sábado, 30 de julio de 2016

"MIRAD: GUARDAOS DE TODA CLASE DE CODICIA"

HOMILÍA PARA EL XVIII DOMINGO DE TIEMPO DURANTE EL AÑO, CICLO C. 

Las tres lecturas de este domingo nos pesentan un tema que es muy actual y una lección que no podemos dejar pasar si queremos vivir nuestra vida de manera sensata. En primer lugar, hemos escuchado un pasaje del libro del Antiguo Testamento llamada Eclesiastés, que proviene del griego que en hebreo se dice quohelet, que tiene que ver con la asamblea, es  decir, libro leído en la asamblea. En todo caso, se trata de uno de los libros bíblicos también denominados Sapienciales, que a su vez se atribuyen, como es el caso de este libro, al Rey Salomón,  hijo del Rey David, que la Biblia considera el epítmome de la sabiduría. Salamón había alcanzado en su largo reinado de 40 años el cúlmen de la riqueza, del esplendor, del poder, de todo lo que puede ofrecer el éxito mundano. Sin embargo, al final de su vida, habría descubierto que todo eso no valía para nada, que era paja que arrebata el viento. No es que el Rey Salamón sea el autor del libro, pero su vida como rey existoso es un ejemplo del mensaje que comunica el libro sobre lo que lo que en hebreo se llama hebel  y que ha sido traducido al latín por San Jerónimo en su versión llamada la Vulgata, como vanidad y vanidad de vanidades. La palabra vanidad hoy en día se suele aplicar a una persona que tiene un concepto exagerado de su propia importancia que no corresponde a la realidad. El signficado bíblico incluye la idea de vaciedad, y en muchos pasajes se habla de cosechar vientos, de la la flor que parece espléndida en la mañana y en la tarde se ha marchitado. Algunos ofrecen la comparación con las burbujas, que se crean al soplar sobre agua con jabón y por un momento parecen  hermosas, pero enseguida desaparecen para no volver a nunca. También podemos tomar la comparación con los fuegos de artificio, que se lanzan al aire y por unos momentos impresion por las luces y colores pero casi inmediatamente desaparecen y no son nada. Para el autor de nuestro libro, el hombre se afana inútilmente en este mundo por lograr un pedazo de felicidad y seguridad, gracias a mucho trabajo para adquerir riqueza, honores y algún nivel de seguridad. Sin embargo, el fruto de tanto esfuerzo o queda en nada o se lo tienen que entregar a otros que no lucharon por alcanzarlo."¿Entonces, qué saca el hombre del todos los trabajos que lo fatigan bajo el sol? De día su tarea es sufrir y penar, de noche no descansa su mente" 

Hoy proseguimos con la lectura de la Carta de San Pablo a los Colosenses, y nos exhorta: "Hermanos, ya habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no los de la tierra" Es normal que en este mundo el hombre busque una cierta seguridad, contar con los bienes necesarios para no quedar en la pobreza ni la indigencia, gracias al esfuerzo de su trabajo a su propio favor y la de su familia. Tal esfuerzo no es ilegítimo. Sin embargo, el peligro de darles una importancia excesiva de estos bienes de la tierra en desmedro de los verdaderos bienes del cielo que perduran y que son los que dan el verdadero sentido a nuestra vida nos asecha siempre. Tener una casa bonita, con jardín hermoso, poder viajar a varios lugares atractivos, tener prestigio en la comunidad etc. son bienes apreciables, pero al final no perduran,  ni la verdadera felicidad que anhelamos la podemos comprar con el dinero,  ni la estima de otros.  Por eso, San Pablo nos exhorta: "Dad muerte a todo a todo lo que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia,, que es una idolatría". 

Es interesante que San Pablo mencione la fornicación en primer lugar. Él vivió en una cultura de desenfreno sexual como la nuestra y el cristiano tenía que rechazar todo tipo de impureza. Un estudio en Estados Unidos demuestra que solo 11% de los adolescentes partícipes en el estudio considera importante llegar al matrimonio sin haber tenido relaciones sexuales. Por otro lado, hay una verdadera epidemia en la pornografía, gracias al Internet que la hace mucho más accesible no sólo a adolescentes sino también a adultos casados. Hay otro fenómeno y es la adicción de muchas mujeres a las novelas romátincas, que también tienden a ser pornográficas. 

Luego, San Pablo llama la codicia y la avaricia una idolatría, es decir, el culto a un dios falso. En griego, latreia  signfica el culto debido sólo al verdadero Dios. eidolon signfica la imagen de un dios, en nuestro caso, un dios pagano falso. Hoy en día no se suele rendir culto a este tipo de imagen de un dios pagano, sino a través del consumismo, la acumulaciónd de bienes y aparatos, de la búsqueda de la fama, del poder y del placer, rendir culto a otra cosa que no es Dios. 

E nuestro evangelio de hoy, una persona pide a Jesús que sea mediado de un pleito entre familiares por una herencia. Este tipo de pleito se da mucho también en nuestros días y lleva a un verdadero odio entre familiares. Jesús rechaza la petición, pero aprovechar para enseñar a través de un parábola la misma lección que hemos encontrado en nuestras dos lecturas anteriores. Se trata del dueño de un campo que tiene la suerte de tener una gran cosecha. Decide derrumbar sus graneros y construir otros para guardar su inmensa cosecha.  Dice para si:  Tienes muchos bienes en reserva para muchos años.  Descansa, come, bebe y banquetea. Es decir, pone toda su confianza en la riqueza que ha acumulado. No busca un verdadero tesoro perdurable  en el cielo. Jesús lo llama necio porque esa misma noche le reclamarán su vida.  y  las cosas que preparaste, ¿para quién serán? El pasaje concluye: Así es el que atesora riquezas  y no se enriquece en orden a Dios.

Por lo tanto, para Jesús, hay riquezas y riquezas, verdaderas y falsas. Èstas se acumulan con afán de alcanzar una seguridad basada en ellas y consisten en regar fuera de tiesto. En otro pasaje Jesús dice: Qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo si pierde la vida? (Mt 16,26). Esta frase impactó muchñismo a San Francisco Javier cuando como estudiante en la Universidad de París, fue uno de los primeros en hacer los Ejercicios Espirituales con el mismo San Ignacio de Loyola. Y ¿cuál es el tesoro que vale ante Dios? Es aquello que según Jesús tiene el mayor valor, el amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo, dar prioridad a Dios, a Jesucristo y su ley en nuestra vida. Implica una guerra sin cuartel al egoismo, a la vanidad o la búsqueda de lo que en realidad no vale o no perdura. Para alcanzar el  tesoro en el cielo, como dice Jesús, convien vender todo lo demás para alcanzarlo. 

