún accidente. Mi hermanos falleció ahogado en mayo de este año. Cada jueves en la mañan iba al club de golf a practicar sólo. No sabemos cómo pero se cayó a un lago artificial que hay en el campo. Estaba en perfecto estado de salud. Salió con total normalidad de su casa y en pocas horas se le había acabado la vida de una manera muy extraña y de ninguna manera esperada. ¿No es este tiempo de Adviento un momento oportuno para despertarnos de la somnolencia acerca del verdadero sentido de la vida, a examinarnos para ver si de verdad amamos a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas nuestras fuerzas antes de que sea demasiado tarde? ¿No es hora de descubrir qué es lo más importante en nuestra vida, qué ocupa nuestros pensamientos, nuestra voluntad, o que de verdad queremos, y nuestras pasiones, qué me apasiona? Pues, si no es el verdadero Dios, Jesucristo Nuestro Señor, sino otra cosa, esa cosa es nuestro falso dios, un ídolo. Recordemos las plabras de Jesús acerca de la gente en tiempos de Noé y las palabras que nos dirige San Pablo hoy: "Como en pleno día, procedamos con decoro: nada de comilonas y borracheras; nada de lujurías y desenfrenos; nada de rivalidades y envidias"
sábado, 19 de noviembre de 2016
JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO
Hoy llegamos al final de nuestro año litúrgico y la Iglesia nos propone la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo. He comentado en alguna ocasión anterior como los mártires mexicanos en los años 20 del siglo pasado, y los mártires españoles del los años 30 morian proclamando Viva Cristo Rey! Ellos dieron el testionio supremo de su fe en Jesucristo como el valor supremo de su vida, rey en el sentido que sólo El tiene la verdadera soberanía y los que estamos llamados a formar parte de su reino hemos de anterponerlo a cualquier otro valor. En el Padre Nuestro, repetimos Venga tu reino!, per ¿qué entendemos por reino? Procuremos dar una respuesta a esta pregunta examinando las tres lecturas que hemos escuchado hoy.
En primer lugar, hemos escuchado un pasaje del Segundo Libro de Samuel. Llegó un momento en el que muchos israelitas llegaron a la conclusión de que necesitaban a un rey, partiuclarmente para hacer frente a los ataques de los filisteos. El mismo profeta Samuel no estaba muy de acuerdo con la propuesta en un primer momento, pero luego aceptó y quedó ungido Saúl como el primer rey. Este empezó bien y era un buen guerero, pero acabó mal actuando irreacionalmente, queriendo matar a David más que proseguir con la guerra contra los filesteos. Al final, muerto Saúl, David se estableció como rey en el pueblo de Hebrón, al sur de Jerusalén y allí reinó durante siete años, mientras atraía a su causa las demás tribus. Conquistó Jerusalén que estaba más en el centro del país y la estableció como su capital. Con la aprobación de Dios, David fue rey de todos los israelitas. La Biblia lo considera, pese a su pecado de adulterio y asesinato como el prototipo. Por lo tanto, Jesús como Mesías tenía que ser de la estirpe de David, según muchas profecías, especialmente de Isaías. Así como David había reunido a las doce tribus de Israel bajo su reinado en Jerusalén, a Jesús le correspondería reunir no sólo las tribus dispersos, de Israel, luego de el exilio de los del reino de norte de parte de los asirios en el año 722 a. C. y del reino de Judá con la destrucción del templo en el año 586, sino reuniría a todas las tribus del mundo bajo su reinado perpetuo.
Nuestra segunda lectura está tomada de la Carta de San Pablo a los cristianos de la ciudad griega de Colosa. Pablo afirma: "Agradecemos al Padre con alegría porque nos ha hecho capaces de participar en la suerte de los santos en la luz. Èl es el que nos ha libeado de las tinieblas y nos ha transferido en el reino del Hijo de su amor". Las tinieblas consisten en todo lo que es pecado, mal y muerte. En una palabra, es el reino de Satanás. Hemos pasado de las tinieblas de ese reino al reino de Jesucristo que es toda luz. Aquí se trata de un himno a Jescristo como rey del cosmos, y es una de las más claras expesiones de quién es Jesucristo. Pablo procede: "El es la imagen de Dios invisible, primogénito de toda la creación, porque en Él fueron creadas todas las cosas, en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles... Este texto coincide en lo que afirma con lo que encontramos en los `primeros versículos del Evangelio de San Juan: "Todas las cosas llegaron a existir por Èl, y sin El no se hizo nada de lo que se ha hecho2 (Jn 1,3). Es decir, Jesucrito es no sólo cabeza de su cuerpo que es la Iglesia sino que es cabeza de la creación entera, nuestra creación visible y también los ángeles, que son puros espíritus y por tanto invisibles. También dice Pablo que todas los cosas se mantienen en la unidad en èl.
La proclamación de Jesucristo como cabeza de toda la creación y de la Iglesia implica que la misma Iglesia no puede estar contenta con que hay algunos católicos piadosos y devotos sino que se trata de una transformación del mundo entero para establecer el reinado del Señor, de manera especial en la justicia, la paz y el amor. Por ello, la Iglesia tiene su doctrina social, que se basa en un concepto particular del hombre o una antropología que saca de la filosofía perenne principios básicos y de la revelación para poder cumplir su misión de ser principio de la unidad de todo el gènero humano bajo la única cabeza Jesucristo, en quien todo fue hecho de quien todo el universo espera su transformación en su venida final. La Doctrina Social de la Iglesia incluye su doctrina sobre la familia como fundamento de toda la sociedad, la doctrina sobre la sociedad civil, la economía y el correcto desarrollo de la vida politica. Todo esto forma parte del dominio de Jesucristo Rey del Universo sobre toda la creación. Obiamente, este reinado está lejos de haberse realizado plenamente, pero no podemos dudar del hecho de que estos es el plan de Dios y que sí se realizará.