Pidamos a Dios en este domingo poder sopesar lo que verdaderamente tiene valor en nuestra vida, aquella que va a perdurar. Está claro que las riquezas materiales, el consumismo, el vivir al momento sin pensar que esta vida es breve, "como paja que arrebata el viento" que se dice en varios Salmos, que nada en este mundo perdura. San Agustín decía que hay una ley inscrita en todo ser existente en este mundo, que ha sido creado de la nada, y es que tiende a volver a la nada. Dios nos ha regalado la vida como un camino para ir descubriéndole a Él a través de Jesús que se entregó por amor a nosotros y alcanzar el abrazo eterno con Èl en el cielo. Si fracasamos en este intento, si pensamos y nos anhelamos en tener los bienes efímeros que se puede tener en este mundo, seremos las personas más necias y no alcanzarmeos el sueño de Dios para nosotros. Hagamos caso a este mensaje importante, incluso fundamental, que nuestras tres lecturas de hoy nos entregan. 




sábado, 23 de julio de 2016

LA ORACIÔN DE jESÚS, EL PADRE NUESTRO

Los discípulos, al ver orar a Jesús, le piden qu les enseñe a orar. Se ve que el modo y la frecuencia con la que Jesús se retiraba a lugares solitarios a orar les dejó una profunda impresión. Todos sabemos que la oración es un aspecto muy importante de nuestra vida cristiana, pero también sabemos que no es fácil orar. La petitición a que les enseñe a orar pudiera dar la impresión que andaban en busca de alguna fórmula para repetir, pero podemos suponer que hay algo más, porque desde luego la oración de Jesús no consistía en la mera repetición de fórmulas. El Padre Nuestro es la oración del cristiano por antonomasia, precisamente porque refleja la misma oración de Jesús y manifiesta la misma confianza que Jesús tenía en relación a su Padre y las peticiones fundamentales que han de ser priioridad en nuestra oración.

Jesús comienza con la palabra "Padre", "Abba" en su lengua el arameo. Implica una confianza enorme, como la de un niño en su padre, una cercanía e intimidad, pero al mismo tiempo no hemos de olvidar la transcendencia de Dios. Dios es al mismo tiempo transcendente e inmanente. Como dice el libro de Isaías, "tan alto está el cielo sobre la tierra, así de altas son mis caminos". Jesús también enseña la cercanía de Dios a nosotros cuando dice que "hasta los cabellos de nuestra cabeza están contados", pero Dios no es como cualquier otro, ni se mete en nuestro mundo como un "deus ex machina" para arreglar nuestros asuntos según nuestras preferencias. Es "Padre Nuestro que está en el cielo". Dice "nuestro" para indicar que todos los bautizados formamos una comunidad con Dios Padre por Jesucristo en el Espíritu Santo. El cielo ese el espacio de Dios, donde está él, No se trata de un lugar físico, como es obvio, sino una dimensión de la realidad.

"Santificado sea tu nombre". Todo lo que es Dios y le pertenece es "santo". Jesús es "el Santo de Dios". En el Credo profesamos nuestra fe en la Iglesia que es "una, santa, católica y apostólica". La Iglesia es santa, no porque todos nosotros, sus miembros seamos unos seres perfectos, sino porque es de Dios, es de Jesucristo, y es del Espíritu Santo. Las iglesias son lugares santos, es decir, dedicados al culto de Dios, a la celebración de los sacramentos, de manera especial la Eucaristía. Hoy en día no es poco común leer en la prensa acerca de ataques a las iglesias, blasfemias y otras babaridades de parte de personas que no solo no quieren reconocer la santidad de Dios, de las iglesias, sino los atacan violentamente. El nombre en la Biblia es la manifestación de la persona, quién es. Pedir a Dios que sea santificado su nobre implica que lo reconocemos como el primero, el más grande el más importante en nuestra vida. Tenemos que poner a Dios en primer lugar en nuestra vida. Si creemos que que ha creado el unierso con sabiduría y amor y  nos ha creado a nosotros por amor, ¿cómo no reconocer su grandeza y recordarlo? Podríamos empezar nuestro día recitando el Padre Nuestro y así haciendo que a través de todos nuestros actos se reconozca la santidad de Dios que nos ha creado y en quien encontramos en sentido de nuestra vida.

"Venga a nostros tu Reino,. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo". El Reino de Dios es la soberanía, la supremacía de Dios en todo el universo y en nuestra vida personal y comunitaria. Es
también el orden que Dios quiere establecer en el mundo. Ordenar signfica dirigir algo a su fín útimo. Desde el inicio de la historia, el  mundo está en un estado de desorden debido al pecado, que se manifiesta de mil maneras en la injusticia, la soberbia, el orgullo, la envida, la codicia, la violencia etc. En una palabra, el mundo está desajustado y por eso Jesús proclama el mensaje del Reino de Dios. ¿Y cómo se ordena el mundo y nuestra vida? Precisamente, cumpliendo la voluntad de Dios en la tierra como en el cielo. Es obvio que nosotros no somos capaces de alcanzar tal orden o el cumplimiento de la voluntad de Dios en nuestro mundo, debido a nuestra tendencia a no hacer el bien o a hacer el mal con mayor facilidad, como consecuencia del pecado. Por esto, estas dos poticiones del Padre Nuestro son tan importantes.

"Danos hoy nuestro pan de cada día". Esta petición dice más de lo que pudiéramos pensan en un primer momento. Obviamente, pedimos a Dios que nos dé el pan para nuestra vida biológica que es esencial, pero lel griego dice "arton epiousion" ,  Arton es pan y no hay problema con eso. ousia es sustancia, es decir, la realidad última de las cosas. Aristóteles distingue entre la sustancia y los accidentes, que pueden ser cantidad, cualidad, el color, el tamaño etc de una cosa. La partícula epi en griego indica intensidad. Por lo tanto, se puede traducir la frase como pan supersustancial. Se trataría, pues, del pan de vida a la que Jesús se refiere en el c. sexto del Evangelio de San Juan. Hablamos de transubstanciación, es decir, que toda la realidad  o sustanica del pan es transformado en el cuerpo de Cristo. Por esto, los Padres de la Iglesia interpretaban esta petición del Padre Nuestro como refiriéndos también a la Eucaristía. Se trata de otro tipo de pan, es decir, en el caso del pan natural, es asimilado a través del proceso de la digestión y transformado en energía para que podamos vivir. En el caso de la Eucaristía, el proceso es al revés. Nosotros somos asimilados, hechos uno con Jesús. No es  un alimento que asmilamos nosotros. Nos identifica con Jesús de manera que podemos decir con San Pablo, "ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí".

"Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos nuestras ofensas". Es difícil exager la importancia del perdón, no solamente en nuestra vida cristiana, sino incluso desde el punto de vista psicológico. Se trata de reestablecer unas relaciones rotas. Es cierto que en nuestro mundo marcado por el pecado y el mal, los conflictos son inevitables, y en muchas ocasiones es muy difícil ver las cosas desde el punto de vista del otro. La multiplicación de las pequeñas rencillas llega a mayores y se rompen las relaciones entre las personas. Lo que más impesiona de esta petición es la medida que pone Jesús para nuestro perdón. Ya San Pedro preguntaba a Jesús, si estaba obligado a perdonar a un hermano hasta siete veces en un día, cosa que segurmente consideraba muy generosa. Jesús contestaba que no siete veces, sino setenta veces siete, es decir, siempre. Dios perdona anulando, borrando la ofensa. Es lo que nos pide a nosotros, y es muy difícil, debido a sentimientos como el rencor y las ganas de venganza. Perdonar a otros por unas ofensas graves nos resulta muy difícil y probablemente imposible si no fuera por la gracia de Dios que lo hace posible.

"No nos dejes caer en la tentación".La tentación es también una prueba.Es inevitable la tentación, pues como dice San Pedro: "El diablo ronda como león rugiente a ver a quién puede devorar". Mientras estamos en este mundo, somos débiles y frágiles y no podemos pensar que estamos más allá del poder y la fascinaciónd de las tentaciones. Existe el pecado de la presunción que es la esperanza infundada de alcanzar la salvación sin poner los medios necesarios para ello. Además, como señala Santa Teresa de Jesús, la humildad es andar en la verdad. Por ello, Jesús termina el Padre Nuestro con esta petición saludable y realista. Si rezamos el Padre Nuestro en la mañana, que pensemos en los posibles peligros que el demonio nos pueda preparar a lo largo del día, y así poder hacer esta petición con más sinceridad y realismo.

Desde antiguo se ha dicho que el Padre Nuestro es "el evengelio en breve", y sí lo es.  Nos pone delante de Dios como nuestro Padre, en comunión con Jesús y con todos nuestros hermanos. Nos recuerda la verdad esencial de la primacia de Dios en nuestra vida y así reconocer su santidad. Nos lleva a pedir lo que con más urgenica necesitamos y neceista el mundo, como es el el reinado de Dios a través del cumplimiento de su voluntad, y asì ordeanar nuestra vida y el mundo entero a su fin último. Nos lleva a reestablecer las relaciones rotas o en peligro debido a la situación de pecado que nos rodea que ha invadido nuestro corazón, y nos pone en vela acerca del peligro de caer en la tentación o no superar las pruebas que también son inevitables.

sábado, 16 de julio de 2016

UNA COSA ES NECESARIA

HOMILÍA, DOMINGO XVI, CICLO C, 16 DE JULIO DE 2016

Los úlitmos dos domingos, he escogido el pasaje corespondiente de San Pablo de la segunda lectura para el tema de la homilía. Hoy vuelvo a nuestro evangelio de este año, de San Lucas. Nos toca reflexionar sobre uno de los muchos pasajes propios de San Lucas, y muy comnetado a lo largo de los siglos, por grandes santos y místicos. Se trata de la visita de Jesús a la casa de Marta, María y Lázaro. Los místicos, como el autor inglés anóniomo del siglo XIV de la obra La nube del no saber entre ottros muchos, se interpretan el pasaje como una indicacíón sobe la superiorida de la vida contemplativa sobre la vida activa. En realidad, en nuestro mundo actual, estamos inmersos en un grandísimo activismo. Muchísimas personas no se sienten contentos si no están haciendo cosas. Son incapaces de sentarse y reflexionar. Cuando yo era seminarista, hace ya más de 35 años, una revista católica italiana comentaba la siguiente anécdota. La gente de una parroquia no dejaba de quejarse contra el párroco por las homilías que consideraban muy largas. Es probablemnete la queja más común de los feligreses en contra  de nosotros los sacerdotes. Un domingo, ya harto de tanta queja, el cura desidió anunciar que no iba a dar una homilía porque estaba harto de las quejas. En cambio, les dijo que dejaria un espacio para que después del evangelio se dedicaran a la medidtación y se sentó en silencio. A lo largo de la semana, al encontrarse con la gente le supliciaban que por favor, cualquqier cosa menos eso de la meditación, que si iba a dar más tiempo para la meditación, perferian las homilías que consideraban largas.

 En muchos países, generalmente los así llamados "desarrollados", poquísma gente acude al Sacramento de la Penitencia, y curiosamente de los pocos que sí acuden muy de vez en cuando, bastantes le dicen al confesor que no tienen pecados, y por ejemlo después de unos veinte y tantos años de no haberse confesado, no encuentran más que confesar que "he dicho palabrotas". Otros, luego de haberles ayudado a hacer un examen de conciencia basado en los diez mandamientos, en los deberes de un cristiano, y la pràctica de las virtudes, aseguran al sacedote que no han cometido ningún pecado nunca. El filósofo pagano del siglo IV antes de Cristo, Sócrates, decía que "una vida no examinada no vale la pena vivirla". Luego, casi todo mundo dice que "tiene tiempo". Si uno ofrece en la parroquia una siere de charlas sobre la Biblia, sobe la oración u otros temas centrales de la fe, muchos le dirán que "no tienen tiempo". Tampoco tienen tiempo para tener hijos, o más que uno, o consideran que no tienen dinero. Otros consideran la crianza de un hijo una tarea tan más allá de sus capacidades que ni se atreven a tener alguno, menos dos o tres. Sin embargo, casi no hay casa en la que hay un televisor prendido toda la tarde o todo el día y sí tienen tiempo para verla. Si se dan los programas faranduleros, es que hay gente para verlos. Si no los canales se enteran por la bajada de los así llamados rating o la medida de la audiencia, y bajan lo que cobran por la publicidad y tienen que retirar el programa. 