En tercer lugar, tenemos a Jesucristo en la cruz a pocos minutos de morir y la escena del así llamado buen ladrón. Pilato escribió en hebreo, (probablemente más bien en arameo que era la lengua hablada comúnmente en Medio Oriente en la época), en griego y en latín, siendo las tres principales lenguas, "JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS, como una burla, pues un rey que acababa crucificado en una cruz era de verdad según la mentalidad de Pilato extremadamente irónico. La misma Biblia, en el libro del Deuteronomio, llama maldito al que cuelga en una cruz y la crucifixión ea la forma más atroz de realizar la pena capital. Sin embargo, el Evangelio de San Lucas nos dice que el buen ladrón pidió a Jesús: "Acuérdate de mí cuando entres en tu reino". El llegó in extremis a creer que Jesús era rey, y inmediatamente Jesús le prometió su recompensa.
Jesús reina desde la cruz. No sería posible concebir un concepto de rey y reinado aparentemente más disparatado. San Pablo, a quien le gustaba mucho las paradojas, nos relata que Dios le dijo cuando le pidió quitarle lo que llamaba "el aguijón de la carne": "Te basta mi gracia, mi poder se manifiesta en la debilidad". Sólo Dios pudo concebir tal modo de establecer el reino universal de Jesucristo su Hijo. Claro, se manifestó plenamente en el tercer día cuando Jesús resucitado manifestó a los discípulos el hecho de su resurreción a una nueva vida, su triunfo sobre el pecado, el mal y la muerte.
En el juicio que le hizo el Sanhedrín, Jesús contestó a la pregunta de si era rey, y dijo que sí, pero su rieno no es de este mundo. Sin embargo, su reino tiene que irse manifestando en este mundo aunque no se suscriba al mundo. Dijo también que su reino está dentro de nosotros. Por lo tanto, nos corresponde dejar que el reino de Jesús se manifieste en nuestro interior, a través de nuestra batalla a favor del bien y en contra de las malas tendencias que todos tenemos. Luego ha de manifestarse en nuestro entorno, en nuestras familias, a través de la fe, la esperanza firme y amor mutuo, la humildad, y todas las demás virtudes que hemos de practicar a enseñar a los niños y jóvenes a practicar. Luego se ha de manifestaar en la sociedad, a través de la promoción de la justicia, de leyes justas y solidarias etc. Que cada vez que repetimos la petición Venga tu reino! sea una oportunidad de fortalecer el grand deseo de la llegada final del reinado de Jesucristo.
En primer lugar, hemos escuchado un pasaje del Segundo Libro de Samuel. Llegó un momento en el que muchos israelitas llegaron a la conclusión de que necesitaban a un rey, partiuclarmente para hacer frente a los ataques de los filisteos. El mismo profeta Samuel no estaba muy de acuerdo con la propuesta en un primer momento, pero luego aceptó y quedó ungido Saúl como el primer rey. Este empezó bien y era un buen guerero, pero acabó mal actuando irreacionalmente, queriendo matar a David más que proseguir con la guerra contra los filesteos. Al final, muerto Saúl, David se estableció como rey en el pueblo de Hebrón, al sur de Jerusalén y allí reinó durante siete años, mientras atraía a su causa las demás tribus. Conquistó Jerusalén que estaba más en el centro del país y la estableció como su capital. Con la aprobación de Dios, David fue rey de todos los israelitas. La Biblia lo considera, pese a su pecado de adulterio y asesinato como el prototipo. Por lo tanto, Jesús como Mesías tenía que ser de la estirpe de David, según muchas profecías, especialmente de Isaías. Así como David había reunido a las doce tribus de Israel bajo su reinado en Jerusalén, a Jesús le correspondería reunir no sólo las tribus dispersos, de Israel, luego de el exilio de los del reino de norte de parte de los asirios en el año 722 a. C. y del reino de Judá con la destrucción del templo en el año 586, sino reuniría a todas las tribus del mundo bajo su reinado perpetuo.
Nuestra segunda lectura está tomada de la Carta de San Pablo a los cristianos de la ciudad griega de Colosa. Pablo afirma: "Agradecemos al Padre con alegría porque nos ha hecho capaces de participar en la suerte de los santos en la luz. Èl es el que nos ha libeado de las tinieblas y nos ha transferido en el reino del Hijo de su amor". Las tinieblas consisten en todo lo que es pecado, mal y muerte. En una palabra, es el reino de Satanás. Hemos pasado de las tinieblas de ese reino al reino de Jesucristo que es toda luz. Aquí se trata de un himno a Jescristo como rey del cosmos, y es una de las más claras expesiones de quién es Jesucristo. Pablo procede: "El es la imagen de Dios invisible, primogénito de toda la creación, porque en Él fueron creadas todas las cosas, en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles... Este texto coincide en lo que afirma con lo que encontramos en los `primeros versículos del Evangelio de San Juan: "Todas las cosas llegaron a existir por Èl, y sin El no se hizo nada de lo que se ha hecho2 (Jn 1,3). Es decir, Jesucrito es no sólo cabeza de su cuerpo que es la Iglesia sino que es cabeza de la creación entera, nuestra creación visible y también los ángeles, que son puros espíritus y por tanto invisibles. También dice Pablo que todas los cosas se mantienen en la unidad en èl.
La proclamación de Jesucristo como cabeza de toda la creación y de la Iglesia implica que la misma Iglesia no puede estar contenta con que hay algunos católicos piadosos y devotos sino que se trata de una transformación del mundo entero para establecer el reinado del Señor, de manera especial en la justicia, la paz y el amor. Por ello, la Iglesia tiene su doctrina social, que se basa en un concepto particular del hombre o una antropología que saca de la filosofía perenne principios básicos y de la revelación para poder cumplir su misión de ser principio de la unidad de todo el gènero humano bajo la única cabeza Jesucristo, en quien todo fue hecho de quien todo el universo espera su transformación en su venida final. La Doctrina Social de la Iglesia incluye su doctrina sobre la familia como fundamento de toda la sociedad, la doctrina sobre la sociedad civil, la economía y el correcto desarrollo de la vida politica. Todo esto forma parte del dominio de Jesucristo Rey del Universo sobre toda la creación. Obiamente, este reinado está lejos de haberse realizado plenamente, pero no podemos dudar del hecho de que estos es el plan de Dios y que sí se realizará.