Intentemos entrar en la escena que nos presenta San Lucas. Muchas mujeres se identifican con Marta, que tiene la visita de Jesús y sus discípulos. Ella se sacrifica con gran esfuerzo para preparar la comida para los visitantes ilustres, mientras María se queda sentada a los pies de Jesús escuchándle. Marta se molesta hasta el punto de quejarse con Jesús sobre la poca o nula colaboración de María en las tareas de la cocina. Muchas mujeres no comprenden la respuesta de Jesús: "Marta, Marta, tú de preocupas por muchas cosas, mientras hay necesidad de pocas, o mejor de una sola" En latín, la traducción dice unum necessarium" .  Le parece una falta de apecio por la labor que diariamente ejercen en la casa. No es que tales tareas no tengan importancia, pero es relativa. 

¿Para Jesús, qué será ese unum necessarium? San Ignacion de Loyola lo expresa al inico de sus Ejercicios Espirituales y lo llama El Principio y Fundamento: El hombre es creado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, y mediante esto salvar su alma; y las otras cosas sobre la faz de la tierra son creadas para el hombre y para que le ayuden en la prosecución del fin para que es creado. De donde se sigue que el hombre tanto ha de usar dellas, quanto le ayudan para su fin, y tanto debe quitarse dellas, quanto para ello le impiden. Se trata del sentido úlitmo de la vida, aquello para lo cual Dios nos ha creado y lo que tenemos q0ue alcanzar. Es nuestro fin último, y todo lo demás son medios que nos han de ayudar a alcanzar ese fin. Hay un principio filosfófico básico que reza en latín: "Omnis agens agit propter finem", "todo agente actúa en vistas a un fin" ¿Con qué frecuencia nos acordamos de nuestro fin último, expresado por San Ignacio con estas palabras escuetas y llenas de sentido  para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, y mediante esto salvar su alma? Acordarnos de esta verdad fundamental e intentar a través de cada cosa que hacemos a lo largo de los días alcanzar esta meta final de nuestra vida es verdadera sabidurñia y lo contrario es autèntica necedad. Según aa Biblia que "el necio dice en su corazón, "no hay Dios". Al principio del Libro de los Proverbios, y en varias partes màs de la Biblia, se dice que "el inicio de la sabiduría es el temor de Dios", y el temor de Dios es un don del Espíritu Santo, relacionado con la virtud infusa de la esperanza. Si nos encontramos en una peregrinación, y nos olvidamos de la meta, o nos deviamos a otro lugar, somos unos necios, unos tontos. El temor de Dios no implica que Dios es un ogro o un Señor que tiene ganas de castigarnos, sino se trata del hecho de que sin la gracia de Dios no podemos llegar a la meta de la vida eterna, de "salvar nuestra alma", como dice San Ignacio, y el hecho es que mientras peregrinamos en este mundo estamos en palabras de San Pablo todavía "lejos del Señor", y no podemos pensar que somos buenos y santos o mejores que otros. 

Debido a que el cielo consistiría en la contemplación de Dios, una relación íntima de amor con Dios Padre, por su Hijo en el que resucitarmos a la nueva vida de la resurrección en el Espíritu Santo, los mísitcos comentaban esta pasaje en el sentido de que María estando escuchando a Jesús a sus pies, había escogido la vida contemplativa, que sería de alguna manera un adelanto de lo que será el Reino de Dios en el cielo. Obviamente, en este mundo no puede haber una vida plenamente contamplativa, porque somos corporales, y el mismo Jesús trabajó largos años de carpintero para ganar la vida, y así compartir al suerte de la gran mayoría de los hombres y mujeres en este mundo. Sin embargo, nuestro pasaje señala la importancia de la escucha de la Palabra de Dios, (el mismo Jesús es la Palabra, Logos, señala San Juan al inicio de su evangelio. María escuchaba atentamente a Jesús, y esto es también un mensaje importante para nostros. Muchos santos, Santo Domingo, por ejemplo hablan de la necesidad de entregar a los demás lo que hemos contemplado, contemplata aliis tradere. Nadie da lo que no tiene y si no hemos escuchado y meditado en la palbra de Jesús en el evangelio, ante todo no la vamos a poder vivir, y menos comuncicarla a otros, sea a los hijos, otros familiares o amigos. San Ignacio habla de ser "contemplativos en la acción", es decir, nuestro modo de actuar y de hablar ha de ser inspirado en la Palabra de Dios que hemos asimilado en nuestra vida. El cristianiso no se comunica a través de la mera propagación de preceptos, sino ante todo de la vivencia de lo que el Señor nos enseña en la vida concreta, es decir, por contagio. Muchos padres llevan a sus hijos a ser bautizados al poco tiempo de nacer. En la celebración del bautismo, se comprometen a educar al hijo en la fe, que allí mismo han profesado y se comprometen. Sin embargo, a los ocho años, cuando llevan a los niños a la parroquia para la catequesis de la Primera Comunión, el niño no ha tenido ninguna experiencia de Dios, de Jesucristo, de la Sma. Virgen María, pues los padres no acuden nunca a la parroquia a asistir a la San Misa, ni ninguna otra ceremonia, excepto tal vez algún entierro o boda. De nada  sirve decirles a los niños que no mientan, que no digan groserías, etc, cuando el niño ve que ellos lo hacen. No es de extrañar, pues que luego de la ceremonia y la celebración de la Primera Comunión, los niños no aparecen más en la parroquia. Se les ha olvidado o nunca se dieron cuenta los padres de lo que es lo "único necesario", el fin último de la vida, y nadie da lo que no tiene. 