En tercer lugar, tenemos a Jesucristo en la cruz a pocos minutos de morir y la escena del así llamado buen ladrón. Pilato escribió en hebreo, (probablemente más bien en arameo que era la lengua hablada comúnmente en Medio Oriente en la época), en griego y en latín, siendo las tres principales lenguas, "JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS, como una burla, pues un rey que acababa crucificado en una cruz era de verdad según la mentalidad de Pilato extremadamente irónico. La misma Biblia, en el libro del Deuteronomio, llama maldito al que cuelga en una cruz y la crucifixión ea la forma más atroz de realizar la pena capital. Sin embargo, el Evangelio de San Lucas nos dice que el buen ladrón pidió a Jesús: "Acuérdate de mí cuando entres en tu reino". El llegó in extremis a creer que Jesús era rey, y inmediatamente Jesús le prometió su recompensa.
Jesús reina desde la cruz. No sería posible concebir un concepto de rey y reinado aparentemente más disparatado. San Pablo, a quien le gustaba mucho las paradojas, nos relata que Dios le dijo cuando le pidió quitarle lo que llamaba "el aguijón de la carne": "Te basta mi gracia, mi poder se manifiesta en la debilidad". Sólo Dios pudo concebir tal modo de establecer el reino universal de Jesucristo su Hijo. Claro, se manifestó plenamente en el tercer día cuando Jesús resucitado manifestó a los discípulos el hecho de su resurreción a una nueva vida, su triunfo sobre el pecado, el mal y la muerte.
En el juicio que le hizo el Sanhedrín, Jesús contestó a la pregunta de si era rey, y dijo que sí, pero su rieno no es de este mundo. Sin embargo, su reino tiene que irse manifestando en este mundo aunque no se suscriba al mundo. Dijo también que su reino está dentro de nosotros. Por lo tanto, nos corresponde dejar que el reino de Jesús se manifieste en nuestro interior, a través de nuestra batalla a favor del bien y en contra de las malas tendencias que todos tenemos. Luego ha de manifestarse en nuestro entorno, en nuestras familias, a través de la fe, la esperanza firme y amor mutuo, la humildad, y todas las demás virtudes que hemos de practicar a enseñar a los niños y jóvenes a practicar. Luego se ha de manifestaar en la sociedad, a través de la promoción de la justicia, de leyes justas y solidarias etc. Que cada vez que repetimos la petición Venga tu reino! sea una oportunidad de fortalecer el grand deseo de la llegada final del reinado de Jesucristo.
sábado, 12 de noviembre de 2016
PACIENCIA y PERSEVERANCIA JUNTAMENTE CON UNA GRAN CONFIANZA EN EL SEÑOR QUE VIENE
XXXIII DOMING DE TIEMPO ORDINARIO, CICLO C, 13 DE NOVIEMBRE DE 2016.
Estamos en el penúlitmo domingo de nuestro año litúrgico y siguiendo el orden que se encuentra en los tres primeros evangelios, llamados sinópticos, la Iglesia nos presenta parte de lo que se llama el discurso escatólogico de Jesús. En el caso de San Lucas, hay una gran expectación a lo largo de muchos capítulos mientras Jesús se dirige a Jerusalén donde se va dar el desenlace final de su vida terrena, el aparente fin de todas las esperanzas que sus seguidores habían puesto en Èl, su victoria totalmente inesperada en la resurrección y su Ascensión al cielo, juntamente con la extraordinaria venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Todos estos acontecimientos definitivos de la historia de la salvación se dan en Jerusalén.
En estos días en los que nosotros vivimos, mucha gente ha quedado conmovida por todos los acontecimientos que se han dado en torno a las elecciones de los Estados Unidos. No pocos de la banda que perdió las elecciones han llorado desconsoladamente y se han lanzado a las calles en lo que parecen unas manifestaciones concertadas para no aceptar los resultados. Mientras tanto, los de la otra banda consideran que han alcanzado una victoria notable en contra del globalismo, que quiere acabar con las naciones/estado e instalar algún tipo de gobierno global, que al parecer es la agenda tanto de las Naciones Unidas como la Unión Europea. Hay no pocos, particularmente entre los Protestantes, que echan mano de la Biblia y de manera especial del libro del Apocalipsis y de estos discursos escatólogicos de Jesús como el de San Lucas que hoy hemos escuchado, para intentar demostrar que efectivamente estamos en los últimos tiempos, que viene una hecatombe tremenda etc. Quisiera con a la ayuda de nuestra primera lectura y el evangelio responder de alguna manera a esta situación en la que vivimos y en general tomando en cuenta los muchos males que constatamos en nuestro mundo actual, encontrar la respuesta que Jesús nos entrega en nuestra Liturgia de la Palabra de hoy.
Empezamos con una breve lectura del libro del Profeta Malaquías, situada a unos 450 años antes de Cristo cuando un buen número de los judios había regresado del exilio en Babilonia y habían reconstruido el templo. La promesa de la llegada del "Día del Señor" y el juicio juntamente con la condena de los malos y el premio de los buenos se repite con frecuencia en los libros proféticos, y aquí lo vemos en Malaquías. La Divina Comedia de Dante se llama comedia no porque se trate de una obra que provoca risa y sea un buen entretenimiento, sino porque comienza mal, con Dante perdido en un selva oscura, simbolizando una vida de pecado, y termina bien o felizmente en el Paraíso. La Biblia, en cambio, comienza bien con la obra maravillosa de Dios en la creación según la relatan los primeros dos capítulos del Libro del Génesis, pero con la caida de Adán y Eva en el pecado en el tercer capítulo se da inicio a una serie interminable de males. En gran medida el resto de la Biblia es una historia de la infidelidad del pueblo de sus interminables pecados, sobre todo el pecado por antonomasia en la Biblia que es la idolatría. Pese a todo el cúmulo ingente y aparentemente infinito de pecados, Dios jamás abandona su pueblo ni se olvida de él. La Biblia termina con un gran mensaje de esperanza en el Libro del Apocalipsis: Dice el que da testimonio de todo esot: "sí,pronto vendré. Amen, ven, Señor, Jesús".
Los justos siempre tenían la confianza de que vendría una intervención definitiva de Dios, que se daría en el Día del Señor en el que rectificaría todo y se daría la victoria de Dios, de su justicia y la condena de los malvados. Terminado el período de los profetas se dieron unos libros llamados apocalípticos, algunos formando parte de la Biblia y otros no entraron en el canon. Utilizan una gran variedad de símbolos y hablan de grandes desastres. Así fue también en tiempos de Jesús y la misma aparición de Juan Bautista predicando un juicio definitivo de parte de Dios aumentó esta expectación.
Jesús y sus discìpulos llegan a Jerusalén que se encuentra un tierra alta y ven el templo con toda su majestuosidad, pues era considerado una de las grandes obras de arquitectura del mundo antiguo. Quedaron muy impresionados por la grandeza de los edificios y de la calidad de la decoración. Jesús llega a decir que todo eso, que parecia tan maravilloso, iba a quedar en nada, que no quedaría una piedra sobre otra. Se piensa que San Lucas escribió su evangelio en los años 80 de nuestra era, de manera que sería despuès de la destrucción del templo de la mano del Emperador Tito en el año 70. Los discípulos le preguntan cuando van a suceder estas cosas. Como en otras ocasiones, Jesus se abstiene de hablar de tiempos concretos, sino que toma pie de este hecho histórico que profetiza para pasar a hablar de lo que se puede esperar antes del final de los tiempos. Tened cuidado de no dejaros engañar. Muchos vendrán en mi nombre diciendo que "soy yo", y tiempo está cerca". No vayáis detrás de ellos". Luego habla de noticias de guerras y grandes desastres. De estas palabras de Jesús, podemos deducir que es fácil engañarse y pensar que ya pronto es la vuelta del Señor en su gloria, pero no es así. A este gran acontecimineto tendrán que preceder muchos acontecimientos dolorosos. Lo cierto es que cuando llegue El, no va a haber ninguna duda y será un acontecimiento tan portentoso que todo mundo se dará cuenta. Profetiza persecuciones de los cristianos. Ciertamente, en nuestros días se está dando una gran persecución de los seguidores de Jesucristo en muchas partes del mundo y en el mundo supuestamente libre, se viene dando discriminación y, leyes dictatoriales, unas imposiciones de la mano de leyes que prohiben lo que se llama "lenguaje de odio" (hate speech). Así, por ejemplo un ministro Protestante fue llevado ante un juez en Canadá por predicar la doctrina bíblica sobre la homosexualidad, y un consejala francés fue multada por lo que dijo sobre el mismo tema.
Jesús reconoce que va a haber mucha persecución y otros males, pero lo que intenta resaltar es que sus discìpulos deben de mantener siempre una gran confianza en Èl y en Dios su Padre, pues ni un cabello de su cabeza se escapa de cuidado del Padre. Por ello, exhorta a que tengamos paciencia y perseverancia. Los dos conceptos con muy similares. La paciencia, según la etimología de la palabra signfica la capacidad de sufrir. El sufrimiento es inevitable en un mundo imperfecto y marcado por el pecado como el nuestro desde el inicio de la historia con la introducción del pecado que es una suerte de idolatría. Tanto la paciencia como la perseverncia están estrechamente relacionadas con la esperanza. La perseverancia se alimienta de la esperanza porque con una gran confianza en Dios que está cerca de nosotros, que con su Providencia maravillosa gobierna el mundo y al final restaurará todas las cosas en Jesucristo, no debemos de perturbarnos ante los muchos peligros que podemos constatar en nuestro mundo. La victoria está asegurada porque Jesucristo tomó sobre sí todos los dolores de nuestro mundo en la cruz, y triunfó sobre el pecado, sobre todo posible mal y Èl ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fnal de los tempos. La vigilancia va de la mano con la paciencia y la perseverancia, porque debido a nuestra debilidad y las heridas que nos han dejado el Pecado Original, el cúmulo de pecado que hay en el mundo como un poder que pese sobre cada uno y sobre la misma Iglesia, estamos todavía en peligro de caer, o de tropezar. San Pablo, en su Carta a los Romanos c. 5, explica ese poder del pecado (hamartía), pero tiene la seguridad de ser liberado por la victoria de Jesús resucitado. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas (Lc 2,19), Más adelante dice Jesus: Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza, poru ese aceca vuestra liberación.
Un examen cuidadoso de las palabras de Jesús en este discurso nos asegura que no es su intención provocar miedo o perturbar a sus discípulos ni a nosotros, sino que seamos realistas. Su misión es una batalla, una lucha en contra del mal cuyo capataz es Satanás. No debemos de extrañarnos de que las fuerzas del demonio se pongan muy diligentes en su intento de separar a muchos cristianos de su Señor a través del pánico. San Juan Pablo II al inicio de su Pontificado proclamó con gran fuerza "No tengáis miedo y repitió este mensaje a lo largo de sus casi 26 años de Papa. Como cantamos en el Salmo 17, El Señor es mi fuerza, mi luz y mi salvación. Mantegamos estas palabras en nuestro corazón siempre que nos encontramos agobiados por los muchos sufrimientos que inevitablemente tendremos que enfrentar.
Estamos en el penúlitmo domingo de nuestro año litúrgico y siguiendo el orden que se encuentra en los tres primeros evangelios, llamados sinópticos, la Iglesia nos presenta parte de lo que se llama el discurso escatólogico de Jesús. En el caso de San Lucas, hay una gran expectación a lo largo de muchos capítulos mientras Jesús se dirige a Jerusalén donde se va dar el desenlace final de su vida terrena, el aparente fin de todas las esperanzas que sus seguidores habían puesto en Èl, su victoria totalmente inesperada en la resurrección y su Ascensión al cielo, juntamente con la extraordinaria venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Todos estos acontecimientos definitivos de la historia de la salvación se dan en Jerusalén.