El Señor nos hace hoy una invitación imperiosa de no olivdarnos de los más importante, mientra tal vez estamos involucrados en muchas cosas urgentes, que también se tienen que hacer. Si no tenemos en nuestra mente, en nuestro corazón "lo único necesario", lo que al final de nuestra vida realmente cuenta, es poco probable que alcancemos la meta de la vida eterna, o del cielo. Dios nos puede salvar solamente si le dejamos, pues si nos ha dado la libertad, ciertamente la va a respetar. Reflexionemos hoy sobre lo que es el verdadero sentido de nuestra vida, lo más importante, lo único necesario, y no solamente lo más urgente. Si esta noche nos morimos, todas esas cosas urgentes se dejarán de hacer y tendremos que enfrentarnos con el juicio delante del Señor. En el mismo evangelio de San Lucas está la parábola del señor que tuvo una gran cosecha y tiró sus graneros para construir otros más grandes, y cómo esa misma noche, Dios lo llamó. Jesus dice: "Mirad, guardaos de toda codicia, poruq , aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes... Así es  el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios" (Lc 11,13-21)






sábado, 9 de julio de 2016

¿Quién es Jesucristo?

DOMINGO XV, CICLO C, 10 DE JULIO DE 2016

Hoy nuestro pasaje evangélico, del Evangelista Lucas, nos pesenta una de las parábolas más conocidas e importantes de todos los cuatro evangelios, la del BUEN SAMARITANO.  Un experto en la ley judía le pregunta a Jesús cuál es el principal de los mandamientos de la Ley. Jesús le responde invitándole a buscar la respuesta en la misma Ley, y él le cita un pasaje del Libro del Detueronoomio 6,5 sobre el amor de Dios sobre todas las cosas. Jesús añande la parte de amar al prójimo como a uno mismo. Entonces el hombre vuelve a preguntar, al estilo de la enseñana rabínica, ¿quién es mi prójimo? Este diálogo provoca que Jesús cuente la parábola, para explicar quién es el prójimo. Hay que decir que la palabra prójimo, que proviene del latín al castellano, significa el más cercano. Lo parádojico es que el más cercano es un samaritano porque ejerció la misericordia hacia el hombre que cayó en medio de ladrones. En realidad, el samaritano, siendo uno de los más odiados por los judíos, sería espiitualmente no el más cercano, sino el más lejano.  En la Tradición de la Iglesia se ha señalado con fecuencia el título de Buen Samaritano se le atribuye al mismo Jesús porque resume muy bien la misión de Jesús, que "tenía la forma de Dios, se vació de sí mismo, haciéndose como uno cualquiera", según San Pablo señala a los filipenses (2,6-11) se hace el más cercano a cada hombre, cargando con las consecuencias del pecado de cada uno de nosotros en la cruz, para alcanzar luego la gloria de la resurrección y ser de verdad Señor de vivos y muertos.

Dado que el domingo pasado comenté el pasaje del final de la Carta de San Pablo a los Gálatas, que nos daba la ocasión de reflexionar sobre San Pablo como el Primer Teólogo de la Iglesia, es decir, el primero en pensar profundamente sobre lo que significa para cada uno de nosotros la Persona de Jesucristo, quén es como Dios y hombre que se entrega por nosotros. , En Él hemos sido incorporados desde nuestro bautismo, y en Él vivimos, o estamos "en Cristo Jesús", quisiera proseguir con el mismo tema hoy, basándome en nuestra segunda lectura de la Carta de los Colosenses 1,15-20. Si Jesucristo es nuestro veradero prójimo, el Buen Samaritano por antonomasia, nos conviene hacer un esfuerzo más hoy para responder a la pregunta que sale en todos los cuatros evnagelios: "¿Quién es Jesús de Nazaret?

Los envangelios son ante todo una historia acerca de Jesús, una gran parte estando dedicada a su Pasión, Muerte y Resurrección. Por lo tanto, qué más podemos aprender de las explicaciones que San Pablo da a los Cristianos de Colosa, pues si el Evangelio es buena noticia que nos ha de llenar de alegría y darnos el verdadero sentido de la vida, nos conviene profundiar en lo que San Pablo, propone a aquellos cristianos de la primera generación enfrentados con varios problemas  Esta carta de San Pablo es una de las que se consideran fueron escritas desde la cárcel, probablemente en Roma y posiblemente en el año 61 A.D., aunque algunos piensan que puede haberse escrito desde Éfeso. Las otras cartas de la prisión son Filipenses, Felemón y Efesios, ésta última siendo más bien una ocasión de volver y tratar y profundizar en el mismo tema tratado en Colosenses. Nuestro pasaje de hoy aparece un par de veces al mes como Cántico de Nuevo Testamento en las Vísperas.

En primer lugar, el mismo Pablo no había envangelizado la comunidad de Colosa, sino su discípulo Epafras. No los conocía personalmente. La problemática con que se enfrenta es una especie de sincretismo religioso, que intenta compaginar elementos provenientes del paganismo, del judaísmo y el cristianismo. Sería una protognosis. El gnosticismo desarrollado llegó a ser un gran peligro para la Iglesia del siglo II, y fue objeto de estudio de parte de varios Padres de la Iglesia, especialmente San Ireneo de León en la segunda mitad del siglo II. Se trataba de un camino de salvación basada en el conocimiento o iluminación que consideraba el mundo material malo y la salvación sería una liberación de ese mal. Aquí se trata de no reconocer la Primacía de Jesucristo sobre todos los ángeles, y cualquier tipo de ser semi-divino que se imaginaban algunos que al parecer se habían presentado en Colosa para poner en duda la verdad sobre Jesús tal y cómo Pablo y Epfasas lo habían presentado. Los griegos eran muy dados a este tipo de especulación. Ya en su Primea ¨Carta a los Corintios, Pablo había rechazado este tipo de especulación típica de los griegos que buscaban la sabiduría, presentando la crus como la verdadera sabiduría.