En estos días en los que nosotros vivimos, mucha gente ha quedado conmovida por todos los acontecimientos que se han dado en torno a las elecciones de los Estados Unidos. No pocos de la banda que perdió las elecciones han llorado desconsoladamente y se han lanzado a las calles en lo que parecen unas manifestaciones concertadas para no aceptar los resultados. Mientras tanto, los de la otra banda consideran que han alcanzado una victoria notable en contra del globalismo, que quiere acabar con las naciones/estado e instalar algún tipo de gobierno global, que al parecer es la agenda tanto de las Naciones Unidas como la Unión Europea. Hay no pocos, particularmente entre los Protestantes, que echan mano de la Biblia y de manera especial del libro del Apocalipsis y de estos discursos escatólogicos de Jesús como el de San Lucas que hoy hemos escuchado, para intentar demostrar que efectivamente estamos en los últimos tiempos, que viene una hecatombe tremenda etc. Quisiera con a la ayuda de nuestra primera lectura y el evangelio responder de alguna manera a esta situación en la que vivimos y en general tomando en cuenta los muchos males que constatamos en nuestro mundo actual, encontrar la respuesta que Jesús nos entrega en nuestra Liturgia de la Palabra de hoy.
Empezamos con una breve lectura del libro del Profeta Malaquías, situada a unos 450 años antes de Cristo cuando un buen número de los judios había regresado del exilio en Babilonia y habían reconstruido el templo. La promesa de la llegada del "Día del Señor" y el juicio juntamente con la condena de los malos y el premio de los buenos se repite con frecuencia en los libros proféticos, y aquí lo vemos en Malaquías. La Divina Comedia de Dante se llama comedia no porque se trate de una obra que provoca risa y sea un buen entretenimiento, sino porque comienza mal, con Dante perdido en un selva oscura, simbolizando una vida de pecado, y termina bien o felizmente en el Paraíso. La Biblia, en cambio, comienza bien con la obra maravillosa de Dios en la creación según la relatan los primeros dos capítulos del Libro del Génesis, pero con la caida de Adán y Eva en el pecado en el tercer capítulo se da inicio a una serie interminable de males. En gran medida el resto de la Biblia es una historia de la infidelidad del pueblo de sus interminables pecados, sobre todo el pecado por antonomasia en la Biblia que es la idolatría. Pese a todo el cúmulo ingente y aparentemente infinito de pecados, Dios jamás abandona su pueblo ni se olvida de él. La Biblia termina con un gran mensaje de esperanza en el Libro del Apocalipsis: Dice el que da testimonio de todo esot: "sí,pronto vendré. Amen, ven, Señor, Jesús".
Los justos siempre tenían la confianza de que vendría una intervención definitiva de Dios, que se daría en el Día del Señor en el que rectificaría todo y se daría la victoria de Dios, de su justicia y la condena de los malvados. Terminado el período de los profetas se dieron unos libros llamados apocalípticos, algunos formando parte de la Biblia y otros no entraron en el canon. Utilizan una gran variedad de símbolos y hablan de grandes desastres. Así fue también en tiempos de Jesús y la misma aparición de Juan Bautista predicando un juicio definitivo de parte de Dios aumentó esta expectación.
Jesús y sus discìpulos llegan a Jerusalén que se encuentra un tierra alta y ven el templo con toda su majestuosidad, pues era considerado una de las grandes obras de arquitectura del mundo antiguo. Quedaron muy impresionados por la grandeza de los edificios y de la calidad de la decoración. Jesús llega a decir que todo eso, que parecia tan maravilloso, iba a quedar en nada, que no quedaría una piedra sobre otra. Se piensa que San Lucas escribió su evangelio en los años 80 de nuestra era, de manera que sería despuès de la destrucción del templo de la mano del Emperador Tito en el año 70. Los discípulos le preguntan cuando van a suceder estas cosas. Como en otras ocasiones, Jesus se abstiene de hablar de tiempos concretos, sino que toma pie de este hecho histórico que profetiza para pasar a hablar de lo que se puede esperar antes del final de los tiempos. Tened cuidado de no dejaros engañar. Muchos vendrán en mi nombre diciendo que "soy yo", y tiempo está cerca". No vayáis detrás de ellos". Luego habla de noticias de guerras y grandes desastres. De estas palabras de Jesús, podemos deducir que es fácil engañarse y pensar que ya pronto es la vuelta del Señor en su gloria, pero no es así. A este gran acontecimineto tendrán que preceder muchos acontecimientos dolorosos. Lo cierto es que cuando llegue El, no va a haber ninguna duda y será un acontecimiento tan portentoso que todo mundo se dará cuenta. Profetiza persecuciones de los cristianos. Ciertamente, en nuestros días se está dando una gran persecución de los seguidores de Jesucristo en muchas partes del mundo y en el mundo supuestamente libre, se viene dando discriminación y, leyes dictatoriales, unas imposiciones de la mano de leyes que prohiben lo que se llama "lenguaje de odio" (hate speech). Así, por ejemplo un ministro Protestante fue llevado ante un juez en Canadá por predicar la doctrina bíblica sobre la homosexualidad, y un consejala francés fue multada por lo que dijo sobre el mismo tema.
Jesús reconoce que va a haber mucha persecución y otros males, pero lo que intenta resaltar es que sus discìpulos deben de mantener siempre una gran confianza en Èl y en Dios su Padre, pues ni un cabello de su cabeza se escapa de cuidado del Padre. Por ello, exhorta a que tengamos paciencia y perseverancia. Los dos conceptos con muy similares. La paciencia, según la etimología de la palabra signfica la capacidad de sufrir. El sufrimiento es inevitable en un mundo imperfecto y marcado por el pecado como el nuestro desde el inicio de la historia con la introducción del pecado que es una suerte de idolatría. Tanto la paciencia como la perseverncia están estrechamente relacionadas con la esperanza. La perseverancia se alimienta de la esperanza porque con una gran confianza en Dios que está cerca de nosotros, que con su Providencia maravillosa gobierna el mundo y al final restaurará todas las cosas en Jesucristo, no debemos de perturbarnos ante los muchos peligros que podemos constatar en nuestro mundo. La victoria está asegurada porque Jesucristo tomó sobre sí todos los dolores de nuestro mundo en la cruz, y triunfó sobre el pecado, sobre todo posible mal y Èl ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fnal de los tempos. La vigilancia va de la mano con la paciencia y la perseverancia, porque debido a nuestra debilidad y las heridas que nos han dejado el Pecado Original, el cúmulo de pecado que hay en el mundo como un poder que pese sobre cada uno y sobre la misma Iglesia, estamos todavía en peligro de caer, o de tropezar. San Pablo, en su Carta a los Romanos c. 5, explica ese poder del pecado (hamartía), pero tiene la seguridad de ser liberado por la victoria de Jesús resucitado. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas (Lc 2,19), Más adelante dice Jesus: Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza, poru ese aceca vuestra liberación.
Un examen cuidadoso de las palabras de Jesús en este discurso nos asegura que no es su intención provocar miedo o perturbar a sus discípulos ni a nosotros, sino que seamos realistas. Su misión es una batalla, una lucha en contra del mal cuyo capataz es Satanás. No debemos de extrañarnos de que las fuerzas del demonio se pongan muy diligentes en su intento de separar a muchos cristianos de su Señor a través del pánico. San Juan Pablo II al inicio de su Pontificado proclamó con gran fuerza "No tengáis miedo y repitió este mensaje a lo largo de sus casi 26 años de Papa. Como cantamos en el Salmo 17, El Señor es mi fuerza, mi luz y mi salvación. Mantegamos estas palabras en nuestro corazón siempre que nos encontramos agobiados por los muchos sufrimientos que inevitablemente tendremos que enfrentar.
domingo, 6 de noviembre de 2016
MARTIRIO Y RESURRECCIÓN
HOMILÍA PARA EL XXXII DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO, 6 DE NOVIEMBRE DE 2016
Hace unos meses, una profesora de unos muchachos de 12 años de un colegio de un pueblo en Italia hizo un experimento. Les explicó con suficientes detalles lo que es el grupo terrorista se se llama Estado Islámico las barbaridades que están haciendo. Luego les pidió que indicaran qué harían ellos si llegar el EI a su pueblo. El resultado fue que toda la clase menos uno respondió que se harían musulmanes para evitar perder la vida o tener que escaparse a otra parte. Hoy en día, cuando la cultura popular animada la televisión y el Internet considera que el sufrimiento es el mayor mal imaginable, y que vale cualquier cosa con tal de evitar el sufrimiento, muchos piensan que el martirio es absurdo. ¿Cómo puede una persona renunciar a la vida y enfrentarse con unas torturas increíbles? Afortunadamente, no todos piensan eso. Hay habido muchos casos tanto en Siria e Irak, como en partes de África que han peferido ser crucificados, degollados o quemados vivos por los terroristas islámicos, que por otra parte sólo están cumpliendo lo que manda el Corán y demás fuentes canónicas islamicas, que renunciar a su fe cristiana. Uno de los casos más sonados hace poco más de un año fue el asesinato de 20 hombres de la Iglesia Ortodoxa Copta de Egipto que fueron asesinados en una playa en Libia. Ellos habían ido allí porque encontraron trabajo. Los vistieron de amarillo, porque los musulmanes detenidos en Guantanamo por los Estados Unidos los visten de amarillo. Les dieron la oportunidad de renunciar a su fe cristiana y hacerse musulmanes, pero todos rehusaron. Algunos de ellos repetían el nombre de Jesús momentos antes de que les cortaran la cabeza. Posteriormente, se supo que otro hombre africano de Chad los acompaba y aunque no era cristiano, movido por su testimionio (la palabra mártir) signfica testigo, también rechazó la oferta de hacerse musulmán y lo mataron con el resto.
Otro ejemplo sonado en estas úlitmas semanas ha sido el caso de la canonización del adolescente mexicano José Sánchez del Río, que a los 14 años dio su vida por su fe en Cristo y gritaba "Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!" El caso ha sido objeto de una película que salió hace unos 3 o cuatro años, llamada La Cristiada. El gobierno de tipo masónico liderado por el Presidente Plutarco Elías Calles inició una tremenda persecución en cotra de la Iglesia Cátolica en México, siendo católicos la grandísima mayoría de los mexicanos en el año 1926. Prohibieron el culto católico entre otras medidas y el pueblo católico se levantó en contra de este gobierno nefasto. El niño José, cariñosamente llamado Joselito quiso seguir el ejemplo de sus dos hermanos mayores y participar en el levantamiento. Despuès de mucho insistir le permitieron colaborar como auxiliar. Un día las tropas federales del gobierno atacaron a los cristeros cerca del pueblo de Cotija de la Paz en el Estado de Michuacán. Al caballo general de los cristeros le alcanzó una bala y Joselito le ofreció su propio caballo, y resultó preso. Lo metieron preso en el baptisterio de la Iglesia de su pueblo, y después de poco más de un día le cortaron las plantas de los pies y lo llavaron por las calles al cementerio donde le habían preparado la sepultura. En medio de dolores horrorosos rechazaba las invitaciones de rechazar su fe en Jesucristo y repetía Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!. Allí lo mataron. Antes de unirse a los cristerios, decía que nunca ha había sido tan fácil alcanzar el cielo.
Creo que el motivo que han tenido todos los mártires que los ha llevado a anteponer su fe en Jesucristo a su misma vida la encontramos en nuestra primera lectura de hoy tomada de los Macabeos cuando uno de los siete hermanos martarizados por mantener sus tradiciones judías y no querer comer carne de cerdo, cosa prohibida por la ley de Dios, le responde al tirano que los mataba: Es preferible mmorir por manos de los hombres cuando Dios de la esperanza de estar con Él de nuevo resucitados" . Los libros de los Macabeos relatan el intento del Rey Antioco Epifanes IV de imponer a los judíos la cultura, las costumbres y la religión griega. Incluso, habían creado en Jerusalén un gimnasio donde hacía deportes estando desnudos, cosa escandalosa para los judíos. Además desescró el Templo de Jerusalé y se llevó los vasos sagrados del mismo. El Primer Libro de los Macabeso cuenta cómo en el pueblo natal de los hermanos Macabeos, su padre Matatías se opuso a los esfuerzos de los funcionarios del rey a imponer las costumbres griegas y se fueron al monte, iniciando así una gran revuelta que logró echar a los griegos de Jerusalén y volver a consagrar el Templo. Esta ocasión la celebran los judíos con la fiesta de Januca, que cae en diciemrbe, alrededor de tiempo de Navidad. Constatamos en el Evangelio de San Juan que Jesús celebró esa fiesta en Jerusalén uno de los años de su vida pública.