Vamos ahora a comentar nuestro texto de hoy:

v. 15,Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
A Pablo le interesa afirmar la Supremacía de Jesucristo, es decir, que es la manifestación concreta del mismo Dios. Así como ya había señalado a los corintios y a los romanos que es el Nuevo Adán, pero es más que Adán, que era el primero de todos los hombres, pero Jesús es "primogénito" de toda la creación. Esto queda explicatado en el Credo NIceno: "Creemos en un solo Señor Jesucristo, hijo Unico del Padre antes de todos los tiempos ..." Pablo coincicde con lo que encontramos en el primer capítulo del Evangelio de San Juan, pero utilizando una terminología diferente: "En el Principio era el Verbo (Logos), palabra que significaba  para los griegos el sentido último de todas las cosas. Es la exacta representación de Dios. En el siglo IV, el sacerote Arrio negó la divinidad de Jesucristo. San Atanasio, el gran defensor de la doctrina ortodoxa expresada en el Concilio de NIcea, de donde procede el credo que vamos a recitar en nuestra misa, afirmaba que "si Jesucristo no es Dios, no estamos salvados" estamos todavía en nuestros pecados. Sería como otro muchos filósofos y gurús, como Sócrates, pero no Dios. 

Jesucristo es Supremo

1. En la creación

Quiere decir que en realidad Dios tiene un solo plan que abarca la creación, la redención o la superación del pecado en el que el hombre ha caido desde el inicio de la historia y culmina con la segunda venida de Jesucristo como Rey y Juez de Vivos y Muertos. Por lo tanto, "en Èl todo fue creado". Lo mismo dice el Prólogo del Evengelio de San Juan: "Todo se hizo por ella (La Palaba), y sin ella no se hizo nad de cuanto existe" (1,3). 

2. En la Iglesia

Pablo afirma que Jesucristo es la Cabeza del Cuerpo  de la Iglesia (v.18-19). Todos formamos parte de este cuerpo en el que hemos sido incorporados por el bautismo. La relación de los miembros de la Iglesia con Crosto ha de ser semejante a la de la cabeza con el Cuerpo, como es obvio la cabeza, es decir, el cerebro dirige y controla todos las acciones del cuerpo. 

Jesucristo es "primogénito de entre los muertos". Aquí Pablo se refiere al misterio central  fundamental del cristianismo, que en la Primera Carta a los Corintios, c. 15 explica y sin duda alguna cualquier cristiano de la época captaría inmediatamente. Nosotros estamos llamados a "resucitar con Cristo" y ya ha empezado la vida nueva, la nuea creación en nosotros a partir del bautismo. 

3. En la Reconciliación (20-23)

El domingo pasado hemos escuchado de la Carta a los Gálatas que nuestra unión con Cristo es tan profunda y primordial que deja muy atrás toda división  como la de judíos y gentiles, incluso de hombe y mujer. Todos somos uno en Cristo. El pecado ha creado un abismo entre Dios y el hombre, cosa que nadie en el mundo es capaz de superar. Sólo lo hace Jesucristo, Dios y hombre y la ha superado por "su sangre en la cruz". Aquí encontramos el fundamento de la caridad cristiana que la parábola del Buen Samaritano es una manifestación. La distinción y pelea entre los judíos y samaritanos no tiene ninguna importancia a partir de la muerte de Jesús en la cruz y su triunfo en la resurrección. 

Conclusión

Estos conceptos que maneja San Pablo, y que también como es obvio, quedan expresados a través de las parábolas, los discursos y los milagros de Jesús, nos pueden parecer difíciles, y en cierto sentido lo son, pero si mantenemos delante de nosotros la imagan de la cruz y la resurrección de Jesús, como siempre la tiene San Pablo en mente, podemos captar mejor lo que quiere decir. En la parta final de cada carta, saca conclusiones concretas para la vida concreta del cristiano de los principios doctrinales que expone an el cuepro de cada carta. No es que Jesús haya prescindido de la doctrina, pero sí la revisitió de similitudes e imágenes entenibles para la gente sencilla a la que hablaba. Elllos captaban el significado de la paráblola del Buen Samaitano, del Fariseo y el Publicano en el Templo, del Sembrador etc. Tenían aplicaciones bien concretas para sus vidas. Así nosotros también. Dado que hoy en día se supone que contamos con una educación superior a la gente a la que hablaba Jesús, y la gente a la que se dirigía San Pablo en sus cartas, creo que con un esfuerzo e intentando captar el contexto y algunas de las costumbres de entonces, podemos enirquecernos y a los demás con estas enseñanzas y ejemplos de vida,  que también forman parte de la Palabra de Dios, de lo que Dios ha querido comunicarnos para nuestro bien. Dios no ha querido satisfcer nuestra curiosidad a través de lo que ha revelado en la Sagrada Escritura, sino proporiconarnos todo lo necesario para nuestra salvación. 

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sábado, 2 de julio de 2016

SAN PABLO, EL PRIMER TEÓLOGO DE LA IGLESIA.

HIOMILÍA DEL DOMINGO XIV, CICLO C:

 Hoy me baso en nuestra segunda lectura tomada de la Carta de San Pablo a los Gálatas. Antes de pasar a hacer alguunos comentarios sobre nuestro texto que nos toca, que coniste en tan sólo cuatro versículos, deseo hacer alguna reflexión sobre San Pablo y por qué es tan importante para cualquiera que quiere de verdad seeguir a Jesús a fondo. Monseñor Robert Barron, gran precidador y Obispo Auxiliar de Los Ángeles, dice que "San Pablo es difícil" y lo repite. ¿Por qué es difícil? Nos conviene repasar algunos datos acerca de su vida y personalidad para poder responder a esta pregunta. Todos conocemos los detalles de su conversión que se narran hasta tres veces, con pequeñas diferencias,  en el Libro de los Hechos, En realidad, San Pablo es el personaje del Nuevo Testamento, despuès de Jesús de quien conocemos màs detalles de su vida, su carácter y su misión apostólica, no tanto, obviamente, como quisiéramos. Hay que decir que era una persona realmente bien preparada para ser escogido de manera tan imprevista, siendo pues, probablemente la persona que humanamente consideraríamos menos indicada para llegar a cumplir la misión que Dios mismo le había reservado.  Habiendo nacido judío en la Diáspora, en la ciiudad de Tarso, que se encuentra ahora en el sureste de Turquia, no lejos de Antioquía en Siria, otra ciudad absolutamente fundamental en los primeros timepos de la Iglesia. Había recibido una educación insuperable para ser rabino bajo el famoso Rabino Gamaliel, y al mismo tiempo  se había formado en la cultura helenista de la época, de manera que tambiér era bilingue, manejando tanto el arameo, lengua franca de Medio Oriente desde hacía varios siglos, y el griego, qu en en la época era la lengua de todo el Mediterràneo Oriental y en parte de la misma Roma, de las clases altas, como de muchos que inmigraban a la gran ciudad.

 Como recojo en el título de la homilìa, es el Primer Gran Teólogo de la Iglesia. De Platón se ha dicho que toda la filosofía que le seguió no es màs que una serie de notas de pie de página a la de él. Según señala Monseñor Barron, se podría decir esto mismo de San Pablo, que toda la teología posterior a él sería una serie de notas ampliando lo que ya San Pablo había iniciado. En realidad, no hay gran doctor de la Iglesia que no hay sentido el grandísmo influjo de San Pablo. Es muy conocido el influjo fudnamental que tuvieron unos versículos de la Carta a los Romanos en un momento decisivo de la conversión de San Agustín, según constatamos en sus Confesiones. Sin duda, el Padre y Doctor de la Iglesia que es insuperable en su amor a San Pablo es San Juan Crisóstomo, pero también hasta Santa Teresita, declarada Doctora de la Iglesia por San Juan Pablo II,  dice que ella encontró su misión en la Iglesia leyendo el famoso Cántico de la Caridad de la Primera Carta a los Corintios (c. 13), "ser amor en medio de la Iglesia".

Por una parte, San Pablo en todos sus escritos manfiesta un conocimeinto acabado de las Escrituras y tambiñen de los métodos exegéticos de los rabinos. Reflexionó sobe el sentido último de la realidad, de la creación, de la elección de Israel como pueblo escogido y preiveligiado por la bendición de Dios a Abraham, en una palabra todo el plan maravilloso de Dios para con su pueblo y su misión en el medio del mundo. En su Carta los Filipenses,que  probablemente era la comunidad hacia la que sentía más cariño, ,una ciudad griega y era la primera comunidad cristiana fundada por San Pablo en Europa, , escribe de sí mismo: "Si algún otro quiee confiar en la carne, más yo,. Circuncidado el octavo día, del linaje de Israel; de la tribu de Benjamín; hebreo e hijo de hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo; en cuanto al celo, era perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia de la Ley intachable. Pero lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a la causa de Cristo. Y  más aún: juzgo todo es pérdida ante la subliidad del conocimeinto de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdñi todas las cosas,y las tengo por basura para gana a Cristo, y ser hallado en ñel, no con la justicia mía, la que viene de la lLey, sino la que viene de Dios, apoyada en la fe" (3,4.12).

Tal vez nos hemos acostumbado a escuchar los breves pasajes tomadas de las Cartas de San Pablo a lo largo de nuestro ciclo de tres años litúrgicos, algo descontexualizados, y lo que escuchamos nos parece normal, hasta pensamos que estamos familiarizados con estos textos, siendo casi como tópicos. Sin embargo, una de las razones por las que San Pablo es difícil es que escribe con una extrarodianria indensidad y sinceridad, involucrando todo su ser en lo que dice. Por ello, en pocas palabras dice una gran canditad e verdades que nos pueden pasar por alto, tambièn por no estar familiriazados con el contexto en el que escribió. Es como un poeta, que en sus versos, de manera bella y profunda comunica su mensaje que no es fácil de discernir. Lo mismo se podría decir también de San Juan, que es el otro gran teólogo del Nuevo Testamento. De hecho se le ha dado el título de "El Teólogo", pero San Pablo viene antes, y en muchos aspectos coinciden, como es lógico. Por lo tanto, les invito a tomar una carta entera y leerla, con la ayuda de la introducción que suele haber en las Biblias modernas. Puede ser la de los Gálatas de la que proviene nuestra lectura de hoy, o la de los Filipenses a la que acabo de referirme. En ambas San Pablo hace referencias autobiográficas. La experiencia del encuentro de San Pablo con Jesús resucitado en el camino a Damasco revolucionó totalmente su vida, su mente, todo su modo de ver el mundo, la historia y su mismo concepto de Dios. Esto se ve en este pasaje de Filipenses que acabo de citar, como en la de Galatas de hoy, que comentaré en un momento. Decir que todos los privilegios de ser judío, circuncidado etc. no son màs que basura, comparado con "suprema ventaja de conocer a Jesús y vivir en Èl" es algo absolutamente revolucionario. No es de extrañar, pues, que con frecuencia cuando hablaba en las sinagogoas, lo echaban fuera, le tiraban piedras y lo dejaban medio muerto. La expresión "en Cristo" o "en Cristo Jesús" se encuentra hasta 150 veces en sus cartas.

Después de estos datos sobre San Pablo y su importancia en la Iglesia, como el primer gran teólogo, es decir, el primero que ha reflexionado a fondo sobre lo que significa para cada uno de nosotros y para el universo entero "estar en Cristo, ser incorporados en Èl por el bautismo, y llegar a ser parte de la Nueva Creación. Recordemos que Dios, según el Libro del Génesis, creó todo de la nada, es decir, sin que haya habido ninguna materia prima anterior. Ahora pasamos a nuestro texto de hoy que ese el final de su Carta a los Gálatas. Galacia era una región màs o menos en el centro de  lo que es ahora Turquía, y San Pablo había llegado allí para evangelizar en un momento de enfermedad, y los Gálatas lo trataron con extrema bondad y benevolencia en esa difícil circunstancia (4, 12-20). Sin embargo, posterormente, llegaron unos nuevos evangelizadores de Jerusalén que se empeañaron a descalificar a San Pablo por no haber impuesto a los neoconversos del paganismo todo el peso de la Ley Antigua y la circuncisión. La carta desde su primeros versículos, es muy polémica y no contiene los saludos y manaifestaciones de cariño y benevolencia que se encuentran en las demàs cartas. Empieza "in medias res".  "Pablo, apóstol, no de parte de los homrbes ni por mediaciòn de hombre alguno, sino por Jesucristo y Dios Padre, que resucitó de entre los muertos..."  No es que no manifeste San Pablo todo su cariño hacia los cristianos de la comunidad de Galacia, pero también su asombro porque ellos habìan hecho caso a los judaizantes que intentaban imponerles el peso de la Ley Antigua y la circuncisiñon, haciendo caso omiso del verdadero Evangelio que Pablo les habìa predicado. Llega a decir que si "nosotros mismos o un ángel del cierlo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anátema!, es decir, maldito. Sería difìcil de encontrar palabras màs claras y contundentes.