Dios promete una vida nueva y mejor a partir de la resurrección. Este hecho nos lleva a comentar nuestro pasaje evangélico de hoy. Entre los judíos en tiempos de Jesús, había varias sectas. La que más conocemos a través del evangelio eran los fariseos Luego están los saduceos, los esenios, celotes y otros. Los saduceos eran, para utilizar el leguaje corriente hoy en día, conservadores. Sólo aceptaban el Pentateuco, o los primeros cinco libros de la Biblia que se pensaba eran escritos por Moisés. Además, tenían mucho interés en la política y contrariamente a los fariseos, eran más bien gente acomodada. Los Sumos Sacerdotes provenían de ellos. Dado que la doctrina de la resurrección era una doctrina bastante nueva y no se encuentra en el Pentateuco, sino en nuestra prmera lectura de hoy del Segundo Libro de los Macabeos, no la aceptaban. Intentan dejar a Jesús en el ridículo ante el pueblo con el caso rebuscado de la mujer que se había casado con los siete hermanos.
Jesús acepta el desafío y con su acostumbrada brillantez rechaza su argumento, acusándoles de desconocer la Escritura y el poder de Dios. En el proceso aprovecha para dar unas aclaraciones acerca de la verdadera naturaleza de la resurrección de los muertos y el plan de Dios. La nueva vida de la resurrreción, que ha inaugurado Jesucristo con su propia resurrección y que nos promete a nosotros a partir de nuestro bautismo, es por mucho superior a todo lo que pudieran imaginar los saduceos, o nosotros. No va a haber casamiento, y por lo tanto el nacimiento de nuevos hijos. Humanamente, podríamos pensar que la intimidad más profunda y completa es la del hombre y la mujer que se casan y que luego colaboran con Dios al traer al mundo nuevos hijos suyos como fruto de ese amor, que también Jesucristo ha bendecido como sacramento. Sin embargo, el plan de Dios mucho más maravilloso. Ya no pueden morir, porque serán semejantes a los ángeles y serán hijos de Dios. No podemos imaginar cómo va a ser esta nueva vida. Lo que sí sabemos que la resurrección de Jesucristo es una verdad real que se dio en la historia y que los apóstoles y demás discípulos que experimentaron las apariciones de Jesús resucitado dan testimonio, también con sus vidas de su realidad. El Papa Benedicto XVI en su libro Jesús de Nazaret señala que se trata de una nueva dimensión de la realidad que se manifiesta en Jesús al volver de entre los muertos y compartir, incluso la comida con sus discípulos. Aparecía y desaparecía sin tener que pasar por las puertas. Este hecho cambió radicalmente sus vidas. Sabemos que los dos que iban camino de Emaús se iban a sus casas desconsolados y deprimidos. Veían todas la historia de Jesús como una gran espernaza pero que habia acabado en un fracaso. Sin embargo, con la experiencia del encuentro con Jesús resucitado, todo cambió para ellos. Fue un hecho tan revolucionario que cambió radicalmente la historia del mundo. Se llenaron de la certeza de que las promesas de Jesús son reales y que vale la pena cualquier sacrificio, incluso la propia vida con tal de alcanzar este premio estar con Èl eternamente como "hijos en el Hijo" Así se explicael hecho del martirio.
Jesús insiste en el hecho de que Dios es Dios de vivos no de muertos. En toda la Biblia está claro que Dios es la fuente de la vida, y totalmente opuesto a la muerte. Por eso dice: El Señor es Dios de Abrahán, Dios de Isaac y de Jacob. Es Dios no de muertos, sino de vivos porque todos viven para Èl". La vida consiste en la plenitud del ser y la perfección que sólo Dios tiene y quiere compartir con nosotros en la resurrección.
Hace unos meses, una profesora de unos muchachos de 12 años de un colegio de un pueblo en Italia hizo un experimento. Les explicó con suficientes detalles lo que es el grupo terrorista se se llama Estado Islámico las barbaridades que están haciendo. Luego les pidió que indicaran qué harían ellos si llegar el EI a su pueblo. El resultado fue que toda la clase menos uno respondió que se harían musulmanes para evitar perder la vida o tener que escaparse a otra parte. Hoy en día, cuando la cultura popular animada la televisión y el Internet considera que el sufrimiento es el mayor mal imaginable, y que vale cualquier cosa con tal de evitar el sufrimiento, muchos piensan que el martirio es absurdo. ¿Cómo puede una persona renunciar a la vida y enfrentarse con unas torturas increíbles? Afortunadamente, no todos piensan eso. Hay habido muchos casos tanto en Siria e Irak, como en partes de África que han peferido ser crucificados, degollados o quemados vivos por los terroristas islámicos, que por otra parte sólo están cumpliendo lo que manda el Corán y demás fuentes canónicas islamicas, que renunciar a su fe cristiana. Uno de los casos más sonados hace poco más de un año fue el asesinato de 20 hombres de la Iglesia Ortodoxa Copta de Egipto que fueron asesinados en una playa en Libia. Ellos habían ido allí porque encontraron trabajo. Los vistieron de amarillo, porque los musulmanes detenidos en Guantanamo por los Estados Unidos los visten de amarillo. Les dieron la oportunidad de renunciar a su fe cristiana y hacerse musulmanes, pero todos rehusaron. Algunos de ellos repetían el nombre de Jesús momentos antes de que les cortaran la cabeza. Posteriormente, se supo que otro hombre africano de Chad los acompaba y aunque no era cristiano, movido por su testimionio (la palabra mártir) signfica testigo, también rechazó la oferta de hacerse musulmán y lo mataron con el resto.
Otro ejemplo sonado en estas úlitmas semanas ha sido el caso de la canonización del adolescente mexicano José Sánchez del Río, que a los 14 años dio su vida por su fe en Cristo y gritaba "Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!" El caso ha sido objeto de una película que salió hace unos 3 o cuatro años, llamada La Cristiada. El gobierno de tipo masónico liderado por el Presidente Plutarco Elías Calles inició una tremenda persecución en cotra de la Iglesia Cátolica en México, siendo católicos la grandísima mayoría de los mexicanos en el año 1926. Prohibieron el culto católico entre otras medidas y el pueblo católico se levantó en contra de este gobierno nefasto. El niño José, cariñosamente llamado Joselito quiso seguir el ejemplo de sus dos hermanos mayores y participar en el levantamiento. Despuès de mucho insistir le permitieron colaborar como auxiliar. Un día las tropas federales del gobierno atacaron a los cristeros cerca del pueblo de Cotija de la Paz en el Estado de Michuacán. Al caballo general de los cristeros le alcanzó una bala y Joselito le ofreció su propio caballo, y resultó preso. Lo metieron preso en el baptisterio de la Iglesia de su pueblo, y después de poco más de un día le cortaron las plantas de los pies y lo llavaron por las calles al cementerio donde le habían preparado la sepultura. En medio de dolores horrorosos rechazaba las invitaciones de rechazar su fe en Jesucristo y repetía Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!. Allí lo mataron. Antes de unirse a los cristerios, decía que nunca ha había sido tan fácil alcanzar el cielo.
Creo que el motivo que han tenido todos los mártires que los ha llevado a anteponer su fe en Jesucristo a su misma vida la encontramos en nuestra primera lectura de hoy tomada de los Macabeos cuando uno de los siete hermanos martarizados por mantener sus tradiciones judías y no querer comer carne de cerdo, cosa prohibida por la ley de Dios, le responde al tirano que los mataba: Es preferible mmorir por manos de los hombres cuando Dios de la esperanza de estar con Él de nuevo resucitados" . Los libros de los Macabeos relatan el intento del Rey Antioco Epifanes IV de imponer a los judíos la cultura, las costumbres y la religión griega. Incluso, habían creado en Jerusalén un gimnasio donde hacía deportes estando desnudos, cosa escandalosa para los judíos. Además desescró el Templo de Jerusalé y se llevó los vasos sagrados del mismo. El Primer Libro de los Macabeso cuenta cómo en el pueblo natal de los hermanos Macabeos, su padre Matatías se opuso a los esfuerzos de los funcionarios del rey a imponer las costumbres griegas y se fueron al monte, iniciando así una gran revuelta que logró echar a los griegos de Jerusalén y volver a consagrar el Templo. Esta ocasión la celebran los judíos con la fiesta de Januca, que cae en diciemrbe, alrededor de tiempo de Navidad. Constatamos en el Evangelio de San Juan que Jesús celebró esa fiesta en Jerusalén uno de los años de su vida pública.
Dios promete una vida nueva y mejor a partir de la resurrección. Este hecho nos lleva a comentar nuestro pasaje evangélico de hoy. Entre los judíos en tiempos de Jesús, había varias sectas. La que más conocemos a través del evangelio eran los fariseos Luego están los saduceos, los esenios, celotes y otros. Los saduceos eran, para utilizar el leguaje corriente hoy en día, conservadores. Sólo aceptaban el Pentateuco, o los primeros cinco libros de la Biblia que se pensaba eran escritos por Moisés. Además, tenían mucho interés en la política y contrariamente a los fariseos, eran más bien gente acomodada. Los Sumos Sacerdotes provenían de ellos. Dado que la doctrina de la resurrección era una doctrina bastante nueva y no se encuentra en el Pentateuco, sino en nuestra prmera lectura de hoy del Segundo Libro de los Macabeos, no la aceptaban. Intentan dejar a Jesús en el ridículo ante el pueblo con el caso rebuscado de la mujer que se había casado con los siete hermanos.
Jesús acepta el desafío y con su acostumbrada brillantez rechaza su argumento, acusándoles de desconocer la Escritura y el poder de Dios. En el proceso aprovecha para dar unas aclaraciones acerca de la verdadera naturaleza de la resurrección de los muertos y el plan de Dios. La nueva vida de la resurrreción, que ha inaugurado Jesucristo con su propia resurrección y que nos promete a nosotros a partir de nuestro bautismo, es por mucho superior a todo lo que pudieran imaginar los saduceos, o nosotros. No va a haber casamiento, y por lo tanto el nacimiento de nuevos hijos. Humanamente, podríamos pensar que la intimidad más profunda y completa es la del hombre y la mujer que se casan y que luego colaboran con Dios al traer al mundo nuevos hijos suyos como fruto de ese amor, que también Jesucristo ha bendecido como sacramento. Sin embargo, el plan de Dios mucho más maravilloso. Ya no pueden morir, porque serán semejantes a los ángeles y serán hijos de Dios. No podemos imaginar cómo va a ser esta nueva vida. Lo que sí sabemos que la resurrección de Jesucristo es una verdad real que se dio en la historia y que los apóstoles y demás discípulos que experimentaron las apariciones de Jesús resucitado dan testimonio, también con sus vidas de su realidad. El Papa Benedicto XVI en su libro Jesús de Nazaret señala que se trata de una nueva dimensión de la realidad que se manifiesta en Jesús al volver de entre los muertos y compartir, incluso la comida con sus discípulos. Aparecía y desaparecía sin tener que pasar por las puertas. Este hecho cambió radicalmente sus vidas. Sabemos que los dos que iban camino de Emaús se iban a sus casas desconsolados y deprimidos. Veían todas la historia de Jesús como una gran espernaza pero que habia acabado en un fracaso. Sin embargo, con la experiencia del encuentro con Jesús resucitado, todo cambió para ellos. Fue un hecho tan revolucionario que cambió radicalmente la historia del mundo. Se llenaron de la certeza de que las promesas de Jesús son reales y que vale la pena cualquier sacrificio, incluso la propia vida con tal de alcanzar este premio estar con Èl eternamente como "hijos en el Hijo" Así se explicael hecho del martirio.
Jesús insiste en el hecho de que Dios es Dios de vivos no de muertos. En toda la Biblia está claro que Dios es la fuente de la vida, y totalmente opuesto a la muerte. Por eso dice: El Señor es Dios de Abrahán, Dios de Isaac y de Jacob. Es Dios no de muertos, sino de vivos porque todos viven para Èl". La vida consiste en la plenitud del ser y la perfección que sólo Dios tiene y quiere compartir con nosotros en la resurrección.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)