Finalmente, llegamos a nuestro pasaje de hoy (6,14-18): "En cuanto a mí, Dios me libere de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo,por la cual el mundo es para mi un cricificado y yo para el mundo" . En cuanto a  la traducción, el griego no dice "un crucificado" sino que está crucificado". Esta afirmación pudiera parecernos a nosotros perfecamente normal y no nos llamaría  la atención para nada. Estamos tan acostumbrados a tener crucifijos en todas las Iglesias y también las casas, y en algunos países donde los secularistas no han logrado quitarla, la cruz está presente en lugares públicos. Sin embargo, si nos colocamos en la situación de San Pablo a aquellos a quieren se dirige, no es asì. Incluso la mención de la cruz, la crucifixión provocarìa hasta escalofríos en personas de bien. La cruz era el instrumento màs ignominioso ceado por el hombre para matar como una tortura consante que podía durar varios días. Según el orador y filósofo Cicerón, no se podía ni mencionar la cruz en buena comapañía. La mera mención de ellos amargaría la conversación. Tampoco en el Antiguo Testamento hay algo bueno que decir sobre la cruz, cosa de la que obviamente San Pablo era pefectamente consciente, pues hace referencia al texto de Deuteronomio 21,23 en la misma carta (3,13): " Maldito el hombe que cuelga de un árbol". Nadie  en su sano juicio diría que "se gloría o se jacta de la cruz". Lo considerarían como un demente.

Uno de los recursos oratorios favoritas de San Pablo es la paradoja, pero no se trata de mera retñorica sin de una verdad profunda que nos quiere comunicar con esta expresión de "gloriarse en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo". Obviamente no es la cruz en sí que le provoca gloriarse, sino "de Jesucristo Nuestro Señor". Para San Pablo, el Misterio Pascual de la muerte y resurrección de Jesús ha logrado un cambio absolutamente radical en nuestro mundo, es pues, una nueva creación por ello, similar a la primera creación de todo el universo de la nada.

Luego prosigue: "el mundo es crucificado para mí y yo para el mundo". En la Biblia, hay dos sentidos del concepto mundo, uno negativo, y otro positivo. Aquí San Pablo se refiere al mundo como una estructura desviada, de pecado, del dominio del mal, de la muerte. Es algo que se puede constatar leyendo todo el Antiguo Testamento desde el libro del Gènesis hasta Daniel en el que se condena todos los imperios. Tambián Pablo desarrolla este pensamiento más ampliamente en su Carta a los Romanos, que profundiza en los temas introducidos en la de los Gálatas. Como una suerte de antídoto, Jesús en la cruz ha tragado, por así decirlo, todo el veneno que es el pecado, la injusticia, el desenfreno y demás males que Pablo resume en su Carta a los Romanos y otras. El pecado "hamartìa" es uns estructura potente, una losa que pesa encima de los hombros de cada persona y de toda la sociedad, y nadie, como se manifiesta en toda la Biblia y en la misma experiencia humana de todos los tiempos, ha podido levantar esa loza esclavizadora de los hombros del hombre, Por su poder divino, "el mundo es crucificado con Jesús en la cruz" y la victoria alcanzada en la resurrección. Tambièn el Libro del Apocalipsis nos entrega una versión dramática de esta tremenda historia del mundo y del hombe. La gran paradoja es que precisamente por la cruz que Jesús logra la victoria defninitiva sobre ese inmenso cúmulo de mal. Pero Pablo prosigue, y esta segunda parte de la frase es muy importante "yo yo soy crucificado para el mundo". En Romanos 6,6-11, dice que en el bautismo nosotros hemos sido crucificados simbólicamente con Cristo, hemos sido sepultados con él y hemos resucitado con Èl, Repite lo mismo en Colosenses 3,1. Si este mundo nuestro está superado, conquistado en cierto sentido anulado en cuanto que su misma estructura mal y de pecado ha sido eliminado por la cruz de Jesucristo, nosotros también estamos "crucificados para el mundo". Las gandes preocupaciones de este mundo. Pablo está diciendo que todo ese gran mundo de la política, del dominio de los pueblos, todo lo que es del César no nos atañe, no es lo prinicpal. No es que tengamos que retirarnos del mundo, como los ascetas del siglo IV que se fueron a los desiertos de Egipto y Siria. En Romanos 8, dice que el mismo universo sufre dolores de parto y se está dando a luz el nuevo universo, dominado por Jesucisto que es el Señor, no César. (8, 22). Nos toca, pues vivir en este tiempo de esperanza y colaborar para que esta aurora que se ha inaugurado con la resurrección de Jesús vaya progresando hacia la plena luz de la parusía.

Pablo insiste que "no es la circuncisión o la no circuncisión lo que importa, sino ser nueva criatura. Como sabemos, la circuncisión era una señal en el mismo cuerpo del varñon que indicaba su pertenencia al Pueblo Elegido. Era parte esencial de la identidad del judío, y parte de la polémica de San Pablo con los judaizantes que habían llegado de Jerusalán a Galacia, era precisamente sobre la posición de Pablo de que la circuncisión no era necesaria. Aquí va a más y obviamente tal afirmación sería un escándalo para la mentalidad judía contemporánea de Pablo. La cicuncisión no tiene ninguna importancia en la nueva dispensación porque queda completamente superada por nuestra unión con Jesùs que se realiza en el bautismo y se profundiza en la Eucaristía.

"Y sobre cuántos se sometan a esta regla paz y misericordia, lo mismo que para el Israel de Dios" Aquí se trata de la Iglesia, que es el nuevo Puebo de Dios.

"En adelante, nadie me moleste, pues llevo en mi cuerpo las señales de Jesús". Todo el episodio de la llegada de los judaízantes había sido motivo de gran preocupación para Pablo en medio de sus sufrimientos. No parece que aquí se trate de los estigmata, sino más bien de las heridas que  habría n quedado en su cuerpo debido a los diversos malos tratos y palizas e los que contínuamente era víctima.

Pablo termina su carta con esta oración que podemos hacer nuestra en estos tiempos muy complicados para la Iglesia y el mundo entero, que tambièn puede ser nuestro saludo en este domingo 3 de julio de 2013: "Hermanos, que la gracia de nuestor Señor Jesucristo  sea con vuestro espíritu"